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Introducción I
0. El campo 1
I. La excitación 5
III. La creatividad 11
V. El cuerpo 15
VII. La función Yo 19
IX. La soledad 23
X. El precontacto 25
XII. La neurosis 31
XVI. El egotismo 45
XVIII.La confluencia 49
XIX. El awareness 51
XX. El postcontacto 53
XXI. La espontaneidad 55
3
4 ÍNDICE GENERAL
Introducción
I
II INTRODUCCIÓN
peutas que han dedicado su tiempo a expli- portantes de la terapia Gestalt. La ordenación
car su asimilación de la teoría de una manera es un tanto extraña y, aunque luego explicaré
comprensible. Mi experiencia como terapeu- qué critero he seguido, es importante desta-
ta me irá brindando, espero, mi propia com- car que la idea no es que se lean de principio
prensión junto con mi propio estilo y manera a fin. Al final de cada capítulo hay un cuadro
de hacer. Aún así, la experiencia y las reflexio- con el encabezamiento “para seguir leyendo”
nes de otros que llevan años en este trabajo en el que destaco algunas frases del mismo
son extremadamente valiosas. capítulo en los que se usan otros conceptos
La belleza de mi experiencia personal y e incluyo las referencias de los capítulos que
de la experiencia de haber compartido mo- los desarrollan.
mentos vitales importantes con mis compa- Por otro lado, era necesario dar una orde-
ñeros y terapeutas me resulta más impactan- nación consecutiva a los capítulos. Respec-
te aún que todo lo anterior y también más di- to a esto recordé una experiencia interesante
fícil de describir. Sentir que el cambio es posi- que tuvo lugar en el último taller de la forma-
ble, que el sufrimiento puede transformarse, ción. La organización del trabajo estaba he-
que la soledad no es insalvable y que los otros cha ya cuando llegamos: Jean Marie nos ha-
están ahí y yo con ellos, es sentir la belleza bía colocado en una lista numerada y todos
de la vida misma. El disfrute intelectual me trabajábamos rotativamente con otros com-
gusta, pero no deja de ser una experiencia en pañeros según el orden establecido por la
gran medida solipsista. Poder compartir con lista. Durante los cuatro días estuvimos es-
los demás una idea, un sentimiento, un abra- peculando sobre las razones de la ordena-
zo o un beso, eso sí que no tiene precio. ción. Para la mayoría era obvio que no está-
bamos colocados al azar: había personas muy
próximas que no trabajaban juntas y perso-
Cómo se estructura esta memo- nas aparentemente “incompatibles” que sí.
ria Aquello no podía ser casual. En la última se-
sión de trabajo, Jean Marie nos preguntó por
He querido ser algo creativo en la mane- nuestras teorías sobre el “orden oculto” de
ra de estructurar la memoria. Como he dicho la lista, confirmándonos previamente que, en
arriba, me fascina la “arquitectura” de la teo- efecto, no estábamos colocados al azar. No
ría del Self: cómo los conceptos tienen enti- quiero decir cuál era el criterio de ordenación
dad por sí mismos y, al mismo tiempo, están que Jean Marie finalmente nos desveló. Lo in-
en relación unos con otros. El mismo PHG1 teresantes es que no tenía nada que ver, ni
tiene una lectura difícil por la manera en la de lejos, con las teorías que habíamos urdido.
que se interconectan las ideas. Hay muchos Fue un ejemplo gráfico y evidente de cómo,
conceptos que se definen varias veces a lo lar- ante la incertidumbre y el desorden, el ser hu-
go del libro con diferentes matices. Aunque mano necesita poner orden y lanza sus infe-
el texto tiene una secuencia lineal, no nece- rencias y proyecciones para procurarse una
sariamente hay que leerlo de arriba a abajo. explicación que lo deje tranquilo, aunque sea
Mi lectura ha sido más bien fragmentada: me falsa.
he saltado partes, he vuelto después a ellas, Este fenómeno siempre me ha llamado
he tenido que revisar en qué términos se ha- mucho la atención, la compulsión a cerrar
bla de un tema en otro capítulo, etc. Para esta significados. Es desde este punto de vista que
memoria, y de cara a la posibilidad de apro- hace tiempo me atraen las cartas del Tarot
vechar el trabajo para el proyecto de sitio web y sus interpretaciones. Sin ser ningún exper-
que tenemos Carmen y yo, he pensado que to, tengo cierta familiaridad con ellas y algún
una estructura interesante puede ser la de la que otro libro. El uso que les doy es preci-
“narrativa no lineal”. Los capítulos que vie- samente el proyectivo. No me interesan co-
nen a continuación tratan 22 conceptos im- mo una presunta forma de predecir el futuro,
1
Me refiero al libro Terapia Gestalt. Excitación y crecimiento en la personalidad humana, de Perls, Hefferline y
Goodman, obra fundadora de la terapia Gestalt.
III
sino como una herramienta para reflexionar con un cero) representa “el viaje del héroe”2
sobre el presente. Una tirada de cartas nece- desde el nacimiento, las primeras experien-
sita, en primer lugar, la formulación de una cias, la soledad, la “noche oscura del alma”
pregunta lo más precisa posible. Esto en sí y la sanación e integración. Pero otras orde-
mismo es un ejercicio que te confronta con naciones pueden tener también su sentido: la
tu problema. secuencia de los números impares representa
Las cartas que aparecen en la tirada te en- las “energías masculinas”, la de los números
frentan a la incertidumbre, por sus múltiples pares las “energías femeninas”, los empareja-
significados y por el propio azar de la dispo- mientos de cartas cuyas cifras suman lo mis-
sición. El juego consiste en interpretarlas de mo son conceptos polares, etc.
manera que respondan tu pregunta. No pretendo aquí hacer un paralelismo
No creo que las cartas respondan por sí que vaya más allá del mero juego, pero ya
mismas. Creo más bien que el consultante que las cartas hablan de conceptos básicos
construye el significado que les quiere dar. y la teoría del Self también me ha pareci-
En mi experiencia esto es un juego bastan- do divertido jugar a “cuadrarlos”. No es más
te divertido que no sólo proporciona entre- que eso. En la memoria no entro a expli-
tenimiento, sino que te obliga a reinterpretar car cada carta del Tarot porque no viene al
tu situación para que “cuadre” con las cartas caso y porque los emparejamientos arcano-
que han quedado sobre el tapete. Este ejerci- concepto que he hecho son algo forzados y
cio me ha servido a menudo para que emer- no tienen mayor interés. Sí que indico cuál es
gieran puntos de vista que no había consi- la carta que ocupa cada lugar como nota a pie
derado: ¿estaré siendo demasiado descuida- de página número cero, por si quien lea esto
do con los demás?, ¿me estaré atascando con tiene curiosidad.
este problema por mi propio orgullo?, ¿me Me parece graciosa la idea de un Tarot-
siento preparado para “lanzarme a la pisci- gestalt. Aunque para ciertas sensibilidades
na”? Otras veces solo me ha servido para, con esto huela a New Age y esoterismo de forma
el juego, mantener la atención sobre el pro- insoportable, o quizá debido a eso, la imagen
blema que me preocupaba y ayudarme a la de un juego de cartas donde los arcanos sean
reflexión. Otras veces, cuando la tirada la he “la frontera-contacto” o “la autorregulación
hecho con más personas, nos ha proporcio- organísmica” me da un cierto placer morbo-
nado cabos e ideas para discutir el problema so. Igual me echo algún dia alguna tirada... En
entre nosotros. Otras veces no ha servido pa- cualquier caso, lo que quiero trasmitir con es-
ra nada. Ahí está la gracia del azar y de la in- ta boutade es, al igual que las cartas del Tarot,
certidumbre: no sabes qué va a salir y todo, o los conceptos de la teoría del Self son básicos
nada, es posible. respecto a la experiencia humana, se pueden
Se me ha ocurrido, pues, un juego para se- leer de muchas formas, en muchos órdenes
leccionar y ordenar los conceptos de la tera- distintos, y conforme uno los mira comprue-
pia Gestalt para esta memoria. He hecho un ba que se abren sin parar en significados di-
paralelismo con los arcanos mayores del Ta- versos abiertos a la interpretación.
rot. Los 22 arcanos mayores representan con- Finalmente, como he dicho al principio
ceptos básicos de la experiencia humana: la de esta introducción, de la terapia Gestalt
creatividad, la justicia, el miedo, la estructura, me interesan la teoría, la praxis terapéutica y
la crisis, ... Todos ellos conceptos fundamen- la experiencia personal. Cada capítulo inclu-
tales, y por ello muy amplios e interpretables. ye tres secciones para cada uno de estos te-
Además, están ordenados de una forma que mas. Esto permite también otro tipo de lectu-
hace posible muchísimas lecturas distintas. ra transversal: se pueden leer sólo las partes
Las interpretaciones psicológicas que he po- teórica y sobre terapia, por ejemplo, o sólo la
dido leer son en su mayor parte psicoanalíti- experiencial. En esta última he hablado sobre
cas, en particular junguianas. La secuencia de todo de mis propias experiencias. No he in-
0 a XXI (el primer arcano, El Loco, se numera cluído las de otros compañeros en las que he
2
Hajo Banzhaf, El Tarot y el viaje del héroe, Ed. Edaf (2001).
