Durante décadas, esta ciudad fue un refugio para los refugiados. Luego, los residentes trataron de expulsarlos
BISMARCK, DAKOTA DEL NORTE — Durante décadas, esta ciudad capitalconservadora y predominantemente blanca ha acogido a refugiados de todo elmundo.
Los inmigrantes saludan a los compradores en Walmart,procesan carne de res en la planta de Cloverdale Foods, se ocupan de la cajaregistradora en Arbys, limpian el Holiday Inn y conducen para Uber.
Nadie solía prestarles mucha atención.
"La vida estaba mejorando", comentó TresorMugwaneza, de 20 años, quien se estableció aquí hace cuatro años después dehuir de la guerra en la República Democrática del Congo y finalmente seinscribió en la Universidad de Maryland.
Las cosas empezaron a cambiar con la elección en 2016 delpresidente Donald Trump, quien ha sugerido que muchos refugiados son criminalesy ha ensalzado su creencia en poner a "Estados Unidos primero"reduciendo drásticamente el número de personas a las que se les permite entraral país.
La retórica se ha filtrado desde Washington hacia partes máspequeñas y tranquilas de la nación, a medida que los ciudadanos y los políticoslocales la adoptan y lugares como Bismarck comienzan a reevaluar su relacióncon los recién llegados.
Ahora, debido a una política federal anunciada enseptiembre, cada uno de los 49 estados y 600 condados que han acogido
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