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sist a li t eraria
re
Entrevista con
Luis Humberto
Crosthwaite
Colaboraciones de
Alma Karla Sandoval
Eduardo de Gortari
Marlén Gutiérrez
Luis Miguel Cruz
Tzuyuki Romero
ene
ro- m
arzo 1
del núm
201
1 año1
Directorio
Consejo editorial
Bryan Klett
CONTENIDO
Enrique Padilla
Reyes Isven
Marco Antonio Larios Quirino
Carta Editorial 3
Diseño
Bryan Klett
Dos poemas 4 Eduardo de Gortari
Contacto y correspondencia
Sughey Rosales
José Manuel López Rocha
Claudia Domínguez Mejía Ave de paraiso 9 Tzuyuki Romero
Puede que haya empezado esta carta tantas veces que una
y letrados
exageración aquí ya no lo sería tanto, y he pensado que quizá
confesarlo en el primer párrafo me ayude a sortear el pro-
blema. Y aquí estamos, presentado finalmente el resultado de
un esfuerzo —atentos a la exageración— mil veces mayor que
este. Hemos dedicado reuniones enteras a discusiones tan ele-
mentales como si ésta debe ser una publicación electrónica o
impresa, cuál será su periodicidad, cuál nuestro público lec-
tor, y a partir de éste, los parámetros de selección. El proceso
también ha estado plagado de gestión: conseguir apoyo para
3
un proyecto nacido entre estudiantes de Letras, cuando los
antecedentes de este tipo de ambiciones son tan abrumadora-
mente negativos y todos sugieren inconstancia y una muerte
(muy) prematura, no es para pasarse por alto.
Por tantos motivos, entre otros, es que en el Consejo deci-
dimos tomarnos todo el tiempo necesario para que, llegado
el momento de ver el primer número en una pantalla ajena,
todo marche por sí solo. No podemos prometer (no nos atre-
vemos) que tú, inflexible lector, encontrarás en estas páginas
un trabajo acabado, inmejorable (tenemos mucho que apren-
der sobre la conciencia literaria y las artes ocultas en la caja de
texto); pero por lo mismo es que es importante que pasees
con atención por nuestra casa y que vuelvas, estamos seguros
de que nuestras habilidades y trabajo (¡oh, la nobleza!) irán de
menor a mayor.
EDUARDO DE GORTARI
DOS POEMAS
y letrados
STAR FOX
Tenía 12 años y 2 en el hospital
4 El cuarto tenía una ventana
por donde sólo entraba el cielo
En todas partes el cielo es el mismo
y un pedacito es todo el cielo
decía su padre porque lo leyó en
[algún lado
Él veía todas las estrellas por su ventana
y pensaba que era mejor navegar
[entre ellas
como Fox McCloud desarmando planetas
cimbrando su universo de 64 bits
Tenía 12 y un catéter donde se deslizaba la tarde
y letrados
además de un libro de astronomía
que su madre le trajo
Ahí supo el nombre de la única constelación
que cabía en su ventana mas no le importaba
porque esa constelación era todas las constelaciones
Cuando pasaba un avión en la noche
juraba que era el comando de Star Fox
liberando a la Tierra del Hombre 5
y le decía a sus papás que le hubiera gustado ser cosmonauta
y letrados
Bebay G. González Millán na-
ció en Toluca, Edo. de México en
1991. Ha expuesto su obra en la
uabcs y en la Alianza Francesa de
Baja California Sur. Actualmen-
te estudia Diseño Industrial en la
uam. 7
Ella nos dice que comenzó sin
afán de ser una profesional, por
simple afición hasta que se vol-
vió en un gusto pasional. «Tan así
que la fotografía se convierte en
el advenimiento de mí como otra se ve", "Ave de paraiso", "Sunset
cosa». on a sofa", "Tomato girl", "Silueta
En orden de aparición, los títu- de un pájaro", "Mex-mex" y "Co-
los del arte gráfico en este núme- siendo libertad".
ro son: “Pensé chueco” (portada), (y)letrados estará invitando a
"Bocapuerto", “What I miss most un artista distinto para adornar
about him”, "Permanencia volun- cada nuevo ejemplar que el tiem-
taria", "Multifasética", "Lo que no po nos permita publicar.
