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NORO JORGE EDUARDO norojor@cablenet.com.ar 1
FORMADOR DE FORMADORES CASOS E IDEAS PARA EL DEBATE
PROF. DR. JORGE EDUARDO NORO
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DE LAS RELACIONES ASIMETRICAS A LA PEDAGOGIA DEL MIEDO ETICA Y RESPONSABILIDAD EN LA FORMACION DE FORMADORES
Las relaciones pedagógicas en el seno del Instituto formador le asignan a cada uno de los actores funciones específicas tanto en proceso de transmisión de los conocimiento (enseñanza) como en el de apropiación de los mismos (aprendizaje). Estas relaciones pueden estar caracterizada por niveles diversos de comunicación y confianza, pero siempre se tratan de relaciones asimétrica: los docentes son quienes disponen de un patrimonio de conocimiento que los alumnos deben adquirir y acreditar (exámenes) para la alcanzar la correspondiente certificación. Este tipo de relaciones asimétricas puede reunir caracteres diversos, pero frecuentemente subyace una relación de poder y arbitrariedad que genera el miedo entre los alumnos que se someten a diversas manifestaciones de arbitrariedades e imposiciones como una vía obligatoria para la prosecución o la conclusión de la carrera docente. Cualquier tipo de disenso, protesta o reclamo es percibido como un riesgo académico o una imposibilidad institucional. Como las relaciones docentes operan como patrones explícitos o modelos implícitos del futuro ejercicio profesional, estas situaciones de amenaza y temor se pueden convertir en un estilo docente que los egresados del Instituto ponen en acto en su tarea como docentes, desplazando los preceptos teóricos del Instituto formador. Se impone revisión de las posturas epistemológicas y éticas frente a la administración y transmisión del conocimiento, analizando la forma en que efectivamente circula en las instituciones formadoras de los docentes, asi como un examen de su trama de relaciones entre los actores.
“Institución del nivel superior. Alumnos qu
e piden una entrevista con el Director. Expresan su malestar por situaciones vividas con una profesora: les ha advertido durante todo el año que la aprobación de su materia es sumamente compleja y que tienen que seguir sus explicaciones  puntualmente; ha señalado a algunos advirtiéndoles que difícilmente podrán aprobar y concluir la carrera mientras él esté allí; ha tratado de demostrar que su saber es tan amplio y  profundo que es todo un atrevimiento lograr la acreditación. Los alumnos han callado todo el año. Próximos a los exámenes manifiestan tener miedo de que todo lo dicho se haga realidad.
Los testimonios de años anteriores así lo prueban.”
(2004)
“Instituto Superior de form
ación docente. Conflictos con un docente que tiene un cumplimiento irregular de sus obligaciones (falta mucho) y un desarrollo desorganizado de los temas. Los alumnos no cuestionan el dominio de la materia, pero si las explicaciones, la asignación arbitraria de obligaciones, el formato de los parciales, la corrección y devolución de los mismos. Creen que los aprendizajes son muy desordenados y mínimas las posibilidades
 
