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Año II, Vol. 1, Nº 3 Precio: S/. 2.00 Cajamarca, II semestre de 2008 Colaboraciones: kcreatinnorg@yahoo.

es

Creación y más

E SP E C I A L: JU LI O C O RT Á ZA R
"Yo soy siempre el mismo desconcertado
cronopio que anda mirando las babas del
diablo en el aire, y que recién a los veinte mil
kilómetros descubre que no ha soltado el freno
de mano." [Julio Cortázar, Cartas, T1]

*La búsqueda como motivo en Rayuela


de Julio Cortázar [Félix Terrones]
..................................................... pág 2

*Julio Cortázar y Luis Cernuda: El


diálogo poético como vector en la
búsqueda del absoluto [Chrystian
Zegarra] .................................... pág 9

* Perfil heterodoxo de Julio Cortázar


[Fernando del Val] ................. pág 10

* MAGA [Jack Farfán] ............ pág 10

* Miércoles 12, final de la tarde


[Ídem.] ..................................... pág 11

*Cartas, de Julio Cortázar; Edición al


cuidado de Aurora Bernárdez
[Ídem.]...................................... pág 12

Imagen: Julio Cortázar, 1967.


í de Sara Facio, reproducida de:
Fotografía
www.kunstinargentinien.com/index.php/2005/05/
> E N S AY O
La búsqueda como motivo en Rayuela
de Julio Cortázar
Félix Terrones

La primera intención que se tiene al aproximarse a un texto allá (París) y Del lado de acá (Buenos Aires). Y se diferencian no
narrativo es la explicitación de las coordenadas de la anécdota, sólo en lo que corresponde a los personajes que tiene cada uno de
reseñar el perfil de los personajes y establecer las relaciones entre los espacios, sino también en el tono que lleva el derrotero de
ellos para, a la luz de la interpretación, otorgarle un sentido a todo Oliveira. Si en París camina por las calles como un flaneur, en una
esto. Nosotros seguiremos en cierta medida este esquema pues en sucesión de anécdotas que tiene como objetivo adquirir la manera
la novela que analizaremos se subvierte el orden temático en que la Maga se mueve por el mundo, esa negligencia
tradicional a favor de la concepción del autor – implícita dentro de inconsciente, esas respuestas sin preguntas, parece que Buenos
la ficción – de lo que es, o deber ser, una novela, como producto Aires es el lugar donde termina, recluido en su departamento, el
social de lenguaje. Y esta subversión imposibilita el realizar una circo o el hospital, por cerrar su espacio y donde no le queda más
crítica que deje de lado la reflexión acerca de la novela como que recordar el pasado junto a ese fantasma que antes llamó Maga
género, asunto tan relevante en Rayuela que sin él se relegaría la o Lucía. Acabamos de escribir que se trata de dos partes
poética que alienta el texto y sólo se enumeraría algunos aspectos diferenciadas, pero quizá, a partir de lo dicho, convenga hacer una
considerados de relevancia. aclaración. Ellas, París y Buenos Aires, son ciudades reunidas por
Así, este trabajo presentará una disposición estructural similar a la este personaje que se constituye en el referente central ―no es
del libro, orientada básicamente en función a los espacios ―París casual el adjetivo― de la novela.
y Buenos― y los cambios que el protagonista atraviesa en ellos Oliveira es un exiliado (a su manera también lo es en el mismo
durante su búsqueda. Entendemos búsqueda en el sentido de Buenos Aires) que debe estar rondando los cincuenta años y que se
derrotero físico y emotivo en función a un fin: como es obvio nos dedica a la escultura. Durante el periodo que se narra en la novela,
movemos por uno de los tópicos más caros a la literatura que va parece llevar ya un buen tiempo en Francia, dedicado a un confuso
desde la mitología griega, pasando por el Chrétien de Troyes, hasta negocio con un librero y a buscar por la calle pedazos sueltos de
el mismo Marcel Proust; sin embargo, en Rayuela el objetivo es latón o cualquier cosa para armar sus esculturas. Así, esa realidad
singular. ¿Cuál es el objetivo? Ningún otro que la identidad final artística que él elabore con ellas, esa dimensión y valor nuevos, lo
basada en la extrapolación del principio dialéctico ―entendido serán en tanto reúne estos objetos encontrados y les da significado
como alienante por Oliveira― y ajena a las determinaciones de dentro de un nuevo código. Lo mismo que Marcel Duchamp con
nación, sociedad o cualquier término heredado sin sus ready made, Oliveira hace esculturas con objetos que, en
problematización. Más allá de si el objetivo de Oliveira pueda principio, poco o nada tienen de artístico, es la intención
pasar por romántico, como se ha indicado en numerosas ocasiones, subversiva del artista la que los hace arte. Es en la dispersión que
nosotros analizaremos su derrotero en las siguientes páginas para, nuestro personaje reúne bajo un mismo signo tenemos ya una
hacia el final, cuando nos toque interpretar la tercera parte del primera búsqueda: como artista, Oliveira procurará encontrar una
libro, entroncar su búsqueda con la de otro personaje: Morelli. unidad atrás o más allá de objetos.
De este modo, al final procuraremos haber dilucidado un aspecto Quizá, si tenemos en cuenta la tradición literaria rioplatense, puede
que consideramos que, pese a su simpleza, ha sido poco señalado resultar un lugar común esta especie de viaje iniciático por París,
por la exégesis cortazariana: es el motivo de la búsqueda como pero quien ha leído la novela sabe que él tiene rasgos muy
recurrencia durante toda la narración. Además, dadas las particulares. Oliveira es un excéntrico desde el momento en que ha
características singulares de la ficción que se plantea en Rayuela renunciado a la complacencia y la seguridad que puede brindar una
este motivo atravesará la narración misma para reflexionar sobre vida burguesa. Como es evidente, es muy consciente de esto, una
los alcances, los senderos y las posibilidades del lenguaje como conciencia de un estricto rigor lógico que, si bien le da una
novela. Tema y lenguaje, anécdota y sintaxis, los hilos entre unos y posición crítica, lo deriva en un asombro y una búsqueda que poca
otros no se encuentran separados sino todo lo contrario, ambos se tranquilidad le permiten. Hay un pasaje representativo en este
entrecruzan y reclaman mutuamente. sentido pues en él Oliveira afirma su temprano divorcio del
“instalarse confortablemente en esa supuesta unidad” que, según le
I. París o las formas de la razón parece, es perniciosa desde el momento en el que cierra las puertas
a las preguntas o introduce en una dialéctica tan efectiva de “pelota
En principio, Rayuela se lee de dos formas: una, la corriente, en la
y pared” (2, 135):
que las páginas se suceden hasta tres asteriscos que significan
“fin”; otra, la alterna, en la que el lector salta páginas y capítulos en La cuestión de la unidad lo preocupaba por lo fácil que le parecía
un aparente desorden receptivo. Esto no quiere decir, como es caer en las peores trampas. En sus tiempos de estudiante, por la
evidente, que se trate de lecturas canónicas: dentro de la dinámica calle Viamonte y por el año treinta, había comprobado con
del libro, la postura o la interpretación que le da el autor a su texto (primero) sorpresa y (después) ironía que montones de tipos se
instalaban confortablemente en una supuesta unidad de la persona
se encuentra en una posición horizontal con su lector o co-autor, que no pasaba de una unidad lingüística y un prematuro
como prefiere llamarlo Cortázar. Así, bien podemos seguir estas esclerosamiento del carácter. Esas gentes se montaban un sistema
instrucciones, nunca indicaciones, como podemos obviarlas, es de principios jamás refrendados entrañablemente, y que no eran
decir, leer el libro a nuestro antojo (desde luego, según el ideal de más que una cesión a la palabra, a la noción verbal de fuerzas,
repulsas y atracciones avasalladoramente desalojadas y sustituidas
lector que plantea la novela). ¿Es un capricho el de Cortázar, como por el correlato verbal. Y así el deber, lo moral, lo inmoral y lo
se le ha achacado, o, por el contrario, hay una razón subyacente a amoral, la justicia, la caridad, lo europeo y lo americano, el día y la
todo esto? ¿Hay mucha diferencia entre una y otra lectura o sólo se noche, las esposas, las novias y las amigas, el ejército y la banca, la
trata de la amplificación de anécdotas? ¿Tiene repercusiones en la bandera y el oro yanqui o moscovita, el arte abstracto y la batalla de
Caseros pasaban a ser como dientes o pelos, algo aceptado y
recepción no leer el texto más que en una de sus formas? fatalmente incorporado, algo que no se vive ni se analiza porque es
La primera de las lecturas comienza nada más abrir el libro y se así y nos integra, completa y robustece. La violación del hombre
extiende hasta el capítulo 56, cuando Horacio Oliveira, el por la palabra, la soberbia venganza del verbo contra su padre,
protagonista, parece caer de la ventana de un sanatorio bonaerense. llenaba de amarga desconfianza toda meditación de Oliveira,
forzando a valerse del propio enemigo para abrirse paso hasta un
Se encuentra dividida en dos partes bien diferenciadas: Del lado de punto en que quizá pudiera licenciarlo y seguir ― ¿cómo y con qué