MARLÉN GUTIÉRREZ
DOS POEMAS
Estos son mis dos pies, mi error de nacimiento
Olga Orozco
U
n pie sigue al otro arrastrando su sombra,
pies que no abandonan la búsqueda primigenia
y letrados
.
.
..
T
ardé tres días trazando tu espalda
que se me revela cada tercera noche como un cuadro sepia
como estampa de templo antiguo
y tres veces deshice mi memoria
porque supe que había besado tus manos,
tu frente,
tu pecho,
y después de tres lunas
–mi vientre tibio y mis ojos deslunados–
era hora de besar tu espalda.
TZUYUKI ROMERO
AVE DE PARAÍSO
y letrados
Vi su tarjeta en el librero del estudio: Susana Daturi, L´arte
dei fiori, una flor en el extremo, la dirección. La observé
por un rato y la dejé en donde estaba. Seguí jugando
solitario en la computadora mientras escuchaba el ruido
proveniente del televisor de Julia.
Esa tarde mamá, o mejor dicho Julia, como le digo,
me mandó a comprar su medicina. Salí de casa y caminé
rumbo a la farmacia. Tryptanol msd, solicité a la depen- 9
diente que anticipándose, me había reconocido, tenía ya
en las manos la caja de tabletas. Ojalá no piense que los
antidepresivos son para mí, pensé. Volví a casa. Al entrar,
me extrañó que en la sala hubiera un arreglo de flores tan
grande que casi no cabía en la mesa de centro. Aromá-
tico y variado, mezcla de rosas color melón, casablancas
y aves del paraíso. Pensé que una vez que lo viera Julia
seguramente diría que tantos colores y aromas no podían
estar juntos, simplemente no combinaban.
Cuando subí, lloraba de alegría en la recámara. «¿Tra-
jiste la medicina?», dijo mientras secaba sus lágrimas con
un kleenex. Se acercó al tocador, acomodó uno de los
mechones de su cabello cobrizo y sonriendo levemente
me preguntó: «¿Viste el arreglo?»«
Esa sonrisa se quedó fija en su rostro por dos semanas,
pues Julia disfrutó las aves del paraíso que en su jardín
hacía bastante tiempo se habían esfumado, pero que en
el arreglo se erguían como dos modelos
anoréxicas y orgullosas.
Por esas fechas, no fui a la farmacia.
La casa estuvo silenciosa. No sólo en
apariencia, como cuando se alcanzan
a oír detrás de la puerta de Julia los
sollozos confundidos con el sonido
y letrados
y letrados
comprarle unas flores a Mónica, mi no- Mónica quedó fascinada con las flores y
via. Me habló de la floristería que había yo agradecí que Susana hubiera aparecido.
descubierto sobre el boulevard, casi lle- «Es italiana», comentó como quien no
gando a Sanborns. Cuando terminó su quiere la cosa mi padre la noche siguiente
omelet, buscó en su billetera y al levan- cuando yo leía en el estudio.
tarse me dio la tarjeta que yo había visto. –¿Qué tal te fue con Mónica?
«No las pidas por teléfono. La atención –Muy bien, no sabes el poder de
es personalizada», me guiñó el ojo y fue unas flores. 11
rumbo a la cochera. –Cómo no voy a saber –alardeó mi
Susana resultó tener una sonrisa de padre.
esas que hacen falta, que se pega a Papá salió a la mañana siguiente. Iría
quien la ve. Es la cincuentona más sim- a Guadalajara unos cinco días por asun-
pática que haya conocido. Muy segura tos de la fábrica. Julia no tuvo flores.
de sí, meneaba su cabellera pelirroja al Al volver, estuvo ocupado con la li-
ritmo de las palabras. Me tuvo pacien- quidación de diez obreros y todas las
cia pues de flores no sé mucho. Así me cuestiones legales. Lo noté irritado,
presentó a las orquídeas africanas, a la pensativo.
tiger lily, a las gerberas anaranjadas y Regresó a la casa el silencio roto por
lilas y a su favorita: la strelitzia reginae, el ruido del televisor y el llanto de Julia.
