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HOMENAJE A

LUIS ROSALES
(1910 – 2010)

LA PALABRA ENCENDIDA

6 de noviembre de 2010
en la Casa de la Cultura de Arenas
a las 20.00 horas
Organiza:
Proyecto Poesía para Arenas
http://poesiaparaarenas.blogspot.com/
GUIÓN DEL HOMENAJE

1.- Canción…………………….Los Peregrinitos


2.- Canción…………………….El Zorongo
3.- Poema……………………...Autobiografía
4.- 1ª parte entrevista
5.- Poema………………………Memoria de tránsito
6.- Poema………………………Programa de guitarra
7.- 2ª parte entrevista
8.- Poema………………………Ayer vendrá
9.- Poema………………………La transfiguración
10.-3ª parte entrevista
11.- Poema……………………..La casa encendida
12.- 4ª parte entrevista
13.- Poema……………………..para la vida no
14.- Palabras de Pablo Neruda
Los peregrinitos

Hacia Roma caminan


dos pelegrinos,
a que los case el Papa,
mamita,
porque son primos,
niña bonita,
porque son primos,
niña.

Sombrerito de hule
lleva el mozuelo,
y la peregrinita,
mamita,
de terciopelo,
niña bonita,
de terciopelo,
niña.

Al pasar por el puente


de la Victoria,
tropezó la madrina,
mamita,
cayó la novia,
niña bonita,
cayó la novia,
niña.

Han llegado a Palacio,


suben arriba,
y en la sala del Papa
mamita,
los desaniman,
niña bonita,
los desaniman,
niña.

Les ha preguntado el Papa


cómo se llaman.
El le dice que Pedro
mamita,
y ella que Ana,
niña bonita,
y ella que Ana,
niña.

Le ha preguntado el Papa
que qué edad tienen.
Ella dice que quince,
mamita,
y él diecisiete,
niña bonita,
y él diecisiete,
niña.

Le ha preguntado el Papa
de dónde eran.
Ella dice de Cabra,
mamita,
y él de Antequera,
niña bonita,
y él de Antequera,
niña.

Le ha preguntado el Papa
que si han pecado.
El le dice que un beso,
mamita,
que le había dado,
niña bonita,
que le había dado,
niña.

Y la peregrinita,
que es vergonzosa,
se le ha puesto la cara,
mamita,
como una rosa,
niña bonita,
como una rosa,
niña.

Y ha respondido el Papa
desde su cuarto:
¡Quién fuera pelegrino,
mamita,
para otro tanto,
niña bonita,
para otro tanto,
niña!

Las campanas de Roma


ya repicaron
porque los pelegrinos,
mamita,
ya se casaron,
niña bonita,
ya se casaron,
niña.

Federico García Lorca

Zorongo Gitano

Tengo los ojos azules,


Tengo los ojos azules,
y el corazoncito igual
que la cresta de la lumbre.

De noche me salgo al patio


y me harto de llorar
de ver que te quiero tanto
y tú no me quieres ná.

Esta gitana está loca,


loca que la van a atar;
que lo que sueña de noche
quiere que sea verdad.