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medios, en qué noche blanca o en qué tenebroso día?― hasta una promesa de realización tan cercana como la Maga. Y si Tántalo,
reconciliación total consigo mismo y con la realidad que habitaba. aquel rey condenado por los dioses a estirarse por siempre para
Sin palabras llegar a la palabra (qué lejos, qué improbable), sin
conciencia razonante aprehender una unidad profunda, algo que alcanzar unas manzanas, jamás podrá hacerlo, el protagonista de
fuera por fin como un sentido de eso que ahora era nada más que Rayuela querrá culminar su búsqueda, llegar a esta utopía que es el
estar ahí tomando mate y mirando el culito al aire de Rocamadour y cielo sin éxito por culpa del medio que utiliza: la razón.
dos dedos de la Maga yendo y viniendo con algodones, oyendo los Es cierto que Oliveira es un excéntrico, un sujeto que desconfía del
berridos de Rocamadour a quien no le gustaba en absoluto que le
anduvieran en el traste. (19, 216) lenguaje, un hombre que busca una verdad atrás de los
antagonismos occidentales, como ya hemos señalado, pero,
La unidad, según la plantea, no es aquella pronta aceptación de paradójica condición, él es tan racional que siempre termina por
principios que resulta perniciosa por su carácter heredado, nunca reducirlo todo a una identificación de dicotomías ―París, Buenos
sometido a cuestionamiento. De este modo, la cita es Aires; Occidente, Oriente; lo Masculino, lo Femenino, etc.― sin
representativa en la medida en que ella nos expone la exacta mayor dialéctica posible. Hay que añadir que él es muy consciente
medida de la problemática de Horacio: mientras percibe una de esto, es más, repetidamente lo expresa: “a fuerza de tener la
sociedad cuyos individuos reciben acríticamente un lenguaje que excesiva localización de los puntos de vista, había terminado por
los trasciende para alojarlos en categorías que los limitan, él sentirá pesar y hasta aceptar demasiado el sí y el no de todo, a mirar desde
necesario buscar una dimensión humana más consciente y al el fiel los platillos de la balanza” (3,141). Y la conciencia no
mismo tiempo más “entrañable”, similar a esa manifestada solivianta el pesar, muchas veces lo lleva a una suerte de envidia
muchas veces en lo físico como los excrementos o el culito al aire hacia quienes viven ajenos a esta racionalidad categorizadora (su
de Rocamadour, el hijo de la Maga que, en sus berridos, es relación con la Maga puede ser leída de este modo) o al mero
animalizado desde la perspectiva de Oliveira. quietismo: la lucidez terrible del paralítico, la ceguera del atleta
Sin embargo, esta búsqueda se concretizará, paradójicamente, perfectamente estúpido (3,141). Mientras tanto pasa el tiempo en
gracias al mismo lenguaje y sus palabras, esas perras negras. París y Horacio, junto con los demás, todavía no consigue ese
Descubrimos, entonces, que no se trata de una renuncia al “kibbutz del deseo”.
lenguaje, sino de darle su exacto valor, torcerle el cuello para que Quizá este paso del tiempo, en el que el ser humano termina
sea medio de revelación, antes que un velo sobre los ojos o instalado en lo consuetudinario y habitual, se plantee desde el nivel
paliativo de enajenados. Sin palabras llegar a la palabra, quizá onomástico. Horacio es un nombre cuyo significado es
sea esta una de las frases que mejor podría resumir a la novela en “consagrado a las Horas”, las diosas de las estaciones del año
todos los niveles (literario, social, lingüístico y estético) pues (Eunomía, Diké y Justicia). Esto en lo concerniente al mundo
resalta el hecho de procurar la unidad no en un lenguaje heredado, griego, pues en el mundo egipcio las horas del inframundo eran
sino en el lenguaje como meta de identidad. En la tercera sección representadas como dos grupos alrededor de una serpiente
reflexionaremos en detalle sobre esto ya que, por ahora, es enroscada cuyo significado era el no tiempo o el presente infinito1.
suficiente remitirnos a Oliveira como un personaje que anhela esta Y es precisamente la extrapolación de un tiempo que no transcurre
identidad por encima de las díadas ―el deber, lo moral, lo inmoral sino para sensualizar más las formas, que se sucede
y lo amoral, la justicia― que Occidente, y su historia, y su tiempo, vertiginosamente sin respuesta para acentuar el fracaso, uno de los
ha naturalizado para hacer de ellas un fin que, en lugar de anhelos de Oliveira y de sus amigos del club de la Serpiente. ¿Qué
permitirle ser más humano, lo apartan de él. decir del Club de la Serpiente, ese conciliábulo de intelectuales y
En este sentido es imposible dejar de lado las influencias artistas, todos perversos, todos mediocres, que se reúnen en el piso
existencialistas en la novela. El hombre, tal y como parece de los americanos Babs y Ronald? ¿Cómo referirnos a cada uno de
entenderlo Horacio, está antes de esa unidad lingüística que le hace ellos si, fuera de la pincelada de personalidad que se les da, parece
afirmar, digamos, que es un ciudadano, un padre de familia, un que dentro de la novela funcionan más como grupo, el círculo de
católico, un policía, etc. atributos que no son más que síntomas de quienes rodean a la manzana del conocimiento? Quizá sea
la asunción de rasgos que reducen, con el tiempo, su existencia. El suficiente resaltar que en ellos se encuentra el eco colectivo, una
hecho de lo que haya elegido ser supone una renuncia: de ahí su amplificación, de nuestro protagonista pues ellos también son
tragedia, de ahí su responsabilidad. Jean Paul Sartre afirmaba que exiliados reunidos en París buscando una respuesta a esa inquietud
el hombre se proyectaba sobre el mundo a partir de sus elecciones; metafísica que los reúne. En este sentido sus discusiones buscarán
por lo tanto, dependía de él hacerlo con responsabilidad para de ese indagar por una instancia de comunión y reconocimiento en la
modo no sólo elegir su destino, sino también en el de los demás. Y realidad y, sobre todo, en la representación de esta realidad: el arte
esta proyección solidaria, lo mismo que con Horacio, es anterior a (Etiennne es pintor, Horacio es escultor, el magnífico capítulo 17
cualquier esquematización o definición. No obstante, Rayuela se finaliza con la exaltación del jazz, ese medio “burlaaduanas” para
aparta del existencialismo en su concepción del lenguaje porque recuperar una “forma arquetípica”).
éste sí precede y además trasciende la experiencia humana,
restándole libertad y, por lo tanto, elección, más allá de cualquier —Volvé de Benarés —aconsejó Etienne. Hablábamos de Morelli,
me parece. Y para empalmar con lo que decías se me ocurre que
posibilidad de evasión. Se trata de un lenguaje que, además de ese famoso Yonder no puede ser imaginado como futuro en el
cerrarse sobre los individuos, hace de ellos instrumentos de tiempo o en el espacio. Si seguimos ateniéndonos a categorías
cambio, delineando sus sentimientos e ideas. Las consecuencias de kantianas, parece querer decir Morelli, no saldremos nunca del
esto son mucho más desoladoras desde el momento en el que se atolladero. Lo que llamamos realidad, la verdadera realidad que
también llamamos Yonder (a veces ayuda darle muchos nombres a
reconoce que nadie puede escaparse al lenguaje y su una entrevisión, por lo menos se evita que la noción se cierre y se
determinación de nuestros sentimientos y anhelos (de ahí el recelo acartone), esa verdadera realidad, repito, no es algo por venir, una
del protagonista: la soberbia venganza del verbo contra su padre). meta, el último peldaño, el final de una evolución. No, es algo que
Horacio Oliveira dejará atrás una sucesión de experiencias ya está aquí, en nosotros. Se la siente, basta tener el valor de estirar
la mano en la oscuridad. Yo la siento mientras estoy pintando. (99,
determinadas, consciente o inconscientemente, por su búsqueda de 618)
un centro, la necesidad que tiene de llegar a una utopía en la que se
termine eligiendo no un partido, sino lo humano; una utopía en la Más adelante, cuando toque reflexionar acerca del papel que tiene
que se olvide el contrabando dialéctico de la filosofía y su Morelli y sus textos en Rayuela, abundaremos en la interpretación
racionalidad; utopía escamoteada por los valores y leyes de su lugar en la novela en este momento es suficiente enfatizar su
refrendados por la costumbre y su imperio. Este afán lo llevará a relación con el Club. Morelli les otorga, literalmente, la llave del
entrever el centro en muchos pasajes de la novela ―con Berthe conocimiento a los integrantes del Club quienes acuden con ella a
Trépat o en la muerte de Rocamadour, también en el jazz, por su piso para arreglar los papeles, extrañados de haberlo tenido tan
ejemplo― para, lo mismo que Tántalo, esforzarse por alcanzar la cerca sin saberlo. Mientras lo hacen, discuten, interpretan, los

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alcances estéticos y sociales de su libro, del cual Rayuela es un un lugar en el que se fusionan pasado con presente. Y es esta
doppelgänger, En boca de Etienne descubrimos el compromiso ambigüedad cronológica de pasado, presente y futuro una
estético del arte como actividad, es decir, buscar la promesa no en constante en la novela, como si los hechos narrados se eslabonasen
el futuro sino en el aquí y ahora. Tenemos expresada una indirecta por la sola memoria de Oliveira y su flujo que con su capricho
crítica a la Modernidad y su proyecto de realización en un futuro “atrae la atención hacia un evento, incidente o circunstancia5”.
que es visto como promesa de bienestar (Comte y Marx son, de ¿Desde qué lugar habla Oliveira? ¿En dónde está, y en qué
este modo, intérpretes del futuro que le espera al hombre)2. condiciones, nuestro narrador se expresa para que elija abolir una
Entonces, mediante la reafirmación del presente, frente al futuro, relación “normal” de los hechos? No lo sabemos, la respuesta a
el reconocimiento de que él también es humano, este ratifica la esto se elude durante toda la novela. Sí queda claro, en cambio, que
responsabilidad existencialista del hombre. Además, explicita el se trata de una costumbre casi ritual el buscarse sin encontrarse por
propósito del Club de la Serpiente. las calles de París. Antes que ser una búsqueda a la luz de la razón
Ahora bien, los miembros del Club de la Serpiente no llegaran a por senderos ya conocidos, ambos hacen de los encuentros
ninguna parte porque esa razón crítica, que los ayuda a ser fortuitos el medio de construcción de su relación y resaltan, de ese
conscientes, a no dejarse embaucar por espejismos o parábolas, los modo, el margen de azar y contingencia que es la cuota necesaria
condenará a negarse sin fin para perpetuarse, poder ser en el para acceder a la realidad anhelada por Oliveira.
cambio. Al examinar sus principios, y en ellos los de Occidente, el ¿Cuál es la razón para que Horacio piense constantemente en ella,
Club de la Serpiente traza sus fronteras, “se juzga y, al juzgarse, incluso cuando ya se ha quebrado cualquier puente y sólo el
consuma su autodestrucción como principio rector”. La razón recuerdo la mantiene vigente? Quien ha leído la novela advierte
crítica que ellos utilizan “se identifica con la sucesión y con la que Horacio la busca porque es ella quien encuentra o, mejor
alteridad”. Así, si bien se reacciona contra el espejismo del futuro, dicho, tiene sin saber. La Maga en sus distracciones, en su
esta reacción está envenenada porque es el resultado de la negligencia, en su ignorancia y, sobre todo, en su amor por
operación moderna por excelencia: la reflexión y la razón que Rocamadour, está del otro lado donde no hay más lógica o razón
cuestionan, la crítica en sus heteróclitas transformaciones que se crítica, y donde es, parafraseando la cita antes aludida, la palabra
destruye para renacer3. sin la palabra. La Maga representa otra forma del Cielo de la
Sin embargo, siempre hay alguien, una mujer, que se escapa a esta Rayuela, un cielo sin términos antinómicos en el que se encuentra
paradójica condición. Ella es la Maga quien, pese a haber tenido instalada y que Oliveira ―el jazz, la música en general, la
un papel activo en la formación del Club, será una excéntrica discusión― entreve nada más que para codiciar: ¿Encontraría a la
dentro de él, a quien se le acepta pese a no tener el nivel suficiente Maga?
para participar de las discusiones, una “inconsciente”4. Con ella, o Esta pregunta inicial ―¿Encontraría…?― abre la dificultad del
su idea o recuerdo, se abre la novela en su forma tradicional. vínculo entre las personas y coloca a alguien del otro lado para
motivar el acceso o la comunión en la pareja a partir del encuentro,
¿Encontraría a la Maga? Tantas veces me había bastado asomarme, siempre momentáneo y nunca completo. Horacio Oliveira,
viniendo por la rue de Seine, al arco que da al Quai de Conti, y anegado en los prejuicios que le provocan una actitud ambivalente
apenas la luz de ceniza y olivo que flota sobre el río me dejaba
distinguirlas formas, ya su silueta delgada se inscribía en el Pont des de desprecio y respeto, no llega a cruzar los puentes, mientras ella
Arts, a veces andando de un lado a otro, a veces detenida en el pretil hace y deshace los puentes. Desde luego, siempre estará presente
de hierro, inclinada sobre el agua. Y era tan natural cruzar la calle, el anhelo de completitud que tiene Horacio y lo empuja a codiciar
subir los peldaños del puente, entrar en su delgada cintura y la perspectiva de la Maga, que no es más que el fin de su búsqueda
acercarme a la Maga que sonreía sin sorpresa, convencida como yo
de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y (la respuesta a la pregunta no es la Maga sino su forma de ver el
que la gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel mundo).
rayado pare escribirse o que aprieta desde abajo el tubo de No obstante, ¿cómo caer en el amor, al que se le considera la
dentífrico (1, 119). instancia de humanidad y de encuentro, utilizando las mismas
palabras de las que se desconfía? Más aún, ¿cómo amar sin repetir
¿Encontraría a la Maga?, esta es la pregunta con la que se abre el la costumbre, los tópicos entre los amantes convencionales?
libro en un franco paralelo, como vamos viendo, con la Líneas arriba nos referimos al lenguaje como propiciador del
indeterminación que guía las páginas de la primera lectura. De esclerosamiento del carácter, debido a su papel de velo de la
entre todos los personajes de la novela, ella tiene un vínculo muy realidad, obstáculo entre el hombre y su ser más profundo, toca ver
intenso precisamente con el más cerebral o reflexivo, Oliveira. Y cómo, a partir del glíglico, el lenguaje puede convertirse en la
esta orientación por la reflexión, repetimos, es la que lo lleva a la explicitación de la búsqueda por darle nueva materia verbal al
búsqueda de un paraíso sobre la tierra ―kibbutz, rayuela― a amor.
asirse de una verdad por encima de las contingencias En el séptimo capítulo del libro encontramos la declaración del
(representadas en el río de Heráclito sobre el que se extiende el amor como instancia de creación: Toco tu boca, con un dedo toco
puente). Entonces, la pregunta con la que se abre el libro es la el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano
explicitación de la característica de perseguidor que tiene el […] hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano
protagonista, como si desde el inicio se nos hubiera querido elige y te dibuja en la cara (7, 160). Es precisamente esta cualidad
plantear el leitmotiv de búsqueda que pesa sobre Oliveira. Lo del amor la que atrae a Oliveira, la de jugar a reinventarse (92, 589)
curioso está en que se trata, la pregunta inicial, de un ―Cortázar parafrasea a Rimbaud― en una constante que le puede
cuestionamiento por alguien concreto, y no una doctrina o sistema. dar la posibilidad, o el espejismo de ella, de que por un instante
Y este alguien concreto es la Maga, una mujer en la que el entiende el mundo como lo hace la Maga, de que ha atravesado el
protagonista identifica una negligencia de formas, entonces ajena a último de los puentes. Y tal vez este anuncio del amor como
su sistematizar constante y frenético, una seguridad inconsciente motivo es explotado de una manera más intensa en el capítulo 68
que la hacen sujeto de los afanes por comprender, una sola vez, el que narra el encuentro entre ambos amantes.
mundo como ella lo hace.
Por otro lado, es conveniente resaltar en este punto la inteligente […] Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio les
lectura que le da Kathleen Genover a este comienzo del libro. El encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el
párrafo citado está escrito solamente en pretérito imperfecto clinón, la esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante
embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una
(encontraría, había) lo cuál le da a los hechos el carácter de sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta
reiteración en el tiempo. No obstante, el siguiente párrafo del murelio, se sentían balparamar, perlinos y márulos. Temblaba el
introduce un adverbio ―ahora― tras el imperfecto: Pero ella no troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un
estaría ahora en el puente. De este modo, el lector se ve profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi
crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias. (68, 533).
transportado de inmediato a una nueva cronología de los hechos,

