Seminario de investigación el erotismo en la literatura y en las artes de la Universidad
Complutense de Madrid. 5-4-2011
La segunda jornada del seminario fue abierta por Jean-Pierre
Castellani con «Eros y Thanatos en las Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar».En la obra «Memorias de Adriano» la relación erótica sirven «de base a una teoría del individuo enamorado». Ayuda a los seres humanos a conocerse a sí mismos y a los demás. Adriano reivindica el cuerpo, pero es la base para una determinada relación espiritual. Castellani hizo un recorrido del eros y thanatos en Yourcenar y Adriano. A continuación, Dieter Ingenschay presentó «La Habana: ciudad erotizada».Cuando se le da a una ciudad un valor erótico, se la está antropomorfizando. Por ejemplo, En la Biblia Sodoma y Gomorra representan el pecado. Cuba es una ciudad que ha sido caracterizada como erótica de muchos modos. Ingenschay hizo un recorrido por ellas. Cirilo Villaverde en «Cecilia Valdés o La Loma del Ángel» (1839), ya «combina los aspectos eróticos con los urbanos». Esta novela sirve de intertexto para la novela «La Loma del Ángel» (1988) de Reinaldo Arenas. Alejo Carpentier en «La ciudad de las columnas» explora La Habana a través de su arquitectura. Guillermo Cabrera Infante en «La Habana para un infante difunto» (1979) «escribe contra el olvido, escribe y reescribe la Habana». En la película «Fresa y chocolate» de Juan Carlos Tabio y Tomás Gutierrez aparece la Habana homosexualizada. Abilio Estévez publicó un inventario de lo desconocido de la Habana y escribe sobre ella en la novela «Tuyo es el reino». Presenta una Habana erotizada en «Los palacios distantes» (2004). Por su parte, Zoé Valdés en «La nada cotidiana» presenta a una protagonista que compensa su desencanto con la revolución a través de una intensa actividad sexual. Daina Chaviano en «El hombre, la hembra y el hambre» trata la prostitución de la Habana. Pedro Juan Gutiérrez «Trilogía sucia de la Habana» es una novela polémica, en la que expresa el amor por la ciudad derruida. En resumen, la Habana ha sido objeto de muy diferentes valoraciones eróticas.
La última mesa llevó el título «La ciudad como cuerpo: pulsiones
eróticas». Diego Muñoz y Rocío Peñalta presentaron el trabajo: «Metáforas básicas de la ciudad como cuerpo». Las ciudades cumplen acciones humanas. También representan a los sexos. La ciudad se simboliza principalmente como mujer de diferentes maneras. En muchos casos la ciudad es un espacio que se ha de conquistar, como hace Agustín de Foxá en «Misión en Bucarest». Umbral en «Mortal y rosa» presenta a una ciudad en la que el metro es un útero. En general, cuando nos referimos a las ciudades es en femenino, pero no siempre es claro. A continuación Eugenia Popeanga presentó «Bucarest: onirismo e imágenes eróticas». Mircea Cărtărescu percibe que Bucarest tiene edificios femeninos y otros masculinos. En una noche de primavera, los edificios de la ciudad tienen relaciones amorosas. Hay, también, una moto que no ha encontrado el amor. No hay personificación, sino «que hay calles, edificios, descampados que se dedican a un juego erótico». A continuación Juan M. Ribera en «Barcelona, la ciudad del deseo» recorrió el desarrollo de esta ciudad. A lo largo de la literatura podemos seguir la construcción de la ciudad y cómo se desarrolla erotismo y sexualidad. La literatura catalana abarca los diversos ámbitos de lo erótico. Un ejemplo de ello es «Vida privada» de Joseph María de Sagarra, Desde el último tercio del s. XIX hasta los años 30 se crea un cuerpo deseante a través de la Literatura catalana. Esta Barcelona desaparece con la Guerra civil. Habrá que esperar a los poemas de Gil de Biedma y a los relatos de Marsé y de Terenci Moix para que se recupere el cuerpo deseante de Barcelona. Por último, Carmen Mejía: presentó una ponencia llama «Vigo, colinas y curvas». En «Ciudades», Fran Alonso se introduce en las calles de Vigo. Esta ciudad aparece personificada. Mejía hizo un recorrido por diversos poemas de Fran Alonso, que se pueden leer en clave erótica.