REPORTAJE

KRISTINA
DE NORUEGA
La princesa que vino del frío
Espido Freire ha sido la (pen)última escritora en caer bajo el hechizo de un seductor
personaje de la historia de España, rescatado del olvido por una fundación noruega-
castellana. “La flor del Norte” (Planeta) se suma a una lluvia de libros en los últimos
meses sobre la princesa Kristina, que llegó a la corte castellana del siglo XIII para casarse
con el hermano de Alfonso X, el Sabio. Y en marzo llega el libro que le dedicó la experta
noruega Mia Soreide, recientemente fallecida. texto SABINA FRIEDJULSSËN foto PACO ARZÚA

Espido Freire se vistió

acorde a la ocasión el día de la
presentación en Covarrubias
de
46 “La
Q U Éflor
L Edel
E R Norte”.

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 la hija del rey Haakon Almazán, una de las personas cesa una comitiva a caballo de

A IV le dijeron que vi-

viría en la ciudad de
Sevilla: “La más lumi-
nosa y plácida del mundo, en un
palacio construido por los moros,
que más saben y más hacen por
difundir la cultura nórdica en
nuestro país. La nave de la prince-
sa navegó a vela y remo, según la
tradición vikinga, hasta el puerto
los gentilhombres locales, y se la
alojaba en el lugar más suntuoso
del lugar. Finalmente, pasaron la
Nochebuena en el Monasterio de
las Huelgas y, antes de llegar a
con jardines por los que pasean inglés de Yarmouth. De allí, cru- Valladolid, el propio rey Alfonso
criaturas prodigiosas como asnos zó el canal de La Mancha hasta X salió para recibirla y acompa-
listados y caballos con cuellos anclar en la Bretaña. Después de ñarla a la ciudad con todos los
como torreones, con árboles de cumplimentar las pleitesías y el honores. A Kristina se le dio a
los que brotan joyas y pájaros que necesario abastecimiento, inicia- elegir entre los tres hermanos
estallan en llamas al ser tocados, ron una lenta ruta terrestre que solteros del rey y eligió a Felipe.
con galerías y patios de arraya- les conduciría hasta el norte de Dice la saga que “el miércoles de
nes, fastuosos zócalos de mármol Catalunya. La llegada de la comi- ceniza se prometieron don Felipe
flanqueados de naranjos y otros tiva noruega despertó gran expec- y la princesa. El primer deseo que
cítricos de agrios frutos, donde
los días giran sobre sí mismos
hasta el atardecer y sólo se oye el
susurro de las fuentes...”. Detrás
de tan poética propuesta había
intereses mucho más prosaicos:
el afianzamiento de las relaciones
comerciales entre Noruega y el
reino de Castilla a través de un
matrimonio que fortaleciera la tación en tierras catalanoarago- ella expresó a don Felipe fue que
confianza entre los dos reinos. nesas, advertidas de la llegada de mandara construir una iglesia en
Por eso, Alfonso X, el Sabio pro- tan noble personaje. La crónica honor del santo rey Olaf, a lo cual
puso que una de las hijas del rey relata que, “En cuanto el conde consintió el infante con la mejor
noruego se casara con uno de de esta ciudad (Girona) oyó que voluntad...”. La pareja, parece que
sus hermanos. En el verano de llegaba la princesa Cristina, salió bien avenida, se fue a vivir a Se-
1257 zarpó del puerto de Bergen, a caballo hasta dos millas fuera de villa. A partir de ahí, la historia
en la antesala de los escarpados la ciudad, junto con el obispo y se hace más difusa. A los cuatro
fiordos, una vistosa nave vikinga trescientos hombres”. También se años de su llegada, la princesa
donde viajaba a bordo la princesa señala que el rey aragonés Jaime I falleció por causas no documen-
Kristina, de 24 años, alta, rubia quedó tan obnubilado por la belle- tadas. Kristina no dejaba de ser
y sensible. Conocemos los por- za rubia de la princesa que inclu- la esposa extranjera de un infante
menores del viaje a través de la so llegó a proponerle matrimonio. y, con el paso de los años y los si-
saga islandesa escrita por Sturla En esta ocasión, el Conquistador glos, su recuerdo se fue borrando
Thordarson siete años después no pudo ejercer de tal (poderosas hasta casi desaparecer. Durante
del viaje. Podemos tener acceso razones de estado lo impedían) y siglos nadie volvió a acordarse de
a ella en castellano gracias al mi- Kristina siguió su camino hacia aquella aristócrata que vino de los
nucioso trabajo de traducción y Castilla. En cada villa por la que fiordos a morir en España. No fue
anotaciones del profesor Vicente pasaban, salían a recibir a la prin- hasta hace unos años que su his-

Kristina. Sol entre Los escarpines La cúpula La flor Kristina de Noruega, la

La flor de noruega la bruma de Kristina de Noruega del mundo del Norte tragedia de una princesa
Juan Arroyo De Librum Tremens Cristina Sánchez-Andrade Jesús Maeso de la Torre Espido Freire Mia Soreide
Editorial Dossoles María Jesús Montie Roca Editorial Grijalbo Planeta Ediciones Facta
156 págs. 12,5 €. 380 págs. 21 €. 368 págs. 20 €. 592 págs. 21,90 €. 336 págs. 21,59 €. (Publicación en marzo de 2011)

