Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El
rincón es un espacio delimitado del aula donde se realizan actividades planificadas para la
consecución de unos objetivos o juego libre y se desarrollan de forma individual o colectiva.
Los rincones más usuales en las aulas de infantil suelen ser: el rincón de la casita, de las
construcciones, de la plástica, de la lógica-matemática y la biblioteca. Casi siempre son cinco
rincones para que los alumnos puedan ir en pequeños grupos de cinco y esta forma de
organización posibilita que a lo largo de la semana puedan pasar todos los alumnos por cada
uno de estos rincones.
María de Mar Amat Castillo y José Ruiz Luján (2001) definen el cuento “como un
relato breve, de hechos imaginarios, con un desarrollo argumental sencillo (exposición-nudo-
desenlace), cuya finalidad puede ser moral o recreativa que estimula la imaginación del niño”.
Organizan los cuentos por edades:
De 1 a 3 años: cuentos con pequeños textos rimados o con estribillos con los
que pueden jugar a repetir.
De 3 a 6 años: cuentos relacionados con los animales e historias sencillas.
De 5 a 8 años: cuentos con protagonistas humanos e historias con acciones
complicadas.
La clasificación de cuentos para niños de tradición oral que establece Ana Pelegrín
(1985) es:
Cuentos de fórmula (de 2 a 5 años): se distinguen por la estructura, mención de
personajes y acción y frase conclusión. Entre ellos: cuentos mínimos
(conclusión inmediata), cuentos de nunca acabar (repetición), cuentos
acumulativos y de encadenamiento (seriación). Algunos ejemplos son: El
cuento de la bellota, Un rey tenía tres hijas, El pollito de la avellaneda…
Cuentos de animales (de 4 a 7 años): los animales actúan como las personas y
tipifican los rasgos del carácter del animal. Ejemplos: Los siete cabritillos, El
tordo, La paloma…
Cuentos maravillosos (de 5 a 7 años): se diferencian por tres momentos claves
en su estructura interna. La fechoría inicial, que crea el nudo de la intriga; las
acciones del héroe, como respuesta a la fechoría; y el desenlace feliz, el
restablecimiento del orden de los héroes. Ejemplos: La bella y la bestia, La
bella durmiente, Aladino y la lámpara maravillosa…
Los cuentos que se elijan para la lectura deberán ser breves, con estructuras lineales,
sencillas y rimadas que puedan repetir e invoquen a la participación del alumnado, con
elementos de humor, onomatopeyas y exageraciones que ayuden a divertir al niño. A veces se
pueden realizar equivocaciones sencillas y fácilmente reconocibles para que ellos corrijan a la
vez y activen su atención.
Las actividades a realizar en torno a la lectura del cuento podrían ser tres: lectura del
cuento, dramatización y representación gráfica del cuento.
Bibliografía:
Pelegrin, Ana: La aventura de oir. Cuentos y memorias de tradición oral, Editorial
Cincel Madrid, 1985.
Amat Castillo, María del Mar; Ruiz Luján, José. Didáctica de la enseñanza de la lectura
y la escritura en el ámbito escolar. ANPE, Murcia, 2003.