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AL NACIMIENTO DEL
RÍO CUERPO DE HOMBRE
(SIERRAS DE CANDELARIO Y BÉJAR – SALAMANCA)
En la margen derecha
veremos una antigua represa
en el cauce del río.
En el trayecto
encontraremos algún
que otro espaciado hito
de piedras, aunque el
trayecto a seguir no
ofrece dudas. En otro
tramo bordeamos un
pequeño pinar y luego
accedemos a un paso
habilitado por donde
saltamos una
alambrada, donde hay
pintadas unas marcas
senderistas.
Tras atravesarlo
recuperamos otra
vez el cauce del río y ante
nosotros se abre la
enorme cubeta del Circo
de Hoya Moros, rodeada
y cerrada al frente por la
Sierra de Candelario (La
Ceja, Agujas de Hoya
Moros, Talamanca, El
Torreón), y a nuestra
derecha por la Sierra de
Béjar (Los Dos
Hermanitos), de origen y
formación claramente
glaciar.
© by Santos J. Álvarez (Principáu d´ Asturies) Página - 13
Voy dejando de
lado el arroyo,
desviándome hacia la
izquierda por esta enorme
y suave ladera, buscando
el llamado “vivac de
Hoya Moros” (del que
tenía metido un waypont
en el GPS descargado de
internet), descubriendo
que no es más que un
rudimentario abrigo al
amparo de varios enormes
peñascos que forman un
A continuación giro la
marcha hacia la
derecha, en busca otra vez
del cauce por donde discurre
el arroyo, cada vez con menos
cantidad de agua según se va
ganando altitud; y
ascendiendo por una
pedregosa ladera.
Siguiendo más o menos el mismo itinerario bajo otra vez hasta el enorme Circo de Hoya
Moros, con dirección al vivac que ya anteriormente había reseñado, comprobando que hay
otro vivac más, que al igual que el anterior no deja de ser más que un abrigo entre dos grandes rocas,
algo mejor acondicionado y en el que parece que también hay alguien acampado.
Voy cruzando esta suave ladera en diagonal, por la que fluyen pequeños regatos, que algunos
bajan desde las Charcas de Venerofrío, situadas un poco más arriba, y otros prácticamente
brotan del interior de la tierra, con intención de dirigirme hacia la Loma de la Culebrilla para bajar
por esa zona.
Por el camino me
llama la atención a lo lejos
una especie de trapo o bolsa
al pie de dos enormes y
aisladas moles de roca, y al
acercarme compruebo que
entre la mismas se forma una
cueva y que el trapo que veía
es una cortina a modo de
puerta. Es una cueva casi
perfecta, totalmente protegida
y aislada del exterior y con el
suelo plano y liso, y cuyo
interior por lo que se puede
ver es también utilizado
Continúo
atravesando
la pedregosa ladera,
con dirección a la
Loma de la
Culebrilla, y lo que
en principio parecía
que pudiera ser un
camino fácil de
hacer, se vuelve
más pesado e
intransitable, debido
al tupido y cerrado
Hasta salir a la ladera de la Barrera del Canterón, más despejada de matorral, y por donde
enlazo con el trayecto del itinerario realizado en la subida. Desde aquí solo resta realizar el
camino de bajada ya conocido hasta la explanada de la Dehesa de Candelario, donde a la mañana
había dejado estacionado el coche.