UN OASIS DE DISEÑO
MADRID ES UNA CIUDAD AMABLE. Se suele decir (y es verdad) que todo el que llega es bienvenido y no encuentra problemas para integrarse y hacer amigos. Pero Madrid también es una ciudad, como el tipo aquel del chiste, “difícil de mirar”. Sus monumentos están dispersos, cuando no rodeados de contornos arquitectónicos inenarrables. No se ve una belleza armónica en sus calles más céntricas y sus barrios son, o bien absolutamente impersonales –los más modernos, auténticas ciudades dormitorio de nuevo cuño–, o bien de un encanto castizo que bebe de ese espíritu popular y despreocupado tan propio de la ciudad. Madrid no forma parte, geográficamente, de La Mancha, pero por la tipología de sus barrios, bien podría ser que hubieran crecido durante el Desarrollismo español de los
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