IV INTRODUCCIÓN
El campo
0
Palabras clave: campo, organismo/entorno, fenomenología, tiempo, proceso de contacto
La frase que he citado arriba es la primera mi experiencia con mi entorno físico exploro
del segundo volumen del PHG. Es una frase mi entorno para buscar comida, por ejemplo.
intrigantemente parecida a otra muy conoci- En mi experiencia con mi entorno social ex-
da: “Al principio, Dios creó el cielo y la tierra.”,
ploro mi entorno para buscar aceptación, o
que es como empieza el Génesis. Tenemos afecto, o conocimiento.
pues a Dios y a la experiencia, a la tierra y al La idea de que la experiencia tiene lugar
organismo, al cielo y al entorno. Los paralelis-en la frontera–contacto es radicalmente dis-
mos no sé si van mucho más allá. En realidad, tinta del concepto de experiencia intrapsí-
la frase completa del PHG dice “La experien- quica que tenemos asumido desde el para-
cia se da en la frontera entre el organismo y sudigma individualista Es un paso del “yo soy
entorno, principalmente en la superficie de la así” al “yo soy así ante ti”. La experiencia tie-
piel y en los otros órganos de respuesta sen- ne lugar en la frontera, no en el interior del
sorial y motora.” El aspecto físico de la expe- organismo, y esa frontera se sitúa en un “cam-
riencia es bastante evidente. Aún así, “la re- po” donde hay otros organismos. Lo que ex-
lación entre organismo/entorno humano es, perimento depende de qué pasa en mi fron-
por supuesto, no solo física sino también so- tera, una frontera porosa que deja pasar in-
cial 1 ”. Aquí la frontera se me desdibuja y me fluencias de un lado al otro. Stern habla de
cuesta más entender de qué estamos hablan- una “matriz intersubjetiva”, en la que no exis-
do. ¿Cuál es la “piel” en la relación de un or- te “mi” subjetividad y “tu” subjetividad.2 Mi
ganismo con su entorno social? El PHG no se subjetividad incorpora partes de la tuya, que
arredra ante mis dificultades: “En este libro yo vivo como propias, y viceversa. Las neuro-
nuestro enfoque es “unitario”, en el sentido nas espejo pueden ser un mecanismo neuro-
de que intentamos considerar, de un modo lógico que contribuya a esto: parece ser que,
detallado, cada problema como teniendo lu- literalmente, el sistema nervioso contiene cir-
gar en un campo social-animal-físico.”1 cuitos neuronales que “resuenan” con los de
Mis problemas para entender el los demás.
“paradigma de campo”, empiezan con el sal- El paradigma de campo se lleva muy bien
to de “frontera física” a “frontera social”. En con la fenomenología. El observador es par-
0
El Loco
1
PHG, 1, 2. La cursiva es mia.
2
Daniel N. Stern y el Boston Change Process Study Group, La cara oculta de la Luna: la importancia del conoci-
miento implícito para la terapia Gestalt, artículo del libro Creative Process.
1
2 CAPÍTULO 0. EL CAMPO
te del campo e influye en él. Esto se explica que las influencias tienen lugar en el campo
en Física, pero en psicoterapia es particular- presente. Un terapeuta se debe fijar en el aquí
mente importante. El terapeuta no es un ob- y ahora, porque es ahí donde está el campo
servador, es parte del campo. El enfoque fe- en el que él está inmerso y es lo único sobre
nomenológico nos invita a observar lo que lo que puede influir.
ocurre no como si fuésemos observadores ex- El “principio de singularidad” dice que ca-
ternos e imparciales: nos propone que nos fi- da situación es única. Creer esto hace mirar
jemos en el fenómeno, que miremos de cerca, con recelo las generalizaciones y las catego-
que “pongamos entre paréntesis” las ideas, rizaciones. Una persona puede estar en un
interpretaciones y preconceptos que nos lle- momento dado, en un contexto dado, intro-
van hacia lo que suponemos que pasa y nos yectando algo, por ejemplo. Pero esa perso-
desenfoca la visión de lo que pasa realmente. na no es introyectora. Los conocimientos del
terapeuta le pueden ayudar a entender el fe-
nómeno singular ante el cual se halla, pero
En terapia no deben nublar la vista ante el fenómeno. La
tentación de confirmar la propia teoría sobre
Una terapia que se fundamenta sobre una algo o alguien nos puede llevar fácilmente a
visión de campo en vez de sobre una visión descartar la información que no nos cuadra,
individualista desarrolla unas características que puede ser muy relevante.
particulares que le aporta esta visión.3 En pri- El “principio de proceso cambiante” dice
mer lugar, el campo está vinculado a un cier- que en el campo no hay nada fijo. Esto cen-
to elemento que lo produce, elemento que es tra la visión del terapeuta en el proceso en
al mismo tiempo creador y receptor: el cam- curso, en la temporalidad. ¿Qué está pasan-
po magnético, al imán, el eléctrico a la car- do ahora? ¿En qué momento de qué proceso
ga eléctrica. El elemento contribuye a la crea- estamos?
ción del campo y a la vez es influído por él.
La implicación de esto en terapia es que tan-
to paciente como terapeuta están creando el En mi experiencia
campo de la situación y son también influí-
dos por él, como si fuesen imanes. No pode- Me impresiona cómo todo es parte del
mos ver al paciente como pasivo y al terapeu- campo. En la vida en grupo esto me resulta
ta como activo, ni al revés; el fenómeno tiene particularmente llamativo: cómo se instaura
que ver con los dos. un estado de ánimo grupal, o hay temas que
Además, la definición de campo lleva con- aparecen como relevantes una y otra vez du-
sigo unos principios que también son rele- rante un tiempo, o cómo hay sentimientos
vantes para la terapia. que “aparecen en el campo” y parecen im-
El “principio de organización” dice para pregnar a todos (la vergüenza, por ejemplo).
entender el campo hay que considerar to- Mi experiencia del campo no es sólo la pro-
dos los elementos que coexisten en él. Un te- pia de una interrelación entre personas, don-
rapeuta, asimismo, debe tener cuidado a la de hay una serie de intercambios e impactos
hora de descartar elementos como “no per- mutuos, como pelotas pasando entre jugado-
tinentes”. Esta visión invita a la atención a res de tenis. Es tambien un entrelazamiento
los detalles, los gestos, las palabras dejadas en el que a menudo es difícil distinguir qué
caer... ya que todo es en potencia un indica- es mio y qué es de los otros. ¿Por qué adopto
dor descubrir algo. un cierto rol? ¿Por qué me siento así con una
El “principio de contemporaneidad” dice persona?
3
Jean Marie Robine, El econicho (Cap. 10 de Contacto y relación en psicoterapia).
3
“La relación entre organismo/entorno humano es, por supuesto, no solo física sino
también social”: IX La soledad
4 CAPÍTULO 0. EL CAMPO
“La excitación es la experiencia de la realidad.”
PHG, 1, 9
La excitación
I
Palabras clave: , excitación, ansiedad, angustia, confluencia, proceso de contacto
5
6 CAPÍTULO I. LA EXCITACIÓN
terés para el paciente, intentando ir más allá algo que me “remueve”, se me produzce una
del punto donde éste inhibe la excitación. El mezcla de excitación y angustia, de expecta-
apoyo debe permitir que el paciente “dé un tiva deseosa y de rechazo por la novedad. Co-
paso más” sin que el suelo se caiga bajo sus mo terapeuta también es así. El aumento de
pies. Dependiendo de dónde esté el paciente la excitación que se produce en el contacto
el apoyo será uno u otro. también me produce miedo. Aunque el “pro-
La percepción del proceso con todos sus tagonista” sea el paciente, el terapeuta tam-
detalles es esencial para poder proporcionar bién está totalmente implicado en lo que pa-
el apoyo. La excitación se instaura en el cam- sa, también le aumenta la excitación, tam-
po y no sólo la percibe el paciente. El terapeu- bién le puede sobrevenir la angustia y tam-
ta debe estar aware de sus propias emocio- bién puede llegar a un contacto, o no. Todo
nes, de su propia excitación, para saber qué esto también lo vivo con miedo: miedo al fra-
está pasando, cómo moverse. La activación caso, miedo a lo desconocido, miedo a pro-
que produce la excitación, así como la angus- ducir angustia en el otro, miedo a mi propia
tia de la interrupción, se sienten en el cuerpo: angustia.
cambios en la respiración, en la circulación
Por otro lado, si en algo noto mi fascina-
sanguínea, en tensiones musculares o sensa-
ción por la terapia y si en algo se sustenta mi
ciones internas. Todas ellas indican que la ex-
deseo de ser terapeuta, es en la excitación que
citación está en marcha.
me produce el trabajo terapéutico, la curiosi-
dad, la implicación, la emoción de compartir,
En mi experiencia de entender, de contactar. Como dice el bole-
ro: “No me cansaría de decirte siempre, pero
El miedo a la excitación hace su aparición siempre, siempre, que eres en mi vida ansie-
a la que menos me lo espero. Como paciente dad, angustia, desesperación. Toda una vida
es bastante evidente: conforme entramos en me estaría contigo.”
Tiempo y proceso
II
Palabras clave: tiempo, proceso de contacto, aquí y ahora
7
8 CAPÍTULO II. TIEMPO Y PROCESO
no está puesta sobre los contenidos de la ex- bos realizan una danza para lograr contactar.
periencia ni sobre presuntos tipos de persona ¿Qué lo hace posible, qué no? Ahí ha de estar
(o de persona patológica), ni siquiera sobre la la atención del terapeuta. En el precontacto
estructura de la mente. El foco está sobre có- hay que “rastrillar” el ello de la situación para
mo hacemos, cómo nos movemos en el dis- hacer visible la necesidad del momento, apo-
currir del tiempo y en el flujo de la vida. Cada yar la formación de la figura. En la toma de
instante es diferente, cada persona y cada si- contacto hay que estar atento a las interrup-
tuación son diferentes, así que nos hemos de ciones. ¿Tienen sentido? ¿Qué sentido tienen?
fijar en cómo estamos haciendo ahora ya que En el contacto final, el terapeuta ha de estar
no tenemos acceso a ninguna otra experien- ahí, dispuesto a recibir la experiencia, ya que
cia, más que a la presente. No tiene sentido no es sólo el paciente el que contacta. Son
categorizar los procesos porque cada uno es ambos. El proceso tiene lugar en el campo y
único. La teoria del self ofrece tan solo una ambos, cada uno desde su polo, son parte de
guia simplificada de un proceso ideal y sus él.
posibilidades de éxito o interrupción, advir-
tiéndonos de no existe tal proceso ideal y que
la complejidad de la experiencia solo se pue- En mi experiencia
de desentrañar in situ, al margen de las abs-
tracciones aunque ayudados por ellas. Mi comprensión del tiempo necesario
para los procesos ha crecido tanto en la vi-
vencia del grupo de formación como en mi
En terapia terapia personal. Me ha quedado claro que
hay cosas que no pueden pasar sin tiempo
La visión de proceso es fundamental. En de por medio. Hace falta tiempo (aunque no
cada momento el terapeuta se tiene que es- sólo tiempo) para construir la confianza. Se-
tar preguntando ¿qué está pasando ahora? Y gún se va construyendo la confianza se va ha-
no sólo eso, sino también ¿en qué momen- ciendo posible que emerjan asuntos que no
to estamos? En qué momento de la relación podrían ser abordados antes. Nuestro grupo
terapéutica, por ejemplo. No tiene el mismo necesitó bastante tiempo para poder permi-
significado un acontecimiento que se da en tir que afloraran conflictos, en especial los de
las primeras sesiones que después de meses pertenencia y normas. Según se ha ido acer-
o años. “No existe una relación atemporal o cando el final del ciclo de formación, o sea,
abstracta.”2 Toda relación es una “relación-a- el fin del grupo tal y como ha existido du-
hacerse”. ¿En qué momento de la sesión es- rante estos dos años, se han ido poniendo
tamos? No se puede entender igual una reve- en marcha estrategias para prepararse para la
lación de algo íntimo hecha a principio de la separación, bien buscando una continuidad
sesión, nada más llegar, que al final, a punto (y “conjurando la muerte”), bien anticipando
de irse. Más aún, los principios de las sesio- la despedida (y manteniéndola así “bajo con-
nes podrían estar cargados de significado al trol”).
