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Comenzaré por ver a Borges y su “Ante la ley” corolario del de 1938, que
se publicaría casi treinta años más tarde en la revista “El hogar” 5. De esta
traducción, Borges omite el desafío del guardián al momento de advertir su
fuerza y no se refiere a la ley en términos de tentaciones (“Si tanto te tienta,
prueba pasar a pesar de mi prohibición”). De este modo, el campesino de
Borges no tiene alternativa. Fijarse en la traducción del Kafka literal a la visión
de Borges:
Kafka: “En los primeros años maldice a gritos su mala suerte; más tarde,
cuando envejece, sólo murmura para sí”.
Borges traduce: “En los primeros años maldice a gritos su destino perverso;
con la vejez, la maldición recae en rezongo” (en ediciones posteriores cambia a
“perverso destino” y el “rezongo” se vuelve “quejumbre”).
Kafka: (Sobre la ley) “En todo momento a todos los hombres”.
Borges traduce: “La ley debe ser accesible a todos los hombres”.
No sobra nombrar la influencia que ejerció Kafka en Borges, quien,
admirado por el modelo kafkiano, escribe en un artículo periodístico con motivo
de la conmemoración del aniversario del nacimiento del checo: “Yo he escrito
también algunos cuentos en los cuales traté ambiciosa e inútilmente de ser
Kafka”.6 Además, ambos comparten autores como Kierkegaard y Zenón de
Elea.7
El campesino se muestra como humano subordinado a la hiperrealidad
(BAUDRILLARD, J.) de la ley que no se nos presenta sino como promotora de
justicia en su aspecto material más simple. Sin embargo, es a través de ella la
4
Carlos Correas, Escritor, Profesor de filosofía en la Universidad de Buenos Aires. Redactó prólogos para
obras de Kafka y Kierkegaard. Autor de la novela Los reportajes de Félix Chaneton y del ensayo La
operación Massotta. Conferencia transcrita publicada en LA CAJA [núm. 5. Septiembre / Octubre Buenos
Aires. Argentina] http://www.accionarte.com/kafka/html/ensayos/ensayos/ensayo14-correas-k.htm
5
En cuanto a las próximas comparaciones entre la traducción Kafkiana y literal de Kafka, son Fragmento
de un capítulo del libro inédito Borges traductor, Miguel Sardegna, Mariana Alonso, 2006.
6
"Un sueño eterno" en El país, 3 de julio de 1983.
7
Jorge Luis Borges, “Kafka y sus precursores”, ensayo perteneciente a “Otras Inquisiciones”.
EDUARDO FERNÁNDEZ VILLAR: "KIERKEGAARD EN EL JARDIN DE LOS SENDEROS QUE
SE BIFURCAN - Una lectura rapsódica de la Gjentagelse".
Cervera Salinas, Vicente; La poesía de Jorge Luis Borges: historia de una eternidad; Universidad de
Murcia; 1992
El 29 de octubre, en una “Biografía Sintética”, Borges había afirmado: “no me parece casual que en El
proceso y El castillo falten los capítulos intermedios: también en la paradoja de Zenón faltan los puntos
infinitos que deben recorrer Aquiles y la tortuga”.
necesaria legalización de lo que le es más ajeno (el campo, por ejemplo) y
posterior sacrificio en cuanto se doblega el campesino. De este modo, la ley
adquiere calidad superior ante el llamado del campesino, quien parece estar en
el lugar equivocado. Se consecúa en la injusticia e ilegalidad del campesino
ante el miedo, que bien puede confundirse esta última con culpa. Esta visión de
la ley como coordinadora de injusticia da cuenta de la necesidad de su
reducción y no es menor cuánta referencia se halla en mención a lo anterior.8
La traducción de Borges impide la subordinación que muchos autores
hacen del texto para con la tradición judía, especialmente en lo que se refiere al
tema de la “tentación” suprimida por el argentino.
8
“Actualmente yo me definiría como un inofensivo anarquista; es decir, un hombre que quiere un mínimo
de gobierno y un máximo de individuo." Jorge Luis Borges & Osvaldo Ferrari, En Diálogo I; Buenos
Aires: Editorial Sudamericana, 1985, p. 59.
