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Propuesta de ARTICLE 19 para la Creación y Operación del

Comité de Protección de Periodistas


Marzo 2010
I. Presentación

El Estado mexicano ha fallado en garantizar las condiciones para el ejercicio de la libertad de


expresión. La violencia continúa siendo un medio para silenciar. Las agresiones contra las y los
periodistas son una constante. Esta dinámica ha encontrado su perpetuación en la impunidad.

En este contexto, ARTICLE 19 ha hecho patente la necesidad de que el Estado tome medidas
para responder ante los casos de agresiones físicas, intimidaciones, amenazas, desapariciones
y homicidios contra periodistas, comunicadores y comunicadoras.

Desde agosto de 2008, ARTICLE 19 presentó al Estado mexicano la propuesta de creación de


un mecanismo que permita proteger la vida e integridad de los y las periodistas. Ello se
fundamenta no únicamente en la obligación de protección de los derechos individuales de las y
los comunicadores, sino en la defensa del ejercicio de un periodismo independiente, crítico y
equilibrado como un elemento fundamental en la consolidación democrática.

Esta propuesta ha tenido como objetivo propiciar el debate y reflexión en torno a un tema que
exige urgente y decidida atención. Las mejores prácticas internacionales, en particular el
Programa de Protección a Periodistas y Comunicadores Sociales de Colombia, se han tomado
como referentes para perfilar una herramienta eficaz en la protección del derecho de toda
persona a expresarse, y de la sociedad a estar informada.

ARTICLE 19 ha desarrollado durante los últimos años una metodología de registro y


documentación de agresiones a periodistas que nos ha permitido conocer de primera mano la
problemática que se enfrenta y, sobre todo, nos ha proporcionado elementos para explorar y
diseñar medidas potencialmente efectivas para evitar su repetición.

En este tenor, presentamos este documento esperando que se constituya en un insumo útil
para la pronta formulación e instrumentación de una respuesta de Estado concreta y conforme
a la gravedad de la situación que enfrenta la libertad de expresión en el país.

Darío Ramírez
ARTICLE 19
Oficina para México y Centroamérica

II. Antecedentes

México ha padecido en los últimos años el crecimiento exponencial de agresiones y ataques en


contra de periodistas.1 El asesinato constituye la agresión más contundente y uno de los
indicadores más ilustrativos de la violencia en que periodistas y comunicadores ejercen su
trabajo. Más aún, el índice de homicidios de periodistas arroja una medición de la calidad
democrática y el respeto al Estado de Derecho, con base en la falta de garantías para el
ejercicio de la libertad de expresión.

1
Durante el año 2009, ARTICLE 19 y CENCOS registraron y confirmaron 243 agresiones a la libertad de
expresión en el marco del ejercicio periodístico. Durante el sexenio de Vicente Fox Quesada (2000-2006)
se contabilizaron 20 asesinatos de periodistas, mientras que sólo en los tres primeros años de la
administración de Felipe Calderón Hinojosa (2006 - 2009) se han contabilizado 22. Además, con la
desaparición este año de la primera mujer, se eleva a 10 el total de periodistas desaparecidos desde el
año 2000.
Si bien México cuenta con mecanismos para adoptar medidas precautorias, tanto en el ámbito
nacional como internacional, éstas han probado ser ineficientes ante la urgencia para
garantizar la integridad física de periodistas. Prueba de ello es el incremento de las agresiones
año con año en contra de quienes ejercen el periodismo.

Existen tres vertientes de la respuesta del Estado mexicano a la grave situación que
experimenta la libertad de prensa. La primera tiene lugar dentro del sistema ‘ombudsman’ en
1991 con el Comité Especial de Periodistas. Quince años después, se anunció la creación de
una fiscalía ad hoc para atender los delitos en contra de los periodistas y medios de
comunicación que tomó forma en la llamada Fiscalía Especial para la Atención de Delitos
Cometidos contra Periodistas (FEADP). Finalmente, la tercera acción del Estado se da a finales
de 2006. El Poder Legislativo responde desde la Cámara de Diputados al proponer la creación
de una Comisión Especial de Seguimiento a las Agresiones a Periodistas y Medios de
Comunicación.

Es preciso resaltar que ninguna respuesta del Estado mexicano está enfocada a generar una
política preventiva de protección en contra de los ataques a periodistas y comunicadores. Las
tres instancias, de manera ineficiente, están enfocadas a trabajar en investigación y
procuración de justicia de los casos de agresión.