Federico García Lorca


AUTOBIOGRAFÍA

Como el náufrago metódico que contase las olas


que faltan para morir,
y las contase, y las volviese a contar, para evitar
errores, hasta la última,
hasta aquella que tiene la estatura de un niño
y le besa y le cubre la frente,
así he vivido yo con una vaga prudencia de
caballo de cartón en el baño,
sabiendo que jamás me he equivocado en nada,
sino en las cosas que yo más quería.
Luis Rosales
Pregunta: Buenas noches don Luis.
Respuesta: Buenas noches.
P: Me dicen que cuando usted está a gusto con sus amigos se anima y se
pone a cantar canciones de Federico como éstas que acabamos de
escuchar ¿qué recuerdos le traen?
R: Una época feliz, unos momentos en los que miraba la vida de frente, con
cierta inocencia. Yo acudí a algunas de esas veladas granadinas inolvidables,
donde un Lorca sembrao y lleno de duende tocaba el piano, y alguien cantaba
estas canciones.
P. Federico García Lorca fue alguien muy importante en su trayectoria
vital y poética, más tarde profundizaremos en su relación con él.
Estamos en la radio, un lugar privilegiado para la tertulia y el
encuentro sosegado, eso es lo que yo quiero que sea esta noche: un
espacio para la luz, la memoria, la intimidad y la poesía.
En la breve ficha que he preparado para presentarle a los oyentes
digo que:
“Luis Rosales Camacho nació el 31 de mayo de 1910 en el número 7
de la calle Alcaicería de Granada, hijo de Miguel y de Esperanza. Era el
cuarto de siete hermanos. Perteneció a la generación poética del 36, ha
escrito numerosos libros de poesía, entre los que destaca “La Casa
Encendida”, además ha publicado multitud de ensayos y artículos. Pero
ante todo, Luis Rosales es un hombre bueno y un buen poeta”. ¿He
acertado en todo?
R: Ha acertado en todo, y no cabe duda de que ha exagerado bastante en lo
último.
P: Quisiera que hoy hagamos un recorrido por su vida, por su poesía.
Para ello, y utilizando sus propias palabras, me gustaría profundizar en
ese “naufragio metódico” que ha sido su biografía. Háblenos de su niñez,
de sus vivencias en Granada.
R: Yo fui un niño feliz, con los conflictos propios de la infancia pero feliz. Hijo de
una familia numerosa y religiosa. Mi padre era un hombre honrado y de ideas
conservadoras pero liberal. Mi madre sentía más inclinación hacia la
religiosidad pero, al mismo tiempo, era una mujer muy culta y con inquietudes
artísticas. Fue ella la que me transmitió el gusto por el arte. Viví rodeado de
hermanos, de juegos en las calles de una Granada mágica y cerrada.
P: El encuentro con la poesía, según usted, se produce en su infancia.
R: Efectivamente. En clase de literatura leíamos y recitábamos poemas, ya
sobre los quince años comencé a hacer mis propios poemas, muy influidos por
Juan Ramón Jiménez. Además, mi amistad con Joaquín Amigo, un hombre
cultísimo que fue el que me presentó a Lorca, hizo que el encuentro con la
poesía fuese sólo una cuestión de tiempo. Mi acercamiento a la poesía está
mediatizado por mi amor a las palabras, y por unas circunstancias
excepcionales en las que Granada estaba presente.
P: ¿A qué se refiere con “unas circunstancias excepcionales”?
R: Granada vivía un momento irrepetible para la expresión artística, pero sobre
todo para la poesía. Hemos de pensar que fue en Granada donde se celebró el
primer concurso de cante jondo organizado por Falla y Lorca, donde ganó un
niño llamado Manolo Caracol. Lorca, mi maestro en lo artístico y Joaquín
Amigo mi referente en lo vital, animaban la vida literaria de la ciudad en torno a
la revista “Gallo”. Aquel ambiente estimuló mi vocación como poeta. Yo mismo
comencé a colaborar en esa revista. También en esa etapa, y a través del gran
Miguel Hernández, con quien compartí amistad, colaboré con la revista “El gallo
crisis”, fundada por Ramón Sijé en Orihuela.
P: En el año 1935 llega la publicación de su primer libro: “ABRIL”, de un
clasicismo no habitual en aquellos tiempos de poesía de vanguardia.
R: No participo de esa idea. Es cierto que la Generación de 27 fijó su mirada en
Góngora y en las nuevas vanguardias que llegaban de Europa. Yo, por
temperamento, me sentía más próximo a Garcilaso de la Vega, pero la
influencia de Lorca y del libro de Pedro Salinas “La voz a ti debida” es
indiscutible. “Abril” es un libro de amor a una compañera de clase, unos
poemas que siguen el desarrollo de ese amor, entregado e inocente. Buscaba
el amor y hacer buenos versos.
MEMORIA DE TRÁNSITO
Herido de amor huido
F. García Lorca

Abril, porque siento, creo,


pon calma en los ojos míos,
¿los montes, mares y ríos,
qué son sino devaneo?;
mirando la nieve veo
memoria de tu hermosura,
y cuando vi en su blancura
tu inmediata eternidad,
¿fuiste si no claridad,
temblor, paciencia y dulzura?

Tu leve paso indolente


deja en mis ojos su aroma,
los ojos en donde toma
revelación permanente;
bienaventuradamente
nacieron para el olvido,
tu piel de asombro encendido,
tus ojos de limpio viento,
y esta ternura que siento
«herido de amor huido».

