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TERREMOTOS Y TSUNAMIS
Trabajo de sociales
Docente
SOCIALES- 9°3
MEDELLÍN
2011
ESTRUCTURA INTERNA DE LA TIERRA
Los métodos de datación sitúan la edad de algunos meteoritos en unos 4500 millones de
años coincidente con la edad de la tierra. Se cree que la composición de muchos
meteoritos es idéntica a la de algunas capas del interior terrestre. (Foto arriba: cráter en
Arizona por el impacto de un meteorito, tiene aproximadamente 1,5 Km. de diámetro, y se
cree que su masa era de 300.000 ton. y viajaba a una velocidad de 60.000 Km/h.)
La corteza
La corteza oceánica
La corteza continental
El manto
El manto superior se prolonga hasta los 650 o los 700 km de profundidad. En este punto,
la velocidad de las ondas sísmicas se incrementa, al aumentar la densidad. A su vez, en
el manto superior pueden diferenciarse dos regiones; en la superficial, el incremento de
velocidad es constante con relación a la profundidad, mientras que en la inferior la
velocidad decrece súbitamente. Como resultado de la fusión que experimentan las
peridotitas en esta última capa, su rigidez disminuye con relación a la capa superior.
El grosor del manto inferior varía entre 650-700 km —bajo la astenosfera— y 2.900 km —
en la discontinuidad de Gutenberg, que marca la separación entre el manto y el núcleo—.
En la parte interna de esta capa, tanto la densidad —que pasa de .4 kg/dm3 a 6 kg/dm3,
aproximadamente— como la velocidad aumentan de manera constante.
El núcleo
Los principales elementos constitutivos del núcleo terrestre son dos metales: hierro y
níquel. A partir del límite marcado por la discontinuidad de Gutenberg, la densidad
experimenta un súbito aumento, desde 6 a 10 kg/dm3, aproximadamente. Por otra parte,
la velocidad de las ondas sísmicas primarias experimenta un rápido descenso —se pasa
de 13 km/s a 8 km/s—, al tiempo que no se registra propagación de ondas secundarias
hasta profundidades de 5.080 km. En este último punto, conocido como discontinuidad de
Lehmann, la velocidad de las ondas primarias vuelve a incrementarse, situándose en
torno a los 14 km/s en el centro del globo terrestre.
La prolongación de los continentes por debajo del nivel del mar constituye los márgenes
continentales, formados por corteza continental. Se distinguen tres zonas principales: la
plataforma, el talud y la elevación.
La plataforma continental, una zona que se inclina paulatinamente hasta llegar al talud,
puede no presentarse o, por el contrario, alcanzar una extensión de cientos de kilómetros.
Aparece recubierta por materiales resultantes de la erosión de la tierra emergida, que han
sido transportados por los cursos fluviales.
En torno a —200 m aparece el talud, una pendiente horadada por los denominados
cañones submarinos, por los que «viajan» sedimentos procedentes de la plataforma o
bien consecuencia de grandes desprendimientos submarinos provocados por los
terremotos. La acumulación de sedimentos determina el surgimiento de abanicos, por la
forma que adquiere el depósito, que conforman la elevación continental, a veces muy
extensa pero generalmente con poca pendiente.
Las cuencas
Las cuencas, cuya profundidad puede superar los 4.000 m, están formadas por corteza
oceánica. En ellas pueden individualizarse diversas formas, desde antiguos volcanes, que
hoy son montañas submarinas, hasta áreas deprimidas de perfil estrecho y alargado, las
denominadas fosas oceánicas, que marcan el punto de contacto entre las placas
litosféricas.
Por su parte, las dorsales oceánicas son cadenas montañosas de considerable longitud
—de hecho, las más largas del planeta—, que se extienden de forma ininterrumpida por
los océanos, a través de unos 80.000 km; su anchura es de 2 .000 km aproximadamente.
Están formadas por crestas de origen volcánico, con una altitud media aproximada de
2.000 m sobre el fondo. No obstante, en algunos puntos de la Tierra, por ejemplo en
Islandia, pueden llegar a emerger. Las dorsales, centro de actividad sísmica de notable
intensidad, aparecen cortadas por numerosas fallas de gran tamaño, denominadas fallas
transformantes.
LITOSFERA Y ASTENOSFERA
• La litosfera, formada por la corteza y la zona externa del manto superior, es bastante
rígida, presenta aproximadamente 100 km de espesor y en ella, la velocidad de las ondas
sísmicas aumenta constantemente en función de la profundidad.
Está claro que el interior terrestre está formado por varias capas, y en esto coinciden
todos los modelos. Pero las investigaciones sobre el interior de la Tierra se han centrado
en dos aspectos. En la composición de los materiales que forman las distintas capas del
planeta y en el comportamiento mecánico de dichos materiales (su elasticidad,
plasticidad, el estado físico...)
Por eso, se distinguen dos tipos de modelos que presentan diferentes capas, aunque
coinciden en muchos puntos: el modelo estático y el modelo dinámico.