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Después de leer este capítulo es imposible no pensar en Alfred vuelta de esquina se ha quebrado, sólo quedan los días que se
Jarry como una influencia en el autor de El perseguidor. Creemos suceden en una enferma repetición de modos y actitudes ya
que un estudio que realice un paralelo entre ambas poéticas sería perdidos. Es entonces cuando Oliveira decide regresar a Buenos
útil no sólo para determinar cuánto retoma Cortázar, sino también Aires, la ciudad latinoamericana que dejó tiempo atrás.
para resaltar cuál es la tradición con la que entronca Rayuela6.
Pensamos básicamente en el Ubu Roi, drama con un comienzo II. Buenos Aires y los tablones: la fractura de los puentes
explosivo: Mierdra (palabra disparate que ha llevado a preguntarse
por su sentido a críticos como Jacques Lacan y Chassé). En ese Ingresamos, entonces, a la segunda parte de la primera de las
Mierdra encontramos la pólvora para dinamitar al lenguaje desde lecturas, la llamada Del lado de acá (iniciada en el capítulo 37).
dentro, incrementar sus horizontes, y al mismo tiempo vaciarlos al Quizá sea conveniente, ya que hablamos de cada una de las partes
demostrar la arbitrariedad del signo y, con ella, la posibilidad como correspondiente a una ciudad, establecer, a manera de
e(sté)tica de renovar el lenguaje literario con nuevos significantes, bisagra, el paralelo entre Buenos Aires y París. Líneas arriba
que Jarry utiliza para delinear la personalidad carnavalesca de su aludimos la diferencia en los espacios de cada parte. Así
marioneta del poder, el padre Ubú. Pero, a diferencia de Jarry afirmamos que, mientras que en París Horacio se movía como un
quien corroe el poder del inefable padre con los neologismos, flaneur en búsqueda de algo o alguien, en Buenos Aires, termina
Cortázar les dará una significación ritual a ellos pues, perdido su recluido en el departamento, el circo o el hospital, dispuesto sólo a
significado tradicional, no se quedarán en la simple explosión recordar los días al lado de la Maga. Por lo tanto, no sólo tenemos
sonora. En lugar de ello los neologismos adquieren su significado un cambio en él sino en el ambiente físico de nuestro personaje.
en su creación conjunta: tanto Horacio como la Maga lo conocen, París es la libertad, las calles sólo trazadas para que por ellas
nadie más. El acceso al conocimiento es exclusivo de ambos y de caminen nuestros personajes sin rumbo, pero en la búsqueda,
sus días como amantes, de ahí el carácter ritual en el que se mientras que Buenos Aires es el estar recluido, encerrado en
transfigura el uso común de las palabras en función al espacios bien delimitados, entre los cuales se reparte el regreso y,
descubrimiento. al mismo tiempo, el extrañamiento de Oliveira. Son tres los lugares
Esto no quiere decir, sin embargo, que nosotros como lectores en los que transcurren los últimos diecinueve capítulos: el
descubramos significantes vacíos, y por lo tanto estemos en las departamento en el que vive con Gekrepten, una vida de pareja
afueras, excluidos, pues muy bien extrapolamos un sentido del instalada y normal, muy distinta a la que guardaba con la Maga; el
capítulo entero. La razón es el hecho de que más allá de que se trate circo, en el que trabaja; y el hospital, donde tiene como
de un cambio de vocabulario este no afecta a la sintaxis. Además se interlocutores a los locos ―gente sin razón―, cuando antes tenía a
mantienen algunos sustantivos y verbos. De este modo, al mismo los del Club ―gente con la razón exagerada.
tiempo que consigue reinventar el lenguaje del amor, Cortázar “Le daba rabia llamarse Traveler, él que nunca se había movido de
consigue colocarnos, como lectores, en el límite de la comprensión la Argentina como no fuera para cruzar a Montevideo y una vez a
y la no comprensión, el umbral mismo de la revelación que, en la Asunción del Paraguay, metrópolis recordadas con soberana
narración, los mismos personajes anhelan. No obstante, a indiferencia” (37,375), es el comienzo de esta parte, inicio en el
diferencia de nosotros los lectores, Oliveira no atraviesa este que se nos introduce al mejor amigo de Horacio en Buenos Aires,
umbral pues esa sensación de haber encontrado por fin el cielo se una especio de doble. En la dinámica de Horacio como buscador,
deshace muy pronto.7 su amigo Traveler es una suerte de versión suya sin experiencia del
Este último aspecto se resalta muy bien, por ejemplo, si tenemos exilio, por haberse quedado en el mundo porteño, una sociedad
en cuenta la ubicación del capítulo siete antes mencionado. El que le incomoda pero de la que no se aparta. También sin la
capítulo precedente (6) se dedica a relatar la manera habitual que necesidad de un amor enajenante, por abrirle una nueva forma para
ambos tenían para encontrarse por París. Por su parte, el que le el ser racional, y sin la perspectiva de la mujer como dadora de una
sigue da cuenta de sus acostumbrados paseos por la Quai de la unidad que ella proporciona sin entender (ambos aspectos muy
Mégisserie donde ambos se dedican a ver peces. Tenemos, marcados en la Maga de Horacio).
entonces, que el capítulo de tono exaltado se encuentra entre otros La relación con Talita es un ejemplo de esto. En esta relación,
dos que no son más que informativos, como si incluso en la acerca de la cual Oliveira reflexiona únicamente en el capítulo 78,
disposición de lo narrado se buscase resaltar que ese es un instante ellos se ven a sí mismos como “unos porteños humildes y sin
de completitud destinado a ahogarse en lo consuetudinario .
8 embargo sabemos quién es Pyere de Mandiargues” (40, 384); es
Ahora bien, si Horacio puede entrever el amor como lo entiende la decir, precisamente como aquellos seres sedientos de Occidente de
Maga y, de ese modo, sentirse completo, jamás puede comprender los que se compadecía Horacio, por su entusiasmo provinciano
el vínculo, otra forma de amor, que ella guarda con su pequeño con Europa. A su regreso, el deportado Oliveira, alienado por la
hijo, Rocamadour. El bebe de la Maga es un personaje Maga y París, se encuentra con este amor pedestre, por humano,
absolutamente escatológico en el que siempre está resaltada la frente al cual reaccionará transfigurando a Talita en la Maga (como
dimensión física: las heces, el ano, la saliva. Así, las dos personas si ésta última no fuera sino una idea arquetípica). Tal vez la única
en la vida de la Maga son totalmente antagónicas: Horacio, el similitud fáctica, no inventada por Horacio, entre ella y la Maga es
obseso racionalista; Rocamadour, el niño sin palabras, sólo la actitud lúdica con respecto del lenguaje ―“juegos del
corporalidad. Entre ambos, la Maga se establece como dialéctica, cementerio”, “preguntas–balanza”― que, ante los ojos de unos
el tercer vértice del triángulo. Sólo si tenemos en cuenta esto criollos bien instalados como Don Crespo y la señora del Gutusso
último podemos entender la separación entre Oliveira y ella tras la la hacen una estúpida, una loca (40, 386).
muerte de Rocamadour, pues con la desaparición del bebe, la Descubrimos, entonces, que en su búsqueda incesante nuestro
Maga pierde una parte de su identidad. Más aún, es después del personaje ha cambiado de significante para la Maga, pero no de
capítulo 28 que se le deja de llamar de manera sistemática con el significado: la esposa de Traveler le serviría, lo mismo que la
nombre adoptado por su fantasía para referirse a ella cada vez más mamá de Rocamadour, para trasladar su necesidad de llegada al
con su identidad primera: Lucía. mundo Rayuela mediante la confusión (consciente o no, esto no
La desaparición de la Maga es la primera instancia en la queda claro), como si la necesidad de no asumir el fracaso lo
desarticulación del Club de la Serpiente. Después de las peleas de llevara a reinterpretar la realidad. Dicha realidad, como ya hemos
Ossip con Oliveira, discuten este último y Ronald, desparecen visto, es una mujer porteña sin el “cosmopolitismo” que podría
algunos miembros y nuestro protagonista decide alejarse del Club significar un paso por Europa. ¿Por qué Horacio funde en una sola
para, hacia el final de capítulo, terminar sus confusos días en un mujer a la Maga con Talita, mujeres tan distintas? ¿Por qué escoge
incidente policial con una clocharde9. París como espacio de precisamente a Talita, mientras vive con Gekrepten, ambas
búsqueda de una realidad esquiva, pero expectante a cualquier mujeres propias de una realidad a la que él renunció con su viaje a