El Estado mexicano ha mostrado apertura para la adopción de compromisos internacionales


relativos tanto a la protección de periodistas como al establecimiento de un diálogo con la
sociedad civil para la búsqueda de soluciones.2 No obstante, a pesar de las abrumadoras cifras
y agresiones sistemáticas contra periodistas y de los múltiples señalamientos realizados por
actores nacionales e internacionales, el Estado no ha dado ninguna respuesta a los ataques
contra periodistas y comunicadores.

ARTICLE 19 convocó, junto con el International Media Support, a las organizaciones


internacionales con mayor prestigio en materia de promoción y defensa de las libertades de
expresión y prensa a participar en la "Misión Internacional de Documentación sobre Ataques
en contra de Periodistas y Medios de Comunicación", la cual visitó México del 19 al 26 de
abril de 2008.3

2
Derivado del Examen Periódico Universal de México en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones
Unidas en febrero de 2009, el Estado mexicano aceptó las siguientes recomendaciones: 53. Invitar a
ONG’s que trabajan el tema de la libertad de prensa a un dialogo constructivo sobre cómo detener la
violencia contra los periodistas y garantizar la libertad de prensa; 56. Poner en marcha medidas más
eficaces para hacer frente a la violencia contra los periodistas y personal de los medios de
comunicación; ofrecer garantías a los mismos; garantizar su seguridad en el desempeño de sus
actividades profesionales en particular de aquellos que investigan y denuncian los casos de tráfico de
drogas y la corrupción; 60. Incrementar la efectividad de las medidas precautorias para proteger a los
defensores de los derechos humanos, incluyendo la adopción de efectivas y comprensivas estrategias
de prevención, a nivel central y local, para prevenir los ataques y proteger la vida e integridad física de
los defensores de los derechos humanos y periodistas y garantizar que esos programas estén
respaldados por un firme compromiso político y con recursos suficientes.
3
Entre las organizaciones participantes se encuentran: Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC),
International Media Support (IMS-Dinamarca), Comité para la Protección de Periodistas (CPJ-Estados Unidos), News
Safety Institute (INSI-Bélgica), Sociedad Interamericana de Prensa (SIP-Internacional),Rory Peck Trust (Reino Unido-
Internacional), Federación Internacional de Periodistas (FIP- internacional), Fundación Libertad y Prensa (FLIP-
Colombia, Latinoamérica), Reporteros sin Fronteras (RFS, Francia- Internacional), Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), ARTICLE 19 (Reino Unido- Internacional)
Con base en las conclusiones y recomendaciones de dicha Misión Internacional, ARTICLE 19
propuso al Gobierno Federal, desde agosto de 2008, el diseño e instrumentación de un Comité
de Protección a Periodistas, como un mecanismo potencialmente efectivo para salvaguardar la
vida e integridad de las y los periodistas en un contexto de urgencia. Dicho Comité se
establecería dentro del Estado, como respuesta de éste ante el clima de inseguridad,
impunidad y violencia que se vive en México.

Asimismo, la propuesta de ARTICLE 19 tiene como propósito la implementación de actividades


que sienten las bases para el cumplimiento de las recomendaciones en materia de libertad de
expresión hechas a México por el Consejo de Derechos Humanos en el marco del 4 ° periodo
de sesiones del Examen Periódico Universal. Particularmente, nos referimos a las
recomendaciones 53, 56 y 60.4

ARTICLE 19 reitera que el instrumento más efectivo para combatir las agresiones contra
periodistas es el adecuado funcionamiento del sistema de justicia. La impunidad que ha
caracterizado los casos de ataques contra comunicadores y comunicadoras perpetúa su
repetición. En este sentido, la creación del mecanismo propuesto se presenta como una
herramienta para atender una necesidad específica de protección ante un contexto de riesgo
inminente.

De esta forma, la creación de un Comité de Protección debe concebirse como un mecanismo


de carácter complementario y subsidiario a una política de Estado para garantizar la libertad
de expresión en México, particularmente a través del combate a las agresiones contra
periodistas. Su creación no sustituiría las obligaciones del Estado mexicano de investigar y
sancionar en el marco del sistema de justicia a los responsables de los ataques contra
periodistas.

