LA MALDICÓN DEL LITTLE BASTARD
James Dean amaba los coches y la velocidad tanto como el cine. Tenía un Porsche Spyder 356 Speedster, con el que compitió en algunas carreras celebradas en Palm Springs, a finales de marzo de 1955, poco después de adquirirlo, y en Santa Bárbara, el 30 de mayo, mientras andaba rodando el clásico film Rebelde sin causa (dirigido por Nicholas Ray). Pero los productores de su siguiente película, Gigante, que se comenzó a rodar en junio, le prohibieron participar en carreras.
VATICINANDO LA TRAGEDIA
El 17 de septiembre, Dean hizo un anuncio publicitario en el que advertía a los jóvenes de lo importante que era conducir prudentemente. Esa misma noche compitió en una carrera en Salinas, cerca de San Francisco. La noche anterior le dejó su gato a su gran amiga Elizabeth Taylor para que lo cuidase, ya que temía que le sucediese algo. Parecía vaticinar su trágico final.
Cuatro días después, el 21 de septiembre, cuando el rodaje de estaba ya casi terminando, cambió su Speedster por un Porsche Spyder 550, un pequeño deportivo biplaza de propulsión trasera, sin techo, que gracias a su
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