Está en la página 1de 109

Lynx E di ci ons

Lynx Edicions
Allá arriba,
No como aquí,
Que sólo hay lo que hay,
Podemos encontrar,
Además,
Lo que debe haber,
ARTE DEL AIRE.

Para Francisco Bernis,


que ya es todo vuelo

Ar te del aire

Primera edición: marzo de 2004

© Lynx Edicions. Montseny, 8. 08193. Bellaterra (Barcelona)

© 2003 Joaquín Araújo


© 2003 Juan M. Varela
Concepto y maquetación: Juan M. Varela
Impreso en: S.A. de Litografía
Depósito Legal: B-7667 - 2004
ISBN: 84-87334-58-X

Todos los derechos reservados. Ninguna parte, diseño, texto o ilustración puede ser reproducida, almacenada o trans-
mitida por ningún medio electrónico, mecánico, químico, fotocopia o de cualquier otro tipo sin la autorización escrita
de Lynx Edicions.
Para Ana Clara y Laura
i las palabras también vuelan. ¿Cómo no escribir este libro?
Poema y ala son lo mismo.
Existe una clara proximidad entre su levedad que se eleva y nuestros suspi-
ros tan etéreos.
Viaje del aire y de la mente.
Si caligrafiamos con plumas y las bandadas escriben alfabetos evanescentes
en los cielos, parece demostrada la necesidad de reconocernos a bordo
de las alas de la imaginación creadora. Pero sin excluir que la realidad ha
puesto en los cielos tanta música y tanta poesía como los compositores o
los escritores en el papel.
También llenan de suaves caricias los paisajes.
Sosiegan la atención de tanta gente.
Conectan siempre el cielo con la tierra y a la tierra con el cielo.
Ejercen de cordón umbilical, un nexo indeleble aunque, por estar formado
de susurros, melodías, miradas sin orgullo y hasta emociones, proponen un
intangible que cada vez aceptamos más terrestres.
De ellos es la bóveda de este mundo.
Por eso mirarlas tiene algo de súplica, acaso de rezo.
Las aves merodean siempre por lo más vasto. Hasta el más doméstico de los
gorriones coquetea a diario con la inmensidad. Su materia prima no tiene lí-
mites.
Como tampoco los tiene el ar te. Por eso, Juan Varela y yo mismo hemos
querido aproximarnos sencillamente a la demostración de que el aire ya es
creador y sus criaturas ar te. Al que nosotros prestamos color y pasión pero
no menos gratitud.
Porque nos sentimos orgullosos de nuestra ornitológica condición.
Lo primero por haber dedicado una considerable porción de nuestras vidas
a la contemplación de algo que equivale a una petición de préstamo sin in-
terés. Las aves llenaron nuestra cuenta corriente de inspiración. La belleza
que vuela nos fue donando jornadas llenas de compañía, sonora y libre.
Para que luego ella guiara nuestras plumas y pinceles.
Nos visitó tantas veces la delicia. Nos informó de lo que impor ta con tan
acer tada opor tunidad.
Prestaron tantas veces sus alas a nuestra imaginación que, tanto Juan Varela
como yo mismo, echando a volar este libro, expresamos nuestro agradeci-
miento a los nómadas del viento.

