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Roj: SAP M 17940/2010


Id Cendoj: 28079370282010100248
Órgano: Audiencia Provincial
Sede: Madrid
Sección: 28
Nº de Recurso: 238/2010
Nº de Resolución: 262/2010
Procedimiento: Recurso de apelación
Ponente: ANGEL GALGO PECO
Tipo de Resolución: Sentencia

AUD.PROVINCIAL SECCION N. 28

MADRID

SENTENCIA: 00262/2010

AUDIENCIA PROVINCIAL DE MADRID

Sección 28ª

t6

Rollo de apelación nº 238/2010

Materia: Responsabilidad administradores sociales.

Órgano judicial de origen: Juzgado de lo Mercantil nº 7 de Madrid

Autos de origen: Juicio Ordinario nº 1188/2007

SENTENCIA nº 262/2010

En Madrid, a 26 de noviembre de 2010.

La Sección Vigésima Octava de la Audiencia Provincial de Madrid, especializada en materia


mercantil, integrada por los ilustrísimos señores magistrados D. Ángel Galgo Peco, D. Gregorio Plaza
González y D. Pedro María Gómez Sánchez, ha visto en grado de apelación, bajo el nº de rollo 238/2010,
los autos del procedimiento de juicio ordinario nº 1188/2007, provenientes del Juzgado de lo Mercantil nº 7
de Madrid, el cual fue promovido por AVÍCOLA MORALEJA, S.A. contra D . Carlos Manuel .

Han actuado en representación y defensa del apelante, D. Carlos Manuel , la Procuradora Dª


Margarita López Jiménez y el Letrado D. Jorge de la Llave Cisneros, y de la parte apelada, AVÍCOLA
MORALEJA, S.A., la procuradora Dª Virginia Salto Maquedano y el letrado D. José María Sanhonorato
Váquez.

ANTECEDENTESDEHECHO

PRIMERO.- Las actuaciones procesales se iniciaron mediante demanda presentada con fecha 13 de
noviembre de 2007 por la representación de AVÍCOLA MORALEJA, S.A, contra D. Carlos Manuel , en la
que, tras exponer los hechos que estimaba de interés y alegar los fundamentos jurídicos que consideraba
que apoyaban su pretensión, suplicaba que se dictase sentencia "por la que se condene a D. Carlos Manuel
a pagar a mi representada la suma de CATORCE MIL CIENTO OCHENTA Y NUEVE EUROS CON SIETE
CTS. (14.189,07 Ñ) de principal que adeuda, sus intereses legales desde su constitución en mora, es decir
desde el día siguiente al señalado como de vencimiento de cada uno de los pagarés emitidos, resultando
que para el pagaré de 2.764,96 euros se contarán los intereses desde el 23 de diciembre de 2004, para el

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pagaré de 2.886,08 euros se contarán desde el 6 de enero de 2005, para el pagaré de 3.232,49 euros se
contarán desde el 26 de enero de 2005, para el pagaré de 1.268,37 euros se contarán desde el 8 de febrero
de 2005 y para el último pagaré de 1.268,37 euros se contarán desde el 5 de marzo de 2005; y para el
importe de 2.768,8 euros reclamado a través de procedimiento monitorio se contarán desde la fecha de la
interpelación judicial, y ello en virtud de lo previsto en el artículo 63 del Código de Comercio ; más otros
CIENTO QUINCE EUROS CON TREINTA Y NUEVE CTS. (115,39 Ñ) en concepto de gastos bancarios, y
las costas de este procedimiento, a todo lo cual deberá ser condenado el demandado de forma expresa".

SEGUNDO.- Por providencia de fecha 31 de julio de 2008, D. Carlos Manuel fue declarado en
rebeldía.

TERCERO.- Tras seguirse el juicio por sus trámites correspondientes, el Juzgado de lo Mercantil dictó
sentencia, con fecha 31 de marzo de 2009 , cuyo fallo es el siguiente: "Acuerdo estimar la demanda
interpuesta por AVÍCOLA MORALEJA, S.A. contra D. Carlos Manuel en cuya virtud: PRIMERO.- Acuerdo
condenar a la parte demandada al pago de 14.189,07 euros con los intereses del fundamento jurídico
tercero. SEGUNDO.- Acuerdo condenar a la demandada al pago de las costas del presente procedimiento.".