5 - Kcreatinn: Creación y más


Francia? Él lo hace porque, en su necesidad de un centro más allá individualidad. Si en la primera parte de la novela, la Maga era
de las oposiciones, conjugado con la mujer como mediadora ―ya quien hacía los puentes para después destruirlos, la mujer, en esta
lo vimos líneas arriba con la Maga―, la confusión de ambas ocasión tendrá un papel menos ideal y más instrumental. Se ha
imágenes fundiría no sólo a ellas, sino también a Europa con escrito mucho respecto a la anulación de la subjetividad femenina
América Latina, a la razón con la barbarie, al espacio abierto con el en las mujeres de la novela y, en general, dentro de la producción
espacio cerrado. Lamentablemente, ya no tendrá el aliento de su de Cortázar. Además, se resalta el hecho de que los personajes
vida parisina, pues en Buenos Aires esta búsqueda será una masculinos accedan a nuevas instancias de autoconocimiento,
patología, esfuerzo impotente por construirse un centro con las revelaciones, en las que las mujeres se encuentran al margen. Hay
migajas de un pasado infructuoso, razón por la cual Oliveira mucho de cierto en esta afirmación en el caso de la Talita del
termina, literalmente, al final de esta lectura, estrellado contra esa capítulo 41 y la de los capítulos finales del primer modo de lectura
Rayuela idealizada. (una mujer que se convierte en la excusa para confundir realidades,
Quizá el capítulo más relevante en esta parte del libro, en función a confundirla con la Maga, como hemos señalado), pero lo más
nuestra interpretación de Rayuela como una novela en la cual el resaltante en ella es el hecho de que en la pira de la identidad sea el
motivo de la búsqueda es una constante, y en función a los sacrificio: no importan sus miedos ni lo que ella piense, tampoco si
vínculos establecidos entre la pareja y Horacio, es el número 41. El se cae de improviso, lo único valioso es el juego entre esos dos
episodio de los tablones fue el primero que escribió Cortázar y esto hombres que de una manera silenciosa han terminado por pactar
es profundamente significativo si hablamos de un escritor que un conflicto que intuían y que tendrá su cénit con el beso que le da
siempre afirmó no seguir un desarrollo programático en la Horacio a ella.
realización de su trabajo, sino todo lo contrario, el abrir las esclusas
del hacer para estar lo más cerca posible del otro lado. Talita ―No me muevo –dijo Talita–. Pero parecía que...
colgando en ese puente es el nexo entre Horacio y su otro yo, ―Sí, pero apenas –Dijo Oliveira-. Vos no te movás, es lo único que
se puede hacer. “Ya me han juzgado”, pensó Talita. “Ahora no tengo
Traveler, una suerte de Horacio sin exilio (por lo tanto, sin esa más que caerme y ellos seguirán con el circo, con la vida” (41, 406)
marcada oscilación entre conceptos antagónicos) que con su
conviviente le envía el mate a Horacio. El mate, sobra decirlo, es la De todos modos, será una de las últimas derrotas de Horacio
representación metonímica de la argentinidad y en él Traveler le Oliveira en esta primera forma de lectura. Tras la muerte de
alcanza quizá la última oportunidad de identidad. Si bien durante Rocamadour renunció a la Maga; tras el incidente con la clocharde
gran parte de la novela Horacio se ha presentado como una persona no sólo perdió a París y su complicidad con el Club de la Serpiente,
que reniega de la Nación ―con mayúsculas― y busca alternativas sino también renunció a su racionalidad asqueada de lo físico; tras
―culturales, afectivas― a partir de la afiliación (individualidad el episodio de los tablones renuncia definitivamente a fundar su
que se construye antes que ser determinada por sus antecedentes identidad a partir de las raíces nacionales: nos queda un personaje
familiares y sociales), también es cierto que, por otro lado, alienado de forma definitiva que, como un alucinado, termina
“persiste en Rayuela una nostalgia por el espacio perdido”, ya sea arrojándose de una ventana al cielo de la rayuela dibujada en el
la infancia o la inocencia, en este caso una forma de ser previa a la patio del manicomio en el final de la novela. ¿Oliveira se arroja
experiencia europea muy bien representada en quien, a manera de porque, saturado de solidaridad humana ―la de Traveler y
espejo, tiene al frente: Manuel Traveler10. Talita― termina descubriendo que duraba sólo un “instante
En este capítulo, Oliveira es quien establece el puente con el otro terriblemente dulce” sin posibilidad de eternidad (56,509)? Por el
lado, Traveler y Talita, para que le llegue lo que él tanto anhela en contrario, ¿él intenta suicidarse porque la promesa del kibbutz
ese momento. Hay que advertir que dentro de la novela se trata de personal era irrealizable, no entraría jamás al cielo, ni siquiera por
la única vez en que Horacio no se plantea la necesidad de cruzar el un instante (56, 497)? Cualquiera sea la respuesta queda siempre la
puente sino que es él quien se constituye en la orilla destino, la sensación de que la novela acaba como comenzó ―con una
orilla a la que debe llegar lo que le solicitó a su amigo, los clavos y pregunta― y, en ese sentido, las posibilidades de encuentro con un
el mate. No obstante, es inútil o demasiado tarde, como se vea, nuevo hombre, que reclaman tanto el protagonista como el autor
porque su amigo sabe de antemano que Talita no sólo se negará a de Rayuela, no van más allá de la problematización de elementos
caer en la pieza de Oliveria, sino que regresará hacia él. El mismo antinómicos aparentemente irreconcialiables.
Horacio tiene una posición ambigua al respecto, pese a ser quien Antes de ingresar en la última parte de este trabajo, la que se refiere
armó el puente: “Pretender que uno es el centro”, pensó Oliveira, a la segunda lectura del libro como otra forma de búsqueda y el
apoyándose más cómodamente en el tablón. “Pero es planteamiento de novela que se explicita en Rayuela, es
incalculablemente idiota”. (41,398). conveniente detenernos en la figura del kibbutz del deseo a la que
Reparemos en lo plástico de la escena: dos edificios, separados por acabamos de aludir. Oliveira define al kibbutz como una colonia
unos cuantos metros, ventanas paralelas y unos tablones que se ―por lo tanto, comunión social― en la que se pueda “salir al aire
sujetan bien para que hagan las de puente entre Traveler y Oliveira, de la noche con la cara lavada por el tiempo, y unirse al mundo, a la
entre el argentino que se quedó y el argentino que se fue, entre el Gran Locura, a la Inmensa Burrada, abrirse a la cristalización del
hombre que lleva una vida plácida junto a su amor, Talita, y el otro deseo, al encuentro” (36, 354 -355) En esta explicación que nos da
que fue arrancado de ella tras la muerte de Rocamadour y la el mismo protagonista de su ideal es necesario resaltar el hecho de
desaparición de la Maga, entre el lado de acá y el lado de allá. que en este lugar anhelado se espera por fin “encontrar” y, al
Arriba del puente, en el aire, una región marginal y sin sustento, los mismo tiempo, establecerse. Más adelante, la fantasía del kibbutz
objetos materiales se vacían del significado para adquirir uno reaparece mediante la conjunción de imágenes de París con
nuevo, simbólico y ritual, el de la comunión y la posibilidad del Buenos Aires (como lo hace con la Maga y Talita):
centro en el laberinto, que terminará estrellado contra la pared y
disperso. Abajo del puente un grupo de niños y mujeres, ...entrecerrando los ojos para no aceptar la vaga luz que subía por
apelotonados, expectantes, observa con detenimiento lo que a sus los portales se imaginaba muy lejos (al otro lado del mar, o era un
ataque de patriotismo?) el paisaje tan puro que casi no existía de su
ojos es una temeridad, la exposición gratuita de una vida, la de kibbutz...cómo habrá cambiado tu calle Corrientes, Suipacha,
Talita, en un acto farsesco. De este modo, Cortázar nos propone Esmeralda, y el viejo arrabal... muy lejos en el fondo de los ojos
diversos lados, facetas de este episodio, en franca correspondencia seguía viendo su kibbutz, no al otro lado del mar o a lo mejor al otro
con la estructura de la novela, a partir de un hecho objetivo: el lado del mar, o ahí afuera en la rue Galande o en Puteaux o en la rue
de la Tombe Issoire, de cualquier manera su kibbutz estaba siempre
traslado de los clavos y el mate de un sitio a otro. ahí y no era un espejismo. (36, 363)

Cabe añadir que quien lo hace, Talita, es una mujer que atraviesa a Como señala Saona, en este fragmento se “niega la localización
medias un puente con un objetivo que se escapa a su terrenal del kibbutz”, se hace de él una instancia ubicua, que está

