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La Guerra Civil

La guerra civil se produjo por el ya largo enfrentamiento entre los grupos más
tradicionales y los grupos progresistas y obreros. Este enfrentamiento se acentuó
durante la Segunda república y propició un clima de violencia y tensión que propició la
aparición de un golpe de estado, detonante inmediato de la Guerra Civil.
Además, otra de las causas fue el resultado de las tensiones surgidas en Europa en los
años 30, tras el ascenso del fascismo en Italia y el nazismo en Alemania, la debilidad de
las democracias europeas, que van cayendo una tras otra, y la aparición de un modelo
alternativo de sociedad, la URSS. Esta situación internacional provocó que el conflicto
en España fuera visto fuera de nuestro país como el primer enfrentamiento entre los
fascismos y la democracia.

● El estallido de la Guerra Civil:


El 17 de julio de 1936, el coronel Yagüe se alzó en Melilla contra la Segunda
República. Esta sublevación se extendió rápidamente por el resto del protectorado
marroquí, Canarias, y, un día después, algunas zonas de la península (Pamplona,
Sevilla, parte de Aragón, Castilla-León, Galicia, etc.).
El alzamiento triunfó en las zonas españolas más conservadoras pero fracasó en las más
industrializadas, donde las fuerzas obreras tenían mayor peso (Cataluña, País Vasco,
Madrid). Zaragoza y Sevilla fueron dos excepciones.
El 19 de Julio, en respuesta a los rebeldes, José Giral fue ascendido a jefe de gobierno, y
desde ésta posición aportó armas a las milicias del Frente Popular y de los Sindicatos.
Hay que matizar que aunque se tratara de una sublevación militar, parte de los militares
siguieron fieles a la República, otra causa para sofocar el levantamiento en buena parte
de España. Así comenzó la división de “Las dos Españas”en dos bandos:
- El bando sublevado, los “Nacionales”: formados por militares conservadores, grupos
tradicionales católicos, carlistas, falangistas y parte de la derecha republicana.
- El bando fiel a la República: Clases populares, campesinos sin tierras, pequeña
burguesía, intelectuales, Frente Popular y anarquistas.

● Mirando a Europa…
La Guerra civil no solo fue un conflicto español, sino que ambos bandos contaban con
la ayuda exterior. Las fuerzas progresistsas se manifestaron a favor de la República. Por
el contrario, las fuerzas conservadoras de las democracias (Francia, Gran Bretaña), el
catolicismo tradicional y los gobiernos fascistas (Italia y Alemania) veían en el
alzamiento de Franco un freno a la expansión del comunismo.
Los países fascistas proporcionaron rápidamente a los sublevados armas, aviones, etc.
Pero las democracias, como Gran Bretaña y Francia, defendiendo una política de
apaciguamiento, apoyaron el Comité de no intervención (1936), que impedía facilitar
armas a ambos bandos. Esta situación constituyó una de las causas de la derrota
republicana puesto que esta se vio obligada a comprarlas a la Unión Soviética a un
elevado coste económico (“el oro del Banco de España”) y político (aumento de la
influencia del Partido Comunista, controlado por el Komitern). Un apoyo muy
importante para la república fueron las Brigadas Internacionales, que consistían en
voluntarios con ideología izquierdista que procedían de Europa y América, y que venían
a luchar contra el fascismo (eso sí, controlados por los comunistas).
Los sublevados fueron los más favorecidos por el apoyo extranjero. A pesar de la firma
del Comité de No Intervención, la ayuda alemana en armas como aviones (La Legión
Cóndor, que probó sus armas para futuros conflictos), carros de combate o artillería fue
esencial. El apoyo italiano consistió en el envío del Corpo de Truppe Volontarie, muy
numeroso en soldados y material. Además también lucharon a favor de este bando
volutnarios afines al fascismo o de ideología católico conservadora (irlandeses,
portugueses). Y tropas mercenarias marroquíes.

● Zona republicana:
En la zona republicana la guerra originó una situación compleja. Por un lado, las partes
más revolucionarias de la izquierda se vieron en el momento idóneo para sus anhelos de
revolución social. Pero, por otro lado, era necesario concentrar todos los esfuerzos de
los grupos prorrepublicanos en ganar la guerra contra el fascismo, porque una derrota
suponía el fin de cualquier esperanza de cambio social.
Para atajar la sublevación, que contaba con el apoyo de la mayoría de los militares, el
gobierno republicano de José Giral tomó la decisión de entregar armas a las milicias de
los partidos y sindicatos, disolver el ejército tradicional y la policía y decretar la
creación de batallones de voluntarios. El poder era del pueblo, lo que conllevó la
extensión de un clima revolucionario.
En verano y otoño de 1936 el poder del Estado sufrió un desplome casi total, y
surgieron consejos, comités y juntas que se ocupaban de la organización del país. Fue
especialmente importante la creación, por iniciativa de la CNT-FAI, del Comité Central
de Milicias Antifascistas. Éste comité reconstruiría el poder de la Generalitat, y
controlaría parte de Aragón (Consejo de Aragón).

