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Antes de comenzar esta exposición, debemos preguntarnos cuál es la finalidad del uso

de animales de experimentación. Se supone que los animales se emplean como modelos


experimentales que tratan de mimetizar un sistema orgánico humano para extrapolar
resultados a las personas. Es decir que la finalidad de los animales de experimentación
es probar algo en ellos que va dirigido a humanos pero que por precaución no es dado a
humanos directamente.

Es empíricamente evidente que los resultados obtenidos con los animales de


investigación no cumplen inicialmente esta premisa, porque si tuviéramos modelos
animales que respondieran exactamente igual que un ser humano no tendría ningún
sentido emplear humanos en ninguna fase del desarrollo experimental de una nueva
sustancia.

La comunidad científica admite que las pruebas con animales tienen un fin meramente
aproximativo, es decir que los resultados, no implican ningún resultado fiable, es por
eso que ningún fármaco ni sustancia sale al mercado sin antes ser probada en humanos.

Si los productos válidos para animales muy probablemente no lo sean después para
humanos1,2,3,4 no tiene sentido seguir empleando productos que puedan poner en riesgo
la salud y la vida de las personas. Casos como Bextra, Celebrex, Aleve, Premarin, Fen-
phen, Vioxx deben servir para concienciarse de que es un peligro aprobar medicamentos
y otros productos para humanos probados en especies animales.

Un estudio, publicado por David Salsburg de Pfizer, llegó a la conclusión de que los
estudios de dieta de por vida en ratones y ratas parecen tener menos del 50 por ciento de
probabilidad de encontrar carcinógenos humanos conocidos. Según la teoría
probabilística, quizás los resultados hubieran sido mejores tirando una moneda.

En Agosto del 2004, el comisionado de la FDA, Lester M. Crawford, observó que la


investigación en animales tiene una tasa de fracaso del 92% al aplicarse en humanos ya
que únicamente el 8% de los fármacos que pasan a través de los métodos de
investigación animal, lo hacen a fase 1 y 2 de pruebas clínicas.

En 1986 el Comité de Agricultura del Parlamento Británico realizó un estudio sobre


pesticidas y sus efectos en humanos, y concluyó que no resultaba satisfactorio confiar
en los estudios con animales, recomendó emplear otros métodos más fiables porque los
resultados en animales eran engañosos y desorientadores, ya que pruebas similares en
especies animales diferentes daban lugar a resultados muy diferentes22. Un ejemplo
puede ser el dipterex que provoca daños nerviosos en humanos pero no en animales
especialmente diseñados para detectar dichas lesiones23. El Dr. Murray de la National
Poisons Unit, informó al Comité que un solo caso humano bien documentado era
equivalente a 20.000 experimentos con animales.

Además de la peligrosidad de la experimentación con animales de nuevas sustancias y


productos, uno de los temas más importantes, es la cantidad de productos que por no
pasar las pruebas en unos animales nunca han llegado al hombre. Muchos de los
fármacos que en la actualidad consumimos, como aspirina, morfina y penicilina, jamás
hubieran salido al mercado si se hubieran sometido a las pruebas con animales.
Dependiendo del modelo animal, una sustancia puede ser aprobada o no. Unas pruebas
comparativas realizadas por el Huntingdon Research Centre de Reino Unido, en las que
se emplearon seis especies diferentes: ratones, cobayas, minicerdos, lechones, perros y
babuinos revelaron una variabilidad considerable en la respuesta de irritación entre las
diferentes especies. Las mayores diferencias fueron observadas en las sustancias más
irritantes. Por ejemplo, un champú anticaspa causaba irritaciones graves en conejos,
pero sólo irritaciones suaves en voluntarios humanos, mientras que en babuinos no
había virtualmente irritación alguna.

El diario Independent4 se hizo eco de un estudio que revisó más de 300 pruebas
realizadas en animales en relación a seis fármacos experimentales. El estudio sugería
que las pruebas con animales son una metodología errónea que a pesar de todo siguen
proliferando en la industria. Malcolm Macleod, neurólogo asesor del Stirling Royal
Infirmary, admite a raíz de este estudio que al menos dos terceras partes de los estudios
analizados son propensos al error sistemático, son difíciles de controlar y no son fiables.
"Los fármacos contra la apoplejía probados en animales no tienen los mismos buenos
resultados en los humanos." Michael Bracken, epidemiólogo de la Universidad de Yale
también pone en duda la aplicabilidad en humanos de los resultados obtenidos en
animales. Este estudio pone en evidencia que además de la ineficacia fisiológica de
comparar dos organismos diferentes, los estudios no tienen en cuenta los factores
endógenos y exógenos inherentes al estudio. Los animales de investigación se
encuentran en situaciones realmente inapropiadas, son animales psicológicamente
estresados y que no pueden desarrollar su patrón conductual normal, por lo que ni
siquiera los resultados obtenidos para un ratón de laboratorio serían realmente
aplicables para un ratón silvestre. Ningún comité científico aprobaría un medicamento
estudiado y probado en un grupo de humanos que vivieran hacinados en jaulas,
alimentándose de un único pienso artificial, a los que se les privara de libertad, y se les
indujera una enfermedad mediante métodos diferentes a los causantes de la enfermedad
en condiciones naturales. Si estos resultados serían descartados por cualquier comité
científico por ser absurdos y carentes de cualquier rigor científico al no seguir las
normas básicas establecidas para la realización de un ensayo clínico válido, es evidente
que resultan aún más absurdos si los mismos estudios, con dichas ausencias de control y
parámetros de estrés y condicionantes externos, se realizan con una especie totalmente
diferente. Los ensayos clínicos deben cumplir una serie de estrictos requisitos, deben
incluir placebos, tener en cuenta la psicología del paciente, el entorno, su estado...Los
experimentos con animales no tienen en cuenta estas cuestiones, cuestiones que
evidentemente enmascaran y falsean los resultados obtenidos.

No es poco frecuente que en enfrentamientos comerciales se "demuestren" resultados


antagonistas frente una misma sustancia. Uno de los casos más conocidos es el de la
sacarina, que baila de inocua a cancerígena continuamente, cuando llevamos décadas
consumiéndola sin haber sido relacionada epidemiológicamente con ningún tipo de
cáncer. Otro caso bastante conocido fue el que tuvo lugar entre Astra (omeprazol) y
Glaxo (rantidina), ambas compañías emitían informes en las que el producto de la
competencia tenía determinados efectos secundarios o incluso provocaba cáncer. Esto
es un indicio más de la subjetividad, moldeabilidad y propensión al error de los
experimentos con animales. Además las farmacéuticas suelen aceptar la no idoneidad de
los experimentos con animales cuando son preguntadas, o cuando alguno de sus
fármacos produce graves consecuencias (el ejemplo más mediático tuvo lugar durante el
juicio relacionado con la talidomida).
Una batería de ensayos in vitro con tejidos humanos es mucho más precisa que el uso de
varias especies animales; además los estudios in vitro, son más controlables, y menos
propensos al error y la manipulación metodológica, es decir son más objetivos y
homogéneos, tienen una probabilidad de error de sesgo (bias) muy inferior a los
experimentos con animales, es decir que son más fáciles de normalizar. El grupo del
doctor Björn Ekwall ha publicado, en el marco del proyecto Evaluación Multicéntrica
de Citotoxicidad in vitro (MEIC por sus siglas en inglés) una revisión en la que se
incluyeron 29 laboratorios independientes. Mediante el análisis de 50 productos
químicos con 61 ensayos in vitro diferentes, los científicos demostraron que estos tests
en líneas celulares humanas predicen mejor la toxicidad humana que la información
obtenida in vivo con diferentes animales de laboratorio. Mientras que, en el mejor de los
casos, los tests animales predicen un 65% de la toxicidad humana aguda, una
combinación de cuatro tests celulares puede determinar si una sustancia es peligrosa
para los humanos con más de un 80% de precisión.