6 - Kcreatinn: Creación y más


en cualquier parte. En este sentido, se toman, indistintamente, enfatizada desde un inicio)12. No aparece como personaje sino
elementos de las dos ciudades que han determinado el camino de hasta el capítulo 22 ―cuarenta y dos “espacios” después, según el
Oliveira como “si el kibbutz fuera en realidad el espacio en que las tablero de dirección ―, capítulo en el que, atropellado por un auto,
11
dos ciudades se encontraran” . De ahí el fracaso de la búsqueda es rodeado por transeúntes parisinos. Oliveira, uno de ellos,
metafísica de nuestro protagonista, pues si el kibbutz no debería plantea la posibilidad de llamar a su familia para enterarla de lo
tener referentes específicos ―ya que los trasciende―, éste existe a ocurrido. El muchacho que tiene por interlocutor le aclara que eso
partir de la conjunción de París con Buenos Aires, instancias que no es posible pues Morelli “No tiene familia, es un escritor” (22,
en el proyecto de ideal pueden mezclarse pero que efectivamente 238). A diferencia de Horacio quien, quiéralo o no, tiene una
no lo hacen: ya hemos visto que son dos espacios bastante familia, un pasado, parece que la condición de escritor de Morelli
diferenciados. hace de él una persona sin raíces visibles. Más aún, él afirma que la
No sólo ocurre esto en el plano de las ciudades, sino en la mejor cualidad de sus antepasados es la de estar muertos: esta
distribución física del texto. El lector de la novela, en su primera característica sería la única que él heredaría, es decir, la
forma, se encuentra, como habíamos señalado, con dos bloques de desaparición física como preámbulo a la burlesca desaparición en
capítulos: Del lado de allá y Del lado de acá. Ambos, en una franca la memoria (107, 638). Por eso, si Horacio se encuentra en el
correspondencia con el Oliveira que siempre divide la realidad en conflicto de desprenderse o no de su horizonte filial y social, en el
términos antagónicos, sin posibilidad dialéctica; el parcelar la caso de Morelli esto no se da, pues lo que es él lo es en función a
realidad y, de ese modo, falsearla. Podríamos decir, entonces, que sus obras. Del mismo modo en el que parece haber roto con su
el lector de Rayuela que lee la novela de manera convencional se pasado personal, buscará hacerlo con el pasado literario: “¿Para
queda en su manera Horacio, escindido entre dos términos. En este qué sirve un escritor sino para destruir la literatura? Y nosotros,
sentido, ¿cómo podríamos entender la lectura según el tablero de que no queremos ser lectores hembra, ¿para qué servimos sino
dirección, una lectura que salta capítulos y páginas, lo mismo que para ayudar en lo posible a esa “destrucción?”, dicen los miembros
espacios? ¿A qué personaje nos recuerda esta lectura que quiebra del Club de la Serpiente con respecto de sus alcances estéticos (99,
los antónimos y se instaura como una comprensión total de la 614).
realidad, un kibbutz ubicuo, el cielo de la Rayuela? Un primer reflejo de esta “declaración de principios” es el eco que
La respuesta es clara: la lectura según el tablero de dirección es una en la novela que leemos en su segunda forma se hace de estas
lectura que sigue el modelo, la personalidad de la Maga. Así, palabras. Morelli buscará destruir la novela en la apertura o
además de ser lúdica, es profundamente revolucionaria desde el extensión de lo que consideramos literario o no pues en De otros
momento en que advierte que el novelar convencional ―realismo, lados se incluyen textos diversos. Tenemos, por ejemplo, textos
naturalismo― es una puerta cerrada a otras instancias de del tipo “cierre relámpago”, o las cartas del licenciado Juan
comprensión, lenguaje que confabula contra el hombre. Si la Maga Cuevas (89); por otro lado, un gran número de citas ―Lezama
le reprochaba a Horacio su racionalismo, esta segunda lectura le Lima (81), Aulio Gelio (148), etc―; luego, episodios que aclaran
achaca a la primera el quedarse en la simple exposición del la trama de la primera lectura ―Horacio en París y Buenos
problema, no llegar a una antropofanía. Entonces, nos toca Aires―; y, finalmente, las Morellianas. ¿Cuál es el objetivo de
analizar la segunda lectura de la novela, una lectura que cuestiona reunir bajo la aparente unidad de un libro a escritos diversos y
a la novela como género y lenguaje espejo de una realidad definida aleatorios?
y transparente. Es imposible no advertir un parecido entre las intenciones del
Cortázar miscelánico y el Ready Made de Marcel Duchamp, antes
III. Morelli y la novela o la búsqueda del lenguaje aludido. Mientras este último ubicaba un urinario en una galería o
museo para, de ese modo, no sólo agitar a los espíritus
Al inicio de este artículo, cuando identificamos las dos maneras reaccionarios, sino también cambiarle el significante ―un urinario
que tenía el lector de abordar la novela aludimos al aparente en un museo no es más un urinario, ha dejado de serlo para ser una
desorden receptivo que provocaba la lectura según el tablero de pieza de colección― Cortázar reúne textos diversos para hacer de
dirección. Hemos calificado de aparente pues atrás de él se ellos instancias de realidad, mostrar todas las facetas posibles de
encuentra una muy elaborada y reflexiva concepción de cuál debe ella y, al mismo tiempo, convertirlos en literatura. Así, se da un
ser el vínculo entre lector y texto. Es cierto que muchas novelas movimiento doble: la literatura adquiere una expresión más
plantean este aspecto, pero lo particular de Rayuela radica en el cotidiana, menos académica y, por otro lado, se eleva a literario a
hecho de que dentro de ella misma encontramos las escritos que, por su naturaleza, bajo ningún aspecto podrían ser
preocupaciones estéticas para la novela y su soporte: el lenguaje. considerados como tales.
Mientras el bildungsroman, por ejemplificar con un caso, plantea Por otro lado, esta reunión de diversos textos, que sin el oficio
el crecimiento artístico del individuo en función a su naturaleza caprichoso de una voluntad no tendrían ninguna coincidencia,
dialógica ―pensemos nada más en Hans Castorp dialogando con supone que se ha advertido cierta falta de dinámica en la narrativa
Naphta o su primo Joachim en La montaña mágica―, en Rayuela tradicional, ciertas reglas que, en boca de Morelli, son acusadas de
encontramos, además, una explícita reflexión acerca de la novela general complacencia, actitud acrítica en el lector y asunción de
como género y producto social en las Morellianas. La formas retóricas inocuas por parte del escritor. Al identificar estas
comunicación, otro puente, ¿debe ser unidireccional y reglas lo que hace cuando introduce textos “no literarios” es
básicamente receptiva o el significado se actualiza ―y empezar a jugar con ellas, recorrer nuevos senderos para encontrar
reinventa― en el receptor? De ocurrir esto último, ¿se caería en la un nuevo lenguaje novelesco.
anarquía interpretativa y la obra, unívoca y fija, se perdería en el Entonces, Morelli, sin pasado, encontrará su ser, su personalidad
texto, multiforme, inestable? Más aún, ¿esto último debe ser en el camino o la búsqueda de la literatura que él anuncia. Las
identificado con la imposibilidad de generar y transmitir intenciones y los alcances de novelar de este modo las formula él
significados, todos involucrados en un solipsismo pernicioso? mismo cuando compara al libro con los dibujos psicológicos de la
Si Rayuela, tal y como hemos visto es, en la primera de sus Gestalt para que sea el observador ―lector― quien complete, en
lecturas, una novela cuya temática, acaso principal, es la de la una actitud dinámica el significado de la novela. La suma de
búsqueda ―orientada en los caminos del arte, la música, el amor, fragmentos o partes se convertiría en una realidad total e
las ciudades, la literatura, la amistad, etc―, en la segunda de las imperfecta, la que busca el escritor utilizar como umbral hacia una
lecturas se amplifica la búsqueda a un nivel mayor: el de la novela perspectiva distinta de la realidad, tanto en el autor como en el
en cuanto género literario. Esta vez la búsqueda marcará a un lector. Así, el significado se presenta abierto pero no por eso vacío:
personaje adicional ―Morelli, ya lo sabemos― quien se dedica a la apuesta de Rayuela no es nihilista, como ha querido entender
la escritura de novelas y, justamente, aparece en el capítulo 116 con cierta crítica postmoderna, sino que cimenta el lenguaje al resaltar
una glosa suya a L´abbé C de Georges Bataille (la intertextualidad su vitalidad, la posibilidad que tiene de reinventarse sin descanso:

7 - Kcreatinn: Creación y más


6
los significados se actualizan en una norma dinámica, jamás Hacia el final de este ensayo, cuando nos toque trasladar el motivo de la búsqueda
cerrada o unívoca. a la novela como género, procuraremos dar algunas luces al respecto. Por otro lado,
en la tradición hispanoamericana encontramos casos paradigmáticos como puede
Morelli en su afirmación del presente y el futuro, la novela como ser el último canto de Altazor, poemario en el que el ángel ―poeta cae del cielo a la
miscelánea y la interacción entre lector y autor son los aspectos pura onomatopeya de la nada o al balbuceo infantil, preámbulo a la adquisición del
vistos hasta el momento. Es momento de complementarlos lenguaje (muerte y nacimiento que se dan la mano). Otros casos, no menos
señalando el contraste con el tipo de novela frente al cual parece célebres son los de En la masmédula de Oliveiro Girondo y el de Trilce de César
Vallejo en los que desde el título se plantean las capacidades expresivas del
que se reacciona: la novela psicológica, la narración de causas y lenguaje desprendido de un significado.
efectos, ese mundo cerrado que se había dedicado a ser juez y 7
Más adelante, plantearemos la renovación del lector en el lenguaje, utilizado
parte, espejo de un mundo estable ―por unívoco―, susceptible como medio de revelación en la novela.
8
de ser descifrado en sus instancias íntimas es subvertida en la Sin embargo, no es gratuita la alusión a los peces en el capítulo ocho. Ellos
aparecen de nuevo en los capítulos 25 y 92. En el primero de los mencionados es
segunda lectura pues el objetivo del plurilingüismo no es el Ossip Gregorovius quien le cuenta a la Maga la vez que se inició “en las labores
mostrar una visión unívoca del mundo y de sus representaciones propias de mi sexo”. Esta vez no se trata de una mujer similar a la Maga sino de una
lingüísticas sino mostrar diversas parcelas de la realidad. Esto no prostituta que tenía, bajo la cama, un acuario. Dice Gregorovius: “Entonces, hacer
quiere decir que no se pueda extrapolar un sentido, nada más el amor era eso, un pez negro pasando y pasando obstinadamente. La repetición al
infinito de un ansia de fuga, de atravesar el cristal y entrar en otra cosa” (275–276,
alejado, sólo quiere decir que el lenguaje de la novela ha perdido cursivas nuestras). Descubrimos, por lo tanto que hay un vínculo subterráneo entre
pretensión para desconfiar de sí mismo. esos paseos a ver los peces y la concepción del amor que tiene la novela, como
No obstante esta desconfianza, se le utilizará como medio para umbral o medio de acceso. Más aún, en este vínculo el hombre ―Ossip uno de los
acceder al cielo: sin palabras llegar a la Palabra. Más allá de que dobles de Oliveira― es animalizado, por lo tanto enajenado a la razón, para de ese
modo hacer más instintiva ―netamente sexual, el encuentro con la prostituta― la
con esta búsqueda se entronque con otra vertiente de la tradición necesidad de entrar al otro lado. En cuanto al capítulo 92, éste narra un encuentro
literaria ―como El cuarteto de Alejandría o, siglos más atrás, la entre Pola y Oliveira. En éste, Oliveira se adapta al nuevo lenguaje que es estar al
vertiente de Cervantes o Sterne― esta afirmación por negación del lado de Pola. Dice el narrador que Oliveira: “Habituado sin saberlo a los ritmos de
lenguaje se encuentra en el corazón mismo de la novela como la Maga, de pronto un nuevo mar, un diferente oleaje lo arrancaba a los
automatismos, la confrontaba, parecía denunciar oscuramente su soledad enredada
género. La búsqueda de Morelli abre la novela a fuerzas de simulacros” (92, 589). De este modo, el narrador convierte mediante la analogía
centrípetas que congregan una legión de dialectos que se saltan y entre el cambio de pareja y el viaje en un mar desconocido a Oliveira en un pez que
superponen pero con el objetivo de concentrar el lenguaje en lo hacia el final de su encuentro con Pola cree que “Sólo el placer en su aletazo último
que se considera su verdadera función: convertirse en el puente es el mismo; antes y después el mundo se ha hecho pedazos y hay que nombrarlo
de nuevo, dedo por dedo, labio por labio, sombra por sombra” (92, 589).
para el acceso a otra orilla (de ahí la diferencia entre Rayuela y, 9
Es imposible interpretar el episodio con la clocharde de manera unívoca, bien
digamos, un collage). puede ser la refrendación del fracaso de Oliveira, como también la explicitación de
En el movimiento pendular de la novela como género, Rayuela se su nueva sensibilidad. En el primero de los casos, basta recordar que Emmanuele
instalará como un referente de un problematizar las es totalmente escatológica, más aún que Rocamadour, desde el momento en el que
se trata de una excéntrica social. Ambos, Oliveira y la clocharde, se encuentran
representaciones de la realidad a través de la palabra. De ahí la bajo un puente, como si la imagen del puente como tránsito ya fuera inútil, y no
riqueza de la novela, pues se trata de buscarle nuevos caminos de quedara más que el sacrifico frente al recuerdo de la Maga (anticipo de lo que
expresión a un género inclasificable y proteico. Por otro lado, la ocurrirá después con Talita). Sin embargo, podemos también entender este
posibilidad ética de darle una dimensión verdaderamente humana episodio como el abandono de nuestro protagonista de esas maneras racionales
asqueadas de lo físico, un abandono realizado en el cuerpo de Emmanuele,
al hombre enarbola el lugar activo de la literatura en la sociedad, instrumento de conocimiento.
no sólo en lo concerniente al aspecto estético, sino también al lado 10
Éste último aspecto se encuentra muy bien interpretado por Margarita Saona en
político. En última instancia, sería muy difícil entender a artistas su libro Novelas familiares: figuraciones de la nación en la novela
como José Emilio Pacheco ―con sus traducciones y re- latinoamericana contemporánea (la parte que resaltamos entre comillas es una
elaboraciones de poemas― o Manuel Puig ―con su particular cita literal). En este libro, ella se dedica básicamente a analizar dos personajes:
Horacio y Morelli. Según ella, ambos se caracterizan, en el contexto de la narrativa
versión de lo cursi― sin tener en cuenta a la novela de Cortázar. contemporánea latinoamericana, por el hecho de que los vínculos que establecen
Incluso escritores del llamado Boom de novela hispanoamericana son de afiliación antes que de filiación. Dice Saona: “El sujeto en Rayuela muestra
presentan similitudes, diálogos con Rayuela: García Márquez y la una relación conflictiva con respecto a la familia y la nación, en la que hay una
necesidad de alejarse del país, de distanciarse de su tradición literaria (concebida
búsqueda de la identidad en un tiempo que entremezcla mito con en términos de un linaje), y de los parientes (concebidos como encarnación de los
modernidad o Donoso y la explicitación de la textualidad literaria, “valores” nacionales). Pero paralelos a esa voluntad de distanciamiento aparecen
la impotencia de ir más allá de la palabra. Una palabra que en señales de que la ruptura no es un asunto resuelto”. Más adelante: “En la
Rayuela se encuentra al final como una suerte de premio para el concepción de Oliveira, la familia y la nación constituyen una forma de identidad,
unas raíces, un pasado con el que es necesario romper, con el que ya se ha roto”.
lector, no cualquier tipo de lector, sino aquel que la jugó siguiendo En: Saona, Margarita Novelas familiares: figuraciones de la nación en la novela
tanto el orden de las casillas como su desorden: quien la ha leído en latinoamericana contemporánea Buenos Aires: Beatriz Viterbo p. 133 y p.141.
las dos maneras, habrá accedido al cielo. 11
En: Saona, Margarita Novelas familiares: figuraciones de la nación en la novela
_____________________ latinoamericana contemporánea Buenos Aires: Beatriz Viterbo p. 151
1 12
La referencia a culturas e historias más allá de los límites de Occidente son No es casual que se cite al autor de La literatura y el mal y Madame Edwarda
constantes en la novela. El objetivo de esto es mostrar rutas alternas a la quien propone entender a la relación erótica como instancia de conocimiento
comprensión y explicación de la realidad que asumió Occidente para, de este humano en tanto entra en juego dentro de ella la transgresión. Según Andrés
modo, relativizar algún posible intento de convertir lo que son perspectivas en Amorós, Emir Rodríguez Monegal y Severo Sarduy han analizado los vínculos
absolutos. En cuanto a Egipto, la referencia más clara se da cuando en el capítulo entre ambos escritores. Para conocer más acerca de la literatura y la filosofía de
42 se cita al Libro de los muertos, importante texto sobre la vida de ultratumba (en Bataille recomendamos la novela Historia del ojo y la ya mencionada La literatura
él estaba explicada la teología egipcia). y el mal.
2
Tomamos las tesis que en su brillante Los hijos del limo Octavio Paz despliega a
propósito del arte y su realización en el contexto de la Modernidad desde finales
del siglo XVIII hasta mediados del siglo pasado. Según él, el arte, la poesía en BIBLIOGRAFÍA
particular, ha tenido un movimiento ambiguo de atracción y rechazo hacia la
Modernidad occidental. 1. Bajtin, Mijail; Teoría y estética de la novela Madrid, Taurus, 1989. 518 p
3
Las citas entre comillas pertenecen al mismo libro de Paz. En: Paz Octavio, Los 2. Cortázar, Julio; Rayuela Madrid, Cátedra, 2003 746 p
hijos del limo Barcelona, Seix Barral, 1981 p.50 3. Genover, Kathleen; Claves de una novelística existencial (en Rayuela de
4
Es significativo que sea la Maga quien forma el Club de la Serpiente pues ella es la Cortázar), Madrid, Playor, 1973.
personificación de la sinrazón o la inconsciencia ya aludida (explícita en el cuarto 4. González Echevarría, Roberto; Mito y archivo México: Fondo de cultura
capítulo del libro cuando el narrador detalla la percepción que de ella tenía el económica, 1998, 223 p.
Club). Por otro lado, también lo es el hecho de que la diáspora en el Club se haya 5. Paz, Octavio; Los hijos del limo Barcelona, Seix Barral, 1981 229 p.
provocado tras la muerte de su hijo, Rocamadour, otra personificación de la 6. Saona, Margarita; Novelas familiares: figuraciones de la nación en la novela
sinrazón, desde el momento en el que se trata de casi un recién nacido en el que latinoamericana contemporánea Buenos Aires, Beatriz Viterbo 270 p.
solamente se resalta lo físico (heces, por ejemplo). 7. Sartre, Jean Paul; El existencialismo es un humanismo Buenos Aires, Editorial
5
Genover, Kathleen Claves de una novelística existencial (en Rayuela de Huáscar, 1972.121p.
Cortázar), Madrid, Playor, 1973 p.51

8 - Kcreatinn: Creación y más


quien sintomáticamente tituló La realidad y el deseo al corpus
Julio Cortázar y Luis Cernuda: El total de sus poemarios. Dentro de la perspectiva poética del
diálogo poético como vector en la poeta español se presenta la dicotomía entre realidad y deseo
como ejes que organizan la existencia del ser humano. Al interior
búsqueda de estos dos polos se escenifica una lucha constante contra las
del absoluto limitaciones terrenas por acceder a un orden que devuelva al
hombre el estado de gracia que perdió al ser expulsado del
paraíso. Como aliados de esta empresa, Cernuda coloca en
Chrystian Zegarra primera fila al amor y al erotismo como armas de la fuerza
humana en contra del absurdo y el sinsentido del mundo. Para
L a forma en que una obra maestra —de cualquier índole—
reformula el legado artístico precedente es materia de
estudio fascinante. Más aún cuando el objeto estético en cuestión
resumir, el deseo simboliza la suma de las manifestaciones y
anhelos del sujeto por instaurar un orden íntegro que anule la
dicotomía cuerpo/espíritu, con el fin de edificar un individuo
reúne en sí mismo ciertos requisitos para ser una de las piedras de
más coherente en sí mismo.
toque que aglutina toda una época y una tradición literaria
latinoamericanas. En el presente ensayo mostraré la importancia
Por esto, la prédica de Oliveira se nutre de esta fuente y la utiliza
que tiene el mecanismo intertextual en el tramado del discurso
como vector para la configuración de su propio universo textual.
narrativo en Rayuela (1963) de Julio Cortázar. Para este fin,
En el instante previo a su encuentro con la “clocharde”, Horacio
enfocaré exclusivamente esta exposición en los capítulos 28 y 36
reflexiona acerca de este espacio conciliatorio que él llama
de la novela, en los cuales se evidencia un diálogo literario que
“kibbutz del deseo” en estos términos: “Y aunque el deseo fuese
busca tender un puente comunicativo entre el autor argentino
también una vaga definición de fuerzas incomprensibles. . . .
(desde la voz del narrador Horacio Oliveira) y la poesía de Luis
Aunque la muerte estuviera en la esquina con su escoba en alto,
Cernuda.
aunque la esperanza no fuera más que una Palmira gorda” (355;
mi énfasis). Es notable el vínculo que se entabla con la obra de
Es sabido que una de las características más notorias de Rayuela
Cernuda en general, y con un poema en particular de Los
es el hecho de estar construida sobre la base de un gran corpus de
placeres prohibidos (1931): “No decía palabras”2. La semejanza
referencias culturales que se integran a la narración,
temática es de tal naturaleza —el conflicto entre el hombre y su
constituyendo temas de interés para los personajes. En esta línea,
ansia en tanto categoría indefinible y totalizadora—, que opera
existen dos niveles en los cuales se puede ver la conexión que
como nexo funcional entre ambos textos. Como si el narrador
establece Cortázar con el mundo de la cultura a través de la
tendiera un puente con la voz soterrada del poeta sevillano para
recurrencia a las citas. En un primer nivel, el narrador menciona
actualizarla al interior de su propio monólogo. De esta forma, el
a determinado filósofo, escritor o artista con el propósito de
fragmento de Rayuela prolonga el poema de Cernuda por medio
generar algún debate estético o filosófico. Por otro lado, hay un
de la reiteración anafórica del término “aunque”, trasladándolo
segundo plano en el cual la alusión es más sutil al funcionar
al curso de la narración para apoderarse de él y modificarlo de
como un ejercicio verbal, de corte introspectivo entre la voz
acuerdo a sus propósitos específicos. Los versos finales de “No
narrativa y la fuente. Mi objetivo es incidir en este último
decía” llevan hasta las últimas consecuencias la temática del
aspecto para dar cuenta de la manera en que un autor absorbe y,
deseo y sus implicancias como campo magnético que busca
sobre todo, reelabora determinadas influencias de la tradición
ordenar el caos de la vida.
literaria.
En síntesis, la búsqueda metafísica de Julio Cortázar en Rayuela
No es arbitrario el hecho de proponer a Cernuda como uno de los
coincide plenamente con los postulados estéticos de Luis
poetas que comulgan con la problemática planteada en
Cernuda, remarcando el carácter lírico de su narrativa. Dentro
Rayuela. Para ejemplificar esta filiación bastará mencionar un
del absurdo cotidiano aún es posible identificar un recinto
segmento fundamental del capítulo 28 —ya que aquí ocurre la
comunitario con los intereses más íntimos y vitales del
ruptura de Horacio y la Maga—, en el cual Oliveira reacciona
individuo: el plano concerniente al deseo, vinculado a diversas
ante el absurdo de las circunstancias con estas palabras:
manifestaciones absolutas del espíritu que —por muy efímeras
“Pensaba en el brazo de Berthe Trepat en su brazo, la caminata
que sean— podrían recibir el nombre de amor, imaginación o
bajo el agua. ‘¿De qué te sirvió el verano, oh ruiseñor en la
felicidad.
nieve?’ citó irónicamente” (320; mi énfasis). Uno de los poemas
tempranos de Luis Cernuda dice: “¿De qué nos sirvió el verano, /
_____________________
Oh ruiseñor en la nieve?” (7-8)1. Como se ve, la voz de Horacio 1
Es el poema número VI de Primeras poesías (1924-1927). Algunos poemas de
Oliveira se ha apropiado creativamente de los versos originales esta colección fueron publicados inicialmente en 1927 con el título original de
para exteriorizar su propio estado anímico. Perfil del aire. Todas las citas de la obra de Cernuda provienen de La realidad y el
deseo (1924-1962). Ed. José Ángel Valente. Madrid: Alianza, 1998.
2
No decía palabras, / Acercaba tan sólo un cuerpo interrogante, / Porque ignoraba
Discutiré ahora lo concerniente al capítulo 36, uno de que el deseo es una pregunta / Cuya respuesta no existe, / Una hoja cuya rama no
los más interesantes del libro tanto en densidad semántica como existe, / Un mundo cuyo cielo no existe. // La angustia se abre paso entre los
en riqueza simbólica. En esta parte se narra el encuentro de huesos, / Remonta por las venas / Hasta abrirse en la piel, / Surtidores de sueño /
Horacio con la “clocharde”; episodio que trae como Hechos carne en interrogación vuelta a las nubes. // Un roce al paso, / Una mirada
fugaz entre las sombras, / Bastan para que el cuerpo se abra en dos, / Ávido de
consecuencia el regreso de Oliveira a Argentina. Me interesa en recibir en sí mismo / Otro cuerpo que sueñe; / Mitad y mitad, sueño y sueño, carne
especial la situación previa a este evento, en el sentido de que y carne, / Iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo. // Aunque sólo sea
Horacio se convierte en una suerte de perseguidor de aquel una esperanza, / Porque el deseo es una pregunta cuya respuesta nadie sabe. (1-
espacio privilegiado que representa el “kibbutz” con sus 20)
connotaciones de armonía, comunidad e integración: Kibbutz
del deseo, no del alma, no del espíritu” (355; mi énfasis). Es en
este punto —donde se edifica el objetivo arquetípico de la
búsqueda existencial—, en que se establece una
correspondencia profunda con la obra lírica de Luis Cernuda,