Joaquín Araújo
Bu e n a p a r te d e e s t e h o m e naje a las aves y a los or nitólogos ha ad -
q u i ri d o l a f o r m a p o é t i c a del haiku. La métric a resulta obvia: una sola
e s t r o f a d e t r e s v e r s os d e cin co, siete y , otra vez ci nco sílabas. La
co n d e n s a c ió n d e e s t a e x pr esión literaria, que impregna sobre todo
la li t e ra t u r a p o é t i c a j a p onesa desde el siglo XV, tampoco pasa inad-
ver tida.
Al g o m á s c o m p l e j a r e s u lt a a compresión d e e ste latigazo de pala-
b ra s q u e p r e t e n d e n f i j a r una instantáne a emocional. De he cho poco
su p e r a e n d i f ic u l t a d a l a lectura y comprens ión de este t ipo de poe -
mas.
Cu a n d o s e lo gr a , a p a r e ce mucho m ás que un dele ite for malmente e s-
t é t i c o . Po r q u e e n t o n c e s ya no eres la herida, eres la sangre. No
d a ñ a s , v iv i f i c as . N o d e s e r tificas, riegas.
Co n t o d o , l o s o r ni t ó l o g o s sabemos conver tir al instante, p or tanto a
la f u g a c i d a d d e u n a t i s b o, en una e vocadora resonancia que nos
perdura en la memoria.
Po d r í a a f i r m ar s e q u e e s c r ibir haikus sobre aves qued a coronado por
la ló g i c a y p o r l a e m oc ió n. Es deci r que le s conviene el uno a las
o t r a s y l a s o t r a s a l u no .
Ll a m o l a at e n c i ó n s ob r e e l hecho de que e n estos haik us or nitológi -
co s r e s u l t a e s c a s a l a m e n ción conc reta a una espec ie. Pe ro de be en -
te n d e r s e q u e p r á ct i c a m e nte todos ell os tiene n como suje to a las
av e s y c o m o p r e d i ca d o l o que nos lle gan a contar con su ponerle
so n r i s a a l a ir e . Po r q u e e s t e comp leto y comp lejo géne ro literario oye
co m o n i n g ú n o t r o l a v o z de la Natur aleza. Son asomos al espejo que
so m o s l o s h u m a n o s p a r a recordar nos que también estamos vi vos. El
h ai k u e s t a m b i é n e c o l ó g ico porque bus ca la ar monía de tod os con
e l c o sm o s p a l p it a n t e q u e nos rodea.
To d a v í a m á s d e p a r p a d e o es l a c o n d i ción de lo s que llamo na tu ris-
m o s – p a l a b r a q u e p r e t e n d e r e s u m i r l o que se rían a forismos sobre la
N at u r a l e z a- p o r s u p u e s t o v i v i do s d e una for ma p ante ísta.
Un b u e n n ú m e r o d e n u e s t r a s e s p e c ie s, ordena das sistemáticamente,
m e e v o c ar o n o i n s p i r a r o n q u e l a s co n te mplara así, poé tica y con la
m i s m a l e v e d a d q u e e l l a s s i e m p r e ll e v a n puesta. En una po cas ocasio -
n e s e l n a t u r i s m o s o b r e u n c o n c r e t o p ájaro alcanza a ser, al me nos en
p a r t e , h u m o r í s t ic o . L o s o t r o s , c a s i t o dos, densifican rasgos de tipo
m o r f ol ó g ic o , d e l c o m p o r t a m i e n t o o d e l canto de las ave s.
La p a r t e i n ic i a l d e é s t e c a p ít u l o d e A RTE D EL AIRE e stá por completo
d e d ic a d a a n a t u r i s m o s g e n e r a l i s t a s, p or tanto refe ridos, como los
h a ik u s , a l o s p á j a r os e n g e n e r a l .
La c u a r ta p a r t e d e e s t e v u e l o e s t á d e di cada de nuevo a las aves en
g e n e r a l , c o n u n p a r d e e x t r a v í o s q u e in spiraron un pa r d e e spe cies
c o n c r e ta s. L a f o r m a n p oe m a s d e m u y d ifere ntes for matos.
Co n f ío e n q u e , c o m o m a n t i e n e n l o s t aoístas, los z en y la s bandadas
de p a l o m a s y e s to r ni n o s , d e e s t e c a o s nazc a, al menos, una a proxi -
m a c i ón a la a r m o n í a , t a n e n d e s b a n d a da el la, tan or nitológica...
ar te fundamental del texto de este libro son los poemas breves, entre
ellos los haikus, for ma poética japonesa. Cualquier intento de acom-
pañarlos de los dibujos habituales en un libro sobre Naturaleza hu-
biera sido un despropósito: el color y el detalle didáctico no casaban
esta vez con el sintetismo y la brevedad de los textos.
La obser vación de la Naturaleza y su representación iconográfica no
es ajena a la filosofía zen. El pintor concentrado en su motivo ignora
el paso del tiempo y pierde el uso de la palabra. En la filosofía orien-
tal no existe diferencia entre la poesía, la caligrafía y la pintura. La po -
esía inspira los dos ar tes restantes, pero es a su vez motivada por el
trazo del pincel.
La for ma más conocida del poema pintado es el haiga. Una obra pic-
tórica de gran simpleza for mal, inspirada en el texto poético al que
acompaña pero no necesariamente ilustrativa de éste.
La aproximación al motivo por par te del pintor naturalista incluye la
captación de distintos estímulos sensoriales: olores, sonidos y por su-
puesto colores. La obra final, sin embargo, llega al espectador privada
de esos sentimientos, conver tida en una ordenación visual de colores
y líneas sobre un plano. Se entrega el final del proceso creativo, pero
no el proceso mismo.
Tanto el haiga como el sumi-e –otro tipo de pintura oriental- son ex-
cepcionales en el sentido de que ocultan muy poco del proceso cre-
ativo: el trazo tiene un origen y un destino y se puede imaginar casi la
velocidad de cada pincelada y las breves detenciones para mojar el
pincel en el tintero. En cier to sentido son más honestos porque su in-
mediatez y simpleza no pueden ocultar las carencias técnicas del ar-
tista ni su afanosa búsqueda del más directo camino entre el motivo y
su representación simbólica.
La directa expresividad de la obra poética mostrada en este libro no
podía acompañarse de color o ilustraciones excesivas. En este sen-
tido, un intento de acercamiento a la pintura oriental y la incorpora -
ción del apunte de campo eran casi obligados.
Las obras en tinta han sido realizadas sin apunte previo a lápiz, direc-
tamente con pincel japonés y tinta china sobre papel de acuarela de
poco gramaje. En algunas se ha utilizado un rotulador japonés espe-
cial con punta de pincel, menos flexible que el pelo de cabra de los
instr umentos tradicionales.
Los apuntes a lápiz proceden de mis cuader nos de campo, algunos, y
otros han sido realizados expresamente para el libro. Todos son ob-
ser vaciones directas del natural.
Por fin, he realizado una serie de grafismos para decorar los textos. En
cier ta for ma podrían sugerir la caligrafía japonesa con la que original-
mente se escriben los haikus, aunque no son obviamente ideogramas
de aquél país. Para dibujarlos he utilizado dos grandes plumas de ave,
ambas recogidas del suelo en viajes a Alaska y Ecuador: una es de
Águila Calva y la otra de Águila Harpía.

