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Gregorio Herrero Balsa y


Antonio Hernández García

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Soria,1.982
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En septiembre de 1.979, SORIA SEMANAL pu-
blicaba tres reportajes sobre la incidencia de la Gue·
rra Civil en esta provincia. Se rompía así el silencio
histórico a que había estado sometido el periodo
1.936-39. Estos textos, con sus réplicas, se reprodu-
cen en las primeras páginas de este tomo, Debido al
interés de ese periodo de nuestra historia contemporá·
nea, desconocida en parte por quienes lo vivieron y
casi en su totalidad por las nuevas generaciones, el
presente libro trata de sistematizar la verdad histórica
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'.:;i; de la represión en Soria bajo el mismo prisma crítico
..... de los reportajes citados, e intentando ampliar su con·
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• tenido al de toda la geografía soriana .

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Editan:
Gregario Herrero Balsa y
Antonio Hernández García

Imprime:
INGRABEL
Picos de Urbión, 1
Tfno.: 30-OHi6
ALMAZAN (Sorial

1.s.B.N. (Obra completa): 84-300-6743-4


1.s.B.N. (Tomo 1): 84-300-6744-2
D. L (Obra completa): SO. 135/82
D. L. (Tomo 1): SO. 133/82
Portada: Javier Pérez

I
LA REPRESION EN LA PROVINCIA DE SORIA
DURANTE LA GUERRA CIVIL (1936-1939)

Este trabajo en torno a la represión en la provincia de Soria durante la Guerra


Civil, no trata de presentarse como una investigación histórica y exhaustiva, sino
como un testimonio que ayudará, sin lugar él dudas, a conocer mejor un periodo de
nuestro reciente pasado que, salvo casos aislados, permanece oscuro y premeditada-
mente olvidado. Tanto estas páginas de Gregorio Herrero, como el trabajo anterior-
mente publicado de María Isabel del Campo, han de entenderse, pensamos, como
dos aproximaciones, fragmentarias si se quiere, a una realidad que ya hoy sólo pue-
de verse como parte de nuestra historia. Somos conscientes de que esa historia de la
Guerra Civil está por hacer, por eso tienen mayor valor estos trabajos que no duda-
mos vienen aportando datos hasta ahora escasamente conocidos unos, y totalmente
ignorados otros, de lo que fue la contienda de 1.936 a 1.939 en la provincia de So-
ria. "El hecho de que en Soria no se combatiera ni fuera en ningún momento frente
.de guerra, hace todavía más inexplicable la justificación de una represión, que,
como se viene a demostrar en este artículo, sólo podía producirse como una manera.
de saldar viejas cuentas entre quienes manten ían ideologías distintas. Ahora, tras
":" - más de cuatro décadas en que las tapias de nuestros cementerios dejaran de ser es-
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cenario de tantas absurdas ejecuciones, los familiares de aquellos sorianos asesinaBos
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. '. han comenzado, en parte, a reivindicar los lugares "secretos" en que hasta ahora
permanecían enterrados. las "Matas de Lubia", 105 campos de las- cercanías de Val-
corba, la cuesta del Temeroso, son ya sólo mudos testigos de aquellas muertes trági-
cas. Sólo en las fechas que recuerdan los hechos, sobre alguna parcela o junto a al-
guna tapia del cementerio de Las Casas, de San Pedro Manrique, de Soria, aparece
algún ramo de flores como recuerdo de los días tristes de la Guerra Civil. Estas pá-
ginas tratan de "recuperar esa necesaria memoria histórica para que ciertas cosas no
queden fuera de nuestra historia de la que ya forman parte.

SORIA SEMANAL ha publicado en tres números consecutivos, un relato histó-
rico con el título "Los primeros días de la Guerra Civil en la provincia de Soria",
firmado por doña María Isabel del Campo Muñoz.
Creo que SORIA SEMANAL fue literalmente barrido de los kioscos y librerías
y absorbida por los lectores la totalidad de su tirada. En una tierra como la nuestra
donde el "vicio" de la lectura no existe, lo que antecede demuestra de un solo gol-
pe el interés y el deseo de saber lo que realmente aconteció en Soria, a conUr del
terrible 18 de julio de 1.936.
Frente a este indudable interés de los más, existe el criterio de los menos -y por
supuesto el deseo de algúnos- contrario a que se pn,fundice en el análisis de aquel
periodo histórico. Yo voy a expresar mi opinión al respecto. Creo que el citado re-
lato, aunque incompleto y con algunos errores, merece la pena que haya podido ser
leído; y creo que quien lo firma no debería haberlo cerrado con sus últimas pala-
bras: "Se dan casos aislados de represión en varios pueblos durante estos días, sien-
do las causas la exaltación del momento, el miedo y los motivos personales", por-
que ello no corresponde a la realidad de lo sucedido, como más adelante veremos.
No obstante, el relato a que hago referencia tiene además de interés, un valor muy
estimable, dada la dificultad del tema y su complejidad.

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Yo discrepo ra~icalmente de quienes habiendo vivido la Guerra Civil, incluso de dos de algún crimen cometido por incontrolados, pero eso constituyó la excepción.
quienes eran niños cuando empezó o nacieron entonces, estimen que lo mejor es Para que la represión sea menos explicable y más condenable, en Soria} repito, no
ignorarla, como si no hubiera sido una cruelísima tragedia que asoló nuestra Patria
. , hubo lucha, ní resistencia a la sublevación; tampoco hubo violencia alguna durante
un hecho feroz, preparado y perpetrado por hombres de este país y contemporá- Jos seis años de República. Para ser más precisos: nunca hubo violencia en nuestra
neos nuestros. Está demostrado históricamente, incluso con el testimonio de algu- ciudad o provincia por motivos poi íticos o sociales.
nos que participaron destacada mente en él, que el Alzamiento contra la República, Fue a partir de aquel 22 de julio cuando todo cambió súbitamente y empezó a
empezó a prepararse antes de que finalizara 1.931 y que en dicha preparación inter- correr la sangre de seres indefensos y pacíficos, de hombres inocentes a quienes el
vino primero la Italia de Mussolini y la Alemania de Hitler más tarde, quienes alen- ..:.", instante supremo en que perdieron la vida, les causaría tanta sorpresa como dolor.
:;, Enfrentados con su trágico destino -pienso yo- dudarían hasta el último momento
taron y ayudaron a los conspiradores. La "Sanjurjada" del 10 de agosto de 1.932, •',.
explosión precipitada de la conjura, fue un"c1aro aviso de lo que años más tarde oeu- de que fuera realidad y no terrible pesadilla lo que presenciaban; y cuando llegaron
rrir(a; aviso que la República no supo valorar, subestimándolo. Indudablemente, los .'
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a tener conciencia de lo que finalmente les sucedió, pensaron, seguro estoy, de que
gobernantes.republicanos, pecaron de ingenuidad y exceso de buena fe. o,;
era más hermoso morir por un ide~I, que ser verdugos a pretexto de otro ideal dis-
Nos hemos pasado la vida entre conquista y reconquista y asesinándonos unos a
otros, esclavos de la sangre y el fuego. Precisamente por ello, debemos ser enemigos
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-yo lo soy- del antihistoricísmo. No podemos' enterrar la memoria histórica. De- LA REACCION DEL CLERO
bemos conocer las batallas perdidas por el pueblo -y digo pueblo en su acepción
más amplia- para evitar que puedan volver a plantearse y vuelva el pueblo a perder- María Isabel del Campo Muñoz señala con acierto que el clero, casi en su totali-
las. El camino más seguro para amar y preservar la paz, es COnocer los horrores de I dad conservador -reaccionario en mi concepto- tuvo una influencia notable en el
la_guerra. Y su completa inutilidad. He dicho más de una vez que la guerra civil fue desarrollo de los acontecimientos. La represión hubiera desaparecido o suavizado
u~ tragedia horrorosa y GRATUITA, porque no resolvió ninguno de los grandes como veremos, si la intervención del clero se hubiera orientado en esa dirección paci-
problemas de la Patria. Más aún; cuarenta años después, a la muerte de Franco, ficadora.
los probfemas seguían vivos y activos, y algunos agravados, esperando soluciones ra- En Soria hubo un sacerdote ejemplar, el abad de la entonces Colegiata de San Pe-
cionales y pacíficas; es decir, determinadas por fá fuerza de la razón y no al contra- dro. Don Santiar.o Gómez Santacruz demostró su repulsa por la violencia y la's re-
rio. Y éste es el camino que debemos seguir y el objetivo que debemos alcanzar su- presalias, pero SOlo y aislado, sus esfuerzos fueron inútiles y pronto fue silenciado,
perando con fe y esperanza todas las dificultades que los enemigos de la paz nos ante la indiferencia cuando no la animadversión de muchos de sus compañeros.
opongan. En Fuentes de Magaña no hubo ningún fusilamiento porque el sacerdote, un
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Alguien ha dicho que los pueblos que no conocen su historia, están condenados hombre pequeño de cuerpo y grande de alma, don Antonio, se opuso rotundamente
a repetirla; por eso yo creo que debemos conocer lo que nunca debió haber sido y y respondió por todos sus feligreses. Evit6 con su decisión que ocurriera lo que su-
conviene a todos - ia todos!- que no vuelva a poder ser. cedió en San Pedro Manrique y en Magaña, de los que dista unos pocos kilómetros.
No voy a hacer una crítica minuciosa del trabajo de María Isabel del Campo, si- En Valdeavellano de Tera había una lista de veintinueve vecinos que estaban sen-
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no señalar algunos pequeños errores. La actitud violenta de los requetés -destruc- tenciados, incluso señalado el lugar de los fusilamientos, y el sacerdote, don José,
ción del interior de la Casa del Pueblo, locales de la CNT, Izquierda o Unión Repu- impidió con ardimiento y energía que semejante atrocidad sé cometier.a.
blicana, rótulos de las calles, imprenta de La Voz de Soria, etc.- no fue debida a En Mazaterón, después de múltiples vejaciones, fueron detenidos el 29 de enero
"su exaltación por haber tenido bajas" durante el trayecto a Soria. Desde luego en de 1.937, el matrimonio Ciriaco Bas y Bárbara Gil. Su hijo, Hipólito Bas, de cinco
la provincia de Soria, y hasta llegar a la capital, nadie opuso resistencia alguna y los años de edad, quedó abandonado y solo. Fue el sacerdote don Mariano Gareía
requetés no tuvieron ninguna baja. Es incierto asimismo que la destrucción del kios- quien lo recogió y lo tuvo en su casa hasta que sus padres fueron puestos en liber-
co situado a la entrada del Círculo de la Amistad, fuera debida a que los requetés tad, no sin que antes desapareciera de sus graneros el producto de sus cosechas.
encontraron pornografía -Que no la había- y literatura marxista, que tampoco Cuán necesaria hubiera sido la existencia de muchos sacerdotes como los citados
existía, entre otras razones porque en aquella época y en Soria podían contarse con en el pueblecito de Pozalmuro (siete fusilados), Covaleda (seis fusilados), Deza
los dedos de las manos los que hubieran leído El Capital. El kiosco fue destruído I (17 muertos, algunos después de ser expoliados y apaleados con la intervención de
porque su dueño, Baudilio Ruiz, era republicano y alguien lo denunció a las Fuer- los famosos jerarcas falangistas Lama Noriega y José Martínez Verguizas). y en
zas.. Menos mal que Baudilio, entrañable amigo y hombre moderado y bondadoso Almazán y en la comarca de El Burgo de Osma, con una 'argu ísima lista de asesi-
pudo salvar su vida, después de innumerables vicisitudes. nados... y en tantos y tantos pueblecitos de la provincia. Tenemos en Baraona el
Desde la entrada de los requetés en Soria el día 22 de julio y hasta el 20 de di- I caso de Miguel Ranz Iglesias. Pudo escapar a la matanza, pero fueron fusilados sus
ciembre del 36 cuando menos (en este día fueron extraídos de la cárcel de El Bur- cuatro hermanos, cuatro sobrinos y diez primos. ¡Todo un mosaico de horrores!
go de Osma y fusilados alrededor de 16 presos enterrados en Bayubas). la tónica Repito que la represión fue en general sistemática y fríamente calculada; y las
general fue la represión sistemática y organizada fríamente. Pudo haber casos aisla- órdenes de ejecución sal ían de los centros de poder. Casi todos los fusilados, per-

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ciados del ejército tres sorianos, José García de la Puerta, Nicasio Martínez y Joa-
manecieron antes en las cárceles de Soria, Agreda, Almazán, El Burgo de Osma, Ber- quín Hernández, que habían pasado muchas dificultades y a quienes su marcha al
langa, etc., y ~e ellas no pudieron ser extrafd?s por incontrolado.'. • . • frente habfa salvado de la cárcel y quizás de la muerte (aunque Nicasio Martínez
la represion fue general como hemos dicho y, tuvo el caracter de una tactlca permaneció casi un año en los calabozos del cuartel de San Gregario, en Zaragoza),
sistemática y deliberada, que buscó el aplastamiento de la clase obrera y el aniqui. !
regresaron a Soria y se encontraron en un bar con el célebre llPatillas". García de fa
lamiento de toda posible oposición a la sublevación y al régimen que se pretend ía Puerta se puso a su lado y le dijo en voz baja: " ¡Cabrón!". Buscando una implica·
instaurar. Se impuso el terror y los que se libraron de la muerte o de la cárcel, que· ción polftica, el astuto Patillas preguntó en voz alta si le llamaban cabrón por lo que
daron paralizados por el miedo. Dentro de la clase trabajadora, los ferroviarios fue· había hecho durante el Movimiento, a lo que Joaquín Hernández, joven muy im-
ron el blanco preferido. Los maestros corrieron idéntica suerte. Fueron muy nume- petuoso entonces, respondió: llTu has sido un cabrón antes del Movimiento, en el
rosos los fusilados y más aún los detenido$, que en su mayoría fueron expedienta- Movimiento y después del Movimiento", propinándole un fuerte puñetazo que hizo
dos y finalmente separados del cargo con carácter definitivo. . que "el Pati(Ias" besara .el suelo. Quizás para evitar que cundiera el ejemplo, los tres
Asimismo Correos y Telégrafos fueron rigurosamente depurados, y sus jefes en ,•
• sorianos fueron detenidos y permanecieron en la cárcel de Soria durante dos serna·
Soria, ejecutados. El de Telégrafos, don Antonio Burxal, hombre ejemplar y verda· nas. Aunque todavía dominaba el miedo, en la cárcel recibieron la visita solidaria
dero apóstol laico, fue fusilado en el cementerio de Soria la noche del 16 al 17 de de muchos amigos, y entre ellas la mía. fiEl Patillas" vivió desde entonces parali·
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agosto de 1.936, junto con el inolvidable doctor Gaya, cuya bondad nadie puso ja- zado por el terror como otros muchos, y entre el desprecio de todos.
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más en· duda, el abogado de Agreda, don Anastasia Vitoria, el delegado de Hacien· "En Duruelo se presentó una patrulla con el propósito de hacer una ulimpieza",
da, que apenas llevaba dos meses en nuestra ciudad, el fotógrafo don Manuel Blanco eufemismo que enmascaraba el acto de fusilar, El alcalde, que era tartamudo, se
y tres personas más. También fue fusilado más tarde el hijo de don Antonio Burxal, ,

opuso firmemente diciendo: "Aquí el único malo soy yo;"así que lIevadme a mí
para que la tragedia de la familia fuera mayor. Quedó sólo una hija, a quien después primero". Su noble y valiente actitud, secundada por el farmaceútico, evitó la pre-
de terminada la guerra, visité en Madrid. El caso del doctor Gaya constituye un parada matanza y en el citado pueblo, nada irreparable ocurrió. En Soria la tónica
claro ejemplo de la crueldad represiva, que no respetó ninguna barrera, pues fue en·
carcelado y fusilado llevando en su bolsillo una certificación de la autoridad judi·
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fue la abstención, el retraimiento, la falta de valor cívico, en una palabra, la cobar·
dl'a o la indiferencia. Triste es decirlo pero fue así. Puedo consignar con orgullo que
cial de Zaragoza en la que se proclamaba su inocencia. mi padre, hombre de derechas, correligionario de Miguel Maura y Gregario Arranz,
I pero hombre liberal y humano evitó con su intervención algunos crímenes. Quizás a
lOS ASIDUOS Al GOBIERNO CIVil I,