Los sitios donde has estado


en la memoria los llevo
sólo para ver de nuevo
el rastro que allí has dejado;
la tierra que tú has pisado
vuelvo a pisar; nada soy
más que este sueño en que voy
desde tu ausencia a la nada.
me hizo vivir tu mirada:
fiel al tránsito aquí estoy.

Luis Rosales
PROGRAMA DE GUITARRA
La guitarra suena,
La guitarra habla,
Cuando no tengas nada en la vida,
Oye la guitarra.

Su son va llenando
El mundo de sombra,
Por dentro es de lluvia,
Por fuera es de hoja.

Suena la guitarra
Y oyéndola tiemblas
Con la carne viva
Y la sangre quieta.

Cuando en el silencio
Se levanta y habla
Su voz de rodillas
Parece sonámbula.

Se juntan las manos


De muertos y vivos,
Los labios atados
Por un mismo hilo.

Se juntan las manos


De vivos y muertos,
Los labios atados
Por un mismo beso.

La pena que vives,


La sangre que sientes
Van haciendo un nudo
Para anochecerte.

Suena la guitarra
Y nos dice una
Casi interminable
Palabra de angustia.

Un temblor de lluvia
Desmorona el cuerpo,
La lluvia y la sangre
Con el mismo tiemblo.

Luis Rosales
P: Es inevitable el acercarnos al año 36, a la guerra incivil que dividió a
España y que se saldó con la trágica muerte de muchos españoles, pero
también con la de su amigo Federico García Lorca.
R: Así es. Con el estallido de la guerra España se desgarró igual que mi
corazón. Federico, sin ser muy consciente de la gravedad de los
acontecimientos que ensombrecían a España, volvió a refugiarse a Granada.
Su familia, tras varias amenazas que se produjeron en su propia casa, temía
por su seguridad. Los padres de Federico me llamaron a una reunión familiar
donde, después de descartar que se refugiara en casa de Falla, se decidió que
se ocultara en casa de mis padres debido a que mis hermanos eran
destacados miembros de la Falange. Después de consultarlo con mis padres
trasladamos a Federico a mi casa, donde permaneció hasta que fue arrestado.
P: ¿Y con estos hechos, no pensó en ningún momento que Lorca
corriera realmente peligro?
Nadie pensó que podría pasarle nada. Él era un hombre inocente, nunca hizo
daño a nadie. Salvarle no hubiese sido tan difícil, yo mismo lo hubiera llevado
hasta las líneas republicanas, como hice con otros. Pero él quería permanecer
en Granada.
P: Ian Gibson y el poeta Félix Grande, ambos reconocidos intelectuales
de izquierdas, (y en verdad, todos los historiadores) tras años de
investigación de dichos acontecimientos, demuestran que ni usted ni su
familia tuvieron nada que ver con dicho arresto, que su familia actuó de
forma solidaria en unos tiempo difíciles. De todas formas, usted ha
debido de lidiar toda su vida con “una mancha”, según sus propias
palabras, con estos hechos. Las sombras de la sospecha cayeron de
forma injusta sobre su familia y sobre usted mismo. Supongo que no
habrá sido fácil cargar con este peso.
R: No, no ha sido fácil. Lorca permaneció en casa de mis padres desde el 9
hasta el 16 de agosto del 36, día en el que se produjo su detención. Mi madre
estaba sola en casa y le dijo a la persona que vino a por él, acompañado por
un despliegue militar inusual, que de allí no salía nadie sin que le acompañara
uno de sus hijos, que en ese momento estábamos fuera. Fue mi hermano
Miguel el primero que acudió y lo acompañó hasta el Gobierno Civil.
Aquella noche mi hermano Pepe, yo y otros amigos fuimos a exigir
explicaciones, a protestar y a pedir su inmediata liberación. Allí se produjo un
fuerte enfrentamiento con la persona que se llevó a Federico y, ante su
negativa a dejarlo marchar, realicé un escrito de protesta. Debido a aquel
enfrentamiento, y por haber alojado a un “rojo” en casa, me gané una sentencia
de pena de muerte. Gracias a la intercesión de Narciso Perales, un destacado
falangista, y tras pagar mi padre una alta suma de dinero, pude librarme de ser
fusilado yo también.
P: Ayer, preparando esta entrevista, pensé las cosas tan importantes que
perdimos con la guerra. En el caso de Lorca, es indudable que perdimos
un artista irrepetible.
R: No podemos calcular de una forma real lo que cultural y humanamente
perdimos con Federico, a dónde podría haber llegado. Tras la terrible muerte
de Federico en manos de unos asesinos, y de la de Joaquín Amigo (amigo de
Lorca y mío) por el bando contrario arrojándolo por un barranco en Ronda, se
produjo en mí una desconfianza profunda hacia la política. El dolor por su
muerte ha sido la toma de conciencia más dolorosa de mi vida, hizo que
perdiera la inocencia de un golpe, que dejara de ver la vida de frente, con
claridad. Desde entonces solo he creído en la amistad. No pude comprender
cómo la vida de uno de los escritores más importante de España y del siglo
dependió simplemente de la ambición política de un don nadie.
AYER VENDRÁ
La tarde va a morir; en los caminos
se ciega triste o se detiene un aire
bajo y sin luz; entre las ramas altas,
mortal, casi vibrante,
queda el último sol; la tierra huele,
empieza a oler; las aves
van rompiendo un espejo con su vuelo;
la sombra es el silencio de la tarde.
Te he sentido llorar: no sé a quién lloras.
Hay un humo distante,
un tren, que acaso vuelve, mientras dices:
Soy tu propio dolor, déjame amarte.

