Está en la página 1de 42
 
Revista Mexicana de Análisis de la Conducta.1985, Vol 11, Núm. 3, págs. 255-295
¿Conductismo o marxismo?: Un falso dilema
Emilio Ribes
Universidad Nacional Autónoma de Mexico- Iztacala“Decir pues que un objeto es material es prácticamente no decir nada. La materialidad como tal noespecifica sino que, mas bien, es una connotacion generica, un propiedad comun a todas las cosas. Por lotanto, por muy extraño que pueda parecer, y por lo tanto inducir a la protesta a cualquier “materialista”, esnecesario decir claramente que la materia como tal es en sí misma una idea, un puro
 flatus vocis
.L. Colleti. 1981.(El Marxismo como Sociología, p. 13)“Karl Marx fue lo bastante sabio para negar que era Marxista”G. Ryle, 1979.(Dilemas, p.16)
Aún cuando no es una tradición uniforme
1
,
 en las últimas dos décadas, por razones queincluyen desde motivos ideológicos hasta notables errores conceptuales, se ha planteadouna oposicn entre el Conductismo y el Marxismo como formas virtualmenteincompatibles de abordar la comprensión del comportamiento humano. Por razoneshistóricas particulares, esta contraposición, que en ocasiones alcanza niveles semejantes alas de un juicio moral condenatorio, ha tomado carta de naturalización en aquellos mediosprofesionales y académicos en los que la sola argumentación ideológica —no siempre bienfundada— tiende a sustituir al conocimiento profundo, la discusión tolerante y el análisisriguroso de los conceptos. El silencio ante semejante situación se ha interpretado comoprueba de la justeza de tal contraposición, y en ocasiones como aceptación pasiva de unaculpabilidad ideológica inexcusable. Por ello es indispensable proponer planteamientosopcionales que interpreten de manera distinta las relaciones entre Marxismo yConductismo.Son muchas las respuestas, argumentos y niveles conceptuales en los que se puedemover un análisis crítico de la confrontación entre el conductismo y el marxismo. Ladiscusión acerca de las implicaciones ideológicas del conductismo, vista desde la ópticadel marxismo, es quizá la más atrayente, pero es también, sin lugar a dudas, la que ofrecebases menos sólidas por naturaleza en ocasiones doctrinaria y, por desgracia, maniquea.No es un tópico a desdeñarse, pero lo considero de importancia secundaria cuando se lecompara con la problemática misma de los supuestos y estructura conceptual de ambasdisciplinas que condicionan en gran medida toda la posibilidad de caracterizaciónideológica. Aunque la relación entre psicología e ideología, vista ésta como practica
1
Véase por ejemplo la apreciación positiva que hacen del conductismo diversos pensadores marxistas(Neville, 1946; Politzer, 1928; Vygotsky, 1979).
 
Diciembre 1985 ¿Conductismo o Marxismo?: UN FALSO DILEMA
política tácita o expresa, es de fundamental importancia, y requiere por consiguiente deun análisis profundo de sus formas concretas en que la ideología cobra realidad comopráctica individual de la relación social, que será abordada como problema central de estetrabajo. Dos razones justifican esta decisión. Primero, la necesidad de identificarhistóricamente la relación entre la concepción del hombre concreto que aportan diversas“filosofías” o disciplinas y su justificación en los códigos sociales que sancionanformaciones concretas a partir de las concepciones de lo moral, lo jurídico, en general.Segundo: la necesidad de concebir lo político como institución intrínseca de la vida socialen tanto relación dada por convenciones, es decir, por formas colectivas de interacciónque se desligan de la necesidad hisrica como criterio y objetivo. Lo político se dasiempre, no sólo como convenciones abstraídas de las prácticas sociales, sino comoesencia en el sentido aristotélico de dichas prácticas. Y en medida en que dichas prácticasson las de hombres concretos individuales, no puede soslayarse la pertinencia que ellastienen para la psicología como ciencia y disciplina del conocimiento. Lo político no sesupraordina a los psicológico, sino que se manifiesta en lo psicológico. Por ello, la relaciónde la psicología con la ideología no se da como simple subordinación mecánica, sino quepor el contrario, se expresa como una interdependencia inseparable. No se puede juzgarexternamente la posición ideológica de una teoría de lo psicológico, a menos que seconsidere que existe sólo
 una
 ideología justa y correcta. El problema consiste, más bien,en desentrañar como las prácticas individuales se constituyen objetivamente en ejerciciode una ideología, y de que manera una concepción psicológica justifica socialmente dichasprácticas y/o permite analizarlas en su concreción, reproducción y consecuencias socialesefectivas. Dado que ésta problemática se abre apenas como horizonte para la psicología,rebasa en mucho nuestras posibilidades y propósitos de momento.
2
Enfocaremos nuestro análisis sobre dos cuestiones fundamentales:a) La espeficidad del Conductismo y el Marxismo como concepciones generales decampos
 distintos
 del conocimiento, y la actitud reduccionista implicada en elplanteamiento mismo de una psicología marxista o de un método dialécticoaplicable a lo psicológico.b) Las distorsiones que tuvieron lugar al interior del marxismo, expresadas en lateoría del reflejo, el materialismo dialéctico las influencias mecanicistas en la explicaciónde recurrencias al historicismo y el economicismo, la aceptación implícita de una ontologíadualista y otras más
2
. Estas distorsiones han servido como marco de referencia paraargumentaciones y prácticas ideológicas cuestionables respecto al objeto y propósitos dela psicología científica.
2
Algunos de estos problemas se han tratado, aunque de manera puntual, por A. Dorna y H. Méndez(
Ideología y Conductismo
. Barcelona: Fontanella, 1979) y E. Ribes (
Conductismo: Reflexiones Críticas
.Barcelona: Fontanella. 1982).
 