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de aprobación. Solicitan la presencia de directivos a través de la observación de las clases. Los directivos concurren y
 en el desarrollo de las clases
 no se observa nada anormal. Los alumnos manifiestan que con la presencia de las autoridades el profesor ha cambiado. Se efectúa una entrevista con el docente y un seguimiento puntual de sus actividades. Los alumnos no regresan hasta concluir el año académico, reiterando las quejas originales. Cuando se les pregunta por qué no siguieron insistiendo con sus demandas, manifiestan que el docente les advirtió que ante cualquier presentación ante las autoridades, deberán atenerse a
las consecuencias”.
 (2005)
“Esto es el niv 
el superior y en el nivel superior hay que aguantárselas. No pueden andar con lloros histéricos y quejas infantiles por cualquier cosa. La cátedra, mientras se atenga al  programa establecido y se maneje con niveles de calidad, tiene absoluta libertad. Este es un acuerdo mutuo: yo marco las reglas y ustedes responden para poder alcanzar el objetivo. Cualquier acción o intervención que rompa este contrato, amenaza el logro de la meta
 propuesta” (profesor. Instituto Superio
r.2003)
“Ganas de hablar tenemos. Ganas de decir todo lo que pensamos… pero la prudencia nos dice
que no conviene hacerlo, que no es conveniente. No queremos convertirnos en las víctimas de turno. Es preferible callar. ¿Quién va a levantar la mano para contestar ante ciertas frases injustas o agresivas? ¿Quién se puede atrever a quedarse para aclarar las cosas con los  profesores? El silencio no es cobardía, así como decir lo que uno piensa o siente no es valentía: hay que sobrevivir y para ello es necesario aceptar las reglas de juego. Esas reglas
no las consensuamos, son las reglas que tiene o impone el profesor. Si hablamos perdemos”.
(Alumnos de profesorados.2004)
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NUEVA GENERACION: MODELO PARA ARMAR
Los alumnos que hoy están en el nivel superior, los que desconciertan y sorprenden a sus docentes, no son solamente hijos de la ley federal de educación y la nueva organización curricular, son los hijos de muchos otros acontecimientos que oportunamente fueron sembrados y que hoy han crecido como para sentarse en las aulas de las universidades. Son hijos de (1) la televisión en todos los momentos del día y diseminada en cada una de las habitaciones, (2) los videojuegos, (3) los walkman o diskman de diversos formatos y tecnologías, (4) las salidas descontroladas alterando toda lógica en los horarios, (5) la presencia exagerada frente a las computadoras y en los cyber, (6) los retiros voluntarios de los padres, (7) el movimiento pendular entre la abundancia engañosa del dinero y la carencia de recursos, (8) los problemas familiares, (9) las profundas transformaciones e inseguridades en el ámbito laboral, (10) las casas vacías invadidas por amigos y extraños, (11) los cambios de los hábitos de los adultos (especialmente de los padres), (12) la difundida crisis de autoridad, (13) la degradación cultural de los mayores (entre ellos, los educadores), (14) todos los conflictos políticos padecidos, (15) la mezcla de temor y desinterés de las prácticas políticas, (16) la corrupción generalizada, (17) el quiebre de articulación entre la figura paterna o materna y los proyectos de vida de los hijos, (18) la inseguridad real y exagerada, (19) el descontrol y de la ausencia de límites, (20) el consumo de alcohol y los diversos accesos a las drogas, (21) la confusión de roles y el cambio del lugar social de los adultos, (22) la desconfianza frente al futuro, (23) un clima de escepticismo generalizado, (24) el refugio en las casas reforzadas y la privatización de la vida social, (25) la defensa excesiva de los hijos frente a
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“¿Quién controla al Instituto? ¿Quién a los profesores? ¿Cómo se protege a los alumnos? ¿Padecés vos también
múltiples, diversos y complejos abusos de poder? ¿Qué docente quieres ser y qué colegas pretendes para el futuro
de tu carrera? (Anónimo / 1) “El control es necesario para el adecuado y óptimo traspaso de los conocimientos y
estudios académicos. Las hostilidades que se manifiestan en las aulas del Instituto provocan una relación
reatroactiva entre educadores y educando dando por resultado una ineficiente e inadecuada educación” (Anónimo/2 
. 2005 
 ). “Queremos comunicarles que estamos dispuestos a enaltecer el prestigio del instituto a pesar de la
 pedagogía y la didáctica histérica, dictatorial y soberbia de algunos profesores (¿?), aplicada en alumnos que ya no mantienen sus compromisos como estudiantes que han optado por los estudios del nivel superior. Es necesario desenmascarar a los intelectualoides, que complotan contra el Instituto y cuyo propósito desconocemos, pero que intuimos hipotéticamente que se trata de un abuso de autoridad que da como resultado el desprestigio de la
institución y de los que en ella dignamente trabajan”. (Anónimo/ 3
. Baño de varones. 2005)
 