Juan Varela Simó


Azulea el ala
fr o t a n d o l a o b l i c u a l u z
co n l a m i r a d a .

Danzan dentro de
su m ú s i c a c a r i c i a s
de f i n a l l u v i a .

Bambolearse es
de s t r e z a m a y o r d e l a
in c e r t i d u m b r e .

Quien fuera de sí
el alma sitúa, sabe
qué es la vida
Fa s c i n a d o p o r
se r e l l a s d u e ñ a s d e l o
in a l c a n z a b l e .

To d a n o s t a l g i a
qu e d a p r o h i b i d a s i
vu e l a s c o n e l l a s .

Sangre velera
de t o d o s l o s v i e n t o s
bu s c a n d o l u z .

N o h a y o t r a m a y o r,
co n s e r t a n t a s m e l o d í a s :
la d e l Ru i s e ñ o r.
Dester rada la
T i e r r a n o s q u e d a n s ól o
pá j a r o s a l t o s .

Salta corazón
ha s t a d o n d e l a t e l a
al t a b a n d a d a .

Música de la
Naturaleza leve:
su s r e s o n a n c i a s .

A p r e n d í m e j o r,
co n v u e s t r o l e n g u a j e m á s
al t o , a m i r a r.
Te n g o c a n s a d a
la i l u s i ó n ; m e s a l v a s u
Fácil liber tad.

Nada es cier to.


Cier tamente volar es
me n t i r a v e r a z .

La memoria no
e xcluirá nunca aquella
gran lluvia de aves.

¡C u á n t o á r b o l m u e r t o
ec h a h o j a s ; d a f r u t o s
po s á n d o s e e l l a s !
No olvidemos
qu e n a d i e l e v a n t ó t a n
al t a l a v i d a .

Nadie es per fecto.


pe r o e l l a s s e a c e r c a n m á s
a la idea de eso.

Ta n l a b o r i o s a s
re m a n a l a s l a s o l a s
de l a l t o v i e n t o .

Rutas del aire,


ca m i n o s s i n c a m i n o ,
in t e l i g e n c i a .
Se duer me el aire.
Po r s u s u e ñ o t a n l e v e
su r c a n b a n d a d a s .

El viento nada
sa b e ; l a s a l a s t o d o
de s u s a b r a z o s .

Nosotros, prisa
qu e n o s r e v i e n t a d e n t r o .
Ellas alcanzan.

Asómanse a la
ve r t i g i n o s a m e n t e
qu i e t a l u z a é r e a .
Un deseo roto
tr a n s i t a e l c i e l o c o n
ca d a p á j a r o .

A la aurora,
la s s i r i n g e s v i b r a n d o ,
de s p i e r t a n c a n t o s .

Las aves unen,


su b i e n d o , l o m á s b a j o
co n l o s u p r e m o .

Quema una soga


de h u m o s a b r a s a n d o
la d e s b a n d a d a .
Rasga la tarde
el h a l c ó n t r a n s p a r e n t e :
Sin emboscada.

Sin peso, sin el


ác i d o e n v i d i a r d e l o s
án g e l e s c a í d o s .

Las alas vuelan,


sa b i d u r í a d e l a i r e ,
su s d i s c í p u l a s .

Es un latido,
de l a s a n g r e d e l a i r e ,
to d o p á j a r o .
Me ha cantado
un r u i s e ñ o r d e l b o s q u e .
Y mi cerebro.

Con las bandadas,


am i s t a d d e m i s o j o s ,
vo l a r o n a l t o .

Cálidas alas,
ye m a d e l a b e l l e z a ,
te h a n s a l v a d o .

Despega un ave:
Se detiene el tiempo.
Vo l v e r á a v o l v e r.
Cede la prisa.
Un lento bamboleo de
na t u r a l e z a s .

Cantan preludios,
abre la luz los ojos:
Av e s b a t u t a .

Unidad, sí real,
nó m a d a s d e l v i e n t o
pe g a n m u n d o s .

Lomos de la luz
mo j a n d o p r i m a v e r a s :
¡M a t e r i a p r i m a !
Tienen sed de alas
ai r e s r e c i é n n a c i d o s :
El bosque mana.

