Está en la página 1de 27

yletra d ov

sist a li t eraria
re

Entrevista con
Luis Humberto
Crosthwaite
Colaboraciones de
Alma Karla Sandoval
Eduardo de Gortari
Marlén Gutiérrez
Luis Miguel Cruz
Tzuyuki Romero
ene
ro- m
arzo 1
del núm
201
1 año1
Directorio

Consejo editorial

Bryan Klett
CONTENIDO
Enrique Padilla
Reyes Isven
Marco Antonio Larios Quirino

Carta Editorial 3
Diseño

Bryan Klett
Dos poemas 4 Eduardo de Gortari
Contacto y correspondencia

Honorio Rodriguez #17, int. 1 Semblanza: Bebay 7 (y)letrados


C.P. 91020, Col. Ferrer Guardia
Xalapa, Veracruz, México.
Gonzáles Milán
yletrados@gmail.com

Agradecimientos Dos poemas 8 Marlén Gutiérrez

Sughey Rosales
José Manuel López Rocha
Claudia Domínguez Mejía Ave de paraiso 9 Tzuyuki Romero

"Todas las fotografías y collage,


incluída la portada, pertenecen Entrevista con Luis Humberto 13 (y)letrados
a Bebay Gonzales Milán. Las imá- Crosthwaite
genes del escritor Luis Humberto
Crosthwaite fueron conseguidas
en internet y su crédito está expre-
samente dado en los casos en que Aparta de mí este caliz 17 Luis Humberto
fue posible; las portadas de sus li-
bros son, en orden de aparición y (fragmentos) Crosthwaite
de izquierda a derecha, Aparta de
mí este caliz (Tusquets, 2009), Out
of their minds (Consortium Book
Sales & Dist, 2009), Instrucciones Poema 21 Luis Miguel Cruz
para cruzar la frontera (Joaquín Mor-
tiz, 2002), El gran pretender (Fondo
Editorial Tierra Adentro, 1990),
Idos de la mente: la increíble y (a ve- Carta a un joven que no lee 22 Alma Karla Sandoval
ces) triste historia de Ramón y Corne-
lio (Joaquín Mortiz, 2001), Estrella
de la calle sexta (Tusquets Editores,
2000), Marcela y el rey al fin juntos Inventario 26
(Joan Boldó i Climent Editores,
1988)".
CARTA EDITORIAL

Puede que haya empezado esta carta tantas veces que una

y letrados
exageración aquí ya no lo sería tanto, y he pensado que quizá
confesarlo en el primer párrafo me ayude a sortear el pro-
blema. Y aquí estamos, presentado finalmente el resultado de
un esfuerzo —atentos a la exageración— mil veces mayor que
este. Hemos dedicado reuniones enteras a discusiones tan ele-
mentales como si ésta debe ser una publicación electrónica o
impresa, cuál será su periodicidad, cuál nuestro público lec-
tor, y a partir de éste, los parámetros de selección. El proceso
también ha estado plagado de gestión: conseguir apoyo para
3
un proyecto nacido entre estudiantes de Letras, cuando los
antecedentes de este tipo de ambiciones son tan abrumadora-
mente negativos y todos sugieren inconstancia y una muerte
(muy) prematura, no es para pasarse por alto.
Por tantos motivos, entre otros, es que en el Consejo deci-
dimos tomarnos todo el tiempo necesario para que, llegado
el momento de ver el primer número en una pantalla ajena,
todo marche por sí solo. No podemos prometer (no nos atre-
vemos) que tú, inflexible lector, encontrarás en estas páginas
un trabajo acabado, inmejorable (tenemos mucho que apren-
der sobre la conciencia literaria y las artes ocultas en la caja de
texto); pero por lo mismo es que es importante que pasees
con atención por nuestra casa y que vuelvas, estamos seguros
de que nuestras habilidades y trabajo (¡oh, la nobleza!) irán de
menor a mayor.
EDUARDO DE GORTARI

DOS POEMAS
y letrados

STAR FOX
Tenía 12 años y 2 en el hospital

4 El cuarto tenía una ventana
por donde sólo entraba el cielo
En todas partes el cielo es el mismo
y un pedacito es todo el cielo
decía su padre porque lo leyó en
[algún lado
Él veía todas las estrellas por su ventana
y pensaba que era mejor navegar
[entre ellas
como Fox McCloud desarmando planetas
cimbrando su universo de 64 bits
Tenía 12 y un catéter donde se deslizaba la tarde

y letrados
además de un libro de astronomía
que su madre le trajo
Ahí supo el nombre de la única constelación
que cabía en su ventana mas no le importaba
porque esa constelación era todas las constelaciones
Cuando pasaba un avión en la noche
juraba que era el comando de Star Fox
liberando a la Tierra del Hombre 5
y le decía a sus papás que le hubiera gustado ser cosmonauta

Sentía lástima cuando sus amigos lo visitaban


porque ellos no tenían naves espaciales
para andar por el mundo

Tenía 12 años y odiaba ser bueno en matemáticas


porque podía calcular cuántos años le quedaban
Entonces prendía la tele y transformaba el universo
desde los ojos de Fox McCloud
en la nave de Fox McCloud
Su padre le dijo alguna vez que ya no jugara tanto
que eso no era real
y él le contestó desde su cama
Si todo el cielo cabe en la ventana
en la pantalla del televisor cabe todo el universo
y ése sí puedo controlarlo
PERMANENCIA VOLUNTARIA
y letrados

