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Número 37

Sábado, 19
de marzo
de 2011
El perseguidor
7 4
RECUERDO NOVELA
El último viaje de Ezequiel Pérez El orden del día
Plasencia

por por
IGNACIO BORGOÑÓS JAVIER DORESTE

EZEQUIEL
PÉREZ PLASENCIA
(1957-2011)

La ilustración de portada es
del pintor Juan Heredia
(Cartagena, 1958), amigo
íntimo del escritor tinerfeño.
2 El perseguidor Sábado, 19
de marzo de 2011

EZEQUIEL PÉREZ PLASENCIA /ESCRITOR


Con motivo de la publicación de su primera y hoy única novela, El orden del día, tuve la suerte de mantener una entrevista con su autor,
Ezequiel Pérez Plasencia (Santa Cruz de Tenerife, 1957-Cartagena, 2011) en un ya lejano septiembre de 2008. En esta conversación, Ezequiel
revela algunas de las claves de lo que auguraba iba a ser una prometedora carrera como novelista si la muerte no nos lo arrebata ese ya
funesto jueves 24 de febrero de 2011. Ezequiel Pérez Plasencia, una de las mejores voces narrativas españolas de nuestro tiempo, fue uno de
los diez galardonados con el Premio Internacional de Cuentos Juan Rulfo 1999 con su excelente y cortaziano Decena de un cronopio, así como
de los libros de relatos El teléfono y otros cuentos (1989) y La ilusión de los vencidos (1998) y del fascinante libro de viajes (íntimo, personal
pero siempre literario sobre sus experiencias en Cuba) El regreso de Calvert Casey, entre otros títulos.

“EL PERIODISMO ES BUENO


SI SABES ABANDONARLO
A TIEMPO”
EDUARDO GARCÍA ROJAS la incertidumbre sigue estando tan tura a través de mi persona.
vigente ahora como en la época de Cer- - Entonces ¿qué le parece el periodismo
- ¿Por qué El orden del día? vantes. que se está realizando en la actualidad en
- El narrador o personaje --como usted - ¿Cuánto hay de verdad y de mentira en las islas?
prefiera-- lo explica en el texto: Camus la novela? - En este mundo globalizado da igual
barajó varios títulos para esa magistral - Con franqueza, generalizando, esta- que vivas en Canarias, Extremadura o la
novela breve que es La caída, y desechó mos en un estado en que resulta de una Cochinchina. Hace unos meses estuve en
el susodicho por razones que desconoce- vasta complejidad delimitar ficción y rea- las islas después de cuatro años, y me sor-
mos, acaso por mera indecisión. A mí me lidad, mentira y verdad. Los sociólogos, prendió verificar que la cantidad de
pareció hermoso y adecuado, y lo regis- poetas, psiquiatras, ensayistas y filósofos zoquetes engreídos, bodrios inmensos y
tré de inmediato antes de finalizar la navegan en un mar de perplejidades muy bien remunerados ha aumentado consi-
novela, que el lector juzgue el título ele- alejado del picacho o torre de marfil que derablemente, lo cual significa que se
gido para esta mixtura de géneros: narra- les permitiría observar con mediana agu- han dado muchos pasos atrás. Pienso que
ción, poesía, cuento, ensayo, crónica, deza y distinguir así lo verdadero de lo el lado oscuro de Internet --hay una igno-
autoficción. falso. La verdad de las mentiras coincide rancia que asusta-- se ha cobrado
- ¿Qué quiere contarle al lector con esta raras veces con la realidad, si nos atene- muchas víctimas; con la red, la gente
novela? mos a la belleza, que al fin y al cabo es el maneja muchísimos datos insustanciales
- Algunos asuntos interrelacionados secreto de la vida. La belleza de una frase, y poco fiables para esculpir una obra de
entre sí: amores fugaces y otros más un lienzo, una sombra, unos compases envergadura. Hay poco oro y abundante
duraderos, variedad y fragmentación en de piano, la lindeza interior de un ser -- oropel. Por lo demás, el periodismo es un
todos los órdenes de la existencia, viven- sea éste instruido o analfabeto--. En fin,
La literatura canaria oficio tan digno como el de empelada del
cias y convicciones diversas del tiempo
actual, en el que una mayoría actúa por
hay muchos diálogos en este libro que,
creo, bastan por sí solos para describir
debe ubicarse, si hogar, fontanero o arquitecto.
- ¿Cree que El orden del día podrá ser
mimetismo o al dictado de los grandes
medios de malinformación de masas, las
situaciones, estados de ánimo, disiden-
cias, pensamientos, transgresiones, pun-
puede, en el concierto entendida por algunos como su particular
ajuste de cuentas con el oficio periodís-
sevicias a que nos vemos sometidos bajo tos de vista, manipulaciones. internacional de las tico?
la máscara del bien común y occidental. - Escritor y periodista o periodista y escri- - Llámelo como quiera. Yo hablo de lo
Alguien ha dicho que nuestra vida es tor. ¿Es el periodismo una buena trinchera letras en castellano. que conozco, de mi experiencia, de lo que
como un árbol feraz al que basta sacudir para saltar a la literatura? observo a mí alrededor, en el mundo. Me
para obtener gran cantidad de asuntos, - Puede serlo, pero por supuesto no es Desconozco la obra considero agraciado si el testimonio
pero sólo se pueden recoger unos pocos y la única. La lectura y relectura de textos implica una invitación a pensar, reflexio-
convertirlos en arte. enjundiosos, el silencio observador del más reciente en el nar, a reír. En cualquier caso, podría tra-
- ¿Cree que esta novela le ha servido que lleva una vida umbrátil y el autodi- tarse de un ajuste de cuentas, pero en pri-
como acto de exorcismo? dactismo suelen ser plataformas más efi- archipiélago. Sólo mer lugar conmigo mismo, una especie de
- Sí, en gran parte, porque nuestros caces para garantizar que ese viaje sea ejercicio de autocrítica. Por encima de
demonios, filias y fobias se revitalizan a fructífero. El periodista está limitado, su daría cuatro nombres: todo, han sido razones éticas, morales y
la vez que se contradicen o se silencian lenguaje es estrecho, hay cosas que no se estéticas las que me han acompañado en
para luego reaparecer con una contun- pueden decir por imposición de los pode-
Manuel Padorno, este trayecto.
dencia que requiere una respuesta cate-
górica y firme. Ése es el juego, la come-
rosos y las grandes empresas de la infor-
mación, todo depende de la capacidad
Rafael Arozarena, - Ahora reside en la península. ¿Cómo ve a
Canarias desde la distancia? ¿Qué opinión le
dia de la vida, y de nuestra actitud y apti- intelectual y los retos de cada uno de nos- Arturo Maccanti y merece sus movimientos culturales, como el
tud depende de nuestro triunfo o fracaso. otros. No me canso de repetir que el literario?
De cualquier manera, como usted sabe, periodismo es bueno para un intelectual Andrés Sánchez - Canarias es la tierra en la que nací, nada
el laberinto es la patria de los que dudan. si sabe abandonarlo a tiempo. Este libro, más, los localismos y folclorismos me la
Con ello quiero decir que la sabiduría de por ejemplo, lo ha construido la litera- Robayna refanfinflan. Bueno, el clima es benigno.
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Sábado, 19
de marzo de 2011

CANARIAS DESDE LA DISTANCIA


Canarias es la tierra en la que nací, nada
más, los localismos y folclorismos me la
refanfinflan. Bueno, el clima es benigno. Los
políticos (léase subufones) han diseñado
unas islas habitables sólo para unos pocos.
Ese provincianismo con ansia de gran ciudad
me hace reñir. La literatura canaria debe
ubicarse, si puede, en el concierto
internacional de las letras en castellano.
Desconozco la obra más reciente en el
archipiélago. Sólo daría cuatro nombres:
Manuel Padorno, Rafael Arozarena, Arturo
Maccanti y Andrés Sánchez Robayna.
Considero que la literatura, no sólo en
español, va a menos --por decirlo con Juan
Goytisolo-- en todas partes. ¿Dónde está el
Tolstoi guanche, el Chejov argentino, el
Flaubert mejicano, el Machado de Assis
chileno? Por cierto, ¿dónde habita el
Montaigne de nuestro tiempo?