La revolución social.
El elemento más significativo de la revolución fue la colectivización de gran parte de la
propiedad industrial (Cataluña) y agraria (Aragón,Valencia, Andalucía). También se
hicieron con el control de los servicios en general y los entregaron a las milicias y a los
trabajadores, que las explotaban en régimen de autogestión.
En los primeros meses de la guerra se desencadenó en la zona republicana una respuesta
popular espontánea contra todo lo relacionado con los sublevados (facciosos). La
Iglesia, los propietarios y las clases acomodadas en general fueron objeto de esta
persecución revolucionaria. Hubo múltiples actos violentos, desde la muerte de presos
políticos de derechas en las cárceles, como la de José Antonio Primo de Rivera en
Alicante, a “paseos” de final incierto (muerte, o cárceles secretas, las “checas”).
También hubo saqueos, incendios de iglesias y conventos, y requisas de bienes y
propiedades,

El gobierno de Largo Caballero (sept 1936- mayo1937).


A finales del verano de 1936 los milicianos no conseguían detener el avance de los
sublevados, y por este motivo trasladaron el gobierno a Valencia. Se formó un gobierno
de concentración capaz de juntar los esfuerzos para ganar la guerra. Formaron una “gran
alianza antifascista” con un gobierno encabezado por Largo Caballero con republicanos,
socialistas, comunistas y hasta anarcosindicalistas (Septiembre 36).
Sin embargo, pronto se vio una clara división. Por un lado los republicanos, comunistas
y parte de los socialistas eran partidarios de que primero había que asegurarse de ganar
la tierra y después iniciar las transofrmaciones. Por el otro, el sector compuesto por los
anarquistas y los comunistas del POUM, insistieron en guerra y revolución al mismo
tiempo. Estos problemas debilitaron definitivamente el gobierno de Largo Caballero y
en Barcelona a principios de Mayo de 1937 hubo un fuerte enfrentamiento entre
militantes de la CNT y el POUM, contra militantes del OSUC, ERC y la UGT (Los
“hechos de mayo”) El conflicto se saldó centenares de muertos, la derrota de anarquistas
y poumistas y una fuerte crisis de gobierno.

El gobierno de Negrín (mayo 1937-marzo 1939).


Los hechos de mayo fortalecieron las posiciones comunistas, que tenían una gran
influencia basada en la ayuda que la Unión Soviética prestaba a la República. Como
esta era antitrotskista, los comunistas españoles exigieron la disolución del POUM,
declarándolo ilegal. Largo Caballero se negó y acabó dimitiendo. Esto dio paso a que el
presidente de la República, Manuel Azaña, encargara la formación de un nuevo
gobierno con el socialista Juan Negrín al frente. El máximo dirigente del POUM,
Andreu Nin fue asesinado por agentes de la policía política soviética unos días después.
Debido a esto, se integraron todas las milicias en el Ejército Popular, y se disolvió el
Consejo de Aragón formado por Anarquistas. La sede de gobierno se trasladó a
Barcelona.
Ante la dificultad de frenar el avance de las tropas franquistas y para conseguir el apoyo
de las democracias, el gobierno intentó buscar una salida negociada a la guerra mediante
los Trece Puntos de Negrín (abril 1938). En ellos se proponía el cese de la lucha
armada, la permanencia de la República, y las elecciones democráticas. Franco, sin
embargo, sólo aceptaría una rendición “sin condiciones”.
A partir de marzo de 1938, la vida era sumamente difícil en el territorio Republicano.
En septiembre de ese mismo año la República sufrió un duro revés al firmarse el Pacto
de Munich, por el que Gran Bretaña y Francia se plegaban al expansionismo nazi en
Centroeuropa, lo que alejaba la posible Segunda Guerra Mundial.
Finalmente, la pérdida de Cataluña entre enero y febrero de 1939 significó el exilio para
los gobiernos de la República. A finales de febrero, Gran Bretaña y Francia
reconocieron el gobierno de Franco y a primeros de marzo, se produjo el golpe de
estado de Casado en Madrid, días antes de la rendición.