L as cosas se hicieron para perderse


Las llaves la cartera las fotos los amores
se extravían al menor descuido
Su oficio es desaparecer
y un desapego irremediable las llama
a no fijarse en ningún sitio
No tienen dueño Son huéspedes
6 [si acaso
Y aunque una extraña pertenencia
te lleve a pensar que hay un pacto
que dicta para siempre
todas ellas en algún momento
[ejercen impunes
su derecho de permanencia voluntaria

Declaramos nuestro interés por la


interdiciplinariedad en las artes: En
este caso, nuestra artista gráfica in-
vitada, Bebay Gonzáles, ofrece una
muestra del ejercicio con la lectura
de "Permanencia Voluntaria".
Bebay
González Milán

y letrados
Bebay G. González Millán na-
ció en Toluca, Edo. de México en
1991. Ha expuesto su obra en la
uabcs y en la Alianza Francesa de
Baja California Sur. Actualmen-
te estudia Diseño Industrial en la
uam. 7
Ella nos dice que comenzó sin
afán de ser una profesional, por
simple afición hasta que se vol-
vió en un gusto pasional. «Tan así
que la fotografía se convierte en
el advenimiento de mí como otra se ve", "Ave de paraiso", "Sunset
cosa». on a sofa", "Tomato girl", "Silueta
En orden de aparición, los títu- de un pájaro", "Mex-mex" y "Co-
los del arte gráfico en este núme- siendo libertad".
ro son: “Pensé chueco” (portada), (y)letrados estará invitando a
"Bocapuerto", “What I miss most un artista distinto para adornar
about him”, "Permanencia volun- cada nuevo ejemplar que el tiem-
taria", "Multifasética", "Lo que no po nos permita publicar.
MARLÉN GUTIÉRREZ

DOS POEMAS
Estos son mis dos pies, mi error de nacimiento
Olga Orozco

U

n pie sigue al otro arrastrando su sombra,
pies que no abandonan la búsqueda primigenia
y letrados

y ahora la trazan en el asfalto.


Son los pies que resbalan
y quisieran descalzos anclarse como árboles,
pero hay callejones laberínticos,
cuatrocientos escalones y luego nada.
Son los pies diseñados
en la inversa proporción de la lejanía y lo cercano,
8 porque no se puede tener todo,
porque un paso más y se cruza la frontera.

Un pie sigue al otro


y ninguno conoce el camino.

.
.
..
T
ardé tres días trazando tu espalda
que se me revela cada tercera noche como un cuadro sepia
como estampa de templo antiguo
y tres veces deshice mi memoria
porque supe que había besado tus manos,
tu frente,
tu pecho,
y después de tres lunas
–mi vientre tibio y mis ojos deslunados–
era hora de besar tu espalda.
TZUYUKI ROMERO

AVE DE PARAÍSO

y letrados
Vi su tarjeta en el librero del estudio: Susana Daturi, L´arte
dei fiori, una flor en el extremo, la dirección. La observé
por un rato y la dejé en donde estaba. Seguí jugando
solitario en la computadora mientras escuchaba el ruido
proveniente del televisor de Julia.
Esa tarde mamá, o mejor dicho Julia, como le digo,
me mandó a comprar su medicina. Salí de casa y caminé
rumbo a la farmacia. Tryptanol msd, solicité a la depen- 9
diente que anticipándose, me había reconocido, tenía ya
en las manos la caja de tabletas. Ojalá no piense que los
antidepresivos son para mí, pensé. Volví a casa. Al entrar,
me extrañó que en la sala hubiera un arreglo de flores tan
grande que casi no cabía en la mesa de centro. Aromá-
tico y variado, mezcla de rosas color melón, casablancas
y aves del paraíso. Pensé que una vez que lo viera Julia
seguramente diría que tantos colores y aromas no podían
estar juntos, simplemente no combinaban.
Cuando subí, lloraba de alegría en la recámara. «¿Tra-
jiste la medicina?», dijo mientras secaba sus lágrimas con
un kleenex. Se acercó al tocador, acomodó uno de los
mechones de su cabello cobrizo y sonriendo levemente
me preguntó: «¿Viste el arreglo?»«
Esa sonrisa se quedó fija en su rostro por dos semanas,
pues Julia disfrutó las aves del paraíso que en su jardín
hacía bastante tiempo se habían esfumado, pero que en
el arreglo se erguían como dos modelos
anoréxicas y orgullosas.
Por esas fechas, no fui a la farmacia.
La casa estuvo silenciosa. No sólo en
apariencia, como cuando se alcanzan
a oír detrás de la puerta de Julia los
sollozos confundidos con el sonido
y letrados

