UNA INVERSIÓN SEGURA
En 2015, Facebook era una de las empresas más prometedoras de Wall Street, y no solo del sector tecnológico. Poco antes había comprado Instagram por la nada desdeñable cifra de mil millones de dólares, y se preparaba para controlar buena parte del pastel del jugoso sector de las redes sociales y de la mensajería digital abonando cerca de 22.000 millones por WhatsApp. Sin embargo, tan solo cuatro años después la compañía liderada por Mark Zuckerberg afronta una de las situaciones más delicadas del panorama financiero. Y todo ello como consecuencia de una importante crisis de confianza.
En 2016 comenzaron las críticas a la red social por el auge de las fake news,y a comienzos de 2017, cuando ese ‘demonio’ parecía empezar a estar controlado, salía a la luz que la consultora Cambridge Analytica había utilizado supuestamente su plataforma para obtener datos de 87 millones de personas, que habrían sido aprovechados en las elecciones presidenciales de Estados Unidos a favor de la campaña de Donald Trump. Un año después de aquel terremoto mediático, a comienzos del pasado marzo, toda la red de la compañía se desplomaba durante varias horas, dejando a sus usuarios sin poder acceder a sus principales redes sociales. Por todo ello, la otrora idílica imagen de Facebook se presenta estos días desgarrada por el zarpazo del descrédito. Y si pierde la confianza de la sociedad, una gran compañía puede terminar perdiendo todo lo demás.
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