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RESUMEN DE LA REUNIÓN CELEBRADA EN LA OMS

EL 13 DE MAYO DE 2011

Asistentes:

Dra. María Neira. Directora del Departamento de Salud Pública y Medio


Ambiente.
Dra. Anette Prüss-Ustün. Jefa de Equipo del Departamento de Salud Pública y
Medio Ambiente.
Dr. Ivan D. Ivanov. Departamento de Salud Ocupacional, Pública y Ambiental.
Dr. T. Bedirhan Ustün. Coordinador: Clasificaciones, Terminología y Estándares.
Departamento de Estadísticas de Salud e Información.
Dña. Nada Osseiran. Oficial del Departamento de Comunicaciones, Salud
Pública y Medio Ambiente.
Dra. Anunciación Lafuente. Catedrática de toxicología en la Universidad de Vigo
y Vicepresidenta de la Asociación Española de Toxicología (AETOX).
Dr. Julián Márquez. Neurólogo y neurofisiólogo clínico, especializado en
enfermos de SQM y EHS.
Dña. Isabel Daniel. Enfermera especializada en neurofisiología.

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D. Jaume Cortés. Miembro del Colectivo Ronda. Abogado especializado en
derecho del trabajo y enfermedades ambientales (SQM y EHS) y miembro del
Comité Nacional para el Reconocimiento del Síndrome de Sensibilidad Química
Múltiple.
Dña. Sonia Ortiga. Abogada especializada en medio ambiente.
Dña. Francesca R. Orlando. Vicepresidenta de la asociación italiana AMICA.
Dña. Francisca Gutiérrez. Presidenta de la asociación española ASQUIFYDE y
miembro del Comité Nacional para el Reconocimiento del Síndrome de
Sensibilidad Química Múltiple.

Abre la intervención Jaume Cortés planteando algunas cuestiones básicas para


poder abordar el tema de la Sensibilidad Química Múltiple (SQM) y de la
Electrohipersensibilidad (EHS).

a) La SQM y la EHS son problemas de salud reales.

b) Existen evidencias que ratifican esta afirmación:

- Los diagnósticos médicos.


- Los informes de las inspecciones de trabajo que establecen la
causalidad entre exposición y enfermedad.
- Hay estudios científicos que ratifican su existencia.
- Hay un reconocimiento por parte del Parlamento Europeo de estas
enfermedades, testimonio que se aporta en el dossier que se presenta
hoy.
- Hay 200 sentencias favorables en España que avalan esta evidencia.
- Se están consiguiendo en España indemnizaciones para los pacientes.

c) Es necesario incluirlas en el CIE de la OMS, puesto que lo que más


dificulta el reconocimiento judicial es precisamente la inexistencia de
código para estas enfermedades en el CIE.

A continuación interviene el Dr. Julián Márquez, quien expresa cómo uno de los
problemas con los que se enfrentan los pacientes es la incomprensión del propio
colectivo médico por tratarse de patologías muy poco o nada conocidas.

En el caso de la SQM, la causa de su desencadenamiento en un porcentaje muy


alto son los insecticidas organofosforados. En la mayoría de los pacientes se
aprecia que no se trata de una intoxicación, ya que los enfermos no presentan
los trastornos que se corresponden con este caso. Las manifestaciones clínicas
empiezan ante una exposición y ceden o mejoran cuando se alejan del foco.

El SQM es una enfermedad multisistémica y en un 90% de los casos afecta al

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sistema nervioso. Es importante la afección neurocognitiva con síntomas como
cefaleas, parestesias, debilidad muscular, mareos, todo ello acompañado de
trastornos multisistémicos de tipo respiratorio, cardiovascular, hormonal, etc. En
las mujeres son frecuentes los trastornos del ciclo menstrual y en un importante
porcentaje, existe una gran disminución de la libido.

El Dr. Márquez recuerda que la intolerancia ambiental es reconocida por la


propia OMS, quien dice que una pequeña dosis de sustancia, no sólo molesta,
sino que puede provocar un cuadro clínico: irritación, quemazón, cefaleas, etc.

Las reacciones adversas frente a los químicos o a las radiaciones


electromagnéticas tienen una duración variable según cada paciente, y las
manifestaciones difieren también. Cuando el enfermo se vuelve a exponer, la
sintomatología se suele agravar o da lugar a la aparición de una nueva
sintomatología.

El diagnóstico, tanto en la SQM como en la EHS es clínico. En el caso de la SQM


se utiliza un test que ayuda al clínico, se trata del QEESI. A través de este test se
intenta objetivar los síntomas del paciente.

