UNA GALERÍA PROPIA
EL DISEÑO ITALIANO RARA VEZ ha sido fuente de ingenio. A menudo reproducido en piedra, acero o madera pulida, ha tendido a encarnar la sutileza, adoptando la forma de unas geometrías minimalistas que aluden a las proporciones clásicas. Tanto es así que las obras de los artistas italianos no se habían vuelto a considerar alegres desde el auge del Grupo Memphis en la década de los 80.
Pero hace tiempo que los diseñadores nacionales se deleitan con la extravagancia y la sátira inherentes a la escena artística contemporánea del país, cuyo epicentro reside en Milán. Este nuevo panorama se encuentra dominado por un grupo de risueños bromistas de tendencia dadaísta liderado por Maurizio Cattelan, de 58 años, cuyas jocosas creaciones incluyen (1999), una escultura e instalación artística que muestra a un realista papa Juan Pablo II abatido por un meteorito, y (2008), una marioneta de Pinocho flotando