9 - Kcreatinn: Creación y más


> TEXTOS HÍBRIDOS > POESÍA

Perfil heterodoxo de Julio Cortázar MAGA


Fernando del Val [España] Jack Farfán Cedrón

T ronco de cerezo, canillas de garza, cara de lechuzo. Cuentista.


Yo he mirado tus ojos nublados de contrarealidad. Yo he visto
tus fotos posando delante del Sena como diciendo: el paisaje es mío
C ómo íbamos tras de esas tiernas parejas, imitábamos sus
movimientos, sus maneras de silenciarse a veces, Maga; tú
nunca fuiste la que calmó mis ríos metafísicos, muy por el contrario,
y el río de la literatura, la verdadera vida que da al mar. París era un eras la llama que los avivaba. Cada encuentro casual nunca fue
capítulo de Hemingway; hoy lo es de Vila Matas. Todo se reinventa. casual, y bien lo sabes, Maga, cruel musa llorando al borde del Sena
Tú mismo usaste el Sena en beneficio ajeno. Sacudiste las por mi partida y mi final. Pero no era cierto, Maga, tú nunca me creías
posibilidades de la novela igual que el perfume de la ficción. Tenías del todo, y tu manera de llorar era también una manera de atraerme
unabarbaquepeinabascadamañanaparasalirenlasfotos.Yconella como pidiéndote disculpas a ti misma o a mí, no lo sé bien, por lo rudo
escribíascuadernosquepesabancienodoscientoskilos. que a veces me ponía contigo. Casi siempre, digo, casi siempre callo
algunos papeles invisibles que cayeron en el agua. Una vez no pude
Dicen los que saben que la sombra del horizonte emerge del agua regalarte esa carta que tanto habías soñado que te diera. Se la llevó el
más amenazadora que nunca. Hacen falta caballeros de letras, agua o mis lágrimas. Habías sido acaso aquella mujer de la pequeña
honor y enfermedad. Como tú. De los que acaban convirtiendo la ventana, del cuadro de Pablo Castel, esa mujer corriendo
vida en una copia mala de la buena novela. Caballeros preocupados desesperada en una playa bajo invierno, bajo boca de mar; ese
por cómo se cuentan las historias. De ellos… vengan una o dos detalle que hacía que cada vez te acercaras más a mí, esa ventana
legiones, ¡Cortázar!, para joder la deriva de la sinrazón.Ya partir de donde la mujer vida solía correr mi manera de escribirte cada
ahí, paremos en un café. Pidamos una copa de escaleras de caracol; mañana al respirar, y al caminar luego de un café en las calles azules
dos aceitunas, siempre pensando una para la acompañante. Como de París. Maga, me place recordarte así, como si estuvieras lejana,
mandan los cánones. Como, al llegar a casa, antes de follar, leer dos sobre todo lejana cuando miras el último incendio que acontece
páginasdeShakespeareconlabocallena. arribadelanocheenalgúnastroqueseextingue.

Y como los filósofos, naciste para dibujar en la tierra con la yema de Somos mortales, de eso me doy cuenta, pero a la vez adivino una
los dedos.Yo, que siempre pensé que los vuelos eran, como he leído, pequeña constelación en el fondo del café, cuando ya te has ido por
sueños en los que los genios muestran al sol sus horizontes, habría haberme puesto melancólico demasiado pronto, cuando esta vez no
comprado un billete de avión a tu aeropuerto. Viviste a deshora. Te has perdonado nada y mis ojos han llenado esta taza vacía de café,
pusiste a cobijo de los crepúsculos. Cejijunto. Como disimulando. comountorotristequeagonizabajolaespada.
La leucemia es una putada, chico. Un sicario. Deja tenores pero se
llevanovelistasyhaceelcaldogordoalaguadaña. ***
MIRAS el esqueleto de una hoja, derrumbas el esqueleto ciego de
Debiste de pensar ―de saber― que los peores pronósticos son una hoja; pareciera que con tu inocencia y tu sonrisa que lo pregunta
siempre verdaderos. Supiste que Orwell acechaba y optaste por todo volvieras a recrearla, a inventarla en un juego cerrado de dedos
morir. La muerte natural siempre es más limpia, menos forense. de luz que originas en la mañana. Vuelves a dejarla en su sitio, y
Masnadacasual. hechasdemenos:“¿!cuántashojashatraídoelotoño?!”

Llevaste la narración corta a Borges, artimañas de abrigo con botón Paseas, sigues tu rumbo fijo que te va cercando de pasos; respiras,
negro. Sacudiste Latinoamérica, inmigraste a las europas, te vives, eres como una pequeña persona única en el mundo. No tendré
dedicaste a la tarea sagrada de la página en blanco. Te gustaba más que sonreírte para abrir tu felicidad; mueves las cosas y las dejas
una historia que unas piernas de mujer sobre la cama. Encima, casi intactas, es decir que no agredes el orden de las cosas; como la magia
siempredesarrollabasconesmero.¡Quiéntelascontaríatanbien! que enciendes, dejas intactas las cosas, como a esa pequeña hoja que
estuvo a punto de morir, pero que tus dedos la volvieron a dejar tal y
Pronto encontraste la aguja del pajar: te salió la obra maestra. ¡Qué como estaba, como cerrando el ciclo de la reencarnación, como
más quedaba por hacer! La vida es una novela que un mal final puede cerrando el movimiento de las cosas, como en un inicio intacto,
oscurecer. Nada se resume mejor que cerrando los ojos. Lo sabía comocerrandoelciclodeloquenaceypervive.
Silvia Plath. Escritor clandestino y popular, tú lo sabías también.
Escribistetruenosyrelámpagos.Unanana.Adormir. De La hendidura del vacío (inédito)

… Escribiste… decenas de obras, sí. Pero sólo con una ya ganaste


cielo, infierno y purgatorio juntos. Rayuela son palabras mayores
enlaHistoriadelaliteratura.Lodemás,mayormente,cuento.

10 - Kcreatinn: Creación y más


> NARRATIVA
los malcriados que osaran en bailar con la mujer de alguien, carajo!
Miércoles 12, final de la tarde Hacia allá, al borde de un feliz abismo de casas apoltronadas en
una sola calle migra una cinta de plata a lo lejos en su lejano
Jack Farfán Cedrón vagido, como una ola de sopor por las tardes. Dos estudiantes
gimen y creen haber alcanzado la plenitud de los cuerpos o el
"Yo soy siempre el mismo desconcertado cronopio que anda mirando las éxtasis de las almas, mientras en el piso de abajo alguien más de
babas del diablo en el aire, y que recién a los veinte mil kilómetros descubre
que no ha soltado el freno de mano." [Julio Cortázar, Cartas, T1] uno (se la cascan), y luego una chancha para una botella de
cañazo que la juerga de los viernes empieza, con cantarrista para la