él debieron sus vidas Seraf(n, el afilador de la calle Estudios, Morales el impresor y
un empleado del Ayuntamiento, llamado Dionisia. Los tres de la CNT; y el primero
y el tercero todavía viven.
Otro ejemplo de crueldad fue el asesinato de don Eusebio Alonso, alcalde·se·
cretario de Vinuesa, que fue ejecutado casi a los 80 años. ¿Puede alguien imaginarse
el peligro que pudiera representar para el "Glorioso Alzamiento", un pobre anciano MUGA: ACTUACION CONTRADICTORIA
pacífico e inerme? Hay cosas difíciles de concebir y ésta es una de ellas. Sf; las gue·
rras engendran monstruos, aunque en la paz -entonces y quizás ahora- haya per~ Otras almas generosas fueron el matrimonio Del Amo, con comercio de juguetes
sanas que alimentan en su interior UD monstruo disimulado, que sólo espera la oca· en el Collado. Me consta su intervención en favor de muchos detenidos¡ aunque sus
sión propicia para manifestarse y actuar, con la misma o mayor intensidad que en- gestiones cerca de Muga, en favor del doctor Gaya J no pudie~~n evitar su post~r~or
tonces. asesinato. Por cierto que el hijo mayor de Del Amo fue movilIzado y hecho proSlO-
El Gobernador Civil de Soria, de triste recuerdo, don Enrique Casado, fue el nero por los republicanos. A su regreso a Soria, afirmó que le habían tratado con
máximo responsable de la represión. El y su equipo de asesores o Comité del que humanidad y respeto.
fomaron parte, entre otros, Saturnino Ridruejo, Alfonso de Yelasco, un tal Quiro· Numerosos miembros de la Guardia Civil se portaron humanitariamente en el
ga (registrador de la propiedad), un ingeniero de montes, apellidado Monzón, Mar· trato a los detenidos. El miedo era a caer en manos de falangistas, sobre todo de
ron, director del banco Hispano y un tal Martínez que todavía vive. algunos que todavía viven. Hubo excepciones terribles, como la del cabo de 8a.ra~­
- Al Gobierno Civil tenfan acceso y entrada libre numerosos delatores e informan· na. El comandante de la Guardia Civil, don Luis Pardo, se reveló como un autenti-
tes, entre los cuales recuerdo ahora a Samuel Redondo, Gregario de Pablo, el fama· co caballero.
so Diego Navarro, Fausto Hortelano y Angel Vallejo, apodado "el Patillas". Hubo La actuación del teniente coronel Muga fue cO(ltradictoria, tanto en los momen·
muchísimos más, pues la delación fue un deporte concienzudamente alimentado, tos que precedieron a la entrada de los requetés como después. Su pacto con el
por morbosidad o por miedoj pero aquí quedan reseñados los más conocidos y Gobernador Civil republicano es un hecho histórico. iCuán diferentes hubieran su·
sobre los que no cabe ninguna duda. cedido las cosas si él con su superior autoridad se hubiera inclinado decididamente
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Referente al "Patillas", recordaré un caso curioso. Terminada la guerra y Jicen- por la comprensión y la generosidad! No; no estuvo a la altura del comandante


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Pardo. Preparado el escenario para el acto final, los sacerdotes exhortan a los presos a
Hubo personas militantes de izquierda (o autotituladas de izquierdas) que se que se confesaran. "Dentro de unos momentos vais a comparecer ante Dios, y os in-
apresuraron a vestir la camisa azul. (Bien sabido es, que ahora ha ocurrido a la vitamos a qL!e recibáis los auxilios espirituales". Ninguno de los detenidos respon-
inversa) y colaboraron en la represión, bien delatando a sus· antiguos compañeros, dió. Entonces Arsenio Martínez se dirigió a sus compañeros de infortunio y lesldi-
bien participando activamente en las ejecuciones. Conocido es el caso de Manuel jo: "Si alguno de vosotros quiere confesarse y no se decide por rubor, que lo haga
Ruiz Pedroviejo, de Izquierda Republicana, y que después de convertirse en un con toda libertad. No por eUo dejará de ser valiente y digno". Los seis presos de la
auténtico colaborador del aparato opresor -cometida la traición, el traidor no es comarca de El Burgo pidieron ser confesados. Fueron fusilados seguidamente y en-
menester- fue detenidq e ingresado en la prisión de Soria, donde tUYO que convivir terrados después juntos. los cuatro anarquistas sorianos rechazaron los auxilios es-
o malvivir aislado y mudo, con sus antiguQs compañeros de militancia, quienes le pirituales y murieron enteros y firmes. Las últimas palabras fueron de Arsenio Mar.
negaron el saludo. Puesto meses después en libertad, murió rápidamente. Otro caso tínez. Unido a sus compañeros y dirigiéndose a sus verdugos dijo: "Vosotros no
de "conversión" fue el del Secretario de la Casa del Pueblo, un conocido apareja· sois culpables; sois un instrumento y ojalá que la España que quereis construir ~ea
dar que se subió rapidfsimamente al carro del vencedor, siendo luego visitante asi- de paz, de amor y de verdaderos hermanos; la España que yo siempre he soñado".
duo del Gobierno Civil. Alguien que hab ía mostrado predilección por apuntar a Antonio Lafuente tuvo
Ei polo opuesto lo constituyó el Presidente de la Casa. del Pueblo, don prisa por terminar y tronaron los fusiles. Fueron enterrados los cuatro juntos , cer-
Enrique Garda Carrilero, que fue detenido y condenado a muerte. Por puro' milagro ca de los seis anteriores. Todos en un pequeño pradillo.
salvó su vida y fue puesto en libertad ocho años después. Ya tengo relatado en algún
artículo y en mi libro "la salida del túnel" su conducta ejemplar, y la entereza y
dignidad, con que defendió su condición de hombre libre, aunque preso. A MOSCARDD LE PARECIA EXCESIVA LA REPRESION
los responsables de la represión, por acción o inducción, pertenecieron en ge-
neral a las llamadas "fuerzas vivas": propietarios, profesiones liberales y comercian· Entre los horrores de la represión, hay un caso realmente desgarrador, espeluz-
-tes. (Algunos se enriquecieron rápidamente con los negocios fáciles, manejos de in- nante. Fue detenido el jefe de Correos de Soría, Castiella_ Su esposa embarazada,
fluencias, etc.; lo que entonces se conocía como "pasar la factura"). Todos habían con la angustia que cabe suponer, acudió repetidas veces al Gobierno Civil, para pe-
pasado por escuelas de "pago" y ninguno había padecido hambre o sufrido perse- dir clemencia con resultado negativo. Fue fusilado y la esposa y tres hijos, dos va.
cuciones, por lo que se hace más difícil la comprensión de su conducta. Estas perso- rones y una niña, de 13, 10 Y 7 años de edad respectivamente, desterradas a Moli-
nas conocidísimas, tuvieron una influencia decisiva, determinante, en el desarrollo nos, donde la infortunada mujer tenía una hermana en holgada posición económi-
de la represión. Pudieron inclinarse por la piedad y la ignoraron; pudo más el fana- ca, que se negó a recibirla y auxiliarla. La esposa de Castiella buscó refugio en la
tismo y el odio que la reflexión serena y la consideración objetiva, de que los conde- cabaña de un pastor, donde sin comer y sin atención de nadie dio a luz, muriendo
nados Il a dedo", ni eran personas violentas, ni habían cometido delito alguno. por inanición la madre y el recién nacido. El hijo de trece años, como apuntara (as
En mi domicilio de Barcelona, recibí la visita de una hermana y sobrinos de Ar- Ilne fastas ideas" de su padre, fue internado en un correccional. Miles de veces he
senio Martínez, para agradecerme los merecidos elogios que en algún artículo y li- pensado en la espantosa tragedia de esta familia, propia más bien de un país salvaje
bro, había dedicado a su hermano y tío. Y me rogaron que hiciera gestiones a fin y no de una Soria que siempre hab ía sido pacífica y que en aquellos momentos,
de averiguar dónde fue asesinado y enterrado_ Hoy ya puedo detírselo_ Al anoche· alardeaba de patriotismo y religiosidad. iHasta dónde llega la maldad y la hipocre·
cer del día 13 de agosto de 1-936, llegó a un lugar cerca del frente, un camión con sía del ser humanal. Justo es consignar porque es verdad y justicia proclamarlo ,
doce personas esposadas y rigurosamente custodiadas. Dos de ellas -Samper y Chi- que el general Moscardó, enterado de lo ocurrido, impuso una multa a la hermana
cote- fueron separadas y volvieron a la cárcel. Chicote salvó la vida y Samper fue de la fallecida, haciéndola pública, pero no supo evitar que el hijo de trece años fue·
ejecutado más tarde. De las diez personas restantes, cuatro eran de Soria: Arsenio ra internado en un correccional. la hija, vivió durante muchos años con la familia
Martínez, Fermín González, Tomás Cué y Antonio Lafuente. los seis restantes de Juan Clavo, en Soria, hombre bondadoso donde los haya_ Aquella niña creo que
pertenecían a la comarca de El Burgo de Osma. Permanecieron en el camión esposa- vive casada en Navaleno.
dos toda la noche y al amanecer del día 14 fueron trasladados a un lugar entre Bar· Volviendo a Moscardó, me consta que él y algunos jefes de su Estado Mayor,
eones y Atienza, donde fueron ejecutados. • quedaron impresionados por la magnitud de la represión en Soria.
Asistieron a la ejecución dos sacerdotes y un médico militar, con misiones dis- Voy a relatar un penoso espectáculo que presencié casualmente. Mi abuelo ma-
tintas. Como se habían dado casos, realizados los fusilamientos, de que algunas de terno vivía en la Rasa. Enfermó y mi madre se trasladó allí para cuidarle, e hizo
ras víctimas habían quedado moribundas (conocido es el caso de un fusilado en los I, que yo la acompañara. Yo montaba mucho en bicicleta y algunos días llegaba a
llanos de Chavaler, que llegó arrastrándose hasta el pueblo próximo), el médico mi- El Burgo de Osma, donde por cierto, estaba preso Víctor Hernández, socialista y
litar recibió el ruego u orden de un superior, el capitán Martínez , de que se asegu- buen amigo que salvó la vida por los pelos. Yo lo visité en la cárcel varias veces_ Una
rara de que los que iban a ser fusilados , fueran realmente muertos y certificara su mañana, sobre las nueve, llegué a El Burgo y entré en un bar a desayunar. AII í se
defunción. encontraban cuatro falangistas con fusiles , cantando y bebiendo, alternando fas