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cualquier intervención extraña, (26) el retroceso de la educación escolarizada y el vaciamiento de las escuelas, (27) los miedos y las frustraciones de los años oscuros, (28) los profundos cambios producidos en las instituciones (29) las transformaciones en las relaciones interpersonales, (30) las incertidumbres en las que nos movemos, (31) la fragilidad de los compromisos, (32) la provisionalidad de las promesas,
entre tantas cosas…
Pero nosotros
 adultos y docentes
 no vivíamos en otro universo. Nosotros formamos parte de esta historia y pudimos volvernos insensibles cuando los primeros síntomas aparecían o algunos presagios lo insinuaban (como la parábola de la rana y el agua caliente). Despertamos frente a la saturación y al desborde pero estos indicios estaban dando vuelta entre nosotros desde hace tiempo. Sucede como los fenómenos de la biología: un virus, una peste, una pandemia exhiben primero pequeñas señales y pocos afectados; como no nos sucede, como no nos afectan tanto, como aun podemos seguir con nuestras actividades normales, suponemos que no debemos darle importancia. Y cuando finalmente se instala, ya se ha convertido en un mal descontrolado. Posiblemente
 como acaece en esos fenómenos sanitarios
 nosotros nos hemos salvado, o hemos salvado a nuestros hijos (que no han padecido todos
estos síntomas)… pero lo cierto es que finalmente ha afectado nuestro trabajo y nuestra labor como
docentes en la universidad o en el nivel superior (o en los otros niveles).
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ESA COSA LLAMADA ESCUELA PREPARANDO A LOS FUTUROS DOCENTES
10,45 de la mañana. Tercer año del polimodal: alumnos de 17 años (todos varones que finalizan la escuela media y que en breve estarán en la universidad). Ya hemos leído en días anteriores la primera  parte del MARTIN FIERRO y estamos leyendo la segunda parte. No hay muchos libros. Casi nadie ha demostrado interés en adquirirlo (el valor del mismo es inferior a los $ 10 y
 en el pizarrón
 piden $ 5,00 para las bebidas de la previa del viernes próximo). He insistido en la necesidad de leer, de disponer de los materiales, en el valor de los libros, en el precio ínfimo de los mismos, en la  formación de los hábitos. Tengo una buena relación con el grupo. Hay mucha confianza y tolero que vayamos interrumpiendo los desarrollos explicativos con acotaciones, bromas, referencias. Damos vuelta
 aquí la ronda de alumnos es mas chica y espaciada
 leyendo cada uno una estrofas. Leen bien  pero no escuchan a nadie. Cada uno atiende en el momento en que le toca leer, pero luego se desconecta para seguir con lo suyo. Hemos convenido la forma de trabajo pero no logran concentrarse.
Interrumpo: “¿Cuál es el juego? No entiendo qué es lo que quieren hacer. No es esta la forma en que quiero trabajar. No es ésta la forma en que ustedes cierran una etapa y se preparan para otra”.
 Primero se callan, guardan un curioso silencio. Saben que mi pregunta es importante. Pero luego
surgen las voces: “Nada nos interesa. No es usted. No sos vos. Nada nos interesa”.
 
Contesto: “Tengan huevos y no vengan mas, rompan con todo, enfrenten a sus padres, a los directivos
del cole
 gio, a nosotros los profesores, quemen todo”.
 
Y surge la protesta. “¡No! A nosotros nos gusta venir. No nos gusta venir a estudiar, a escuchar, a aprender, a hacer esfuerzo. Nos gusta venir a encontrarnos con los amigos. Ellos son los importantes”. “¿No vi
o que los lunes no falta nadie?. Nos extrañamos, por eso venimos. Quedarnos en casa sería un
bardo”.Replico: “Pero la escuela no es un club, una esquina del centro, el bar de la previa o el quincho de la casa de alguno”…
 
Y gritan: “¿Por qué, no? Y si no es
 eso, ¿qué es?. Nosotros sabemos que debería ser un lugar de estudio, de esfuerzo, de trabajo, pero preferimos convertirla en un lu
 gar de encuentro. ¿Está mal?” .
Y alguien
agrega, por las dudas: “Pero con vos, con tu Martín Fierro y todo lo que nos enseñás
, todo bien. La
cosa no es con vos, ni con los profesores. Es lo queremos”.
 
Insisto: “Pero plantéenlo, discútanlo con sus padres, con los directivos. Ya sé que no hay muchas  posibilidades aquí… pero inténtenlo, al menos. Si ustedes vienen a encontrarse, ¿p
ara qué estamos los
 profesores?”
 
Román, fresco como siempre, salta: “Sin la oposición, el enojo, el fastidio de los profesores esto no
tiene gracia. Nosotros necesitamos que ellos nos enfrenten, se enojen, nos persigan. Es el juego de la escuela: eso la di
 ferencia de los otros lugares. Aquí hay gente a quien le inoportuna lo que hacemos”.
 

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