Fluir sin descanso,


av e n i d a s d e l c i e l o ,
ll a m a s a l a d a s .

Alta riada de
se n s a c i o n e s v e l e r a s :
¡C a u c e t u s o j o s !

Aromas altos,
ág u i l a s a m á n d o s e
vi s i t a n l a l u z .
La bandada es
ab e j a q u e t e l i b a
en l a r e t i n a .

Aves pósanse,
en r o s c a d a s m ú s i c a s
en t u s t í m p a n o s .

Del aire cascadas:


Aves, almas, luces: alta
vo z e n c e n d i d a .

Un río de luz en
el a i r e q u e n o y e r r a
en a b s o l u t o .
Mitos que pasan
co n i n f i n i t a m e n t e
le j a n o l a s t r e .

Donde no están,
el b o s q u e a s e s i n a d o ,
ai r e p o d r i d o .

Si quedan alas
ho r i z o n t e s o m o s :
Pa i s a j e v i v o .

El asombro sin
so r p r e s a s e l e v a n t a
as o m b r á n d o n o s .
Ta n a l t i v a s c o m o
ol v i d a d a s , t a n a l t a s
vo c e s s i n o í d o .

Las aves nómadas


ha c e n c o n t r a b a n d o
de i l u s i o n e s .

A veces, como
fuentes d e l a l t o c i e l o ,
mi r o a l a s a v e s .

Materia leve
pa r a p u p i l a s a r t e :
Alma perpleja.
Cuando satura,
la l u z s o l o r a d i a n t e ,
pl u m a s i r i s a d a s .

Ya e s t á e l c i e l o e n
ce l o . Ya s e l l e n ó d e
al a s a l a d a s .

Las migraciones
de r r o t a n a l t i e m p o s i n
ot r o e s f e u r z o .
Las bandadas son alborotada levedad.

¿Se están cansando las migraciones?

¡Cuanta belleza volando y sin embargo al


vuelo de la verdad le han cor tado las alas!

Las aves sonríen cada vez que sobrevuelan


una frontera.

Basta uno de esos coros del amanecer


abrileño para que merezca la pena estar vivo.

Andarse por las ramas no es obviamente la


peor for ma de actuar.

¿Piensan los cazadores que usan al mismo


cielo como paredón?

Si los sentimientos vuelan como no iban a


juntarse con los pájaros.
Las alas de los pájaros son también su
chaqueta.

Como todo aire es alma, los pájaros decidieron


ser el cuerpo del aire.

Recordemos que resulta cor to el paseo de


onírico a ornítico.
Y lo mismo pasa con ave y suave.

Aquella mañana tenía las manos llenas de


pájaros. Y toda su piel era música.

Sin pájaros se seca el aire.

Las curr ucas mosquiteras, el r uiseñor y la


oropéndola me tendieron una emboscada
sonora en la que mis tímpanos se derritieron.

Tantas veces lo inalcanzable tiene al mejor


dueño: águila que flota.

Las aves hacen huir a nuestros ojos por la


trastienda azul de los cielos.

Cada pájaro es un oasis en el desier to del aire.


Porque de ellos es siempre el camino más
cor to.

Los pájaros además de volar se abanican. Nada


extraña que no suden.

Cada bandada que pasa sobre nuestras


cabezas eleva nuestras miras, es decir, nos hace
un poco místicos.

Las aves son leves como un alma cansada.

Casi todas las rapaces atrapan, no sólo con sus


garras, sino también con su alta flotación.

Esos pájaros que devoran los excrementos de


sus pollos merecen el homenaje de los
par tidarios del reciclado.

El palomazo, un millón de alas batiendo al


mismo tiempo, se parecía al infinito: inabarcable
pero estaba allí delante.

Los pájaros hacen música también con sus


movimientos.

He oído a un órgano llenar de pájaros un


monasterio.
Si la música es el eco del cosmos, los
pájaros son su mejor altavoz.

Nunca han mentido y eso debería ser


suficiente.

Siempre van proponiendo algún lazo entre la


tier ra y el cielo.

Vuelan por mi y yo pienso y siento por ellas.

Qué doble primavera, la de los pájaros que


llegan de pronto y con colores.

¡Para caligrafías, la de la bandada¡

Hay bandadas que son el humo del


atardecer.

Las alas de los pájaros son aire sólido que


ansía reencontrarse con el padre viento.
Zampullín Común
Ta n p e q u e ñ o q u e s e e s c o n d e e n l o m í n i m o ,
en él mismo.

Somormujo Lavanco
S i t o d o a m o r e s n a r c i s i s t a , e l s u y o e s sólo
mirarse al espejo.

Pa r d e l a C e n i c i e n t a
En vuestra garganta ha puesto
el m a r s u l l a n t o d e s g a r r a d o
po r t a n t o c h a p a p o t e .

Ola y ala son para ella lo mismo

Pa r d e l a B a l e a r
Amplia soledad, esquirla del esplendor
perdido por un archipiélago, ya solo
mercancía.