No obstante, para estos diagnósticos, se requiere de un protocolo donde se


realiza un estudio clínico dirigido, una exploración neurológica completa, tanto
central como periférica, una exploración neurofisiológica (EEG, Potenciales
Evocados Visuales, Potenciales Evocados Acústicos del tronco Cerebral,
Potenciales Somestésicos y Potencial cognitivo P.300), estudios mediante
neuroimagen (especialmente RNM craneal e hipofisaria y SPECT cerebral),
analíticas específicas, estudios hormonales, etc. Es también de sumo interés un
estudio Neuropsicológico realizado por personal experto en busca de una
disfunción frontal, fronto-temporal, etc., así como valoración del grado de
afectación. A mayor gravedad, mayor nivel de alteración tanto en los datos
aportados por las exploraciones neurofisiológicas como los neuropsicológicos y
en menor grado de Neuroimagen. Es necesario que los estudios se realicen por
expertos en neurofisiología.

El proceso de estas enfermedades (SQM y EHS) es crónico, y la situación del


paciente se agrava si vive en un medioambiente tóxico, como por ejemplo cerca
de las petroquímicas de Tarragona o sometido a radiaciones electromagnéticas:
emisiones del vecindario, antenas de telefonía móvil, etc. El paciente tiene que
evitar las reexposiciones.

Es fundamental que el paciente disponga de un centro clínico de referencia en el


que se le pueda diagnosticar y solucionar las múltiples dudas y proporcionar
ayuda psicológica y socio-laboral, realizando los informes médicos oportunos.

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Por las limitaciones de tiempo, la Dra. Neira cede la palabra al Dr. Üstun,
coordinador del CIE del Dpto. de Estadística de la OMS.

Desde 1948, la OMS se responsabiliza de clasificar internacionalmente las


enfermedades y cada 10 años se hace una revisión de esta clasificación.
Actualmente se está trabajando en la próxima revisión que deberá estar
finalizada para el año 2015.

La OMS es consciente de la relación que se establece entre ciertas


enfermedades y los problemas del medioambiente. En estos momentos existe
un fuerte debate sobre la inclusión / no inclusión de ciertas enfermedades, y la
OMS reconoce la controversia que se está generando.

Las revisiones del 2010 se están realizando por un grupo de expertos. Entre el
2001 y el 2009 las revisiones anuales se hacían por grupos de expertos con
presencia de los ministerios de salud de los estados miembros. Este ha sido un
modelo muy criticado, ya que se decía que sólo participaban las delegaciones
nacionales y los planteamientos no se correspondían con las necesidades reales.
Se ha revisado la metodología de trabajo, respetando las necesidades y
permitiendo la participación al público mediante una plataforma virtual.

El CIE es un instrumento de evidencia científica, siguiendo una metodología muy


concreta respecto a los estudios científicos que se presentan. Se deben dar
varios requisitos: causalidad, etiología, test diagnóstico, etc.

La Dra. Neira interviene para explicar que la documentación aportada por el


Comité de Representantes debe ajustarse a esta metodología.

La Dra. Lafuente, desde su experiencia en ciencia básica, indica que actualmente


hay bibliografía científica que apoya la conveniencia de que ambas
enfermedades sean reconocidas e incluidas en la CIE.

El Dr. Üstun explica que las revisiones se vienen realizando por grupos de
asesores científicos. En primer lugar, habrá que saber cuáles son las
enfermedades ambientales y si se trata de enfermedades ocupacionales, y en
segundo lugar, cuantificar el nivel de morbilidad.

Francisca Gutiérrez le pregunta al Dr. Üstun cómo puede ser que algunos países
como Alemania, Japón, Austria o Luxemburgo tengan reconocida la SQM en su
CIE y que el resto de países no. Esto provoca una situación de desigualdad entre
los pacientes de diversos países.

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El Dr. Üstun aclara que el CIE es a nivel global, pero que sin embargo todos los
países, en uso de su soberanía, pueden ejercer los cambios que consideren
necesarios.

En palabras del Dr. Üstun, el 16 de mayo de 2011 se haría un primer borrador


muy genérico sobre esta revisión, y en mayo de 2012 se podrá disponer de un
borrador mucho más detallado y elaborado. El 2015 será la fecha en la que la
Asamblea Mundial de la Salud dará a conocer los resultados.

En el transcurso del trabajo, se realizará un debate científico para saber dónde


ubicar este tipo de enfermedades. Esta es una cuestión compleja, porque
muchas veces no existe acuerdo sobre la especialidad donde clasificar una
patología, sobre todo en el caso de la SQM y la EHS, ya que estamos ante
enfermedades multisistémicas.

El proyecto de clasificación va a ser abierto y transparente, y la información


estará disponible en la web de la OMS

La Dra. Neira considera que sería interesante que los grupos de afectados por
estas patologías se pongan en contacto con otros grupos de trabajo como los
que se están desarrollando en relación con el REACH.