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canciones con brindis y gritos de iArriba España!. Al pronto uno de ellos miró el cenetistas oriundos de Logroño.
reloj y dijo: "Vamos, es la hora". Les vi cruzar la plaza intuyendo que nada bueno Soci.~listas fueron más y, sobre todo, republicanos y simplemente liberales, fue-
iba a pasar pero sin atreverme a seguirles. ~on !eglon. Muchos slml?lemente por no ir a misa o leer periódicos republicanos de
Salí del bar y montando en mi bicicleta me dirigí a la cárcel Con intención de vi- 'lquler~~, o esta~ ~nemlstados con el caciq~e de turno. En muchos pueblos, la in-
sitar a Víctor, pero no entré pues enfrente de ella vi estacionado un vehículo, con !~rvenclon o pasIvidad del cura, _fue del~r~mant~, ~omo hemos indicado. Algunas
el conductor sentado al volante y un sacerdote en la parte posterior. Relacioné lo ,ovenes, Sol,edad Pesquera (16 anos), senonta Hemandez (su hermano Víctor esta-
que veía con fa marcha de los cuatro falangistas y me entretuve dando vueltas, ba en la carcel) y dos peluqueras (que desde entonces fueron conocidas por el
como si paseara en bicicleta. Al pronto, llegó otro coche, divisando a los falangistas apodo de "las Pe.lonas"). f.uer?n rapadas al cero, obligándoseles a presentarse diaria-
y entre ellos, un paisano. Al llegar a la altura del coche ocupado por el sacerdote, mente en el Gobierno Civil, Siendo muchas veces objeto de mofa y escarnio durante
uno de los falangistas sacó el brazo haciéndole señales, para que le siguiera. Desapa- el ,trayecto, por p.a~e de gente que se llamaban patriotas y cristianos. También se
recieron rápidamente ambos coches en dirección a Soria. Volví al centro de El Bur· uso el aceite de nClno en numerosas ocasiones. Los familiares de los fusilados te-
go y al rato me enteré que había sido detenido por los falangistas, don Abundio nían prohibido vestir luto. Hubo casos, como la madre del infortunado Adolfo 1.10.
Andaluz, diputado provincial y que a su familia le habían dicho lo llevaban a Soria. rales, socialista fusilado con el también socialista Silverio Lumbreras y alguien más
La realidad fue que lo asesinaron en la Cuesta del Temeroso, dejándole moribundo. e~ La R.ba de Escalote, que ya no volvió. salir de casa hasta su muerte bastantes
Así fue como acabaron los brindis y las canciones patrióticas de aquellos desalma- anos. después. Nunca se me olvidará su dolor y desconsuelo. En Soria po,'el Collado
dos y como perdió la vida el s~ñor Andaluz, que aún pudo, arrastrándose, avanzar ~asaba con frecuencia, camino de la cárcel o de regreso cargada de' pre.sos para fu.
unos metros. . sJla~ una cami~neta Uamada lila Cordera"; llevaba como 'adorno, un corderito en el
Otro drama terrible fue el de los hermanos Molina. Al sacarlos de la cárcel para tapon ~el rad.ad.or y ~n '?s laterales sendas calaveras pintadas. Algunas veces. iba
ser fusilados, pidieron solamente que les permitieran dar un abrazo de despedida a pre~ed.da ~ s~gUlda mas bien por un Rolls, requisado a la familia Trevijano de Lo-
sus padres. Llegaron cerca de su pueblo y después de burlas y malos tratos, no pu· grono. En el .ban Jos asesmos: famoso cabo de 8araona un mecánico llamado Pe~
dieron ver cumplida su petición. Fueron fusifados, en er cementerio de Molinos. dro y !ambién, a veces, Manuel Ruiz Pedroviejo, del qu; ya hemos hablado, yalgu-
Entre los autores materiales, figura un falangista,.que luego fue policía, llamado Jo- nos mas.
sé Maria Peñalba, de San Esteban. Una noche se encontraba en el bar Plus Ultra de Soria tom"ando una cerveza Pío
Un caso curioso fue el del cenetista soriano Juanito Sanz Chamarra. Permaneció Alfonso, conocido por su ingenuidad e inocencia. Er~ lo que popularmente.se cono.
escondido en su casa desde el día 22 de julio de 1.936, hasta el 1 de noviembre de ce con la palabra "infeliz". Su único defecto: beber cerveza y ser extremadamente
1.939, sin que fuera descubierto, no obstante los múltiples registros realizados, al- locuaz.. Fue detenid" y llevado directamente al Puente Hinojosa y fusilado quedan-
gunos de ellos espectaculares, por el despliegue de fuerzas, pues se llegó a rodear do colgado con medio cuerpo fuera. '
toda la calle Real y el barrio de San Lorenzo. Algunos de estos registros, fue dirigi-
do por el tristemente célebre jerarca falangista, José Martínez Verguizas. Los re-
gistros se repitieron, pues aunque eran muy pocas las personas que sabían que Jua- LOS TRASLADOS
nito estaba en Soria y escondido -yo sabia que estaba en su casa- y todas eran de
absoluta confianza, alguien que todavía vive tenía la intuición o sospecha de que no Los familiares de los presos al ir a la cárcel para visitarles o llevarles ropa o ali-
había escapado. Su abnegada esposa Basilisa, muy querida por mis padres y p.or to- ~entos, se enco.~traban a veces con. una sorpresa que llegaba a colmar su angustia:
dos cuantos la conodan, pues es la bondad personificada, se las vio y deseó, para Su esposo o hiJO, o hermano, ha Sido trasladado". Así de simple. Sin añadir nin-
poder cuidar de su esposo, trabajando para obtener los indispensables recursos. gún dato más. Las preguntas atropelladas e insistentes de los familiares inquiriendo
Juanito salv6 su vida, una vida codiciada con ansia por sus enemigos y salió de pormenores sólo encontraban una respuesta: "Han sido trasladados y no sabemos
Soria el 1 de noviembre de 1.939. Permaneció en Madrid diez meses y se trasladó a más".
Asturias donde permaneció siete años más. Sus vivencias, la forma en que permane· .Los famosos "traslados" eran a veces auténticos, pues hubo presos que visitaron
ció escondido, sin salir de casa y sin que 10 encontraran, así como las vicisitudes que vanas cárceles, pe~? con mu.cha ~r~cuencia, la noticia escueta del "traslado" signifi.
le acontecieron después, merecería la pena ser relatado, pero nos ocuparía largo es- caba la confirmac.on de la e¡ecuc.on del preso. Transcribo literalmente el documen,
pacio. to, cuya fQtocopia obra -en mi poder. Dice así:
Militantes de la CNT fueron fusilados alrededor de treinta, entre los que recuer- "DON JOSE MANUEL LORENZO DE LA FUENTE, DIRECTOR DEL
do: flEI Manquillo", Arsenio Martínez, Tomás Cué, Fermín González, Antonio La· CENTRO PENITENCIARIO DE CUMPLIMIENTO Y DILIGENCIAS DE SORIA.
fuente, Manuel Blanco, José Andrés, Ramón Vinuesa, José Sillero, Miguel Pérez, CERTIFICO; que según datos obrantes en el archivo de este Centro , los 16 indivi-
Tomás Alvarez, José María Ablonil, Juan Arenas, el médico de Almarza, Aquilino, duos que se citan, Miguel Ruiz de Pablo, Florencio Borobio Gil, Salomón Ortega
Ramón Cotillas, Segundo Velasco, Cayo B. G. (conserje del local de la CNT), Cons- Sebastián, Ramón Vinue.. García, Miguel Pérez del Campo, José Sillero Lerma,
tantina Alcoceba (comadrona), ocho trabajadores del· pantano de La Muedra y tres Pablo Ormiz y Beltrán, Faustino Moreno Martínez, Teófilo San Nicolás Barrero,

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Manuel Vargas del Valle, Manuel Ramos Rodríguez, Félix Iglesias Garda Rafael
Sampere Bellido, Antonio Uriel Díez, Fortunato Pérez Noblejas Saturnino éastiella no eran de su competencia. No pudo seguir estudiando doña Pilar. Su hermana Nie-
Castillo, que se encontraban recluídos en la Prisión Preventiva 'Celular de El Burgo ves, reci,bió durante el año 1.937 lecciones mías, naturalmente a título gratuito.
de Osma, fueron entregad~s a fuerzas de la Guardia Civil el día primero de septiem. (Así fue como conocí yo a esa familia). Su madre intentó poner una pensión en la
bre de ~ .936, por ord.en numero 1329 de la Comandancia Militar de Soria, para ser calle Numancia, siéndole denegado el oportuno permiso, hasta que cesado el Go·
co~d~,cldos a ~rese.ncla de .un Jue"z Instructor en Almazán. Y para que conste, a bernador Casado, quien le sustituyó en el cargo, le autorizó a tener la pensión, no
pet'c!on. ~e don~ Pilar IgleSIas R.~mera, hija de uno de los citados, y a los efectos de obstante las trabas que siempre puso Julio García Mozo, hombre de confianza,
tramllaClon ofiCial de exhumaclon, expido la presente en Soria a veinticinco 'de como sabemos, de todos los gobernadores civifes, hasta que se trasladó a otra capi-
septiembre .de ~il ~ovecientos setenta y Uno. Firma: ilegible. Hay ~n sello que dice: tal. Más aún: el célebre cabo de Baraona, de tan triste recuerdo, prohibió a Pilar,
Centro Penltenclano de Cumplimien"to y Diligencias. Soria. Dirección". entonces una joven de 17 años, que saliera de casa e intentó no seducirla, sino ul·
Estos 16 presos -aún en el año 1.971 eran calificados como "individuos"- no trajarla.
llegaron a comparecer ante ningún Juez, ni por supuesto a Almazán. Fueron fusila.
dos, ese mismo dí~, tras ser exca~celados, en Bayubas de Abajo, cerca del Puente
U~lan. Entre I.os ejecutores ~ate"ales y como dirigentes del. grupo figuran Pedro ASESINOS Y APROVECHADOS
Lope~, ~1~nglSta muy conoc,do en Soria, un practicante apellidado Martínez y el
.guardla CIV" Lafuente, hermano del sargento del mismo cuerpo don Wenceslao La. De las 16 personas fusiladas el 1 de septiembre de 1.936 en Bayubas de Abajo,
fuente que en unión de su hijo Angel, cumpliendo órdenes del teniente coronel algunos -o todos quizás- fueron expoliados, antes o después de morir. Concreta-
Mug~ habían escoltado el coche ocupado por el Gobernador Civil republicano, sr. mente don Fortunato Pérez Noblejas llevaba un brillante. Fue enterrado sin él. Con
Alvalar, en su marcha -pactada con Muga- hacia la zona dominada por el Gobierno el tiempo, uno de los asesinos, Luis Martínez, pasó a desempeñar el cargo de practi-
d~. la República. Cumpli~a su misión escrupulosamente, el sargento Lafuente y su cante en el sanata:rio antituberculoso de Derroñadas. Allí trabajaba comó enfermera
hilO, de regr~so para Sana, se cruzaron con un tren de ferroviarios procedentes de doña Milagros Pérez Noblejas, quien reconoció en el anillo que lucía el practicante,
Arcos de Jalan, y resultaron muertos en el transcurso de un tiroteo entablado en- el que había pertenecido a su hermano. Denunciado el hecho, el aprovechado
tre ellos. La muerte lamentabil ísima de don W_nceslao y de su hijo tuvo de,pués en practicante tuvo que devolverlo, merced al testimonio del joyero don Ramón Mon-
Soria y la provincia consecuencias muy graves. ' real, que certificó sin IOJgar a dudas que el brillante pertenecía a don Fortunato. El
. A partir de en.to~ces, su hermano se convirtió en un auténtic:o c:azador de repu. practicante terminó por decir que use lo había encontrado·~.
bhcanos o de SOCialistas, 0, simpremente de cualquier persona que en su concepto Ya he dicho que los 17 fusilados de Deza, algunos fueroo apaleados y expolia·
pudiera ser catalogada como liberal o heterodoxa, aunque él no supiera realmente I~ dos. Según amplios testimonios, el célebre falangista soriano, requisó en Deza varias
que estas palabras significaban. escopetas de caza, una de ellas de verdadero lujo, que no entregó a las autoridades,
S~ afán era ejecutar, como él mismo reconocía y proclamaba con orgullo y arro. apropiándoselas. Con el tiempo y gracias a un Juez de Instrucción de Soria, estric-
gancla. to cumplidor de la ley, tuvo que devolverlas, aunque por la especialísima situación
Asisti~ a la ejec.ución de. los 16 infortunados, un sacerdote que fue Capellán del política, los crímenes y las apropiaciones quedaron impunes. A.ntes al contrario,
cementerio de SOrla, falleCido hace pocos meses. Su misión como es natural era el tal falangista, compañero mío de escuela y poco más que analfabeto, alcanzó
prestar los auxilios espirituales a los que iban a morir. No obstante su afirmació~ de cargo en la Secretaría del Movimiento en Madrid y posteriormente, en el Ministerio
que todos. habían confesa~o, la realidad es que ninguno lo hizo, según afirmación de Comercio, "a dedo" como es natural.
de los veCinOS, algunos testIgos presenciales de las ejecuciones y según me aseguró la Otro caso de Upatriotismo" y de instinto comercial, fue el de Antonio Cuevas,
hija del infortunado Félix Iglesias. El afán por disparar del guardia Lafuente y el fu. dentista de profesión. Conocida fue su afición a presenciar ros fusilamientos. Quizás
ror que puso en ello, hizo que el sacerdote le dijera un tanto sorprendido: Ir ¿Pero menos conocida sea, su intención y propósito de extraer las piezas dentales de los
no te cansas, hijo?", a lo que el guardia Lafuente contestó: .. ¡Nunca, jamás!". fusilados. Llegó en su osadía a pedir autorización para ello, al Gobtrnador Civil,
E~tos da~os m.e fueron transmitidos por doña Pilar Iglesias, que como es, natural, Casado. Aunque éste, principal responsable de los crrmenes que se COMetieron, no
hiZO ~verlguaclOnes para conocer detalles de la muerte de su padre, a quien quer(a era hombre de escrúpulos, en este caso reaccionó amenazando al tal Cuevas con de-
entranablemente. La muerte del sr. Iglesias, marcó además para Pilar, su hermana tenerle, si llevaba a cabo su propósito. No todo iba a ser negativo en l. conducta
Nieves y su madre, la iniciación de un nUevo calvario. Pilar tenía una beca concedi. del tristemente célebre Enrique Casado. Nunca serán conocidos los casos de rapiña
da por la Diputación de Soria y estudiaba el bachillerato. Le fue retirada la beca por que se cometieron, pues los fusilados no podían hablar y sus familiares tanpoco lo
la Diputación, siendo su Presidente don Rafael Garda· de Diego. El profesor de fran· hicieron, atenazados por el terror, e intuyendo además, que toda reclamaCIÓn sería
cés, don Alfredo Gómez Robledo protestó e hizo gestiones para que la beca le fue· inútil, cuando no contraproducente.
ra restituída, sin conseguirlo. Es más: se le indicó que no se metiera en asuntos que Un escribiente del abogado don Bienvenido Calvo, llamado Tiburcio, denu.ció ei
asesinato de su padre, secretario de un pueblecito, creo que de El Cubo de la Sola·