del televisor. No oí que regañara a la


cocinera, tampoco me gritó y no soltó
un sólo reclamo contra mi padre. Es
más, en esos días Julia se dejó ver más
seguido paseando por la sala y por la
cocina, vestida con su acostumbrada
ropa oscura y calzada con las odiosas
10 pantuflas de peluche gris cuyo roce en
la loseta no me molestó entonces tanto.
Daba unos pasos y veía el arreglo,
ladeando la cabeza. Arrastraba los pies Bebay González repite el
y se detenía, lo seguía mirando. Así experimento con el cuento
hasta que quedaba parada frente a él de "Ave de Paraíso".
y estiraba el brazo para que su mano
tocara levemente el copete de las aves de Julia. Cerré la libreta con rapidez y fui
del paraíso y suspiraba. a su habitación para ver qué ocurría. So-
Llegó el día del chequeo de Julia. bre las piernas de mi madre reposaba un
Cuando el camión de la basura se llevó diseño floral hecho con tulipanes rosas.
las flores, volvió al encierro y al volumen Papá se aflojaba la corbata en el vestidor
alto del televisor. Fastidiado, regresé a y sonreía orgulloso ante el espejo. Ella
la farmacia a traer su pedido. me miraba como diciendo «Ve esto».
Un jueves mi padre apareció en casa Tomé el arreglo y lo puse sobre el toca-
a eso de las diez de la noche. Yo estaba dor. Me hizo leer la tarjeta escrita en un
en mi cuarto leyendo los apuntes de quí- trozo de papel amarillo: Julia, que estas
mica y sólo alcancé a escuchar el llanto flores te sigan trayendo luz. Germán.
«Te luciste», le dije a papá dándole que se secan rápido. Se esfuman», me
una palmada y ella agregó: «Es nuestro contó alguna vez.
aniversario». Volteé y torcí la boca en Salí del local con un ramo de gerberas
un remedo de sonrisa. de centro negro que Susana me recomen-
El sábado Julia se fue con su hermana dó y que yo acepté enseguida, incitado
a la casa de Valle. Papá y yo terminá- por su sonrisa cómoda y por la tela del
bamos de desayunar y le dije que quería pantalón blanco ceñido a sus caderas.

y letrados
comprarle unas flores a Mónica, mi no- Mónica quedó fascinada con las flores y
via. Me habló de la floristería que había yo agradecí que Susana hubiera aparecido.
descubierto sobre el boulevard, casi lle- «Es italiana», comentó como quien no
gando a Sanborns. Cuando terminó su quiere la cosa mi padre la noche siguiente
omelet, buscó en su billetera y al levan- cuando yo leía en el estudio.
tarse me dio la tarjeta que yo había visto. –¿Qué tal te fue con Mónica?
«No las pidas por teléfono. La atención –Muy bien, no sabes el poder de
es personalizada», me guiñó el ojo y fue unas flores. 11
rumbo a la cochera. –Cómo no voy a saber –alardeó mi
Susana resultó tener una sonrisa de padre.
esas que hacen falta, que se pega a Papá salió a la mañana siguiente. Iría
quien la ve. Es la cincuentona más sim- a Guadalajara unos cinco días por asun-
pática que haya conocido. Muy segura tos de la fábrica. Julia no tuvo flores.
de sí, meneaba su cabellera pelirroja al Al volver, estuvo ocupado con la li-
ritmo de las palabras. Me tuvo pacien- quidación de diez obreros y todas las
cia pues de flores no sé mucho. Así me cuestiones legales. Lo noté irritado,
presentó a las orquídeas africanas, a la pensativo.
tiger lily, a las gerberas anaranjadas y Regresó a la casa el silencio roto por
lilas y a su favorita: la strelitzia reginae, el ruido del televisor y el llanto de Julia.
mejor conocida como ave del paraíso. Me decidí a ir yo mismo por algún
En ese momento, recordé que antes de ramo. Pensé que Susana podría reco-
su depresión Julia tuvo un jardín que mendarme alguna flor inhibidora de
cuidaba con mucho tiento. A diario se angustia. Pasé primero a la farmacia,
daba a la tarea de platicar con las aves compré las pastillas. Me encaminé a la
del paraíso. «Hay que consentirlas por- florería. Llegué esperando encontrar
una sonrisa cómoda pero en su lugar, –¿A dónde se va a ir? –balbucí.
una chica morena y de hombros caí- –Uy, joven, no sé, es que la señora
dos quiso atenderme: «¿Desea algo?». tuvo problemas con un señor que le
No contesté pues estaba observando compraba aves de paraíso…
los canastos, las flores, los jarrones, los Me quedé callado. Seguro ya no
centros de mesa. habría flores para mamá. Vino a mi
–¿Y la señora? –pregunté. mente su eterno llanto, su mirada per-
Sonriendo, la empleada me dijo que dida, el sonido de sus pies arrastrando
y letrados

doña Susana ya no iba mucho por ahí, las pantuflas grises, el ruido del televi-
que andaba apurada pues se estaba sor, los gritos...
cambiando. Caminé hacia la entrada sin darle la
–¿Busca usted algo en especial? espalda a la chica de hombros caídos.
La ando buscando a ella, no me Metí la mano en la bolsa de mi sudadera y
atreví a decir. oprimí entre los dedos la caja de pastillas.

