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EL RAZONAMIENTO

A LA LUZ DE QUR´AN

Y en la sucesión de la noche y el día, en la provisión que Dios hace


bajar del cielo con la que Le da vida a la tierra después de muerta y en el
cambio de los vientos, hay signos para gente que razona. Esos son los
signos de Allah que te recitamos con la verdad.
-¿En qué relato más allá de Allah y de Sus signos creerán?
(Qur´an 45:5)

Por: Abd-Salam Chemlal


La prueba con la que demostrar la validez del razonamiento. Pues,
Allah ensalzado sea, ha aplicado un juicio a una cosa y a su semejante (a fin
de establecer su semejanza), haciendo de uno de los términos, así
comparados por El, la explicación del otro.
Y ello en la medida en que Él, ensalzado sea, ha dicho por medio de
Su enviado ( ):

- Así fue como mostramos a Ibrahim (Abraham), el dominio de los


cielos y de la tierra para que fuera de los que saben con certeza. Y cuando
cayó sobre él la noche, vio un astro y dijo:
- Este es mi Señor, pero cuando desapareció, dijo:
- No amo lo que se desvanece.
Y cuando vio que salía la luna, dijo:
- Este es mi Señor. Pero al ver que desaparecía, dijo:
- Si mi Señor no me guía seré de los extraviados.
Y cuando vio el sol naciente, dijo:
- Este es mi Señor pues es mayor, pero cuando se ocultó, dijo:
- ¡Gente mía, soy inocente de lo que asociáis! Dirijo mi rostro, como
hanif, a Quien ha creado los cielos y la tierra y no soy de los que asocian.
(Qur´an 6:75)

De este modo, Ibrahim ( ) supo, uniéndolas en un mismo juicio,


que ni la Luna, ni la estrella podrían ser Allah, ni Rabb (Señor), siéndoles
común a ambas el postrarse. Este es el razonamiento por vía de la
deducción (istidlal) que algunos desaprueban y rechazan. Haciendo aquí
alusión Imam Al-Asha’ri a los Literalistas Hambalis, que niegan cualquier
uso racional.
Y sigue:
-Les daré un tiempo de plazo. Es cierto que Mi estratagema es sólida.
¿Es que no van a reflexionar?
-Vuestro compañero no está poseído por ningún genio. Él no es sino
un advertidor. ¿Es que no se paran a considerar el dominio de los cielos y la
tierra y las cosas que Allah creó, así como el hecho de que tal vez su plazo
de vida esté próximo a cumplirse? ¿En qué otro relato pueden creer?.
(Qur´an 7:183)

-¿Acaso no meditan el Qur´an o es que tienen cerrojos en el corazón?.


(Qur´an 47:24)
El universo intelectual musulmán está marcado, en todos los órdenes
del mundo y de la vida humana, por la manifestación de un Dios Vivo,
Creador y Todopoderoso.

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Todo el ser creado es la manifestación de este Dios. Para el Qur´an, el
Universo está lleno de signos, todo él es un signo, una manifestación del
creador. Los prodigios de la naturaleza testimonian la presencia y el poder
de Dios.

- Parte de Sus signos es que os creó de tierra y luego llegasteis a ser


seres humanos con capacidad para desenvolveros. Y parte de Sus signos es
que os creó esposas sacadas de vosotros mismos para que encontrarais
sosiego en ellas y puso entre vosotros amor y misericordia, realmente en
eso hay signos para gente que reflexiona. (Qur´an 30:20)

Signos son los astros, la lluvia, los vegetales con sus frutos, la
variación de la noche y el día, etc. Las mismas aleyas del Creador, han sido
llamadas signos, pues éste es el significado de la voz aleya, con que son
designados, tanto en árabe como en castellano, los versículos Qur´anicos.
Ha, Mim. Descenso del Libro procedente del Poderoso, el Sabio. En
los cielos y en la tierra hay signos para los creyentes. (Qur´an 45:1)

- Los que recuerdan a Allah de pie, sentados y acostados y reflexionan


sobre la creación de los cielos y la tierra: ¡Señor nuestro! No creaste todo
esto en vano. ¡Gloria a Ti! Presérvanos del castigo del Fuego.
(Qur´an 3:191)

- Es un Libro bendito, que te hemos hecho descender, para que


mediten sus signos y para que recuerden los que saben reconocer lo
esencial. (Qur´an 39:29)

- Él es Quien os creó a partir de un solo ser, dándoos un asentamiento


y un depósito. Hemos hecho claros los signos para los que comprenden.
(Qur´an 6:98)

Ibn Hazm El Tahiri, historiador, Jurisconsulto, teólogo, exegeta y


filósofo del siglo XI, decía:

- “La ignorancia de la gente, es enorme y se está reprochando a los


niños faltas fundadas sobre los preceptos del Libro de Dios que leen sin
comprender”.
Fue certero en sus juicios cuando escribió “El libro de los caracteres y
de la conducta, de la medicina de las almas” allí declara hacer frente a las
manipuladas corrientes de opinión y pensar por sí mismo, tener criterio
propio que es el único modo de ejercer la libertad.