Ver entrevista con Vicente Zito Lima, Revista Semana Gráfica, Buenos Aires, Editorial Abril 12 de
Marzo de 1971, págs. 42 a 45; en Mateo, Fernando, El Otro Borges (Buenos Aires: Editorial Equis,
1997): Ver entrevista “A Fondo” con Joaquín Soler Serrano, TVE, 1980.
9
Y no he de atiborrar más hojas en lo que exige este tema dada la nula preocupación que significaría para
mí lo primordial de este trabajo (lo no-kafkiano) el esmerar la centralización de mi discurso en la visión
de Lorenzo Silva Amador. Sin embargo, es parte de mi interés jurídico el afrontar en otra ocasión el tema
metonímico de las leyes porque estamos ante un fenómeno de cambio léxico-semántico que se refiere
claramente a nuestra evolución cultural.
Con la intención de terminar brevemente con esta visión, he de mostrar,
esperando que la cita anterior sea lo más ejemplar para el problema
campesino-ley, las soluciones de carácter filosófico y jurídico (no sin apartarnos
de lo que nos propone Lorenzo Silva):
- El campesino debe de tomar una real relación para con la ley
dejando de lado el nexo tácito de asumir como arquetipo la
responsabilidad de un todo. Desde esta postura se adscribe la
injusticia. Entender, además, como se suele culpar a la ley
cuando nos transgrede y desde su punto de vista no
reaccionamos.10 Entonces, el deber del campesino como
poseedor de derechos es la de singularizarse frente a este
absoluto (el todo metonímico), pasando a conformar una relación
personal y única (tomo el punto de vista kierkegaano).11 De este
modo se llegará a desconsiderar la ley como preeminencia
absoluta, estatus del que se impide enjuiciar sus deficiencias.
- Hay un deber moral del campesino y era el de haber aprendido
desde antes que la ley/puerta estaba destinada únicamente para
él. También hay una culpa del guardián y era el de actuar como
apéndice ciego de la ley.12 Esto apela a una reeducación de
ambos.
Lorenzo Silva, para terminar, habla de una crueldad en la visión kafkiana
que estriba en considerar la culpa como algo originario (línea de concepción
hebraica del pecado original). Ésta halla su correspondencia en “La
metamorfosis” y “El proceso”, novela que nos atañe. En ese entonces, no sería
desacertado hablar de una culpa de origen desconocido por parte del
campesino y de la función redentora que le otorgamos a la ley. De este orden
omnipotente la ley hace y deshace asumiendo al pueblo como mero
observador del territorio.13
“La justicia nada quiere de ti. Te toma cuando vienes, y te deja cuando te
vas”, dice el sacerdote a Josef K. luego de haber relatado la conocida parábola
de “Ante la ley”. “No hay que creer que todo es verdad; hay que creer que todo
es necesario”- agrega. Josef K. responde “Una opinión desoladora, la mentira
se convierte en el orden universal”.
El tema del absurdo en “El ciudadano Kane” sería una visión desde los
pies a la cabeza de lo que se refiere lo kafkiano, según su acepción general,
pero seguimos hablando del mismo cuerpo. Hay un nexo que nos permite
llegar tanto a Orson Welles, director de aquella reconocida película, como a su
otra producción cinematográfica, que no es nada más ni nada menos que la
adaptación del libro “El proceso” de Kafka. Nos guiaremos con el texto
“Empezaré contando el final: cine en blanco y negro del siglo XX”
(BARCELONA; 2007) de José Ángel Garrido, quien ya ha escrito “Minorías del
cine” (2003), para poder entender la puesta en escena del libro de Kafka y de
este modo llegar a comprender cómo Orson Welles genera su propia visión de
la parábola de “Ante la ley”, a la que pareciera darle mención especial en el
15
Elias Canetti ve la transformación kafkiana (que incluye la de no culpable a culpable en “El proceso” y
“Ante la ley”) como una forma de enfrentar el miedo al poder.
