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Sabes encontrar el sentido de tu vida? Ancdota: Dos jvenes enfermos estaban ingresados en la habitacin de un gran hospital.

Uno, al lado de la pared, era ciego. El otro, al otro lado de la habitacin, tena sus ojos totalmente vendados por una grave operacin en la cabeza y desconoca que, su compaero, no poda ver. ste ltimo comenz a preguntar a su compaero; Qu ves al otro lado de la ventana? El joven ciego, le respondi: No te lo puedes ni imaginar! Unos preciosos jardines; personas que se quieren; una fuente de colores; nios que juegan. Fueron pasando los das y, cuando se quedaban solos, de nuevo el que tena los ojos vendados preguntaba una y otra vez: Y ahora? Qu ves hoy? Y, el joven ciego le responda; Cosas muy bonitas! Un perro que juega con su amo. Unos montes nevados al fondo. Una banda de msica que toca en un parque y, sobre todo, miles de pjaros que cruzan el cielo...incluso veo a Dios que dirige todo. El joven de los ojos vendados estaba emocionado. A Dios tambin? Nunca haba sido tan feliz. Estaba deseando curarse para observar por s mismo todo aquel paisaje que su compaero le relataba. Una maana, cuando despert, llam a su compaero ciego pero ste no le contest. Una enfermera le dijo: se lo han llevado esta noche y ha fallecido hace un momento. La cara del joven de los ojos vendados palideci pero, enseguida, recuper parte de la alegra cuando le dijeron que, durante la maana le quitaran el vendaje y podra recuperar la vista. En cuanto le retiraron las vendas pregunt: Pueden ponerme al otro lado de la habitacin? La enfermera le pregunt. Al otro lado? Para qu? El joven respondi; quiero ver el paisaje, los montes, los pjaros, los nios, las fuentes, los enamorados, el parque, y sobre todo a Dios que dirige todo.quiero contemplar ese mundo precioso que mi compaero me ha descrito. La enfermera, con lgrimas en los ojos, le contest: amigo mo. En esta habitacin no hay ninguna ventana. El compaero que ha estado junto a ti durante este mes, era ciego y.todo lo que te ha comentado que existaexista de verdadpero en su corazn. Lo ha hecho para que fueras t ms feliz y se te hiciera la enfermedad ms tolerable. El sin ver, ha sido los ojos que t necesitabas para vivieras y contemplaras lo que en su corazn habitaba y vibraba. Que tambin nosotros sepamos comunicar a los dems la alegra que llevamos dentro. Y, una de ellas, ha de ser la belleza de la fe.

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