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Relato publicado en el artculo Identidad Platense y en el libro Express, arquitectura, literatura y ciudad.

EL TRANVA 25

A veces temo que te hayas encontrado con el fantasma del tranva 25; ese que algunas noches recorre las penumbras platenses atropellando a quien se le atraviese. S tambin que nadie (o casi nadie) puede verlo, aunque muchos hayamos odo los espantosos alaridos de su cobrador deforme, alucinacin gris, desde la plataforma trasera.

Tambin hay quienes aseguran haber visto los chispazos que produce el trole cargado de nostalgias de obreros que van a un frigorfico que ya no es e insisten en recordar los destellos en un cable inexistente an envuelto en las nieblas tempranas del camino a Berisso y en los alientos brutales de los italianos que vuelven a su Isla Paulino. Nada de eso se ve ni se respira- en la incierta presencia del tranva fantasma. Pero su encuentro en alguna empedrada calle platense puede ser definitivo...

Yo nunca lo vi, pero intuyo haber respirado el tufo (que hoy es pieza de coleccin en mi memoria) mezcla de petrleos viejos, vino cido de la Isla, axilas progresistas y eructos trasnochados que impregnaban sus asientos de madera con tablitas: una clara, una oscura, una clara... un infinito que mis dedos nunca acabaron de contar, aunque estuvieron cerca. Pero triste de aquel que en estas noches se encuentra con la equivocada y errtica mole plateada cuyas ruedas chirran eternas consignas populares al doblar lentamente la esquina de 1 y 60...

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