Luis Rosales
LA TRASFIGURACIÓN
Siento tu cuerpo entero junto al mío;
tu carne
es
como un ascua,
fresca e imprescindible
que está fluyendo hacia
mi cuerpo, por un puente
de miel lenta y silábica.
Hay un solo momento en que se junta
el cuerpo con el alma,
y se sienten recíprocos,
y viven
su trasfiguración,
y se adelantan
el uno al otro en una misma entrega,
desde su mismo origen deseada.
Siento tus labios en mis labios, siento
tu piel desnuda y ávida,
y siento,
¡al fin!
esa frescura súbita
como una llamarada
de eternidad, en que la carne deja
de serlo y se desata,
se dispersa en el vuelo,
y va cayendo
en la tierra sonámbula
de tu cuerpo que cede interminable-
mente cediendo,
hasta
que el vuelo acaba y ya la carne queda
quieta, milagreada,
y me devuelve al cuerpo,
y todo ha sido
un pasmo, un rebrillar y luego nada.

Luis Rosales
P: La guerra terminó. Los vencedores, como pasa en todas las guerras,
impusieron su ley. Una gran parte de los intelectuales terminaron en el
exilio o en la cárcel.
R: Lamentablemente uno de los momentos más brillantes del arte se vio
interrumpido por la guerra y la postguerra. Lorca, Miguel Hernández, Machado,
Joaquín Amigo muertos; María Zambrano, Juan Ramón Jiménez, Alberti, León
Felipe en el exilio. Otros, como Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso o Guillén,
pudieron quedarse en España: Yo, durante esos primeros años de la
postguerra andaba huérfano (mis padres murieron casi a la vez en el año
1941), náufrago, pero una cosa sí tenía clara, tenía que poner todas mis
energías en que la gran tradición cultural que nos habían legado la generación
del 98 y del 27 no se perdiera.
P: Hablando de generaciones, usted perteneció al grupo de poetas
denominados del 36. ¿Está de acuerdo con esta etiqueta generacional?
R: Bajo esa denominación se encuentran autores muy diversos, de
sensibilidades muy distintas: Miguel Hernández, Luis Felipe Vivanco, Panero....
lo que nos unía como generación fue que éramos más jóvenes que la del 27 y
el hecho innegable de la guerra.
P: Antes me dijo que intentó que no se rompiera la tradición cultural que
floreció antes de la guerra. ¿Cómo lo intentó?
R: Dos fueron mis caminos: Por un lado, a través del contacto continuo con los
compañeros exiliados. Era imprescindible para mí mantener contacto con los
amigos exiliados como Mª Zambrano... , esa comunicación constante nos
mantenía al tanto de sus obras y sus vidas, y a la vez, ellos podían seguir los
acontecimientos de España. Por otro lado, mediante La creación de revistas
literarias donde, en la medida de lo posible, estos autores exiliados pudieran
contar con una plataforma. No fue nunca una tarea fácil, y a veces me costó el
puesto, pero para mí era absolutamente necesario.
P: Tenemos que llegar a la “Casa Encendida”, su obra más conocida y
reconocida. Usted dice que es su libro más personal. Aunque antes había
escrito libros importantes como “Rimas”, y ya había comenzado “El
contenido del Corazón”.
R: Efectivamente. en “Abril”, mi primer libro, experimenté con los versos. En
“Rimas”, que es un libro de poemas cortos, aprendí a entender el poema como
una unidad, y con el “Contenido del Corazón”, donde buceo por la infancia,
