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Historia de

Santiago de las Vegas

desde los primeros tiempos


hasta el cese del gobierno español

Francisco Fina García


Historiador Oficial del Municipio
Ediciones Altagracia
Miami, Florida

A la memoria de Altagracia Pérez Álvarez, 1905-1999


nuestra inolvidable Abuela Nana

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© 2007 sobre el diseño solamente.


Esta obra es de dominio público y por lo tanto
la reproducción del texto no está prohibida,
siempre y cuando se le atribuya a
Francisco Fina García.

Imágenes de la portada: Guillermo Gallol y


Torres a los 7 años de edad, Coronel del
Ejército Libertador, entra en Santiago de las
Vegas con el Coronel Raúl Arango, 1898.
Firmada por el fotográfo M. Buría. Al
dorso: Iglesia católica de Santiago de las
Vegas y Plaza del Mercado (hoy Parque
Juan Delgado) en 1882 (foto del archivo de
la Iglesia).

Impreso en E.E.U.U.
1775: «R.l (Real) Cédula por la qual se confirma la creación de la R.l Villa de Santiago de Compostela
de las Vegas». (Archivos de la iglesia católica)
ÍNDICE

Una palabra del Editor i

Prólogo iii

Cédula del autor v

Síntesis geográfica vii

I. Desde los primeros tiempos hasta la Constitución del Cabildo 23

II. Desde la Constitución del Cabildo hasta la concesión del título 36


de Villa

III. Desde la concesión del título de Villa hasta la creación de la 51


Tenencia de Gobierno

IV. Desde la creación de la Tenencia de Gobierno hasta el Pacto 63


del Zanjón

V. Desde el Pacto del Zanjón hasta la Guerra de Independencia 78

VI. Santiago durante la Guerra de Independencia 87

VII. Desde la terminación de la Guerra hasta el cese del 102


Gobierno Español

VIII. Breve reseña de la Época Colonial 115

IX. Desde el cese del Gobierno Español hasta la instauración 124


de la República
W edicamos esta edición
a todos los santiagueros de ayer, hoy,
y del mañana, con especial agradecimiento a
Jorge Luís Barreiro y su encantadora esposa Fani Cazalvilla,
por contribuir generosamente de su tiempo para
copiar el texto; a mi querido David Appell, por la misma razón
y por ayudar con el diseño; a mis padres, Ismael y Consuelo,
por su apoyo, entusiasmo, y crítica constructiva; y más que a nadie,
a Francisco Fina García, por salvarnos del olvido.
UNA PALABRA DEL EDITOR

¡¡Qejemplar
ué sorpresa, al recibir hace unos años en Santiago de las Vegas un
de este libro, ya amarillento y roído por las polillas, de
manos de mi primo, el arquitecto Jorge Luís Barreiro! Qué emoción, qué
insólito placer, hallar entre sus páginas la historia de nuestro querido
pueblo—una historia que cada día se olvida un poquito más, y que los
jóvenes de hoy, con rara excepción, desconocen del todo. ¿Quién me
hubiera dicho que nuestras calles, en otros tiempos, llevaban nombres en
vez de números, nombres tan pintorescos como los de la Habana Vieja?
¿O que nuestra noble ciudad una vez dio refugio a los habaneros que
huían de la ocupación inglesa de la capital? ¿Cómo iba a saber yo, nacido
en Cuba y criado en Estados Unidos, que en mi pueblo se organizó la
primera sublevación contra España—en 1717?

La importancia de esta brillante obra de Francisco Fina García radica


precisamente en esto: gracias a este intelectual santiaguero, ni usted, ni
yo, ni las generaciones que vengan después, tendremos porqué olvidar
nuestro rico patrimonio histórico y cultural. Con esta nueva edición,
ilustrada con fotografías procedentes de nuestro sitio web www.santia-
godelasvegas.org, pretendemos mantener viva la misma llama que lo
animó hace más de medio siglo ya a escribir esta corta pero apasionante
historia, y perpetuarla en los corazones de futuros santiagueros.

¿Valdrá la pena comprar este libro? ¿Qué nos importa hoy, y cuánto
menos importará mañana, lo que pasó en un pueblo cubano hace más de
un siglo? No es sólo, querido lector, por interés intelectual; para construir
la casa de nuestro futuro, no hay mejor cimiento que un buen
conocimiento del pasado. Con esta misión, Ediciones Altagracia, dedicada
exclusivamente a publicar obras sobre Santiago de las Vegas, les ofrece
su primer libro al costo, sin ánimo de lucro, mediante la nueva tec-
nología de impresión a la orden, en la cual cada libro se imprime una vez
comprado. Esperamos que este fruto de tantos desvelos sea de su agrado,
y que se lo recomiende—o se lo regale—a su familia y amistades, en
cualquier parte del mundo que estén, para así ir alumbrando, poco a
poco, con la llama que el escritor nos dejó.

