En su iglesia propia, los ateos latinos no le temen a Dios. ¿Pero a mamá? Ese es otro asunto
LOS ÁNGELES — Una vez al mes, una misa dominical muyparticular se lleva a cabo en un patio fuera de un Starbucks en El Monte.Cuando los aviones vuelan por encima, los miembros de la congregación tienenque gritarse unos a otros a lo largo de la mesa.
Algunos días, hay una pequeña multitud y la conversacióndura horas. Otros días, Arlene Ríos espera sola.
No es fácil ser una atea criada en una cultura devotamentecatólica. Pero aquí en el Valle de San Gabriel, no tienes que dudar de la existenciade Dios a solas. Puedes ir a la reunión mensual de latinos seculares ycompartir un café con leche con Ríos.
No hay hostias de comunión en este servicio, solo café ypasteles, apoyo y comprensión de los Ateos Latinos Seculares Unidos del Vallede San Gabriel.
"Algunas personas tienen miedo de confirmar suasistencia, porque temen que los miembros de su familia sepan que estáncuestionando la religión", dijo Ríos, quien comenzó a organizar estainusual asamblea en Fresno
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