Eco, Umberto “arte y belleza en 1a estética medieval” : ee
Barcelona, Lumen, 1997.
4 muchos mimeros») y Galena, al resumir Jos con
LAS ESTETICAS DE LA PROPORCION
4.1, Le tradicién ciisica
De todas las det niciones de la belleza, una (uvo especial fort
tna on ka Edad Media, y procedia de san Agustin (Epistle 3, CSEL
34/L, p. 8): Quid ext corporis pulchritudo? Congruentia partium
cw quadam colores suavitate (,Qué es ta hermosura del cuerpo?
Es la armonia dle las partes acompaniada por cierta suavidad de
color), Esta formule reproducia una casi andloga de Cicerdn (Cor-
poris est quaedam apta figura membrorum cum coloris quadam
suavitate, eaque dicitur putchricuda, Tasculanae WV, 31, 31), la cual
su vez tesumia toca la tradicion estoica, y ckisica en general, ex-
presada por la diada chréma kat symmetria
Pero el aspecto mas antiguo y fundado de tales férmulas era
siempre el de ta congruentia, ta proporcién, el niimero, que se re-
montaba incluso a los presocraticos." A través de Pitdgoras, Pla-
{6n, Aristétees, esta concepcién substanciaimente cuantitativa de la
belleza habia aparecido una y otra vez. en el pensamiento griego”
para fijarse ejemplarmente —-y en términos de comodidad opera.
tiva— en el Canon de Policleto y en la exposicién que de él habia
hnecho posteriormente Galeno (cf. Panofsky 1955, trad. cast. pp.
845s., y Schlosser 1924, trad. cast. pp. 77 s8.). Nacido como esc
to técnico-prictico ¢ incluido en un filén de especulaciones pita-
géricas, et Canon se convirtié poco a poco en un documento de
estética dogmiatica. ZI inico fragmento que poseemos contiene ya
vuna afirmacién tedrica («la belleza viene poco a poco, a través de
1H. aElexdeny fs prporién som bello y sles (Arsonena, Dil f 57),
15. CL Aéstetes, Ton ML, NSD Met XU, 3, 178436, Pot6n, Flo, 266
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;ptos del Canon.
dice que «la betleza no consiste en los elementos, sino en la pro-
porcidn de un dedo con relacidn a otro dedo, de todos los dedos
Fespecto al resto de la mano... y de todas las partes, en fin, respee=
to a todas las otras, como se halla escrito en el canon de Policleton
(Placita Hippocratis et Plaronis ¥, 3). De estos textos nacid, por
fo tanto, ef gusto por una Férmulaclemental y polivalente, por una
definicidn de la belleza que expresara numéricamente la perfeccion
Tormal, definicién que, aun permiticncle uina serie de variables pu
diera reconducirse al principio fundamental he Ia wonilad eat la ve
viedad,
El otto autor por ef que It teorfa de fas proporciones se trans:
mite a ia Edad Media es Vitrubio, al cual se remiten tanto teéricos
‘como tratadistas pricticos, desde el siglo 1x en adelante, encontrando
cen sus textos no s6lo los términos de proportio y symmetria, sino
definiciones como
ratae portis membrorum in anni opere toriusgue commedulatio [o}
x ipsius.operis membris conveniens consensus ex partibus separatis
‘ad universae figueae speciem ratve partis responsus.
La proporcién ¢s una corcespondencia de medidas entre una de-
terminada parte de los miembros de cada obra y su conjunto {o} una
concordancia uniforme entre la obra entera y sus miembros, ¥ una
correspondencia de cada una de las partes scparadamente con toda
Ia obra
(De architectura UN, ts |, 2; Wad. cast. de A. Bldnquez,
7 Barcelona, theria, 1955)
En el siglo xu, Vicente de Beauvais en su Speculum maius (Ie
28, 2) resumira la teoria-vitruviana de las proporciones humanas,
donde aparece ese canon de conveniencia tipico de ta concepcién
proporcional griega, para ta cual las dimensiones de la cosa bella
se determinan Ia una en relaci6n con fa otta (el rosteo sera ta déci-
rma parte del cuerpo, etc.) ¥ no se reconducen cada una separada-
mente a una unidad numérica neutra (cf. Panofsky 1955, p. 86):
tuna proporcionalidad fundada sobre armonfas concretas y ored-
niicas, no sobre nuimeros abstractos. :
t fly”4.2. La estética musical
A través de tales fuentes la teoria de las proporciones llega a
Ja Edad Media. En In trontera entre la Antigiiedad y los tiempos
‘nuevos esta Agustin, que usa varias veces este concepto (ef. Sv0
bods 1927), y, autor de influencia incalculable sobre todo el pen-
samiento escokistico, Boccio. Este trasmite a la Edad Media Ia fi-
losofia de las proporciones en su aspecto pitagérico originario,
desarrollando una doctrina de las relaciones proporcionales en el
ambito de la teoria musical. A través de la influencia de Roceio,
Pitigoras sv convertini para la Edad Media en el primer inventor
de la misica: Priawn onium Pythagoras inventor musicae (et
Engelberti Abb, Admontensis de musica, cap. X).
