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HISTORIA DE LA FILOSOFIA MEDIEVAL PROF. JORGE EDUARDO NORO / MATERIAL DE TRABAJO
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FILOSOFIA MEDIEVAL PROBLEMA DE LOS UNIVERSALES
PROF. DR. JORGE EDUARDO NORO norojor@cablenet.com.ar 01. LOS UNIVERSALES
 
El problema de los universales es el problema de la correspondencia de nuestros conceptos intelectuales con las cosas que existen fuera de nuestra mente. Mientras que los objetos externos son determinados, individuales, formalmente excluyentes de toda multiplicidad, nuestros conceptos o representaciones mentales nos ofrecen las realidades con independencia de toda determinación particular; son abstractos y universales. La cuestión, por tanto consiste en descubrir hasta qué punto los conceptos de la mente corresponden a las cosas que representan; cómo la flor que concebimos representa la flor que existe en la naturaleza; en una palabra, si nuestras ideas son fieles y tienen realidad objetiva. Se han ofrecido cuatro soluciones del problema. Es necesario describirlas cuidadosamente, pues los autores no siempre usan los términos en el mismo sentido.
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Un problema capital respecto a los “universales” es el de su status ontológico. Se trata de determinar
qué clase de
entidades son los universales, es decir, cuál es su forma peculiar de “existencia”. Aunque,
por lo dicho, se trata primordialmente de una cuestión ontológica, ha tenido importantes implicaciones y ramificaciones en otras disciplinas: la lógica, la teoría del conocimiento y hasta la teología. La cuestión ha sido planteada con frecuencia en la historia de la filosofía, especialmente desde Platón y Aristóteles, pero como fue discutida muy intensamente durante la Edad Media suele colocarse en ella el origen explícito de la llamada cuestión de los universales. Que sea durante la Edad Media cuando este problema fue debatido con mayor intensidad se debe a que de su solución dependía la determinación del fundamento ontológico del hombre individual, de capital importancia para la teología y la mentalidad religiosa de la época. Pues, junto con la filosofía griega, que concibe el pensar la esencia de las cosas en relaciones generales, la doctrina medieval hereda la metafísica neoplatónica, que equipara los grados de la generalidad lógica con las diversas intensidades axiológicas del ser: Dios es lo absolutamente universal y, por consiguiente, lo absolutamente real. Pero entonces se plantea el problema de si el individuo (lo opuesto a lo general) es real o qué clase de realidad le compete. La cuestión surgió con particular agudeza desde el instante en que se consideró como un problema capital el planteado en la traducción que hizo Boecio de la Isagoge de Porfirio.
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 M. DE WULF, ENCICLOPEDIA CATOLICA. http://www.enciclopediacatolica.com/n/nominalismo.htm. FERRATER MORA, Diccionario de Filosofía. Sudamericana.
 
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Es conveniente considerar los universales en tres esferas: como arquetipos en la mente de Dios, como esencias en las cosas y como conceptos mediante los cuales hablamos de las cosas. Las posiciones adoptadas entonces en la cuestión de los universales dependen de las afirmaciones o negaciones que se formulen con respecto a cada una de tales esferas. Así, si se niega que los universales estén en nuestra mente como conceptos y se declara que son sólo "imágenes" o "vocablos comunes", tenemos la posición nominalista (o mejor terminista). Si se afirma que están en nuestra mente, puede preguntarse entonces si existe o no en la realidad algo denotado por ellos. Cuando se mantiene que no, la posición adoptada es la conceptualista. Cuando se mantiene que sí, pueden adoptarse tres opiniones: el universal existe realmente (realismo extremo); el universal existe formalmente en nuestro espíritu (realismo moderado); el universal existe fundamentalmente en cuanto a su comprensión (realismo moderado de sesgo conceptualista).
 
El problema de los universales es un problema que involucra el conocimiento de las realidad y el problema mismo del conocimiento (gnoseológico): es un problema que analiza la capacidad de construcción de los conocimientos particulares y universales, es decir, la abstracción (psicológico); es un problema que involucra el ser o el fundamento de los entes individuales (ontológico); es un problema que afecta las relaciones con Dios y lo trascendente (teológico).
02. RESPUESTAS REALISMO EXAGERADO UNIVERSALIA ANTE REM CONCEPTUALISMO UNIVERSALIA POST REM IN MENTE
El Realismo exagerado sostiene que hay conceptos universales en la mente y cosas universales en la naturaleza. Los universales no son solamente sustancias sino que
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 con respecto a las cosas singulares
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 son entes mas originarios, productores, determinantes. Lo general es una realidad esencial y originaria que alberga en sí lo particular. Los universales tienen existencia propia, independiente de las cosas concretas y su ser antecede al ser de las cosas. Hay un paralelismo entre el ser en la naturaleza y el ser en el pensamiento, puesto que el objeto externo está revestido del mismo carácter de universalidad que descubrimos en el concepto. Esta es una solución simple, pero que va contra los dictados del sentido común. El Conceptualismo admite la existencia en nosotros de conceptos abstractos y universales (de donde su nombre), pero sostiene que no sabemos si los objetos mentales tienen o no algún fundamento fuera de nuestras mentes o si los objetos individuales en la naturaleza poseen respectivamente y cada uno por sí mismo las realidades que concebimos como efectivas en cada uno de ellos. Los conceptos tienen un valor ideal; no tienen valor real, o al menos no sabemos si tienen valor real.
REALISMO MODERADO UNIVERSALIA IN RE NOMINALISMO UNIVERSALIA POST REM IN VOCE
Los universales existen realmente, si bien solamente en tanto que formas de las cosas particulares, es decir, teniendo su fundamento en la cosa: universalia in re. Los realistas moderados no pueden no negar que hay universales en Dios en tanto que arquetipos de las cosas, por lo que es El Realismo exagerado inventa un mundo de realidad que corresponde exactamente a los atributos del mundo del pensamiento. El Nominalismo, por el contrario, modela el concepto sobre el objeto externo, que sostiene es individual y particular. El Nominalismo por
 