12 .
.
..
Fotografía para La Jornada por Maria Luisa Severiano

y letrados
entrevista con
Luis Humberto
Crosthwaite 13

Colaborador de distintas publicaciones latinoamericanas


y antologado en numerosas ocasiones, posee una larga
carrera en las letras mexicanas siendo partícipe exitoso de
múltiples proyectos y concursos. Su obra cuenta con once
libros en circulación. El penúltimo, Aparta de mí este cáliz
(Tusquets Editores), vió la luz en 2009, constatando la ma-
durez narrativa que lo propone como uno de los escritores
más relevantes de hoy en México. Recientemente aparecie-
ron la reedición de Idos de la mente (2001) y su último esfuer-
zo en novela, Tijuana: crimen y olvido, ambas con Tusquets.
En Aparta de mí este cáliz, tienes como personaje a un
Jesucristo particularmente terrenal; un Jesucristo que siente
miedo, que se aburre, pero que sobre todo ama. En este sen-
tido, ¿podrías comentarnos sobre tu idea del amor en relación
con la novela?

Es un tema que me interesa revisitar, sin importar sobre lo que


y letrados

estoy escribiendo. Me enfoco en el amor y desamor; en la relación


de pareja, su evolución e involución. Siempre me ha parecido que
por un acostón el hombre es capaz de cometer las más grandes
tonterías. Entre hombres y mujeres existe un factor amor/odio
que me gusta explorar. La torpeza del hombre en asuntos del
amor es evidente en este y otros libros que he escrito.

¿Por qué la apropiación del ícono de Jesucristo para tu obra?


14
La figura divina, Dios, aparece de distintas formas en mucho de
lo que he escrito. En Idos de la mente, se trata de un dios nor-
teño, que le gusta escribir canciones. En mi cuento, Dios quiere
a Santana, el músico tiene el número directo para hablar con Dios
cuando le plazca. Los evangelios contienen tanta riqueza simbó-
lica y anecdótica que no puedo vencer la tentación de tomar
elementos y desarrollarlos en lo que escribo. Es mi forma de
abordar la religión desde un punto de vista menos espiritual y
más narrativo.

El año pasado asististe como invitado a una mesa redonda


donde el tema era la «literatura de frontera», pero, fuera de
su validez para la crítica literaria, ¿crees que exista o deba
existir dicho término? De ser así, ¿cómo la definirías? ¿qué la
separa del resto?
«Literatura en la frontera»
es un término exclusivamente
para la crítica y poco aporta
menoscabo de la trama, que sigue siendo
a la creación literaria, por eso para mí el elemento principal de la histo-
no me ocupo de ello. ria. Por mucho experimentar, procuro no
alejarme del fin esencial de la narrativa,
que es contar una historia.
«Literatura en la frontera» es un término
exclusivamente para la crítica y poco
Definir una época «contemporánea»
aporta a la creación literaria, por eso no

y letrados
resulta una tarea difícil, pero por lo mis-
me ocupo de ello. En cuanto a concepto,
mo ¿qué opinas acerca de la narrativa
no creo que se distinga tanto de otros in-
gestada en tu generación, y qué sobre
ventos como podrían ser «Literatura del
la narrativa joven, en comparación?
Golfo de México» o una «Literatura de la
¿Crees que existen pautas entre ambas,
frontera sur». Es más, desde la crítica mis-
ya sean de encuentro o de choque?
ma me parece muy intrascendental. Los
temas o ambientes comunes no son tan
Siempre habrá choques intergeneracio-
frecuentes entre los escritores de la fron- 15
nales, parece natural o hasta genético.
tera o del norte de México. Los vínculos
Los jóvenes quieren romper con lo que
que encuentran los analistas suelen ser
arrastran sus antecesores. Incluso los mis-
muy forzados y típicamente derivan del
mos narradores jóvenes de hoy tendrán
sobreanálisis.
que enfrentarse al rechazo o admiración
de los que siguen. Los vínculos entre una
Una de las etiquetas que se te han otor-
generación y otra siempre estarán ahí.
gado comúnmente es la de un «escritor
Yo, por ejemplo, me siento muy cercano
experimental», ¿qué opinas al respecto?
a José Agustín, y él a su vez a Juan José
Arreola y Philip K. Dick.
No sabía que se me llamaran así; pero
me agrada. Para mí la experimentación
es básica en mucho de lo que escribo. Por ahí me han dicho que soy
Siempre estoy probando formas y to-
nos distintos para matizar mis historias. más melómano que escritor,
En Instrucciones para cruzar la frontera, yo le agregaría que también
quise que cada cuento tuviera su propia
personalidad, y trato de hacer esto sin soy más cinéfilo que escritor.
A lo largo de tu obra aparecen referen- Por último, háblanos sobre tu expe-
cias, principalmente de música y de cine, riencia en los procesos de corrección y
¿cuál es tu relación con otras artes? publicación.