Gracias, Francisco.

José Alberto Balido Hernández


Miami, Florida, a 25 de julio de 2007, Día del Patrón

i
PRÓLOGO

U no de los más grandes servicios que un maestro – un buen maestro


– puede prestar a la comunidad en que ejerce su fecundo ministerio
es, sin duda alguna, la investigación y a la postre la exposición de su a
veces modesto pero siempre interesante proceso histórico local.

Para cumplir tan elevada encomienda, escribió un gran educador que


fue también un notable historiógrafo, el doctor Pedro García Valdés,
recientemente fallecido, el maestro recurrirá «a todas las fuentes que
puedan dar luz sobre el desenvolvimiento de las pequeñas comunidades
en los distintos medios, como son: Archivos de las Iglesias,
Ayuntamientos, Instituciones Sociales, Notarías y Memorias, etc., no
olvidando los relatos anecdóticos de la gente vieja que, sin estar escritos,
revisten caracteres de verdad; y aun también las leyendas trasmitidas de
una a otra generación y que, en su fondo, suelen recoger y novelar un
hecho realmente histórico, formándose así el patrimonio tradicional de
la comunidad».

Consciente de esta grave ineludible obligación, el señor Francisco Fina


García, periodista, poeta, historiador bibliográfico y por encima de todo
maestro, ha puesto empeño en ofrecer al estudio y a la admiración de sus
coterráneos esta Historia de Santiago de las Vegas, culminación feliz de
varios años de paciente y acuciosa búsqueda; encomiable propósito de
incorporar su bienamada patria chica al grupo cada vez mas numeroso
de localidades cubanas que poseen la relación puntual y documentada
de su movido proceso político, económico, social; su historia, en fin.

La vida útil de Fina García ha sido, es aún, una total y generosa con-
sagración al desarrollo intelectual de su querido terruño.

Fundador y organizador afortunado de loables empeños culturales – la


Biblioteca Pública de la Asociación Más Luz, con su utilísima Sección
Infantil y su Hemeroteca; la clasificación y catalogación de los fondos de
tan popular y provechosa institución; el Museo Histórico; su decisivo
aporte a la creación de los grupos Selección y Hombre Nuevo; las revistas
y boletines Más Luz, Mi Escuela y El Informador; estas creaciones prego-
nan, con la elocuencia de los hechos realizados, cuánto debe la sociedad
santiaguera – cuánto debe la República – a este modesto pero infatigable

iii
animador de tanta empresa inteligente y de tanto esfuerzo fecundo.
Pero la actividad de Fina García alcanza más allá de los límites geográficos
de su comarca nativa, y a sus desvelos se deben, en buena parte, la
Federación de Bibliotecas Públicas de la Provincia de La Habana, la
Asociación Bibliotecaria Cubana y la Federación Provincial de
Asociaciones de Prensa, que le cuentan en el número selecto de sus
miembros fundadores.

Como historiador Fina García ha enriquecido la bibliografía cubana con


sus estudios sobre Bibliografía de la Prensa del Término Municipal de
Santiago de las Vegas (1940); Fichas Históricas de Santiago de las Vegas
(1941); Galería de Santiagueros Distinguidos (1948); Cronología de la
Prensa Santiaguera y 200 Efemérides Santiagueras, publicadas en la
revista Antorcha, de esa localidad; y aun guarda, para la imprenta, otros
estimables trabajos: Compendio de Historia del Periodismo, Historia de
Santiago de las Vegas, Raíz y fruto del 27 de noviembre, La Verdad a la
luz de la Historia…

De la calidad y del valor de sus obras es exponente brillantísimo esta


Historia de Santiago de Compostela o de las Vegas, que el amable y
curioso lector tiene ahora entre sus manos. Obra escrita en presencia de
las fuentes más responsables y seguras; concebida y desarrollada con
cabal y aguda comprensión de hechos y de personajes; amena, instructiva
y veraz, y por estas razones obra útil y meritoria, que valdrá a su autor
plácemes y celebraciones; que le ha valido ya, a manera de augurio feliz
de otras codiciadas recompensas, el diploma de miembro correspondiente
de nuestra prestigiosa Academia de la Historia de Cuba.