Tanto Francisca Gutiérrez como Francesca R. Orlando intervienen para dejar


patente a la Dra. Neira su total conformidad en que sólo desde la evidencia
científica se está demostrando el origen orgánico y adquirido de estas
patologías, y que sólo a través de ella se encontrarán las soluciones adecuadas,
pudiendo trabajar también en la prevención, al tratarse de enfermedades
evitables.

Francisca Gutiérrez le transmite a la Dra. Neira la preocupación por parte de las


asociaciones de enfermos por los grupos cada vez más numerosos de personas
jóvenes afectadas, así como de niños, algunos incluso con problemas de
escolarización. Le explica que esta cuestión entronca con la prevalencia de
género en estas enfermedades, la función reproductora de la mujer y la
transmisión de la carga tóxica que ha adquirido a lo largo de su vida y sobre todo
las exposiciones durante el periodo de gestación y de amamantamiento.

Francesca R. Orlando preguntó a los dirigentes de la OMS si existe algún


documento en el que la OMS se posiciona respecto a la Sensibilidad Química
Múltiple. La Dra. Neira y el Dr. Üstun responden que ellos no tienen
conocimiento de ningún documento que verse sobre SQM de sus respectivos
departamentos.

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Esta cuestión es muy importante para aquellos países en los que el
reconocimiento de la SQM ha sido paralizado porque se citó un "presunto"
documento del IPCS-OMS (International Programme on Chemical Safety -
Programa Internacional de Seguridad de las Sustancias Químicas de la OMS),
fruto de un taller de trabajo en Berlín en el año 1996, donde se adoptaba la
definición de “Intolerancia Ambiental Idiopática" o "IAI".

La Dra. Neira propone que las asociaciones de afectados se pongan en contacto


con los distintos grupos de trabajo de la OMS existentes en todo el mundo que
están trabajando en el CIE 11.

La Dra. Lafuente pide la palabra para confirmar a los representantes de la OMS


que los enfermos de SQM y de EHS son personas hipersensibles, ya que
responden a dosis muy bajas de xenobióticos a las que no responde la mayoría
de la población. Es decir, en la representación gráfica de la relación dosis-
respuesta se encuentran en la cola del extremo izquierdo de la Campana de
Gauss.

Francisca Gutiérrez le explica a la Dra. Neira, que el hecho de no estar entre la


media, no significa un número bajo de afectados, sino todo lo contrario. Nos
estamos enfrentando a cifras muy altas con personas ya diagnosticadas, y que
entre el 12 y el 15% de la población presenta algún tipo de alteración frente a
algún químico. En la EHS las cifras de afectados están entre el 3 y el 6% de la
población, pero estos números están creciendo de forma permanente.

La Dra. Neira, quien en todo momento ha demostrado una gran amabilidad,


acompaña al Comité hasta el exterior del edificio ya que ha dedicado más
tiempo del previsto y debe atender la siguiente reunión. No obstante, queda a
nuestra entera disposición.

El Comité de Representantes agradece a la Dra. Neira y a su equipo la atención


prestada, dada la importancia del tema a tratar.

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ALGUNAS CONCLUSIONES DEL COMITÉ DE REPRESENTANTES

1.- Se han cambiado las reglas para actualizar el CIE, antes sólo participaban los
delegados nacionales de salud, ahora hay una apertura en la participación para
elaborar el nuevo código a través de la plataforma virtual, lo cual puede ser positivo. A
partir de la “Campaña OMS 2011”, se pueden organizar grupos de trabajo a nivel
global para participar con criterios consensuados y coordinadamente para las dos
patologías.

2.- Estamos convencidos que existen estudios científicos suficientes que evidencian la
existencia de la SQM y la EHS, por lo que acceder a un código como el que tienen ya
otros países no debería ser problemático. Se trata de sistematizar la información de
acuerdo con la metodología de la OMS para que sea valorada positivamente.

3.- Tal vez el aspecto más delicado sea el hecho de que el SQM y la EHS son
enfermedades multisistémicas y podrían tener cabida en distintas especialidades de la
clasificación, aunque no hay que olvidar la gran importancia de la sintomatología
neurológica. Hay que establecer un nuevo paradigma médico que dé respuesta a
algunas cuestiones referidas a estas patologías emergentes, entre ellas, su clasificación
en el CIE.

4.- La OMS sabe que estas enfermedades existen.

5.- En el seno de la OMS la emergencia de estas enfermedades ha generado una


controversia, pero la explicación de los cambios en la metodología de trabajo respecto
de la elaboración del CIE para el calendario 2015 y de la posible participación en grupos
de trabajo, abre nuevas posibilidades de reconocimiento.

6.- Cada país puede reconocer estas enfermedades e incluirlas en su ICE de forma
independiente de la OMS, ya que según la propia institución, los países tienen
soberanía en este tema.

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