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- Ningún provecho sacará de seguir a los demás en las cosas vanas y
superfluas, cuando con ello provoque la ira de Allah o defraude los fueros
de su propia razón o se perjudique en el alma o en el cuerpo o se imponga
un trabajo penoso, completamente inútil.

Éste es un texto que exhorta al estudio reflexivo sobre todos los seres
y prueba la necesidad de emplear el raciocinio intelectual, o el racional y el
religioso a la vez.

Es decir, se establecen dos órdenes de Revelación igualitarios:


- La revelación de la naturaleza y la revelación escrita traída por el
Profeta ( ).

En resumen, pues, toda realidad tiene ya una significación a priori


para los ojos del musulmán:

- Es el testimonio de un Dios Creador.

LOS PERIPATÉTICOS DEL ISLAM

(IMAM GAZALI)

Tal es, en sus líneas generales, la accidentada vida del pensamiento de


Imam Gazali, vacilante y versátil en su juventud, aferrado vigorosamente a
una idea fija, en la edad madura, después que la luz de la experiencia
mística disipó en su espíritu las tinieblas acumuladas por los estudios
especulativos.

Esa idea fija, la vivificación del Islam por la experiencia religiosa, es la


característica de todo su sistema filosófico-teológico.

Para construirlo de manera estable y definitiva, hubo de comenzar,


claro está, por derruir los sistemas adversos, pero también se sirvió de los
elementos utilizables que ellos le ofrecían.

Su actitud frente al peripatetismo no puede ser más definida.


Su encarnizada lucha contra los filósofos, cifrada en el Tahafut (su
obra, titulada la incoherencia de los filósofos, en la que refuta a estos en
algunas cuestiones), y obedeció, sobre todo, a que éstos, enamorados de la
razón, despreciaban o, al menos, prescindían de todo otro criterio
sobrenatural en la investigación de la verdad.

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Para Imam Gazali, no son las verdades adquiridas por la
especulación filosófica las únicas a cuyo conocimiento puede
aspirar el hombre; hay otras, absolutamente inaccesibles al
entendimiento abandonado a sus propias fuerzas, pero que la
revelación divina nos comunica.

Entre estos dos órdenes de conocer no existe contradicción real, sino


armonía y mutuo apoyo. La razón natural es como la vista sana, la
revelación Qur´anica es como el Sol. Ambas son necesarias para caminar
por las tinieblas.

La razón sin el Qur´an es como el ojo sin la luz solar, el Qur´an sin la
razón es tan inútil, como el sol para quien lleva los ojos cerrados.
Los límites mutuos de estas dos esferas del conocimiento humano se
fijan bien taxativamente en el Iqtisad:
-Todo lo que no es evidente, ha de ser conocido o por demostración
filosófica, o por testimonio de la revelación, o por prueba teológica fundada
en la razón y en la fe.

-Al primer grupo pertenecen las tesis de la Existencia, Ciencia,


Omnipotencia y Voluntad de Dios, y la de la creación del mundo, que Imam
Gazali considera como preámbulos de la fe.

- Al segundo grupo pertenecen todas aquellas tesis cuya verdad


estima la razón natural como meramente posible y que, por tanto, necesitan
del testimonio de la revelación para adquirir la necesidad de la certeza
científica, tales son los dogmas de la resurrección y de los premios y
castigos de la vida futura.

En todos estos dogmas sobrenaturales, el entendimiento debe


limitarse a juzgar de su posibilidad, y caso de estimarlos imposibles, debe
interpretarlos alegóricamente, porque no cabe en los textos revelados algo
que la razón evidentemente contradiga; mas si el entendimiento duda y en
su juicio, debe aceptarlos por la fe, pues no es necesario, para creerlos, que
conste su posibilidad, basta que no conste su imposibilidad.

En esta demostración indirecta de la verdad de la revelación están


inspirados todos los escritos apologéticos y polémicos de Imam Gazali
contra los filósofos.

Pero como el sistema de éstos coincidía con la ortodoxia en algunas


de sus tesis, y como, además, muchas de las materias de aquél eran
indiferentes respecto de ésta, Imam Gazali deslindó los campos para
facilitar la discusión y destruir mejor los subterfugios de sus adversarios.

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En el prólogo de su Maqasid, comienza por distinguir cuatro partes en
el sistema peripatético:
-Matemática, lógica, física y metafísica.

La primera debe ser excluida de toda polémica religiosa, porque sus


tesis nada tienen que ver con la revelación y son además, necesarias y
evidentes.

Las de la lógica son aceptables en su mayor parte, pues su finalidad


no es otra que dirigir a la razón en la investigación de la verdad y
preservaría de errores. En esta disciplina mostró un criterio más discreto
que todos los teólogos ortodoxos.

Esta tendencia predominó en los primeros tiempos, como reacción


contra las impiedades de los peripatéticos, que las escudaron siempre tras
el baluarte del tecnicismo dialéctico.

Imam Gazali acertó con el justo medio:


-La lógica es, para él, el prólogo de las ciencias todas, sin
cuyo auxilio ninguna investigación humana merece crédito.