mejor conocida como ave del paraíso. Me decidí a ir yo mismo por algún
En ese momento, recordé que antes de ramo. Pensé que Susana podría reco-
su depresión Julia tuvo un jardín que mendarme alguna flor inhibidora de
cuidaba con mucho tiento. A diario se angustia. Pasé primero a la farmacia,
daba a la tarea de platicar con las aves compré las pastillas. Me encaminé a la
del paraíso. «Hay que consentirlas por- florería. Llegué esperando encontrar
una sonrisa cómoda pero en su lugar, –¿A dónde se va a ir? –balbucí.
una chica morena y de hombros caí- –Uy, joven, no sé, es que la señora
dos quiso atenderme: «¿Desea algo?». tuvo problemas con un señor que le
No contesté pues estaba observando compraba aves de paraíso…
los canastos, las flores, los jarrones, los Me quedé callado. Seguro ya no
centros de mesa. habría flores para mamá. Vino a mi
–¿Y la señora? –pregunté. mente su eterno llanto, su mirada per-
Sonriendo, la empleada me dijo que dida, el sonido de sus pies arrastrando
y letrados
doña Susana ya no iba mucho por ahí, las pantuflas grises, el ruido del televi-
que andaba apurada pues se estaba sor, los gritos...
cambiando. Caminé hacia la entrada sin darle la
–¿Busca usted algo en especial? espalda a la chica de hombros caídos.
La ando buscando a ella, no me Metí la mano en la bolsa de mi sudadera y
atreví a decir. oprimí entre los dedos la caja de pastillas.
12 .
.
..
Fotografía para La Jornada por Maria Luisa Severiano
y letrados
entrevista con
Luis Humberto
Crosthwaite 13
y letrados
resulta una tarea difícil, pero por lo mis-
me ocupo de ello. En cuanto a concepto,
mo ¿qué opinas acerca de la narrativa
no creo que se distinga tanto de otros in-
gestada en tu generación, y qué sobre
ventos como podrían ser «Literatura del
la narrativa joven, en comparación?
Golfo de México» o una «Literatura de la
¿Crees que existen pautas entre ambas,
frontera sur». Es más, desde la crítica mis-
ya sean de encuentro o de choque?
ma me parece muy intrascendental. Los
temas o ambientes comunes no son tan
Siempre habrá choques intergeneracio-
frecuentes entre los escritores de la fron- 15
nales, parece natural o hasta genético.
tera o del norte de México. Los vínculos
Los jóvenes quieren romper con lo que
que encuentran los analistas suelen ser
arrastran sus antecesores. Incluso los mis-
muy forzados y típicamente derivan del
mos narradores jóvenes de hoy tendrán
sobreanálisis.
que enfrentarse al rechazo o admiración
de los que siguen. Los vínculos entre una
Una de las etiquetas que se te han otor-
generación y otra siempre estarán ahí.
gado comúnmente es la de un «escritor
Yo, por ejemplo, me siento muy cercano
experimental», ¿qué opinas al respecto?
a José Agustín, y él a su vez a Juan José
Arreola y Philip K. Dick.
No sabía que se me llamaran así; pero
me agrada. Para mí la experimentación
es básica en mucho de lo que escribo. Por ahí me han dicho que soy
Siempre estoy probando formas y to-
nos distintos para matizar mis historias. más melómano que escritor,
En Instrucciones para cruzar la frontera, yo le agregaría que también
quise que cada cuento tuviera su propia
personalidad, y trato de hacer esto sin soy más cinéfilo que escritor.
A lo largo de tu obra aparecen referen- Por último, háblanos sobre tu expe-
cias, principalmente de música y de cine, riencia en los procesos de corrección y
¿cuál es tu relación con otras artes? publicación.
