LEONARDO EL HEREJE
n buen número de investigadores defienden la relación de Leonardo con grupos de herejes que criticaban la opulencia y corrupción de la Iglesia de san Pedro. Este pensamiento habría condenado a. Si lo analizamos, veremos que es una de las obras más extrañas de Leonardo. Lo empezó a pintar en 1483 por encargo de los franciscanos de Milán, que no eran conscientes del escándalo que se iba a formar apenas tres años después, porque lo que en un principio debía de ser un homenaje a la inmaculada concepción de la Virgen, se había convertido en algo enigmático, casi pagano… Leonardo no pintó un pasaje contenido en los Evangelios oficiales, sino en los Apócrifos, textos no reconocidos por la Iglesia descubiertos en 1945 en el desierto egipcio de Nag Hammadi y que contaban una realidad de la vida de Jesús muy distinta a la oficial. Pero, ¿cómo tuvo acceso Leonardo a esa información? En la escena están la Virgen, el arcángel Uriel, Jesús y san Juan de niños, reunidos en una cueva durante su huida a Egipto. Ninguno tiene halo de santidad y el arcángel señala a Juan, el que según los textos gnósticos ha de guiar la Iglesia pobre de Jesús. Además, en tiempos recientes y gracias a técnicas de investigación de microscopia, se ha descubierto la presencia de un perro en la obra. Los expertos lo han identificado como una crítica a los defensores de la fe, los –Dominicos–, los perseguidores de todo aquello que oliese a herejía. Pero, ¿por qué? ¿Acaso él estaba de acuerdo con algunas de éstas? Finalmente fue obligado a repetirlo, ahora sí, con los atributos propios de las pinturas religiosas…
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