III. Contexto Colombiano

Entre 1986 y 1996, 55 periodistas fueron asesinados por razones de oficio en Colombia. El año
más crítico fue 1989, con 12 asesinatos. La década de los ochenta y el comienzo de los noventa
fue el escenario de una guerra abierta entre el narcotráfico y muchos sectores de la sociedad:
jueces, políticos, líderes sociales y periodistas. Los narcotraficantes asesinaban a estas personas
en vías públicas, volaban edificios o hacían estallar carros-bomba. En estas condiciones, ejercer
el periodismo en Colombia era la profesión más arriesgada del mundo.

A este antecedente se agregó la consolidación y fortalecimiento de los grupos armados ilegales.


Las guerrillas de las Fuerzas Armadas de Revolución de Colombia y el Ejército de Liberación
Nacional, así como los grupos paramilitares comenzaron a tener el control de zonas rurales y
poblaciones intermedias, y a disputarse el negocio del narcotráfico con los carteles. Las masacres

4
Derivado del Examen Periódico Universal de México en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas en
febrero de 2009, el Estado mexicano aceptó las siguientes recomendaciones: 53. Invitar a ONG’s que trabajan el
tema de la libertad de prensa a un diálogo constructivo sobre cómo detener la violencia contra los periodistas y
garantizar la libertad de prensa; 56. Poner en marcha medidas más eficaces para hacer frente a la violencia contra
los periodistas y personal de los medios de comunicación; ofrecer garantías a los mismos; garantizar su seguridad en
el desempeño de sus actividades profesionales en particular de aquellos que investigan y denuncian los casos de
tráfico de drogas la corrupción; 60. Incrementar la efectividad de las medidas precautorias para proteger a los
defensores de los derechos humanos, incluyendo la adopción de efectivas y comprensivas estrategias de prevención,
a nivel central y local, para prevenir los ataques y proteger la vida e integridad física de los defensores de los
derechos humanos y periodistas y garantizar que esos programas estén respaldados por un firme compromiso
político y con recursos suficientes.
de civiles y los enfrentamientos con el Ejército también se convirtieron en un alarmante factor
de riesgo para los periodistas. Algunos de ellos murieron durante el cubrimiento periodístico,
mientras otros fueron silenciados por informar sobre el conflicto.

Ante la situación que imperaba, en 1997 se creó el Programa de Protección como resultado de
un esfuerzo conjunto entre el Gobierno y la sociedad civil colombiana para enfrentar las
consecuencias de la situación de violencia contra grupos de población que vivían una situación
especialmente vulnerable en ese entonces. El espectro de protección inicialmente contemplaba
a dirigentes sindicales y a organizaciones no gubernamentales defensoras de derechos de
humanos y, de manera paulatina, se extendió a otras poblaciones.

IV. Comité de Reglamentación y Evaluación de Riesgos de Colombia (CRER).5

Creado en el año 2000, el Comité de Protección a Periodistas y Comunicadores Sociales fue


parte de una serie de Comités para atender poblaciones en riesgo, como diputados, concejales,
personeros, sindicalistas, alcaldes, testigos de violaciones derechos humanos o infracciones al
derecho internacional humanitario, y funcionarios públicos que ejecutan la política de paz del
gobierno nacional. Cada Comité funciona de manera independiente y cuenta con su propio
reglamento, esto con la intención de atender a cada población de manera diferenciada, de
conformidad con sus necesidades y las características de los riesgos que enfrentan.

Los casos de los periodistas en riesgo se analizan en el Comité de Reglamentación y Evaluación


de Riesgos (CRER). Cada población en riesgo cuenta con su propio CRER, que está presidido por
el viceministro del Interior e integrado por representantes de otros entes del Estado, de la
Fuerza Pública, y de organismos autónomos y de control. Además, asisten como invitados
permanentes el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y
representantes de la población en riesgo.

La Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) participa de este último grupo, junto con Medios
para la Paz, Asociación de Diarios Colombianos (Andiarios), Asociación Nacional de Medios de
Colombia (Asomedios) y – recientemente – la Federación Colombiana de Periodistas (Fecolper).
Por acuerdo de las organizaciones sociales que representan a esta población, desde el inicio del
CRER, la FLIP documenta los casos de los periodistas en riesgo y vigila la implementación de las
medidas de protección recomendadas.