No tanto con las artes en general como Yo estoy de acuerdo con Alfonso Reyes
con la música y el cine en particular. Por que decía que si no se publica lo que es-
ahí me han dicho que soy más melómano cribes te pasarías la vida reescribiéndolo.
que escritor, yo le agregaría que también Finalmente publico un libro no porque
soy más cinéfilo que escritor. En mi vida considero que está terminado sino por-
y letrados
abunda la música y el cine; por eso, el que siento que ya debo ponerle fin a mi
punto de contacto con lo que escribo. La trabajo de corrección. Leo, releo y vuelvo
misma forma fragmentaria que me resul- a leer lo que escribo, soy un perfeccio-
ta natural para escribir proviene de haber nista (lo cual siempre me ha parecido un
aprendido a hacer historias en la forma defecto). Pero disfruto mucho el armado
que lo hace el cine. Así como el cine no de mis libros, cuando ya todo está escrito
se filma en el mismo orden secuencial en y empiezo a considerar si esta parte va
que nosotros vemos el resultado final, así mejor aquí o allá. No me gusta empezar
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mismo trabajo por escenas aisladas que desde cero.
luego junto como se edita una película. La página en blanco siempre ha sido
muy cruel conmigo. Me desagrada empe-
zar un proyecto nuevo, pero ya que
Foto de la agencia El Universal
y letrados
sa. Pensaba que era un asunto superable,
� .� que se podía reemplazar con algún otro
acto menos (cómo decirlo) ¿complicado?
En resumen: soñé que era Jesucristo en Creía que podía alcanzar la misma meta
sus tres últimos años. Mi sueño era como sin tanto melodrama, alterando ligera-
esas películas de Jesucristo, pero distinto. mente los hechos.
Era un Cristo más terrenal: bebía, fumaba, La crucifixión era desagradable. Me
moría por usted; pero también era mesiá- decía: «Acepto esta cruz, pero tendrá que 19
nico, con ideales, con sentido de justicia y haber cambios».
de igualdad. Nada que ver conmigo y a la
vez todo lo que era yo.
Usted estaba en ese sueño, era una
� .�
presencia importante, omnipresente. Era Besarla, de eso se trata. Poner mis labios
mi motivación, la razón por la que había junto a los suyos, ya sabe, presionar y
emprendido la misión de salvar a los hom- moverlos por veredas húmedas de saliva.
bres. Era la luz y la sombra de mi sueño, Besar sin mayores pretensiones ni
mi más grande dulzura y vanidad. Si me objetivos.
peinaba era por agradarle, si me sentía Besar por el besar mismo; pero hacer-
fuerte era para que usted estuviera orgu- lo, eso sí, profundamente.
llosa de mí. Mis pasos eran sus pasos, lo Besar hasta el cansancio.
mío era suyo: acciones, palabras, adema- Besar con lengua y boca entera de
nes y gestos. largo y ancho.
Usted era mi diario, mi ego, el oído y la Besar hasta que no queden líquidos
mirada en el desierto. entre nosotros, hasta que me diga usted
Yo mismo era distinto; es decir, yo, que ya.
Sólo si me lo pide le daré un breve des- En privado: besarla a usted sin mie-
canso (muy breve) y luego besar, besar do, con gusto, en silencio y haciendo
nuevamente. Con ímpetu. mucho ruido.
Besos arrolladores, de esos que dan de El caso es besar.
qué hablar y hacen que las personas se Besarla a usted.
detengan a mirarnos en la calle.
Besar como en las canciones román- � .�
y letrados
y letrados
POEMA
21
A
hora sabemos que amamos a gigantes
y estos gigantes ya no están
están en otro reino
pisando fuerte con sus pasos
capar del sábado con sus perfumes alegres, del libro que quiero? Es
simple, porque has enviado un mensaje. Ante las oraciones que en-
vías, apasionadas y sinceras, con buen retoque, debo soltar los dedos
y como tú, confesarme. Lo hago en este blog con dedicatorias para
los textos y los seres sensibles.
«...ni siquiera conozco un buen sinónimo para la palabra rebuscada.
Esto debido a un temor adquirido años atrás alimentado por la flojera
y por una sociedad que le hace más caso al televisor que a un maestro
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inconforme. El mismo temor que me ha hecho sentir más miedo de
un papel impreso con más de 1 000 caracteres dentro de él», escribes.
Repaso estas líneas y no sé si sonreír o apretar la quijada.
