La obsequiosa amistad de Bonilla
MEXICALI, BC.- Jaime Bonilla Valdez “es un hombre muy generoso”: invitó al exgobernador Xicoténcatl Leyva Mortera “a dar la vuelta al mundo” cuando nadie se atrevía, siquiera, a tomarse una foto con él. En reciprocidad, el ex-mandatario le regaló un cuadro de Diego Rivera, “una obra modesta, a gis”. Amistad obsequiosa entre ambos.
Jaime Bonilla conoció y apoyó a Xico durante su campaña por la gubernatura, en 1983. Después de promoverlo desde el pequeño diario que distribuía en la maquiladora Electrol de México, donde era gerente, despuntó económicamente, incrementó la posesión de terrenos en la pujante Tijuana, pasó a ser un próspero industrial y se reveló como magnate de los medios de comunicación.
Leyva Mortera ganó la gubernatura, aunque fue depuesto al quinto año de gobierno por órdenes de Carlos Salinas de Gortari. Dejó el cargo entre acusaciones de corrupción y el señalamiento de ser quien le abrió la puerta al narcotráfico. Treinta años después, su viejo amigo, el ahora gobernador Jaime Bonilla, lo reivindica.
Desde las oficinas de gobierno, a Leyva Mortera
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