principio de la relación, cuando se está ela- Con mi terapeuta he necesitado también
borando dónde estamos el uno con respecto mucho tiempo para poder ser crítico de for-
al otro, o los finales de las sesiones al final de ma explícita, enfadarme con él y expresar mi
la relación, cuando se está elaborando la se- desacuerdo. Nuestra manera de estar juntos
paración. ahora es muy distinta a la del principio de la
El proceso es el meollo del asunto en la te- relación. Las sesiones se estructuran de otra
rapia Gestalt. La mayoría de conceptos, en es- forma, los temas se abordan de otra manera.
pecial los de uso clínico, giran entorno al pro- Al principio yo llegaba a la sesión con un aba-
ceso. La sesión de terapia es en sí misma un nico de temas atractivos para tratar. Yo mis-
proceso de contacto, en el que el terapeuta mo preparaba cada inicio de sesión con un
es el entorno del paciente y viceversa y am- “menú degustación” de problemas persona-
2
Giovanni Saloni. Tiempo y relación. La intencionalidad relacional como horizonte hermenéutivo de la psicote-
rapia. Cap. 4 de Psicoterapia de la Gestalt. Hermenéutica y clínica.
9
les que hiciera las delicias de mi terapeuta. lo que la otra persona me cuenta no me deja
Hoy en dia ya no siento la relación así. Los te- suficiente atención libre para captar los deta-
mas van surgiendo a lo largo de la sesión sin lles de qué está pasando: ¿Para qué me cuen-
tanta anticipación por mi parte, y hablamos ta esto el paciente? ¿Qué hace mientras me
más de nuestra propia relación y qué curso lo cuenta? ¿Cómo me siento yo mientras lo
puede tomar más adelante. El tiempo ha he- hace? ¿Cómo respondo yo al proceso? Espero
cho su efecto. que la práctica me vaya enseñando cómo ha-
Por otro lado, como terapeuta me fascina cer esto. Sospecho que aquí radica gran parte
y me resulta muy difícil centrarme en el pro- de la belleza y del arte de la terapia.
ceso y no en el contenido. Intentar entender
“El paradigma de campo lleva implícita la idea del cambio en el tiempo.”: 0 El cam-
po
10 CAPÍTULO II. TIEMPO Y PROCESO
“La capacidad de pasar vergüenza se adquiere a base de
práctica en quedar en ridículo.”
Gerg Binnig
III
La creatividad
He empezado este capítulo con una cita “El self no conoce por anticipado lo que va a
sobre la vergüenza por mi propia experien- inventar, ya que el conocimiento es la forma
cia de la creatividad vivida con vergüenza. de lo que ya se ha producido”2 . La creativi-
“Fenomenológicamente, sentir vergüenza es dad, por tanto, nos aboca a la incertidumbre,
sentirse visto de un modo dolorosamente dis- y ésta al miedo. Es una pintora ante un lienzo
minuido”1 . Sentirte creativo, mostrar a los de-en blanco o un orador ante un público desco-
más el resultado de tu creatividad, te pone en nocido. Hay que asumir riesgos, hace falta fe
una situación de ser visto, de desnudez. La para explorar nuevos caminos.
parte de “ajuste” que tiene el “ajuste creati- El entorno privilegiado de la creatividad
vo” se hace necesaria desde las primeras ex- es el juego. Es un espacio y un tiempo reser-
periencias infantiles en las que nuestra crea- vado para ella, con su propio orden y sus pro-
tividad no es aceptada por los demás. Son las pias reglas, donde el jugador se puede dejar
primeras experiencias de vergüenza y humi- absorber por una realidad separada del mun-
llación. do habitual y crear con libertad.3 Muchos as-
La neurosis es en esencia una disfunción pectos de la vida se pueden entender como
de la creatividad. “La creatividad es la inven- un juego: las relaciones laborales, las de pare-
ción de una nueva solución.”2 Cuando esa in- ja, la creación artística o, también, la terapia.
vención falla y seguimos recurriendo a solu-
ciones antiguas nos anquilosamos y nuestras En terapia
posibilidades vitales se limitan. Para la tera-
pia Gestalt, la persona solamente se descubre Uno de los objetivos de la terapia es ayu-
a sí misma cuando se muestra creadora3 . dar a la creatividad del paciente. Las interrup-
El “miedo social a la creatividad”4 surge ciones del contacto no son sino dificultades
del miedo a la incertidumbre. Sin embargo, para encontrar nuevas soluciones. Es nece-
la incertidumbre es intrínseca a la creativi- sario destruir formas antiguas para construir
dad. Lo creativo surge del “vacío fértil”, de la formas nuevas. El terapeuta ha de ayudar a la
pausa confluyente entre contacto y contacto. persona a actualizarse, a ver qué soluciones
0
La Emperatriz
1
Gershen Kaufman, Psicología de la vergüenza, Cap.1, p.37
2
PHG, 9,9.
3
Ximo Tàrrega, Creatividad y juego
4
PHG, 11, 5.
11
12 CAPÍTULO III. LA CREATIVIDAD
“Es necesario destruir formas antiguas para construir formas nuevas.”: XIII La des-
trucción
“El self no conoce por anticipado lo que va a inventar”: XIV El ajuste creativo
5
J. Zinker y S. Nevis, Obstáculos a la creatividad, o cómo el psicoterapeuta bloquea su propio desarrollo, así como
el de las personas con las cuales trabaja.
Vida (del latín vita): en Biología, estructura molecular
capaz de establecer un soporte material de transferen-
cia energética homeostática, cuando es estimulada por
el medio en condiciones favorables.
Wikipedia
La autorregulación organísmica
IV
Palabras clave: autorregulación organísmica, dominancia, espontaneidad
Todos los organismos vivos se autorregu- ra no puede trepar para alcanzarlos. Sin em-
lan. Es lo que define la vida. La mayoría de bargo espera pacientemente. Sabe que, con
nuestras acciones autorreguladoras son fisio- la excitación del miedo y el griterío, algún
lógicas y tienen lugar en el interior del cuer- mono, siempre, acaba cayendo árbol abajo.
po sin que nos demos cuenta. Sin embar-
go, cuando necesitamos tomar del entorno lo
que nuestro organismo necesita la autorre-
gulación adopta una forma psicológica. Las
necesidades y tensiones tienden a reorgani- A veces es más seguro no seguir la do-
zar el awareness y la conducta. Llamamos minancia más fuerte. Sin embargo, en la in-
“dominancia” a la fuerza de esta reorganiza- mensa mayoría de nuestras situaciones vita-
ción. La necesidad más dominante se con- les el peligro de seguir el propio impulso no es
vierte en figura y hace que el organismo se tal. “La acción autorreguladora es más fuer-
oriente hacia su satisfacción, mientras las ne- te, más viva y más capaz. Cualquier otra lí-
cesidades menos dominantes pasan tempo- nea de acción que sea presumiblemente “me-
ralmente a un segundo plano. Aquí es donde jor” actuaría con un poder menor, una mo-
la autorregulación del organismo pasa de fi- tivación menos acentuada y una consciencia
siológica a psicológica: cuando, espontánea- inmediata más confusa; y debería igualmen-
mente, la necesidad dominante se hace cons- te dedicar una cierta cantidad de energía y
ciente.1 distraer un poco su atención para combatir
La necesidad dominante acapara toda la al self espontáneo que busca expresarse en
atención, hasta el punto de que la autorre- la autorregulación.”1 ¿Hemos de vivir así, con
gulación puede fallar. Un ejemplo me lo ha menos motivación, menos consciencia y me-
ofrecido hoy una amiga que ha estado hace nos energía? Perls y Goodman opinan que no:
poco en Senegal. Allí hay colonias de monos “Las personas pueden estar mucho más vi-
que viven en los árboles. Cuando algún mono vas y más energetizadas de lo que están y, por
avista una pantera, todos los monos de la co- lo tanto, ser también más capaces. Nos auto-
lonia se ponen a chillar presas del pánico, avi- infligimos una buena parte de las perturba-
sándose unos a otros del peligro. La pante- ciones que vivimos.”2
0
El Emperador
1
PHG, 4, 1.
2
PHG, 4, 2.
13
14 CAPÍTULO IV. LA AUTORREGULACIÓN ORGANÍSMICA
En terapia En mi experiencia
Una idea muy importante de cara a la te-
rapia es que la neurosis es creativa, es tam- El tema de la autorregulación lo conec-
bién producto de una autorregulación orga- to con una compresión que ha sido para mí
nísmica. En terapia Gestalt, la visión de que de gran alivio en momentos de mi terapia.
el paciente “se equivoca” con su comporta- Pienso en dferentes momentos en que se me
miento neurótico no ha lugar. El neurótico ha hecho patente cómo alguna conducta que
se autorregula teniendo en consideración sus ha tenido sentido en algún periodo de mi in-
situaciones inacabadas, que se perpetúan, y fancia es innecesaria hoy en dia. “No es ne-
para reducir su propia espontaneidad, que cesario que siga haciendo esto, porque aun-
percibe como peligrosa. La terapia permite que en una época lo fue, ya no lo es.” En
usar la energía del terapeuta y del paciente esos momentos, poder ver mis propios sín-
para completar las situaciones y poder así re- tomas como un mecanismo de autorregula-
cuperar la espontaneidad “sacrificada”. ción, incluso como una proeza creativa por
El terapeuta gestalt, por tanto, ha de con- mi parte (de aquella época), ha ido acompa-
fiar en la capacidad autorreguladora del pa- ñado de un sentimiento de valoración pro-
ciente, y en la suya propia. Ver a la persona pia y gran dignidad, como si me pudiera de-
como frágil o enferma puede ser una tenden- cir a mí mismo: “No estoy mal hecho. No soy
cia sobreprotectora que no haría sino dificul- erróneo. Aquello que hice fue un ajuste apro-
tar que sus energías y capacidades se movili- piado; ahora ya no es necesario. Puedo dejar-
cen. lo y continuar con mi vida.”