CUARTO.- Publicada y notificada dicha resolución, por la representación de D. Carlos Manuel se


interpuso recurso de apelación, que, admitido por el mencionado juzgado y tramitado en legal forma, con
oposición de AVÍCOLA MORALEJA, S.A. ha dado lugar a la formación del presente rollo ante esta sección
de la Audiencia Provincial de Madrid, que se ha seguido con arreglo a los trámites de los de su clase.

La deliberación, votación y fallo del asunto se realizó con fecha 25 de noviembre de 2010.

Ha actuado como ponente el Ilmo. Sr. Magistrado D. Ángel Galgo Peco, que expresa el parecer del
tribunal.

QUINTO.- En la tramitación del presente recurso se han observado las prescripciones legales,
excepto en lo atinente al plazo para dictar sentencia, por el cúmulo de trabajo que pesa sobre el tribunal.

FUNDAMENTOSDEDERECHO

PRIMERO.- La presente litis trae causa de la demanda formulada por AVÍCOLA MORALEJA, S.A.
contra D. Carlos Manuel , como administrador de ALIMENTACIONES PROMIS-DO, S.L., en reclamación de
la cantidad adeudada por esta última como consecuencia de las relaciones comerciales habidas con la
actora, en concreto por diferentes suministros de productos cárnicos efectuados en el periodo comprendido
entre los meses de agosto de 2004 y enero de 2005, más los gastos ocasionados por la devolución de los
pagarés emitidos para el pago de parte de las correspondientes facturas, e intereses de demora. En el
escrito iniciador del procedimiento se ejercitan acumuladamente la acción individual de responsabilidad y la
acción de responsabilidad por deudas sociales.

En la sentencia de primera instancia se condena al demandado al pago del importe correspondiente


al precio de los suministros, con los intereses al tipo legal devengados desde la fecha de la interpelación
judicial, imponiéndole asimismo las costas.

Contra la referida sentencia se alza en apelación el Sr. Carlos Manuel para interesar su íntegra
revocación y el consiguiente rechazo de las pretensiones actoras, argumentando, básicamente, que no
concurren los requisitos precisos para la prosperabilidad de la acción individual de responsabilidad (cuyo
acogimiento es el que, según se desprende de su lectura, funda los pronunciamientos condenatorios de la
resolución impugnada). Conviene precisar en este punto que en la alegación sexta de su recurso el
apelante se remite, como parte de su argumentación, a los fundamentos jurídicos de su contestación a la
demanda y la jurisprudencia allí mencionada, lo cual, en el mejor de los casos, no puede considerarse sino
un mero error, habida cuenta de que esta parte solo se personó en el procedimiento tras serle notificada la
sentencia de primera instancia.

SEGUNDO.- Sabido es que la acción individual de responsabilidad del artículo 69 de la Ley de


Sociedades de Responsabilidad Limitada , en relación con los artículos 133 y 135 del Texto Refundido de la
Ley de Sociedades Anónimas (por razones de vigencia temporal, los textos normativos aplicables al
supuesto enjuiciado) presupone la concurrencia de los tres requisitos clásicos de las acciones de
responsabilidad: (i) que se haya producido un daño a quien reclama; (ii) que el administrador haya incurrido
en un acto u omisión antijurídico, por contrario a la ley, a los estatutos o a los deberes inherentes al cargo,
bastando a estos efectos con que en el desempeño del mismo haya omitido la diligencia que le es exigible
(la que corresponde a un empresario ordenado y representante leal); y (iii) preciso y directo enlace causal

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entre uno y otro.