Los políticos (léase subufones) han dise- - Dicen que lo último que le llega a un que le recuerden las barbaries perpetra-
ñado unas islas habitables sólo para unos escritor que lo sea es la amplitud, y la única das. No descubro nada, sólo lo subrayo,
pocos. Ese provincianismo con ansia de regla del juego es la libertad, lo cual pro- porque hoy la solidaridad es una pieza de
gran ciudad me hace reñir. La literatura porciona acicate y estímulo. Bergman afir- museo. Niños nacidos prácticamente
canaria debe ubicarse, si puede, en el con- maba que en arte y literatura valen menos muertos, desnutrición… Son seres que
cierto internacional de las letras en caste- cien pájaros en mano que el que continúa sólo buscan pan y agua para sobrevivir, por
llano. Desconozco la obra más reciente en volando. Busco lectores cómplices, que no hablar del racismo, xenofobia y aporo-
el archipiélago. Sólo daría cuatro nombres: suelen ser más de los que creemos, y para foia (odio, aversión al pobre, xenófobos
Manuel Padorno, Rafael Arozarena, ello he trazado algunas trampas, porque hay muchos pero aporófobos, casi todos).
Arturo Maccanti y Andrés Sánchez dificultad y sana provocación vienen a ser Hay tres pulsiones básicas: hambre, sed y
Robayna. Considero que la literatura, no una cortesía del autor con el lector. Com- sexo. Por mera cercanía geográfica, los
sólo en español, va a menos --por decirlo parto la concepción novelística del gran canarios hemos sido y somos más recepti-
con Juan Goytisolo-- en todas partes. ensayista ruso Mijail Batjin: el escritor anó- vos y solidarios que otros pueblos. Ahí
¿Dónde está el Tolstoi guanche, el Chejov malo o maldito siempre me ha interesado, están el problema saharaui, el sida, los
argentino, el Flaubert mejicano, el el que aniquila fronteras de géneros, exalta niños-soldados, el Congo, traficantes de
Machado de Assis chileno? Por cierto,
¿dónde habita el Montaigne de nuestro
Como he dicho la improvisación creadora e incluso des-
troza normas de verosimilitud. No obs-
personas… Se acumulan cada vez más las
muertes vertiginosas, castigos minucio-
tiempo?
- Pero ¿qué le pide usted a un libro?
alguna vez, un cuento tante, pasado y presente han de engar-
zarse: La lozana andaluza y las pinturas de
sos, genocidios sin fin. La literatura exce-
lente de J. M. Coetzee, Naguib Mahfuz o
- Con el tiempo uno se vuelve exigente de Borges vale más Goya o Hopper tienen en común una Edward Said, por sólo citar a tres nom-
con los demás y consigo mismo. Hay que modernidad asombrosa que también bres, corrobora con suma lucidez un
diferenciar producto editorial de texto lite- que la obra completa atañe a san Juan de la Cruz y José Ángel asunto que necesitaría miles de libros bien
rario. Mis lecturas han sido asistemáticas, Valente, pues “como pertenece sólo al pre- leídos en todas partes del mundo. Lo de
unas me han conducido a otras. Nunca he de Pérez Reverte. En sente muere con él”. Me siento cómodo en Irak no deja de ser una muestra espeluz-
ocultado mis preferencias; no quiero ser este novedoso territorio, menos presio- nante.
repetitivo. Al cabo es la relectura lo que el cuento no debe nado, tal vez porque aún no he descubierto - Es también un gran especialista en el
marca el fuste de un texto. Lo terrible es molde alguno, con un subjetivismo y relato corto. ¿Qué le atrae de este género
que muchísimas mediocridades se venden faltar ni sobrar una autenticidad insospechados que refuerzan literario?
como “lo mejor de la última década” o “lo la decisión de acometer un trabajo menos - El cuento me parece un arte muy sutil,
más destacado de su generación”. He leído palabra, en la vieja solitario de lo que a menudo se piensa o complejísimo, un reto que me incita a dar
abundante morralla para poder valorar el declara. Todos tenemos al alcance el arte lo mejor de mí y, además, adecuado a los
mérito de quien lo merece. A un libro le
novela se permiten la universal, y yo dispongo de tiempo --el que tiempos que corren, pese a la resistencia
pido que sea capaz de desestabilizarme,
interrogar, dudar de las creencias hasta
digresión y pesadez, quede-- para seguir acercándome a ese
acervo colosal en busca de sabiduría y
de los editores. El brasileño Rubem Fon-
seca es el mejor cuentista vivo, el tiempo
ese momento más arraigadas, capacidad
de subversión. Lucrecio y Virgilio lo consi-
aburrimiento, belleza. Dispongo de la noche mil dos, dis-
pongo de árboles miríficos para abrazar o
lo pondrá en su sitio, ojalá sea pronto, para
disfrute de los lectores. Ahí están Alfred
guen. Los escritores de moda me dan pena, papanatismo, posarme en ellos. Somos lo que hacemos, Polgar, Maupassant, Isaak Babel, Rulfo y
sólo no pasa de moda quien nunca ha ganamos lo que damos. tantos otros. Como he dicho alguna vez,
estado de moda. La sujeción al caduco relleno, con toda mi - África también está presente en gran un cuento de Borges vale más que la obra
esquema desarrollo-nudo-desenlace, el parte de El orden del día, el pueblo saharaui, completa de Pérez Reverte. En el cuento
estancamiento en las sagradas formas del indiferencia para política y letras internacionales, invasión y no debe faltar ni sobrar una palabra, en la
arte, la precariedad imaginativa y la ausen- ocupación de Irak… vieja novela se permiten la digresión y
cia de riesgo conducen a productos que no productos que son un - África es un continente expoliado, pesadez, aburrimiento, papanatismo,
innovan y por tanto son prescindibles. esquilmado, humillado por los sucesivos relleno, con toda mi indiferencia para pro-
- ¿Y por qué ahora una novela? calco de otros imperialismos, y a Occidente no le gusta ductos que son un calco de otros.
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EL ORDEN DEL DÍA


Presentación de El orden del día, de Ezequiel Pérez Plasencia,
en la librería Nogal de Las Palmas de Gran Canaria el 23 de
abril de 2009./CANARIASSOCIAL.COM.