Con Boscio se verifica un hecho muy sintomatico y represen-
tntivo de la mentalidad medieval. Al hablar de misica, Boecio se
refiere a una ciencia natematica de las leyes musicales: el misico
es el tedrico, el conozedor de las reglas matematicas que gobier
nat ef mundo sonore, mientras el ejecutante a menuclo no es sino
un esclayo desprovisto de pericia y el compositor un instintivo que
no conoce las beliezas inefables que séto la teoria puede revel.
Solo aguel que juzga ritmos y melodias a la luz de la razén puede
decirse miisico. Boecio parece casi felicitar a Pitagoras por haber
emprendido un estudio de ta miisiea relicto aurium judicio, pres
cindiendo del juicio uel oido (De musica f, 10).
Se trata de un vicio teoricista que caracterizara a todas los 1e6-
ricos musicales de la primera Edad Media. Sin embargo, esta no-
cidn teorica de proporcién los Hevard a determinar les relaciones
cfectivas de la experiencia sensible, mientras que la (recuentacién
rle! hecho creativo ird dando a la nociéa de proporcién significa
dos mas concretos. Por otra parte, la nacién de proporcién le lie-
guba a Boecio ya ver'ficada por la Antigiiedad, y sus teorfas no
eran, por tanto, puras fabulaciones abstractas, Su actitud revela mis
bien al intelectual sensible que vive en wn momento de profunda
crisis histérica y asiste a Ia caida de los valores que le parecen in
sustituibles: la Antigiedad clasica se ha disuelto ante su mirada
de titimo humanista; en la €poca barbarica en la que vive, la civi-
lizacién de las letras es casi nua, la crisis de Europa ha alcanzado
uno de los puntos mis tragicos. Boecio busca refugio en la con
ciencia de algunos valores que no pueden ir a menos, en Jas leyes
del niimero que regulan la naturaleza y el arte, sea cual sea cl modo
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en que acontezca el presente, Incluso en los momentos de optimis-
mo por la belleza del mundo, su actitud sigue siendo la de un sa-_
bio que oculta la desconfianza en el mundo fenoménico admit
do Ia belleza dé los noumenos matematicos, La estética de la
proporcién entra, pucs, en la Edad Media como dogma que se niega
a cualquier verificacién, y que estimulara, en cambio, las verifica:
ciones mas activas y productivas,”
Las teorias boecianas de la musica son bastante conocidas. Un
dia Pitdgoras observa como los martillos de un hertero, golpean-
do sobre el yunque, producen sonidos diferentes. y se da eueut
de que las relaciones entre ios sonidos de Ia gama ast obtenida son
proporcionales al peso de los mavtillos. El numero rige, por to tanto,
cl universo sonoro en su razon fisica y lo regula en su organizarse
artistico.
Consonantia, quae omnem musicoe modutationent rea, procter
sonuri fieri non potest... Eienim consonantia est ulissimilivnn inter se
vocu in unin redacta concordia... Consonant est detuti soni xr
visque mixtura suaviter uniformiverque auribus aceidens, i
La consonancia que gobierna todas las modhlaciones musicales
no puede obtenerse sin sonido... La consonancia es Ia eoncoruia de
voces diferentes entre si reducidas a la unidad... La armonia es una
‘mezcla de sonidos agus y graves que alcanza suave y uniformemente
el aldo.
(De musica I, 3 y 8 PL 63, cols. 1.172, 1I73 y 1.176) 5 |
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También la reaccidn estética ante cl hecho musical se funda so- i
bce un principfo proporcionl:es propio de Ia naturaleza humana ||
enervarse ante los modos musicales contrarios y abandonarse a los | t
ind agradables, Se tata den heche dacomienad por toda la doe |
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trina psicolégica de la misica: modos diferentes influyen de dife-
rente manera sobre Ia psicologéa de los inlivicuos y hay ritmos duros
y fitmos moderados, ritmos adecuados para educar gallardamente
‘Jos muchachos y ritmos muelles y lascivos; los espartanos, nos
16. 4. Combaries (Histoire dela musgue, 6, Pts, 1938, vo. hp. 224 soni
ce tencia fe itzoras sia praltantcen a sia, ay como lade Arittees
To ue ent losfla. Sin embargo, nose puede rear que se debe a esa nfluenca et esa
Como «de propor, que la pricicas0po ade
uae suesivay rpidamente 3 ls roy
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