V
El cuerpo
15
16 CAPÍTULO V. EL CUERPO
“El acceso a la función Ello se puede hacer sobre todo a través del cuerpo”: VI La
función Ello
VI
La función Ello
La función Ello es el fondo del que surgen que indagar para encontrar cuál es la necesi-
las necesidades. Incluye los contactos que dad que tiene sentido en cada momento. Res-
“damos por sentado” y que no necesitamos pecto a esto, quiero citar un pasaje del PHG
explorar (por ejemplo, el contacto con la si- que me parece muy bello y revelador: “Sabe-
lla), y las necesidades fisiológicas que senti- mos que debajo de las “defensas” característi-
mos en el cuerpo: apetitos, deseos, pulsiones, cas, realmente en las defensas características
situaciones inacabadas. en sí mismas, existe siempre un sentimiento
La función Ello, a diferencia de la función infantil de afirmación muy hermoso: la in-
Personalidad, no se percibe como responsa- dignación en la desconfianza, la admiración
ble. Si me entra hambre, me entra hambre. leal en el aferrarse, la soledad en el aislamien-
No soy responsable de que me haya entrado to, la agresividad en la hostilidad, la creativi-
hambre, aunque sí lo soy de lo que hago para dad en la confusión. Y esa parte no es del todo
saciarla. irrelevante en la situación presente. Ya que,
Como parte del self, la función Ello es una incluso ahora y aquí, hay muchas cosas de
función del campo organismo/entorno. No las que indignarse, algunas cosas a las que ser
es sólo una función del organismo. Es la com- leal y admirar, y un maestro al que destruir y
binación de organismo y entorno la que hace asimilar, y una oscuridad en la que solamen-
que emerjan unas necesidades u otras. Ha- te el espíritu creador puede percibir un atis-
blar del “ello de la situación” es una forma bo de luz.”1 Bajo mi punto de vista, el amor al
de nombrar esta interacción. En cualquier re- prójimo y la comprensión del otro consiste en
lación (incluyendo la relación terapéutica) la gran medida en mirar más allá de lo que ha-
necesidad de una persona no es algo que sur- ce la persona para ver al niño necesitado que
ge “de su organismo” exclusivamente, sino lucha por vivir.
que surge de la propia situación. Una situa-
ción distinta produciría un “ello de la situa-
ción” distinto, aún con las mismas personas. En terapia
En el precontacto es precisamente este
“ello de la situación” el que hay que rastri- El terapeuta puede ayudar a expresarse a
llar (y no sólo el “ello del paciente”). Todo es la función Ello del paciente. Para eso hacen
potencialmente parte de ese ello, aunque hay falta dos cosas. En primer lugar, hay que se-
0
Los Amantes
1
PHG, 4, 10.
17
18 CAPÍTULO VI. LA FUNCIÓN ELLO
2
PHG, 4, 11.
3
Jean Marie Robine, La intencionalidad, en carne y hueso, cap. 6 de Manifestarse gracias al otro.
“¿Qué es más noble? ¿Soportar el alma
los duros tiros de la adversa suerte,
o armarse contra un mar de desventuras,
hacerles frente, y acabar con ellas?”
Hamlet
VIILa función Yo
Palabras clave: función Yo, ajuste creativo, toma de contacto, apoyo, decisión
19
20 CAPÍTULO VII. LA FUNCIÓN YO
En terapia a hacer.”
VIII
La función Personalidad
21
22 CAPÍTULO VIII. LA FUNCIÓN PERSONALIDAD
IX
La soledad
En inglés hay por lo menos tres térmi- de que el entorno no nos apoya y que no po-
nos para referir lo que en castellano llama- demos hacer con el otro. Esta soledad es muy
mos “soledad”: loneliness es la falta de com- distinta de la soledad existencial. En ésta uno
pañía, a menudo experimentada con triste- se enfrenta a los límites de la vida misma. En
za; lonesomeness lleva consigo un desánimo la otra te das con unos límites que no sabes
más intenso, por ejemplo ante la ausencia de si realmente tendrían que estar ahí, no sabes
alguien querido; solitude es el hecho de es- hasta qué punto los pones tú.
tar solo, separado del contacto humano, sin Todas las interrupciones del contacto son,
más connotación. Uno puede estar rodeado de una u otra forma, maneras de negar al
de personas en la gran ciudad y sentir loneli- otro y, por tanto, quedarse solo. Las experien-
ness, pero no estará en solitude. Hay una sole- cias de vergüenza son también experiencias
dad dichosa que en inglés es solitude, pero no de soledad. En la vergüenza quiero que me
loneliness o lonesomeness. El PHG, por ejem- trague la tierra, desaparecer de la mirada del
plo, habla del hermoso sentimiento de solitu- otro.
de que subyace al de loneliness 1 .
Hay una soledad existencial, básica, que
es consustancial a la vida e inevitable. “Nadie En terapia
puede morir la propia muerte con alguien o
por alguien.”2 Sin embargo, hay una soledad La soledad es recurrente en terapia. El pa-
que nosotros mismos nos producimos. La au- ciente viene en gran medida para aliviar su
tosuficiencia es una puerta abierta a la sole- soledad, su imposibilidad de contactar. Por
dad más insulsa y gratuíta. Cuando interrum- tanto, muchas de las preguntas clave de la te-
pimos el contacto con los demás para “ha- rapia giran en torno al tema del “dejar solo”.
cer solos” podemos sentir una cierta sensa- Yo, como terapeuta, ¿de qué manera estoy de-
ción de seguridad. Nos ahorramos el riesgo jando sólo al paciente? ¿De qué manera no
de la relación, huímos de agredir, de ir hacia soy capaz de proporcionarle el apoyo que ne-
el otro. Sin embargo, el precio de esa seguri- cesita? Tú, como paciente, ¿cómo haces pa-
dad es perpetuar un sentimiento de soledad, ra quedarte solo en la relación? ¿Cómo haces
0
El Ermitaño
1
“[...] there is always a beautiful affirmative childlike feeling: indignation in the defiance, loyal admiration in
the clinging, solitude in the loneliness [...]”, PHG, 4, 10.
2
Irvin Yalom, Psicoterapia existencial y terapia de grupo, p. 268.
23
24 CAPÍTULO IX. LA SOLEDAD
para no solicitar el apoyo que necesitas? contacto de las de relación. Para ser exactos,
me cuesta encontrar ejemplos de experien-
cias de contacto significativas que no hayan
En mi experiencia sido contacto en la relación. Para mí, los mo-
mentos de contacto en la relación con otras
Algunos de los momentos más intensos personas han venido acompañados de sen-
de mi propia terapia han venido cuando me timientos de intimidad y de no estar solo.
he sentido visto en mi soledad. Mejor dicho, La sensación de soledad que, de forma más
han venido cuando me he sentido visto, sin o menos consciente, siempre me acompaña,
más, en mi tristeza, en mi miedo, en mis mi- se reduce con el contacto. Sentir que hay al-
serias, y me he sentido acompañado. A me- guien ahí, y sentirlo con la intimidad que le da
nudo, al ser visto me he dejado de sentir solo. realidad al contacto, me hace sentirme me-
Una de las motivaciones más fuertes que nos solo. En otras palabras, podría decir que
tengo para trabajar como terapeuta surge es un “efecto colateral”: el contacto no sólo
precisamente de mi sentimiento de soledad. me sirve para satisfacer necesidades especí-
El contacto, la relación, los momentos de en- ficas de la relación, sino que el mero hecho
cuentro consolidan mi fe en que “hay alguien de contactar me hace tener una experiencia
ahí”. Ayudar a los demás a conjurar su sole- de la vida más rica y esperanzadora: no estoy
dad me ayuda a conjurar la mia propia. sólo en el mundo, estar aquí vale la pena.
Me cuesta distinguir mis experiencias de
“interrumpimos el contacto con los demás para “hacer solos””: XV Las interrupcio-
nes del contacto
El precontacto
X
Palabras clave: precontacto, excitación, necesidad, contacto
25
26 CAPÍTULO X. EL PRECONTACTO
saciones. Por ejemplo, ante una persona dis- el “rastrillar el ello” de Jean Marie Robine, o
puesta a escucharme puedo sentir que se me el “batir el ello” de Carmen Vázquez, consis-
hace un nudo en la garganta. te en apoyar la emergencia de la necesidad.
En cualquier caso la necesidad empieza Qué nota la persona en el cuerpo, cómo se
siendo vaga a menos que sea extrema. Va presenta cuando entra en la sesión, qué co-
cobrando forma según vamos encontrando mentarios hace sobre el terapeuta o su con-
algún objeto que, potencialmente, la pueda sulta, qué asunto dice traer en mente, ¿ha so-
satisfacer. A veces sentimos hambre cuando ñado algo?... Todo ello son pistas para ir, en-
olemos comida o sentimos que necesitamos tre los dos, dando energía a una figura, una
afecto cuando alguien nos lo ofrece. necesidad que pueda proseguir hacia, quizá,
una satisfacción en un contacto final. El tra-
bajo de la terapia será averiguar qué pasa en
En terapia ese camino. El precontacto es el arranque del
viaje.
La terapia es esencialmente un encuentro
interpersonal. El paciente se encuentra con
una persona, el terapeuta, dispuesta a invo- En mi experiencia
lucrarse en una relación en la que el contac-
to sea posible. Ese encuentro entre dos perso- Gracias a mi terapia personal he podido
nas en el que hay una intención de contacto entender la importancia del precontacto. En
(apremiada por el “contrato terapéutico”; no mi caso puedo decir que siempre ha habido
estamos aquí para que no pase nada), con- alguna necesidad que quería satisfacer, pe-
figura un campo particular donde se juntan ro raras veces he sido consciente de cuál era
muchas cosas: el fondo de necesidades inter- hasta que ha ido cogiendo forma a lo largo
personales insatisfechas del paciente, las ca- de la sesión. He visto muchas veces en mis
racterísticas personales del terapeuta, la per- propias carnes lo importante que es dedicar
cepción que tiene el paciente del terapeu- tiempo a averiguar qué es lo que empuja con
ta, los acontecimientos recientes en la vida más fuerza; explorar el primer tema que apa-
de ambos, el entorno físico en el que están, rece o lo que el paciente trae preparado de
el tiempo que llevan de relación... Todo es- antemano puede ser estéril si no responde a
to y más que está presente configura el “ello una necesidad real. He visto a menudo co-
de la situación”. ¿Qué necesidad del pacien- mo yo mismo aportaba temas aparentemen-
te emerge como prioritaria en una sesión de- te importantes sin darme cuenta de que en
terminada? Depende de todos estos factores realidad servían para esconder una necesi-
y habitualmente no se va a dejar ver con faci- dad más apremiante que no me atrevía a ex-
lidad. El trabajo terapéutico del precontacto, poner.
