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EGIPTO - LA REVOLUCIÓN DEL 25 DE ENERO DE 2011-02-13

Prevista, preparada, planificada, anunciada, esta revolución es el resultado de un


largo camino, de una larga gestación. Y aquí, la primera cuestión que se nos plantea a
cada uno de nosotros: ¿Quièn está detrás de esta sublevación? ¿Quiénes son los
verdaderos protagonistas? ¿Los Hermanos Musulmanes? ¿Irán? ¿Estados Unidos?
¿Occidente? Éste u ¿otro Agente extranjero?.. ¿O, sencillamente, el mismo pueblo
egipcio – un pueblo que ha sufrido demasiado – un pueblo que ya no aguantaba más el
vivir aplastado, explotado, golpeado y que ha estallado de un solo golpe?

El pueblo… pero ¿qué pueblo? No la masa que ha vivido siempre en el miedo y


en la sumisión... Sino una categoría bien precisa: los jóvenes – y sobretodo los de 25
hasta 35 años – con diplomas pero sin trabajo, frustrados, sin casa y sin una perspectiva
de futuro. Estos jóvenes, además de la deplorable educación escolar, de los eslóganes
religiosos vacíos y sin sentidos, de las constricciones sociales y morales alienables…
buscan su camino y un sentido a sus vidas a través de Internet, Youtube, Facebook,
Twitter...

Estos jóvenes con ojos y oídos bien abiertos, absorben, consuman, asimilan en la
monotonía de sus días y de sus noches aquello que el mundo les propone a través de la
Red... lo mejor y lo peor. Estos jóvenes, algunos de los cuales han frecuentado escuelas
fuera de su país y en la Universidad Americana, sueñan aperturas y modernidad...Son
estos jóvenes – abiertos, emancipados, capaces de reflexión y critica – que han
madurado, organizado y puesto en marcha esta revolución. Pero una vez puesta en
marcha, no ha tardado en ser secuestrada por los Hermanos Musulmanes que han
buscado recuperarla, hacerla suya, robándosela a los jóvenes que la habían creado e
inventado.

Entonces, por un lado los jóvenes, verdaderos autores y actores de esta revolución,
del otro los Hermanos Musulmanes que buscan robársela…. Y, a pesar de todo ¿quién
queda todavía por nombrar? ¿Hay otros protagonistas en los acontecimientos que están
pasando en este momento en Egipto?

Hay seguramente alguien del poder – en primer lugar, el Presidente – que no quiere dejar
su sitio, aferrado con dientes y uñas al sillón durante décadas. Este cliché podrido y corrupto,
engordado de privilegios, enriquecido de muchísimo dinero desfavoreciendo naturalmente a la
masa, percibe que hoy todo se le escapa de las manos y entonces reacciona enfrentando la
situación. Su respuesta no ha sido otra que el feroz ataque del miércoles 2 de febrero, cuando
forzudos con espadas y armas, montando camellos y caballos, se han enfrentado salvajemente
con la gente, desarmada, que había optado por una revolución pacífica basada en el diálogo y la
negociación.
En efectos estos forzudos violentos parecían estar pagados no solamente por el
viejo régimen al poder, sino por todos los poderosos del comercio, de la industria y
financia que han aprovechado hasta ahora del poder. A esta banda le cuesta dejar el
poder y sin duda ha sido ella, al mover a los bandidos sin fe ni ley para hacer más débil
al pueblo y romper con su determinación.

¿Quiénes son los otros protagonistas? Probablemente, algunos elementos


extranjeros que buscan aprovecharse de la situación para pescar en río revuelto. Pero
estos no son más que la minoría.
Hay también ladrones, asaltantes que han saqueado tiendas, robado en los
apartamentos, asaltando a la gente de la calle... que tiene todo el interés en que el
desorden continué.
Todavía ¿hay otros? El ejército, ¡por supuesto! El único garante del orden
público, neutral hasta ahora, cercano al pueblo, enemigo de los Hermanos Musulmanes,
el cual defenderá con mucha fuerza el poder cuando ellos intenten subir. Porque
tendríamos entonces otra dictadura militar que nos llevaría de nuevo al comienzo, es
decir al golpe de estado del 1952. ¿Esta es la alternativa? ¿O tendríamos otros
escenarios?