No tanto con las artes en general como Yo estoy de acuerdo con Alfonso Reyes
con la música y el cine en particular. Por que decía que si no se publica lo que es-
ahí me han dicho que soy más melómano cribes te pasarías la vida reescribiéndolo.
que escritor, yo le agregaría que también Finalmente publico un libro no porque
soy más cinéfilo que escritor. En mi vida considero que está terminado sino por-
y letrados

abunda la música y el cine; por eso, el que siento que ya debo ponerle fin a mi
punto de contacto con lo que escribo. La trabajo de corrección. Leo, releo y vuelvo
misma forma fragmentaria que me resul- a leer lo que escribo, soy un perfeccio-
ta natural para escribir proviene de haber nista (lo cual siempre me ha parecido un
aprendido a hacer historias en la forma defecto). Pero disfruto mucho el armado
que lo hace el cine. Así como el cine no de mis libros, cuando ya todo está escrito
se filma en el mismo orden secuencial en y empiezo a considerar si esta parte va
que nosotros vemos el resultado final, así mejor aquí o allá. No me gusta empezar
16
mismo trabajo por escenas aisladas que desde cero.
luego junto como se edita una película. La página en blanco siempre ha sido
muy cruel conmigo. Me desagrada empe-
zar un proyecto nuevo, pero ya que
Foto de la agencia El Universal

arranco me encamino con tropiezos hasta


el final. Como prefiero el cuento a la
novela, parto de un cuento que luego
expando, matizo y ayudo a evolucionar.
Me gusta generar personajes y darles vida,
incluso fuera de la historia. De repente me
verás buscando imágenes en Google hasta
encontrar el rostro que más se acerque a la
idea que tengo de un personaje. Asimismo
busco fotos de su casa y los lugares donde
trabaja o estudia. Ese juego me parece un
buen punto de partida, y lo hago cada vez
con más frecuencia.
.
.
..
y letrados
fragmentos
Aparta de mí
este cáliz 17

Publicada en enero del 2009 por Tusquets Editores en su Co-


lección Andanzas, la novela Aparta de mí este cáliz rompe con
seis años en silencio del escritor tijuanense. Un libro cierta-
mente amable y sobrado en visión. Dentro de sus rasgos prin-
cipales se observan la mirada cinematográfica y algunos usos
poco usuales de la escritura para un efecto estético, por ejem-
plo el itinerario.
Agradecemos a Luis Humberto Crosthwaite por permitir-
nos compartir algunos fragmentos de la novela, recalcando
su propiedad de Tusquets Editores.
Soñé que era Jesucristo y la besaba a usted.
Soñé que era Jesucristo y la besaba
apasionadamente.
Besos mesiánicos, salvadores; besos en
sus manos y sus pies.
Soñé que era Jesucristo y buscaba sus
labios para besarla una vez tras otra.
y letrados

Soñé que caminaba sobre el agua,


que tenía seguidores, que los romanos
se impacientaban conmigo, que multi-
plicaba el pan, que me dejaba crecer el
cabello, que me paraba encima de un
monte y contaba parábolas y sonreía y
me enojaba.
18 Y lo hacía todo por usted.
Tenía prisa de acabar con la misión que
sentado en el borde de un muro, luego
me habían encomendado. Todas esas res-
me caía. Abajo, abajo, abajo.
ponsabilidades me alejaban de su bendita
El sueño no empezaba cuando estaba
presencia.
sentado, no. El muro sólo era una suposi-
Me sentía recién casado en ese sueño.
ción, algo que materializaba la caída, algo
Le hablaba por teléfono cada hora, anhe-
que le daba una base lógica. El sueño, en
laba un futuro repleto de hijos y nietos, lo
sí, arrancaba cuando ya estaba cayendo.
imaginaba colmado de delicias.
Abajo, abajo abajo.
Era un Cristo enamorado, un Cristo feliz.
Tampoco tenía un final. Es decir, nunca

� .� me estrellaba con algo duro, con el suelo,


con un piso o una calle; nunca moría he-
cho pedazos en el asfalto o ahogado en
Antes sólo tenía un sueño recurrente.
el fondo de un pozo. Simplemente caía.
Uno solo que se repetía, que era imposi-
El sueño era la caída. Era un casi sueño,
ble quitar.
parcial pesadilla, sin historia.
Un momento estaba parado, más bien
No me gustan los sueños sin historia. yo, yo, el mismo; a la vez, salvador de
No me gustan, para nada. Hubiera pre- los hombres, con ideas innovadoras,
ferido otro. Un sueño con una trama más constructivas. Mi meta era rescatar a la
evidente, menos fragmentaria. En reali- humanidad de sus pecados, claro; pero
dad nunca he tenido de dónde escoger. los medios diferían. Por ejemplo, tenía
Sólo un sueño, eso es todo. Ningún otro. problemas con la crucifixión, me parecía
Me acordaría. sumamente grotesca, además de doloro-