El CRER se reúne una vez al mes y es responsable de recomendar las medidas y determinar la
duración de éstas. Las decisiones se toman a partir de los registros directos del Ministerio del
Interior, de informes que remite la FLIP (denominados 'estudios profesionales'), y de los casos
que envían otros representantes de organizaciones civiles o de entidades oficiales. Si bien esta
información es fundamental para la toma de decisiones, los estudios de riesgo sobre temas de
seguridad, a cargo de la Policía y el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), son
cruciales en la continuidad y en el tipo de medidas que se aplican para cada caso.

Aunque resulta complejo determinar de manera precisa qué tanto el Comité de Protección ha
evitado asesinatos y agresiones contra periodistas, hoy sí es posible asegurar que 5 de cada 6
personas beneficiarias del Programa de Protección consideran que es mucho mejor contar con
las medidas de protección que no tenerlas. En este sentido, podría decirse que ante un contexto
de urgencia y amenaza como el que ha prevalecido en Colombia, la decisión de implementar el
Programa de Protección ha sido adecuada.

5
El contenido de este apartado el informe anual de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) de 2007.
En términos generales la política de protección a periodistas está centrada en proteger la vida,
seguridad e integridad de las personas. De acuerdo con las particularidades del caso colombiano,
las medidas adoptadas se dividen en:

1. Medidas políticas, consistentes en el reconocimiento público de la legitimidad y


relevancia de la actividad periodística; el acercamiento entre el Estado y la sociedad
civil mediante reuniones de coordinación interinstitucional en los niveles central,
departamental y local.

2. Medidas de seguridad, clasificadas en medidas de prevención y medidas de protección.

a. Las medidas de prevención abarcan la realización de cursos de autoprotección, la


emisión de recomendaciones, entre otras.
b. Las medidas de protección se dividen en:

i. Medidas blandas: equipos de comunicación, equipos digitales de


vigilancia, medios de transporte, apoyos de reubicación temporal,
entre otras.
ii. Medidas duras: apoyo económico para la reubicación final, chalecos
antibalas, vehículos blindados y blindaje de inmuebles, escoltas,
apoyos económicos para salir del país, entre otros.

Las medidas son implementadas a partir de una evaluación técnica de seguridad sobre la
situación de riesgo en que se encuentra una persona, esta es efectuada por los organismos de
seguridad competentes. Dicho documento es presentado a más tardar 15 días después de ser
presentada la solicitud.

En el caso de Colombia, se prevén además mecanismos para atender casos de extrema


urgencia. Todas las medidas tienen naturaleza temporal y son reevaluadas por el Comité de
manera regular.

V. Lineamientos Básicos para la Efectiva Operación del Comité de Protección a


Periodistas y Personas Defensoras de Derechos Humanos en México

El contexto político y social en el que se diseñó el Programa de Protección de Colombia es


profundamente distinto a la realidad mexicana. No obstante, algunos elementos de ambos
países en relación con el ejercicio a la libertad de expresión guardan cierta similitud y plantean
un escenario común, susceptible al intercambio y transferencia de experiencias a fin de
identificar e implementar las mejores prácticas.

Con base en el mandato de la organización, la propuesta que ARTICLE 19 ha impulsado se ha


centrado en la creación de un mecanismo de protección a periodistas. No obstante, existen otros
grupos que sufren graves agresiones a causa de su labor y su ejercicio de la libertad de expresión
y a quienes el Estado ha fallado en proteger, como son las personas defensoras de derechos
humanos.

Las organizaciones de defensores de derechos humanos han exigido al Estado mexicano la toma
de medidas para poder continuar ejerciendo su labor. En este contexto, las discusiones actuales
se centran en la posible creación de un mecanismo de protección para personas defensoras de
derechos humanos y periodistas. ARTICLE 19 considera positivo que se desarrollen mecanismos
de protección para ambas poblaciones. No obstante, ARTILCLE 19 enfatiza que los riesgos a los
que se enfrenta cada grupo son esencialmente distintos, debido a la diferencia en sus roles
sociales. En este sentido, el funcionamiento de los Comités de Reglamentación y Evaluación de
Riesgos de Colombia representa un útil modelo, toda vez que cada Comité atiende a un grupo de
población en riesgo, con base en la especificidad de las amenazas que enfrentan.