quise experimentar con la prosa poética. El resultado de todo ello fue “La Casa
Encendida”, donde entendí que había elegido un estilo, que más tarde
denominé poesía total, donde se borran las fronteras de los tres géneros
literarios: el teatro, la narración y la lírica.
P: ¿Podríamos decir que desde entonces usted encontró su estilo
particular, que la “Poesía Total” es su particular forma de expresarse?
R: Exactamente.
P: Dice Caballero Bonald que “Espacio” de J.R. Jiménez, “Hijos de la Ira”
de Dámaso Alonso y la “Casa Encendida”, son los libros más importantes
e influyentes de la postguerra.
R: No sé qué responder. Es un halago por parte de mi amigo Bonald. “La Casa
Encendida” nace como fruto de una crisis personal, está en un principio
dedicado a mi madre, pero en la medida que lo fui desarrollando la presencia
de mi padre va ganando fuerza hasta ocupar un lugar primordial. Mis padres
murieron en 1941, y en estos poemas arrojo mi sentimiento de orfandad, de
soledad. En otras palabras, estaba hecho un solterón, jajajajaj. Aunque me
duró poco, porque si el libro lo publiqué en 1949, en 1950 me casé con una
mujer excepcional: María Fouz, y en 1952 tuve a mi hijo Luis. La metáfora de la
casa nos retrotrae a la España de los años 40, es la casa familiar, pero por
extensión también se puede entender como la casa común que es España, un
lugar lleno de sombras, de muertos. Y es ahí donde surge el deseo de
iluminarla, el deseo del reencuentro con la memoria de mis padres y del
encuentro con todos los españoles.
LA CASA ENCENDIDA

I
PORQUE TODO ES IGUAL Y TÚ LO SABES,
has llegado a tu casa y has cerrado la puerta
con aquel mismo gesto con que se tira un día,
con que se quita la hoja atrasada al calendario
cuando todo es igual y tú lo sabes.
Has llegado a tu casa,
y, al entrar,
has sentido la extrañeza de tus pasos
que estaban ya sonando en el pasillo antes de que llegaras,
y encendiste la luz, para volver a comprobar
que todas las cosas están exactamente colocadas, como estarán dentro de un
año,
y después,
te has bañado, respetuosa y tristemente, lo mismo que un suicida,
y has mirado tus libros como miran los árboles sus hojas,
y te has sentido solo,
humanamente solo,
definitivamente solo porque todo es igual y tú lo sabes.

HAS LLEGADO A TU CUARTO,


Y ahora, querrías saber para que sirve estar sentado,
Para que sirve esta sentado como un náufrago
Entre sus pobres cosas cotidianas.
Sí, ahora quisiera yo saber
Para qué sirve el gabinete nómada y el hogar que jamás
Se ha encendido,
Y el Belén de granada
_ el belén que fue niño cuando nosotros nos dormíamos
cantando _
y para qué puede servir esta palabra. Ahora
esta palabra misma: “ahora”,
cuando empieza la nieve
cuando nace la nieve,
cuando crece la nieve en una vida que quizá está siendo la
mía,
en una vida que no tiene memoria perdurable,
que no tiene mañana,
que no conoce apenas si era clavel, si es rosa,
si fue azucenamente hacia la tarde.

Sí, ahora
Me gustaría saber para que sirve este silencio que me
Rodea,
Este silencio que es como un luto de hombres solos,
Ese silencio que yo tengo,
Este silencio
Que cuando Dios lo quiere se nos cansa en el cuerpo,
Se nos lleva,
Se nos duerme a morir,
Porque todo es igual y tú lo sabes.