y letrados
sa. Pensaba que era un asunto superable,
� .� que se podía reemplazar con algún otro
acto menos (cómo decirlo) ¿complicado?
En resumen: soñé que era Jesucristo en Creía que podía alcanzar la misma meta
sus tres últimos años. Mi sueño era como sin tanto melodrama, alterando ligera-
esas películas de Jesucristo, pero distinto. mente los hechos.
Era un Cristo más terrenal: bebía, fumaba, La crucifixión era desagradable. Me
moría por usted; pero también era mesiá- decía: «Acepto esta cruz, pero tendrá que 19
nico, con ideales, con sentido de justicia y haber cambios».
de igualdad. Nada que ver conmigo y a la
vez todo lo que era yo.
Usted estaba en ese sueño, era una
� .�
presencia importante, omnipresente. Era Besarla, de eso se trata. Poner mis labios
mi motivación, la razón por la que había junto a los suyos, ya sabe, presionar y
emprendido la misión de salvar a los hom- moverlos por veredas húmedas de saliva.
bres. Era la luz y la sombra de mi sueño, Besar sin mayores pretensiones ni
mi más grande dulzura y vanidad. Si me objetivos.
peinaba era por agradarle, si me sentía Besar por el besar mismo; pero hacer-
fuerte era para que usted estuviera orgu- lo, eso sí, profundamente.
llosa de mí. Mis pasos eran sus pasos, lo Besar hasta el cansancio.
mío era suyo: acciones, palabras, adema- Besar con lengua y boca entera de
nes y gestos. largo y ancho.
Usted era mi diario, mi ego, el oído y la Besar hasta que no queden líquidos
mirada en el desierto. entre nosotros, hasta que me diga usted
Yo mismo era distinto; es decir, yo, que ya.
Sólo si me lo pide le daré un breve des- En privado: besarla a usted sin mie-
canso (muy breve) y luego besar, besar do, con gusto, en silencio y haciendo
nuevamente. Con ímpetu. mucho ruido.
Besos arrolladores, de esos que dan de El caso es besar.
qué hablar y hacen que las personas se Besarla a usted.
detengan a mirarnos en la calle.
Besar como en las canciones román- � .�
y letrados

ticas: como si fuera la última vez.


Con mordidas dolorosas y dulces. Querido Lázaro: Me obsesiona la ver-
Hasta que los transeúntes digan basta. dad. ¿Cómo ser justo si la verdad se
Hasta los límites de la moralidad y unos desconoce?
pasos más adelante. Eso pensaba en tu funeral. No era mi
Besar con tanta indecencia que parez- plan que resucitaras, ni siquiera sabía
ca un acto ilegal, criminal, primordial. que podías hacerlo. Se me ocurrió en ese
Lo haremos delante de niños y niñas momento. Dije: «Lázaro, tú que estás
20
que sonreirán entusiasmados. muerto, seguro sabes cuál es la verdad».
Lo haremos delante de adultos y Pero tú no hacías más que estar bien
adultas que nos odiarán por la repentina muerto y bien solo en el ataúd.
envidia. –¿Con quién habla, rabí? –me pre-
Lo haremos delante de perros que guntó tu hermana Marta.
ladrarán toda la noche. –Con Lázaro, ¿con quién más?
Lo haremos delante de gatos que Y por no verme ridículo, dije en voz
maullarán enloquecidos. alta: «Lázaro, ¿me escuchas?».
Lo haremos en las bancas de los par- Abriste los ojos. Y para todos fue obvio
ques y en las paradas de los camiones. que no estabas de buen humor.
Lo haremos a la vista pública pero lo
haremos también en privado. .
.
..
LUIS MIGUEL CRUZ

y letrados
POEMA
21

A
hora sabemos que amamos a gigantes
y estos gigantes ya no están
están en otro reino
pisando fuerte con sus pasos

con sus virtudes medimos a los nuestros


y los nuestros
nos queman y nos arden
más que aquellos gigantes que se fueron
así incendian cualquier resto
que pudiera haber quedado
ALMA KARLA SANDOVAL

CARTA A UN JOVEN QUE NO LEE


Querido X ,W o Y:

¿Por qué la molestia de acomodarme frente a la computadora y es-


y letrados

capar del sábado con sus perfumes alegres, del libro que quiero? Es
simple, porque has enviado un mensaje. Ante las oraciones que en-
vías, apasionadas y sinceras, con buen retoque, debo soltar los dedos
y como tú, confesarme. Lo hago en este blog con dedicatorias para
los textos y los seres sensibles.
«...ni siquiera conozco un buen sinónimo para la palabra rebuscada.
Esto debido a un temor adquirido años atrás alimentado por la flojera
y por una sociedad que le hace más caso al televisor que a un maestro
22
inconforme. El mismo temor que me ha hecho sentir más miedo de
un papel impreso con más de 1 000 caracteres dentro de él», escribes.
Repaso estas líneas y no sé si sonreír o apretar la quijada.
Lo que sí puedo decirte, correspondiendo a tu franqueza, es que no
te culpo por temer. Todo aquello insondable y por ende oscurísimo,
da miedo. Será porque hay algo inmemorial en los seres humanos que
intuye el torrente de luz blanca cuando no hay más negros y sólo resta
conocer, apropiar, acercarnos a lo lejano. Leer es llegar y aunque las
orillas han sido siempre todo para el hombre, la idea de final asociada a
la de cambio nos altera. Lo siguiente, por supuesto, es el arribo y dejar
de temer ante papeles impresos con sus millones de caracteres. Las le-
tras no son monstruosas, o tal vez sí (pienso en leviatanes serenos, en
sirenas, en dragones furiosos), pero al mismo tiempo parecen pulsares,
eclipses, paraísos y cielos; batallas y paz; presente y futuro con máqui-
nas de otras eras cuyo pasado nos alude.
Ah, también hablas del televisor, del caso que todos le hacen y la
indiferencia hacia a un maestro inconforme. Ahora sí sonrío. Gracias
a la caja idiota y a esos docentes preocu-
pados por tu miedo, a los que han pasado
años o bien una vida entera esperando
tus palabras, ahora tengo la oportunidad
de responderte. Soy muy afortunada,
mira el porqué:
«El mismo (aquel miedo) que hoy me