JAVIER DORESTE (*)

D
e los que conocí militando en
la clandestinidad, antes de la
muerte de Franco, he termi-
nado haciendo dos grupos:
los resentidos y los que siguen
viviendo. Esta clasificación no tiene nada
que ver si unos u otros traicionaron o, para
decirlo con sus palabras, volvieron a la rea-
lidad, se adaptaron, se integraron, deci-
dieron que desde el poder y las institucio-
nes se podía cambiar la sociedad o hacer
algo por la gente. No, no tiene nada que
ver. De resentidos y vivientes, por llamar-
los de alguna manera, hay entre los que
cambiaron de chaqueta y entre los que
mantuvieron los ideales de transforma-
ción de la sociedad. He conocido directo-
res generales que en absoluto se han mos-
trado resentidos con el pasado y he cono-
cido militantes combativos en la actuali-
dad que achacan sus fracasos personales a
los años de militancia clandestina. Y vice-
versa, sé de más de un "cuadro" o "profe-
sional" de la administración democrática
que despotrica de aquellos años de lucha Y este respeto de pasado y futuro no tiene Ahí se encuentra uno de los méritos de este
clandestina y también conozco los que no sentido o, mejor, se unen en el presente, libro. Nos obliga a reflexionar sobre lo
reniegan de esos años ni les achacan los en nuestro tiempo, en nuestra actualidad. escrito más que sobre lo contado. La prosa
problemas que puedan estar pasando. Por De nada sirve escribir para el futuro, como del autor es tan natural que te lleva hasta
si no ha quedado claro los resentidos son lo hacen algunos elitistas, pues eso es al final sin apenas darte cuenta, pero
aquellos que echan las culpas de sus males, escribir para lo desconocido. El escritor cuando dejas de leer instantáneamente
errores y demás a la época de la militancia escribe para el presente, para los lectores empiezas a reflexionar sobre lo leído y ter-
clandestina, a la célula, el partido, etc. y habituales, para todos los públicos. Cierto minas buscando libros o autores sobre los
los vivientes son los que recuerdan esa es que no debe dejar de apuntar hacia el que te llama la atención la infatigable
época con cariño o al menos sin rencor. Y pasado pues la herramienta que usa le ha memoria de Ezequiel.
ambas categorías no tienen nada que ver sido dada por otros y tampoco debe aban- Pues El orden del día puede leerse como
con los cambios de chaqueta y demás, sino donar el horizonte del futuro para pasar la una historia de desamor y traiciones, como
con una especie de ética hacia el pasado herramienta a otros en el mejor estado la descripción gogoliana de las miserias de
que muy pocos reconocen.
Por eso, la lectura de El orden del día, se
Ezequiel Pérez posible, pero siempre debe tener en cuenta
su presente, su tiempo.
determinada prensa insular o el tránsito
de un paciente. Las tres historias se entre-
convierte, para cualquier persona, en un
acto gratificante, no sólo a nivel estético,
Plasencia mantiene Esto lo hacen los buenos escritores sea
cual sea el tema o la forma que elijan.
lazan magníficamente, sin confundirse,
manteniendo constantemente el hilo rojo
sino a nivel ético. Pues más allá del pasado, una actitud Desde luego que hay varias formas de que las une y obligándonos, como lecto-
Ezequiel Pérez Plasencia mantiene una hacerlo, unos pueden rendirse a las modas res, a revisar nuestros prejuicios e ideas. Y
actitud profundamente ética con todo lo profundamente ética o refugiarse en el abstraccionismo ininteli- a medida que pasan las páginas, más y más
que transcribe en su novela, por llamar a gible (formas de escapar a la necesaria lúcidas se vuelven las palabras de Eze-
este libro de alguna forma. Una actitud con todo lo que ética del escritor) y otros toman el toro por quiel. Y esta lucidez es la que hace que dis-
ética ante el mismo hecho de escribir, ante los cuernos y deciden enfrentarse a la frutemos con el texto, no sólo por lo esté-
el respeto y defensa del idioma que le lleva transcribe en su tarea de escribir con la misma o más tico sino por lo ético. Por ello inicié este
a sublevarse contra los que prostituyen y honestidad de la que reclama Jorge Rodrí- texto recordando a los amargados que
pervierten nuestro patrimonio común, la novela, por llamar a guez Padrón en su demoledor Discurso del achacan sus males a un pasado de nebu-
lengua, en redacciones y tertulias políti- cinismo. No se trata de invocar la literatura losa militancia. Nuestro autor, lúcido -
cas. Pero no sólo por la torticería política, este libro de alguna social de antaño ni definirse por una u otra insistimos-, reivindica y describe ese
sino en deportes o en sucesos. Ezequiel escuela literaria. Todo eso da lo mismo. Se pasado, lo alude constantemente, pero
defiende que da lo mismo sobre lo que
forma. Una actitud pretende reivindicar lo "crítico radical", no nunca lo lamenta. No llora sobre la leche
escribas y para quién, sea lo que sea debe
hacerse con respeto al idioma y a la inteli-
ética ante el mismo como ataque feroz a la sociedad sino como
examen minucioso, buscando su raíz, de
derramada sino que, levantando la vista,
tira para adelante como siempre han
gencia de los lectores. Y ha de reconocerse
que esto último, el respeto a la inteligencia
hecho de escribir, ante las cosas que nos rodean, de nuestro
tiempo y, desde luego, el lenguaje, las for-
hecho los escritores auténticos, aquellos
que viven para escribir y de esta forma exa-
de los destinatarios, no brilla, en nuestras el respeto y defensa mas y maneras con las que nos expresa- minar lo que nos rodea y darlo a los lecto-
letras, últimamente. Lo que se nos tras- mos y se expresa el escritor. Esta actitud res en páginas tan sinceras como las que
mite es que el idioma común, sirva para lo del idioma que le lleva reclamada por Rodríguez Padrón es seme- comentamos.
que queremos que sirva, debe ser usado jante a la que mantiene Pérez Plasencia. (*) Javier Doreste leyó este texto en la
con un doble respeto. Hacia el pasado, a sublevarse contra Su mirada, ya se proyecte sobre una histo- presentación de El orden del día (Ezequiel
pues es depositario de los que lo usaron ria de amor, sobre la redacción de un Pérez Plasencia. Ediciones Benchomo.
antes que nosotros, y hacia el futuro, para los que prostituyen y periódico insular (que es peor que decir de Santa Cruz de Tenerife. 2008) en la librería
que los que lo lean en otros tiempos distin- provincias) o una clínica de desintoxica- Nogal de Las Palmas de Gran Canaria, el 23
tos al nuestro sepan lo que están leyendo. pervierten ción, es siempre crítica en los dos sentidos. de abril de 2009
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LA LITERATURA Y/O LA VIDA

IGNACIO CESTAU llama de la vocación literaria, como vehí- vasta cultura literaria, de forma imagina-
culo para retratar la condición humana y ria dialogó, debatió e incluso se enfureció