II

LA PALABRA DEL ALMA ES LA MEMORIA:


La memoria del alma es la esperanza
Y ambas se funden como el haz y el envés de una moneda,
Se funden en el paso igual que el pie que avanza se apoya en
El de atrás,
La esperanza, que quizá es tan sólo la memoria filial que aún
Tenemos de Dios,
Y la memoria que es como un bosque que se mueve,
Como un bosque donde vuelve a ser árbol cada huella.

LAS PERSONAS QUE NO CONOCEN EL DOLOR SON COMO


IGLESIAS SIN BENDECIR,
Como un poco de arena que soñara ser playa,
Como un poco de mar

_ Sí, ya sé que esperabais y he tardado:


Vivía _

Como una voz que anda cayéndose de palabra en palabra,


Hasta el instante mismo
En que al entrar en esta habitación os he vuelto a
Encontrar,
Os he vuelto a encontrar y nos hemos reunido
Como un poco de tierra de diferentes valles
Que el viento de la muerte ha convertido en playa,
Como un poco de mar

_ Sí, ya sé que me esperabais_

que me esperabais siempre hasta el momento en que el


fuego chisporrotea,
pero ya están aquí y eran mis padres,
murieron y son todo,
me lo han reunido todo para siempre.

III

Y AHORA VAMOS A HABLAR, ¿SABEIS?, VAMOS A


HABLAR,
Como si hubiera empezado el deshielo
Y ya estuviera circulando la misma sangre en nuestros
Corazones,
Y todo comenzase, al fin, como sube a los pechos de la
Madre la leche cuando la boca la necesita,
Y todo hubiese ya empezado en un lugar del mundo,
En un lugar, sin minuciosidades, que Dios debe tener ya
Preparado para nosotros,
Con un salón de costura y un despacho y unas estanterías
Con libros y con cuadros,
En un lugar en donde el tiempo se ha convertido, de
Repente, en la palabra ahora,
Esta palabra misma:
Ahora,
Que ayer era un latido perdiéndose en la lluvia,
Y hoy ya junto a vosotros, crece y se agranda hasta borrar
El mundo,
Porque empieza el deshielo,
Porque empieza el deshielo y yo he llegado a tener la
Estatura de una gota de agua,
Porque soy un niño que despierta en un túnel,
Y jamás he sentido la plenitud que estoy sintiendo en este
Instante,
La plenitud que no puede acabar si no es conmigo,
La plenitud que estoy besando en vuestras manos,
Que estoy hablando en vuestras manos,
Que estoy viviendo junta
Porque ahora
Vamos a hablar, ¿sabéis? ¡vamos a hablar!
Hasta que puedan conocerse todos los hombres que han
Pisado la tierra
Hasta que nadie viva con los ojos cerrados,
Hasta que nadie duerma.

AL DÍA SIGUIENTE,
_ hoy _
al llegar a mi casa _ Altamirano,34 _ era de noche,
y ¿quién te cuida?, Luis; no llovía;
el cielo estaba limpio;
_ “Buenas noches, don Luis” _ dice el sereno,
y al mirar hacia arriba,
vi iluminadas, obradoras, radiantes, estelares,
las ventanas,
_sí, todas las ventanas _,
Gracias, Señor, la casa está encendida.

