EL TERRIBLE CULTO A LOS NEFILIM

La historia de los Nefilim comienza en el capítulo sexto del primer libro de la Biblia, el Génesis, cuando leemos que la raza humana comenzó a multiplicarse. Al ver los Hijos de Dios que las hijas de los hombres eran atractivas, las tomaron por esposas, engendrando así una nueva especie híbrida que los escribas denominaron Nefilim –palabra que puede traducirse como «Gigante», pero que también hace referencia al hecho de caer–. El relato del Génesis termina abruptamente, por lo que para conocer más acerca de estas criaturas tendremos que acudir a los Evangelios Apócrifos.
El libro de Enoch es uno de esos relatos incómodos tanto para el judaísmo como para el cristianismo, toda vez que su redactor describe cómo las hijas de los hombres se hicieron deseables para una parte de los hijos del cielo, que Enoch llama «los Vigilantes». Un total de doscientos seres que aterrizaron en el Monte Hermón, liderados por Shemihaza y Azazel. Seguidamente, los Vigilantes enseñaron a las mujeres el secreto de la magia y las propiedades de la plantas. Mientras que a los hombres les revelaron los misterios de la forja de metales y la fabricación de armas para la guerra.
VIVEN DE LAS EMOCIONES HUMANAS
Mientras tanto, los Nefilim se dedicaron a devorar, no solo a la raza humana, sino también a todas las especies del planeta, provocando el caos y la destrucción a su paso. Viendo entonces los arcángeles Miguel, Gabriel, Rafael y Sariel lo que estaban haciendo los ángeles caídos y sus hijos, no tardaron en comunicárselo a Dios, quien alertó a
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