E
scribir sobre un autor reciente- penetrar en su alma. Y la literatura ganó, con multitud de autores cuyos libros devo-
mente fallecido, que has admi- porque de esa decisión surgió un escritor raba. Amó a Cortázar, Rulfo, Camus y tan-
rado en vida porque su prosa te de fuste, que combinó lo vivido, lo particu- tos otros. Y ese universo propio, adquirido
ha brindado momentos inolvi- lar, en retratos sociales y humanos que como lector, lo incorpora como fuente de
dables durante su lectura, por desde el detalle, la ternura y el drama de su espacio literario. Por sus páginas transi-
su sobriedad carente de adornos super- experiencias muy concretas de su entorno, tan gran parte de aquellos escritores que le
fluos, densidad, nada le sobra; su intensi- ya sea de Santa Cruz de Tenerife (Barrio impresionaron, le influyeron, a los que
dad cargada de significados sociales y de La Salud), en La Habana, o en cualquier admiró y a los que detestó. Sus personajes
morales, y su rigor expresivo puede resul- otro lugar, trascendía a preocupaciones se relacionan y se confrontan con ellos, se
tar interesado, comprometido y sesgado universales, que pueden interesar y con- funden en una ósmosis narrativa de abso-
hacia un reconocimiento laudatorio. Si mover a cualquier ciudadano del mundo. luta armonía, en las antípodas de la cursi
además has compartido con él confiden- Como ocurre en los viajes internos a los erudición, tan querida de escritores vulga-
cias vitales, opiniones y dudas sobre el sig- barrios de La Habana y Santa Cruz de res, para crear un cuadro coral de diálogo
nificado mismo de la vida y la literatura, y Tenerife, que residen en El regreso de Cal- entre ellos (personajes y escritores), simi-
la relación entre ambas. Y si también le vert Casey. Desde sitios muy localizados y lar al diálogo que se produce entre instru-
has acompañado en algunas vicisitudes personajes singulares, se alzan preocupa- mentos musicales en una sinfonía; cre-
profesionales, con la modesta ayuda que ciones humanas en forma de bella escri- ando una fusión entre literatura y vida,
un abogado laboralista puede ofrecer a un tura, con palabras con forma de estilete. O como una reivindicación de la propia lite-
trabajador maltratado por una empresa esas descripciones de personajes de barrio ratura y de los lectores. Reivindica que leer
periodística, con nuestros desequilibrados que fluyen en las páginas de Los caminade- es una forma de vivir y que se vive también
códigos laborales; cuando la ignorancia y lado, término que para su libro tomó pres- con intensidad y que algunas veces sirve
envidia de “jefes” y “emboscados compa- tado de El Farola, un parado, un pibe que para salvar y rescatar vidas tediosas.
ñeros” le enviaron al globalizado “ejército decía “estos políticos caminan de lado, Sin duda, la concesión del premio Juan
de reserva de los desempleados del parece que van enfilados a lo que prome- Rulfo por Decena de un cronopio, significó
mundo”. Y por si fuera poco, si en la inti- ten, pero siempre se tuercen para defen- el espaldarazo que tanto necesitó y, ade-
midad del sufrimiento y del gozo, te ha der lo suyo, no lo nuestro”, puede ser un más, le unió mágicamente al admirado
revelado parte del universo vivido y personaje de cualquier barrio del planeta. autor de “Pedro Páramo”, transmitiéndole
soñado que se esconde detrás de algunas Y que se puede decir, con permiso de otras una mayor seguridad por el reconoci-
de sus obras, no sólo resulta comprome- opiniones, de lo que para mí hasta ahora miento internacional que comportaba,
tido escribir sobre él, sino puede resultar son dos obras maestras, su cuento Decena reconocimiento que no se trasladó ni a
temerario. Pues ello, no sólo no me va a de un cronopio, premiado con el más pres- España ni a Canarias. Probablemente otro
hacer desistir del intento de recordarle por tigioso galardón de cuentos en castellano, escritor de otro lugar del territorio nacio-
escrito, sino que es un motivo más, si no el Premio Juan Rulfo, y la novela El orden del nal que hubiera recibido el mismo galar-
de más peso en la balanza para hacerlo. día. Relatos introspectivos en los que se dón, habría tenido un mayor reconoci-
Ezequiel Pérez Plasencia fue un español desnuda sin pudor y pone de manifiesto su miento público y habría gozado de mayor
más que nació en Tenerife, tras nuestra vida con sus miserias y grandezas, en los atención de los medios. Parece que los
cruenta guerra civil, en el seno de una que el viaje que nos brinda a su interior, autores canarios no pueden disfrutar del
familia de los vencidos, de los perdedores, nos permite participar de todo aquello que eslogan publicitario de una conocida cer-
lo que condicionó su existencia infantil y produce inquietud y desvelos en el ser veza canaria, “que suerte vivir aquí”. Pero,
juvenil. Allí conoció el amargo sabor de la humano, como el fracaso, el amor, la en todo caso, le permitió darle la energía
derrota y las estrecheces que había que
pagar por ella. Pero también aprendió algo
locura, el sentimiento de solidaridad, el
afán de justicia. Asistimos a un recorrido
La narrativa de necesaria para acometer su novela “El
orden del día” y parece que algunas otras
que luego dio título a una de sus obras, La desde los valores políticos de su origen Ezequiel tiene además que dejó sin publicar tras su muerte y que
ilusión de los vencidos, y que el amor que militante, a la vuelta a sus orígenes vitales, espero que pronto salgan a la luz.
proviene de la adversidad tiene, como la a la reivindicación de algo tan sencillo otra característica, Para terminar, puedo concluir que Eze-
sangre, color rojo. Tal vez por ello, como como la decencia. Acaso hay algo más quiel nos ha dejado una obra corta, pero
expresión de algo íntimo, aquel libro lo revolucionario. Estas dos obras, además, que reconozco sin con carácter y personalidad, y con un reco-
abría la cita de Céline de “es más difícil contienen las entrañas de los ajustes de nocible estilo propio, y con un mundo lite-
renunciar al amor que a la vida”. En qué cuentas que todo ser humano hace con- sonrojo que me rario que tiene su referencia en ese mundo
estaría pensando. sigo mismo, constituyendo un verdadero que versificó Blas de Otero:
Su origen determinó su orientación polí- ejercicio de exorcismo, de expulsión de los fascina, y, aunque
tica primero, y después, su vocación litera- demonios que incorporó a su vida, cuando “Un mundo como un árbol desgajado
ria. Y ese origen también le dio las pautas la frustración le apartó del cauce principal parezca una una generación desarraigada
sociales y morales de conducta. Allí apren- y le arrastró por meandros turbulentos. unos hombres sin más destino que
dió que la lucha por la subsistencia debe ir Pero son también un homenaje a quienes
redundancia, crea apuntalar las ruinas”
acompañada de la dignidad, y tuvo su
mejor escuela y sus mejores enseñanzas, y
hizo sufrir y una petición desesperada de
perdón, por ello están llenas de guiños y
una literatura llena
como en tantas familias de vencidos,
empezó a levantar la vida y a dar la cara,
reconocimientos para ellos.
La narrativa de Ezequiel tiene además
de literatura. En su Pero tristemente nos ha dejado, y para-
fraseando nuevamente a Blas de Otero:
tomando como ejemplo vivo a una “madre otra característica, que reconozco sin son- difícil y borrascoso
coraje”, que tan determinante fue en su rojo que me fascina, y, aunque parezca una
vida como en la de sus hermanos, tras la redundancia, crea una literatura llena de caminar por la vida, “Pero la muerte desde dentro, ve
desaparición prematura de su padre. literatura. En su difícil y borrascoso cami- pero la muerte desde dentro, vela
De ahí pasó en lógica coherencia a nar por la vida, la lectura constituyó una la lectura constituyó pero la muerte desde dentro, mata”.
incorporarse a la causa comunista, en una parte esencial de dicha andadura. Desde
de las organizaciones que entonces libraba el lado de la trinchera del lector, configuró una parte esencial de
la batalla contra el franquismo. Y viviendo todo un universo propio, y como lector
el compromiso político y social, nació la vivió momentos de plenitud, acumuló una dicha andadura S/C de Tenerife, marzo de 2011
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AHORA SÍ QUE EL LIBRO, CAFÉ, COPA