Lo que sí puedo decirte, correspondiendo a tu franqueza, es que no
te culpo por temer. Todo aquello insondable y por ende oscurísimo,
da miedo. Será porque hay algo inmemorial en los seres humanos que
intuye el torrente de luz blanca cuando no hay más negros y sólo resta
conocer, apropiar, acercarnos a lo lejano. Leer es llegar y aunque las
orillas han sido siempre todo para el hombre, la idea de final asociada a
la de cambio nos altera. Lo siguiente, por supuesto, es el arribo y dejar
de temer ante papeles impresos con sus millones de caracteres. Las le-
tras no son monstruosas, o tal vez sí (pienso en leviatanes serenos, en
sirenas, en dragones furiosos), pero al mismo tiempo parecen pulsares,
eclipses, paraísos y cielos; batallas y paz; presente y futuro con máqui-
nas de otras eras cuyo pasado nos alude.
Ah, también hablas del televisor, del caso que todos le hacen y la
indiferencia hacia a un maestro inconforme. Ahora sí sonrío. Gracias
a la caja idiota y a esos docentes preocu-
pados por tu miedo, a los que han pasado
años o bien una vida entera esperando
tus palabras, ahora tengo la oportunidad
de responderte. Soy muy afortunada,
mira el porqué:
«El mismo (aquel miedo) que hoy me
y letrados
hizo dar cuenta que una parte de mí que
creía vacía por la sed de un juego de video
o por la incertidumbre en los ojos de una
mujer. Sólo necesitaba la cálida imagina-
ción que un libro puede dar». Ante esta da del otro hasta que creemos hallar nada.
frase que agregas me pregunto cómo es El amor no puede ser tan divino como el
que un juego de video puede vaciar el perdón precisamente por la incertidumbre
alma. Será, quizá, por la repetición de los que conlleva. Por eso cuando dices que 23
patrones narrativos cuya reiteración abu- sólo necesitabas la cálida imaginación de
rre, o por la violencia con luces glaciales un libro, comprendo a fondo. Hay relatos
de un acto que concluye sin esperanza. terapéuticos porque es el hablar lo que
Cuando apagamos el juego sólo queda la cura. Cuando alguien lee escucha, pero
adicción, hija de falsas promesas de su- misteriosamente también habla consigo
perar un puntaje, de ver algo, la victoria, al final, cuando la respuesta se torna ur-
que virtualmente no nos es concedida. gente. Algo así como lo que hiciste tú es-
Esto sí puede dar miedo, más que las pá- cribiendo ese largo y sentido mail porque
ginas de un libro cuyas grietas también primero leíste mi mensaje en el aula.
pueden ser peligrosas, pero que obturan, La imaginación, cierto, no es fría. Pero
tarde o temprano, la herida primordial de a veces quema. En la mayoría de las oca-
todos nosotros: nuestro insaciable deseo siones acompaña y nos vuelve más inde-
de encontrar significado. pendientes, más seguros de todo cuanto
Sobre la incertidumbre en los ojos de nace de nosotros y no pueden arrancar-
una mujer y el vacío al que te han llevado, nos. El idioma es así. Nos pueden quitar
poco puedo y debo decir. Primero que está el mundo, hasta podrían cortarnos la len-
bien sentirse muy colmado en la búsque- gua, pero seguiríamos comunicándonos
de alguna forma. También imaginando
otros mundos para guarecernos de las
tormentas de la realidad, del doloroso he-
chizo de tener sólo una vida y ser testigos
de violencias, crímenes de lesa humani-
dad; de ver cómo los culpables salen li-
bres o de los mil y un fraudes con que los placer, antes que la obligación, es lo que
y letrados
malos ganan. La imaginación como fuga nos convierte en lectores más allá si lee-
es un sendero consolador. Para muchas mos para conocer y así ser más podero-
y muchos autores fue el único camino, la sos, cultos o interesantes. Uno lee porque
madera bendita en los naufragios. le da la gana y le da la gana porque goza
«Pero yo no leo, y sé que estas pala- haciéndolo, porque la televisión, la com-
bras impresionantes en los oídos de un putadora y la gente pueden esperar un
maestro puede crear el estereotipo de poco antes de soltar un libro. Si no has
una mala semilla, de una oveja negra. Sin tenido la fortuna de quedar prendado de
24
embargo nunca sentí que la lectura era una novela no es tu culpa. Así pasa con el
algo que yo buscara, algo que me com- amor que no practicamos porque no nos
plementara. Siempre vi la lectura como hemos abierto lo suficiente, porque otras
una forma de conocimiento, como una escafandras o armaduras nos lo impiden.