EL porqué de las diferencias tan abrumadoras entre los resultados obtenidos


entre las diferentes especies, radica, en que cada especie responde y metaboliza una
misma sustancia de modo diferente. A esta suma de cambios físicos y químicos que
afectan a las sustancias extrañas en los organismos vivos, desde la captación hasta la
excreción se la conoce como metabolismo xenobiótico. Las enzimas citocromo P450
son las principales responsables del metabolismo de la mayoría de los xenobióticos
(agentes extraños). Estas enzimas catalizan reacciones de fase I de biotransformación de
xenobióticos, generalmente introduciendo o exponiendo un grupo funcional hidrófilo en
la sustancia. Las familias de enzimas P450 implicadas en el metabolismo de los
xenobióticos son principalmente CYP1, CYP2, CYP3 y CYP4, siendo la subfamilia
CYP3A la más abundante.

Las reacciones de fase II son conocidas también como reacciones de


conjugación, su objetivo es obtener sustancias mas polares para facilitar la excreción
por orina o por bilis. Son reacciones hepáticas de enzimas citoplásmicas, aunque hay
enzimas que también se encuentran en el retículo. Tienen lugar con los metabolitos
resultantes de la fase I, aunque puede darse reacción de fase II sin necesidad de la fase I.
Tras esta fase, se producen sustancias bastante polares y solubles en agua. Algunas de
las enzimas implicadas en esta fase dos son:

* Glucurunosil transferasa (UGTs): UGT1 y UGT2: transfieren ácido


glucurónico a algún metabolito procedente de la fase I, pero también pueden actuar
sobre xenobióticos y sustancias endógenas que no han sufrido reacción previa.
Esteroides (fármacos como hormonas), morfina que no se oxida sin no se conjuga
directamente con el ácido glucurónico (morfina 6 glucurónico que es más activa que la
propia morfina. Es una reacción muy rápida).
* Gluaction transerasa (GSTs): transfieren glucatión (formado por Glu – Cys -
Gly) a diferentes sustancias y son importantes en procesos de destoxificación.
* Sulfotransferasas y metiltransferasas: transfieren grupos sulfato y grupos
metilo.

El resultado final de los productos de las reacciones catalizadas por estas


enzimas (metabolitos), depende principalmente de si el sustrato que metabolizan es un
fármaco biológicamente activo per se o si es un pro-fármaco inactivo. En el primer
caso, la acción de las enzimas P450 ocasiona una desactivación del fármaco, generando
metabolitos que poseen una actividad antitumoral reducida o nula. En el segundo caso,
el efecto de la reacción catalizada por las enzimas P450, genera una activación del pro-
fármaco, promoviendo su actividad antitumoral. Lo mismo ocurre con las sustancias
tóxicas o cancerígenas, el metabolismo xenobiótico puede destoxificar una sustancia
peligrosa, o convertir una sustancia inocua en un potencial cancerígeno.

Este metabolismo tiene una gran variabilidad interindividual (por eso diferentes
personas reaccionan de modo diferente ante una misma sustancia), pero una variabilidad
interespecífica6,10,11 que supone que cada especie reaccione o pueda reaccionar y
procesar de modo diferente una misma sustancia, de hecho el 83% de las sustancias son
metabolizadas de modo diferente en ratas que en humanos. Tal y como hemos indicado
anteriormente, algunos productos son inocuos per se, pero tras ser metabolizados por el
metabolismo xenobiótico pueden transformarse en poderosos cancerígenos
(procancerígenos como aflatoxina B1 o las nitrosaminas), por el contrario algunas
sustancias no tiene actividad per se, pero tras ser metabolizados en el hígado, pueden
resultar en una actividad farmacológica útil (propacetamol, ciclofosfamida). Respecto
este último ejemplo, CYP1A participa en la activación metabólica de mutágenos
químicos de exposición diaria como el humo de tabaco, los alimentos cocidos, la
descarga automovilística y los procesos industriales en los cuales el mecanismo de
acción de regulación transcripcional ha sido postulado a través de un receptor aril-
hidrocarburo (AhR) y el translocador AhR nuclear. CYP2A interviene en la activación
de algunos procarcinógenos como aflatoxina B1 o las nitrosaminas del humo del tabaco,
en la metabolización de la nicotina y en la biotransformación de algunos fármacos.
Como podemos ver en las figura 1 y 2, existen claras diferencias en la composición de
enzimas CYP entre, por ejemplo rata y humano, pero la bibliografía demuestra que estas
diferencias ocurren entre todas las especies13,14, de ahí que por ejemplo, la conexión
entre fumar y el cáncer de pulmón fue primero observada en las personas, pero no en
animales, debido a que ningún animal desarrollaba cáncer cuando se forzaba a inhalar
humo de tabaco7, ni incluso empleando otras vías de administración15,16,17,18, la conexión
entre tabaco y cáncer fue negada por la industria del tabaco durante años, del mismo
modo que también se negó la relación entre alcohol y la cirrosis, el cáncer o la
cardiomiopatía porque los resultados con animales lo desmentían19,20,21.

Tal y como declara Markku Pasanen en su monografía "Species differences in


CYP enzymes" de la Real Academia Nacional de Farmacia (Monografía XIV,
Citocromo P450), las especies utilizadas en estudios de metabolismo deberían también
incluir parámetros de toxicidad relacionados con el metabolismo. El uso de proteínas
CYP recombinantes humanas y de sistemas de expresión no puede resolver este
problema. Las especies más usadas en estudios metabólicos son: ratón, rata, conejo,
perro y mono, y en menor grado cobayas y hámsters. Todos ellos son de alguna manera
defectivos en su perfil de CYP cuando se comparan al humano. Por ejemplo, la
presencia del enzima CYP1A2 en mono es controvertida; las actividades marcadoras
clásicas de los CYP2C y CYP2E en perro están cuestionadas; el CYP2A de hígado de
rata no cataliza la reacción de la 7-hidroxilación de la cumarina; la CYP2D de cerdo no
cataliza la reacción de la hidroxilación de la debrisoquina y diversas otras formas CYP
tienen pesos moleculares diferentes a los CYP humanos o de rata. Excepto en el hombre
y la rata, las proporciones relativas de diversas formas CYP a nivel basal no han sido
investigadas y cuantificadas en otras especies. Debido a las diferencias dependientes de
las especies en la estructura primaria de las distintas formas CYP y en la expresión
génica que conduce las cascadas reguladoras, pueden encontrarse notables diferencias
en el nivel basal de la expresión de CYP en su inducibilidad y en las propiedades de
unión a sustratos, inhibidores y anticuerpos. Por tanto, el principal obstáculo en la
interpretación de los resultados asociados a CYP de una especie a otra es la carencia de
conocimientos básicos necesarios para hacer el diagnóstico en otras especies.

