UN LOCO LINDO
Carlos Salvador Bilardo no nació en La Plata, pero es más platense que muchos. No era hincha de Estudiantes, pero siente la historia albirroja más que otros Pincharratas. No trabaja más en el club, pero sus valores y prácticas aún perduran ahí.
Cuando jugaba siempre fue el alumno más aventajado, rápidamente entendió una forma diferente de ver el futbol y la perfeccionó con perseverancia, necedad y, por supuesto, la dosis necesaria de locura. Su éxito como director técnico le pusieron en el camino detractores que descalificaban su estilo. Hoy sus conceptos aún generan debate.
El Doctor ya no trabaja en una cancha profesional, ni analiza el futbol en algún programa de radio o televisión, pero tiene un nieto al que –hasta hace no mucho– cada tarde “le arranca la ropa de la escuela, le pone botines y lo lleva al patio”, cuenta