forma de ver el mundo desde la perspec- Además, si no has sentido la cosqui-
tiva de un autor que sólo buscaba ganar- lla de acercarte a una biblioteca no tienes
se la vida de manera honrada». No leer, por qué hacerlo. Recuerdo un libro entra-
querido X, Y o Z, es un derecho. Si no ñable, Cartas a un joven poeta, donde el
lo sabías, entérate. Del mismo modo que autor, Rainer María Rilke, le respondió a
no escuchar música, no ir a museos, no un joven que le preguntaba cómo saber si
contemplar las tardes más bonitas del año era o no un poeta. La respuesta fue que
o no seguir los ojos de una mujer o un se preguntara en la oscuridad y silencio
hombre que nos gustan. No leer, sobre de la noche si podría vivir sin la poesía, si
todo cuando leer no te hace feliz, es una siendo todo lo honesto de lo que era ca-
prerrogativa inmensa. paz, la respuesta era que sí, entonces no
Borges expresó que la literatura es una había más qué hacer. No todos tienen que
forma de felicidad, que por eso leía. El ser lectores. Como bien dices, de nada te
serviría un falso amor por la lectura. Yo estarías confundido porque te leo y doy
no soy deportista y aunque hacer ejerci- con un ser humano transparente al que
cio es excelente para vivir más y de mejor con gusto puedo guiar. Leer no debe ser
manera, me cuesta mucho adaptarme a una obligación, nunca. A menos que es-
esa costumbre. tés matriculado en una escuela y debas
De tal suerte que puedo rechazarte por cumplir ciertos requisitos. Como una me-
tu color en el rebaño, antes mejor, te con- dicina amarga, entonces, deberás pasarte
y letrados
fieso que no soy blanca ni negra. Debes algunos textos. Sin embargo noto que
saber que no me considero una pastora sabiendo escribir e imaginar estalla en tu
convencional. Admito, eso sí, que aplau- mente la chispa lectora. Sospecho que te
do a los borregos oscuros que por su pro- gustaría amar los libros porque te ha in-
pia voluntad se salen del rebaño. Eso lo trigado la forma en que hablo de ellos. No
aprendí de Fernando Vallejo, un escritor es gratuito, alguién más, hace mucho, me
nacido en Colombia. respondió como yo a ti en este instante.
Respecto a que los autores sólo buscan También me daba nombres, títulos. 25
una manera honesta de ganarse la vida, Busqué esos secretos como llamas.
claro que es así, pero también obedecen Tenía frío. El mundo estaba a oscuras.
a una necesidad de aislamiento, a la larga Pero la luz de aquellos volúmenes alum-
casi siempre comunicable. Hay gente que bró el fango con el que uno se topa cu-
habla mucho y sin parar, sus habilidades ando es joven.
comunicativas rebasan las de la media. Ánimo pues, también serenidad y aten-
Ellas y ellos son escritores porque nacie- ción porque mira, escribiéndote te leo.
ron así, porque leer los ha hecho felices,
porque sintieron que si un pez debe na-
dar, un poeta fundar versos. Ese es el más .
.
..
grande de los triunfos, conseguir ganarte
la vida haciendo lo que te gusta, disfru-
tándolo sin sentir el peso de las horas.
Creo que hemos hablado mucho por
hoy. Me resta pedirte que no sientas que
te equivocaste escribiéndome, que tal vez
fue un error bajar la guardia. Entonces sí
INVENTARIO
Eduardo de Gortari (Ciudad de México,1988) es autor del libro Singles //05/08//
(RDLPS, 2008). Es cofundador del colectivo Devrayativa. Ha colaborado para las
revistas Punto de Partida, Literal, Tierra Adentro, La línea del cosmonauta y el periódico
El Financiero. Poemas suyos aparecen en el libro colectivo Paraíso en llamas (Literal,
y letrados
y letrados
La revista (y)letrados está buscando colaboradores para
sus siguientes números e invita a las personas interesa-
das en la creación literaria y las artes visuales a enviar
textos o arte gráfico a la dirección de correo electrónico
yletrados@gmail.com
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