La toma de contacto
XI
Palabras clave: toma de contacto, contacto, conflicto, seguridad, función Yo
27
28 CAPÍTULO XI. LA TOMA DE CONTACTO
el dedo. Esta imagen duró solo un instante y ral y me “armara” de nuevo: volví a mi postura
no le dí carta de realidad. Sabía que eso no es- más rígida y las sensaciones agradables desa-
taba pasando. Aún así, fue suficiente para que parecieron.
me cambiara totalmente la sensación corpo-
“el Self utiliza la función Yo para poder identificar y alienar”: VII La función Yo
XII La neurosis
31
32 CAPÍTULO XII. LA NEUROSIS
2
PHG, 14, 2.
Apoptosis: conjunto de reacciones bioquímicas que ocurren
en las células de un organismo pluricelular, encaminadas a
producir la muerte de la célula de manera controlada.
Wikipedia
XIII
Agresividad y destrucción
Tal y como dice la cita de arriba, el orga- partes más pequeñas que se puedan asimilar:
nismo dispone de mecanismos para produ- ¿Qué te hace sentir mal respecto de mí? ¿Qué
cir la muerte de células y tejidos. Paradójica- me quieres decir con esto? ¿Qué te reprocho?
mente, este mecanismo es fundamental pa- ¿De qué me culpas? ¿Qué necesitamos el uno
ra la propia vida. Por ejemplo, la formación del otro?
del sistema nervioso utiliza la muerte neu- Así, la agresividad y la destrucción son
ronal como mecanismo de estructuración. El necesarias para la creatividad. “La creativi-
feto y el bebé recién nacido tienen una sobre- dad que no está continuamente destruyendo
abundancia de neuronas, muchas más que y asimilando un entorno dado por la percep-
las que tiene un sistema nervioso maduro. Se- ción y resistiendo la manipulación, es inútil
gún el sistema va creciendo, las neuronas que para el organismo y permanece como algo
no son necesarias mueren espontáneamente superficial y falto de energía; no se convier-
y dejan el sitio, por decirlo así, a las conexio- te en algo profundamente excitante y pronto
nes de las neuronas que sí son activas. Son las languidece.”1 En la escritura de esta memo-
conexiones, y no la sobreabundancia de neu- ria, por ejemplo, he tardado tiempo en deci-
ronas, las que dan sus propiedades al sistema dir qué temas consitutirían los diferentes ca-
nervioso. pítulos y en qué orden los colocaría. Ese pro-
La agresividad y la destrucción son tam- ceso creativo ha necesitado mucha destruc-
bién necesarias para la vida del organismo ción. Si la solución no me satisfacía, un obs-
en niveles más complejos que el de la célu- táculo para encontrar una solución nueva es
la. Para comer necesitamos agredir el alimen- el “enganche” a la vieja. Ha sido preciso bo-
to, es decir, ir hacia él, y destruirlo median- rrar lo hecho, fundir temas o separarlos, o
te la masticación para que pueda ser traga- prescindir de una cierta ordenación, para po-
do. El sistema digestivo se encarga de conti- der elaborar una solución realmente nueva
nuar troceándolo en partículas cada vez más que no adoleciera de los defectos de la anti-
pequeñas hasta llegar a las moléculas que las gua.
células del cuerpo pueden utilizar. Para resol- La aniquilación y la destrucción son dife-
ver un conflicto entre amigos o de pareja, es rentes. La destrucción implica “morder” y se-
necesario agredir el conflicto, ir hacia él sin parar en trozos más pequeños el objeto con
evitarlo, y destruirlo, es decir, trocearlos en el fin de asimilarlo. La aniquilación, sin em-
0
La Muerte
1
PHG, 12, 5.
33
34 CAPÍTULO XIII. AGRESIVIDAD Y DESTRUCCIÓN
bargo, “consiste en reducir a la nada, en re- ciente llevar a cabo experiencias nuevas que
chazar el objeto y borrarlo de la existencia”2 . necesiten destruir la visión de sí mismo que
Por ejemplo, huir de un peligro es una forma tuviera: una persona que se considere inca-
de aniquilación ya que consigue que la ame- paz de agredir puede ser solicitada para em-
naza desaparezca del entorno. Ante una pro- pujar al terapeuta o golpear un cojín.
blema con una persona, por ejemplo, puedo Las dificulades para la agresión y la des-
desinteresarme por la relación y distanciar- trucción, para afrontar el conflicto, suelen ser
me. La relación deja de ser un problema pe- muy grandes. Parte de la labor del terapeu-
ro yo no consigo ningún crecimiento. Cuando ta consiste en educar en una visión dignifi-
no se puede huir o eliminar el objeto, el orga- cadora del conflicto. A menudo, confundi-
nismo recurre a disminuir su propia sensibi- mos destrucción con aniquilación. La agre-
lidad, apretando los dientes o mirando para sión produce mucho miedo al rechazo y al
otro lado. Esto pasa, por ejemplo, en relacio- abandono. En terapia se pueden explorar las
nes de pareja en las que los miembros no es- diferencias y los límites de todo esto, y el pa-
tán a gusto pero al mismo tiempo no se sien- ciente puede llegar a vivir su agresividad co-
ten capaces de dejar la relación ni de abrir mo algo necesario y positivo.
un conflicto real que la pueda reformular. En
esos casos, a menudo las personas se desen-
sibilizan y adoptan un actitud de resignación En mi experiencia
desvitalizante.
Otra diferencia entre la destrucción y la
El trabajo en el grupo de la formación me
aniquilación es que la destrucción es, de al-
ha brindado ejemplos una y otra vez de lo
guna manera, “caliente” y la aniquilación es
necesario que es abordar el conflicto en las
“fría”. En la destrucción no perdemos el con-
relaciones. El grupo ha vivido varios proce-
tacto con la figura; es más, la destrucción po-
sos de conflictos más o menos latentes que
sibilita el contacto final con la figura. Hay un
iban enrareciendo el ambiente y dificultando
placer en destruir, en “hincar el diente”, una
el trabajo progresivamene. Sólo cuando esos
calidez en el acercamiento hacia la asimila-
conflictos pudieron salir a la luz y hubo una
ción de la novedad. La aniquilación, por con-
confrontación se ha podido aclarar las co-
tra, es “fría” ya que, una vez el objeto ha sido
sas y seguir adelante, normalmente con una
aniquilado, una vez ha desaparecido del cam-
cohesión reforzada y un mayor entusiasmo.
po, nos quedamos igual que estábamos. No
El conflicto ha necesitado agresividad y des-
ha habido ninguna asimilación de novedad,
trucción, no aniquilación. La agresividad es
ningún crecimiento, ningún placer.2
atreverse a ir hacia el otro y hablar del asunto.
La destrucción es confrontar las opiniones y
En terapia estar dispuesto a reconocer los propios erro-
res. La aniquilación sería zanjar el tema con
La destrucción de gestalts fijas es necesa- un “vete a la mierda, no quiero saber más de
ria para la asimilación, para poder llegar a ti”.
soluciones creativas de problemas antiguos También he tenido conflictos con miem-
y “pasar a otra cosa”. En terapia ésta es una bros del grupo, con mi terapeuta, con mi pa-
parte bastante importante. El terapeuta pue- reja, con mi familia y mis amigos. Me sue-
de colaborar a esta destrucción de varias for- le dar bastante miedo el conflicto y tiendo a
mas. Por ejemplo, puede cuestionar introyec- huir de él. Sin embargo, he ido comprobando
tos o lealtades: ¿Quién te ha dicho que eso tie- cómo a veces es la única via para lograr una
ne que ser de esa forma? ¿Tiene sentido se- transformación. Si se llega a un contacto real
guir haciéndolo ahora? ¿Para qué sigues sien- entre las personas, surgen nuevas formas de
do leal a esa persona? Puede proponer al pa- relacionarse.
2
PHG, 8, 5.
35
XIV
El ajuste creativo
37
38 CAPÍTULO XIV. EL AJUSTE CREATIVO
Las interrupciones del contacto de las explorar un entorno que podría satisfacer la
que hablaré en este capítulo se producen en necesidad con un ajuste creativo adecuado.
la fase de toma de contacto. Son la introyec- La diferencia fundamental entre la interrup-
ción, la proyección y la retroflexión. Hay dos ción sana y la patológica es el awareness que
fenómenos más que se consideran interrup- tiene la persona, lo consciente que es de estar
ciones del contacto: la confluencia y el egotis- interrumpiendo el contacto.
mo. La primera tiene lugar en el precontacto y Un ejemplo simple y rápido de las inte-
la segunda justo antes del contacto final. Los rrupciones sería el siguiente: estoy en una
capítulos XVIII y XVI, respectivamente, están fiesta y quiero bailar con una chica. ¿Cómo
dedicados a ellas. sería el proceso? Si me interrumpo en el mo-
Las interrupciones del contacto son “la mento de la confluencia, ni siquiera llegaría
elección (creativa) del Yo de evitar el desarro- a sentir que tengo ganas de bailar. Ahí acaba
llo de la excitación durante las distintas fases la cosa. Sin embargo, si empiezo a notarme
del ciclo de la experiencia de contacto con las ganas de bailar en el cuerpo y me asusto,
el entorno, con la finalidad de evitar la ex- podría interrumpirlas con un introyecto: “yo
periencia que provoca la falta de apoyo pa- nunca bailo”. Si finalmente admito que tengo
ra aquella excitación.”1 Se llaman “pérdidas” ganas y que lo debería probar, puedo enton-
o “perturbaciones” de la función Yo porque ces mirar a la chica pero no atreverme ni si-
en ellas la función Yo pierde su capacidad de quiera hablar con ella, proyectando que “ella
llevar adelante el proceso de contacto. Como no quiere bailar conmigo”. Si considero que
elección creativa, todas ellas tienen un fun- quizá ella sí quiera bailar conmigo, a la hora
cionamiento sano que se hace evidente cuan- de acercarme a preguntarle me puedo cortar:
do la retirada del contacto es una buena solu- me coloco en un rincón, de manera que me
ción para el organismo, por ejemplo en caso vea, y empiezo a bailar conmigo mismo con
de un peligro real, y un funcionamiento pa- la esperanza de que ella venga a pedírmelo
tológico, en el que la interrupción del contac- a mí. Se esto no funciona, al final me lanzo,
to responde a un intento frustrado de resolver me dirijo a ella y le pregunto si quiere bailar
situaciones inacabadas. Lo patológico de es- conmigo. Aún estoy a tiempo de interrumpir
to es que la interrupción del contacto impide la experiencia: si me dice que sí, puedo bailar
0
El Diablo
1
Margherita Spagnuolo Lobb, Psicoterapia de la Gestalt, p. 116.