Capas en el modelo estático
Por debajo de la corteza se encuentra el manto, mucho más uniforme, pero con dos
sectores de composición ligeramente distinta: el manto superior, en el que destaca la
presencia de olivino, y el superior, con materiales más densos, como los silicatos.
Por último, la capa más interna es el núcleo, que se caracteriza por su elevada densidad
debido a la presencia de aleaciones de hierro y níquel en sus materiales. El núcleo interno
podría estar formado por hierro puro.
La capa más externa es la litosfera, que comprende la corteza y parte del manto superior.
Es una capa rígida. La litosfera descansa sobre la astenosfera, que equivale a la parte
menos profunda del manto. Es una capa plástica, en la que la temperatura y la presión
alcanzan valores que permiten que se fundan las rocas en algunos puntos.
A continuación se encuentra la mesosfera, que equivale al resto del manto. En la zona de
contacto con el núcleo se encuentra la región denominada zona D”, en la que se cree que
podría haber materiales fundidos. La capa más interna es la endosfera, que comprende el
núcleo interno y el núcleo externo. Los estudios de propagación de las ondas sísmicas
han puesto de manifiesto que la parte externa de la endosfera (el núcleo externo) está
compuesta por materiales fundidos, ya que en esa zona se interrumpe la transmisión de
algunas de las ondas.
ONDAS SÍSMICAS
Son las vibraciones (ondas sonoras) emitidas tras un movimiento sísmico (terremoto). Se
transmiten por todo el interior de la Tierra.
-Ondas p (longitudinales o primarias): Son las más rápidas. Se transmiten por sólidos y
líquidos.
-Ondas s (transversales o secundarias): Son más lentas. Sólo se transmiten por sólidos
Estas refracciones generan "zonas de sombra" que permiten saber a qué profundidad se
produce el cambio de material.
Así, en zonas donde dos placas se mueven en direcciones opuestas (como es el caso de
la placa Africana y de Norteamérica, que se separan a lo largo de la cordillera del
Atlántico) las corrientes de convección forman nuevo piso oceánico, caliente y flotante,
formando las cordilleras meso-oceánicas o centros de dispersión. Conforme se alejan de
los centros de dispersión las placas se enfrían, tornándose más densas y hundiéndose en
el manto a lo largo de zonas de subducción, donde el material litosférico es fundido y
reciclado.
Una analogía frecuentemente empleada para describir el movimiento de las placas es que
éstas "flotan" sobre la astenósfera como el hielo sobre el agua. Sin embargo, esta
analogía es parcialmente válida ya que las placas tienden a hundirse en el manto como se
describió anteriormente
Placas tectónicas
La Tierra, hace 225 millones de años, estaba conformada en su superficie por una sola
estructura llamada "Pangea" (todas las tierras, en griego), la que se fue fragmentando
hasta conformar los continentes tal como los conocemos en la actualidad. Ahora la
superficie del planeta está cubierta por placas en movimiento relativo entre ellas.
El verdadero motivo no se tiene muy claro pero se cree que pasa algo parecido a cuando
se calienta un líquido. Cuando se hierve agua o cualquier otro líquido se produce una
transferencia convectiva de calor, término que significa que el calor es llevado de un lugar
a otro por el movimiento mismo del medio. El fluido más cercano a la fuente de calor se
expande, se vuelve menos denso y tiende por lo tanto a subir a la superficie donde se
enfría y cae de nuevo al fondo. De esta manera se establece un proceso continuo de
ascenso y descenso del líquido en celdas permanentes formadas por las corrientes del
fluido.
El movimiento de una placa bajo contra otra se realiza venciendo las fuerzas de fricción.
Es un movimiento que tiene lugar discontinuamente, por "brincos". Es esto precisamente
lo que genera los temblores.
Fronteras divergentes: Donde se genera nueva costra que rellena la brecha de las
placas al separarse. El caso mejor conocido de frontera divergente es esta cordillera
meso atlántica, que se extiende desde el Océano Ártico hasta el sur de África. En esta
frontera se están separando las placas norteamericana y Euroasiática a una velocidad de
2,5 cm cada año
Fronteras convergentes: donde la costra es destruida al hundirse una placa bajo la otra
(subducción). El ejemplo más conocido es el de la Placa de Nazca (o Nazca), que se
está hundiendo bajo la placa Sudamericana frente a las costas de Perú y Chile, dando
origen a una de las zonas más sísmicas del planeta. Las placas pueden converger en el
continente y dar origen a cadenas montañosas como la como los Himalaya. También
pueden converger en los océanos, como ocurre frente a las Islas Marianas, cerca de
Filipinas, dando origen a fosas marinas que pueden llegar a los 11.000 m de profundidad
o bien originar volcanes submarinos.
Fronteras de transformación: donde la costra ni se destruye ni se produce y las placas
sólo se deslizan horizontalmente entre sí. Un ejemplo de este tipo de fronteras es la tan
conocida Falla de San Andrés, en California.
Zonas fronterizas de las placas: es un ancho cinturón en que las fronteras no están bien
definidas y el efecto de la interacción de las placas no es claro.
¿QUE ES UNTERREMOTO?
Las zonas en que las placas ejercen esta fuerza entre ellas se denominan fallas y son,
desde luego, los puntos en que con más probabilidad se originen fenómenos sísmicos.