No vuela, resbala sobre las olas

Paiño Europeo
¡Pisar olas, levedad de sueño!

Si tuviérais menos peso seríais nube.

Ningún otro pájaro da pasos alados.


Alcatraz Atlántico
Los alcatraces cosen, con un hilo de
burbujas, la seda del agua.

Cor morán Grande


Tiene un secarse religioso.

A vetoro Común
El avetoro cor nea la soledad encañada.

Ta n e n l o a b i e r t o y s i n e m b a r g o s i e m p r e
suena como si estuviera bajo una bóveda.

A vetorillo Común
Casa del rayo que se zambulle.

Mar tinete Común


¡Gotas de berilo miran por ti!

Garcilla Bueyera
¡Cuántas veces surcos de espuma al arar!

¡Qué nevada en plena siega!

Garceta Común
Lleva las botas de agua siempre puestas.

Gar za RReal
Garza eal
N o e s u n p r e d a d o r, e s u n a t r a m p a .
Cigüeña Blanca
Di s p a r a r e t a h í l a s d e a p l a u s o s
contra el cielo.

Cigüeña Negra
N o v e o e n ella a u n a v e , s i n o a s u
capacidad de ser libre intacta.

Espátula Común
¿Niega o come?

Flamenco Común
Un alambre de fuego.

Es c a r d a n l o s a g u a z a l e s .

Lo s b a n d o s d e f l a m e n c o s a b r a s aron
todo el aire.

Ansar Común
Aquella bandada sobre Doñana
ar r ugó la luz.

Las abrumadas bandadas se


sucedieron unas a otras hasta ponerle
al otoño la piel de gallina.
Silbón Europeo
Como todos los migradores se expor tan a
ellos mismos.

L o d e pe n é l o p e : ¿ e s p o r q u e v u e l v e n a v o l v e r
a empezar todos los años?

Ánade Azulón (antes RReal)


eal)
Sin otra corona que su abundancia.

Ánade Rabudo
Leí como escribía en el agua:
Ya s ó l o n o s s a l v a r á e l a r t e ,
de m i r a r, c l a r o

Cuchara Común
T i e n e e l p i c o e s q u i a d o r.

Cerceta Común
Fo r m a n b a n d a d a s s u r t i d o r

P ato Colorado
Él, rey sol; ella, desteñida.

P or rón Europeo
¿No le dolerá la cabeza?

Malvasía Cabeciblanca
Pa t o q u e s u e n a a p e r f u m e , v i n o d u l c e , m u j e r
del pasado.
Elanio Común
Se cr ucifica en el aire este ángel con el color
del cielo.

Se l e h a p e t r i f i c a d o u n a t a r d e c e r e n l a
mirada.

Milano Negro
El viento te declaró su juguete.

Milano Real
Gran mirón del horizonte, siempre
asomándose.

Cor ta el aire con la tijera de su cola.


Quebrantahuesos
Más que volar transcur re con precisión.

Alimoche Común
To d o s l o s a l i m o c h e s s o n v i e j o s .

Tan sabios como él aguardamos la muer te.


Buitre Leonado
No come, le pregunta a la muer te.

Los buitres leonados son dignas


sepulturas que vuelan majestuosamente.

Buitre Negro
Lentean.

Aguilucho Cenizo
La m e l a s m i e s e s y l e v a n t a p á j a r o s c o m o e l
cepillo del carpintero vir utas.

Azor Común
Tiene una mirada brasa: queman, pues,
sus o j o s .

Gavilán Común
Co m o u n c u c h i l l o , c o r t ó e l c o n c i e r t o d e l
amanecer con una profunda herida de
silencio.

Busardo Ratonero
La paciencia es una de las ar tes
e s c u l t ó r i c a s , c o n f i r m a e l Busardo Co m ú n .

Abejero Europeo
Viajan como en el metro: amontonados.
Culebrera Europea
¡No será que quiere diluirse en el aire?

He visto a una culebrera parar al viento.

Águila RReal
eal
He oído que exclamaba:
Los labios más altos: los de la montaña
Los labios más grandes: los del cielo
¿Cómo no besarlos?

Allá ar riba nadie necesita monarquías.

Águila Imperial Ibérica


Desmaya la luz r ubia de tu mirada
Imantan tus hombros: lunas llenas
En medio de tu cuervo plumaje.

Aguililla Calzada
Soplo de aire fresco en medio del aire.

Águila Azor PPerdicera


erdicera
¡Siempre cerca de lo lejano!

Águila PPescadora
escadora
Av e f e l i n o q u e c a z a a g u a .
Cer nícalo V ulgar
Vulgar
No sólo en el aire; también en el tiempo se
detiene.

Es dialéctico: su inmovilidad resulta


ver tiginosa.

Cer nícalo Primilla


El amanecer chilla
Catedral de Sevilla
S e l e v a n t a e l Pr i m i l l a

Halcón PPeregrino
eregrino
El halcón y la paloma no son polos
opuestos, son un punto de encuentro.