MAR NO NOS DICE Y TABACO
NADA
JOAQUÍN PIQUERAS (*) mios, el eterno candidato al Nobel – que JUAN DE DIOS GARCÍA (*) Arreola...
ya dejó de serlo-, los errores editoriales, Sellamos nuestro aprecio regalándo-

A M
hora sí, Ezequiel, ahora sí la izquierda, la derecha, Internet, toxi- e acuerdo perfecta- nos los libros de nuestra cosecha y
que el mar no nos dice nada, comanías varias, Albert Camus…, para mente. Conocí a Eze- desde entonces nos veíamos con la fre-
por mucho que aventamos volver sobre tu propio material y su quiel Pérez Plasencia en cuencia que podíamos, literatura
nuestros más vehementes posible difusión digital. Después vino julio de 2007, entre las mediante, porque la literatura fue, sin
recuerdos sólo encontra- un contacto continuado a través de butacas del edificio hipérbole, la génesis y el pulso de nues-
mos el insomnio de las olas, el silencio muchos emails y de varias citas para modernista Casa Pedreño, en Carta- tra amistad. Se me agolpan cientos de
locuaz de una “psique sin cuerpo”. Nos intercambio de libros y experiencias- gena, donde cada verano se celebra las escenas agradables junto a él: los largos
has dejado solos, y la soledad, como tú entre ellas, dos inolvidables comidas charlas entre los escritores invitados al paseos por el puerto mediterráneo
escribiste, es un arma de doble filo, que literarias en el Mesón Andaluz con José festival La Mar de Letras. Esa edición donde su vanidad de creador nunca
te puede conducir a la lucidez o a la Bonaque y con Tino Fernández-, para estaba dedicada a Méjico. El periodista hundía su capacidad de admiración
locura. volver a enzarzarnos de nuevo en un Juan Cruz moderaba una mesa redonda como lector, sus tímidas y jugosas pre-
Has dejado inconclusa una novela renovado capítulo de supervivencia a en la que intervenían el politólogo Jesús guntas al final de cada recital en el Aula
que caminaba con paso firme hacia tu través y por la Literatura, consolidando Silva-Herzog y el novelista Jorge Volpi. de Poesía Carmen Conde, sus reflexio-
“sueño realizado”, ahí dejabas cada en cada comunicación nuestra amistad. Entre los tres esbozaron con claridad el nes pictóricas y musicales con la cultí-
brizna de tu ser cada noche, arañando En horas de insomnio como estas me complejísimo estado de putrefacción de sima camarera italiana de la cafetería
horas al orden del día. Decías que llegaban tus correos meticulosamente la política azteca contemporánea. Allí Nova, su presencia etílica en las terrazas
habías metido a mi Orfeo entre tus pági- escritos – te enfadabas si se colaba estábamos con la boca abierta los asis- del casco histórico, su sempiterno perió-
nas, a ese cronopio, con el que los dos alguna errata ortográfica-: algunos tentes habituales. Entonces llegó el dico bajo el brazo, su gracioso descubri-
nos sentíamos identificados, cuya embadurnados por el desaliento e turno de preguntas y escuché por miento de internet con casi diez años de
música desafiaba, como nuestro admi- incluso la desesperación de un ser ven- primera vez ese tarta- retraso… Encarnaba la generosidad
rado perseguidor de Cortázar, las leyes cido por las circunstancias; otros, en mudeo molesto y intelectual, por lo que vivió una total
de la razón y del mundo, a ese “cabrón” cambio, rezumaban esperanza y car- entrañable que integración entre los artistas, eruditos y
capaz de eyacular en las puertas del gamentos de fe por tu trabajo; pero rompía el pensadores de la ciudad: desde el grupo
cielo; y yo no podía sino sentir la impo- ninguno quedaba exento de tu silencio de de narradores de la tertulia Mandara-
sibilidad de corresponder a tan tamaña sentido del humor; es más, la sala. che hasta círculos de pintores, periodis-
gratitud. Tú eras - y eres - así, tremenda muchos de ellos concluían con Pregun- tas, abogados, admiradores como el lec-
y humildemente generoso, siempre el colofón de una punzada taba algo tor José Bonarque, como el poeta pun-
dando mucho sin que te acuciara la verbal llena de agudeza, en la sobre el krocker Joaquín Piqueras o como la
necesidad que abruma a tantos “junta- que era difícil adivinar tras su laberinto librera cómplice y creativa Ana Escara-
letras, líderes de opinión, politicastros, manto de ironía tu verdadero formado bajal.
letraheridos” de la actualidad, siempre estado de ánimo, quedando e n t r e La última vez que nos vimos fue preci-
reclamando su eternamente renovado en el mío entonces inoculado Chiapas, samente en la librería Escarabajal,
derecho de “pernada” en este mundo el virus de la preocupación. Mas el PRI, el acompañado de una amiga —las “ami-
agitado “por las añagazas de todopode- quién me iba a decir que el único castr ismo, gas” de Ezequiel es un tema de tesis doc-
roso dios-mercado”. email aparentemente inocuo, este- Bush… En fin, toral— y con cara de preocupación lec-
La primera vez que nos vimos, Eze- rilizado para el desasosiego, que yo no le presté tora.
quiel, el que suscribe estas líneas recibí hace dos semanas iba a ser el más atención, por- —No están los Cuentos completos de
CANARIASSOCIAL.COM