y letrados
hizo dar cuenta que una parte de mí que
creía vacía por la sed de un juego de video
o por la incertidumbre en los ojos de una
mujer. Sólo necesitaba la cálida imagina-
ción que un libro puede dar». Ante esta da del otro hasta que creemos hallar nada.
frase que agregas me pregunto cómo es El amor no puede ser tan divino como el
que un juego de video puede vaciar el perdón precisamente por la incertidumbre
alma. Será, quizá, por la repetición de los que conlleva. Por eso cuando dices que 23
patrones narrativos cuya reiteración abu- sólo necesitabas la cálida imaginación de
rre, o por la violencia con luces glaciales un libro, comprendo a fondo. Hay relatos
de un acto que concluye sin esperanza. terapéuticos porque es el hablar lo que
Cuando apagamos el juego sólo queda la cura. Cuando alguien lee escucha, pero
adicción, hija de falsas promesas de su- misteriosamente también habla consigo
perar un puntaje, de ver algo, la victoria, al final, cuando la respuesta se torna ur-
que virtualmente no nos es concedida. gente. Algo así como lo que hiciste tú es-
Esto sí puede dar miedo, más que las pá- cribiendo ese largo y sentido mail porque
ginas de un libro cuyas grietas también primero leíste mi mensaje en el aula.
pueden ser peligrosas, pero que obturan, La imaginación, cierto, no es fría. Pero
tarde o temprano, la herida primordial de a veces quema. En la mayoría de las oca-
todos nosotros: nuestro insaciable deseo siones acompaña y nos vuelve más inde-
de encontrar significado. pendientes, más seguros de todo cuanto
Sobre la incertidumbre en los ojos de nace de nosotros y no pueden arrancar-
una mujer y el vacío al que te han llevado, nos. El idioma es así. Nos pueden quitar
poco puedo y debo decir. Primero que está el mundo, hasta podrían cortarnos la len-
bien sentirse muy colmado en la búsque- gua, pero seguiríamos comunicándonos
de alguna forma. También imaginando
otros mundos para guarecernos de las
tormentas de la realidad, del doloroso he-
chizo de tener sólo una vida y ser testigos
de violencias, crímenes de lesa humani-
dad; de ver cómo los culpables salen li-
bres o de los mil y un fraudes con que los placer, antes que la obligación, es lo que
y letrados

malos ganan. La imaginación como fuga nos convierte en lectores más allá si lee-
es un sendero consolador. Para muchas mos para conocer y así ser más podero-
y muchos autores fue el único camino, la sos, cultos o interesantes. Uno lee porque
madera bendita en los naufragios. le da la gana y le da la gana porque goza
«Pero yo no leo, y sé que estas pala- haciéndolo, porque la televisión, la com-
bras impresionantes en los oídos de un putadora y la gente pueden esperar un
maestro puede crear el estereotipo de poco antes de soltar un libro. Si no has
una mala semilla, de una oveja negra. Sin tenido la fortuna de quedar prendado de
24
embargo nunca sentí que la lectura era una novela no es tu culpa. Así pasa con el
algo que yo buscara, algo que me com- amor que no practicamos porque no nos
plementara. Siempre vi la lectura como hemos abierto lo suficiente, porque otras
una forma de conocimiento, como una escafandras o armaduras nos lo impiden.
forma de ver el mundo desde la perspec- Además, si no has sentido la cosqui-
tiva de un autor que sólo buscaba ganar- lla de acercarte a una biblioteca no tienes
se la vida de manera honrada». No leer, por qué hacerlo. Recuerdo un libro entra-
querido X, Y o Z, es un derecho. Si no ñable, Cartas a un joven poeta, donde el
lo sabías, entérate. Del mismo modo que autor, Rainer María Rilke, le respondió a
no escuchar música, no ir a museos, no un joven que le preguntaba cómo saber si
contemplar las tardes más bonitas del año era o no un poeta. La respuesta fue que
o no seguir los ojos de una mujer o un se preguntara en la oscuridad y silencio
hombre que nos gustan. No leer, sobre de la noche si podría vivir sin la poesía, si
todo cuando leer no te hace feliz, es una siendo todo lo honesto de lo que era ca-
prerrogativa inmensa. paz, la respuesta era que sí, entonces no
Borges expresó que la literatura es una había más qué hacer. No todos tienen que
forma de felicidad, que por eso leía. El ser lectores. Como bien dices, de nada te
serviría un falso amor por la lectura. Yo estarías confundido porque te leo y doy
no soy deportista y aunque hacer ejerci- con un ser humano transparente al que
cio es excelente para vivir más y de mejor con gusto puedo guiar. Leer no debe ser
manera, me cuesta mucho adaptarme a una obligación, nunca. A menos que es-
esa costumbre. tés matriculado en una escuela y debas
De tal suerte que puedo rechazarte por cumplir ciertos requisitos. Como una me-
tu color en el rebaño, antes mejor, te con- dicina amarga, entonces, deberás pasarte