16
BADIOU, ALAIN; La ética y la cuestión de los derechos humanos; Acontecimiento Nº 19-20-2000;
www.grupoacontecimiento.com.ar
transcurso de la película. Por lo demás, no tomar la visión de Welles como
apéndice al resto de las concepciones, si bien de eso se sustenta la tesis
principal de este trabajo, sino según lo que Chaplin califica en 1962 de “cumbre
del arte cinematográfico”.
En el octavo capítulo del libro de José Ángel Garrido, que se titula “La
pesadilla proyectada”, pone en comparación “La Metamorfosis” y “El proceso” y
siente una despreocupación de los personajes principales de cada obra,
quienes a pesar de lo extraño de la situación, asumen la irracionalidad y se
comportan casi como si nada hubiese pasado. Se entiende que la
monstruosidad es parte del azar que impera en el contexto de ambos
personajes, por lo cual se asume como fracción de la vida diaria. De este
modo, la voluntad de existencia humana es imposible en un mundo gobernado
por designios desconocidos y el absurdo de lo kafkiano impera en que
justamente el hombre es quien crea aquello que termina ocultándosele.
El absurdo está también en aquellas cosas que se fundan con el objetivo
de facilitar la vida en la sociedad para pasar a sustentarse de un sin-sentido
burocrático donde todo argumento sirve para dar la vuelta a cualquier hecho.
Aquello que se suponía lógico y comprensible lo sigue siendo para quien no
toma el punto de mira epistemológico; de esto que nadie tenga más
argumentos que el otro y opte por cambiar constantemente para adaptarse
según lo que es correcto para cada ocasión.17
Según este autor, Orson analiza el miedo del campesino y de Josef K. y
lo sitúa en una legalidad en miras de su corruptibilidad lo que produce el temor.
El estado intimida y el romper más las leyes ante una situación injusta produce
desazón, cual sensación inherente al ser humano. En dicha condición se ruega
por solución más que exigir su impunidad. La parábola es también esto último:
una solución conformista cuando en realidad todo ya está decidido. La muerte
del campesino es, entonces, en una situación de ignorancia y sumisión al
sistema, hallándose en medio del laberinto kafkiano.
Le invito a leer el siguiente extracto de la obra:
“Naturalmente que esta disposición deshonraba en alto grado a todo el
gremio (de los abogados); cuando K. acudiera la próxima vez a las oficinas de
los tribunales, no tendría que ver para convencerse de ello más que la sala de
espera destinada a los abogados. Sin duda, se espantaría de la cantidad de
gente que allí se reunía. Ya el recinto mismo, estrecho y bajo, que se les había
adjudicado, revelaba el desprecio que la justicia tenía por ellos.”
En esta estrechez es donde Orson Welles muestra su talento y a la vez
la delicadeza sensible con la que aprecia esta obra. La técnica que utiliza
busca generar la ilusión de secuencia, no romper la relación entre los distintos
planos (RACCORD). La finalidad que tiene este juego de cámaras, según José
Ángel Garrido, es la de “laberinto de insensatez”, y entiendo en ello el
desamparo de Josef K.: Nunca pudo enfrentarse a la justicia misma, que si no
por miedo, las situaciones eran ya muy deplorables y burocráticas (según el
extracto); además, quienes apelaban por él ante la ley no eran más que
leguleyos, también víctimas del sistema (notar que Kafka era abogado).
Sin embargo, y a pesar de todo lo anterior, no es justa la visión
naturalista de Welles en pensar la obra, y en especial la parábola, y esto se
17
“Si nos fijamos en los diálogos, nunca una pregunta directa encuentra su respuesta, y cuando la
conversación amenaza con volverse recursiva se utiliza la pregunta que no se respondió inicialmente
como respuesta a la pregunta que suscita la primera respuesta”. De este extracto del libro de José Ángel
Garrido (pág. 72) es fácil recordar la parábola y como es la respuesta, a la única pregunta que no se
formula, la causa por la que suceden las cosas.
concluye de la película, que aquella nada más dice lo que dice. Por esto
mismo, prosigo en razonar.
21
Sobre Kafka hay una cantidad innumerable de interpretaciones, tantísimas como receptores existen
(ECO, UMBERTO).