De esta forma, inspirado en los Comités de Reglamentación y Evaluación de Riesgos de


Colombia, y tomando en consideración las particularidades de la realidad mexicana, ARTICLE
19 propone la creación de un mecanismo de protección a periodistas y personas defensoras de
derechos humanos con las características que a continuación se señalan:

1. Debe ser una respuesta de Estado ante la grave situación de agresiones que enfrentan
periodistas y personas defensoras de derechos humanos. Ello conlleva la articulación de
las instancias de gobierno competentes en el ámbito federal. La base de esta coordinación
debe ser una manifiesta voluntad política de atender la problemática.

A fin de lograr una efectiva coordinación entre las autoridades facultadas y obligadas a
proveer protección, prevenir la comisión de delitos e instrumentar políticas que garanticen
la no repetición de violaciones a los derechos, resulta imprescindible la participación activa
de representantes con poder de toma de decisión de las siguientes dependencias:

Secretaría de Gobernación

Secretaría de Seguridad Pública Federal

Procuraduría General de la República

Secretaría de Relaciones Exteriores

2. El mecanismo debe contar con capacidad de actuación en las entidades federativas, con
base en un modelo de operación centralizado. De conformidad con nuestra metodología
de registro y documentación, en 2009, 65.57% de las agresiones contra la libertad de
expresión fueron perpetradas por funcionarios públicos. De ese total, 71.87% son
responsabilidad de servidores públicos de los ámbitos estatal y municipal.6

En este contexto, se estima necesario que sea la Federación quien se encargue de


implementar las medidas. Este modelo operativo no busca eximir a las autoridades locales
de su responsabilidad, sino contribuir a generar la confianza y credibilidad necesaria para
lograr que el mecanismo tenga una capacidad de protección efectiva.

En el entendido que la primera protección que debe otorgarse a la o el beneficiario es de


carácter político, el Comité debe tomar medidas que pudieran tener un efecto disuasivo
ante las autoridades locales, como podría ser, entre otras, el envío de comunicaciones
sobre la revisión y toma de medidas sobre un caso en su esfera de jurisdicción.

6
En 2009 se registraron un total de 244 agresiones a la libertad de expresión en contra de periodistas y medios de
comunicación en México. En un 65.67% los supuestos responsables de las agresiones son funcionarios públicos y en
un 7.79% integrantes o simpatizantes de partidos políticos. En un 14.34% de los casos no se logró determinar al
agresor. En el 6.15% de las agresiones, los grupos del crimen organizado aparecen como supuestos actores
responsables, que corresponden a las agresiones más violentas.
Un modelo de actuación centralizado facilitará la operación y evaluación de las medidas.
Cabe destacar que la instrumentación de las medidas por la Federación no invade la esfera
de competencia de las entidades federativas.

3. El mecanismo debe contar con la participación de la sociedad civil organizada y


representantes de las poblaciones protegidas. Esta participación debe garantizarse tanto
en el proceso de diseño y creación del mecanismo, como en su instrumentación.

Las diversas actividades y experiencias de las organizaciones civiles aportarán insumos


relevantes e independientes para el diseño y efectivo funcionamiento del Comité de
Protección. Por su parte, las asociaciones gremiales de periodistas brindarán su
conocimiento y expertise respecto del ejercicio de la libertad de prensa en el terreno.

4. El Comité debe contar con la participación de la Oficina de la Alta Comisionada de


Naciones Unidas para los Derechos Humanos, misma que facilitará el diálogo entre las
partes, lo que contribuirá a la adecuada instrumentación de las medidas. Se propone que
la participación de la OACNUDH sea con voz y sin voto.

5. El mecanismo debe garantizar la participación activa y permanente de la Comisión


Nacional de los Derechos Humanos. La CNDH cuenta con un programa especializado en
periodistas y defensoras y defensores civiles cuyo trabajo en materia de documentación de
casos e instrumentación de medidas cautelares abonaría a la mejor instrumentación de las
medidas.

6. El mecanismo será de carácter complementario a una política de Estado para garantizar


el ejercicio de la libertad de expresión y proteger la labor de periodistas y defensores y
defensoras de derechos humanos. El Comité debe constituirse en una herramienta con un
mandato limitado a atender una necesidad específica de protección, en un contexto de
gravedad y urgencia, no como un medio para resolver los problemas estructurales. El
Estado debe implementar medidas de investigación y procuración de justicia de forma
paralela.