Revista Mexicana de Análisis de la Conducta.1985, Vol 11, Núm. 3, págs. 255-295
Deseamos hacer una advertencia inicial respecto a nuestro propio proceder analíticoen este trabajo. Emplearemos el término de marxismo para designar una forma particularde abordar el estudio cienfico de las formaciones sociales y la práctica social-revolucionaria enmarcada por ella. Aunque consideramos que esta concepción de larealidad social no puede —ni su autor lo desearía— restringirse a los escritos de KarlMarx, empleamos el término de marxismo por razones prácticas. Como teoría es unaanálisis cienfico de las formaciones sociales, y su fundamento conceptual es elMaterialismo Histórico, pero el uso dado por los “marxistas” ha incluido bajo su rubrotambién el materialismo dialéctico, a un método analítico de la economía política, y a unapráctica ideológica respecto a lo social. Por ello incluiremos toda esta gama, usando elnombre genérico —aún cuando engañoso— de marxismo
3
.
Ciencia, conocimiento y práctica social
Aún cuando no entraremos a examinar en detalle el problema de la relación entreciencia, conocimiento e ideología, plantearemos en la forma de tesis algunos argumentosgenerales al respecto que consideramos necesarios como punto de partida general de lospuntos de vista a desarrollar posteriormente.
TESIS 1
.
 La ciencia es solo uno de los modos de conocimiento social existentes.
Toda práctica humana o social constituye una actividad de conocimiento. La cienciarepresenta sólo un modo genérico de conocer. La naturaleza del conocimiento científicono excluye la validez de otras formas de conocimiento pues ésta depende de laespecificidad de las condiciones, circunstancias históricas y propósitos sociales bajo losque el conocimiento se produce. Por consiguiente, cada modo genera conocimientoespecífico a objetos, relaciones y circunstancias distintas, y en esa medida, cada modo es
3
Con el afán de ser precisos, debemos subrayar que, a diferencia de las interpretaciones dogmáticas de losescritos de Marx, podemos, distinguir cuatro aportaciones: a) una concepción general de la ciencia social ylos fenómenos histórico-sociales (el materialismo histórico), b) el análisis científico de una sociedadparticular
 
la Inglaterra del Siglo XIX
 como ejercicio científico concreto de la concepción generalimplicada en el materialismo histórico; c) la participación en la organización del movimiento obrero comocorolario político inevitable de la concepción científica sostenida respecto al cambio histórico-social; d)susopiniones políticas respecto a fenómenos sociales coetáneos y a la relación ideológica del materialismohistórico con nuevas tendencias en otros campos del conocimiento – como la teoría de la evolución. En lamedida en que los contenidos de los cuatros niveles pueden contradecirse y/o ser relativamenteautónomos el uno del otro, no es legítimo englobar a todos ellos bajo un mismo rubro. La contribuciónfundamental de Marx fue la formulación de un nuevo concepto (o paradigma) de ciencia social. Su análisisdel capitalismo no puede valorarse más allá de las propias limitaciones socio-históricas en que fuerealizado. Su participación y opiniones políticas coetáneas no son esenciales, aunque estén relacionadas,para una apreciación conceptual del materialismo histórico. Por ello, consideramos que referirse alMarxismo, como si existiera una doctrina o un sistema terminado no es sólo incorrecto sino tambiéndistorsionante del espíritu que animo a Marx como científico.

Recompense su curiosidad

Todo lo que desea leer.
En cualquier momento. En cualquier lugar. Cualquier dispositivo.
Sin compromisos. Cancele cuando quiera.
576648e32a3d8b82ca71961b7a986505