22
Profesor titular del área de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universitat Jaume I de
Castellón (España).
literaria del genial Franz Kafka a la realidad social desde el discurso del
psicoanálisis freudiano, basándose en la construcción del mito edípico de Kafka
frente al padre y de la imposibilidad del checo para el amor y las relaciones
sociales debida a una enfermedad mental buscada inconscientemente y, por
fin, hallada que lo sume en la neurosis y la depresión endógena. Sin embargo,
tal hecho no hace de Kafka un sujeto alejado de la realidad, sino que sus
sueños, pesadillas y demonios interiores son procesados a través de la
escritura para ser transformados, paradójicamente, en análisis diáfano de la
realidad.” Ese desapego de su padre producto de la intolerancia que Hermann
manifestaba en un narcisismo23 que implicaba indefectiblemente la negación
del otro, es lo que convierte a Kafka en un autoexcluido en su “identificación
reivindicatoria” (KANCYPER, 1992)24. En “Cartas a su padre”25 se lee tanto la
afición por tradición al judaísmo y a la vez lo tácito, que se resuelve como culto
irrealizado dado que su padre nunca le impuso la religión, quien a pesar de
demostrar sabiduría en palabras de la Torá, no practicaba alguna obligación
ritual mas que unas pocas veces al año. Las posturas psicoanalíticas de Kafka
parecen coincidir con el tema de la exclusión en Álvaro de la Rica y es ante
ella, sumada a la “identificación reivindicatoria”, desde donde se supone el
objetivo: desentrañar “el abismo semántico (…), el contraste entre la visibilidad
neta de las imágenes de Kafka y la comprensión de lo que se tiene delante”
(DE LA RICA, ÁLVARO). Hannah Arendt en “La tradición oculta” traduce
aquella distancia de las imágenes y su comprensión en arquetipos usados por
Kafka (como se vio, resuelven una afección psicológica y es atribuible, además,
a la simplicidad kafkiana del lenguaje).
De aquí que Kafka se pueda asociar de manera increíble al Holocausto,
y es, según como dice Ernesto Feria: por la terrible verdad del Ser: nuestra
ausencia ontológica de libertad. “Sin embargo, a pesar de que Kafka murió,
hace casi ochenta años, sus reflexiones intersubjetivas son las mismas que
atañen al hombre actual”, dice Fernando Domenech.26 "Y es que en esta
actualidad inmisericorde el hombre está absolutamente solo: ha tomado
conciencia de su soledad ontológica en la medida en que la ansiedad, la prisa,
la competitividad y los falsos encantos de los señuelos tecnológicos han
producido una pulverización mitográfica de la humanidad en individualidades
cerradas, egoístas, insolidarias, indiferentes o crasamente ignorantes del dolor
ajeno", nos dice Ernesto en la página 225 de “Estudios sobre Kafka”.
La relación se concibe desde este último punto, y es que “Kafka y el
holocausto” nace de aquel existencialismo presente en Kafka. Puesto que “no
hay ningún afuera en los estados modernos”27 (JASPERS, KARL) y tampoco
23
Ante esta figura patriarcal y tirana, todos son iguales: igualmente degradados, igualmente inferiores e
igualmente abyectos y por lo tanto, no está el tirano en condiciones de reconocer la subjetividad de los
sometidos. Pero a la vez el padre tirano también se encuentra subyugado por fuerzas tiránicas (el imperio
austro-húngaro), las cuales son autoridades del poder y del dinero: un consejero imperial, un millonario,
la clase media judía (CAMERLO, SILVANA).
24
Iglesias, María del Pilar; Franz Kafka: Un estudio psicoanalítico; Las tesinas de Belgrano; Universidad
de Berlgrano.
25
Para Deleuze, Kafka experimenta “un uso perverso de la carta” que” postula la potencia diabólica de la
máquina literaria” (Deleuze: 1978: 46). Deleuze, Gilles; Kafka. Por una literatura menor; México;
ediciones Era; 1978. “Mis escritos trataban de ti, no hacía más que depositar en ellos los lamentos que no
podía depositar en tu pecho”, dice Franz.