41
42 CAPÍTULO XV. LAS INTERRUPCIONES DEL CONTACTO
sin implicarme al cien por cien, mantienién- mo ha de vivir su vida el hijo pueden ser
dome tenso y alerta por si acaso; si me dice introyectados por él y acabar siendo experi-
que no, puedo hacer como que me da igual mentados como propios, sin realmente hacer
y buscar otra actividad rápidamente para evi- el trabajo de desmenuzarlos y quedarse sólo
tar sentir el disgusto que me he llevado. Vivir con lo que realmente desea para sí; las nor-
el contacto sería diferente: o bailar con ella mas respecto a qué y qué no se debe hacer
metiéndome de lleno en el baile, o meterme en un contexto social se pueden introyectar
de lleno en el disgusto hasta que se me pase, y la persona puede acabar viviendo en térmi-
con sufrimiento pero con dignidad. En am- nos de “debo/no debo” en vez de “quiero/no
bos casos tendría una experiencia plena que quiero”; incluso las percepciones corporales
me produciría crecimiento. Con las interrup- se pueden distorsionar a través de los intro-
ciones anteriores me quedo a medio camino. yectos: yo a veces siento necesidad de co-
mer porque son las dos e interpreto que ten-
La introyección go hambre, pero esa hambre no es real: es un
efecto de mi introyecto “se come a las dos”.
La introyección aparece cuando la pro-
pia necesidad comienza a hacerse presente y
a aflorar en la consciencia. Si el entorno no La proyección
apoya el desarrollo del deseo, el Self se apro-
pia del deseo de otro. La persona sustituye Una vez la excitación se ha puesto en mar-
su propia necesidad por la necesidad de otro. cha, y si no se ha interrumpido mediante una
Este mecanismo se llama “introyección”; el introyección, el organismo se tiene que con-
elemento ajeno que se vive como propio es frontar con el entorno, tiene que mirar fuera.
un “introyecto”. La información que proporciona el entorno
La introyección es necesaria a veces pa- es incompleta y se hace necesario “comple-
ra incorporar elementos del entorno. Por tarla” mediante la información previa de que
ejemplo, las normas de un juego necesitan se dispone. A esto se le llama “proyección”.
ser introyectadas, memorizadas “en crudo” La proyección es necesaria para vivir.
hasta que con la experiencia se van asimilan- Nuestra capacidad de inferir nos permite
do y el jugador no necesita pensar ellas de- predecir qué puede pasar en el entorno. Pa-
liberadamente para jugar. Están integradas. ra conducir un coche, por ejemplo, necesi-
Lo mismo pasa con el aprendizaje de una tamos ser capaces de predecir qué harán los
segunda lengua. Al principio, y durante mu- otros conductores a partir de muy poca infor-
cho tiempo, hay que introyectar sus reglas, mación. Una pequeña sacudida en el vehícu-
su fonética y su vocabulario. Sólo con mucha lo de delante, por ejemplo, nos puede alertar
práctica puede uno dominarlo y considerarse de un peligro inminente y advertirnos de que
bilingüe. En estos ejemplos, la función Yo in- debemos frenar. En las relaciones con los de-
troyecta elementos externos como paso pre- más necesitamos grandes dosis de “presupo-
vio a la asimilación. De alguna manera, la in- sición” respecto a qué van a hacer y qué no,
troyección viene a hacer una función pareci- para no tener que estar obsesivamente pen-
da al buche de algunos animales: una cavidad dientes de cada mínimo movimiento.
donde se puede almacenar comida e irla re- Sin embargo, la proyección se hace pato-
blandeciendo hasta que la digestión sea posi- lógica cuando nos hace incapaces de ver más
ble. opciones en el entorno que las proyectadas.
La introyección patológica se da cuando Esto ocurre cuando hemos vivido en un en-
el elemento introyectado no puede ser traí- torno que no fuera capaz de acoger nuestra
do de nuevo a la consciencia para ser agredi- excitación. Si, por ejemplo, nuestro entorno
do, cuestionado. Me lo he “tragado” entero y ha sido en algún momento incapaz de conte-
ya no sale. Permanece en el cuerpo como un ner nuestra ira permitiéndole que se exprese,
cuerpo extraño. una manera de evitar asumir esa ira es pro-
Hay muchos ejemplos de posibles intro- yectarla en los demás: son los otros los agre-
yectos: los proyectos paternos respecto a có- sivos, no yo.
43
XVI El egotismo
La función Yo se encarga de tomar las de- se mantienen de forma rígida y aunque pa-
cisiones en la toma de contacto y se caracte- rezca que el contacto tiene lugar, no hay un
riza por ser deliberada (ver cap. VII). Es la que abandono. El amante que retrasa indefinida-
nos proporciona la sensación de voluntad, de mente el orgasmo, el bailarín que controla ca-
actuar deliberadamente. Por ello, es también da movimiento y no se deja llevar realmente
la que nos proporciona la sensación de con- por la música, el escritor que racionaliza los
trol. Mediante la función Yo decido si quiero sentimientos y, aunque lo “sabe” todo sobre
seguir en el proceso de contacto o no, si lo in- ellos, no los llega a experimentar.
terrumpo o lo dejo avanzar, si busco una so- Estas personas posiblemente se enfren-
lución u otra. tan con la percepción de que sus vidas es-
Sin embargo, cuando llegamos al contac- tán llenas de eventos interesantes, pero que
to final la función Yo se tiene que suspender. en realidad nada les “cala”. Porque el egotis-
La actitud deliberada cesa y tiene lugar un mo impide la asimilación de la experiencia
movimiento espontáneo que nos lleva. Se di- vivida. La vida no te nutre. No llega a haber
suelven las fronteras y ya no controlamos qué un sentimiento profundo que transforme a la
pasa. Es un “dejarse caer” en el momento fi- persona. El anhelo de ese sentimiento con-
nal para fundirse con el otro. vierte la vida en una sucesión de experiencias
El egotismo es un fenómeno que tiene lu- aparentemente significativas pero en el fon-
gar en este punto1 . En su versión sana es una do insatisfactorias. La persona se siente vacía,
manera de segurizarnos, de comprobar que sin deseo ni interés.
la situación es suficientemente segura antes
de ceder el control en el contacto final.
En su versión patológica, el egotismo se En terapia
convierte en una imposibilidad de ceder el
control ante la experiencia de fusión del con- En la terapia las personas que interrum-
tacto final. En la interrupción egótica no se pen el contacto mediante el egotismo son
permite el paso a la incertidumbre, al no sa- personas que todo lo saben. No les pue-
ber, a la caída al vacío que supone el contacto. des sorprender con nada. Puede haber expe-
Se evita todo riesgo de sorpresa. Las fronteras riencias de contacto aparentemente intensas
0
La Torre
1
Al menos, según Jean Marie Robine. Hay otros autores que ven el egotismo como una perturbación del post-
contacto en la que falla la asimilación.
45
46 CAPÍTULO XVI. EL EGOTISMO
que, tiempo después, no parecen haber he- ya que en el encuentro nos influímos el uno
cho gran mella. Según Margherita Spagnuolo al otro. No se puede hablar de “tú” y “yo” co-
el apoyo específico para el egotismo está re- mo si fuéramos entidades aisladas que no tie-
lacionado con los finales de los procesos: un nen nada que ver. La dificultad de formular el
momento de ansiedad particular puede ser el “nosotros” es una interrupción egótica.
final de la sesión, la despedida. “El terapeuta
debe hacer tomar conciencia al paciente de la
manera precoz en la que cierra el contacto.”2 En mi experiencia
Por otro lado, el término egotismo desig-
na también otra cosa: un efecto de la psico- A menudo he dado la impresión de ser
terapia. En Psicoanálisis se utiliza la neuro- una persona bastante lanzada. Sin embargo,
sis de transferencia. Algunos terapeutas Ges- un pensamiento bastante recurrente en mí
talt dicen que el método de la terapia Gestalt ha sido: “Sí, lo he hecho. Pero ¿qué me ha
es crear una “neurosis egótica”. Es decir, am- quedado?” Conozco bien la sensación de ha-
plificar la atención sobre el yo: ¿Qué sientes? ber hecho algo llamativo, recibiendo incluso
¿Qué piensas? ¡Háblame de tu ombligo! Esto el reconocimiento de otras personas, y que-
pasa bastante en todas las terapias. Hay que ir darme sin embargo una sensación de vacío,
suficientemente lejos en la terapia para disol- como si la experiencia en realidad me hubie-
ver ese egotismo que nos ha servido para es- ra resbalado y no hubiese hecho mella en mí.
tructurarnos y segurizarnos. Si lo mantienes Como si estuviese poniendo cruces en una
en la vida cotidiana puedes convertirte en hi- lista de experiencias a vivir.
pocondríaco, con una neurosis de awareness. En mi terapia personal, sin ir más lejos, he
La oración de Perls en gran medida es la ora- sido a menudo un paciente que lo sabe todo,
ción del egotismo. El “yo no estoy aquí para que tiene respuesta para todo, que todo lo ha
cumplir tus expectativas” resta importancia a pensado, y que, debido a eso, no deja que pa-
la dimensión interpersonal. Fomenta el que se nada interesante. Mis relaciones con mis
uno haga las cosas fijándose únicamente en amigos y con mi familia han sido a veces difí-
si son buenas para sí mismo, sin considerar ciles para ellos por mi autosuficiencia, y difí-
el entorno. Según Jean Marie, trabajar desde ciles para mí por mi aislamiento. Mi miedo a
la perspectiva de campo reduce el riesgo de la intimidad era solo comparable a mi deseo
esto. Por lo que yo entiendo, desde la pers- de intimidad.
pectiva de campo el “yo soy yo, tú eres tú” de Poco a poco he podido aprender que sin
la oración de Perls no se puede formular así, la intimidad ¿qué me queda? Me quedo solo.
