LAS EMPRESAS DELCÓMO SÍ
DESDE QUE DONALD TRUMP GANÓ la presidencia de Estados Unidos, se han ido sumando eventos en México, o alrededor de él, que abonan a un sentimiento que, según economistas, analistas y algunos organismos de la iniciativa privada, invade a los agentes económicos de este país: incertidumbre.
Después de las elecciones en Estados Unidos, fue la posibilidad de que fallaran las negociaciones del tratado comercial de ese territorio con México y Canadá lo que despertó desconfianza, y poco después las elecciones presidenciales de México y la difícil situación de Pemex y de la producción de petróleo que se envidenció en la nación.
El evento que más abonó a una percepción de incertidumbre fue la cancelación de lo que sería el nuevo aeropuerto para la Ciudad de México. Al cierre de esta edición, un nuevo nubarrón aparecía: la presidenta de la Cámara Baja del Congreso de Estados Unidos, Nancy Pelosi, expresó sus dudas respecto a que el T-MEC pueda ratificarse antes de que acabe 2019.
“Nunca hay un buen momento para hacer negocios”, señaló hace algún tiempo Víctor Manuel Requejo, presidente del Consejo de Administración de Banco Inmobiliario Mexicano, con una carrera de más de 50 años en el sector financiero del país.
El crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), en franca desaceleración, con pronósticos de grupos financieros y organismos internacionales que promedian 0.5% para cerrar el año y poco más de 1% para 2020, es otro factor que abona también a ese sentimiento.
Pero hay algo que no ha sido trastocado del todo, pese a la mencionada incertidumbre: se trata del clima de negocios, pues muchas empresas siguen invirtiendo en México. Así lo constató Fortune en Español en las entrevistas con directores de empresas para elaborar este artículo.
“El estancamiento económico es factor, pero no eso algo que dependa de México”, señala Luis Foncerrada, asesor económico de la American Chamber México (AmCham). Algunos empresarios lo han entendido así y mantienen en pie sus proyectos de inversión.
Es una realidad que la inversión privada en México se ha desacelerado este año y, probablemente, el próximo. Mientras que de enero a junio de 2018, la inversión extranjera directa creció 14% respecto a 2017, el primer semestre de 2019 lo hizo solo 1.5% respecto al año anterior.
Según los economistas, si México de verdad quiere que su economía crezca 4% anual, la inversión debería ser equivalente a 25% de su PIB y no de 18-19% promedio como en los últimos años.
Tampoco puede negarse que el gasto público ha reducido su participación en esa inversión. Lo que se sabía, hasta hace poco tiempo, es que se dedicarán recursos del erario a tres megaproyectos: Tren Maya, Refinería de Dos Bocas y el Aeropuerto de Santa Lucía.
Sin embargo, a finales de noviembre el Gobierno anunció un plan con una cartera de 147 proyectos de infraestructura en su Plan Nacional de Infraestructura. Se invertirán 859,000 millones de pesos y la mayoría de los recursos saldrá de la iniciativa privada.
Uno de los hallazgos obtenidos a partir de las entrevistas para este artículo es que las compañías que más dinero invertirán en 2020 son, en su mayoría, transnacionales como Nestlé, PepsiCo, IEnova, Iberdrola, y Gas y Petroquímica de Occidente. Sus CEO tienen presentes diversos factores que hacen atractivo al país como destino de inversión, entre ellos la creciente demanda de sendos servicios dado el tamaño del territorio.
Los entrevistados coinciden en que México cuenta con mano de obra calificada de primer orden, que lo hace un destino atractivo de inversión, además de una ubicación envidiable que lo convierten en un puente para la exportación hacia varias naciones, sobre todo con la economía más grande del orbe: Estados Unidos.
En sus planes ponderan números y el riesgo, y en particular utilizan
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