26
Lacan decía que el neurótico tiene por causa la verdad.
27
Esa falta de “afuera en los estados modernos” aparece en “El proceso”: Josef K está en medio de un
proceso jurídico, no penal, ya que no hay culpa, y de haber existido, ésta ha de estar diluida. “No todos
los alemanes tenemos culpa penal, no somos responsables penalmente; pero políticamente somos
responsables…” (JASPERS, KARL; “El problema de la culpa”).
interior en el que apoyarse, como se verificó desde el psicoanálisis, la parábola
de “Ante la Ley” ha de verse como una unión entre los principios y los finales
(teleológico). Aquella falta de apoyo en Kafka no lo convierte en un sujeto
alejado de la realidad, sino que sus sueños, pesadillas y demonios interiores
son procesados a través de la escritura para ser transformados,
paradójicamente, en análisis diáfano de la realidad (DOMENECH,
FERNANDO).
Es esa realidad soñada la que incita la culpa política 28 y metafísica29 en
Kafka. La degradación ontológica kafkiana podría calificarse de angustiosa,
pero concibe mucho mejor la posibilidad del absurdo.
He de reafirmar la tan criticada postura que Álvaro de la Rica tiene para
con lo kafkiano, y especialmente para con “El proceso”, para hablar de una
posible interpretación de “Ante la Ley” con bases psicoanalíticas que, como se
vio, coinciden con la interpretación del autor. Es como Álvaro de la Rica
propone que en “Ante la ley” Dios puede estar personificado en el campesino y
la puerta permanecer como acceso a la interioridad de uno mismo. Todo esto
producto de la irreversibilidad30 (ante la falta de apoyo externo y la auto-
exclusión) de la propia literatura kafkiana. Es en Giuliano Baioni donde reposan
las ideas de Álvaro de la Rica, siendo “Ante la Ley” pensada como una crítica al
legalismo rabínico al que estaba sometido Kafka mediante su compromiso
matrimonial con Felice Bauer. Es el mismo legalismo rabínico el que le impide
casarse con Dora.31
Es mediante un proceso teológico exhaustivo el que posibilita, además
de tratarse de Kafka mismo, la irreversibilidad presente en lo kafkiano. De esto
se distingue un Kafka definido, aquel que vincula judaísmo a situaciones límite
a menudo nacidas de la opresión y que constituyen un final de las expectativas
y un fracaso, pero donde sin embargo, dialécticamente, es posible recibir cierta
iluminación.32 Este anhelo de justicia, que está en “Ante la Ley”, es propio de la
inquietud teológica, que incluyen en su reflexión racional las emociones y
deseos que se adentran al campo de lo posible utópico pero aún no realizado
(HORKHEIMER, MAX). La inserción de un futuro no realizado en el presente es
lo que lo salva, lo que infiere movimiento y fuerza al pensamiento, por lo que se
hace razonable confiar en que el verdugo no tendrá la última palabra sobre la
víctima (BOCH, ERNST).33
28
Christian Schulte dice que con la tesis de la culpa colectiva de los ciudadanos de un Estado no se
pretende defender una concepción totalizante de la culpa, la cual pudiera relativizar la culpa individual.
29
Dice Jaspers que cada cual es responsable por todos los crímenes que se comenten en el mundo, pero
“especialmente por los crímenes que se cometen en su presencia o con su conocimiento. Cuando no hago
lo que puedo hacer para evitarlo, soy cómplice”.
30
En la página 49 de “Kafka y el Holocausto” reconoce que no es imposible “considerar significativo el
paralelismo (acaso inverso)”.
31
“(Kafka) había solicitado al padre de Dora, por correspondencia, autorización para casarse y recibió el
rechazo del mismo. La carta que Kafka envía el piadoso padre de Dora, que vivía en Polonia, dice que
aunque no es un judío practicante, era un judío arrepentido que busca convertirse y que esperaba ser
digno de entrar en su familia. El padre consultó al hombre más honrado, al rabino Gerer, quien leyó la
carta y dijo solamente: NO.” Leemos un extracto de “Kafka y su testamento”, artículo publicado en
http://delderechoreves.com.ar el 16 de agosto del 2005 por la psicóloga Laura Capella.