Y, ¿dónde está la Iglesia en todo esto? – Los católicos, la jerarquía, el clero,


religiosos y religiosas, fieles – todos ellos están en silencio y se esconden en sus iglesias
para las Misas o para las reuniones de oración. El Patriarca copto-católico ha roto el
silencio con una declaración que aseguraba su apoyo y oraciones a Mubarak.
En cuanto a los Copto ortodoxos – que representan la gran mayoría de los cristianos en
Egipto – están más que nunca divididos. A nivel de jerarquía, hay una carrera a la
sucesión en una atmósfera de final del reino. En cuanto al Papa Chenouda, también él
ha elogiado al Presidente y le ha asegurado sus oraciones dañando la fuerte corriente
laica que le quita autoridad y no acepta su postura en el tomar parte. Ellos piensan que
tendrían que adoptar una posición más neutral para no ser etiquetado más tarde de
colaboración con el viejo régimen.

La mayoría de los cristianos – dejando de un lado los activistas o intelectuales


comprometidos – se mantienen lejanos de estos acontecimientos políticos en cuanto
parece, habrían recibido órdenes de su jerarquía. Viven, de hecho, en el miedo y prevén
lo peor en el caso que los Hermanos Musulmanes tomarían el poder. En la actualidad,
por la misericordia de Dios, no se han dado ningún accidente de orden religioso, no
obstante las iglesias y los conventos no estén protegidos por la policía.

Volviendo al último y primer protagonista de estos acontecimientos: el mismo


pueblo. Este cogido de sorpresa por la inmediata desaparición de las fuerzas de
seguridad y por la sorprendente liberación de los presos, ha sido tomado por el pánico
frente a la bestial banda de bandidos que han llenado la ciudad. Sin embargo se han
repuesto inmediatamente y se han organizado para hacer frente a la situación.
Espontáneamente y por todos sitios, han surgido grupos de defensa civil (rondas), que
se han puesto a las entradas de los palacios, en las esquinas de la calle para defenderse y
defender sus familias y sus bienes, para dirigir el tráfico y la recogida de la basura.

Esta toma de posición de la gente es verdaderamente digna de toda nuestra atención y


todo acontece con normalidad, en la cortesía, con una eficacia sorprendente. En medio de todo
esto las mujeres del barrio distribuyen a todos los voluntarios comida caliente, preparada con
cariño. Una de ella, queriendo pagar la cuenta de la carne comprada para darla a los voluntarios,
el carnicero le ha contestado: “Mujer, ¿cómo quieres que yo acepte el dinero para la compra de
la carne, cuando la vas a dar gratis a todos estos voluntarios”. Me han salido las lágrimas
cuando la señora me contó todo eso.

En este maremoto de solidaridad de la base se ha generado, a todos los niveles de la


sociedad, una extraordinaria hermandad que ha manifestado la bondad de fondo que tiene el
pueblo egipcio. La señora de arriba me dijo: “¡Esto es el Egipto, estos son los egipcios! No
aquellos que roban, saquean... Sino toda esta gente sencilla con el corazón de oro que anhela
solamente la paz y la fraternidad”
.
Nuestro deseo es que el nuevo régimen nos ayude a reconstruir, dejando de un lado
todos los partidismos y las confesiones, aquella “unidad nacional” que para la mayoría parece
pura utopía, mas yo creo que la utopía de hoy pueda transformarse en la realidad del mañana si
creemos verdaderamente y podemos construirla, si hay compromiso de corazón, de inteligencia
y energía por parte de todos. Un signo profético de tal futuro nos ha sido dado esta mañana en la
gran plaza Tahrir del Cairo por parte de una multitud de gente reunida que con la mano en la
mano gritaba a una sola voz: “¡Nosotros todos somos uno!”.

Herni Boulad SJ Director del Centro Cultural Jesuitas de Alejandría.


Soleiman Shafik, periodista y analista político
Alejandría, 4 de febrero de 2011.

Traducido del italiano por Ida Colomo, misionera comboniana.

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