Fig. 1

Fig. 2
Fig. 3

Fig. 4
Fig. 5

En comparación con la gran cantidad de (>400) de carcinógenos conocidos para


ratones sólo unos pocos (20-30) han demostrado ser carcinógenos en humanos8.9. Los
animales comúnmente empleados para las pruebas de carcinogenicidad suelen ser dos
especies de roedores, ratas y ratones, sin embargo los resultados obtenidos con ambas
especies no suelen tener una buena correlación12, o no la tienen en absoluto, incluso
suelen diferir según el sexo de cada especie de modo diferente a como ocurre en los
humanos. Por otro lado los roedores apenas sufren de carcinomas, sino de sarcomas, y
los resultados de un sarcoma inducido no pueden ser comparados con los de un
carcinoma espontáneo.

En la siguiente figura 6 podemos ver de nuevo, cómo los distintos parámetros medidos
en diferentes artículos varían enormemente, y no existe un consenso general, no existe
un modelo que pueda ser equiparable al ser humano, del mismo modo que los resultados
obtenidos en humanos no pueden ser extrapolables a ninguna especie animal concreta
de modo generalizado ni estandarizado.
Fig. 6
Fig. 6 (continuación)
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A continuación realizaremos una pequeña revisión de algunos ejemplos de
medicamentos y sustancias que llegaron al mercado tras ser probados en diferentes
animales pero produjeron resultados indeseados o contrarios a los esperados en
humanos o sustancias que jamás hubieran podido salvar vidas humanas por haber
resultado tóxicas o peligrosas en las especies animales analizadas.

El tacrolimus (FK506) es un potente agente inmunodepresor que inhibe selectivamente


la activación de los linfocitos T colaboradores y la producción de la interleucina 2. Con
una eficacia entre 10 y 100 veces superior a la de la ciclosporina y con menos efectos
secundarios, el FK506 se ha erigido en el fármaco inmunodepresor de elección en todo
tipo de transplantes, e incluso se ha ensayado con éxito en múltiples enfermedades
autoinmunes. Se ha demostrado que el tacrolimus previene la inducción de miastenia
grave experimental autoinmunes en ratones, pero todavía son esporádicas las
publicaciones sobre pacientes con miastenia grave tratados con este fármaco1.

Los primeros estudios sobre toxicidad de la FK 506 realizados en animales de


experimentación, mostraron una tolerancia variable según la especie. Así, en perros
produjo la muerte en pocos casos y frecuentemente se observaron vómitos e
intususcepción3. En babuinos se ha sido descrito vasculitis4, lo que no fue después
corroborado en estudios más recientes5,6. Se describió hipoglucemia en ratas y babuinos
al igual que disminución de actividad espontánea y reacciones adversas al fármaco.
También se observó en ratas un aumento de los niveles de urea y alteraciones
histopatológicas de riñón semejantes a las observadas en esta especie recibiendo 10
mg/kg de CsA.

En la tabla siguiente se resumen los diversos efectos colaterales observados por


distintos autores en estas tres especies.

Pues bien, FK506, podría haber sido descartado y pasado al olvido cuando los
experimentos con animales sugirieron que era demasiado tóxico para su uso en
humanos7. Las pruebas se realizaron en la Universidad de Cambridge y demostraban
que “...la toxicidad en animales era demasiado grave como para proceder con un ensayo
clínico en humanos"8. Unos investigadores norteamericanos consideraron que merecía
la pena seguir investigando pero no veían justificable administrar el fármaco a
voluntarios sanos, práctica de rutina en el desarrollo de fármacos, porque podría ser
“potencialmente peligroso"9. Finalmente, FK506 fue administrado como tratamiento de
última opción a pacientes que habían recibido un transplante hepático. Desde entonces
los ensayos clínicos están siendo muy prometedores.10 Las pruebas con animales
también condujeron a error al sugerir que FK506 daría mejores resultados si se
combinaba con la ciclosporina. Sin embargo, los ensayos clínicos revelaron justo lo
contrario, al combinarlos, FK506 aumentaba el riesgo renal provocado por la
ciclosporina.3

Los beta-bloqueantes se desarrollaron para el tratamiento de afecciones cardiacas. Los


primeros agentes administrados en pacientes humanos fueron pronetalol y propanolol.
Irónicamente el pronetalol fue categorizado como generalmente seguro en animales de
laboratorio, pero falló en los ensayos clínicos con humanos, por el contrario, el
propanolol parecía tóxico en muchos experimentos con animales, pero es ampliamente
utilizado en la práctica clínica. El pronetanol fue bien tolerado por ratas y perros en
ensayos de toxicidad a largo plazo, salvo ciertos efectos ocasionales en sistema nervioso
central11. Sin embargo los ensayos clínicos demostraron varios efectos secundarios
graves, incluyendo fallo cardiaco12, lo cual no fue detectado en los experimentos con
animales11. Poco después, ensayos a largo plazo en una cepa concreta de ratón de
laboratorio (Alderley Park) produjo cáncer de timo, pero estos efectos carcinogénicos
no fueron reproducidos ni en ratas, ni en cobayas, ni en perros, ni en primates ni otros
tipos de ratones11. En dosis moderadas y altas, el propanolol provocó colapsos en ratas y
graves vómitos en perros11. En ratones también se detectaron muertes a corto plazo
después de su administración, incluso reduciendo su dosis, algunas ratas seguían
sufriendo lesiones cardiacas. Las pruebas clínicas demostraron su idoneidad para seres
humanos, y que además era capaz de reducir la presión sanguínea14.

El tamoxifeno actúa inhibiendo los efectos de los estrógenos (hormonas sexuales


femeninas). Los estrógenos se unen a las células de ciertos tejidos, como la mama, e
influyen en el crecimiento y la replicación de las células. Como resultado, algunos
cánceres de mama crecerán más rápido en presencia de estrógenos.
El tamoxifeno bloquea la acción de los estrógenos y evita el crecimiento del cáncer. El
fármaco fue inicialmente desarrollado como un anticonceptivo oral (en ratas puede
evitar la ovulación o interrumpir un embarazo)15, sin embargo en mujeres estimula la
ovulación y está catalogado como tratamiento contra la infertilidad16. En humanos el
tamoxifeno también se emplea como terapia contra el cáncer ya que bloquea la acción
de los estrógenos en el tejido mamario. Sin embargo en ratas, ratones y perros, a altas
dosis, tiene el efecto contrario15. En pruebas con animales provoca cáncer en ratas, pero
no en ratones. Tal y como afirman sus descubridores "si el fármaco se hubiera estudiado
actualmente en ratas, jamás hubiera llegado al mercado". Sin embargo uno de los
efectos secundarios detectados en humanos son náuseas y vómitos, y justo éste no se
detectó en las pruebas con animales.

Dado su potente efecto sobre el sistema inmunitario, los corticosteroides son muy
usados en medicina, aunque tiene ciertos efectos secundarios que limitan su uso. Existe
una gran variabilidad interespecífica en la respuesta de las diferentes especies ante los
glucocorticosteroides17. Los ratones son muy sensibles a los esteroides, una sola dosis
provoca una reducción del timo de un 90%, por el contrario, la misma dosis de cortisona
administrada diariamente durante una semana sólo produjo una reducción del 37% en
cobayas. Tal y como confirman investigadores de la Universidad de Dundee "el modo
de acción de estos fármacos es muy complicado, es una pena que casi todo el trabajo
realizado haya sido en animales de laboratorio, puesto que la mayoría es irrelevante para
el hombre a nivel terapéutico, ya que muchas especies responden de modo diferente"18.
Por el contrario uno de los efectos secundarios más graves de los esteroides, el
glaucoma, no fue detectado, porque en los experimentos con animales no se detectó que
estos productos aumentaran la tensión intraocular, de hecho los intentos por reproducir
forzadamente estos resultados en animales fueron infructuosos22.