16 17
na, y a los asesinos. La denuncia fue presentada en 1.944 aproximadamente. Nada
consiguió.y aún tuvo problemas y complicaciones con las autoridades. caba plenamente mi estancia en Madrid. Sal í del café con Ramos y le acompañé has-
ta dejarle en mitad de la calle León, donde nos ·despedimos. Me cercioré de que se-
guía .calle adelante y volví al "Moka" a recoger a mis amigos. Aproveché lo sucedi-
PRISIONES do para recomendarles prudencia y les insistí en mi creencia de que en Madrid en
esOS días, ya habría policías y delatores sorianos, buscando a los desertores y a' los
Además de la cárcel provincial de Soria, llena totalmente de presos, se habilita- huídos. Les entregué el dinero que llevaba, unos doce o catorce duros les di mis se-
ron para recluírlos la ermita de Santa Bárbara, el antiguo fielato de la carretera de ñas de Zaragoza. e insistí en mi consejo de que se escondieran, proc~rando meter-
Valladolid, y los calabozos del Gobierno Civil. Y para los prisioneros de Sigüenza les miedo, pues, repito, ellos decían "que la radio aseguraba que el que no tuviera
inicialmente la plaza de toros, después el cine Proyecciones y finalmente, el cuartei las manos manchadas de sangre, nada tenía que temer", y por lo tanto ellos estaban
de Santa Clara. Y para las prisioneras de Sigüenza, el antiguo hospitalillo de la plaza tranquilos. Creo que fue dos o tres días más tarde cuando ambos amigos tropezaron
del Salvador y más tarde un caserón situado en la actual calle de la Alberca, a la en- con Fausto Hortelano, quien los saludó cariñosamente. Tomaron cerveza, charlaron
trada a mano izquierda. y finalmente, Fausto les invitó a comer. Lo hicieron en un restaurante de la calle
En los pueblos permanecieron algunos detenidos en los cuartelillos de la Guardia Arlabán, la Concha. y comieron a la carta, es·pléndidamente. Fausto pagó la comida
Civil; y en.la provincia, las cárceles más importantes fueron las de Agreda ' Almazán , naturalmente y -creo que Isabelo todavía conserva la factura- a la hora del café y
. copa uno de los dos amigos, sospechó algo de la excesiva esplendidez y afectuosidad
Berla~ga y espeClal,,:,ente la de E! Burgo. de Osma. El director de ésta última, don
German Egldo, a qUien yo conocl muy bren personalmente, se mostró en el cumpli- del paisano Fausto y al salir a la calle se pusieron rápidamente de acuerdo para em·
miento de su deber, como funcionario humanísimo y generosó. Las cárceles se lle- pujar a Hortelano y salir corriendo, pero éste. intuyendo las intenciones de aqué·
naron, pero iban quedando huecos para otros infortunados, a medida que se suce· lIos, y como viera en aquel momento a unos falangistas, los llamó gritando: "Dete·
dieron los fusilamientos, que sobre todo en el mes de agosto, fueron numerosísi- nerlos que son rojos". Y así fue como fueron encarcelados Antonio Ramón e Isabelo
mas y constantes. Agosto fue el mes negro de la Guerra Civil en Soria, aunque ros Jiménez. Juzgados y condenados a cadena perpetua, visitaron los penales de Ocaña
fusilamientos continuaron hasta las navidades. luego vendrían las saCas de los prisio- y el Dueso. Puestos en libertad años más tarde, Antonio Ramón, herrero de profe·
neros de Sigüenza, pero eso lo explicaremos después. sión y hombre de gran fortaleza física, salió con la salud quebrantada. Contrajo ma-
Terminada la guerra, yo estaba en Zaragoza como soldado, ocupando el cargo de trimonio, sie.ndo yo el padrino de la boda, y murió en plena juventud. Isabelo,
secretario de un asesor jurídico, don Manuel Ortiz, dada mi condición de estudiante con algunas secuelas producto de la guerra y de la cárcel, vive hoy en Palencia
de Derecho. Don Manuel por circunstancias personales tuvo especial interés en via- militando como siempre en el PSOE. '
jar a Madrid; y como yo tenía tíos y primos en la capital de España y por consi· Me tropecé también en la calle con Baudilio Ruiz, que en principio opinaba
guiente grandes deseos de saber de ellos, conseguí de mi jefe. permiso para acompa- como los anteriores y que también había desertado; pude convencerle de que no se
ñarle. presentara y Baudilio consiguió do(,umentación falsa, y durante muchos años qui·
Así que, aproximadamente entre el 2 y el 5 de abril de 1.939, yo estaba en Ma· zá más de veinte, pasó a llamarse Marcelino. Vive tranquilo y feliz en Barce'lona,
drid, abrazando con la natural alegría a mis familiares, a quienes afortunadamente procurando olvidar las vicisitudes sufridas, pero siempre en su 1ínea ideológica de
nada les había ocurrido. Creo que fue al día siguiente de mi llegada. cuando me en· hombre liberal y demócrata. '
contré en la calle de Atocha, cerca del domicilio de mis tíos, con Isabelo y Antonio. , Además de fausto y el policía Ramos llegaron de Soria a Madrid con misiones
Ambos estaban desorientados y, por supuesto, sin dinero. Entramos juntos en un ,.í idénticas, numerosos delatores, aunque no puedo precisar con qué resultado. Ha-
blando de delatores, he de volver a referirme a Angel Vallejo, "el Patillas", ya cono·
bar de la plaza de Antón Martín, "el Moka-", que yo conocía muy bien. Tomamos
unos cafés, contándonos mutuamente nuestras impresiones; ellos el relato de sus
, cido de los lectores. En los primeros días de la sublevación, "el Patillas" encargado
aventuras, confiados y optimistas -hasta dónde puede llegar el entusiasmo y la de la plaza de Abastos de Soria, invitó a Atenógenes Zarza Mateo con un pretexto,
ingenuidad juvenil- y yo procurando persuadirles de lo peligrosa que era su situa- a que le acompañara al Gobierno Civil, distante pocos metros, ya que tenía que en·
ción, cuando, al pronto, vi que cruzaba la plaza en dirección al bar una persona muy tregar unos papeles. Al entrar en el Gobierno y como viera "el Patillas" al comisario
conocida ror su furor antirepublicano, mejor dicho, por su afán represivo: el policía de policía, don Emeterio Vicente, le dijo: "Detenga usted a éste que es 'rojo"'.
Ramos, apodado "el Rabaniza". Empujé hacia los sótanos a mis dos amigos, advir· Quedó detenido Atenógenes y pasó más tarde a la Prisión Provincial. Relatar las
tiéndoles que se escondieran hasta que yo bajara a recogerlos. Entró Ramos y nos hazañas de "el Patillas", de Fausto Hortelano, de un frutero ya fallecido, de los po-
saludamos, pues él vivía en Soria. encima de la tienda de mis padres, en el Collado, ••

.~
licías Ramos, "el Rabaniza", y de otro, llamado Angel. familia de los fruteros va·
y naturalmente nos conocíamos. Se mostró sorprendido de que yo pudiera haber lencianos, nos ocuparía un largo espacial sin que con ellos se agote la lista de los de·
llegado a mi Madrid, con tanta rapidez y, en virtud de su deformación profesional, nunciantes, confidentes y demás ralea.
me hilo una especie de interrogatorio, que yo salvé como pude. Bien es verdad que
yo p.>rtaba una documentación en regla, y una certificación de mi jefe que justifi- .~
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Antes hemos relatado el caso de Juan Sanz Chamorro, escondido en su casa tres
LOS QUE HUYERON Y LOS DESERTORES años Y pico. Por un descuido en el examen de mis notas, no consigné que hubo en
Soria otro que batió el récord. José Calvo Tutor, ebanista, que permaneció esco'ndi-
Fueron pocos realmente los que tuvieron la decisión de lanzarse a lo desconoci· do durante ocho años en el torreón de la muralla, existente en la calle Puertas de
do para intentar salvar sus vidas. La inmensa mayoría fueron detenidos en sus casas, Pró, don?e vi.vía. Fu.eron constantes los registros nocturnos y diurnos, sin que die-
sin ofrecer resistencia. Pensaron quizás que, una vez detenidos, no pasaría nada más; ran con el. S~l,o sabia que estaba escondido su madre; y pasado el tiempo, sus her-
y aún que la detención sería por pocos días. manos. Tamblen hubo otros que permanecieron ocultos durante varios años, entre
En Soria, un emp1eado del banco Hispano Americano, socialista, Luis Arribas, ellos un tal Serrano_
antes de la entrada de los requetés huyó campo a través, llegando a Navalcaballo, Todos los que huyeron o desertaron, pasaron como es natural, innumerables vi·
donde encontró alguna ayuda y consejo, logrando después, caminando siempre de cisitudes. Casi todos los que he citado salvaron la vida, aunque la mayoría conocie-
noche llegar hasta la zona republicana. Era uno de los predestinados, por su signifi- ron después las cárceles y los campos de concentración. Unos porque fueron hechos
cació~ agravada además por el hecho de que su jefe, el director, Marton, fue uno de' prisioneros; otros fueron detenidos después. Caso curioso, aunque sangrante es el
los co~militones d,el Gobierno Civil. Hoy vive en Méjico, con una situación econó- de mis amigos, los conocidos sorianos Isabelo Jiménez Casado y Antonio R~món,
mica brillantísima. apodado éste último, "el Bartolillo". Ambos habían desertado pasando al bando
Los hermanos Garcóa de la Puerta (dos de ellos, pues el otro fue requeté) republicano, donde lucharon valientemente. Isabelo había sido herido y todavía
!luyeron llegando hasta Almazán. José no pudo seguir y regresó a Soria, y, movili- c:onserva metralla en la cabeza.
zado, pasó desapercibido Y nada le ocurrió. El otr~, maestro y 'l;IYo nombre no re-
cuerdo, llegó hasta Madrid, luchando siempre en pnmera fila, y mas ta~~e,comogue..
rrillero. En una de sus incursiones por la zona de Franco, desapareclD. Fue un va- ALGUNOS DETALLES DE LA HISTORIA QUE ESTA POR HACER
liente.
El alcalde de DelO, Pollo, fusilable con toda seguridad, pues era la persona más En Montenegro de Cameros, en los primeros días del Alzamiento, una madruga-
destacada del pueblo, logró huir disfrazado de segador. Murió hace anos en Fran· da, fusilaron a nueve personas, vecinos de los pueblecitos del contorno] en la cune-
cia, ta del contrn Soria-Logroño, a unos tres kilómetros del pueblo. En el último
En Viana de Duero residían con su madre, los hermanos Ranz Lafuente: Angel, momento, uno de los predestinados consiguió escapar, subiéndose a la copa de un
David y Benjamín. David se había -destacado como periodista y colaborador de la chaparro o encina, desde donde presenció el fusilamiento de sus compañeros. Los
Voz de Soria y era además maestro, profesión como sabemos no muy bien vista fusiladores fueron al pueblo a dar cuenta del hecho para que los vecinos los enterra-
por los sublevados. Los tres permanecieron en su casa, pero desde ella oían el ruido ran y al mismo tiemp.o dieran una batida, para buscar al huído. Enterado el Juez,
de los coches que iban a detenerlos, y huían al monte. Fueron numerosas las veces creo que llamado Jose Romero, y después de consultar con las autoridades de Soria
que los requetés y falangistas llegaron al pueblo buscándolos. Como la situación orden? que se les enterrara en el cementerio. Dos de las víctimas eran padre e hijo
se hacía cada vez más peligrosa, decidieron huir por el campo de G?mara hasta Bi- y mUrieron atados codo con codo. El huido regresó a su casa varios días después y su
juesca. Permanecieron allí unos días, pero mataron al médico y volVieron otra vez a propia esposa, atemorizada por las presiones y amenazas sufridas, lo denunció
Viana y, desde all í, disfrazados como Pollo de sega~ores, y ~ie~~r.e campo a tr~vés, siendo detenido y fusilado en el acto.
apenas sin comer y sin beber, consiguieron despues de mil VICISitudes, llegar a la
zona de la República.
Miguel Ranz Iglesias, de Baraona, ya hemos dicho que c?!'siguió huir,_ y hoy JOVENES y APELLIDADOS DOMINGUEZ
vive en Méjico, con la amargura de que 18 mIembros de su ~amllla f!-,eron fusllad.os.,
Desertaron del ejército de Franco, entre otros, Antonro Ramon, Isabelo Jmle- En Mazalvete, dos ~ermanos solteros, fueron detenidos por falangistas en su do·
nez Casado Baudilio Ruiz, Clemente Millán Revuelta, Quico el cisquero, un car· micilio, en presencia de su madre. Llevados a Soria al Gobierno Civil, fueron fusila·
pintero de San Lorenzo, Pestaña, "el Gallarón", los hermanos Peralta, Baldomero y d~s al día siguiente., Cuando su madre llegó a Soria para pedir clemencia, ya· se ha·
Virgilio, Angel Sanz Chamorro, Pedro Marrón. Madurga, el mayor de los hermanos, bla consumado el cnmen en el cementerio de Las Casas.
también desertó de noche y desorientado, tuvo la mala suerte de volver a las filas de Don José Tabernero Bullón, maestro de Molinos de Razón fue denunciado por
Franco. Fue fusilado al día siguiente. Me consta que murió como un valiente; To- alguien de Duruelo, donde con anterioridad al Alzamiento había ejercido su profe-
dos los cita<tos vivían en la ciudad de Soria. De los pueblos fueron muchos mas los sión; se le acusó de haber destrozado el crucifijo; al saberse perseguido consiguió
desertores, pero na conozco los datos y su identidad. Sé que e!, el frente ~e Huesc:a huir a logroño, pero como quería reivindicar su buen nombre, ya que io que se le
entablaron relación numerosos sorianos y en un bar de la capital, se reuOIeron una imputaba era falso} volvió a las cercanías de Covaleda con el propós.ito de entregar-
vez 17 de ellos, y se juramentaron para pasar a la zona republicana, cosa que se y demostrar que el crucifijo estaba cuidadosamente guardado en un arrJ:Iario 'de
la escuela. Fue detenido y fusilado en Ausejo d.e la Sierra, junto con dos personas de
lograron conseguir.