Re s u l t a a t r o p e l l a d a m e n t e v e l o z .

La excepción: su velocidad es bella.

Urogallo Común
Su amor le llena la garganta de agua y de
obcecación.

P erdiz RRoja
oja
G e n t e a t a r e a d a , las perdices
Codor niz Común
Es toda ella juguete: su vuelo, su canto, su traje...

Además de canto, tiene eco.

Rascón Europeo
Ya l o d i c e t o d o c o n s u n o m b r e , i n c l u s o s u
nombre.

Cada vez que habla el rascón agoniza.

Calamón Común
Acepta la condición de los volcanes: de lava
ardiente el pico y las patas; de basalto el
plumaje.

Gallineta Común
Tiene una bandera por pico.

F ocha Común
L a Fo c h a Co m ú n s i e m p r e e s t á e n e l m u r o d e
las lamentaciones.

Gr ulla Común
Grulla
Luz der retida
en b r a s a s d e l o c a s o
gr u l l a s ¡ c e n i z a !
¡Cómo beben los ojos en la bandada de
gr ullas!

¿Quién las hirió en la cabeza?

Sisón Común
Le ponen voz al aire con sólo ponerse a
v o l a r.

A vutarda Común
Sus bodas son una solemnidad sincera, un
reper torio de altas galas sin traje.

He visto baldíos en los que sólo crecían


esos árboles llamados avutardas.

Ostrero Euroasiático
Preludio de her ramienta

Cigüeñuela Común
Pájaro Pinocho

A voceta Común
Pájaro cur vo

Alcaraván Común
Mastica los sonidos de la noche.

Chorlito Dorado Europeo


Son arena hecha car ne que vuela.

Avefría Europea
En vacilar reside su fuerza.

¿ Tr o p i e z a e n e l a i r e l a Av e f r í a ?

C o r r e l i m o s TTrr i d á c t i l o
Lo que te falta no le sobra a los demás:
¡ Br o m a d e l a e v o l u c i ó n !

Combatiente
Fieles al car naval, se disfrazan a finales de
febrero.

Agachadiza Común
Suena a oveja en los dominios de la cabra.

C h o c h a Pe r d i z
Asusta al cielo, cuando explota entre los
brezos dor midos.

Aguja Colinegra
Fiel a su nombre, le pone constantemente
inyecciones al fango.

Zarapito Real
Buscando siempre las razones del limo.
Archibebe Común
N o e s t a r á h a r t o d e b e b e r.

V uelvepiedras Común
Tu y a e s l a t a r e a d e S í s i f o .

Gaviota RReidora
eidora
Sus bandadas no
re s t a n i n d e p e n d e n c i a :
ga n a n l i b e r t a d .

Gaviota PPatiamarilla
atiamarilla
E n t r e l a G a v i o t a Pa t i a m a r i l l a y e l v i e n t o s e
selló el mismo pacto que entre la luz y el
cielo: no son el uno sin el otro.

Char rancito Común


Se clava en las olas y el mar sangra espuma.

F umarel Común
Vive sobre su propia penumbra.

Alca Común
Ta n m a r i n a s q u e e n l u g a r d e a l a s t i e n e o l a s .

Frailecillo Atlántico
Tiene por pico toda una campaña publicitaria.

Ganga Or tega
Vestidas de tier ra baldía: ¡incomparecen!

Ganga Ibérica
La sed del erial bebe de sus plumas.

P aloma TTorcaz
orcaz
Fundieron cuerpos
Hasta poner el cielo
Encapotado.

¿Se aplauden a si mismas cuando están en celo?

Tór tola TTu


urca
Me parecen aves absor tas
Y aún así absorbentes.

Tór tola Europea


Se ador mece, seguro, y se acuesta sobre
Su propio canto.

Críalo Europeo
El Críalo da órdenes que otros cumplen.
Cuco Común
No canta, l a t e .

Re p e t i r s e o m o r i r, c r e o q u e e s s u l e m a .

Lechuza Común
To d a s l a s n o c h e s s o n d e l u n a l l e n a s i s a l e a
cazar la lechuza.

A utillo Europeo
¡Qué frías las noches sin la aflautada fiebre
de los autillos!

Si quieto, es madera

Mochuelo Europeo
Haciéndose eco de su simbolismo de sabio
Me dijo: el mundo encogerá demasiado
Sin nosotras, las aves.

Pájaro muelle.

Tiene tanto de gato diur no como de ave


noctur na.

Búho Real
Lo primero que caza es el sonido de su presa.

Búho Chico
¡Con lo bien que oye y tiene falsos oídos!
Cárabo Común
Canta la noche,
cárabos entusiastas,
estremecida.

Chotacabras Gris
Ni insecto abandonado, ni batracio
enamorado: ¡el Chotacabas Gris!