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frecuente hallar el realismo moderado mezclado con el llamado realismo agustiniano. El Realismo moderado, declara que hay conceptos universales que representan fielmente realidades que no son universales. ¿Cómo puede haber armonía ente los primeros y las últimas? Estas últimas son particulares, pero tenemos la facultad de representárnoslas a nosotros mismos de manera abstracta. Ahora bien el género abstracto, cuando el intelecto lo considera reflexivamente y lo contrasta con los sujetos particulares en los que se hace realidad o es capaz de hacerse realidad, es atribuible indiferentemente a cualquiera y a todos ellos. Esta aplicabilidad del género abstracto a los individuos es su universalidad. consiguiente niega la existencia de conceptos abstractos y universales, y rechaza admitir que el intelecto tenga la facultad de engendrarlos. Lo que llamamos ideas generales son sólo nombres, meras designaciones verbales, que sirven como etiquetas a colecciones de cosas o a series de acontecimientos particulares. De ahí el término Nominalismo. Ni el Realismo exagerado ni el Nominalismo encuentran dificultad en establecer correspondencia entre la cosa en el pensamiento y la cosa que existe en la naturaleza, puesto que por caminos diferentes, ambos postulan la perfecta armonía entre las dos. La dificultad aparece cuando asignamos atributos diferentes a la cosa en la naturaleza y a la cosa en el pensamiento; si sostenemos que la una es individual y la otra universal. Surge entonces una antinomia entre el mundo de la realidad y el mundo como se representa en la mente, y eso nos lleva a investigar cómo la noción general de flor concebida por la mente es aplicable a las flores particulares y determinadas de la naturaleza.
03. ANTIGÜEDAD
PLATON:
 La conciliación del uno y los muchos, de lo cambiante y lo permanente, fue uno de los problemas favoritos de los griegos; conduce al problema de los universales. La afirmación típica del Realismo exagerado, la más franca hecha nunca, aparece en la filosofía de Platón; lo real debe poseer los atributos de necesidad, universalidad, unidad e inmutabilidad que se encuentran en nuestras representaciones intelectuales. Y como el mundo sensible contiene sólo lo contingente, lo particular, lo inestable, de ahí se sigue que lo real existe fuera y por encima del mundo sensible. Platón lo llama eidos, idea. La idea es absolutamente estable y existe por sí misma aislada del mundo fenoménico, distinta del intelecto humano y divino. Siguiendo lógicamente las directrices principales de su Realismo, hace que una entidad ideal corresponda a cada una de nuestras representaciones abstractas. No sólo las especies naturales sino los productos artificiales no sólo las sustancias sino las propiedades las relaciones e incluso las negaciones y la nada tienen una idea correspondiente en el mundo suprasensible. "Lo que hace de uno y uno dos, es una participación de la díada, y lo que hace de uno, uno es una participación de la mónada en la unidad" El Realismo exagerado de Platón, que reviste al ser real con los atributos del ser en el pensamiento, es la doctrina principal de su metafísica.
ARISTOTELES :
 Aristóteles rompió con estas opiniones exageradas de su maestro y formuló la doctrina principal del Realismo moderado. Lo real no es, como dice Platón, una vaga entidad de la que el mundo sensible es sólo la sombra; habita en medio del mundo sensible. La sustancia individual (este hombre, ese caballo) es la única que tiene realidad; sólo ella puede existir. Lo universal no es algo en sí mismo; es inmanente a los individuos y se multiplica en todos los representantes de una clase. En cuanto a la formación de la universalidad de nuestros conceptos (hombre, justo), es un producto de nuestra consideración subjetiva. Los objetos de nuestras representaciones genéricas y específicas pueden ciertamente ser llamados sustancias, cuando designan la realidad fundamental (hombre) con las determinaciones accidentales (justo, grande); pero éstas son segundas sustancias, y por esto Aristóteles entiende precisamente que este atributo de universalidad que afecta a la sustancia como en el pensamiento no pertenece a la sustancia (la cosa en sí); es el resultado de nuestra elaboración subjetiva.

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