20 21
Abejar. Los asesinos fueron dos falangistas. Fueron enterrados por vecinos de Ause- y hubo de permanecer después enfermo en cama algún tiempo. Los sepultureros
jo y hoy descansan en el Cementerio de Covaleda. Los denunciantes son conocidos. más acostumbrados a la presencia de la muerte, al mando de uno de elJos Mauricio'
Don Fernando Romero y su hijo Antonio, fueron detenidos en Covaleda y fusila- cumplieron su misión. Algunas de las víctimas iban bien vestidas y al par~cer proce~
dos en la Venta de Valcorba. Un vecino de Oteruelos se refugió en Covaleda, sien. dían de la comarca de El Burgo.
do detenido y llevado al Ayuntamiento; por la noche fue fusilado a fas afueras del En la provincia, fueron lugares predilectos para los fusilamientos, la Cuesta del
pueblo, por personas conocidas. Temeroso, el llamado ilano de la muerte de Bayubas de Abajo y un lugar.cerca de
Juan Arenas de Soria fue detenido el 15 de agosto en Pozal muro, cuando estaba CalatañalOr. Allí múrió don Mariano Ca brujas y en un solo día, fueron fusilados
segando, por falangistas. Permaneció ocho días en los calabozos del Gobierno Civil. alrededor de una docena de personas.
Detuvieron también en casa de su suegra a Timoteo Valero, en la calle Cuchilleros, Pero sobre todo, el lugar que bate el récord son las "Matas de Lubia", donde en·
siendo llevado al Gobierno. Una nochdos dos infortunados, atados de pies y manos tre sorianos y prisioneros de Sigüenza, descansan VARIOS CIENTOS DE PERSO·
fueron introducidos en una camioneta por unos guardias de Asalto, dirigidos por el NAS, entre ellas algunas mujeres. "Hoy hemos toreado treinta y dos becerros y una
policía Ramos, "el Rabaniza". Nada más pasar Los Rábanos fueron asesinados. novilla", oí decir a un bárbaro, a la puerta del Casino de la Amistad. Naturalmente
Ramos avisó al caminero y éste ayudado por algunos vecinos, enterraron a las víc- no he vuelto a saludarle y como éste existen otras personas que al verlas se me per-
timas. El hermano de Juan Arenas fue fusilado ocho días más tarde en la carretera turba el estómago. Precisamente cerca de este Gran Cementerio escondido, encon-
de Portelárbol. tró la muerte en accidente, quien había participado en múltiples fusilamientos en
El médico de Afmarza, Herminio Guajardo, anarquista, conocido por su huma. dicho lugar, circunstancia que fue muy comentada en Soria. Algunos compañeros
nismo y desinterés económico, pues era un excelente cazador y las piezas cobradas suyos de "correrías" viven, yo no sé SI tranquilos, pero sí orondos y en buena po-
las repartía entre los pobres; y como médico no les cobraba e incluso pagaba de su sición económica todos.
pecunia fas medicinas que necesitaban, huyó a Segoviela y a los pocos días se re~ El pueblo más castigado de Soria fue Baraona. Además de los 18 miembros de la
tugió en Almajano. No creyendo quizás que le sucediera nada irremediable, dada su familia Ranz Iglesias, fueron fusilados un retrasado mental. Félix Iglesias. Que nada
generosidad y conducta, vino a Soria, entregándose. Fue fusilado y está enterrado tenía que ver ,con aquella familia y que nada sabía de política, un señor apellidado
en .Calatañazor, con los maestros Buill y Soria. Caballero, el maestro del pueblo y varios más, entre ellos Cándido Salces. Este que·
El alcalde de Almarza, Esteban el herrero, de sesenta y tantos años de edad, fue dó con vida y logró llegar hasta una caseta de camineros. Descubierto o denunciado
detenido y a las pocas semanas murió en la cárcel de Soria l quebrantada su salud fue detenido y fusilado definitivamente.
por fas angustias y sufrimientos. Sus bienes, así como los de los concejales, fueron
intervenidos, hasta el extremo que no podían matar una gallina sin permiso.
En los llanos de Chavaler fueron fusiladas una tarde una docena de personas. LOS PRISIONEROS DE SIGUENZA
Una de ellas, atada con otra, quedó malherida. Logró desasirse de las ligaduras y pu·
do llegar arrastrándose hasta Gallinero. El médico le curó y pudo salvarse. Creo que El día 15 de octubre de 1.936 se rindieron a las fuerzas de Moscardó, unas 850
todavía vive. personas de ambos sexos, milicianos y vecinos de Sigüenza. que habían resistido
En el mes de agosto fueron extraídas de la cárcel de Soria 16 personas para ser unos días en la Catedral y, atadas codo con codo, fueron llevadas a un cine de la
ingresadas en la Prisión de Almazán. Al llegar a las Matas de Lubia, fueron fusiladas ciudad. AII í se hizo una primera selección y algunos fueron puestos en libertad y
todas, menos Isaías Romero y un tal Hernando. Estos se salvaron porque Hernando otros desaparecieron ignorándose su suerte. El día 16 llegaron a Soria en varias tan-
había trabajado para un jerarca falangista y aquél por ser hermano de un alguacil, das alrededor de 700 presos, atados de dos en dos, en camiones de ganado, cerrados
muy querido en Soria, don Nicanor Romero. con rejillas. Inicialmente fueron llevados a la plaza de toros, donde se les cacheó y
Se fusilaba en cualquier sitio, al borde de las carreteras preferentemente y cerca se les despojó de dinero, relojes, anillos, etc. El célebre Diego Navarro, como uno de
de algún pueblo, avisando después, aunque no siempre, a los vecinos para que los los presos quisiera retener el anillo, con el retrato de su madre, le amenazó: 1.IDáme_
enterraran. Más de una vez se dijo: "y si no los enterrais, mejor; que se los coman ll
lo O te corto el dedo Durmieron en el patio de caballos, sobre paja y sin mantas.

los perros". Pero hubo lugares en los que los fusilamientos fueron constantes y re· De all í pasaron al cine Proyecciones donde se les cortó el pelo al cero a todos, de-
petidos. Así en Soria, la Venta de Valcorba y sus alrededores, los llanos de Chavaler, jándoles un mechoncito, a unos en un lateral, a otros al final o en el centro de la
el cementerio de Las Casas y el propio cementerio de la capital. cabeza. No vaya detenerme en detalles de las vilezas cometidas, hasta el extremo
En el recinto de la Venta de Valcorba, en un pequeño cuarto que existía, situado que hubo un plante de los prisioneros, que zanjó Muga, con órdenes que suavizaron
a la izquierda, fueron enterradas un dfa nueve personas. Ocurrió así: fue avisada por la situación de los prisioneros. Dos de ellos fueron extraídos y fusilados días des-
el Gobierno la Inspección Municipal para que se trasladaran al citado lugar tres o pués. Poco a poco fueron trasladados al cuartel de Santa CJara. Al principio durmie-
cuatro sepultureros, algún alguacil y un bombero. Lo que presenciaron fue horri- ron en el suelo, sin paja y sin mantas. Después se les facilitó paja y algunas c~lcho­
ble: nueve personas yacían muertas, con las cabezas macha~adas. Uno de los algua- netas, mantas nunca. En principio los jefes de los prisioneros fueron los tementes
ciles se retiró espantado¡ el bombero Florentino, apodado I'el Pelele" se desvaneció Paulina y Moísés.

22 23
Una noche .a final de noviembre fuelon sacados a bulto exactamente treinta Entre los prisioneros hubo también traidores y confidentes, aunque pocos. Co·
presos, que desaparecieron. A los pocos días se pidieron voluntarios para ir a traba· nocidos tres: Cipriano Yera, Manuel Pindado (éste era zafio, feo y tan poco hábil
jar a Burgos. Formaron todos en fila y contando desde la cabeza al fondo, de tres que todos los sorianos sabíamos su despreciable misión) y un tal Domingo.
en tres, seleccionaron exactamente otros treinta, que, desde luego, .no llegaron a
Burgos. Pocos días después, volvieron a sacar otros treinta, contando esta vez desde
atrás a la cabeza. Las ropas o el hatillo de los sacados, quedaron en el patio del CONSIDERACIONES FINALES
cuartel, por lo que los prisioneros dedujeron que los seleccionados habían sido fusi·
lados. Así, poco a poco, de los 700 prisioneros que llegaron aproximadamente, Todos los sorianos fusilados supieron afrontar con entereza y serenidad su des·
quedaban unos 175 cuando los visitó Moscardó. Como era él quien los había hecho tino, siendo m'uy pocos los que se humillaron.
prisioneros, al darse cuenta de la sangría producida, dijo: "Estos son mis prisione- Los funcionarios del Cuerpo de Policía se limitaron a cumplir órdenes en su ma-
ros y no se mata a nadie más". UPero al que se le encuentre un objeto punzante o yoría, sin añadir sal y pimienta. Hubo algunos que extremaron su "celo" y :aún se
cuerdas, se le fusila y se le abre después expediente". Dio órdenes en el sentido de distinguieron por sus iniciativas homicidas. Recuerdo a un tal Angel, familia de los
que se les facilitara camisas, aunque no llegó a cumplirse la orden citada. fruteros valencianos y a Ramos; ambos eran conocidos comorél terror y el miedo".
Una fiesta religiosa, invitó a los presos a un banquete y llevó una orquesta y un Otro de los "patriotas" es el ya citado José María, de Peñalba de San Esteban. Este
balón para que jugaran al fútbol. Antes confesaron en la iglesia del Espino, dándoles y el tal Angel creo que viven, aunque afortunadamente no han vuelto por nuestra
a.cada preso un número, que deberían entregar al confesor. Naturalmente, confesa·
.,,
" tierra. Yive también el que fuera hombre de confianza de todos los gobernadores
ron todos. A partir de entonces, sólo hubo tres fusilamientos: dos porque .~ civiles durante muchos años y que hoy constituye un "archivo" viviente. Algún
.~-
intentaron escapar y un tal Antonio, taxista de Madrid que tenía cinco hijos, y que i< sereno se distinguió por su diligencia en coadyuvar a la causa del Alzam;ento. So-
fue fusilado en el patio del cuartel, con todos los prisioneros formados. Se celebró • mos muchos los que recordamos cómo sacaba las cajas de bebidas del bar Argentino
un mítin en un garaje de la calle Alberca, en el que intervino García Sanchiz, presi· para obsequiar a las fuerzas en horas fuera de servicio. Pero los que se llevaron la
dido por Moscardó y otras autoridades. Asistieron los prisioneros y público de 50- palma fueron los camisas azules, más o menos auténticos, más o menos Ilconver-
ria, yo entre él. Sanchiz, buen charlista, se mostró poco humano pretendiendo con- sos". Naturalmente hubo falangistas que marcharon al frente y no participaron en
vencer a los presos de su equivocación, pero con argumentos grotescos y amenaza- la represión. Y algunos procuraron ayudar a los perseguidos. Me consta que Jesús
dores. Su arenga «patriótica y cristiana" fue en realidad una cruel burla, un terri- Martínez Trillo protegió a algún amigo mío, acusado de "rojo". Y quiem consignar,
ble sarcasmo. Moscardó rn"manizó el acto pidiendo un minuto de siJencio para los que en ~uarenta años, sólo he hablado con Trillo dos o tres veces, no obstante ha-
caídos de ambos lados. Como alguien del público dijera que sólo del bando nacio- ber tenido con él antes de la guerra, cierta amistad que quedó interrumpida por el
nal, el general se irguió y dijo: "He dicho que de los dos bandos". volcán de la misma.
Los prisioneros trabajaron en !a construcción de refugios, descarga de bombas en Hubo un alguacil, Melitón lloren te, que por su falta de "celo" fue expulsado del
la tabla del Duero, y en la muralla cercana al Mirón, timpieza de la plaza de toros, Cuerpo. Sufrió calamidades, pasó hambre, trabajó de cantero y murió prematura-
del Castillo y en otros menesteres, custodiados primero por la Guardia Civil y des· '. mente.
pués por los Alguaciles. Hubo un brigada llamado Mozas, que era jefe de los Muni- •
En fin, fueron tres años terribles en los que ninguna forma de crueldad fue igno-
cipales, con el que los prisioneros estaban a gusto. Tengo referencias numerosas de rada; tres años de miedo, de terror y de odio; tres años sin libertad para quienes no
prisioneros, que uno de los alguaciles, don Nicanor Romero hrzo cuanto pudo para se subieron al carro del vencedor y mantuvieron una actitud digna, de rechazo y de
suavizar su situación. Algunos prisioneros fueron puestos en libertad, entre ellos repulsa, por la r~presión en sus variadas modalidades.
dos médicos, Barrera y Herrero, que encontraron refugio gratuito en un piso propie- Algún día se escribirá la historia pormenorizada de lo que sucedió en Soria
dad de mi padre. "
-quizás yo mismo lo haga- para que nos sirva de enseñanza y nos JURAMENTE-
Terminada la guerra nos demostraron su gratitud atendiendo repetidas veces en MOS TODOS a fin de que no vuelva a repetirse. Porque, como dijo Ghandi: "Los
su consulta en Madrid a mi hermana y mi madre, sin cobrar absolutamente nada. pueblos no se redimen por el camino de la lucha armada y el aniquilamiento del ad·
Las prisioneras fueron alojadas en el antiguo Hospitalillo de la plaza del Salvador y, versario, sino por el camino de la no violencia, la democracia y el respeto a los de·
más tarde, en un caserón de la calle Alberca, a la entrada a mano izquierda. Casi más".
todas salvaron la vida, a.unque el trato fue duro y la alimentación tremendamente No ignoro los crímenes cometidos en la zona republicana y los condeno con la
escasa, como abundantes las vejaciones. máxima energía. Y como ya tengo dicho, fl para mí los que asesinaron no fueron
El pueblo de Soria sintió una gran piedad por la situación de los prisioneros, republicanos ni socialistas, ni comunistas. Fueron simplemente criminales".
aunque muchos pidieron a su llegada que fueran quemados. Podría citar casos que Aunque cabe distinguir que en la zona republicana, la represión tuvo un carác-
demuestran hasta dónde puede llegar la maldad humanal pero me retiene el pudor ter primitivo, como consecuencia de una conciencia proletaria inmadura y siempre
y el dolor de los hijos de aquellos monstruos, muchos de Jos cuales se pasean tran· en contra de los deseos de las Autoridades. Y para comprobarlo, no hay más que
quilamente y se consideran /fpatriotas y cristianos". cotejar los discursos de Franco y de Azaña, de Queipo de Llano y de Prieto, cie Mo-

24 25
la y de Martínez. Barrios, de Pemán y Antonio Machado. amigos simpatizantes nuestros.
Para terminar. después de todos los asesinatos cometidos en ambas zonas, lle- Más adelante se señala que "el Gobernador Civil dio orden de trasladarnos de
gado el día de la Victoria, siguió la represión y quizás con más virulencia. Una repre- Noviercas a Olvega", cuando lo cierto es que nos trasladaron de Noviercas a Góma-
sión in misericorde, fría, calculada, sistemática. Según José Miguel Naveros, entre ra, de Gómara a Agreda y de Agreda a Soria -precisamente el día 13 de julio, fe-
abril de 1.939 y 1.945 perecieron más de DOSCIENTAS MIL PERSONAS, vícti· cha en que murió asesinado Calvo Sotelo- ignorando quién fue el que pudo dar las
mas de los Consejos de Guerra y de los campos de concentración, sin contar los mi- órdenes de traslado.
les y miles que fueron ejecutados sin juicio. Vicente Sánchez Crespo, al saber que habíamos sido detenidos, se presentó en
Un corresponsal norteamericano en España, cuyo nombre así como el del perió- el cuartel de la Guardia Civil de Noviercas, que es donde permanecíamos y no en la
dico no recuerdo, pues mi archivo lo tengo en Barcelona y estoy escribiendo en So- cárcel, según se dice en el artículo.
ria, eleva esta cifra a DOSCIENTOS OCHENTA MI L, basando su afirmación en En el periódico del sábado 21 de julio, al referirse a la detención por orden gu-
datos recogidos en el Ministerio de Justicia. bernativa Y previa aquiescencia de Artigas Arpón, se omite el nombre de don Je-
Sea una u otra la cifra, ahí queda reflejada la magnitud de nuestra tragedia, que sús Posada Cacho, ya que éste también fue detenido en unión de los cuatro que fi·
considero todos debemos conocer -y nuestros hijos más- para que nos sirva de lec-
,. guran, dándose la circu~stancia de que, el sr. Posad~ era nuestro abogado, defen~or.
ción y ejemplo, de lo que no debe suceder bajo ningún pretexto ni circunstancia. .7,;
~
Estas son las aclaraCIOnes a los articulas apareCidos que le agradecen a publIcase,
¡Que prevalezca para siempre la razón y no la fuerza; el diálogo y na la violencia y ~