7. El Comité debe de contar con un marco regulatorio que dote al mecanismo de:

Autonomía técnica y de gestión

Recursos materiales y humanos necesarios para garantizar su adecuada actuación. Ello


incluye la capacidad para disponer de recursos de forma expedita en casos de
emergencia.

Capacidad de actuación en las entidades federativas

Reglas de operación claras y transparentes.

8. El Comité deberá operar bajo los siguientes lineamientos:

Espectro de protección amplio e incluyente que garantice el pleno ejercicio de todos y


cada uno de los derechos.

Procedimientos de operación deliberativos y decisiones de carácter confidencial. Las


discusiones tendrán como punto inicial la evaluación de riesgo particular del caso.
Transparencia como principio y eje estratégico con reservas de información
expresamente identificadas. Política de difusión proactiva de información tomando en
cuenta la protección de datos personales y condiciones de seguridad.

Medidas de protección independientes que no impliquen la inhibición de las


actividades de defensores o periodistas, vigilancia del Estado o la posibilidad de
obtener información para otros fines.

Las decisiones del Comité no deben basarse en la comprobación de los hechos o la


determinación de la veracidad de los mismos.

9. Las medidas de seguridad serán implementadas a partir de una evaluación técnica sobre
la situación de riesgo en que se encuentra el o la periodista o la persona defensora, la cual
debe ser el resultado de una metodología clara. La evaluación de riesgos realizada por las
instancias de seguridad que se definan como competentes será únicamente un referente y
no la base de la decisión sobre el otorgamiento de las medidas de protección.

10. Los principios que regirán la implementación de medidas por parte del Comité serán:

Temporalidad: las medidas de protección serán de carácter temporal y estarán sujetas


a evaluación periódica.

Causalidad: las instituciones participantes deberán allegarse, conocer y evaluar todos


los insumos ofrecidos como evidencia de la conexidad entre el factor de riesgo y la
labor de la o el solicitante.

Proporcionalidad: las medidas deben corresponder al nivel de amenaza.

Flexibilidad: las medidas deben ser lo menos intrusivas posibles y permitir que la
beneficiaria o el beneficiario siga ejerciendo su labor, si así lo desea.

A la luz de estos criterios, las instancias de gobierno de manera conjunta con la sociedad civil
deben desarrollar un catálogo de medidas de prevención y protección.

11. El mecanismo debe dar un tratamiento diferenciado a las necesidades de las y los
defensores y de las y los periodistas, partiendo de que la naturaleza de las amenazas que
enfrentan son distintas, al ser diferentes sus roles sociales.

Ello implica necesariamente que el estudio de riesgo que se realice debe tener un enfoque
especializado en la población protegida.

12. El mecanismo debe contar con una perspectiva transversal de derechos humanos y
género, tanto en la evaluación de riesgos, como la instrumentación de las medidas de
protección. Ello conlleva, necesariamente, que las y los integrantes del mecanismo de
toma de decisión tengan conocimiento y sensibilidad en temas de derechos humanos, así
como un entendimiento de la relevancia, necesidad, legitimidad y características
particulares de las actividades de las y los defensores y las y los periodistas en el contexto
de una sociedad democrática. Es crucial que los elementos de los cuerpos de seguridad
que conduzcan la evaluación de riesgos cuenten con capacitación adecuada en estos
temas, al igual que los funcionarios encargados de instrumentar las medidas.
13. El comité debe tener capacidad de implementación de medidas de forma eficaz y
oportuna. El mecanismo es, por definición, una respuesta que se propone con base en la
urgencia de dar protección en un contexto de riesgo inminente. En este sentido, deben
cerrarse los espacios a la burocratización y a la dilación en la evaluación de riesgos.

14. Las definiciones de periodista y defensor/a de derechos humanos que utilice el


mecanismo de protección deben ser las más amplias posibles, y basadas en los más altos
estándares internacionales existentes.

15. Las reglas de operación del Comité deben contemplar reuniones periódicas para conocer
nuevos casos, así como dar seguimiento a las medidas de protección dictadas. Del mismo
modo, el Comité debe contemplar un mecanismo de emergencia para conocer casos y
evaluar medidas. A fin de garantizar una capacidad de respuesta eficaz, es necesario
garantizar la disponibilidad de dicho mecanismo en cuanto sea necesario.

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