Así lo asegura en el proemio de su Mustasfa, y así lo puso en práctica


redactando sus libros de lógica, según el método y la técnica del Organon de
Aristóteles, para deshacer de este modo las preocupaciones (que los
peripatéticos alimentaban en el ignorante vulgo) de que sólo ellos conocían
la lógica. Es más:
-Imam Gazali se esforzó en descubrir en el mismo Qur´an, bajo el
estilo literario de sus versículos, las formas silogísticas del más riguroso
dialéctico, para decidir a los ortodoxos a su estudio y empleo en la
apologética y en la polémica y dando, luego, personal ejemplo, escribió su
Iqtisad y su Tahafut como modelos en estas dos ramas de la teología.

Sin embargo, la necesidad de la lógica queda restringida, para Imam


Gazali, a un exiguo número de personas, los defensores del Islam contra la
impiedad y la herejía; el vulgo fiel, en cambio, recibe de su estudio más
daño que ventaja.

Eliminadas del terreno de la discusión la matemática y la lógica,


Imam Gazali plantea en el Tahafut su crítica de la física y metafísica,
condensada en veinte cuestiones.

En unas, niega la tesis peripatética, en otras, admite la tesis, pero


recusa el valor de la prueba en que los filósofos se apoyan para demostrarla.

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Es ineludible el contagio de la lectura, y más si el que la
hace es un hombre, como Imam Gazali, refractario a los
prejuicios y fanatismos de escuela.

Los que han puesto en tela de juicio la confianza que tuvo en las
fuerzas de la razón para investigar la verdad, no podrán menos de
convencerse, ante la confesión taxativa que hace en su libro de lógica.

Después de explicar en él las siete falacias de cosa que pueden,


inducir a error en el empleo del razonamiento, pone en boca del lector esta
pregunta:
«Tu explicación, aunque concisa, me da a entender que son graves los
motivos para temer el error en el raciocinio.
-¿Cómo, pues, podré estar seguro de librarme de ellos, siendo tantos
como son?»
«Ten presente (responde Imam Gazali) que la verdad es cosa de
mucho Precio y el camino para alcanzarla, penoso y difícil.

La mayor parte de las inteligencias están entenebrecidas; los


obstáculos que surgen son muchos, y las enfermedades que alteran la
normalidad de la visión racional, a nadie se ocultan.

Por eso notarás que la gente caminan tropezándose mutuamente


unos con otros, como los ciegos.

En dos clases opuestas se dividen:


- Una la de aquellos cuyo espíritu se lanza apresuradamente a aceptar
cualquier tesis, estimándola como cosa cierta y tomando por demostración
apodíctica el sofisma o el mero indicio; como dice el adagio, «se les antojan
dátiles todas las cosas negras». Esta clase de hombres se creen en posesión
del conocimiento real de la esencia de los seres todos, y diputan por ciegos
tan sólo a sus adversarios.

La otra clase la forman aquellos que se han dado cuenta del gusto de
la certeza y saben, además, que la mayoría de las gentes son ciegas para
percibirla.

Pero desgraciadamente, son débiles para recorrer el camino que a la


verdad conduce y para apreciar en su justo valor los requisitos del
razonamiento silogístico y esto, ya por ineptitud nativa de la mente, ya por
falta de un maestro que, sagaz en descubrir la verdad objetiva sin dejarse
ilusionar por el brillo falaz del espejismo mental, los guíe rectamente y les
enseñe las condiciones que debe reunir la demostración apodíctica.

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Esta clase de hombres creen que todos están ciegos, que todos
caminan dándose y unos con otros, choques de mutua contradicción; que es
imposible que exista en el espíritu humano aptitud para conocer la verdad
real, ni para recorrer el camino que a ella conduce.

Pues bien:
-Ni la primera de estas dos clases, en que la humanidad se divide, está
en la verdad, ni la segunda dice lo que siente.

La verdad está en decir que los seres reales poseen una esencia que
puede ser percibida, y que el espíritu humano no está desprovisto de
aptitud y medios para recorrer ese camino, siempre que cuente con un
director experto.

Lo que hay es, que el camino es largo y lleno de peligros, y que


además no abundan los maestros de esas condiciones. Por eso está casi
desierto el camino, porque lo ignoran la mayoría de los hombres.

Y es natural que así suceda, porque cuanto más raro y precioso es lo


que se busca, menos son los que lo consiguen, y cuanto mayores son los
peligros, mayor es también el terror que se apodera del cobarde asustadizo.

Y ¿cómo no, si la mayoría de las ciencias, con tanto afán buscadas,


versan sobre los misterios que encierran los atributos y operaciones divinas
y se fundan en razonamientos cuya perfecta comprensión exige encadenar
mutuamente un número de premisas que quizá pasen de dos mil? Y ¿dónde
está el hombre cuyo espíritu posee la robustez necesaria para abarcarlas
todas juntas y para conservar el encadenamiento lógico que las una?

-¡A trabajar, pues, seriamente y con todo empeño, hermano


mío, pues lo que hasta aquí te he enseñado puede servirte de
guía en las primeras etapas del camino, con la ayuda de Dios!»

AMEN

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