-'< perl!litiéndome anticiparle que para su posterior publicación estoy preparando ré-
la consideración objetiva de que nadie tiene la exclusiva del patriotismo y de la •• plica a los artículos aparecidos en el semanario de su dirección, bajo la firma de. don
verdad!. ~ Gregario Herrero Balsa".
En esta consideración final, creo yo que descansa la esencia de este trabajo y el 1
:.1;
imp'ulso que me movió a realizarlo. Todos los hijos de esta atormentada tierra, de- ~:, Jesús Martínez Trillo-Figueroa
bemos recordar y hacer nuestras las palabras pronunciadas en plena Guerra Civil, "
:i.
·",.'
en el Ayuntamiento de Barcelona, en 1.938, por don Manuel Azaña, cerrando un o'
.'
·,
discurso sereno: "PAZ, PIEDAD Y PERDON para todos". ,¡;
U
Gregorio Herrero Balsa ,.i¡

REPLICA FALANGISTA
·' . .- (SORIA SEMANAL, núm. 137, 10 noviembre 1.919)
.;,
:~
~. "Hace tiempo, concretamente al día siguiente de aparecer el tercero y último
."
.;¡ artículo sobre "La represión en la provincia de Soria durante la Guerra Civil (1.936·
~

PRECISANDO FECHAS Y NOMBRES ~:¡. 1.939)", quise dar contestación a su autor, don Gregario Herrero Balsa, pero por di-
(SORIA SEMANAL, núm. 135,27 octubre 1.979) "'"
~g
ferentes causas que no vienen al caso, no me ha sido posiple hacerlo hasta hoy y lo
" hago comenzagdo con una frase de don Gregario Marañón. que me parece aplica-
"Por no corresponder a lo por mí manifestado a doña Isabel del Campo Muñoz, ble a la actitud que se pretende defender y mantener como base a lo largo de sus
en relación con su publicación bajo el título "Los primeros días de la guerra civil en tres artículos.
la provincia de Soria" -errores cometidos, sin duda, de forma totalmente invorun· Me parece recordar que decía don Gregario Marañón: fiEl resentimiento es una
taria por su autora- es mi deseo poder subsanar los mismos de forma que lo mani-
festado por mí sea lo que prevalezca, dado que es lo que se ajusta a la realidad de pasión que puede conducir a la locura o al crimen. los resentidos tienen una memo-
lo sucedido entonces. ria contumaz, inasequible al tiempo y·no alcanzan a darse cuenta de que su fracaso
En el artículo aparecido el sábado 14 de julio y en el apartado correspondiente a es sólo imputable a ellos".
"Las fuerzas políticas~'. se dice textualmente que uJosé Martínez Verguizas había Ignoro si tengo enemigos. Por mi parte a nadie tengo por tal. He procurado tras-
pertenecido a las células or~anjzadas en el Cuartel de la Montaña", cuando la rea- ladar a la poi ítica la norma divina de "amar al prójimo como a tí mismo", es decir,
lidad es que el que pertenecIó a las referidas células fui yo..dado que me encontraba no quieras para los demás lo que no deseas para tí, y el procurar trasladar a la prác-
en el citado cuartel cumpliendo el servicio militar en el Kegimiento de Zapadores tica durante toda mi vida este mandato. hace que poi íticamente pueda ir con la
Minadores, perteneciendo a la sexta compañía al mando del capitán don Rafael cabeza muy alta. agradeciendo a Gregario Herrero lo que sobre m í aparece en el
Sánchez Catalán, caído gloriosamente en la defensa del mismo, dándose la circuns- tercero y último artículo.
tancia que er que fuera Coronel primer jefe, García de la Pruneda posteriormente y como lo cortés no quita lo valiente, espero que nuestra amistad no se vea me-
y durante la Cruzada, fue Gobernador Militar de Soria. noscabada por la ineludible réplica que, como Jefe Provincial de Falange Española
En el apartado uLos días anteriores al18 de julio", se dice que "fuimos a Novier- de las JONS, que me honro en representar en este momento, se merece a las acusa-
cas a dar un mítin", cuando lo cierto es que fuimos a reunirnos con un grupo de ciones que contra ella vierte reiteradas veces.

26 27
que, si alguien pretende continuar el camino, es precisamente el que no lo ha ter·
. Si la Falange considera al hombre como conjunto de un cuerpo y un alma, es de. minado, los que, en definitiva, no aceptan la derrota; nosotros, los vencedores, por
Clr, capaz de un de~tln.o eterno, portador de valores eternos, se entiende que el fac. llegar a la meta del camino, perdonamos los senderos caminados y olvidados. De tal
tor hombre es lo pronclpal y que es el hombre y no lo que éste pueda representar el manera que, en los Consejos de Guerra que siguieron al finalizar la campaña, defen-
culpable de lo bueno o malo, de los hechos y situaciones que en el ejercicio de'su dimos a los que pasaron por ese trance. Concretamente yo te puedo decir que de-
libre albedrío, pueda provocar. Por tanto, no puedes culpar a ía Falange de lo malo fendí a más de cincuenta y puse todo mi empeflo y buena voluntad para que salie-
que pudo suceder en nuestra provincia, máxime cuando usas el mismo argumento ran absueltos, y como yo, cientos y cientos de compañeros de los que tú mismo po-
de. la; .. /lel causante es el ~actor hombre y no lo que éste pueda representar". para drás dar fe, ya que afirmas estuviste como soldado en un Juzgado al finalizar la
eXimir de culpas a lo sucedido en la Espana no nacional y provocado por los parti. Cruzada.
dos poi íticos marxistas. ' Lo ocurrido en Soria no fue ni más ni menos que lo sucedido en el resto de Es-
El 17 de julio de 1.936 había en Soria SIETE FALANGISTAS todos ellos afi- paña durante el tiempo que duró la contienda. En la vida hay que ver las cosas desa-
1;
liados en Madrid, lo que hacía que en nuestra ciudad no existiese Falange. De los pasionadamente, porque si nos dejamos llevar por la pasión, nuestros juicios no po-
siete, cinco estábamos encarcelados. El día 18 de julio y posteriores hubo tal alu- drán ser justos.
vión .de afiliaciones que la cifra .aumentó hasta 7.000 y, ninguno de I~s siete prime. Como dato curioso, puedo decirte que en mi pueblo, Cidones, en las elecciones
ros ~Itados, con carnet en Madrid, ostentamos cargo alguno, ya que nos incorpora. celebradas por la República, el partido socialista obtuvo el 95 por ciento de los vo-
mas a fas fuerzas combatientes en el frente de Guadalajara. tos,'porque el sr. Artigas Arpón, en su propaganda, les ofreció la finca propiedad de
Enterados de que la Falange Soriana estaba en manos de elementos contrarios a mi familia. Fácilmente se puede deducir que la obtención de un porcentaje tan ele-
su doctrina, desde el frente, lo pusimos en conocimiento del entonces Jefe de la vado del pueblo, no fue debido a que todos los vecinos se sintieran ideológicamente
Junta de Mandos de Falange Española de las JONS, camarada Manuel Hedilla La- socialistas. Siguiendo tu teoría, al salir yo de la cárcel en 1.936, tenía que haberme
rrey, quien mandó dos delegados, los camaradas Tuñón y Rey para abrir una infor. presentado en mi pueblo -que es un pueblo extraordinario- y no dejar "títere con
mación, la que dio como resultado el cese de los mandos y la propuesta a nuestro cabeza". Pero mira cómo es el espíritu falangista, que mi primera presencia en Cido~
fav~r ~~ra sustituirles; propuesta que no aceptamos por considerar que nue.stra "es, creo recordar fue hacia el año 1.942. Y, gracias a Dios, no se fusiló a nadie.
obllgaclon era permanecer en primera línea, lo que así hicimos hasta el final de la Según tu escrito, el clero fue reaccionario; Con el fin de que puedas ser más ob-
contienda, si bien facilitam9s nombres de personas que, sin haber sido falangistas jetivo te recomiendo la lectura de dos libros, liLa Iglesia Española y el18 de julio",
podían ser consideradas como simpatizantes. Esto ocurría en el mes de diciembr~ de Angel García e "Historia de la Persecución Religiosa en España'" de Antonio
de 1.936, fecha en que, según tú se habían cometido los fusilamientos. De los dos Montero.
delegados mandados por Hedilla, el camarada Tuñón vive y en la actualidad es el Ignoro de dónde has podido sacar los datos aparecidos en tu artículo, pero si co-
Jefe Provincial de Falange en Asturias, ignorando qué es'del camarada Rey. mo me decías en una ocasión -contestando a una carta m ía- perteneces al partiao
Dices injustamente que "el hecho de que en Soria no se combatiese·ni fuera en socialista desde 1.936, y algún camarada mío te ten ía cierta animosidad, la verdad
ningún momento frente· de guerra, hace todavía más inexplicable la justificación es que no entiendo cómo, habiéndote sorprendido el Alzamiento en Soria -en la
de una represión". Represión que, como intentas demostrar' en tu artículo, sólo po. que según tu fueron tantos los asesinados- a tí te respetaran y además puedas con-
,~ía pro9ucir.se ,como una manera de saldar viej.as cuentas entre quienes mantenían tar con pelos y señales lo que nosotros no podemos hacer, porque, como digo al
Ideologlas dlstmtas. Y a esto yo te contesto: tEs que no sucedió lo mismo en las principio, permanecimos en el frente de batalla los tres años que duró, sin meternos
provincias de la zona roja donde tampoco se combatió ni fueron frente? ¿Quiénes para nada en asuntos de la retaguardia, donde los emboscados campaban por sus
f~eron los que saldaron esas viejas cuentas entre los que manten ían ideologías dis- respetos, para después poder echar la culpa a la Falange.
tintas? En Soria, los falangistas -no, ya que, como sabes, estábamos en el frente. También tocas un tema que, dada la amistad que me une con Antonio Burxal
La luc~a, como siempre, fue entre izquierdas y derechas que ya estaban organiza. -hijo menor del que fuera Jefe de Telégrafos, fusilado por avisar a las fuerzas que
das, mientras que la Falange estaba en su iniciación, y sus mandos en· la cárcel procedentes de Madrid se dirigían a Soria, en lugar de dar cumplimiento a las ór-
donde fueron fusilados, precisamente por ese odio que tú señalas, porque ningun~ denes de Muga- no puedo silenciar. Al finalizar la guerra me encontré, siendo Te-
de ellos fue culpable del delito merecedor de la última pena. Si en Soria, en lugar de niente de Infantería y guarneciendo el campo de concentración de Porta Coeli
triunfar el Alzamiento, vencen los contrarios, ten la completa seguridad de que (Valencia), con mi amigo Antonio Burxal, que estaba como prisionero de guerra,
nuestro destino, el de los falangistas que por aquellas fechas .estábamos encarcela- porque se había pasado a los "roios", después de haber sido movilizado en la zona
dos, hubiera sido vernos frente a frente con un pelotón de fusilamiento, sin que ni nacional. Por él me enteré del fusilamiento de su padre y el de su hermano -éste
siquiera hubiese como justificación el motivo de "saldar viejas cuentas". en Valladolid y no en Soria-, como tú das a entender. Ni que decir tiene que le
Dices que nos hemos pasado la vida entre conquista y reconquista, asesinándonos avalé, siendo puesto en libertad con posterioridad. Así es como actúa la Falange,
unos a otros, y mira por dónde, eres tú el que sacas a la luz pública viejas rencillas, y no como tu dices. De esto puede dar fe el propio Antonio Burxal. Casos como
dando a entender que nos gustaría continuar por ese camino. Y no te das cuenta éste puedo contarte infinidad y que conste que nunca lo he hecho hasta ahora y,
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si lo hago, es por la publicación de tu artículo. Y no para justificarme, sino porque de agosto. de 1.~42, dijo: "La Falange mandada por ineptos notorios, no puede con.
no puedo consentir las acusaciones que haces gratuitamente a la Falange. t~ner la vlOle~cla de los suyos". Y todo esto lo escribió Ridruejo, en el momento en
Me gustaría saber si lo que dices es porque lo viviste o porque te lo contaron. Si que abandono todos sus cargos VOLUNTARIAMENTE para iniciar una nueva vi·
es esto último, me parece Que lo prudente hubiera sido silenciarlo, ya que está cia. da de destierros, cárcel y persecuciones. '
ro que tus informantes se han dejado llevar por la pasión o el resentimiento y esto Cosas parecidas han escrito falangistas tan destacados como Laín Entralgo y
-según la citada frase de don Gregario Marañón- es malo". Antonio Tovar. Y el mismo Hedilla, que fue tu jefe, coincidió en muchos aspectos
con la actitud critica de los anteriores.
Jesús Martínez Trillo Es obvio que yo ~otengo nada en común con Falange Española de las Jons, ni
con l~ Falange AutentIca, pero como partidos políticos, siempre que acepten la
pluralidad, respeten las reglas del juego democrático y no resuciten la dialéctica de
los puños y las pistolas, merecen mis respetos, porque como dije en mi reportaje
"nadie tiene la exclusiva del patriotismo y la verdad". . '
CONTESTACION AL SEÑOR TRILLO Yo soy un hombre pacífico, enemigo de la violencia -siempre lo fui- y si vuel·
(SORIA SEMANAL, núm" 139,26 noviembre 1.979) ves a leer m.i reportaje verás que insisto repetidas veces en mis deseos de paz y recalo
co la neceSIdad de conocer nuestra historia, para que nos" JURAMENTEMOS
Leo la "Réplica falangista" de don Jesús Martínez Trillo a mi reportaje sobre TODOS a fin de que no se repita".
lila represión en Soria durante la guerra civil" y me siento obligado a hacer algunas Pero también creo, que todos los que murieron al borde de las·carreteras asesi-
puntualizaciones, siempre sobre la base de lo que sostuve en mi reportaje, pues hin. nados por una repulsiva pasión cobarde, merecen el respeto y el recuerdo e~ocio.
guna de mis afirmaciones ha sido desvirtuada, ni desmentidos los hechos relatados nado de todos. Y tengamos en cuenta que la mayor parte de los fusilados en Soda
en él. En este aspecto siempre estaría dispuesto a rectificar, si hubiera cometido aún permanecen en el lugar en que fueron inmolados y que, hasta hace muy poc~
algún error involuntario. tiempo, sus f~miliar~s no podían intentar siquiera darles sepultura, ni hacer gestio-
Me da la impresión amigo Jesús que no has leído el reportaje con el debido sosie· nes para avertguar donde yacían. Y ello supone una injusticia histórica que debe ser
go; al menos no has llegado a la raíz del mismo, ni entendido los móviles profundos reparada.
que me impulsaron a escribirlo. Las ideas están por encima de 105 hombres, pero son los hombres los que las ma·
Yo sostuve y sostengo que es necesario conocer la historia y mi reportaje fue nejan. Y yo, desde mi posición socialista, si conociera a alguien que pretendiendo
simplemente eso: un pequeño relato histórico incompleto de lo que sucedió en So- sustentar esta ideología, hubiera asesinado, le expresaría mi más profundo despre-
ria durante la guerra civil, escrito sin pasión y sin ira. Inevitablemente tenía que re~ cio y me apartaría de él como de la peste. Ya lo dije en mi reportaje: uPara mí los
ferirme a hechos dolorosos -no todos- y señalar algunas responsabilidades; sólo que asesinaron fueron simplemente criminales" ¿Es esto resentimiento? Evidente-
algunas. mente, no.
Pero vayamos por partes. Releído mi reportaje, no encuentro en él ningún En cuanto al clero de Soria en 1.936 que yo califiqué de reaccionario creo que
ataque a Falange Española de las Jons, que no existía en la época a que me referí, no me equivoqué ni exageré. En cuanto a sacerdotes, tuve especial cuid~do en re-
ni siquiera a Falange, por lo que no me explico la necesidad de tu "ineludible ré- saltar la conducta human ísima de algunos, como el abad de la Colegiata de San Pe·
plica". Al hablar de la represión es cierto que dije "que se llevaron la palma los ca· dro, y de los párro.cos de Fuentes de Magaña, Valdeavellano de Tera y algunos más.
misas azules, más o menos auténticos, más o menos 'conversos', aunque hubo falan· Y aunque nada diJe entonces, puedo asegurarte que también hubo algún cura
gistas que marcharon al frente y no participaron en la represión". Y como esto es "trabucaire"; y con ello no critico ni ofendo a la Iglesia, sino que expongo una reali·
verdad, en ello me afirmo y sostengo. ",,-,.- dad concreta fácilmente constatable. Vuelvo a citar a Ridruejo que en la carta men-
Un paisano nuestro, Dionisio Ridruejo, que fue Jefe Provincial en Falange de cionada dirigida a Serrano Súñer habla de las" Jerarqu ías eclesiásticas con sus exi·
Valladolid en 1.937, uno de los hombres más lúcidos y generosos con que contó la gencias e inquisiciones".
Falange, en sus IICasi unas Memorias", refiriéndose a Valladolid, tan próximo a So- ___. . Veo ~~e sigues inm.~rso en la vieja y triunfalista fraseología de vencedores y ven~
ria y con sucesos tan parecidos, escribió: uLa Falange vallisoletana era bronca, du- ".. cldos, utilizando tamblen la manoseada palabra "Cruzada". Ya Unamuno le di;o a
ra, violenta". Y "es un hecho conocido que la oleada represiva en Valladolid fue ex· Milfán Astray: "Venceréis pero no convenceréis". Y en cuanto a nuestra terrible
tremosa". Y más adelante, el 7 de julio de 1.942, en carta dirigida nada menos que a _" gu~rra civil, con sus actos heroicos a ambos lados de las barricadas, pero llena de
Franco, dijo: '(Ser falangista ya apenas es ser cosa alguna". Yen la misma carta: crlmenes horrendos capaces de matar la esperanza, la palabra Cruzada perm íteme
((Mi general: quiero subrayar que no tenemos régimen que valga, salvo en sus aspec· que te lo diga, le sienta como a un Cristo dos pistolas. '
tos POLICIALES y que la Falange es simplemente la etiqueta externa de una enor· Para satisfacer tu curiosidad te diré que muchos de los sucesos relatados en mi
me simulación que a nadie engaña". Y continúa: "Esto no es la Falange que quisi- reportaje los con~zco de forma muy directa, pues yo estuve en Soria -donde nada
mos, ni la España que necesitamos". Y en su carta dirigida a Serrano 5úñer, en 29 me pasó excepto alguna amenaza de darme aceite ricino- hasta finales de 1.937, y,