andaba recién empapado de La decena último. Mi efusiva respuesta por una que la política me inte- Onetti en el escaparate. Ni siquiera
de un cronopio. Y como muestra de mi buena noticia jamás halló correspon- resa hasta un límite y porque estaba están dentro. ¿Te lo puedes creer? ¡Y la
admiración por tan pequeño gran libro, dencia, sólo el mutismo. Un mutismo deseando bajar a la calle a echar un edición de Alfaguara salió hace seis
galardonado con el Premio Internacio- tan inquietante, si cabe, que el de este cigarrillo esperando la siguiente ponen- meses! Voy a encargarlos. No tengo otra
nal de Cuentos Juan Rulfo, publiqué el maldito mar que nada dice. cia. opción.
capítulo “Viernes” en mi blog Insólitos. Releo tus artículos, Ezequiel, tus rela- Ezequiel bajó a fumar también a los Le contesté con una sonrisa cotidiana
Caminando por el “lado salvaje de la lite- tos, tu novela, con la avidez del discí- pocos minutos. Éramos dos desconoci- y le di una palmada tranquilizadora en
ratura”; y tú, que tuviste, a pesar de tu pulo que disfruta aprendiendo de un dos comunicadores natos, así que el el hombro sin ser consciente de que esa
limitada movilidad, la gentileza de ir a gran maestro. Y me digo que, efectiva- saludo y la conversación apasionada sería mi despedida. Querido Ezequiel,
esperarme al instituto donde trabajo - mente, “la vida es un camino minado”, prendió en seguida. Allí nos retratamos tan extraterrestre, tan afectuoso. Libro,
siempre llegaste más temprano de lo que da igual --bien lo sabía Abel Cainus- ambos, un par de locomotoras, felices, café, copa, tabaco: los cuatro elementos
habitual a las citas, incluso a la última-, -, los destinos que uno elija, cuando sólo recién presentados y compartiendo que componían a mi amigo.
lo hiciste cargado de libros; pero, sobre uno ha de elegirte a ti, consumándose nuestro entusiasmo infinito por los Escribo este grito-homenaje seis días
todo, de palabras, inteligentes y exquisi- el azaroso fatum de la miserable exis- libros. después de su muerte, unas horas antes
tas “palabras” para celebrar el milagro tencia humana. Un accidente absurdo —Mañana viene Bárbara Jacobs. de que jueguen en el estadio Cartago-
de esa literatura que, preservando su convertido en “hacha homicida” nos ha ¿Has leído Vida con mi amigo? nova mi equipo y el suyo. El resultado
autenticidad, no está “domesticada por arrebatado para siempre tu presencia, —No... ¿Y ahora quién va a interve- me importa un carajo. Él mantuvo siem-
el stablishment de las letras” – cómo te dejando en suspenso una brillante nir? pre su orgullo tinerfeño, yo le quería
gustaba esa expresión-. Dos horas que carrera literaria. Ahora que habías —La periodista Diana Washington. animar y habíamos quedado en asistir
pasaron con una velocidad endiablada dejado atrás tantos escollos y sorteado Va a contar su experiencia en la investi- juntos al partido.
para dejar una estela tan indeleble que peligrosas minas en el camino, ha gación de los feminicidios en Ciudad —Juan de Dios, ¿y si me insulta algún
todavía ahora, frente a este mar sin res- venido la muerte, “tan jodiendo”, a des- Juárez. ultra del Cartagena al alegrarme de un
puesta, se exhiben como voluminosas ordenarlo todo. El mar ya no dice nada Ezequiel se sabía el programa de gol del Tenerife? —preguntaba entre la
estrellas que ganan en intensidad cada – este es uno de los títulos que barajabas memoria. Vivimos con un optimismo broma y la cautela.
vez que son revividas. Vida y Literatura. para tu novela-, pero seguiremos obser- adolescente toda esa semana, emborra- —Ni caso, Ezequiel. Yo te protegeré.
Cuántos nombres sobre el tapete: desde vándolo, escudriñando en su silencio chándonos con Antonio Ortuño, Daniel Y nos reíamos, y le daba un ataque de
Bernhard hasta Idea Vilariño, desde nuestro propio reflejo, o más bien la Sada, Elena Poniatowska, Juan Villoro, tos en medio de la risa, y nos seguíamos
Onetti, Chejóv o Roth hasta los más reverberación de nuestro profundo Guadalupe Nettel, Alberto Rui-Sán- riendo.
recónditos y malditos escritores cana- deseo de regresarte. Mientras tanto, tu chez, Sergio Pitol, Mario Bellatin, Coral
rios y cubanos, todo enriquecido con magnífica obra hablará por él. Bracho, abrazando a los autores vivos y (*) Juan de Dios García (Cartagena,
múltiples anécdotas y referencias. Tam- recordando a tragos la admiración por 1975) es escritor y director de la revista
poco faltaron las excrecencias del actual (*) Joaquín Piqueras(Alguazas, Mur- grandes de Méjico como Elizondo, de literatura El coloquio de los perros
panorama literario, la mafia de los pre- cia) es escritor y poeta. Rulfo, Revueltas, Ibargüengoitia, Paz, (www.elcoloquiodelosperros.net)
El perseguidor 7
Sábado, 19
de marzo de 2011

EL ÚLTIMO
VIAJE DE
EZEQUIEL
PÉREZ
IGNACIO BORGOÑÓS (*) entierro hubo lectura de Stefan Zweig, él
hubiera preferido Borges. Recuerdo que

A
compañé a Ezequiel hasta el hablaba muy bien de El maestro de Peters-
último momento, hasta la burgo, de Coetzee, también de Joseph
esquina justa del cristal tras el Roth, Tolstói, Dostoievski, Clarice Lispec-