La furosemida es un fármaco diurético muy caracterizado en la práctica clínica como


tratamiento para enfermedades cardiovasculares y renales. Sin embargo en ratones, ratas
y cobayas, el fármaco produce un daño hepático masivo19, lo cual no se produce en
humanos20. Por suerte, los efectos en ratones fueron descritos después de haberse
determinado la seguridad de la furosemida en las personas humanas21, en caso contrario,
jamás nos hubiéramos podido beneficiar de sus efectos terapéuticos en humanos.

El agua de grifo lleva siendo fluorada durante décadas, demostrando ser un factor clave
en la reducción de las caries23 sin efectos observables para los seres humanos24, sin
embargo en ratas de laboratorio podía derivar en cáncer24. Estos estudios fueron
ignorados dado que el DHHS declaró que los efectos del flúor variaban enormemente
entre especies25.

Depo Provera es una hormona sintética similar a la hormona femenina progesterona.


Otro nombre para Depo Provera es medroxyprogesterona. Las inyecciones
anticonceptivas de Depo Provera son efectivas para prevenir el embarazo durante unos
90 días. Experimentos en perros Beagle retrasaron su incorporación al mercado por los
efectos secundarios encontrados en estos animales27, además en monos produce un tipo
de tumor en unos tipos celulares que no existen en mujeres humanas, por el contrario el
tipo de cáncer producido en monos es curiosamente curado por Depo Provera en
mujeres humanas27. En 1992 la FDA aprobó después de varios países el uso de este
fármaco28, que nunca hubiera llegado al mercado, si se hubieran hecho caso a los
resultados obtenidos en animales.

Es por todos conocidos que las dietas ricas en grasas poliinsaturadas y fibras son buenas
protectoras frente al cáncer de colon en humanos. Sin embargo los estudios realizados
con animales revelan resultados totalmente opuestos29,30.

Aunque la prednisona es un valioso fármaco para el tratamiento de la leucemia y otros


cánceres en humanos, no produjo ninguna respuesta satisfactoria en ratones31. Este
fármaco puede usarse de modo aún más eficaz en combinación con otros fármacos
anticancerígenos, pero de nuevo, los ensayos con animales han conducido a errores: de
6 combinaciones farmacológicas que mostraban un mejor efecto clínico sólo una fue
pronosticada en los experimentos con animales31.

Muchos antibióticos actuales, como ampicilina, amoxicilina, oxitetraciclina o la


eritromicina, hubieran sido prohibidos si se hubieran ensayado en hámsters y cobayas,
tal y como era habitual durante su descubrimiento33.
Referencias:

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21.- M.Weatherall, Nature, 1982, April 1, 387-390.
22.- W M Grant, Toxicology of the Eye, 2nd edition (Charles Thomas,1974).
23.- A.M.Lilienfield & D.A.Lilienfield, Foundations of Epidemiology (Oxford
University Press, 1980).
24.- Eg. see R.Peto & R.Doll, The Causes of Cancer (Oxford University Press, 1981).
25.- Journal of NIH Research, 1991, vol.3, 46.
26.- C.Anderson, Nature, 1991, February 28, 732.
27.- Bulletin of the World Health Organisation, 1982, vol.60, 199-210.
28.- Lancet, 1991, October 5, 856-857
29.- J.L.Freudenheim & S.Graham, Epidemiologic Reviews, 1989,vol.11,229-235.
30.- D.Galloway, Cancer Surveys, 1989, vol.8, 169-188.
31.- R.J.Johnson & A.Goldin, Cancer Treatment Reviews, 1975, vol.2, 1-31.
32.- B.Reines, Cancer Research on Animals: Impact and Alternatives (NAVS,
Chicago, 1986).
33.- S.J.Desalva et al, Toxicology & Applied Pharmacology, 1969, vol.14, 510-514.
Dentro del campo de las sustancias de uso tópico podemos también citar algunos casos.
La quimiotripsina se emplea en cirugía oftálmica para el tratamiento de la catarata.
Aunque está recomendada para su uso en humanos1, la quimiotripsina es dañina para el
ojo de los conejos. En su libro Toxicology of the Eye (1974), Morton Grant establecía
que "la córnea de conejo parece diferir significativamente de la cornea humana en su
reacción ante la α-quimiotripsina". Se ha identificado que la introducción de α-
quimiotripsina en el estroma de la córnea de conejos conduce a una grave reacción
inflamatoria que puede conducir incluso a la perforación de la córnea. El oculista
español Joaquín Barraquer Moner puso en práctica accidentalmente la utilización de la
α-quimiotripsina con resultados que revolucionaron la técnica.

El mentol es un ingrediente muy común en jarabes (para bronquitis, sinusitis...), e


incluso en champúes y cremas. Si entra en contacto con el ojo, produce una sensación
de escozor durante unos minutos, pero sin efectos secundarios, sin embargo, el mentol
provoca "graves daños" en el ojo de los conejos3, una de las especies más empleadas
para la prueba de agentes irritantes en ojos.

Uno de los ejemplos más evidentes ocurre con el escualeno. El escualeno es una materia
prima natural que se encuentra en el sebo humano (5%) y otras fuentes de origen
animal. También se encuentra en los aceites vegetales especialmente en el aceite de
oliva. Es un producto de gran interés en investigación bioquímica y farmacéutica ya que
es el precursor natural de la biosíntesis del colesterol in vivo. Además, es un producto de
interés en el sector cosmético, y en el médico, donde se utiliza principalmente como
vehículo para los principios activos. A pesar de ser un producto humano natural, aún así
el escualeno fue probado en conejos y cobayas, en los cuales se produjo la pérdida del
pelo, lo cual obviamente no ocurre en humanos4, no en vano lleva mucho tiempo siendo
empleado con éxito y de forma segura en la industria ccosmética5.

También el aceite de oliva demuestra la incoherencia y la inutilidad de las pruebas


cosméticas en animales, los ensayos realizados en la Universidad de New York
indicaban que el aceite de oliva, tenía un efecto perjudicial al ser aplicado en la piel de
las ratas, provocando tumefacción, proliferación celular y descamación6.

Otro ejemplo de la poca fiabilidad de las pruebas cutáneas con animales son los
resultados obtenidos con la lejía, que según los estudios realizados con cobayas y
conejos debería ser considerada como segura para el uso humano7.

El lindano es un insecticida agrícola pero que usado muy diluido en lociones, cremas y
champúes para el tratamiento de piojos. Estas preparaciones pueden provocar una
irritación ocular excesiva así como conjuntivitis, sin embargo en conejos, aplicando una
solución aún más concentrada sólo se produjeron efectos mínimos3.
Referencias:

1.- British National Formulary, No.26(BMA and The Royal Pharmaceutical Society of
G.B., 1993).
2.-BARRAQUER, JOAQUÍN: Zonulolisis enzimática. Comunicación a la Real
Academia de Medicina de Barcelona. 8 de abril, 1958.
3.- W M Grant, Toxicology of the Eye, 2nd edition (Charles Thomas,1974).
4.- B.Boughton et al, Journal of Investigative Dermatology, 1955, vol.24 179-189.
5.- M M Rieger & G W Battista, Journal of the Society of Cosmetic Chemists, 1964,
vol 15, 161-172
6.- E.O.Butcher, Journal of Investigative Dermatology, 1951, vol.16, 85-90.
7.- G.A.Nixon et al, Toxicology & Applied Pharmacology, 1975, vol.31, 481-490.
Tal y como se comentó al inicio de este documento, la investigación con animales no
sólo supone que muchos medicamentos y otros productos potencialmente útiles nunca
lleguen al mercado, sino que muchos de los que llegan no tienen efecto terapéutico, y
peor aún, como hemos descrito anteriormente, pueden tener un efecto contrario o
deletéreo para el ser humano.