En el escrito de recurso se cuestiona específicamente la concurrencia de los dos últimos requisitos


apuntados. Ahora bien, el discurso del apelante se basa en una serie de circunstancias (la promesa
efectuada a la demandante de pagarle en cuanto fuera posible, el pago de diversas cantidades a cuenta
según los recursos disponibles, la falta del numerario preciso para hacer frente a los gastos inherentes a la
disolución de la sociedad, prefiriéndose destinar el escaso dinero de que se disponía al pago de acreedores,
incluida la demandante, hasta el agotamiento de aquel, la inexistencia de incidencias durante el transcurso
de la larga relación negocial con la demandante) que, amén de su nula virtualidad intrínseca para
fundamentar una decisión en esta instancia contraria a la adoptada en la precedente, solo con ocasión del
recurso que se ventila se incorporan al debate, lo que resulta inadmisible. Cabe recordar a este respecto
que el recurso de apelación, tal como está configurado en nuestro ordenamiento, permite al tribunal de
segunda instancia conocer en su integridad el proceso, pero no constituye ni da pie a un nuevo juicio, de
modo que con ocasión del mismo no cabe plantear cuestiones nuevas ni ejercitar pretensiones distintas de
las ejercitadas en la primera instancia, según el principio general del derecho "pendente apellatione, nihil
innovetur", positivizado en el artículo 456.1 de la Ley de Enjuiciamiento Civil .

Por lo demás, debemos aquí reiterar lo que tenemos dicho, entre otras, en sentencias de 19 de abril
de 2007 , 7 de febrero y 18 de junio de 2008 , 6 de febrero y 27 de marzo de 2009 y 18 de marzo de 2010 ,
en el sentido de que la eliminación de la sociedad de la vida comercial o industrial sin liquidarla en
cualquiera de las formas prevenidas en la ley ha venido siendo considerado por la jurisprudencia (
sentencias del Tribunal Supremo de 4 de noviembre de 1991 , 22 de abril de 1994 , 6 de noviembre 1997 y
4 de febrero de 1999 ) un comportamiento negligente de los administradores susceptible de integrar el
sustrato fáctico de la acción individual de responsabilidad. Tal conducta incurre en una vía de hecho, al
realizarse al margen de los intereses de los acreedores, que tienen derecho a que sus créditos sean
atendidos en la medida de lo posible y en cualquier caso de modo ordenado, lo que sólo se garantiza, bien
mediante un procedimiento liquidatorio, bien acudiendo al proceso concursal. Basta con demostrar el daño
sufrido por la parte acreedora demandante, inherente al hecho de cercenársele la posibilidad de cobrar su
crédito, y el cierre de facto de la empresa deudora, para que el nexo causal entre uno y otro se presuma,
salvo prueba en contra del administrador demandado, que aquí no se ha producido. Esto y no otra cosa es
lo que ha sucedido en el caso que nos ocupa, como resulta de la prueba documental obrante en autos
aportada por la parte actora, acreditativa del abandono de la sede donde la sociedad administrada por el
demandante venía desarrollando su giro sin nuevo destino conocido y de la ausencia de toda manifestación
externa de actividad societaria, y aun de las propias alegaciones vertidas en el escrito del recurso expuestas
líneas más arriba, que vienen a reforzar la consideración de que nos encontramos ante un típico supuesto
de cierre de hecho.

Corolario de cuanto se lleva expuesto es la desestimación del recurso.

TERCERO.- Las costas derivadas de esta alzada deben ser impuestas a la parte apelante al resultar
desestimado su recurso, tal como se prevé en el artículo 398.1 en relación con el 394, ambos de la Ley de
Enjuiciamiento Civil .

Vistos los preceptos citados y demás concordantes de general y pertinente aplicación al caso.

FALLO

En atención a lo expuesto, la Sala acuerda:

1.- Desestimar el recurso de apelación interpuesto por la representación de D. Carlos Manuel contra
la sentencia dictada el 31 de marzo de 2009 por el Juzgado de lo Mercantil núm. 7 de Madrid, en el
procedimiento núm 1188/2007 del que este rollo dimana.

2.- Confirmar íntegramente la resolución recurrida.

3.- Imponer a la parte apelante las costas derivadas de su recurso.

Así, por esta nuestra Sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos los Ilustrísimos Señores
Magistrados integrantes de este Tribunal.

PUBLICACION.- Dada y pronunciada fué la anterior Sentencia por los Ilmos. Sres. Magistrados que la
firman y leída por el/la Ilmo. Magistrado Ponente en el mismo día de su fecha, de lo que yo el/la Secretario
certifico.

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