30 31
por otra parte, bastantes personas que participaron en la represión pecaron de exce-
j

siva locuacidad; y algunas, después de matar heladamente, con refinada crueldad, LA GUERRA CIVIL Y LA REPRESION EN SORIA
con sádica complacencia, se solazaban contando detalles de sus "correrías". Aún
siento escalofríos- cuando recuerdo algunas conversaciones y afgunos alardes de "te.
ner aún caliente la pistola". Otros sucesos me son conocidos por referencias de fa·
miliares de las víctimas.
Para concluir, dices que SEGUN YO fueron muchos los asesinados, como si yo
hubiera mentido o exagerado. Yo te invito a que visites Deza, Almazán, Berlanga,
El Burgo de asma, Langa, Baraona, POlalmuro y preguntes, preguntes... Y así po· Han transcurrido más de treinta meses desde la aparición en SORIA
drás comprobar que en mi reportaje no dije más que una mínima parte de ro que SEMANAL del reportaje transcrito en las páginas precedentes y, los
realmente aconteció. autores de este libro nos hemos propuesto profundizar en aquel relato
Por lo demás, en el terreno ideológico, yo no considero a nadie enemigo, sino ad·
versario; lo primero me parece una aberración, no sólo en el orden poJ(tico, sino en . incompleto, a fin de acercarnos todo lo más posible a la verdad histó'
el ético. Pero eso sí, los tránsfugas y los que mancharon sus manos asesinando, sea rica de aquel periodo, 1.936-1.939 en nuestra tierra, Soria y su próvin·
cual fuere su color, merecen mi más radical desprecio. cia.
Por mi parte amigo Trillo, creo que quedan suficientemente c1ara~ nuestras res-
J
Sabemos la dificultad de nuestro empeño, mas aún la imposibilidad
pectivas posiciones poi íticas y como las personales fas hemos delado a salvo, de esclarecer la completa realidad de lo acaecido. Por una parte no está
considero que para no cansar a la dirección del Semanario y a los lectores, lo mejor debidamente regulada la posibilidad de acceder a los archivos civiles, .
es poner punto final, a esta pequeña controversia. militares, judiciales y de las fuerzas de orden público, Policía y Guardia
~ivil. El senador socialista, Sobresqués, ha pedido al Gobierno que dicte
Gregorio Herrero Balsa normas o presente un proyecto de ley a las Cortes, para subsanar las
lagunas legislativas al respecto. Por otra, muchos testigos que podrían
haber aportado datos de indudable valor, han fallecido; otros, ya no vi·
ven en Soria y están dispersos por todo el territorio nacional, siendo
muy problemática su localización, amén de aquéllos que pudiendo tes·
timoniar, prefieren guardar silencio. Todavía, el miedo constituye una
obsesión que pesa como una losa, inconmovible en muchos espíritus.
No obstante estas dificultades, creemos que el presente libro, si bien
no va a reflejar exactamente toda la magnitud de los sucesos ocurridos
en Soria, sí va a aproximarse a ella. No estará en el libro todo lo que
fue, pero lo que esté en el libro, sí fue.
Huiremos de la retórica y del tremendismo, si bien no podremos evi-
tar -si queremos ser veraces- relatar hechos realmente terribles y sobre
los que existen numerosos testimonios fiables. Nosotros no inventamos
nada; relataremos aquello que sabemos ocurrió. "Buscar la verdad y •

decirla", ha dicho nuestro Rey recientemente en un lucido discurso,


referido a problemas y situaciones de interés nacional. Es esto lo que
nos proponemos y queremos conseguir: aprehender la verdad y transmi·
tírsela a nuestros lectores.

32 33
":i'!j¡".'
-'::.,~ .
¿POR QUE SE ESCRIBE ESTE LIBRO? '.3.;'~..
.~<:
,i;W' Un historiador tan eminente y de renombre universal, un hombre ya
',,,1ft 'nonagenario, lleno de ponderación, de mesura y sabiduría como
'~ Claudia 'Sánchez Albornoz ha escrito: "Creo que debemos recordar con
.J;~'. frecuencia los horrores que los españoles padecieron durante los crueles
Trataremos de explicarlo. Hasta la aparición en SORIA SEMANAL \.\.¡;¡ años de nuestra contienda y no sólo en los frentes de batalla en las re-
del reportaje sobre la represión durante la Guerra Civil, es indudable ;.{:;. taguardias. Ya imJ?ortaría no olvidar los latrocinios padecidos: Pero alu·
que una página de la historia de Soria había quedado deliberadamente '':',i''. 'do de modo precIso a los crímenes bestiales de todos conocidos: ase-
en blanco; y, publicado el reportaje, todavía quedaron muchos hechos d;\". sinatos Y fusilamientos en masa, incendios, violaciones, torturas,
silenciados, muchos huecos por rellenar, muchas zonas de la provincia ..··_L~ ... enterramientos de seres humanos vivos, etcétera". Y más adelante con·
sin mencionar siquiera. Así, Berlanga de Duero, Almazán Arcos de Ja. .,,':e tinúa: "No, no hay que olvidar la caída de los españoles en estado sal-
Ión, Burgo de Osma, San Esteban de Gormaz, Langa de DJero y algunos ~;~~> vaje, de los españoles rojos y blancos, incluso de gentes que por su tra·
otros pueblos menos importantes. '.'~' 'dicián familiar o. por s~ cultura, h~bría podido suponérseles incapaces
Aquel .reportaje "fue un pequeño relato histórico incompleto" co- c; ,;'. de ordenar o realizar cnmenes pareJos".
. , .
mo su mismo autor reconoclO, escnto un poco a vuelapluma y sin
' . Y sigue escribiendo don Claudia, aleccionándonos, alertando nues·
ninguna pretensión científica: una simple llamada de atenció~ para tras conciencias: "No, en modo alguno debemos olvidar la Guerra Civil.
alertar las conciencias, aunque, eso sí, procurando ajustarse a la ;erdad X Millares y millares de muertos en la lucha, millares de asesinados en las
en los temas examinados. Inevitablemente, su falta de rigor, su incon· retaguardias y millares de ejecuciones después de acabada. Meditemos
creción en ocasiones, sus lagunas, produjeron en algunos lectores cierta sobre la responsabilidad que supondría frente al mañana, olvidar los
perplejidad y algunas dudas y sombras, sin que faltaran los que frontal· horrores de otrora. Hay que hacerlos conocer a las nuevas generaciones
mente acusaran a su autor, de exagerar y mentir. para que no incidan en la tragedia antañona y busquen el mañana qu~
Para esclarecer esas dudas y sombras y subsanar aquellas lagunas se deseen pero por sendas de paz". "Antes de olvidar la Guerra Civil yo
escribe este libro, no sin antes plantearnos la importante pregunta d~ si organizaría conferencias o lecciones para que las nuevas generacione~ de
se debe o no olvidar la Guerra Civil. Es obvio de que si nos hubiéramos españoles conozcan los errores crueles'que sufrieron sus mayores" ... To·
inclinado por la primera alternativa, este libro no se hubiera escrito y do es preferible a la guerra civil. No olvidemos la nuestra de 1936 a
menos publicado. ' 1939. Entenebreciá y ensangrentó la vida de España. Recordemos sus
Nosotros creemos que la guerra civil, no solamente no debe ser 01- monstruosidades para evitar que se repitan. Para que sepamos razonar y
vidada, sino que es necesario tenerla siempre presente. Los pueblos que discutir b~s~an~o .s~lucion.es a nuestros problemas -Ios.eternos proble-
no conocen su historia -se ha dicho- están condenados a repetirla. mas del VIVir hlstonco- Sin volver a las andadas. Nadie, nadie, nadie
y otra guerra civil con sus trágicas consecuencias, con sus terribles puede estar seguro de que él, los suyos o las cosas que más pudiera
crueldades, debería ser impensable, algo metafísicamente imposible. amar, no caerían en una nueva batalla".
y no lo es, desgraciadamente. La cita es larga, pero merece la pena transcribirla por la autoridad
Está ahí, vivo y despierto el talante agresivo, violento, intransigente moral y la alcurnia intelectual de su autor, universalmente conocido y
de muchos, muchos españoles. Existen fuerzas disolventes de variado respetado.
signo, actos terroristas, secuestros, agresiones, asesinatos, deseos de Se pregunta don Claudio Sánchez Albornoz: "¿Olvidar la Guerra
provQ<;ar un golpe de fuerza, que puede o no triunfar y que podría Civil? No, mil veces no. Yo aleccionaría a los españoles desde las escue-
conducir a una reacción contraria, desencadenando otra vez de inmedia· las a las universidades en el recuerdo de la bárbara y sangrienta contien-
to o a corto plazo una nueva guerra civil. Desengañémonos. Por mucho da que todavía deshonra y debe avergonzar a los españoles. Para que en
que nos duela, por inconcebible que parezca, existen grupos de personas adelante vayamos cambiando la vida española como la historia impone,
a quienes no les repugna la posibilidad de una nueva contienda fratri· pero según los dictados de la razón y del sereno discurrir: atributos que
cida, procurando, eso sí, no desempeñar el papel de víctimas. Existen distinguen al hombre de las bestias. Sabiendo negociar, ceder, abrir
muchos verdugos potenciales en esta nuestra atormentada y sufrida ts· camino al futuro, mediante el juego dialéctico y la palabra. Aceptando
pana. los procesos históricos que el mañana impone. Pero sin pensar en el ex-

34 35
LA REPRESION EN SORIA
terminio ni en el sojuzgam iento del adversario".
Hasta aqu ( lo escrito en febrero de 1980, un año antes del 23·F, por
don Claudio Sánchez Albornoz, desde la altura señera de su vida, tan
dilatada como ejemplar y tan llena de magisterio.
Es en esta línea, tan maravillosamente expuesta por don Claudio,
en la que se inscribe nuestro propósito al escribir el presente libro. Por· La guerra civil fue terriblemente cruel. Es preciso reconocerlo sin
que nos horrorizan los sucesos ocurridos en Soria, tan premeditadamen- ambages y es necesario llegar al fondo de la misma analizándola hasta
te silenciados, porque queremos evitar que situaciones semejantes pue- en sus más recónditos sucesos. Después de una tragedia como aquélla
dan volver a repetirse, porque no queremos el diluvio y deseamos la paz n~ se puede plantear una auténtica reconciliación, sino es en base a asu~
y la concordia, porque creemos en el diálogo y no en la violencia, en la mlr el, pas~~o y recordar todo, todo y muy especialmente los er'rores.
razón y no·en la locura colectiva deliberadamente alimentada y favore- . Es ,!,~s facll perdonar lo~ errores siempre que se reconozcan, que
cida con palabras y gestos altisonantes; pensamos que es bueno que las admlt!r o ~olerar una mentl.ra que trate de ocultarlos o minimizarlos, y
gentes sencillas de nuestra tierra conozcan lo que en ella aconteció en que solo sirve para confundir. Cuando se 'actúa dentro de este último es-
los trágicos años de 1936 a 1939, y que muchos, y especialmente las tilo, se dan las. circunstancias precisas para que puedan repetirse los
nuevas generaciones, ignoran con toda seguridad. errores de otro tiempo.
iQue nuestros hijos y los hijos de sus hijos sepan apartarse de la ': cuando hablamos de errores, incluímo.s primordialmente las vio- '
agresividad de sus antepasados: que piensen que la sangre es un sinies- lenClas, los cr(menes. En sí misma la ¡:uerra -como el pecado- es eró·
tro fertilizante y que las vides del odio y del rencor, sólo fructificarán tica y de ahí su tentación; su sortilegiO es terrible: atrae, subyuga em-
en cosechas envenenadas y malditas! b.rave~e, obnubila la capacidad de reflexión y, es el instinto, la pur: irra-
Cionalidad la que prevalece y domina.
Per? no hay. una sola g.uerra, sobre todo entre hermanos e hijos de
una mIs,!,a naclon. Son vanas las guerras que se entrecruzan a la vez en-
s?mbreclénd?l~ todo y haciendo más trágico, triste y desolado el 'des-
tmo de sus vlctlmas.
En Soria, no ~ubo un frente de batalla. No corrió la sangre en cho-
ques fronta.les, ni en ~ombates abiertos; nadie alcanzó trincheras a pe-
cho. d~scubl(:rto y fUSil en mano, porque el terreno fue siempre llano y
nadie I.ntento defenderlo: Surgió la sublevación y los sorianos, desarma-
dos e mermes, nada pudieron hacer para oponerse. Aceptaron estoica-
mente su im previsible destino.
No hubo p~es, en Soria, una gu~rra abierta y clara, aunque sí dos as-
pectos de la misma. Uno el de aquellos -los menos- que seducidos por
la propaganda o porque honradamente creyeran que cumpl ían con su
~eber, se enrolaron voluntariamente en las milicias, partiendo·a los le·
Janos frentes de b~t.alla! en compañía de los afectados -que fueron los
más- por las movIlizaCIones, decretadas inmediatamente de producirse
la sublevación. Guardemos para ellos todos nuestros respetos. Otro as-
pecto de la guerra lo prota.gonizaron los emboscados que cómodamente
mstalado.s en la retaguardia, se dedicaron a enrarecer el ambiente con
las delaCl?n~s y fomentaron aquellos m íseros servicios de información
que convirtieron a personas honestas, dignísimas y absolutamente ino:
fensivas, en rojos peligrosos a los que era preciso detener y fusilar.

36 37
ANTECEDENTES
Este aspecto de la guerra, como se verá a lo largo del libro fue sórdi-
do, sucio y terriblemente cruel y cruento. En el centro de todo ello-
vibraba la tragedia honda, emotiva y callada de los perseguidos, de los
amenazados , de los que fueron detenidos y fusilados casi de .inmediato·'
y de los que buscaron cobijo de diversas maneras y con desIgual resul-
tado, pues unos sucumbieron inexorablemente y otros, después de Veámoslo hemos escrito, pero creemos que antes de entrar en el rela-
imnumerables vicisitudes y largos periodos de detención y calvario, to de lo que sucedió puede ser interesante trazar un pequeño bosquejo
pudieron conservar sus vidas. Algunos morirían después, prematuramen- de la vida política en Soria, así como de la correlación de fuerzas exis-
te, agotadas sus fuerzas por los sufrimientos padecidos. tentes: partidos políticos y organizaciones sindicales, antes de iniciarse
Nuestra historia -la historia de España- está enrojecida por la san- la guerra civil.
gre de repetidas contiendas fratricidas, pero la última -1936-1939- En los meses inmediatamente anteriores al 18 de julio de 1.936,
alcanzó niveles inusitados, impensables. Veámoslo en lo que respecta a Soria, continuando su tradición histórica, se caracterizaba por su escasa
Soria y su provincia. actividad política y la inexistencia de conflictos sociales.
Superadas las pequeñas tensiones con ocasión de las elecciones de
febrero de 1.936 que tuvieron -al no haber alcan,zado ese día ningún
candidato el cuarenta por ciento de los votos emitidos- una segunda
vuelta el día 1 de marzo siguiente,la vida soriana continuó discurriendo
plácida y serenamente. Las inquietudes políticas sólo serían sentidas
por una pequeña minoría de ciudadanos; la tónica general era la des-
preocupación, la apatía, la indiferencia. Apegados cada cual a sus pro-
blemas personales y a la rutina cotidiana, la inmensa mayoría de los so-
rianos no llegó a intuir los diversos factores que iban apareciendo en el
horizonte nacional, y que al interrelacionarse entre sí, con sus contra-
dicciones ideológicas y socio-económicas, cada vez más agudizadas,
acabarían desencadenando la tragedia. Puede decirse que el 18 de julio
de 1.936 cogió a los sorianos por sorpresa, excepción hecha de los que
estuvieran comprometidos con la subl'evación.
En las elecciones de 1 de marzo de 1.936 (segunda vuelta de las del
16 de febrero), fueron elegidos los siguientes diputados: don Miguel
Maura Gamazo, don Gregorio Arranz Olalla y don Benito Artigas Ar-
pón. Los dos primeros por d Partido Republicano Conservador y el ter-
, ,
,
,cero representando al Frente Popular (1).
Don Miguel Maura y don Gregorio Arranz habían abrazado con sin-
ceridad la causa republicana y ambos eran fundamentalmente hombres
, .. de derechas y auténticamente conservadores. El mismo resultado de las
elecciones sorianas, dándoles el triunfo, demuestra claramente la incli-
nación nítidamente conservadora del electorado. Soria fue siempre
,_ poco proclive a los cambios socioeconóm icos y poi íticos.

(1)._ Don Benito Artigas Arpón, que perteneció antes al Partido Radical Socialista, fundado
por don Alvaro de Albornoz y don Marcelino Oominr;a, pasó después a Unión Republicana, de
tendencia más moderada y cuyo jefe nacional fue don Diego Mart ínez Barrio.

39
38
Para que se vea con más claridad la tendencia conservadora y dere-
chista de los sorianos, examinemos los votos obtenidos por los diferen-
tes candidatos:
Republicanos conservadores: Miguel Maura..... 24.346 votos.
id. id. Gregorio Arranz .. 23.561 votos.
TOTAL 47.907 votos.

C. E. D. A. José Pascual
Dodero 21.131 votos.
C. E. D. A. Ricardo Moreno Navarrete . . .. 18.002 votos.
TOTAL 39.133 votos.

Frente Popular. Unión Republicana. Artigas .... 24.305 votos.


id. id. P.S.O.E. Carlos García Benito .. 21.328 votos.
TOTAL 45.633 votos.

Si sumamos los votos obtenidos por la candidatura Maura-Arranz y


los de Dodero y Moreno, tendremos la cifra de 87.040 votos (todos
ellos de carácter derechista), frente a 45.633 obtenidos por el Frente
Popular, lo que demuestra ~ue Soria, siguiendo su larga tradición, se
defin ía claramente, por las opciones conservadoras y de derechas.
La afluencia de votantes fue del 77 por ciento, aigo superior a la me·
dia nacional, en la segunda vuelta celebrada el 1 de marzo de 1.936.

Existían en Soria los partidos políticos siguientes:


1.- Partido Republicano Conservador que contaba con un número
más bien reducido de afiliados, y que tenía a nivel provincial una orga-
nización deficiente. Su triunfo en las elecciones de 1.936, fue debido al
renombre y proyección nacional de Miguel Maura, y, especialmente, al
prestigio personal de don Gregorio Arranz, persona de grandes cualida-
des humanas. Abogado de gran relieve en Madrid, de carácter afable y
sencillo cuidaba mucho sus relaciones con los sorianos, a los que
siempre atendió con afecto y diligencia. Su gran honestidad, rectitud y
altura moral, eran sobradamente conocidas y valoradas. Todo soriano,
incluso de distinta ideología, que se acercó a su despacho en Madrid, en
busca de consejo o apoyo, lo encontró siempre en don Gregorio Arranz.
Si la vida política hubiera seguido su curso normal y, Arranz, como era
de preveer, hubiera llegado a ser ministro (2), Soria hubiera contado con
(2).- Cuando Miguel Maura, anles de las elecciones de 1936 fue encargado por Alcalá Zamora
de formar Gobierno, en la lista elaborada por aquél, figuraba Arranz Olalla como ministro de
la Gobernación.

40 41
un valedor sincero y decidido, dispuesto a luchar para que Soria dejara VI.- El P.S.O.E., duramente perseguido durante el bienio negro
de ser la eterna cenicienta de España. Ideologías aparte, Arram: fue el (La Casa del Pueblo estuvo clausurada desde octubre de 1.934 hasta
mejor diputado que tuvo -y tiene- nuestra provincia. -, principios d: 1.~36) estab~ un poco en em~rjón y no llegó a alcanzar en
11.- Partido Radical. A pesar de que su jefe nacional, don Aleiandro
'. :!,
,
'.'~
.' :. Soria en termmos relatiVOS, la relevanCia que tuvo en el resto de
Lerroux estuvo en Soria y celebró un m ítin en la plaza de toros, su par- EspaiÍa, por la razón expuesta y por las características ambientales y la
tido nunca alcanzó relieve en nuestra tierra y apenas contó con afi- estructura socioeconómica de nuestra provincia.
liados. Algunos estallada la contienda, abrazaron la causa de Franco Don Clemente Hernando, profesor de latín en el Instituto, fue el
con entusiasmo' nunca se sabrá si sincero o fingido. . '.~

primer Presidente de la Agrupación socialista soriana. Las Juventudes


111.- Acció~ Popular. No tuvo en Soria ningún dirigente de verdade. socialistas, ya constituídas, estaban superando el proceso fundacional
ro prestigio y relevancia, hablando en términos estrictamente poI íti- y sus miembros eran entusiastas y decididos. Entre los más destacados
coso Sí contó en cambio con afiliados de relieve económico y, por lo recordemos a Adolfo Morales, Silverio Lumbreras, Víctor Hernández,
mismo de fuerte influencia social. Así, Ignacio Carrascosa, Antonio Julián Hernández de la Iglesia y Pedro Marrón.
RidrueJo, Pedro Borque, Evaristo Redondo, ~asto. Hernández, Ricardo En cuanto a organizaciones sindicales, U.G.T. contó con gran nú-
Moreno Navarrete, Antonio Torroba, ValentlO GUlsande y otros' de ca· mero de afiliados, especialmente en Arcos de Jalón, Almazán y Soria ca·
racterísticas similares. Jesús Posada Cacho, joven entonces, pertenecía pital. Ferroviarios, empleados de comercio, banca" artesanos y un gran
a las Juventudes de Acción Popular (JAP). número de maestros, inscritos en la Federación de Trabajadores de la
Además, Acción Popular estuvo siempre apoyada por las organiza- Enseñanza nutrieron sus filas. El presidente de la Casa del Pueblo, al
ciones de Acción Católica y "el agrarismo", unido a todo ello la incH- producirse la sublevación era don. Enrique Carril ero, hombre eje~­
Ración nítidamente derechista de los sorianos, sobre todo en el medio plar('), querido por todos, por sus Virtudes morales, su entereza y esp'-
rural dio como resultado que dicho partido llegara a contar con un nú- ritu de sacrificio.
merd importante de afiliados. No sería exagerado cifrarlos en más de La C.N.T. tuvo una militancia superior quizás a la U.G.T. a nivel
400, entre capital y provincia. provincial, y sus afiliados fuer~n muy activos. Se cr~ó el A~eneo liber-
IV.- La izquierda soriana estuvo dividida. Por un lado, Izquierda tario donde con gran frecuencia se daban conferenCias de tipO cultural,
Republicana, partido de don Manuel Azaña, cuyo último Presidente en .,• ' no s~lamente por los anarquistas, sino por personas sin adscripción po-
Soria fue don Baudilio Ruiz, no llegaría nunca a tener más de cien afi- f.¡ .
..... lítica aunque naturalmente de mentalidad abierta y progresista. En sus
liados. "
".< local~s llegó a existir una buena bibliot~ca y sus dirigentes,yro.curaron
V.- Fue Unión Republicana el partido de izquierda -más bien cen- .r'.', propiciar el amor a la lectura entre los miembros de la orgamzaclón.
..;j:
tro-izquierda- más numeroso y mejor organizado y extendido por toda La C.N.T. tuvo su mayor número de afiliados en Soria capital, zona
la provincia. Su órgano de expresión fue la "VOZ DE SORIA". El doc- de pinares Arcos de Jalón, pantano de La Muedra y sus miembros pero
tor don Juan Antonio Gaya Tovar fue uno de sus más activos y presti- : .. ,
...:. tenecían ~ la construcción, metalurgia, ferroviarios, resineros y peona·
giosos militantes. Junto a él, don Salvador Ferrer -orador elocuentí- ."':,-",,:. je en general. , ..
simo,- inspector de Primera Enseñanz<!. don Anastasia Vitoria, aboga- .
".;
' ,
El alma de esta organizacion, el hombre de mayor mfluencla y p~es­
do de Agreda, el doctor Santamaría (3), don Mariano Cabrujas, don .,.. .
" • , tigio fue sin duda Arsenio Martínez. No sólo dentro de la C.N.T. smo
José Buj(, Martín Jodra, Iluminado Beltrán y los concejales don Manuel a ni:el de toda la ~omunidad soriana, fue Arsenio un hombre respetado
Herrero González, don Donato Hergueta, Pérez Sevilla y, sobre todo nu- y puede decirse sin exageración que querido y admirado por sus virtu-
merosísimos maestros, distribu ídos por toda la provincia. des su moderación y su vida ejemplar.
Unión Republicana fue con mucha diferencia sobre los demás, el Dentro de la C.N.T. hubo algunos militantes impulsivos y un tanto
partido que contó con más militantes. Puede calcularse que entre capi· exaltados, a quienes Arsenio Martínez, Manuel Morales, Angel Blanco,
tal y provincia, pertenecieron a Unión Republicana no menos de 700 "

afiliados. (4).- El secretario de la Casa del Pueblo. don Diego Lópe7. Corder? rectificó rapidísi~a,,!,eole
su lrayecloria ideológica, al prod.ucirs~ el !'-Izamiento ~ r~e premiado ~on una conccJaha, en
(3).- El doctor Santsmaría abjuró rápidamente de su ideología, producido el Alzamiento. el primer Ayuntamiento constituido despues del 18 de Juho. Luega seria segundo teniente de
Murió poco tiempo después en un accidente de automóvil. Alcalde.

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