A lo largo de la historia se han dado a conocer casos de graves consecuencias derivadas


del empleo de medicamentos aprobados en animales, no en vano cada año se retiran del
mercado cientos de medicamentos y otros tantos productos de higiene. Sólo en los
Estados Unidos mueren cada año 100.000 personas como consecuencia directa de
reacciones adversas frente a medicamentos que fueron comprobados durante años en
animales y aprobados (Journal of the American Medical Association, Dr. Bruce
Pomeranz).

Metisergide es un potente alcaloide ergotamínico semisintético antagonista del receptor


5HT2, que parece estabilizar los neurotransmisores serotoninérgicos en el sistema
trigémino-vascular para bloquear el desarrollo de la inflamación neurogénica en casos
de migraña. Su utilidad está ahora limitada por sus efectos adversos y actualmente está
reservado para pacientes con dolores de cabeza refractarios que no responden a otras
terapias. Se considera como cuarta línea de acción en la profilaxis debido a sus efectos
secundarios que pueden suponer la muerte del individuo por una formación anómala de
tejido fibroso, fibrosis retroperitoneal que puede producir la obstrucción de los vasos
sanguíneos abdominales y bloquear el uréter. Estos efectos adversos no fueron
detectados en los experimentos con animales, ni tampoco han podido ser reproducidos
en animales después de haber sido observados en los humanos1,2.

El suprofeno (Suprol) fue retirado del mercado en mayo de 19873 como consecuencia
de sus efectos secundarios, que suponían la monitorización del paciente incluyo hasta 2
años después de haber dejado de tomar el fármaco4. Estos daños fueron sorprendentes
porque en los estudios con animales había tenido un excelente perfil: no se observaron
efectos cardiacos, renales ni sobre el sistema central en ninguna de las especies en las
que fue probado5.

En relación al arsénico, los investigadores no fueron capaces de confirmar el peligro del


arsénico en animales de laboratorio6. Lo mismo ocurrió con el benceno, en 1932 se
comenzaron las pruebas con 14 ensayos animales independientes, pero ninguno logró
probar que el benceno produjera cáncer. Tanto en el caso del arsénico como en el del
benceno, los esfuerzos por lograr inducir tumores continuaron durante décadas,
comenzándose a obtener los primeros resultados en los años 80. Es decir hemos
dedicado 50 años a forzar un método animal que confirmara lo que ya se sabían, en
lugar de destinar tiempo y recursos al perfeccionamiento de métodos con tejidos
humanos in vitro más predictivos. Incluso en los estudios más recientes, siguen sin
lograr resultados, por ejemplo un artículo publicado en 2006, en el que intentan
desarrollar un modelo animal para reproducir la respuesta del arsénico, concluye que la
extrapolación sobre el riesgo en humanos está limitada debido a las significativas
diferencias en la toxicocinética y la toxicodinámica que existen entre las diferentes
especies7.

El dinitrofenol, fue descrito por los investigadores para el tratamiento de la obesidad,


sin embargo, los médicos observaron rápidamente que provocaba cataratas. Los intentos
por replicar este suceso en animales se realizaron en ratas, conejos, cobayas y perros, y
fueron todos fallidos8, después curiosamente se observó que los pollos si respondían al
dinitrofenol por vía alimentaria. Con el triparanol, ocurría algo similar, pero las
cataratas se observaban en ratas y perros a dosis más altas, pero no en conejos ni en
monos9.

Algunas sustancias provocan efectos contrarios en las personas que las observadas en
otras especies, lo cual puede suponer un riesgo muy importante. Por ejemplo, la acetil-
colina dilataba las arterias coronarias en perros, pero en el tejido humano provoca una
vasoconstricción, lo que puede derivar en un espasmo cardiaco10. La bradiquinina relaja
los vasos sanguíneos en el tejido cerebral humano, pero los contrae en perros11. Los
leucotrienos, sustancias naturales implicadas en la inflamación (LTC4 y LTD4) son
vasoconstrictores en la piel de cobaya pero vasodilatadores en las personas y los
cerdos12.

Podríamos citar cientos de ejemplos, clonidina, isoprenalina, clioquinol,


talidomida...para demostrar una vez más que el uso de animales en laboratorio, no debe
ser una herramienta de trabajo, debemos sustituir urgentemente estos métodos y destinar
recursos, formación y proyectos de investigación a desarrollar nuevos métodos de
estudio, basados en baterías de ensayos in vitro, modelado informáticos, estudios
epidemiológicos, ya que a raíz de todos los resultados expuestos, seguir basando la
aprobación de nuevas sustancias según sus resultados en animales no es una opción,
sino una práctica peligrosa e irresponsable.
Referencias:

1.- R.Heywood in Animal Toxicity Studies: Their Relevance for Man, Eds. C.E.
Lumley & S.R.Walker (Quay Publications, 1990).
2.- K.A.Misch, British Medical Journal, 1974, May 18, 365-366.
3.- Drug Withdrawal from Sale, C.Spriet-Pourra & M.Auriche (PJB Publications, 1988)
4.- FDA Drug Review: Postapproval Risks 1976-1985 (US General Accounting Office,
April 1990).
5.- A.Yeadon et al, Pharmacology, 1983, vol.27, Suppl.l, 87-94.
6.- F.W.Sunderman Jr. in Advances in Modern Toxicology, vol.2, Eds. R.A.Goyer &
M.A.Mehlman (Wiley, 1977).
7.- Arsenic-induced bladder cancer in an animal model; Samuel M. Cohen a,1,
Takamasa Ohnishi a, Lora L. Arnold a, X. Chris Le
8.- B.H.Robbins, Journal of Pharmacology, 1944, vol.80, 264-269.
9.- W.M.Grant, Toxicology of the Eye,2nd edition (Charles Thomas,1974).
10.- S.Kalsner, Journal of Physiology, 1985, vol.358, 509-526.
11.- K.Schror & R.Verheggen, Trends in Pharmacological Sciences, 1988, vol 9, 71-74.
12.- P.J.Piper et al, Annals of the New York Academy of Sciences, 1988, vol.524, 133-
141.
La investigación con animales sigue siendo la herramienta más empleada por los
investigadores, sencillamente porque es la única herramienta que en la Universidad les
enseñan, debemos adaptarnos a la nueva situación e instaurar prácticas en las
universidades con los métodos alternativos que van siendo aprobados por la Unión
Europea, para que los alumnos cuando sean profesionales en práctica tengan mayores
conocimientos en estas técnicas. Digamos que ocurre los mismo que con los sistemas
operativos en el campo de la informática, en las universidades sólo se emplea un
Sistema Operativo, costoso y con evidentes problemas de seguridad y operabilidad, y
los profesionales después siguen trabajando con este sistema operativo a pesar de su
coste e inconvenientes, por el sencillo motivo de que es el único que han aprendido a
manejar.

No es necesario usar animales para realizar descubrimientos de gran repercusión en el


siglo XXI. El premio Nobel de 2005 Barry Marshall, por su trabajo sobre Helicobacter
pylori y los procesos ulcerosos, desistió de seguir investigando con animales porque era
incapaz de infectar otras especies, lo cual es lógico, porque él mismo había descrito que
H. pylori era una bacteria específica de humanos, finalmente decidió ingerir la bacteria
y continuar los experimentos utilizándose a sí mismo como cobaya (Gastroenterology
News, Anil K. Rustgi, MD, Section Editor). Sin su decisión, hoy no sabríamos tratar
esta enfermedad, pero en pleno siglo XXI debemos proporcionar los medios necesarios
para que ningún otro investigador deba realizar ensayos consigo mismo, debemos
proveer y validar métodos alternativos para ponerlos a disposición de los científicos y
poder acelerar las aplicaciones prácticas de los resultados obtenidos en el laboratorio.

El fin último de la investigación básica no es publicar artículos con resultados para


seguir renovando proyectos de investigación, sino publicar resultados de aplicación
práctica real en humanos. De los miles de artículos publicados con experimentos o
estudios con animales al año, casi ninguno tiene aplicación práctica en humanos, lo
interesante es maximizar el número de artículos con aplicaciones prácticas y reales en
humanos.
La activación y desactivación de fármacos y otros productos químicos en la piel a través
de procesos metabólicos son factores críticos relevantes en la evaluación de productos
terapéuticos y tóxicos. Es de vital importancia que el científico disponga de métodos
alternativos a los estudios con animales y el tejido bioequivalente a la piel humana
puede proporcionar una alternativa que puede ser considerada superior a los
experimentos con animales porque deriva del propio tejido humano, y también superior
a experimentos con escisiones de tejidos humanos porque es 100% viable. Existe una
necesidad urgente de desarrollar y validar métodos alternativos para medir la
biotransformación xenobiótica percutánea. Las pruebas con animales y con tejidos
humanos escindidos han sido los métodos estándar históricos para la confirmación de
efectos tóxicos y terapéuticos que pueden producirse en la piel como resultado de un
fármaco u otro metabolito químico. Durante los últimos años, los bioequivalentes a la
piel humana son cada vez más empleados para estos tipos de estudios farmacológicos y
toxicológicos. Estos modelos epidérmicos han sido utilizados en forma de cultivo
celular, láminas tisulares y sistemas epidérmicos y epidérmicos/dérmicos altamente
diferenciados.

A continuación se pretende destacar algunos de los datos publicados sobre la utilidad de


estos modelos bioequivalentes a la piel para varios tipos de estudios metabólicos y
toxicológicos de interés de la comunidad científica farmacéutica.

Los queratinocitos son las células principales de la epidermis y con frecuencia el tipo de
cultivo celular más empleado para estudios metabólicos xenobióticos, Rheinwald y
Green establecieron los primeros cultivos de queratinocitos para uso experimental en
197513. Las fuentes de queratinocitos para estos cultivos proceden de piel de biopsias y
cirugías electivas (mamarias y abdominales), así como de prepucio. Con los años, los
medios de cultivo han evolucionado hasta sistemas más desarrollados sin suero en
formato kit (p. ej., Cambrex Corporation’s Clonetics ™; Ref. 14). Existen en la
bibliografía15,16 exhaustivas revisiones de los métodos de cultivo de queratinocitos y sus
aplicaciones. Además la línea celular queratinocítica inmortalizada HaCaT, descrita por
primera vez en 1998 por Boukamp et al.17, también ha sido utilizada en estudios
dermatofarmacéuticos18–21.

Modelos de piel reconstruidos

Los primeros modelos de piel se desarrollaron durante los años 80. Las epidermis
reconstituidas a partir de la raíz externa de folículos capilares proporcionaron el primer
modelo equivalente para un estudio metabólicos con un fármaco en 199022. Algunos de
los modelos de piel reconstituida comercialmente disponibles más comunes aparecen
recogidos en la tabla I23. Una epidermis recubriendo una capa de fibroblastos dérmicos
es útil para la investigación centrada en la irritación, sensibilización y otros tipos de
pruebas en las que la respuesta inmunitaria es decisiva en el resultado experimental12,24.
Esta interacción dermoepidérmica es también importante en el metabolismo retinoide25.
La mayoría de los estudios metabólicos sobre fármacos no deberían verse
significativamente afectados por uso exclusivo de modelos epidérmicos a menos que
existan evidencias de que el compuesto pueda verse afectado por interacciones entre los
fibroblastos dérmicos y los queratinocitos de la piel, como es el caso del retinol. Existen
equivalentes dérmicos pigmentados en las compañías MatTek y SkinEthic. Estos
equivalentes pigmentados pueden ser útiles si la exposición solar de la piel puede
afectar al resultado experimental, por ejemplo, estudios de protectores solares, otros
estudios de radiación UV en los que la síntesis de melanina es integral26, y estudios
metabólicos/toxicológicos de fármacos en áreas de piel expuestas al sol27.

Tabla I. Modelos de piel reconstituida comercialmente disponibles


Producto Proveedor Página Web
EpiDerm™ MatTek Corporation, Ashland, MA, USA www.mattek.com
EPISKIN™ EPISKIN SNC (L’Ore´al), Lyon, France www.loreal.com
SkinEthic™ HRE SkinEthic Laboratories, Nice, France www.skinethic.com
Testskin™II Organogenesis, Inc., Canton, MA, USA www.organogenesis.com
Advanced Tissue Sciences, LaJolla, CA,
Skin2 ZK1300™
USAa www.advancedtissue.com

Enzimas de la piel implicadas en la destoxificación y biodisponibilidad farmacológica


La eliminación xenobiótica del cuerpo a través del metabolismo se logra principalmente
en el hígado, pero hay muchos otros tejidos en el cuerpo que tienen capacidad
metabólica. La piel tiene muchos de los mismos tipos de sistemas enzimáticos del
hígado, pero además tiene algunas enzimas que son únicas. Las enzimas comunes,
incluyen las monooxigenasas y las epóxido hidrolasas dependientes del citocromo P450.
Las actividades específicas de estas enzimas cutáneas son normalmente menores al 10%
de la actividad específica de las enzimas hepáticas, sin embargo, existen algunas
excepciones. Las reacciones de conjugación típicas también tienen lugar con
glucurónido, sulfato y glutatión. Algunas toxicidades también pueden resultar de las
reacciones enzimáticas de la piel, es decir compuestos que se activan en alérgenos o
carcinógenos a través de la oxidación28. Las proteínas de transporte (proteínas de
transporte de aniones orgánicos OATP, B, D, E, proteína 1 de resistencia
multifarmacológica, MDR1 formada después de inducción por dexametasona), y
proteínas asociadas a resistencia multfarmacológica, MRP1,3-6) también existen en los
queratinocitos viables de la piel29. Sin embargo en presencia de citoquinas no se
produce regulación a la baja en ninguna de estas proteínas de transporte en comparación
con la regulación a la baja mediada por citoquinas que se produce en los hepatocitos y
las células tumorales.

DATOS ACTUALMENTE DISPONIBLES SOBRE MODELOS DE EPIDERMIS


HUAMANA

Metabolismo farmacológico

Uno de los primeros informes sobre estudios exhaustivos sobre el metabolismo


farmacológico en modelos epidérmicos humanos se publico en 1990 por Pham et al.22.
Este grupo de investigación usó un modelo de epidermis reconstituida de células de la
raíz externa de folículos capilares humanos. En este sistema modelo se observaron las
reacciones del metabolismo del fármaco de fase I y fase II, incluyendo oxidación,
reducción, glucuronización, conjugación con glutatión, hidrolisis por sulfatasa y
hidrólisis de epóxidos.

El primer uso de un modelo equivalente a la piel comercialmente disponible se


describió en 1993 por Ademola et al.30. Este estudio incluyó una comparación de un
equivalente a piel por organogénesis y su homogeneizado, una monocapa de
queratinocitos basales, y una escisión de piel humana y su homogeneizado. Los
metabolitos producidos por la piel intacta, el cultivo celular y el equivalente de piel
fueron similares en calidad y cantidad. Sin embargo, una desetilación de 7-
etoxicumarina en la piel humana y en el homogenizado de equivalente de piel reveló un
aumento en la actividad enzimática del equivalente de piel de 3 a 8 veces superior que el
homogeneizado de piel humana. Esta reacción de desetilación ha sido estudiada como
un método para la destoxificación xenobiótica en la piel31. Algunos investigadores han
argumentado que las diferencias observadas en la actividad metabólica entre el
equivalente de piel humana y las escisiones de piel humana son resultado de las
deficiencias de los equivalentes de piel, pero la evidencia científica es que, en los casos
en los que la actividad metabólica del equivalente de piel es mayor que la del tejido
humano, como en este ejemplo de la desetilación, responde a que las escisiones de piel
siempre son tomadas con mucho más tiempo, y su viabilidad es reducida, por lo que la
actividad enzimática que produce, suele ser menor en comparación con los equivalentes
epidérmicos, que se comportan como muestras tomadas al momento.

La primera biconversión de un profármaco en un modelo equivalente de piel


comercialmente disponible fue descrita en 1994 por Lamb et al32. Sandoz Pharma
realizó estudios de metabolismo de fármacos en dos modelos Advanced Tissue
Sciences’ Skin2™ para comparar la eficacia potencial de los tratamiento de uso tópico
para la psoriasis34. Estos modelos in vitro resultaron válidos para comparar la tasa y el
grado de biotransformación cutánea de dos ciclosporinas. Las células HaCaT cultivadas
han sido utilizadas como parte del modelo de validación para el análisis del compuesto
L-Ala-4-motoxi-2-naftilamida19. Estas láminas celulares fueron mucho más permeables
al L-Ala-4-motoxi-2-naftilamida que escisiones epidérmicas humanas.

Los cultivos de queratinocitos han sido una buena fuente de estudios de


biotransformación de fármacos. Incluso queratinocitos de piel estraída post-mortem27.
Algunas de las actividades estudiadas en este tipo de queratinocitos han sido 7-
etoxirresorufin-O-desetilasa, fenacetin desetilasa, procainamida N-acetiltransferasa,
paracetamol sulfotransferasa, glucuronidación y glutatióne S-transferasa (GST).

Otro estudio significativo realizado en cultivos de queratinocitos humanos demostró la


existencia de proteínas de transporte asociadas con resistencias multifarmacológicas, así
como la expresión de múltiples enzimas del citocromo P45029. La expresión de
CYP1A1, CYP1B1, CYP2B6, CYP2E1, CYP3A5, proteínas 1 y 3-6 de transporte
asociadas con resistencias multifarmacológicas y proteína de resistencia pulmonar se
encontraron en queratinocitos usando análisis de retrotranscripción-reacción en cadena
de la polimerasa

Inducción e inhibición

Los cultivos de queratinocitos han sido empleados para examinar la inducción de


enzimas de fase I, CYP1A1 (citocromo P4501A1) y NADPH reductasa, y enzimas de
fase II UDP-glucuroniltransferasa y GST (39). Estas enzimas son de especial interés
porque son activas en el metabolismo químico de carcinógenos. Los productos químicos
usados para inducción en estos estudios incluyeron 3-metilcolantreno, dimetilbenz-
[a]antraceno, fenobarbital, clofibrato, y ácido retinoico todo trans. La expresión de
CYP1A1 en querationcitos se correlacionó con los niveles de ARNm de CYP1A1. Se
han empleado modelos equivalente s a piel humana para estudiar la activación de la
vitamina D3 a calcitriol42. En esta reacción enzimática, la vitamina D3 se hidroxila a
1α,25-dihidroxivitamina D3, calcitriol. La hidroxilación en este estudio fue inhibida por
el inhibidor de la oxidasa del P450 quetoconazol. Otra investigación realizada por los
mismos investigadores demostró que la provitamina D3 (7-deshidrocolesterol) también
podría activarse por radiación ultravioleta B para formar calcitriol43. El quetoconozaol
también fue capaz de inhibir esta reacción en el tejido.

Se ha demostrado que el tejido RHE de SkinEthic expresa la isoenzima 5α-reductasa,


isoenzima 144. Esta enzima reductasa es responsable de la activación de la testosterona a
5-dihidrotestosterona, la forma más potente de testosterona. Finasteride, un fármaco
empleado para tratar la pérdida de cabello en varones (alopecia androgénica), inhibió la
actividad de esta 5α-reductasa, isoenzima 1en el equivalente de piel. Este mismo efecto
inhibidor de finasteride había sido previamente observado también en la línea celular
HaCaT21.

Carcinogénesis

No sólo es importante comprender los procesos cutáneos para el estudio de


biodisponibilidad farmacológica tópica, es incluso más importante para realizar perfiles
de seguridad de sustancias aplicadas por vía tópica y otros xenobióticos que puedan
entrar en contacto con la piel humana. Los perfiles de seguridad para exposición cutánea
incluyes pruebas de irritación, inflamación y citotoxicidad, pero probablemente las
pruebas más críticas más importantes sean unas de genotoxicidad precisas para la
seguridad de un compuesto. Un importante estudio examinó el uso de un equivalente de
piel comercialmente disponible para la evaluación de carcinogénesis y describió una
exitosa correlación con los resultados ya publicados en piel humana y murina45. En este
estudio, se analizaron carcinógenos conocidos por sus efectos genotóxicos en el modelo
EpiDerm de MatTek. Se evaluaron los efectos de benzo[a]pireno, radiación ultravioleta
B, ultravioleta A, radiación ultravioleta A-psoraleno identificando marcadores como
aductos de ADN, proteínas c-fos, y p53. Los estudios con radiación ultravioleta han
tenido un gran éxito en equivalentes de piel humana26,46–48.

Bioconversión de sustratos endógenos

Un metabolito activo del fármaco para el tratamiento de la soriasis, etrenitato, cambia el


perfil de ácidos grasos en los queratinocitos e interfiere con la esterificación del ácido
araquidónico en lípidos no fosforados. La oxidación de fosfolípidos también ha sido
estudiada en cultivos de queratinocitos humanos50. En el estudio realizado por
Shvedova et al. se observó la oxidación preferencial de fosfatidilserina, después del
tratamiento con hidroperóxido de cumeno. Además, el papel del factor de transcripción
de la enzima metabolizadora de los lípidos, receptor α activado por profilferación de
persoxisomas, ha sido estudiado en modelos de epidermis recontrsuida51. La epidermis
humana reconstruida también ha sido empleada como sistema modelo para demostrar
las necesidades de vitamina C en la formación de lípidos en el estrato córneo52.

Los equivalentes de piel son útiles para examinar la respuesta inmunológica en


dermatitis por contacto e infecciones cutáneas como candidiasis cutánea53,54. La aspartil
proteinasa, un enzima hidrolítico y un factor de virulencia secretado por Candyda
albicans, ha sido identificado en un modelo tisular de SkinEthic para candidiasis
cutánea53. La capacidad de usar estos modelos in vitro, que muestran un
comportamiento tisular bajo un estado patológico, son de gran ayuda en la evaluación
de tratamientos farmacológicos y posiblemente ayuden a ahorrar posteriores costes en
los ensayos clínicos.
Se han identificado marcadores de irritación en equivalentes comerciales de piel55. Se
compararon los niveles de ARNm de interleuquina-1α (un marcador precoz de
irritación) en EpiDerm y en escisiones de piel humana después de irritación con
dodecilsulfato de sodio (SLS) y agua56. El agua no produjo irritación en los cultivos de
EpiDerm. Los niveles de ARNm de IL-1α se triplicaron en el tejido tratado con SLS en
comparación con el tejido tratado con agua, tanto en el modelo con piel escindida como
en el sistema EpiDerm. Las concentraciones de SLS se ajustaron en estos experimentos
para ver las diferencias de permeabilidad entre la piel humana y EpdiDerm. En general
EpiDerm fue menos resistente al daño provocado por el SLS que las escisiones de piel
humana. Después del ajuste del tratamiento con SLS, para las diferencias en la
permeabilidad de EpiDerm (10-20 veces), se encontraron niveles de marcadores de
irritación similares en ambos tipos de tejidos.

La citotoxicidad de materiales de vendaje para la curación de heridas también pueden


ser investigados en equivalentes de piel cuantificando la síntesis de ADN57. Se han
obtenido resultados similares cuando se compararon los resultados con piel humana y
equivalentes de piel humana al ser tratados con hialuronidasa58. El ácido hialurónico
endógeno y su receptor, CD44, pueden estudiarse en equivalentes de piel humana. El
ácido hialurónico es importante en el crecimiento tisular, la cicatrización de heridas y
también en aplicaciones cosméticas.
Referencias:

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En resumen, hemos visto cómo los ensayos con animales:

No son fiables: dado que carecen de reproducibilidad intraespecífica (por sexos) e


interespecífica (por especie), y por lo tanto no son extrapolables a los seres humanos. El
resultado de esta ausencia de extrapolabilidad conduce a que existan productos aptos o
no tóxicos en animales que si pueden serlo para los humanos, y que por el contrario
existan productos no aptos o tóxicos en animales pero que no lo serían en humanos.

El metabolismo xenobiótico de cada especie transforma una misma sustancia


generando otras diferentes: por lo que profármacos no activos en animales de
laboratorio si pueden serlo en humanos, o sustancias inocuas en animales de laboratorio
pueden ser potencialmente cancerígenas en humanos, y viceversa.

Son manipulables: es decir propensos a la interpretación, o a la orientación interesada


por parte del investigador, produciéndose gastos innecesarios. Debemos estandarizar y
normalizar los métodos empleados por todas las compañías.

No responden al método científico: dado que las condiciones en las que los animales
deben ser mantenidos no respetan su naturaleza lo que provoca alteraciones metabólicas
y fisiológicas que pueden modificar los resultados. Es decir que muy probablemente los
resultados obtenidos con un ratón de laboratorio, no fueran tampoco extrapolables a un
ratón no sometido a las condiciones del laboratorio (estrés por aislamiento,
hacinamiento, trastornos nutricionales, privación de la conducta propia, ausencia de
interacción con otros animales y el entorno...).

A la vista de todos estos resultados, la disyuntiva no es que necesitemos métodos


alternativos a la investigación animal, es que a la vista de los resultados sucintamente
expuestos en este escrito, no existe otra alternativa que el desarrollo de nuevos métodos
in vitro que mimeticen la piel y otros tejidos humanos y la validación de los ya
existente. En pleno siglo XXI no tiene sentido seguir invirtiendo en la humanización de
modelos animales, que lo que supondrá será introducir más variabilidad a la ya de por sí
existente en estos modelos. Debemos invertir los recursos en la creación de métodos
nuevos, el desarrollo de los actuales y la validación de los ya existentes.
Anexo I. Algunos de los métodos existentes en la actualidad:

• Test de difusión de agarosa. Evalúa la toxicidad de plásticos y otros materiales


sintéticos.
• Modelos matemáticos e informáticos. Predicen la capacidad de irritación de
sustancias según sus propiedades físicas y estructurales.
• EpiDerm. Estudios de Irritación dérmica y absorción cutánea e investigación
dermatológica básica en cultivo de tejido.
• EpiOcular. Cultivo de tejido que reproduce las características de la córnea
ocular.
• Epipack. Utiliza capas de células humanas clonadas para predecir la reacción a
un irritante dérmico
• Ensayo del rojo neutro. Mediante ordenador se analiza la absorción del tinte
rojo neutro por células humanas, medida que correlaciona la toxicidad.
• Ensayo de conducción transepitelial. Estima el potencial irritante de
sustancias.
• Corrositex. Evalúa la corrosividad o causticidad de compuestos
• Eytex. Utiliza proteínas de judía para mimetizar la reacción de la córnea
(utilizado, por ejemplo, por Avon y The Body Shop)
• Skintex. La pulpa de calabaza simula la reacción de la piel humana (Eytex y
Skintex forman parte del actual Irritation Assay System o Irritection, que evalúa con
éxito 5000 compuestos).
• Testskin. Se usa un cultivo de piel humana para medir la irritación (Avon,
Amway, Esteé Lauder, Origins, Bobbi Brown, Clinique).
• TOPKAT. Software que mide la toxicidad, mutagenicidad, carcinogenicidad y
teratogenicidad (entre otros lo usan: el ejército de EEUU, la Environmental Protection
Agency, y la Food and Drug Administration).
• Test de Ames. Test para detectar carcinógenos gracias a un cultivo de
Salmonella typhimurium. Llega a detectar 156 de 174 (90%) carcinógeno.
Anexo II. Opinión de algunos expertos.

“Cada especie tiene su propio patrón metabólico, y ni siquiera dos especies son
parecidas en metabolizar una droga idénticamente"
Dr. Miles Weatherall admitió. Nature, April 1982, pp.387-390

"No conozco ningún avance por la vivisección, ningún descubrimiento científico que no
puediera haberse obtenido sin semejante barbarie y crueldad"
Charles W. Mayo, MD (1961), hijo del fundador de la Clínica Mayo

"Provocar el cáncer a un animal de laboratorio no nos ha ayudado, ni nos ayudará, a


tratarlo en los humanos que lo padecen."
Dr. Albert Sabin, Descubridor de la vacuna de la polio con virus vivos

“Los tests animales son manipulados para “probar” cualquier cosa y ya es tiempo de que
se discontinúe esta práctica no científica (fuente: C. K. Yoe, The Chemical Engineer, 11
de Febrero de 1999).

“Ningún experimento en animales con un medicamento, incluso si es probado en varias


especies animales, incluyendo primates, en todas las circunstancias concebibles, puede
ofrecer ninguna garantía de que el medicamento probado de esta forma actuará de la
misma manera en humanos: porque en muchos aspectos los seres humanos son
diferentes de los animales”.
Ernst Boris Chain, premio Nobel y codescubridor de la penicilina,

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