C h o t a c a b r a s Pa r d o
Ll a m a a l a p u e r t a . N o p a r a e n t r a r s i n o p a r a q u e
tu salgas a vivir la noche.

Ve n c e j o R e a l
Suprema delicia ésta de acostarse en el aire.

A veces el cielo llueve vencejos.

Ve n c e j o C o m ú n
Un ejército de hoces negras siega una cosecha
de mosquitos invisibles.

Sus car r useles buscan afilar la hoz de sus alas,


rozándolas unas con otras.

Mar tín PPescador


escador
Po d r í a s e r m u d o p o r q u e y a c a n t a s u p l u m a j e .
Abejar uco Común
Có n c l a v e d e c o l o r e s h a s t a c o n c e d e r n o s l a
fantasía.

Carraca
Ca p t u r a e s e c o l o r q u e c a e d e l c i e l o .

Abubilla
Es tan ancha su vehemencia que se la ve con los
ojos cer rados.

El miedo la abanica.

To r c e c u e l l o
E x p l i c a e l m i s t e r i o d e l a Tr i n i d a d p o r q u e e s a v e ,
serpiente y cor teza al mismo tiempo.

Pito Real
Ca n t a a g a l o p e t e n d i d o .

Pito Negro
Estos maleducados nos dan siempre la espalda.

Av e a n a r q u i s t a .

Pico Picapinos
Inventores de la telegrafía

Prestada toman la resonancia de la madera.

N o e s v u e l o , l o s u y o e s t o b o g a n e a r.
Alondra Común
L l u e v e n s o l y t r i n o s d e Al o n d r a : a b r i l e a .

Cogujada Común
Hace del camino no sólo hogar de las pisadas.

Calandria
To d a l a t i e r r a ,
locamente calandria,
nos vuela y canta.

Te r r e r a C o m ú n
¿Tier ra con plumas o plumas de tier ra?

To t o v í a
Tr i n o s q u e a l b e a n c a s i t o d o s l o s a m a n e c e r e s .

Golondrina Común
Acaso el mejor ejemplo del poder de la
fragilidad.

Golondrina Dáurica
To d a s u c a s a e s s ó l o t e c h o .

Avión Roquero
Débil silueta
incr ustada sobre la
cima que vuela.
Avión Común
Av i ó n , s í p e r o
Sin r uido, sin contaminación, sin
Innecesaria velocidad

Avión Zapador
Entier ra su futuro y éste resucita.

Bisbita Común
¿Se asusta de sí mismo?

¿ Po r q u é n o e s t á e n e l d i c c i o n a r i o l a
palabra bisbitear?

L a v a n d era C a s c a d e ñ a
Te l e g r a f í a c o n s t a n t e m e n t e s u p o s i c i ó n c o n
el hipo de su cola.

Lavandera Blanca
Vive inútilmente apresurada.

Mirlo Acuático
Siempre está a punto de despegar

Se moja tanto que se le ha oxidado casi


todo el traje.
Chochín
No canta, deflagra.

Ratón con plumas.

Está descompensado: sexual y sonoramente.

Acentor Común
Pájaro de enero que hace tistisear al jaral.

Petir rojo
Po c a s m ú s i c a s c o m o l a s u y a , c a p a z d e
calentar incluso al aire más frío.

En invier no estos pájaros crepitan.

Alzacola
Pi e r d e e l e q u i l i b r i o c o n s t a n t e m e n t e .

R u i s e ñ o r Co m ú n
En abril, la noche se moja de r uiseñores.

Pa r e c e c l a r o q u e , d u r a n t e u n o s d í a s , e l
Ru i s e ñ o r s ó l o s e a l i m e n t a d e s u c a n t o .

No duerme porque convier te su sueño en canto.


Pechiazul
¿Flor o bandera?:

On d e a e n l o m á s a l t o .

Colir rojo Tizón


Estor nuda con el cuerpo y tirita con la cola
¿Estará siempre constipado?

Colir rojo Real


Ta m b i é n e s m o n a r q u í a s u c a n t o b e r m e j o .

Ta r a b i l l a C o m ú n
Se pasa la vida dudando de lo siguiente que
v a a h a c e r.

Collalba Rubia
Tu c a b e z a u n a n u b e . Tu g a r g a n t a s u s o m b r a .
Si vuelas : ¡sale el sol!

Collalba Negra
Ca r b ó n a l a d o c o n u n a n u b e e n s u o b i s p i l l o .

Roquero Rojo
En verano esta menuda lumbre chispea en
las cimas .
Roquero Solitario
N a d i e h a a l canz a d o m a y o r d i s t i n c i ó n
ar tística: San Juan de la Cr uz le llamó
soledad sonora. Quevedo: destilación de
líquida ar monía

Mirlo Capiblanco
El siempre está de media luna.

Mirlo Común
Fe b r e r e a e l b o s q u e
Preludio primaveral
Mirleando tenaz.

Cuando se asusta lo suyo son estampidas


sonoras.