Luis Rosales

P: A usted se le conoce fundamentalmente como poeta, pero su actividad


literaria y de investigación han ido mucho más allá. Sus estudios del
barroco, de la poesía de Neruda y sobre todo su estudio sobre Cervantes
y la libertad nos hablan de un autor muy versátil e inquieto.
R: La poesía ha sido el eje vertebrador de mi actividad literaria, mi vocación
más intensa, pero es cierto que mis intereses también se han desarrollado por
otros derroteros. Neruda siempre ha ejercido en mí una enorme influencia. Lo
conocí en el año 1933, cuando ya había publicado “Residencia en la tierra”,
libro fundamental para mí, ya que en su poesía además de sensibilidad hay
sentimentalidad. De J. R. Jiménez aprendí la belleza y de Neruda la vida. En
cuanto a “Cervantes y la libertad”, es un trabajo muy extenso que me llevó 10
años de estudio y de trabajo, en él trato de establecer la libertad en dos niveles
básicos para cualquier hombre: Por una parte el concepto de libertad que hay
en cada época, concepto que va variando, y por otra la libertad del creador, en
este caso de Cervantes, a la hora de jugar, de desarrollar su creatividad sin
límites.
P: También decía usted que, desde aquellos dolorosos acontecimientos
de la guerra, desconfía de la política, pero eso no se lleva muy bien con
su participación en los años 50 y 60 en el Consejo político de Don Juan de
Borbón en Estoril, que ya entonces abogaba por una monarquía
constitucional y de todos los españoles.
R: El que yo desconfíe de los políticos no significa que no sea consciente de
que la política es necesaria. Antes de finalizar la guerra yo ya era de la opinión
de que los españoles solo tenían un camino: la reconciliación. Y siempre traté
de trabajar con ese objetivo, tanto desde mis cargos en las diferentes revistas
en las que participé como en el Consejo Político de Don Juan.
P: En una carta que usted dirige a J. M. Pemán le manifiesta la necesidad
de que en ese Consejo tengan representación todas las tendencias
políticas.
R: Eso para mí era fundamental. Y es cierto que en repetidas cartas dirigidas a
Pemán, presidente en aquel entonces de dicho Consejo, ponía como condición
para participar en él que estuvieran representadas tanto la derecha como la
izquierda, incluso el partido Comunista. En la España que se aproximaba todos
los españoles tenían que tener su sitio. La otra España, la de un solo bando,
había demostrado ser inservible y profundamente injusta.
P: En 1982 usted recibe el Premio Cervantes, ¿Cómo vivió este
acontecimiento, supongo tan importante para cualquier escritor?
R: Efectivamente es un premio de gran prestigio, y cualquier escritor desea
tenerlo. Para mí supuso, sobre todo, la confirmación de que no andaba
descaminado en mi vocación y la satisfacción de haberme mantenido fiel a mi
verdadero oficio: el de POETA.
P: Ayer estuve leyendo poemas de su libro “Diario de una Resurrección”,
que publicó en 1979, y tanto en el título como en los poemas he notado un
aire diferente, menos denso, más esperanzado.
R: Es cierto, es un libro, si se me permite decirlo, más feliz, más vital. Los
acontecimientos que estaban marcando España en esos momentos, tras la
muerte del dictador, eran de esperanza. Las ventanas de aquella casa sombría
tantos años cerradas podían abrirse al fin para dejar entrar la luz, y eso se
transfirió al libro. Es en realidad un libro de tono amoroso. Por un tiempo dejo
de ser un náufrago para ser un resucitado.
P: Su último libro de poesía por ahora se llama “La Carta entera”, un
ambicioso proyecto que contiene en realidad tres libros bajo este título:
“La Almadraba”, “Un rostro en cada ola” y “Oigo el silencio universal del
miedo”.
R: Está usted muy bien informada, si, mi último libro tiene como título “La Carta
Entera”, carta porque quiero tener la valentía de escribir todo aquello que
pienso y siento. En este ambicioso proyecto mi libertad como poeta es mayor y
más personal, hablo de los problemas del hombre actual: la tecnología, el
exilio, el miedo.... Porque en definitiva escribimos para sentir que vivimos, para
recordar que hemos vivido. La poesía, como yo la entiendo, es LA
RECREACIÓN DE NUESTRA EXPERIENCIA A TRAVÉS DE LAS PALABRAS.

¡Para toda la vida no!


He caído tantas veces que el aire es mi maestro;
tengo en la mano el aire que nunca nos olvida,
si nuestro amor fue siempre como una despedida,
cuando todo termine quedará lo más nuestro.

Ya he empezado a morir para aprender a verte


con los ojos cerrados. Así será mejor,
para toda la vida no basta un solo amor,
tal vez el nuestro sea para toda la muerte.

Luis Rosales

La entrevistadora se queda sola: Tras padecer varios derrames


cerebrales de los cuales pudo salir, aunque tuviera que volver a aprender
a hablar y a caminar, el poeta granadino, el de las palabras encendidas,
Luis Rosales Camacho, murió el 24 de octubre de 1992 en la clínica
Puerta del Hierro de Madrid. De Luis Rosales escribió el poeta chileno
Pablo Neruda:

«¡Qué decir de Luis Rosales a quien yo conocí naranjo, recién florido en


aquellos años treinta, y que ahora es grave poeta, exacto definidor, señor de
idiomas! Ahora lo tenemos lleno de frutos, exigente y profundo. Atravesó este
mortal antipolítico el momento desgarrador de Andalucía y se ha recuperado
en silencio y en palabra».

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