● Zona sublevada:
El general Sanjurjo, que fue el principal organizador del golpe, murió el 20 de julio de
1936. Este hecho y el que la insurrección no triunfara y diera lugar a una guerra hizo a
los nacionales plantearse quién iba a encargarse de la dirección militar y de gobernar el
territorio. Para ello, el 24 de julio se creó la Junta de Defensa Nacional en Burgos,
integrada por varios militares (Franco, Mola, Cabanellas…). Algunas de sus primeras
medidas fueron suspender la constitución, paralizar la reforma agraria y prohibir la
bandera republicana. Aunque para dirigir la guerra, poco a poco fue imponiéndose el
general Franco Franco, quien es reconocido el 1 de octubre de 1936 como el Jefe del
gobierno del Estado y Generalísimo de los Ejércitos españoles. El cuartel general del
Generalísimo se asentó en Salamanca, y el gobierno irá a Burgos.
Franco, inspirándose en el modelo de Estado fascista italiano y alemán , en abril del 37
dio a conocer el Decreto de Unificación en el cual se creaba un partido único, la Falange
Española Tradicionalista y de las JONS, con Franco como Jefe Nacional de este partido
adquiriendo así otro poder más. Se aglutinaba a falangistas - Jose Antonio, “el ausente”,
ya había muerto- carlistas, tradicionalistas, restos de la CEDA y otros. Aquellos que se
opusieron a la unificación fueron enviados a prisión o desterrados.
En 1938 se formó el primer gobierno de Franco en el que se concentraba todo el poder
de la jefatura del Estado y la presidencia del gobierno en él, pasando a ser llamado el
Caudillo de España. Este nuevo estado tenia un modelo social basado en el
conservadurismo (se derogaron las leyes del matrimonio civil y del divorcio, se
estableció el culto religioso en la enseñanza y se le otorgo una retribución estatal al
clero) y en la preeminencia del catolicismo. Empezaron a suprimirse libertades como la
libertad de culto o de prensa, y también se suprimieron los Estatutos de autonomía y se
restableció la pena de muerte. En marzo del 38 se aprobó la primera ley fundamental del
nuevo Estado, el Fuero del Trabajo, de influencia fascista, por la cual se prohibieron las
huelgas y las reivindicaciones obreras.
La construcción del Estado fue acompañada con la aniquilación de toda persona
contraria a Franco. También se asesinó a personas por considerarlas símbolos de la
república, como Lorca. Esta represión fue ejercida por el ejército, la Falange y las
autoridades políticas locales con la intención de crear un clima de “terror” que evitase
cualquier idea de rebelión entre la población. La Iglesia habla de “cruzada”.

● Las operaciones militares


La primera fase del conflicto se denomina como “guerra de columnas”. Tropas
africanistas desembarcadas en la península avanzan hacia Madrid, ocupando gran parte
del oeste peninsular (Andalucía, Extremadura, Toledo) pero son frenadas a las puertas
de Madrid. Los milicianos republicanos, por su parte, que han parado el golpe militar en
numerosos sitios, no tienen capacidad para realizar ofensivas (por ejemplo, para ocupar
Zaragoza o Huesca).
Ante el freno ante Madrid (donde no obstante se desarrollan batallas como Guadalajara,
en 1936, o Brunete, en 1937), Franco decide centrarse en otros frentes, como el del
Norte (ocupación del País Vasco, Cantabria y Asturias, destacando el bombardeo de
Guernica), Andalucía (toma de Málaga) o la llegada al Mediterráneo, dividiendo la
República en dos zonas. Los republicanos, por su parte, tratan de crear otros frentes de
distracción, especialmente en Aragón (Belchite y Teruel, 1937-38).
El verano del 38 será esencial: el Ejército popular republicano inicia una ambiciosa
ofensiva en el Ebro, en torno a Gandesa, aunque es frenada a los pocos kilómetros.
Franco acepta una batalla de desgaste, que los republicanos soportan para poder enlazar
con la ya casi visible Segunda Guerra Mundial. Finalmente los republicanos han de
retirarse, por lo que Cataluña entera queda a merced de los nacionales (ocupación en
enero de 39). La guerra, militarmente, está prácticamente acabada (termina poco
después, el 1 de abril de 1939).

● Efectos y consecuencias de la guerra:


La guerra significó miseria y muerte para miles de personas de ambos bandos, que caían
víctimas de la guerra (en el frente o en la retaguardia, con los bombardeos
indiscriminados), de la represión (miles de víctimas en ambos bandos) o del hambre y la
desnutrición. La falta de alimentos fue especialmente grave en la zona republicana
debido a que las grandes zonas agrícolas quedaron desde el inicio en manos de los
sublevados. En marzo de 1937 la situación llego a tal extremo que hubo que imponer el
racionamiento en Madrid. A medida que el conflicto avanzó subieron los precios y se
extendió el mercado negro.
En cuanto a las consecuencias económicas España perdió medio millón de personas
productivas y quedaron inservibles gran parte de los transportes. La agricultura y la
industria también se llevaron un gran golpe debido a la movilización de los hombres
para marchar al frente; para intentar contrarrestar estas pérdidas se incorporo al mundo
laboral la población femenina, aunque tampoco ayudo mucho debido a que
prácticamente toda la producción industrial fue dirigida a armamento y avituallamiento
militar. Además de todo esto hubo que pagar la ayuda de la URSS y de Alemania e
Italia por los suministros facilitados.
Respecto a los refugiados, en la zona norte se optó por dar prioridad a los niños, y de
esta manera cerca de 13000 fueron enviados a diferentes países (los “niños de Moscú”,
por ejemplo)
Hacia el final de la guerra miles de soldados y población de toda España se
concentraron en Cataluña para cruzar la frontera francesa. Entre el 27 de enero y el 3 de
febrero de 1939 medio millón de españoles entraron en Francia buscando refugio,
aunque fueron dirigidos a campos de concentración en pésimas condiciones. La mitad
volvieron a España en pocos meses pero el resto inició un largo y penoso exilio. En el
Levante se produjo una situación parecida en puertos como Alicante.
Y, a partir de 1939, en toda España se iniciaba un largo periodo dictatorial.

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