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Nacho Ríguez
Editorial Desorden
Febrero 2011
La Naturaleza superior, es Fuego, creador de armonía y belleza. El hombre desequilibrado,
percibe. Nos encontramos en un estado diferente al superior.
I.
II.
III.
IV.
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V.
VI.
Se agita dentro,
se revuelve dentro, quiere explotar
para volver a surgir,
salir y empezar a mirar.
Ya no puede parar,
sólo piensa en avanzar,
transformar y llegar más allá;
destrozar para poder crear
la nueva realidad.
VII.
VIII.
Magnífico efecto
por la luz creado,
bolas brillantes
en el agua son reflejados,
las olas las transportan,
eternos instantes
por el Sol provocados.
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IX.
Angustia,
nudo en el estomago,
hambre perdida
¿cuál es el sentido
de que yo me mueva?
¿Qué dirección
es la adecuada?
¿Alguna lo es?
Desasosiego llega;
qué sentido el que yo muera.
X.
Chorro
sin tapa,
perdida,
sin pausa,
corriente hacia el saliente
¿qué depara
la cascada?
XI.
Gusano sepulturero
con tu collar de máscaras
llenas de formas
de terror y miedo,
cruzas el puente,
te escondes bajo la arena
probando a transformarlo,
a robarles el vestido
cambiando el desnudo
del hombre a rata.
XII.
Calles abarrotadas,
boroboteates de personas;
transito
con la máxima constancia,
abrumado por el estruendo
agitado y desordenado.
Público siempre vivo
de cambio constante.
Tránsito vagabundo,
correteo infantil.
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XIII.
XIV.
No se puede saber,
no cabe preocuparse
por lo que se desconoce.
Mejor enfrentarse
a la realidad.
XV.
Palabras volando
conforman voces
distorsionadas en el ambiente,
apenas perceptibles;
penetran tu conciencia
personajes invisibles,
fantasmas de las calles;
aterrorizan tu conciencia
sin descanso a la perversión,
corrosión sin freno.
Corre escapa,
pero son invisibles
y no encuentras escondite
que te pueda sacar
de este desenfreno.
XVI.
Descontrol.
Potencia en chorro.
Belleza pura.
Ideas.
Alucinante alucinación,
cada camino
un color,
arco iris nuestros destino;
sigue el camino multicolor.
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XVII.
Estruendo de escaleras,
ejército de metal.
Masa concentrada,
rebaño dirigido
con prisa por llegar,
de ponerse a trabajar.
Fantasmas caminantes
van por la ciudad.
Encerrados en cajones
todos apretados
sin pastor son controlados;
perros adiestrados.
Se pierde el rebaño
mecánico de nuestra ciudad.
XIX.
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XX.
Tallada en sombras
nuestra existencia.
Formas incognoscibles.
Opaca verdad,
ilusión racional
concluye en la luz;
candelabro iluminador de juicios
con sus últimos destellos
toca su fin
deslumbrando mentiras,
reluciendo verdades
que habían permanecido en penumbra.
Ya sin duda
extinguido aliento,
suspiros perdidos
aclarando lo que fue su destino.
XXI.
¿Te cambiaria?
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XXII.
Humo negro,
tinieblas,
en la oscuridad,
un destello brilla en la lejanía;
no hay forma de llegar.
ESTANCADO
La ciénaga,
la ciénaga
¿qué tendrá en sus entrañas?
¿Qué secretos guarda?
Esa capa densa.
La ciénaga,
en la ciénaga
me hundo en el barro
pegajoso, movedizo,
putrefacto.
La ciénaga,
por la ciénaga
manchado quedo
por todos los lados
impregnado
impregnado
nada aparece.
Mi búsqueda siguo,
nada consigo
pero sigo,
mi cuerpo ya atascado
por la búsqueda en el fango
inmovilizado,
esperando;
perdida
la esperanza,
nada encuentro
nada llega
en el barro estancado,
ahogado
en mi propio lago.
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¿Qué te hace realmente bueno, y malo? Sólo encuentras lo que buscas ¡abre los ojos! Demos
sentido al sinsentido.
La vida como pérdida de sentido, ser movido por pasiones animales, irracionales, absorbido,
del impulso esclavo.
¿Pero es diferente conocer la sensación que te mueve, a dominarla? ¿Cómo conseguir aislarla?
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XXIII.
Ya es la otra realidad,
planos arrobadores
penetran en la consciencia,
transforman la mirada,
siente la divina llamada.
Componiendo, recomponiendo
mundo, y universo.
XXIV.
XXV.
Insignificantes conocimientos,
irrelevantes verdades,
patrones morales
engaños de masas,
vidas circulares
donde el principio es el final
sin un sentido trascendental.
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XXVI.
Censura y opresión
motor de nuestra destrucción.
Luchemos
por la igualdad y el progreso,
por la libertad de nuestro pueblo
XXVII.
Marionetas controladas,
alta comedia preparada,
autor omnisciente,
conocido final,
titeres camicaces
sin control ni medida.
Falso,
desmembrado e irreal.
XXVIII.
Liberar.
Corriendo al viento,
la llanura sin fin,
perdido el destino,
con el viento indicándonos el camino.
XXIX.
Andando.
Un hombre me encontré,
con un traje fuxia.
Su camino seguí,
hasta parar
a los ojos de un gato.
Luciendo me indican
que estoy en el lugar correcto.
Tranquilo y calmado,
contemplando ensimismado
doy a parar con un objeto
indescriptible,
permanece en mi memoria,
imposible de borrar.
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XXX.
Pensado,
pensado está,
pesado quedó,
pensado concluyó.
XXXI.
En medio de la noche
pensar en todo momento
que algo tan incesante,
en todo momento,
en la penumbra más profunda,
de la mente no descansa;
en ella viven
fantasías y pesadillas
buscando el momento adecuado
para tornar nuestra realidad
¿qué difícil se hace distinguir qué soy yo?
XXXII.
Olvidadizo y mareado
todo coloreado;
a veces claro, otras oscuro.
Algo vislumbro
borroso y empañado,
apenas la circunstancia
perceptible.
XXXIII.
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XXXIV.
XXXV.
XXXVI.
La calle estrecha
toca su fin.
Pared alta hasta el cielo,
puerta abismal,
callejón sin salida
imposible de avanzar;
la angustia te consume
por donde has de pasar,
no hay vuelta atrás
hasta conseguir
encontrar
¿cómo descubrir?
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XXXVII.
Escucha
el agua crepitar
al ser lanzada,
rota en el aire y abandonada,
a caer.
Brillante gota por la luz atravesada,
déjate llevar en la corriente
de la eterna cascada.
Atrapada en el agua Azul.
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