2
Margherita Spagnuolo Lobb, Un apoyo específico para cada interrupción del contacto.
“A partir de cierto punto en adelante no hay regreso. Es
el punto que hay que alcanzar.”
Franz Kafka
“El contacto final es la meta de la toma de cosas “simplemente pasan”. El cuerpo pare-
contacto (pero no es su “fin” funcional, que ce que se mueva solo, sin que hagamos nin-
consiste en la asimilación y el crecimiento).”1 gún esfuerzo deliberado por controlarlo. En
En la toma de contacto hemos buscado qué el orgasmo los músculos se contraen solos, en
necesitamos y hemos manipulado el entorno una descarga emocional el diafragma mueve
para conseguirlo. Hay una “figura que el Self el llanto y los ojos producen lágrimas, dibu-
ha descubierto-e-inventado”. En el contacto jando, el lápiz es llevado por la mano y el di-
final el Self se compromete completamente bujo “aparece”.
con esta figura. Son los momentos de fusión En el contacto final las fronteras se di-
con lo que estamos haciendo, la implicación suelven. Se pierde la noción de Tú y Yo. Esta-
total. Todo lo demás pasa al fondo y la figura mos tan concentrados en el asunto que per-
elegida captura todo el interés. demos la noción de dónde estamos, de quié-
El PHG da varios ejemplos de contacto fi- nes somos y qué nos rodea. La sensación
nal en los que las alternativas desaparecen1 : de desprotección y vulnerabilidad puede ser
en la comprensión del insight de repente “to- muy grande. Puede ser como verse ante un
do cuadra” y las otras explicaciones pierden abismo.2
el sentido; cuando se ama, no hay alternativa:
el ser amado al completo es digno de amor
y no cabe mirar hacia otro lado; cuando se En terapia
vive una pérdida de un ser querido, el vacío
se hace figura y ocupa todo el espacio: es ho- Aunque toda la explicación del proceso de
rrible, pero se hace necesario vivirlo. Muchos contacto que estoy haciendo habla del pro-
artistas, científicos y deportistas han descri- ceso del paciente, el terapeuta también tie-
to sentimientos de fusión con la obra de ar- ne su propio proceso a lo largo de la sesión.
te, con el descubrimiento o con la prueba de- Carmen Vázquez, de hecho, describe la “cur-
portiva. Son momentos en que el Self está va del contacto” no como una curva de cam-
en “voz media”, es decir, que es activo y pa- pana que representa la excitación de una sola
sivo a la vez. Haces y te dejas hacer. Mucha persona, sino como dos hilos que represen-
gente ha descrito que en esos momentos las tan a las dos personas, que se entrelazan pro-
0
La Estrella
1
PHG, 13, 1.
2
PHG, 13, 2
47
48 CAPÍTULO XVII. EL CONTACTO FINAL
XVIII La confluencia
La confluencia es uno de los concep- gura, nos “fundimos” con aquello con lo que
tos que aparecen más a menudo en la teo- contactamos. La asimilación del postcontac-
ría del Self. El PHG la define como “la con- to es una vuelta a la confluencia: baja la exci-
dición de no–contacto (no hay frontera del tación y lo asimilado pasa a ser parte de no-
self ).”1 En la confluencia no hay awareness de sotros, de manera que confluímos con ello.
aquello con lo que se confluye. Es un concep- Es decir, que la confluencia es el hecho
to tan importante porque todos necesitamos de que haya gran parte de la experiencia en
continuamente enormes dosis de confluen- el fondo, en segundo plano, y por tanto es
cia para poder funcionar. No podríamos ir un mecanismo que está en marcha contínua-
por la vida conscientes absolutamente de to- mente. Es como el mar de donde salen las fi-
do lo que pasa: todo lo que vemos, todo lo guras y a donde van a morir. En palabras de
que oímos, la sensación de nuestra piel ro- Jean Marie, la confluencia es la “argamasa
zando con la ropa, los latidos del corazón, la de la experiencia”, el pegamento que todo lo
salivación, los pensamientos flotantes, el pi- une.
cor en el cuero cabelludo... No podemos ser En la confluencia sana uno puede hacer
conscientes, estar aware, de todo esto al mis- figura lo que está en el fondo. Hay flexibili-
mo tiempo. Normalmente casi todo está en el dad. Por ejemplo, estoy en confluencia con
fondo: estamos “en confluencia” con ello. Es- mi lengua materna de manera que hablo sin
tá, pero en el fondo. pensar en sus características. Hablo sin más.
La confluencia es en gran medida lo con- Sin embargo, puedo hacerla figura y fijarme
trario de la excitación. En el proceso de con- en ella: los verbos, las construcciones, los sig-
tacto comenzamos estando en confluencia: nificados. Puedo jugar con ella y distorsionar-
todo está en el fondo, aún no ha surgido una la.
figura. Según va apareciendo una necesidad Sin embargo, la confluencia también pue-
que se va haciendo figura, la excitación au- de ser una modalidad de interrupción del
menta y la confluencia disminuye. O mejor contacto (ver cap. XV). En la confluencia pa-
dicho, la figura pasa a primer plano por la tológica perdemos la posibilidad de hacer fi-
excitación y todo lo demás pasa a segundo gura lo que está en el fondo. La excitación
plano mediante confluencia. Cuando llega- no sube, la figura no se forma, el deseo no
mos al contacto final, confluímos con la fi- se siente. La persona en confluencia respon-
0
La Luna
1
PHG, 15, 4.
49
50 CAPÍTULO XVIII. LA CONFLUENCIA
de “no sé”. ¿Qué sientes? No sé. ¿Qué deseas? todo está bien, aquí no pasa nada. Según
No sé. ¿Cómo estás? Bien, normal. Hay como Margherita Spagnuolo la confuencia neuró-
una nube que lo envuelve todo, un adormila- tica está relacionada con una “fobia a la au-
miento que impide distinguir nada con clari- tonomía”. La define como “la falta de dife-
dad, una pérdida de fronteras, incluso las del renciación del organismo -o de partes del
propio cuerpo. organismo- respecto de su entorno.”2 El apo-
Es la primera posible interrupción del yo que propone es fomentar la diferenciación
contacto: ni siquiera llego a sentir el deseo. de la persona y permitirle experimentar la ex-
Esto es diferente a que el deseo no exista. En citación de la transgresión, de la ruptura de la
la confluencia patológica el deseo está en el simbiosis.
fondo pero no aflora a la consciencia. Se ma- El miedo a la excitación y al cambio ha-
nifiesta a través de un embotamiento, produ- ce que el paciente muy a menudo haga una
cido por el esfuerzo del Self para mantener la “demanda de confluencia” al terapeuta. Esta
excitación a raya e impedir que suba. demanda puede tener una u otra forma, pero
La confluencia, en tanto que “argamasa viene a decir: “Señor terapeuta, por favor, no
de la experiencia”, está también presente en me haga consciente de nada, no me haga ver
otras interrupciones: estamos en confluen- nada que yo no quiera ver.”
cia con nuestros introyectos y con nuestras
proyecciones. Los damos por hecho. Mien-
tras confluímos con ellos no hacen figura, es- En mi experiencia
tán en el fondo y no podemos revisarlos, des-
truirlos y transformarlos. El awareness apare- Jean Marie Robine comentó brevemente
ce cuando se reduce la confluencia con ellos en un taller que romper la confluencia puede
y permite reelaborarlos para encontrar otras ir acompañado de vergüenza. Desde mi ex-
soluciones. “Yo daba por supuesto que las co- periencia, esto lo entiendo como que romper
sas tenían que ser así [confluencia con un in- una confluencia aumenta la sensación de ser
troyecto]. Cuando me dí cuenta de que esto visto, de que has sido visto en partes de tí que
lo había estado dando por sentado [salida de tú mismo no querías ver, que pueden ser vivi-
la confluencia] vi que no tenía por qué ser así das como “vergüenzas”. A veces lo he vivido
[destrucción de la figura] y que en realidad yo como si de repente se encendiera una luz y
prefería hacer las cosas de otra manera [ajus- me pillaran en pelotas. Esto ha sido así, por
te creativo].” ejemplo, cuando me he dado cuenta de que
alguna actitud mia respondía en realidad a
una necesidad infantil. O a una necesidad no
En terapia confesada. O cuando se me ha hecho ver que
en mi manera de relacionarme estaba sien-
La confluencia está omnipresente en la do manipulador. Mentir y que te pillen pue-
terapia. Puede ser un tema difícil de traba- de ser desagradable, pero no darte cuenta de
jar precisamente por la ausencia de tema: no que estás mintiendo, y que te pillen, ¡es bo-
hay nada de que hablar, no hay excitación, chornoso!
2
Margherita Spagnuolo Lobb, Un apoyo específico para cada interrupción del contacto.
“El awareness es el conocimiento inmediato e implícito
del campo.”
Jean Marie Robine
XIX El awareness
El concepto de awareness resulta compli- forma no explícita: tiene lugar antes de que
cado de explicar, entre otras cosas porque la lo pueda formular con palabras. Para formu-
palabra inglesa tiene un matiz que no existe lar ese conocimiento con palabras sería nece-
en la que sería su traducción directa al cas- sario un tiempo (aunque sea breve) de refle-
tellano: consciencia. Según la definición de xión, de selección de las palabras, con lo que
Jean Marie Robine, “el awareness es el cono- estaríamos ya en el terreno de la conscious-
cimiento inmediato e implícito del campo”.1 ness. El awareness emerge de la situación y es-
Esto es diferente de la consciencia reflexiva tá mucho más cerca de lo perceptivo que de
o consciousness. En castellano, “consciencia” lo verbal.
hace referencia a ambos conceptos indistin- La definición habla de conocimiento del
tamente. Intentaré explicar la diferencia. campo porque en el awareness tomamos
El conocimiento inmediato se refiere a consciencia de elementos de la situación ac-
que el awareness tiene lugar en el presente. Es tual, no de información que refiera a otros
decir, yo puedo estar aware de lo que está pa- contextos. La situación es el campo organis-
sando en este mismo instante. Ahora mismo mo/entorno, no sólo el entorno, ni sólo el or-
estoy aware de la pantalla del ordenador, de ganismo. En el awareness siempre está pre-
las ideas que tengo en la cabeza para escribir sente el campo en su totalidad.
esto (más o menos), de la hora que es (porque
es muy tarde) y de mi sensación de cansan-
cio. No estoy aware de... no sé. En realidad, En terapia
para pensar en ejemplos me tengo que hacer
aware de ellos. Hasta hace un momento no El trabajo terapéutico consiste en gran
estaba aware de las sensaciones de mis pies medida en aumentar la capacidad de awa-
(aunque ahora mismo sí), de los ruidos de la reness del paciente, y también en hacer un
calle, de que tengo ganas de comprarme un trabajo de elaboración de esa consciencia in-
videojuego nuevo desde hace unos días, o de mediata para que se convierta en conscious-
que Carmen está en la habitación de al lado ness, en consciencia reflexiva. Durante la se-
trabajando en su memoria. sión, el terapeuta intenta que el paciente se
El conocimiento implícito se refiere a que haga aware del proceso que vive: cómo sien-
es un conocimiento al que tengo acceso de te su cuerpo, cómo interrumpte el contacto,
0
El Sol
1
Jean Marie Robine, Contacto y relación en psicoterapia, cap. 5.