Sólo el 10% de los
terremotos ocurren alejados de los límites de estas placas.
Aunque todos los días se registran una buena cantidad de terremotos en el mundo, la
inmensa mayoría son de poca magnitud. Sin embargo, se suelen producir dos o tres
terremotos de gran magnitud cada año, con consecuencias imprevisibles.
MEDICION DE TERREMOTOS
Se realiza a través de un instrumento llamado sismógrafo, el que registra en un papel la
vibración de la Tierra producida por el sismo (sismograma). Nos informa la magnitud y la
duración.
Este instrumento registra dos tipos de ondas: las superficiales, que viajan a través de la
superficie terrestre y que producen la mayor vibración de ésta (y probablemente el mayor
daño) y las centrales o corporales, que viajan a través de la Tierra desde su profundidad.
Movimientos sísmicos
Los intentos de predecir cuándo y dónde se producirán los terremotos han tenido cierto
éxito en los últimos años. En la actualidad, China, Japón, Rusia y Estados Unidos son los
países que apoyan más estas investigaciones. En 1975, sismólogos chinos predijeron el
sismo de magnitud 7,3 de Haicheng, y lograron evacuar a 90.000 residentes sólo dos días
antes de que destruyera el 90% de los edificios de la ciudad. Una de las pistas que
llevaron a esta predicción fue una serie de temblores de baja intensidad, llamados
sacudidas precursoras, que empezaron a notarse cinco años antes.
Otras pistas potenciales son la inclinación o el pandeo de las superficies de tierra y los
cambios en el campo magnético terrestre, en los niveles de agua de los pozos e incluso
en el comportamiento de los animales. También hay un nuevo método en estudio basado
en la medida del cambio de las tensiones sobre la corteza terrestre. Basándose en estos
métodos, es posible pronosticar muchos terremotos, aunque estas predicciones no sean
siempre acertadas.
Los cálculos también indican que el movimiento debería haber cambiado la posición del
eje (alrededor del cual se equilibra la masa del planeta) cerca de 17 centímetros, en
dirección 133 grados longitud este.
Esto no debe confundirse con el eje norte-sur, que también se ha movido unos 10 metros,
y hará que la Tierra se tambalee diferente a medida que gira, pero no va a causar un
cambio significativo.
TSUNAMI
Un tsunami se puede definir como una serie de olas que se producen cuando un gran
cuerpo de agua es desplazado a gran escala. Entre las principales causas de un tsunami
cabe destacar: los terremotos, los movimientos de masa de tierra bajo las aguas del
océano, erupciones volcánicas submarinas, e impactos de meteoritos. Los efectos de un
tsunami pueden variar desde la imperceptibilidad a escala humana hasta ser
devastadores.
Entre los tsunamis que han hecho historia en el planeta, cabe destacar el que se produjo
en la isla Vancouver en el año 1700 de nuestra era, que abarcó desde Japón hasta la
costa de Norteamérica. En el año 1753, se detectó un tsunami de gran escala en la
ciudad portuguesa de Lisboa que mató a miles de personas. En nuestro siglo, uno de los
fenómenos más notables de este tipo, tuvo lugar en la ciudad chilena de Valdivia, el cuál
se produjo luego de un terremoto de escala 9,5. Éste se hizo notar fuertemente en Hawai
así como en Japón, donde cobró un número importante de víctimas humanas.
Finalmente, es importante destacar el tsunami que tuvo lugar el año 2004 en el océano
Índico, el cuál produjo la muerte de aproximadamente 230.000 personas. Éste llegó
incluso a las costas de Somalia y Tanzania en el continente africano.
En mar abierto las olas asociadas a un tsunami tienen un período extremadamente largo,
es decir, hay un lapso de tiempo considerable entre una ola y otra asociada al mismo
evento, ya que las longitudes de onda pueden abarcar cientos de kilómetros. Esto es
diferente de las olas generadas por vientos o tormentas tropicales, donde el lapso de
tiempo entre una ola y la siguiente es en promedio de 10 segundos, ya que la longitud de
onda es de aproximadamente 150 metros. La velocidad de las olas en un tsunami
alcanzan en promedio a 800 km/h en mar abierto. Sin embargo, cuando se acercan a la
costa y la profundidad del mar disminuye, la velocidad tiende a disminuir y la altura tiende
a aumentar considerablemente, alcanzando valores que pueden llegar a los 30 metros.
El párrafo final de este artículo hablará de las características que se sienten en el medio
ambiente antes que se produzca un tsunami. Entre éstas, cabe mencionar las siguientes:
terremotos, grandes cantidades de burbujas de gas salen del agua (hay una sensación de
que el océano está hirviendo), el agua de la costa se siente inusualmente cálida, olor a
azufre o petróleo, y finalmente ruidos inusuales. Debido a los potenciales poderes
devastadores que se puedan producir, es necesario que las autoridades gubernamentales
y de otros organismos tomen medidas en todas aquellas zonas que presenten un peligro
potencial de ser afectadas, tomando en cuenta todas estas característica mencionadas
para prevenir a la población.