EL MILAGRO DE LA ¿RESURRECCIÓN? VERDADES Y MENTIRAS

o primero que nos llama la atención cuando leemos los Evangelios es lo tardío que fueron sus textos, porque se redactaron entre el último cuarto del siglo I y el primer cuarto del siglo II, es decir, cuando hacía mucho años que había sido crucificado. No se explica convincentemente esta demora y por qué, quienes mucho tenían que decir, guardaron un cauteloso silencio, de no ser que en el siglo I estuviera muy desprestigiada la labor del cronista o que, la creencia en el fin del mundo, persuadiera a los autores de escribir libros que nadie iba a leer. De hecho, , obispo de Hierápolis, prefería la tradición oral a la escrita, aunque fue sensible a dos textos que hablaban de la vida de : un escrito de en arameo–, que recogía las noticias y los recuerdos del apóstol ; y otro de , de discursos más largos, más exacto que el primero, cuajado de anécdotas y escrito en hebreo. Lo que caracterizaba a
Estás leyendo una vista previa, regístrate para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos