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Este relato se present en la Maestra de Historia y Teora del Arte, la Arquitectura y la Ciudad dentro de un proyecto de investigacin sobre la modernidad.

Universidad Nacional de Colombia

TRANVA 4
Me cuenta que en su infancia alucinaba modernidades, que muchas tardes, con un amigo tomaban el tranva 4 a Ensenada, para atravesar la destilera con los ltimos resplandores del da, cuando la noche se ilumina con las luces que reflejan en las estructuras de acero y la niebla y los humos transforman las tuberas en la ciudad del futuro que para l era la destilera de YPF, la ciudad de Flash Gordon, que todos los domingos vea en la matin del San Martn.

Me dice tambin, que para l siempre fue un objetivo sentirse moderno y que crea que lo era para todos los italianos que como l y sus padresllegaron despus de la Segunda Guerra. Entonces me contaba que, ms all de la estacin, el lento y destartalado tranva se meta por una estrecha calle sin pavimentar y sala a 122, luego atravesaba El Dique con sus casas de Zinc y su agua espesa de petrleo, pero con el alucinante resplandor de las chimeneas que quemaban el gas de la destilera.

De ah en adelante su mundo era el que haba visto en la pelcula de Flash Gordon en la matin del domingo en el San Martn: los tubos que se retorcan eran las calles del futuro, los reluciente tanques eran los edificios de alguna ciudad fantstica y los vapores que envolvan las estructuras, eran la extraa atmsfera de algn lejano planeta. De pronto la magia se acababa y el bamboleante tranva 4 entraba a la realidad de Ensenada.

Nunca hice ese viaje, pero recuerdo las luces de la destilera desde la ventanilla del colectivo, que en un sentido era el 13 y cuando regresaba era el 14. Recuerdo tambin cuando se separaron y a Ensenada slo fue el 13 y un tiempo despus el 14 lleg a Berisso, por el otro camino, el de la calle 60, el que dejaba ver el otro lado de la ciudad del futuro.

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