R acimos de lluvia empluman la atmósfera de agua. Cual las


babas del diablo. Casi leve, despaciosa y paciente en picar
mi aburrimiento, sabios escultores sobre mi gruesa cantera
sequedad de palo en piso Francia o en jequecito cantina donde
poco falta para que se besen los amigotes, que al encuentro, que
al solo hecho, que al encuentro. Batería Filter o voz The Cristal
vegetando, la lluvia y sus escultores racimos construyendo una Method instauran la nitidez en la continuidad de las babas del
historia pasada en el mármol de mi cuerpo. Y cae, cae obstinada diablo. Ahora que descubro que Cortázar era un cíclope de dos
en no sé qué sonido alargando la monotonía en los charcos. Los ojos cuya frente crecía según el descubrimiento de la plenitud del
racimos de la lluvia, las babas del diablo que Cortázar. momento literario, crecía y crecía hasta verlos contrariamente
lejanos a esos ojos de abismo. Perico me confesó tenerle miedo
Una mujer fría no se molesta en sacarse las medias antes de hacer al cronopio gigante, y no es para menos. Sus ojos desaparecen.
el amor por segunda vez con un extraño al que se vende por un Cíclope en proceso de separación de los ojos. La bufanda cantora
solo y anaranjado billete. De bruces, sobre sus lágrimas, en un yace en tu frío alelado. Un trombón tocado por un ángel negro
vaivén de tetas chorreantes aguanta las arremetidas y apaga el que rueda por donde los cigarrillos. Cenicero mágico
acelerado sonido vibrador de su celular que llama desde un tridimensionado. Endgame. Parabienes y abrazos. Por las
cálido pueblito con flacos hermanitos y una madre enmarcada en palmas abiertas a la loa de contrarios ojos cíclopes que
un paisaje pintoresco. A unas catorce horas de viaje. Tal vez el desaparecen en la frente del cronopio. Miedo ahora multiplicado
sonido del amor se asemeje a su olor salado, a su olor marino- en la suma de dos pericos por jaula armatoste escapando por ahí,
axila desemejante al volver, a frente tumbada en lo de pasar para por dónde más va a ser, por si la lluvia descontara ya un supuesto.
no morir ya de viejos. Tal vez el sonido del amor enclaustrado en Recién a la velocidad de las babas del diablo en estrellado cielo
una oscuridad que palidece las personas, sea esa soledad de ir iridiscente, ha descubierto que había parado a por un vaso de
colocándose la ropa despacio y sin mirarse, con el pudor que agua, sumergido paradójicamente en sus ojos de cíclope
quiere salir por una hendija de la puerta, hacia el frío qué más da, desaparecido, alejándose más y más el uno del otro, de su
hacia el frío y cansado mutilar de las horas en la TV a pasillo paradójica cercanía. Sumergido, hilarante, bicíclope. A dos por
donde los demás cuartos. En un callejón sin salida donde las miedo. Que en tu Maga, cronopito, como un duende bien
mariposas pálidas calientan la entrepierna con una ronera cerca. educado. El copete encima y el gauloise de siempre. Y que no
Muy cerca. Atardecidas en una batalla cansada como unos trapos vaya a morder la Remington, porque eso del miedo a las hojas en
negros que caen, las vestimentas del amor crecen en su blanco es ya otra historia y de famas. Las Spice Girls son tan
arrugamiento desprovisto de todo calor, mientras a un palmo la tiernas con lápiz labial de brillo para una buena mamada, fucsias
batalla de los cuerpos sucede, irremediable. Cambie de posición. Y en su felar suaaave. El método de la diarreica matita de
rutila su valva mojada. Las espinas del adiós dan la posta al legumbres literaria afrontada en muros sin tiempo, disparatada
llanto, como en esa carrera que es la vida. Y una espera por tu como chisgueteando el óleo en una supuesta obra maestra de El
reino, lo que es peor, tus húmedos flancos. Menos plácido que Gran Arte Contemporáneo. Flashes. Unas copas. Saludo o río a
ayer —por decir casi año y medio— miro a la mujer que enfría izquierda o derecha. Es él, el crítico. Y al retorno las cruces de un
mi cuerpo, y a la vez lo enternece en unas solas bocanadas espanto de plata a plena noche en la que ausentes almas
afuera, tanto es esto que sucede que no puedo dejar de respirar desperdigadas, una por basurero, en un orden metropolitano
pausadamente al compás de las volutas de humo provenientes de donde los perros traen colchas alfombras en papal pasado que
las pitadas al cigarro que parece emerger como de un gran vacío, más dorado está en los trajes que en las cúpulas gendarmes. ¡Oh,
al que no se le puede gritar hacia dentro. Nonada. Llamo en la tres veces oh!. He creado. He creado. Tranquilo a desgaire azufro
oscuridad y advierto que la batalla carnal ha terminado. Y no las enroladas frotaciones. Como a paja entubescente. Al charco.
queda nada. Nada, salvo la esperanza del olor pasado en la siesta, Al charco, por esperar el pucho pretérito. Los dedos van por su
una axila a cada paso, un remolino en el inodoro que traga las cuenta.
penas. No hay santos que remedien estos trajes descolgados
De Diario (work in progress)
desde una rama infinita, como en la oscuridad de un grito firme,
opacado tras una puerta cerrada cuando al otro lado de una
hendija acecha un petete gigantote vas a ver nomás que te agarre.
Amarillote y rubio, ojoso. Petete que ha crecido de entre los
juguetes del pequeñito de cuatro años llamado Gupi. Ése
destino, mariposa pálida, de tender el cuerpo hacia vergas que he
aprendido. Con asco y al revés del poncho. ¡Al pincho!. Queda el largo
de un espacio que ni con suficientes brazos alcanzamos a rodear,
ni por un mundo unido en siquiera las máscaras, obligados actos
que bien se podrían emular si de sobrevivir se trata. Es por eso
que existe el perdón para con nosotros mismos. De esperar en
ruta el camión que te llevará hacia la civilización, galpón de
mariposas pálidas friolentas con la colcha entre las piernas.
Abiertas a todo, menos a un calor extraño que las acecha echado,
desde ahí hasta el fondo en que las cruces y las fiestas con
boletitos por cada baile que os deis y por sí las moscas un viejito
cuidando, machete al cinto y verga de toro a la mano callosa, para

11 - Kcreatinn: Creación y más


> RESEÑAS
melancólico hombre alto que confesaba sorprendido en una de
Cartas, de Julio sus cartas, estar al borde del colapso y que no le vendría mal
Cortázar; Edición pedir ayuda a un par de pulpos para contestar más de un metro
cúbico de correspondencia llegada de lectores desconcertados
al cuidado de de toda la América Latina, lo que confirmó su sospecha de que
Aurora Bernárdez Rayuela iba a ser una bomba antiliteraria para el medio. Y hasta
hoy no es fácil empresa emprender su lectura.
Jack Farfán Cedrón Cuba, el socialismo, reuniones y viajes por todo el mundo como
traductor de la Unesco, la India, el sueño de recorrer Europa
A manera de cuaderno de
bitácora o diario de vida,
las más de mil páginas que
hecho realidad, las demoledoras empresas editoriales que
dirigía, como la de traducir los cuentos completos de Edgar
Allan Poe, la libre manera de perpetrar el ensayo de dimensiones
deleitosamente redactó en descomunales, Imagen de John Keats, no sólo afianzaron su
estas Cartas Julio Cortázar, creatividad y persistencia literaria, sino que con Rayuela se
dan cuenta de una vida convirtió en un mítico sueño literario “de estos y de otros lados”
intensamente literaria. En para las legiones de jóvenes, a inicios de los años 60.
ellas, a guisa de autobiografía
—léase proceso de la “cocina En esta correspondencia, editada en tres tomos, en los que
literaria” del escritor—, proveía sus lineamientos personales de Aurora Bernárdez (su esposa) tardó diez años de apasionada
lo que años más tarde, 1963, fluiría consolidada ya en la obra búsqueda y edición, el desconcertado Cortázar hila una afable
maestra de la antinovela latinoamericana, y, solapadamente, el comunicación con amigos argentinos, e intelectuales de la
cómo escribirla: Rayuela. época, entre ellos: Mario Vargas Llosa, Ítalo Calvino, Alejandra
Pizarnik, Octavio Paz, Lezama Lima...su entrañable amigo y
Con Presencia, un tomo lírico perpetrado cuando muy joven, editor, Francisco Porrúa, el poeta Paul Blackburn, las peripecias
entre otros poemas que enviaba a sus amigos en amena de prueba de galeras de la temible Rayuela, cuyos saltos pueriles
correspondencia nutrida de ideales y aspiraciones dentro de un de pie de capítulo, inevitablemente nunca nos llevarán al
entorno aciago para su crecimiento intelectual, el cronopio “capítulo que nadie leerá”, esto siguiendo el tablero de
demostró ser un poeta brillante y solapado, cuando no un instrucciones que escribió unas treinta veces hasta su forma
consumado músico, que en El Perseguidor tramó la genialidad definitiva. Cartas entrañables, de una sutileza y humor fino,
de un Charlie Parker y la naturaleza del feeling del jazz. confirman su frescura de ideas que también siguió a lo largo de
sus libros. Una espontánea manera de dejar “correr el vasto río de
Sus cuentos son piezas de orquestación, la “música de cámara” los pensamientos y los afectos” —escribió en 1942— que no
de la literatura, mientras que —como él lo manifiesta—, la debieran ser cartas rebuscadas, “vueltas a copiar” o
novela sería la “orquesta sinfónica”, y él hace gala de su maestría pensamientos con pretensiones de posteridad, sino más bien una
en los dos géneros, siendo sus cuentos los más perfectos feliz manera de contacto con las palabras que salven las
—después de Poe—, que se hayan escrito en la historia de este distancias entre los amigos; cartas, el puente mágico que une la
género, no en vano tradujo los cuentos completos del ausencia y el espíritu real de los amigos, que los tornan más
atormentado autor de The Crow, de manera admirable, en sus entrañables.
inicios como traductor para la Cámara del Libro de la República
Argentina. *Referencia bibliográfica: Cortázar, Julio. Cartas, Edición a cargo de Aurora
Bernárdez. 2000. Argentina. Alfaguara. T1, 675 páginas.
Un poema dramático, Los Reyes, firmado ya no con el
Las opiniones vertidas en los textos firmados son de exclusiva responsabilidad de cada uno
seudónimo de Julio Denis, respeta a la vez que vulnera la de sus autores y no necesariamente reflejan las opiniones y juicios de la Revista Kcreatinn.
tradición cretense del minotauro. Los tomos Final del Juego, Todo el material escrito y publicado en estas páginas es de propiedad intelectual de cada uno
de sus autores. Todos los derechos reservados de acuerdo a ley. Copyright © 2008
Casa tomada, Bestiario, Las armas secretas y las célebres Kcreatinn a.c.s.f.d.l.
Historias de cronopios y de famas, eran ya más que la suficiencia
alcanzada para un autor que no frisaba aun los cincuenta años, en
pleno mar de las luces: París. Maquinada a principios de la
década del 60, Rayuela lo consagra como aquel mítico y

Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2008-02377


Producción: Kcreatinn - Asociación Cultural sin fines de lucro.
Escritura pública Número Tres Mil Novecientos Sesenta y tres, registrada en la partida N° 11004907, título N° 00005356 del registro de
personas jurídicas de la SUNARP.

EQUIPO:
- OPERACIONES: Silvia Farfán Cedrón, Bachiller en Lengua y Literatura.
- PUBLICIDAD Y MARKETING: Eduardo Farfán Cedrón, Administrador de Empresas.
- PROYECTOS LITERARIOS: Jack Farfán Cedrón, Escritor.
- FINANZAS Y GESTIÓN EJECUTIVA: Javier Farfán Cedrón, Máster en Administración de Negocios.

|Director: Jack Farfán Cedrón||Impresión: Martínez Compañón Editores S.R.L.| |Tiraje: 500 ejemplares |

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