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LICENCIATURAS / EPISTEMOLOGÍA MATERIAL DE TRABAJO / 2011 PROF. DR. JORGE NORO.
 norojor@cablenet.com.ar  
 
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EPISTEMOLOGIA = MODULO 2 CORRIENTES EPISTEMOLOGICAS CONTEMPORANEAS
PROF.DR. JORGE EDUARDO NORO norojor@cablenet.com.ar 
 
01.
 
POSITIVISMO, NEOPOSITIVISMO Y EMPIRISMO LÓGICO
 
A principios del siglo XX, los problemas epistemológicos comenzaron a ser ampliamente discutidos, y surgieron diferentes escuelas rivales. Se prestaba especial atención a la relación entre el acto de percibir algo, el objeto directamente percibido y lo que puede decirse que se conoce como resultado de esa percepción. Era necesario determinar si existía un criterio objetivo e indiscutible que permitiera establecer la verdad del conocimiento, especialmente en las ciencias. Durante el siglo XX se forjan tres modelos básicos de interpretación del conocimiento científico: el Empirismo Lógico, el Socio-historicismo, y el Racionalismo Crítico.
 
El empirismo inductivo
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 bajo cánones identificados con la palabra positivismo - se convierte en la más influyente interpretación del conocimiento científico en el siglo XX, reaccionando contra el conocimiento especulativo y propugnando el conocimiento riguroso, sometido a reglas de validación fundadas en la experiencia constatable. Logró imponer un tipo de conocimiento, de comprobación y de ciencia que se convirtió en dominante de todo tipo de conocimiento, algo que no era totalmente nuevo, ya que el positivismo del siglo XIX (Comte) había generado un proceso análogo.
 
Después de 1920, en la ciudad de Viena se formó un famoso grupo de académicos, conocido como Círculo de Viena, que produjo un buen número de tesis epistemológicas, entre las que cabe destacar: (01)
Criterio de demarcación
: lo que distingue al conocimiento científico de otros es su verificabilidad con respecto a los hechos constatables; así, la verificación empírica constituye el criterio específico de demarcación entre ciencia y no ciencia. (02)
Inducción probabilística:
la producción de conocimiento científico comienza por los hechos evidentes susceptibles de observación, clasificación, medición y ordenamiento. Dado que un conjunto de todos los datos de una misma clase escapa a las circunstancias de tiempo/espacio del investigador, el proceso de generalización de observaciones particulares tiene que apoyarse en modelos de probabilidad.
 
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(03)
Lenguaje lógico
: los enunciados serán científicos solo si pueden ser expresados a través de símbolos y si pueden ser relacionados entre sí mediante operaciones sintácticas de un lenguaje formalizado. (04)
Unificación de la ciencia:
 todo conocimiento científico estará identificado mediante un mismo y único patrón. En sentido epistemológico y metodológico, no se diferencian entre sí los conocimientos científicos adscritos a distintas áreas. Existe una única Filosofía de la Ciencia, un único programa de desarrollo científico para toda la humanidad.
 
Este movimiento epistemológico y filosófico fue tan importante, que - cuando se nombra el positivismo -, los filósofos se suelen referir más bien a la al famoso Círculo de Viena, con Reichenbach y Carnap al frente, respectivamente, antes que a Comte, que fue quien utilizó por primera vez el nombre de positivismo cuando escribió su
Curso de filosofía positiva
 en el siglo XIX. Este (neo)positivismo lógico, que se asienta sobre factores epistémicos, hechos empíricos y razonamiento lógico, se desarrolló especialmente en los años treinta, aunque ha pervivido con fuerza por lo menos hasta finales de los años cincuenta y con diversas adiciones hasta finales del sigo XX, siendo Hempel y Nagel también nombres claves en esta línea de pensamiento.
 
El gran proyecto del Círculo de Viena fue la elaboración de la
Enciclopedia para la Ciencia Unificada
, en el que la reducción de unas ciencias a otras era el objetivo fundamental. Según esta perspectiva, el progreso científico está ligado a procesos de reducción de teorías, destacando dos tipos; uno por el que una teoría científica suficientemente probada extiende su campo de acción a otros fenómenos que habían sido estudiados de manera diferente, reduciéndolos a sus propios términos y marco teórico, y otro que consiste en la inclusión en una teoría científica más amplia de otras que estaban bien establecidas y aceptadas en sus propios dominios.
 
Los positivistas lógicos identifican la filosofía con la filosofía de la ciencia, y a ésta, con la epistemología científica, o más propiamente reducen la primera a las restantes. En los años treinta Reichenbach estableció explícitamente que la tarea a realizar por los filósofos y epistemólogos era la
reconstrucción lógica
. Este filósofo distinguió también claramente entre el contexto de descubrimiento (ciencia privada o producción del científico que produce los avances en el conocimiento) y el contexto de justificación (ciencia pública o reconocimiento de los aportes y los avances). Según Reichenbach, los filósofos de la ciencia no tienen por qué ocuparse de cómo se llega a producir el descubrimiento científico (su génesis), sino de los resultados finales de la investigación científica expresados en artículos o libros (hechos descubiertos, teorías elaboradas, métodos lógicos empleados y la justificación empírica de las consecuencias y predicciones derivadas de las teorías).
 