y letrados
fieso que no soy blanca ni negra. Debes algunos textos. Sin embargo noto que
saber que no me considero una pastora sabiendo escribir e imaginar estalla en tu
convencional. Admito, eso sí, que aplau- mente la chispa lectora. Sospecho que te
do a los borregos oscuros que por su pro- gustaría amar los libros porque te ha in-
pia voluntad se salen del rebaño. Eso lo trigado la forma en que hablo de ellos. No
aprendí de Fernando Vallejo, un escritor es gratuito, alguién más, hace mucho, me
nacido en Colombia. respondió como yo a ti en este instante.
Respecto a que los autores sólo buscan También me daba nombres, títulos. 25
una manera honesta de ganarse la vida, Busqué esos secretos como llamas.
claro que es así, pero también obedecen Tenía frío. El mundo estaba a oscuras.
a una necesidad de aislamiento, a la larga Pero la luz de aquellos volúmenes alum-
casi siempre comunicable. Hay gente que bró el fango con el que uno se topa cu-
habla mucho y sin parar, sus habilidades ando es joven.
comunicativas rebasan las de la media. Ánimo pues, también serenidad y aten-
Ellas y ellos son escritores porque nacie- ción porque mira, escribiéndote te leo.
ron así, porque leer los ha hecho felices,
porque sintieron que si un pez debe na-
dar, un poeta fundar versos. Ese es el más .
.
..
grande de los triunfos, conseguir ganarte
la vida haciendo lo que te gusta, disfru-
tándolo sin sentir el peso de las horas.
Creo que hemos hablado mucho por
hoy. Me resta pedirte que no sientas que
te equivocaste escribiéndome, que tal vez
fue un error bajar la guardia. Entonces sí
INVENTARIO
Eduardo de Gortari (Ciudad de México,1988) es autor del libro Singles //05/08//
(RDLPS, 2008). Es cofundador del colectivo Devrayativa. Ha colaborado para las
revistas Punto de Partida, Literal, Tierra Adentro, La línea del cosmonauta y el periódico
El Financiero. Poemas suyos aparecen en el libro colectivo Paraíso en llamas (Literal,
y letrados

2008) y la antología Divino Tesoro (Libros de la Meseta, 2008). Marlén Gutiérrez


(Papantla, Ver., 1989) es estudiante de Lengua y Literatura Hispánicas en la Uni-
versidad Veracruzana. En 2009 ganó los Juegos Florales Juveniles de su lugar natal
y participó en el Curso de Creación Literaria para jóvenes impartido por la Funda-
ción para las Letras Mexicanas en colaboración con la UV. Postea ocasionalmente
en www.subjuntivismos.blogspot.com. Tzuyuki Romero (Puebla, 1979) ha cur-
26 sado diversos talleres de creación literaria con escritores como Guillermo Sampe-
rio y Orlando Ortiz. Comunicóloga egresada de la Benemérita Universidad Autó-
noma de Puebla y becaria del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Tlaxcala
en sus convocatorias 2003 y 2008, es autora de los libros de narraciones Mientras
te perdías en la distancia (2003) y El llanto de la mujer sin ojos. Luis Miguel Cruz
(Xalapa, 1977) es estudiante de Lengua y Literatura Hispánicas en la Universidad
Veracruzana. Alma Karla Sandoval (Zacatepec, México, 1975) es egresada de la
Escuela de Periodismo Carlos Septién García y de la Escuela de Escritores de la So-
gem. Especialista en Enseñanza del Español como Lengua Extranjera por la Uni-
versidad Complutense de Madrid y Maestra en Literatura Latinoamericana por la
Universidad Javeriana de Bogotá, Colombia. Ha publicado los libros Corredor de las
antorchas, Todo es edad y Estacionamiento de avestruces. Su obra poética forma par-
te de diversas antologías. Actualmente es colaboradora de La Jornada de Morelos y
articulista del semanario Maseual. La misma escarcha (Letras de Pasto Verde, 2009)
es su poemario más reciente.
MUERTE AL ANONIMATO
MUERTE AL ANONIMATO
MUERTE AL ANONIMATO
MUERTE AL ANONIMATO

y letrados
La revista (y)letrados está buscando colaboradores para
sus siguientes números e invita a las personas interesa-
das en la creación literaria y las artes visuales a enviar
textos o arte gráfico a la dirección de correo electrónico
yletrados@gmail.com

LINEAMIENTOS 27

Para los textos: Poesía, cuento, ensayo o alguna otra forma


de expresión literaria; no sobrepasar las cinco cuartillas, a
doble espacio, en Times New Roman de 12 puntos.

Para el arte gráfico: Cualquier tipo de trabajo (fotografía,


pintura, collage, grabado, entre otros) con 300 dpi (calidad
de imagen máxima).

Todas las claboraciones deberán ser enviadas a la dirección


de correo electrónico yletrados@gmail.com. En caso de mandar
más de una colaboración, favor de enviar cada una en su propio
documento incluyendo en el título nombre o seudónimo del autor
y nombre de la obra.

También podría gustarte