Está en la página 1de 32

Erase una vez dos hermanas que vivían en París,

Elise y Colette.
Su madre había
abandonado su
vida de bailarina
cuando contrajo
matrimonio y
soñaba con que,
algún día, sus
hijas alcanzaran
la fama que ella
no pudo tener.
Desde
pequeñas,
Elise y Colette
practican la
danza bajo la
atenta
vigilancia de la
madre.
Ella les hace
trabajar
duro…
… pero entre las hermanas se va creando rivalidad, porque
Elise es muy trabajadora, pero Colette no tiene demasiados
deseos de esforzarse y, además, no entiende por qué tiene
que sacrificarse tanto por algo que no ha elegido.
Cuando todavía son muy
jóvenes, los padres de las dos
hermanas mueren y ellas se
quedan solas.

Ya sin la madre, poco a poco, Elise y


Colette se van distanciando. Cada
una toma un camino diferente.
Elise tiene que
trabajar para
mantenerse.

Por las mañanas


trabaja de
planchadora.
Por las tardes acude a las clases de danza.

Su sueño es llegar a ser primera bailarina.


Por las noches
llega rendida a
casa. Pero se
siente orgullosa
de su esfuerzo.

Está tan ocupada que


prácticamente no tiene
tiempo de acordarse de su
hermana.
Colette se decidió a buscar la fama por un
camino más rápido. Dejó la danza y pensó la
manera de conseguir lujo, ropa y dinero…
Decidió hacerse cantante.

Como tenía buena


voz, pronto la
contrataron en
teatros poco
importantes pero
que le permitieron
vivir sin necesidad
de bailar.
Al poco tiempo
había alcanzado
bastante éxito.
Cada vez
conseguía papeles
más importantes
en teatros de
mayor prestigio.
Eso le permitió ganar mucho dinero y permitirse todos
los caprichos con los que había soñado.
Pero cantar también
requería estudio y
sacrificio, a lo cual
Colette no estaba
dispuesta.

Poco a poco, la
muchacha se
contenta con papeles
menos importantes
que no le supusieran
mucho trabajo.
Finalmente, Colette
acabó cantando en
teatros de poca
reputación y perdió
la confianza en sí
misma .
Y continúa trabajando como planchadora…

Elise, mientras tanto,


seguía con la danza y
con su sueño de ser
primera bailarina.
Un día, el profesor de danza les dice que por fin van a
tener su oportunidad en una importante actuación.

Y Elise va a ser primera bailarina.


Elise se concentra en los preparativos.
Está muy nerviosa, aunque se siente muy contenta de que
por fin se reconozca su trabajo.
La
actuación
es un
éxito.

Elise triunfa.
Pero el esfuerzo ha
sido tan enorme que
sus pies se resienten.
El médico le dice que
tendrá que estar un
tiempo sin bailar. Y
que no podrá volver a
ser primera bailarina.
Elise está hundida.

Entonces, se acuerda de su hermana. ¿Qué será de ella?


Decide ir a buscarla a la ciudad donde vive.
Colette ha decaído tanto que no parece la misma.
Se sentía sola pero le daba vergüenza acudir a su hermana
porque la veía como una triunfadora a su lado.
Seguía buscando una vida de apariencias…
Pero sentía que había perdido la oportunidad de aprovechar su
talento.
Cuando por fin las hermanas se encuentran, Elise le pide
perdón por haberla olvidado tanto tiempo y reconoce que se ha
dejado llevar por la ambición de la danza. Quiere que vuelvan a
estar juntas, como cuando eran niñas.
Deciden comenzar
una nueva vida.
Las dos intentan
recuperarse de sus
respectivos
fracasos
ayudándose
mutuamente.
Cuando Elise se ha recuperado del pie, convence a Colette
para que vuelva a bailar, pero ya sin ambiciones ni
competencias.
Finalmente lo
consiguen juntas.
Y Colette se siente muy feliz de estar con su hermana y
de haber conseguido disfrutar de la danza.

FIN
ALETHEIA
http://aletheia-informa.blogspot.com
La cultura nos humaniza

También podría gustarte