Con esta distinción, los epistemólogos positivistas no se ocuparán de los procesos científicos reales, sino que elaborarán exclusivamente sus reconstrucciones lógicas
.
Desde esta perspectiva la filosofía de la ciencia se convierte en una metaciencia (una ciencia de la ciencia), concentrando su objeto de estudio exclusivamente en el conocimiento elaborado. Este reduccionismo de la ciencia al conocimiento puro, descuidando los aspectos prácticos de la actividad científica y tecnológica (y la actual tecnociencia) es uno de los numerosos aspectos por el que los positivistas lógicos han sido muy criticados.
 
Al poner tanto acento en la observación debieron privilegiar el método inductivo, el inductivismo, como un procedimiento necesario para llegar a las generalizaciones propias de las teorias y de las leyes. Para garantizar la vigencia de las conclusiones generales, a partir de las proposiciones particulares, trabajaron mucho la estadística para lograr sostener con el cálculo matemático y la estadística la inducción.
 
VERIFICAR una proposición es comprobar que las cosas son como en la proposición se dice que son, por lo tanto comprobar su verdad. Nos podría parecer que el modo de comprobar la verdad de una
 
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proposición ha de ser distinto en función de la realidad a la que se refiere, por ejemplo, que una proposición referida a un hecho histórico no se comprobará de la misma forma que una proposición matemática o una proposición de la biología, o una proposición que describe si un alimento está bien o mal cocinado, o una proposición relativa a una sentencia judicial,...; sin embargo, muchos filósofos han creído que es posible establecer uno o unos pocos métodos de verificación que puedan servir para comprobar la validez (la verdad) de todas nuestras proposiciones. Esto es precisamente lo que creyó el neopositivismo.
 
Para el neopositivismo sólo son legítimas dos estrategias para comprobar la verdad de una proposición: (1) LA JUSTIFICACIÓN PURAMENTE FORMAL, válida en las ciencias formales (lógica y matemática); para comprobar una proposición lógica o matemática no nos hace falta acudir a la experiencia, nos basta que sea fiel o se acomode a las leyes de la lógica o de la matemática; (2) LA JUSTIFICACIÓN EMPÍRICA: aquellas proposiciones que se refieren al mundo real, que aspiran a darnos información acerca de la realidad, se han de verificar, y verificar precisamente mediante la observación empírica, mediante la percepción.
 
Pero además trabajan diversos criterios de verificación: (3) VERIFICABILIDAD PRÁCTICA: de una proposición cabe la verificabilidad práctica si con los medios actuales podemos comprobar su verdad; es fácil ver que esta exigencia es demasiado severa pues nos llevaría a declarar absurdas algunas creencias que ni siquiera los empiristas más radicales estarían dispuestos a rechazar: por ejemplo, en la primera mitad de nuestro siglo no se tenían los medios
técnicos para comprobar la proposición “en la cara oculta de la luna hay montañas”; si aceptásemos
esta interpretación del criterio de verificabilidad tendríamos que concluir que en aquella época dicha proposición carecía de sentido puesto que no se podía comprobar; para evitar esta conclusión AYER propone la verificabilidad en principio; (4) VERIFICABILIDAD EN PRINCIPIO: una proposición es verificable si sabemos qué observaciones podrían decidir su verdad, aunque de hecho no dispongamos de los recursos necesarios para hacerlo; en el caso de la proposición anterior, dicha proposición tiene sentido pues es verificable ya que sabemos qué experiencias podrían darse para comprobar su verdad (mandando un cohete a la luna podemos comprobar su verdad); no ocurre lo mismo con las proposiciones de la metafísica tradicional del tipo
“los objetos físicos agotan su ser en ser percibidos”, pues no sabemos qué tipo de experiencias podrían
decidir su verdad. (5) VERIFICABILIDAD CONCLUYENTE O FUERTE:
Si digo “en el cuarto trasero de mi casa hay una bicicleta con la rueda pinchada” puedo verificar concluyentemente su verdad
pues puedo ir al cuarto trastero y comprobar si hay una bicicleta y si tiene una rueda pinchada. Pero pronto se vio que pedir que la experiencia nos muestre de modo concluyente (es decir de modo lógicamente necesario, sin lugar a dudas) la verdad de una proposición era pedir demasiado. Si aceptásemos este criterio tendríamos que considerar imposibles de verificar (y por lo tanto absurdas) las proposiciones universales, y con ello las leyes generales de la ciencia, pues una serie finita de observaciones no puede establecer la verdad de
una proposición universal. Las proposiciones “el arsénico es venenoso”, “un cuerpo tiende a dilatarse cuando es calentado” “todos los hombres son mortales”.
(6) VERIFICABILIDAD DÉBIL: una proposición tiene sentido si es posible que la experiencia la haga probable; ya no se pide que la experiencia garantice de modo lógicamente necesario una proposición, sino sólo la probabilidad de su verdad. Todas las proposiciones relativas al mundo empírico son meras hipótesis probables, el ámbito de las proposiciones necesarias, de las proposiciones absolutamente

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