PLASENCIA
que su caja mortuoria se aden- tor, Goytisolo, Edward Said o Amos Oz. Y
tró en el horno crematorio admiraba tanto a Onetti que guardaba el
para convertirse en cenizas. En ese dinero que había sacado del cajero para
momento fue en el que le dije en voz muy pasar la semana, entre las páginas de sus
baja: “ya no te puedo acompañar más, Eze- cuentos.
quiel, ahora tienes que hacer tú solo el Pero si hay algo que me molestara de él,
viaje”. Pues sí, con la autoridad que me da desde hace años su salud se había visto ante, el portátil encendido para ver si lle- era esa mala suerte que tuvo como escri-
su amistad infinita, con la autoridad que mermada por una cierta parálisis en una gaba la inspiración magistral que le ayu- tor, pues sus méritos fueron demasiado
me da haberlo conocido y la de haberlo pierna que lo hacía caminar despacio, dara a terminar su última novela, la que se grandes para una industria editorial de
oído hablar sobre libros, es con la que me redujo su actividad al barrio tan céntrico ha quedado encerrada en ese mismo por- miras tan cortas, sólo preocupada por el
dirijo a ustedes para narrarles el lujo de en el que vivía, donde era toda una institu- tátil. rédito del Top Ten de ventas en El Corte
haber tenido un amigo y un maestro litera- ción, y donde dejaba muestras de su Y es que a pesar de haber escrito El orden Inglés, y no por la calidad literaria.
rio tan grande. sapiencia futbolística entre amigos, de su del día, lo que no estaba precisamente pre- Digamos entonces con toda convicción
Quizás ustedes, los canarios, conozcan maestría literaria en las librerías o en lar- visto entre los puntos a tratar era su que él estaba ya fuera de tiempo, el reco-
una versión más amplia en el tiempo del gos paseos hasta el puerto con quienes él muerte. Porque Ezequi nos ha dejado nocimiento tan merecido que ahora le
escritor Ezequiel Pérez Plasencia, pero yo elegía, y de su buen gusto con un rastro de demasiado pronto. Desde mi egoísmo hacemos, debió llegar mucho antes en
conocí la última, su etapa cartagenera, que piropos a las mujeres de buen ver. podría decir que me ha dejado huérfano forma de publicación con una gran edito-
es la que viví y de la que les voy a hablar, si A la reunión semanal que tenía por de recomendaciones literarias, jamás se rial. Podría haber sido un tipo a lo Vila-
me lo permiten. agrado y no por compromiso con el maes- me olvidará que días antes de su falleci- Matas, un escritor metaliterario recono-
Para empezar diré que no quiero equívo- tro Heredia y conmigo en la cafetería Nova, miento me dijo: Nacho, lee a Thomas Bern- cido y con el privilegio por delante de
cos, la vida de Ezequi –como lo conocía- él la bautizó como la secta. Una reunión hard. Y así cuántas veces, cuántos libros, poder vivir de la literatura. El regreso de
mos los íntimos, léase el pintor cartage- que se sigue celebrando hoy en día, con cuántas discusiones sobre autores, cuantas Calvert Casey, Los caminadelado y sobre
nero Juan Heredia Gil y yo mismo–, no fue una vela en su honor, y donde Ezequiel nos perlas literarias como ésa de: “un solo todo, El orden del día, son una pequeña
fácil. Lo entenderán enseguida: la primera regalaba el don tan preciado de su opinión, cuento de Borges vale más que toda la obra muestra de su altura intelectual. Qué gran
vez que llegué a la UCI del hospital Santa siempre polémica, incorrecta, pero sabia, de Pérez-Reverte”, que no sé si lo decía por escritor hubiera sido si hubiese tenido un
María del Rosell para verle tras su parada endulzada eso sí, de memoria canaria, del convicción, por joderme como cartage- buen editor. Ahora que purguen sus peca-
cardiorrespiratoria, las únicas batas que gofio que añoraba, de registros de su len- nero, o por ambas. Ezequi siempre fue un dos quienes no le ayudaron a editar
estaban colgadas en la antesala, eran las gua guanche, de bellas palabras hacia su cachondo mental. cuando estaba en su mano, o quienes lo
que les correspondían a los visitantes del madre, de una camiseta blanca con el siete Yo lo imaginaba en Tenerife como un editaron mal, pues Ezequiel, pese a quien
box número dos, el suyo. Él eligió la sole- de Juanito que le regalaron cuando era tipo a la izquierda de la izquierda, y ya aquí le pese, ya está en el Olimpo de los escrito-
dad, vivir en el exilio de Cartagena. Que niño, de la amistad que le unió a Valdano y en Cartagena, puedo asegurarles que era res malditos, ese Olimpo al que sólo están
ahora nadie me venga con las tertulias que a Cappa en el ciclo glorioso del Tenerife. un tipo muy grande pese a su pequeña invitados los que saben de literatura, no
frecuentaba, los intelectuales que cenaban Jamás podré olvidar las conversaciones estatura, un tipo siempre dispuesto a los que dicen que saben. Buen viaje, amigo,
con él y otras monsergas producto del des- sobre libros que teníamos en su aparta- hacerte reír con sus comentarios, con esa el último que harás, pero será el viaje que
conocimiento de su vida. mento, auténtica biblioteca de Alejandría, sonrisa a medias que anticipaba lo que te te vengará, el que ya te ha convertido en
Él simplemente era un tipo que solía leer plagado de tesoros de la Literatura, sí Lite- iba a decir. Me encantaba acusarle de ser leyenda. Serás objeto de estudio, ya lo
en la cama y no conocía horario, pues igual ratura con mayúscula: Camus, Borges, un comunista pensionista y decirle que él verás, y por aquí abajo entre los que te
lo llamabas a las ocho de la tarde y se acaba Onetti. Era un apartamento austero, con no había leído a Javier Marías, para inco- admiramos, nunca dejaremos de pronun-
de despertar, o te llamaba de madrugada una mini cadena para escuchar música clá- modarle y que saliera veloz a por un ejem- ciar tu nombre. De eso ya me encargo yo.
porque no podía dormir. Ezequiel gustaba sica, recortes de grandes obras de arte con- plar de Marías en su biblioteca. Qué estu-
del fútbol, de la literatura, de las mujeres temporáneo pegados en las paredes, un pendo, Ezequiel. (*) Ignacio Borgoñós (Cartagena, 1975)
atractivas y de sus amigos, y dado que cenicero con el cigarrillo siempre hume- Sin duda era un animal literario. En su es escritor.
8 El perseguidor Sábado, 19
de marzo de 2011

UN CAMINADEFRENTE segunda al cierre de su edición] Sesé se


despacha a gusto con quienes fuimos sus
compañeros en los distintos periódicos en
que ejerció, con un rigor castrense, sus fun-
ciones de corrector. Hay mordacidad en
MARTA CANTERO (*) de observación y análisis para describir gente huye de mí, la gente busca mi com- sus opiniones sobre los ‘plumíferas’ que fue
con certeza situaciones y personajes. pañía. A veces yo lloraba. Sólo hace dos conociendo –“Ah, el columnismo, esa

E
l término se lo sugirió un La calle y las letras. En la combinación meses que llegué y cretinos y cínicos se ale- enfermedad infantil del periodismo”–,
parado, El Farola, un pibe no tan de ambos mundos esta el origen y origina- gran de verme más consumido, más viejo, pero también ternura hacia quienes inte-
pibe de su barrio: Los caminade- lidad de la vida y obra de este autor tiner- más huraño”; y en su novela recuerda que gramos este oficio de engreídos mal paga-
lado. “Hombres y mujeres de feño, fallecido de forma repentina y “en una sociedad hipócrita y mojigata, ser dos, y comprensión ante las dificultades
corazón pequeño, hipócritas absurda. Culto y cultivado a conciencia, libre es un trabajo de envergadura”. Él se que entraña su ejercicio.
que aborrecen la sinceridad… Los camina- con esmero y esfuerzo diario, Ezequiel sobrepuso a los miedos y rencores con inte- Mucha calle, vivencias; bares de copas, y
delado son vanidosos y aduladores, solem- Pérez Plasencia es sobre todo un ejemplo ligencia y altura de miras, y lidió contra la alcohol; las librerías, interminables horas
nes y serviles, oportunistas y rutinarios, de superación. Un caminadefrente que desesperanza con su amor al amor y a la de lectura; soledades y amores; retrospec-
pero inteligentes”, opinaba Ezequiel Pérez tuvo el valor de mirarse al espejo, de des- propia existencia: “La vida es generosa y ciones y recaídas; su madre, la familia; las
Plasencia, y recurría a una frase de Gra- cubrirse y aceptarse tal como era, recono- nos da la posibilidad de crearnos a nos- horas insomnio y el arte de escribir; los
ham Green para darles la estocada: “Nues- ciéndose tanto en sus miserias como en sus otros mismos todos los días”. amigos; los pasillos del hospital y el
tros enemigos no son los ignorantes ni los grandezas: “¿Por qué no arremeter contra En Cartagena renació, tras atravesar el abismo; de nuevo el amor; o ese premio
simples, por crueles que éstos sean; nues- mí mismo para luego hacerlo con poderío blanco desierto de las clínicas y psiquiátri- que no llega; el esfuerzo y la esperanza.
tros enemigos son los inteligentes y corrup- moral contra la sociedad?”, escribe en El cos que nos retrató en su particular viaje a Ezequiel Pérez Plasencia era un escritor
tos”. orden del día, y añade: “Habitar la libertad las profundidades de la naturaleza autobiográfico, que se sirvió de todo lo que
Las conversaciones de barrio dieron no es tan sencillo como pueda parecer, humana. Un nuevo Ezequiel resurgió de observó, conoció y sintió para elaborar
mucho de sí como fuente de inspiración vivirla es tarea compleja… La libertad es sus cenizas, más sabio y más honesto si exquisitas composiciones literarias que
para Sesé [entrañable diminutivo con que lucha sin tregua, militancia, precaución cabe, igual de implacable en la crítica pero ponen en evidencia que poseía lo que tan-
se le conocía], nacido en las entrañas del frente al goloso y extendido nihilismo, ya sereno: “La verdad es una larga pacien- tos autores ansían: talento.
tinerfeño barrio de La Salud y marcado por actuar sin temor cuando en la vida llega la cia, una dilatada exposición”, reflexiona
la marginación social de sus gentes, la hora de exhibir vicios y ocultar virtudes”. en El orden del día.
lucha diaria con que, como él, trataban de Sesé era también eso. Un hombre Y, ¡como no!, la profesión. El perio- Las Palmas de Gran Canaria, a 14 de
sobreponerse cada día a los embates de la pequeño y valiente, que pagó un alto pre- dismo. Gran conocedor del nido de vani- marzo de 2011
vida. Sobre ellos, y la sociedad en general, cio por su libertad: rechazos, soledades, dades que son las redacciones, en las pági-
el escritor desplegaba su lúcida capacidad desprecios… En La voz del vacío dice: “La nas de su primera novela [trabajaba en la (*) Marta Cantero es periodista