32
Gómez, Marcos Santos; Los oprimidos como luz. Benjamin, Kafka, Teología de la liberación;
Universidad Complutense de Madrid.
33
Como afirma Jon Sobrino: “Es más bien en y a través de su parcialidad hacia los oprimidos como Dios
va revelando su propia realidad” (Sobrino 2008, p. 149). Hay similitud con lo que María Zambrano
describe delirio: “Llamamos delirio al automatismo de la expresión sin intervención alguna del sujeto; la
enajenación de ciertas vivencias más intensamente vividas de la conciencia. Una vida sin lugar que salta
fuera de su cauce, desligada de su centro” (María Zambrano, Los sueños y el tiempo, p. 70). Este delirio
puede traducirse como sufrimiento o como sueño, cual fuente de revelación (CARO, YOSEF), presente al
Kafka describe al bíblico Abraham como a un primitivo patriarca «pobre
de espíritu» para quien conducir a su hijo al sacrificio no constituía motivo
alguno de conflicto. Sin proponérselo, Kafka roza aquí un dilema que ha
planteado el Talmud y la exégesis judía medieval: la pregunta acerca de la
conducta de Abraham: ¿fue Abraham al sacrificio sin que se lo hubieran
pedido? ¿No se excedió, acaso, cuando casi sacrifica a su hijo? ¿No entendió
mal Abraham el reclamo divino? Es quizás por esto que la conversación
esencial de El Proceso, en el capítulo noveno, no tiene lugar en una sinagoga
sino en una catedral. Es el abate quien explica a Joseph K la célebre parábola
Ante la Ley, y las páginas de reflexión acerca de la justicia.34
inicio de “El proceso”. De esto a considerar “que la obra de Kafka se nos presenta entera como un
sueño” (ZAMBRANO, MARÍA). María Zambrano, Kafka, Walter Benjamin y Gershom Scholem
propusieron una nueva espiritualidad sobre bases teológico-místicas (Muñiz-Huberman, Angelina; María
Zambrano y el misticismo de la Cábala; Revista de la universidad de México).
34
Extraído de un artículo publicado en http://www.nodulo.org por Gustavo D. Perednik, Licenciado en
educación en Buenos Aires y Jerusalén. El artículo se titula “La judeidad de Kafka”. En él dice que “a
partir de Brod, Scholem y Golschtüker, los estudios kafkianos remiten a la judeidad”.
35
Fernando Bermejo Rubio dice en su crítica al libro de Álvaro de la Rica que “(…) la enumeración
efectuada por el autor es cuanto menos confusa y confundente (…) Así pues, no queda claro que estos
elementos -si es que son datos objetivos, y no, como algunos parecen, únicamente interpretaciones
subjetivas de un personaje del relato muy poco fiable- sean verdaderos paralelos, ni que tengan un sentido
unitario.”
36
Bacigalupo, Renato Sandoval; Kafka traicionado; Revista N; Clarín.
http://edant.clarin.com/suplementos/cultura/2007/08/18/u-02411.htm
37
Correas, Carlos; Kafka y su padre; Buenos Aires; Leviatán; 1983.
patrimonio, pero nunca en base a otros signos. El genio del lenguaje siempre
va a estar ahí, para soportarnos, para que nos podamos desenvolver como
seres originales y habituados a este mundo cada vez más entregado al signo.
¿Es este mundo o es la realidad? Todas las concepciones antropológicas
hacen pie en el presente.
38
En Los Testamentos Traicionados de Milán Kundera define el término como “el discurso destinado a
kafkologizar a Kafka”, es decir, “a sustituir a Kafka por el Kafka kafkalogizado”.
39
Desde Gerard Haddad y las semejanzas que hace con Nachman (“Dice que no es raro ver colgado sobre
la pared de un aula rabínica este aforismo de Nachman: Quemar un libro es aportar luz al mundo.”)
Fuente: http://delderechoreves.com.ar/?p=156 blog de la psicóloga Laura Capella.