Zorzal Común
Mucho más que melodioso: es un geyser de
estrofas.

Zorzal Charlo
Un der rochador de charlas primaverales

Ruiseñor Bastardo
Suena a mitin radical en defensa de la soledad de
los sotos: algo así como un prohibido el paso
sonoro.
Buitrón
¿Se le están acabando siempre las pilas?

Buscarla Unicolor
Ave socrática, de ella sólo sabemos que nada
sabemos.

C a r r i c e r o TTo
ordal
Ha conseguido fundir en su estilo musical a aves,
insectos y anfibios.

Zarcero Común
Canta como repite lo que ve un espejo, reflejando
todo lo que oye.

Curruca Rabilarga
Se queja constantemente de su timidez.

Curruca Mirlona
Hay plagios encantadores.

Curruca Capirotada
¿ Po r q u e n o s e a c u r r u c a n l a s c u r r u c a s ?

Curruca Mosquitera
Te r c i o p e l o s a l e d e s u s i r i n g e .
Mosquitero Común
Son poetas, tímidos y asustados.

Reyezuelo Sencillo
T i e n e n m e d i o a r c o i r i s c o m o c o r o n a.

Pa p a m o s c a s C e r r o j i l l o
Dibuja la clave de SOL en el aire.

Bigotudo
Disfraza su suavidad con una faz hosca.

Mito
¡Manojo de ter nuras el bando de mitos!

Herrerillo Común
Yu n q u e y m a r t i l l o , c o m o e s l ó g i c o , e l
He r r e r i l l o .

Carbonero Común
Define, él solo, al vitalismo.

Herrerillo Capuchino
Tu c o n d i c i ó n d e e s p i n a n o t e d e f i e n d e .

Carbonero Garrapinos
Es un boomerang de sonidos.
Pájaro Moscón
Haremos de tu fragilidad un ejemplo a conquistar.

Tr e p a d o r A z u l
Conquistó todos los vér tigos.

Agateador común
Agradecidos a los árboles, que todo se lo dan, y
no pudiendo abrazarlos, los contor nean.

Tr e p a r r i s c o s
Cosedor de grietas, escalador del vér tigo,
mariposa grande...

A l c a u d ó n R e a l Meridional
Tiraniza incluso con su canto de gozne
her r umbroso.

Oropéndola
¡Flauta de oro!

U n n e g r o y u n g u a l d a f e l i z mente n o a p o s e m á t i c o s .

Pájaro lingote.

A r r e n d a j o Común
Habría que averiguar qué metal se está
desguazando en su garganta cada vez que se
alar ma.
Rabilargo
Son siempre más banda que bandada.

Urraca
Tiene la voz cascada porque se pasa el día
discutiendo.

Graja
Como gente vieja que se solea en la plaza.

L o s s u r c o s e n i n v i e r n o t a m b i é n d a n u n a c o s e c h a:
¡las grajas!

Corneja
Nada funestas, porque su luto exterior poco
t i e n e q u e v e r c o n s u a l e g r í a i n t e r i o r.

Cuervo
To d o e n e l c u e r v o , h a s t a s u c a n t o , p a r e c e q u e
acaba de quemarse.

E s e l J o e C o o ke r d e l o s p á j a r o s .

Grajilla
Montón de sombras, esas grajillas

Chova Piquigualda
Tiznan la nieve más alta.

Chova Piquirroja
Y de pronto el cielo se embor ronó de chovas
piquir rojas y se embor rachó con sus aullidos.

Estornino Pinto
Antes de acostarse juegan a ser tor nado.

Estornino Negro
¿Qué hace una asamblea de la ONU en la
garganta de los estor ninos?

Gorrión Común
Inventemos: los gor riones chur r ullean.

Gorrión Mor uno


¡Gente en un concur rido bazar!

Gorrión Alpino
Muchas veces son la última bendición de los
paisajes que huyen hacia ar riba.

Pinzón V
Vuulgar
Su pasión acaba siendo mitin.
Pinzón Azul
Metal que vuela.

Ve r d e c i l l o
Abundantes fragilidades que retiemblan.

Canario
Tu p e n a e n r e j a d a e s l a m e j o r m ú s i c a .

Ve r d e r ó n C o m ú n
Empacha los ojos con su calor pegajoso.

Jilguero
Colores melodiosos

Lúgano
Te n u e h e r v o r e n l a a l i s e d a .

Pardillo Común
Al macho, por lo menos en primavera, se le
rompe el corazón.
Piquituer to Común
Ta r e a r e c t a c o n h e r r a m i e n t a t o r c i d a .

No abre, excava las piñas.

Camachuelo Común
¿Acaso sólo come frambuesas el Camachuelo
macho?

Picogordo
¡Qué mor ritos!

Tr i g u e r o
Su e n a a c r e m a l l e r a .

Escribano Soteño
Desobediente, casi nunca está en su sitio.

Escribano Montesino
Además de calígrafo lleva los renglones
puestos.

También podría gustarte