MR. EZEQUIEL
CANARIASSOCIAL.COM

EN EL CANTÓN
FEDERICO GONZÁLEZ RAMÍREZ (*) a habitantes inmerecidos del escaparate
literario. Los caminadelado: todo lo que

E
n la intimidad era Sesé, pero Ezequiel podía haber sido para sobrevivir
nunca me permití traspasar el en sus islas, y no quiso ser.
umbral de una confianza hecha Decena de un cronopio, El regreso de Cal-
de tardes inacabables, intensas vert Casey, El orden del día… La obra de
y únicas al borde de cada pala- Ezequiel Pérez Plasencia está, ahora sí, en
bra con la que crearon buen periodismo un el atril de los lectores atentos. Y, posible-
nutrido grupo de jóvenes en los primeros mente, de lectores más neutrales, quienes
años noventa, en Tenerife. Para mí siem- no se encuentren en la tesitura de discernir
pre fue Ezequiel, con todas sus letras, a entre el magnetismo vital de su autor y la
pesar de que año tras año crecieron los obra misma. Con Ezequiel literatura era
afectos y la vida compartida. vida, y la vida se convertía en artículos,
Vida compartida, pese a la distancia, cuentos, novelas, literatura, al fin. Ezequiel
porque Ezequiel sabía, quería compartir. callaba, parpadeaba, hombre de palabra
Jamás hacía esgrima con su amplio cono- precisa, pensaba, reía con una risa entre- Mr. Ezequiel en el cantón. Así lo llamé Javier Doreste, que lo presentó; Enrique
cimiento de la literatura, con sus lecturas cortada y amable, una risa inteligente desde entonces, en broma nuevamente Suárez; Tony Sosa; Tony Murphy… Con-
permanentes, ni con su exquisito paladar –pocas risas he conocido inteligentes- y de compartida, cada vez que nos unía el telé- virtió Canarias social en una habitación
para el balompié bien jugado, ni con el esos ingredientes vitales se nutría la alqui- fono, en conversaciones semanales. Así lo más de su hogar de quimeras. El 18 de
finísimo cordón umbilical que le unía a mia de su literatura. Los días iniciales de su llamé la víspera, la última. Curiosamente, enero de 2011 envió un correo, en el que
nombres y apellidos de la izquierda social partida a Cuba, donde germinaría ese tri- mucho más larga que ninguna. Ezequiel, aceptaba con generosidad inaugurar una
de las Islas. Ezequiel buscaba compartir, y buto suyo a Calvert Casey, las aparentes como el Mr. Witt de Sender, había elegido nueva apuesta literaria. En el documento
por eso pude compartir con él, sucesiva- rutinarias conversaciones, las idas y veni- su esquina en el mundo y miraba sorpren- adjunto, la primera parte de su nuevo
mente, los afectos de Marta, el sinsabor del das previas a un viaje caribeño, estaban dido desde allí. El cantón, al contrario que libro: Oficio de vencidos.
periodismo, el placer de la literatura, el esculpiendo ya una de sus escasas e la isla, está hecho de decisiones y de la fer- Echo de menos su voz. Me ocurre con
placer no menos intenso del fútbol, y el imprescindibles obras. Cómo no sorpren- tilidad de la utopía. Ezequiel se convirtió otros dos grandes escritores canarios:
barrio de La Salud, su casa y --en mi infan- derse, todavía, de ver el doméstico mate- entonces, en el cantón de Cartagena, en el Manuel Padorno y José María Millares
cia-- mi segunda casa en Canarias. rial con el que se crean las rutinas conver- cónsul de la amabilidad, en el porteador Sall. Algo tenían las voces de ambos, una
Los caminadelado, su primer volumen - tido en zaguán, prólogo creativo, de autén- de la enseña de la literatura como forma extraña combinación de timbre y tono, la
artículos publicados en prensa, pura litera- tica literatura. de vida, con las credenciales de la elegan- forma de acariciar cada frase, voces úni-
tura- contenía ya la esencia de la que sería Como Casey, Ezequiel no pudo luchar cia intransferible de chico de barrio, afec- cas dedicadas por siempre al mimo de la
una obra breve e inmensa: insobornable con su condición insular, ni procurar lectu- tuoso, enamorado y enamorador, cónsul palabra. La voz de Ezequiel era también,
reflexión crítica y fervor por la palabra. Los ras más lúcidas para la inmensidad de su único de la bonhomía y de la diplomacia entrecortada, una voz distinta y única. La
caminadelado, esa forma de llamar a quie- palabra. La isla no se elige. No es negocia- lúcida en un cantón construido por él de un gran escritor. Pero era, además, la
nes no van de frente que tenía un pibe ble: la isla es, está rodeada de agua y no mismo con amigos, frases, libros, esperan- voz que estuvo en los momentos duros. La
amigo suyo de La Salud y que Ezequiel hizo hay pacto posible. Y todo isleño sabe de la zas, retos, una república en una esquina voz de nuestro irrepetible cónsul en el
suya. Los caminadelado que ejercen el dictadura de la geografía, de la existencia del mundo donde fundar su felicidad ver- territorio de la amistad y la palabra.
poder, gurús literarios, capataces de redac- de más islas dentro de la isla. No hay elec- dadera.
ciones, líderes políticos. Los caminadelado, ción en el hecho de ser isla. Así que Eze- La última vez que vimos a Ezequiel fue Las Palmas de Gran Canaria, 15 de
antítesis de la consciente posición ética y quiel, como hicieron otros antes, en los para presentar El orden del día, su última marzo de 2011
frontal que el mismo Ezequiel encarnaría. muros de la Academia, orinó con fuerza en novela. Fue un empeño de Marta. Llama-
Los caminadelado, irónica, tierna y pode- uno de los templos del periodismo tiner- mos a todos los amigos, en Las Palmas de (*)Federico González Ramírez
rosa expresión con la que referirse a busca- feño y se mandó a mudar al que sería, Gran Canaria. Fueron ocho: Josefina es escritor y periodista. Director de
dores de atajos, a asaltadores de lo público, desde entonces, su lugar en el mundo. Betancor, la viuda de Manuel Padorno; Canarias Social.

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