QUÉ LEER 47

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 REPORTAJE
toria afloró de manera sorpren-
dente: al realizar unas reformas
en la Colegiata de Covarrubias,
detrás de un arco se encontró un
sepulcro que había sido tapiado
para preservarlo del saqueo de
las tropas napoleónicas y después
quedó olvidado. Por las telas ha-
lladas, típicas escandinavas, y su
extraordinaria estatura para una
mujer de la época, 1.72 metros,
se supo con certeza que eran los
restos de la princesa Kristina. El
párroco de Covarrubias viajó a
Noruega y entregó una réplica del
sepulcro con trozos del vestido
en Tonsberg, la ciudad natal de la
princesa, que acogió el gesto con
profundo agradecimiento.
Un epílogo de misterio
El 9 de enero de 2000, el profesor
Almazán pronunció una confe-
rencia en la Casa de Burgos de
Madrid a la que asistieron la
agregada de Cultura de la Emba-
jada Noruega en Madrid, Kristin
Baggethun, y el joven noruego
Oyvind Fossan (actual vicepresi-
dente de la Fundación Princesa
Kristina de Noruega). Al escu-
char la propuesta de Almazán
de su deseo de hacer cumplir la
promesa hecha por un Infante de
Castilla del siglo XIII, se decidió
que la citada fundación tomara
este hecho como determinante
para la vertebración de su propio
futuro. Uno de sus patronos más
entusiastas, José Rey Ximena,
nos relata todo esto. También,
que se convocó un concurso entre
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jóvenes arquitectos de las univer-
sidades de Oslo y de Valladolid, y
lo ganaron Pablo López Aguado y
Jordi González. En un bello terre-
no cedido por el ayuntamiento de
Covarrubias llamado Valle de los
lobos se ultiman ya los trabajos
de la capilla con las donaciones
de empresas noruegas y españo-
las, y con la ayuda de la Junta
de Castilla y León y la Unión Eu-
ropea. La historia que comenzó
hace más de siete siglos con la
salida de una princesa vikinga en
un barco desde Bergen se cerrará
el próximo mes de septiembre,
cuando los príncipes herederos
noruegos Haakon y Mette-Marit,
y los príncipes de Asturias, Felipe
y Leticia, inauguren solemnemen-
te la ermita. De alguna manera, se
cumplirá así un doble sueño: el
de aquella princesa de honrar a
San Olaf en España y el del pro-
pio Alfonso X de establecer unos
lazos de amistad y colaboración
con Noruega gracias a una prin-
cesa venida del norte.
Años después de que el párroco
de Covarrubias llevara sus pre-
sentes a Noruega, el alcalde de la
localidad aprovechó la visita de
una reconocida vidente noruega,
Anna Elisabeth Westerlund, que
trabajó para la policía (estamos
hablando de un país cuya prince-
sa, Marta Luisa, da cursos sobre
los ángeles), para invitarla a tocar
las telas de la princesa llegadas
desde España. La vidente entró en
trance y tras, acariciar el vestido,
exclamó: “¡Pobre muchacha!, ¡Fue
Dos instantáneas más
de la presentación en
Covarrubias de “La
flor del Norte”, libro
que Espido Freire
ha dedicado a ese
curioso símbolo de la
cooperación hispano-
noruega que fue la
princesa Kristina.
envenenada!”. Dados los antece-
dentes de la fatal reina Violante,
que al parecer mató por envidia y
celos a su hermana Constanza, la
cosa tiene cierta verosimilitud, al
no soportar la seductora presencia
de Kristina en su reino. Aunque
aquí ya callan los historiadores y
hablan los narradores.
Espido Freire, que en La flor
del Norte presta especial aten-
ción a la infancia y juventud de
Kristina en su propio país, se
adhiere a la teoría de que murió
envenenada. La mano asesina ha-
bría sido en efecto la de la reina
doña Violante, esposa de Alfonso
X. De hecho, Mia Soreide, súbdita
noruega afincada en Altea desde
hacía años, fue la primera en es-
cribir sobre esta idea en Princess
Kristina av Tunsberg, libro pu-
blicado en 2009 en Noruega con
mucho éxito y que se publicará
en castellano esta primavera.
Desgraciadamente, Soreide no
podrá ver cumplido su sueño de
ver su obra publicada en España
porque falleció hace tres meses a
causa de un cáncer. Por su parte,
tras los títulos también narrativos
de Jesús Maeso de la Torre (La
cúpula del mundo) y Cristina Sán-
chez-Andrade (Los escarpines de
Kristina de Noruega), Espido Frei-
re se apareció hace pocas semanas
en Covarrubias vestida como una
princesa nórdica para presentar
La flor del Norte y como homenaje
a esa joven aristócrata que llegó
del frío y dejó su vida enterrada
en la vieja Castilla. ■
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