51
52 CAPÍTULO XIX. EL AWARENESS
a quién mantiene una lealtad o qué actitudes puesto en una linea de pensamientos que no
retóricas utiliza, por poner algunos ejemplos. tenían nada que ver (la lista de la compra o
Las interrupciones del contacto (ver ca- una conversación con un amigo). La cosa lle-
pítulos XV, XVIII y XVI) tienen una modali- gaba al extremo de ser sorprendido porque la
dad sana y una patológica. La diferencia entre pieza acabara. Ah, ¿ya está?
las dos “estriba mucho más en la cualidad de Esta experiencia era muy frustrante. Mi
consciencia (awareness) movilizada que en la falta de conexión con la música se hacía dolo-
estructura misma del proceso”.2 Lo que resul- rosamente evidente. Sin embargo, mis inten-
ta esencial en la terapia no es evaluar si el tos de centrar la atención en la música no da-
paciente hace bien o mal interrumpiendo el ban resultado: a los dos compases estaba otra
contacto, sino hacer visible el grado de cons- vez en otro sitio.
ciencia que tiene del proceso. Aunque sigo teniendo dificultades con es-
El terapeuta necesita una gran dosis de to, la situación ha cambiado bastante. En pri-
awareness para su trabajo. La cualidad artís- mer lugar, empecé a trabajar con diferentes
tica de la psicoterapia reside en parte en es- técnicas que me ayudaban a tomar conscien-
to. El terapeuta ha de tener una consciencia cia de mi cuerpo (Tai Chi, Reiki, etc.). Empezó
lo mayor posible del momento y de todo lo a serme algo más sencillo mantener la aten-
que hay en el campo para poder responder de ción y no irme. Por ejemplo, descubrí lo im-
forma creativa y espontánea en la interacción pactante que me resultaba ponerme a tocar
con el paciente. La falta de awareness del te- fijándome en las sensaciones de los dedos.
rapeuta repercute en sus propios bloqueos e Esto, que parece una tontería, era algo que no
interrupciones y limita su creatividad. Mer- había hecho nunca. Solo con eso mi percep-
ma, en suma, su capacidad de contribuir al ción de la música y de mis propias sensacio-
awareness del paciente. Por esto es tan im- nes cambiaban un montón.
portante la terapia personal y la supervisión
La terapia, por otro lado, me ha ayuda-
en el trabajo como terapeuta.
do a ir deshaciendo los bloqueos que me im-
pedían sentir la música. Ha habido muchos
En mi experiencia temas relacionados con esto: mi miedo a la
intimidad, mis autoimagen de “ingeniero”, el
La música me ha brindado también una miedo a la humillación, mis proyecciones so-
experiencia de la importancia del awareness. bre la falta de interés de los demás, etc. He
En el capítulo sobre la creatividad (cap. III) conseguido por fin, esporádicamente, tener
he citado cómo me he visto a veces tocan- una sensación de espontaneidad tocando el
do el piano y pensando en otra cosa. Usando piano. En un conciertillo que dí con un grupo
un lenguaje gestáltico, podría decir que era de cámara hace un tiempo hubo unos segun-
una manera de interrumpir mi contacto con dos (de una pieza de varios minutos) en que
la experiencia musical mediante la confluen- sentí que la música “estaba ahí”, flotando en
cia. Tocaba mecánicamente, sin ser ni cons- el aire entre mis compañeros, el público y yo.
ciente de lo que hacía. Mi awareness estaba Fue fugaz, pero maravilloso.
2
Jean Marie Robine, Contacto y relación en psicoterapia, cap. 4, p. 58.
“Todo tiempo pasado... fue anterior.”
Anónimo
XX
El postcontacto
El postcontacto viene después del con- otro tipo de contactos puede durar mucho
tacto final. Así como el precontacto era el pa- más. Pero en cualquier caso, según se va pro-
so de lo fisiológico a lo psicológico, el mo- duciendo va habiendo cambios. Después de
mento en que las necesidades se hacen cons- un contacto profundo, por ejemplo de tipo
cientes y el Self se moviliza, el postcontacto es emocional, hay cosas que empiezan a ser di-
el paso de lo psicológico a lo fisiológico.1 El ferentes: algo que antes nos resultaba muy
momento del contacto final ya ha pasado y la importante empieza a no serlo tanto, algo
figura desaparece. A partir de ahí, la asimila- que no nos producía ningún interés empieza
ción de la novedad pasa a ser fisiológica y el a llamarnos la atención, o nos descubrimos a
Self ya no participa en ello: la comida tragada nosotros mismos un dia haciendo algo de lo
es procesada por el sistema digestivo, la expe- que antes nos hubiéramos considerado inca-
riencia emocional es procesada por el cuerpo paces.
de diferentes formas (por ejemplo, con cam-
bios en la fisiología secundaria como desapa-
rición de tensiones musculares crónicas), lo En terapia
aprendido se convierte en memoria o en há-
bito. Es la manera en la que se produce el cre- En terapia se me ocurren dos temas im-
cimiento: podemos crecer físicamente, crecer portantes a tener en cuenta con respecto al
en experiencia y en posibilidades nuevas (por postcontacto. Por un lado, la necesidad de
ejemplo, si desaparece una fobia), crecer en tiempo mencionada antes tiene que ser to-
conocimientos, o crecer integrando vínculos mada en consideración. No podemos esperar
con otras personas. En cualquier caso, lo asi- que una persona ponga en marcha inmedia-
milado pasa a ser parte de ti: fibras muscula- tamente la novedad con la que haya podido
res, tejido adiposo, comprensiones del mun- contactar en un momento dado. Además, los
do, habilidades nuevas... A partir de la asimi- cambios que se producen con la asimilación
lación entramos en confluencia con lo asimi- pueden ser también un tema para la terapia,
lado y ya no se percibe como algo distinto de ya que puede haber dificultades para “reen-
uno. tenderse”, para que la función Personalidad
El postcontacto necesita tiempo. La di- reajuste quién soy, cómo me relaciono, qué
gestión dura unas horas y la “digestión” de posibilidades tengo en mi entorno habitual.
0
El Juicio
1
PHG, 13, 5.
53
54 CAPÍTULO XX. EL POSTCONTACTO
Por ejemplo, darse cuenta de una necesidad de un tiempo largo de trabajo bastante inten-
vital y de que el entorno actual no la satisfa- so emocionalmente en el que muchos aspec-
ce plantea necesariamente nuevas dificulta- tos de mi vida fueron cuestionados. Soñé que
des relativas a cómo cambiar el entorno pa- volvía a vivir a un piso que tuve, pero esta-
ra que sea más rico. La función Personalidad ba en obras y habían tirado las paredes. Iba
necesita una reorganización. a vivir allí y me preguntaba dónde iba a colo-
Por otro lado, una experiencia de contac- car las paredes. La terapia por aquel momen-
to muy satisfactoria puede tener el peligro de to entró en una fase bastante bien descrita
que no queramos salir de ella. Dicho de otra por el sueño. Yo había concluído que había
forma, puede haber un apego al postcontac- aspectos de mi vida que ya no tenían senti-
to, podemos querer repetir una y otra vez la do y con ayuda de mi terapeuta las “paredes”
experiencia de la misma forma. Sin embargo, habían caído. Sin embargo, me encontraba
cada experiencia es única y sólo produce cre- con una sensación de “y ahora qué hago”.
cimiento la primera vez. Las demás son un si- Necesitaba recolocar mis límites, reconstruir
mulacro. Apegarse a ellas es una forma de im- mis prioridades y organizarme. El trabajo que
pedirse crecer. prosiguió después se centró en gran medida
en “rediseñar mi casa”, en ir tomando deci-
siones de cambio vital en concordancia con
En mi experiencia mi nueva forma de sentir.
Recuerdo un sueño que tuve en un mo-
mento dado de mi terapia personal, después
XXI
La espontaneidad
55
56 CAPÍTULO XXI. LA ESPONTANEIDAD
peuta hace posible que, desde el “vacío fértil”, tos con mi pareja, juegos con amigos, sen-
aparezcan respuestas creativas, sorprenden- timiento de fluidez con la música, algún in-
tes, y al mismo tiempo perfectamente ajusta- sight leyendo un libro que me interesara, in-
das al campo. La falta de espontaneidad del tervenciones en momentos de la terapia o de
terapeuta y de dejarse caer en el vacío a ver historias del grupo de formación,... En todos
qué sale produce una rigidificación en solu- ellos he podido tener un sentimiento de ser
ciones conocidas, en el uso de técnicas de espontáneo, de que lo que hacía “me salía”, y
manual protocolizadas. Para una terapia que resulta muy curioso, porque aunque han si-
pretende devolver la autenticidad al paciente, do momentos de sentirme muy auténtico y
no es muy útil. acertado, al mismo tiempo era como si la no-
vedad que aparecía llegara “de otro lado” que
no tuviera que ver nada conmigo. La fascina-
En mi experiencia ción por la incertidumbre de la vida tiene que
ver con esto.
Mis momentos de espontaneidad me re-
sultan bastante memorables: descubrimien-
57
58 ÍNDICE ALFABÉTICO
vacío fértil, 11
vergüenza, 11, 23, 50