Semana Santa blanca

Amis casi 27 años, solo había tenido contacto con la nieve en dos ocasiones. La primera vez fue en la cordillera del Atlas, en África; una nevisca leve fue suficiente para maravillarme con el paisaje agreste que apenas se teñía de blanco. Mi segundo acercamiento fue durante una asignación para : un viaje en tren a lo largo de las Rocosas canadienses coronado con un recorrido entre el Parque Nacional de Jasper, el campo de hielo Columbia –el más extenso de esta cordillera– y el milenario