Para el señor Fina García, Historiador Oficial del Municipio de Santiago de


las Vegas y maestro calificado vayan en estas líneas, con nuestra felicitación,
un voto sincero por su ventura personal y por sus triunfos futuros.

José Manuel Pérez Cabrera


Individuo de Número y Secretario de la Academia de la Historia de Cuba

iv
CÉDULA DEL AUTOR
LUGAR Y FECHA DE NACIMIENTO: Francisco Fina García, nació en
la ciudad de Santiago de las Vegas, el 29 de enero de 1910.

TÍTULOS QUE POSEE: Profesor de Instrucción Pública y Periodística


Profesional.

CARGOS QUE OSTENTA: Historiador oficial del Municipio de


Santiago de las Vegas, Miembro Colaborador de la Sociedad Cubana de
Estudios Históricos e Internacionales, Miembro de la Asociación de
Artistas y Escritores Americanos y miembro Correspondiente de la
Academia de la Historia de Cuba.

HONORES CONFERIDOS: Miembro Honorario del Comité Cultural


Argentino de Buenos Aires, Presidente de Honor de la Asociación de
Corresponsales de Melena del Sur, Presidente de Honor de la Asociación
«Más Luz», designación con su nombre del Museo Histórico de la
Biblioteca «Más Luz».

PREMIOS OBTENIDOS: Premio Municipalidad «José Martí (Artículo


periodístico) y Accésit en concurso histórico del C.I.R (Estudio biográfi-
co de Enrique Roig San Martín).

INSTITUCIONES QUE HA PRESIDIDO: Asociación «Más Luz»,


Asociación de Corresponsales y Prensa Local, Federación Provincial de
Bibliotecas de la Provincia de la Habana, Sección de Cultura del Centro
de Instrucción y Recreo y Asamblea Local de Periodistas Profesionales.

PUBLICACIONES QUE HA DIRIGIDO: Boletín «Más Luz»,


órgano oficial de la biblioteca «Más Luz», Mi Escuela (revista
infantil), El Informador (boletín literario e histórico) y Pueblo
Libre (periódico de información general), así como la hora radial
de la Asociación de Corresponsales.

CUADERNOS Y FOLLETOS PUBLICADOS: Fichas Históricas de


Santiago de las Vegas, Galerías de Santiagueros Distinguidos (pequeñas
biografías), Bibliografía de la Prensa Santiaguera, Prisma (Versos), Canto
a la Región Oriental de Cuba (Poesías), Aristas Filosóficas de Martí,
Ángulos filosóficos de Varona y Vértices Filosóficos de Luz y Caballero
e Historia de Santiago de las Vegas.

v
OTROS TRABAJOS PUBLICADOS EN LA PRENSA: Los Tres
Grandes Amores de Luisa Pérez de Zambrana, Martí y la Amistad, un
Poeta Vanguardista de Tierra Adentro, Gustavo Adolfo Bécquer,
Apostillas Filosóficas, Leyendas y Tradiciones Santiagueras, Cronología
de la Prensa Santiaguera, Bibliografía de Autores Santiagueros, 200
Efemérides Santiagueras, Presencia de Santiago de las Vegas en las
Luchas por la Independencia, El Periodismo en Santiago de las Vegas,
Apuntes, Apuntes Históricos de Calabazar, Rancho Boyeros y Rincón,
Las Letras, Las Artes y Las Ciencias en Santiago de Las Vegas.

ALGUNOS TRABAJOS INEDITOS: Presencia de Santiago de las Vegas


en las Luchas por la Independencia, Raíz y Fruto del 27 de noviembre,
Estudio Biográfico de Enrique Roig San Martín, Método para Alfabetizar
Adultos y Breve Historia del Periodismo.

i
SÍNTESIS GEOGRÁFICA
SITUACIÓN La ciudad de Santiago de las Vegas, está situada en la
provincia de La Habana, a una distancia de 18 kilómetros hacia el sur, a
los grados 23 de latitud norte y su longitud con relación al meridiano de
Greenwich es de 82 grados hacia Occidente.

LÍMITES El Municipio de Santiago de las Vegas, limita al norte con La


Habana, separado por el río Almendares; al sur con Bejucal, separado por
el arroyo Govea; al este con San Antonio de las Vegas y al oeste, con San
Antonio de los Baños y Marianao; del primero lo separa el arroyo Govea
y del segundo, la línea del Ferrocarril de Villanueva y el río Almendares.

SUPERFICIE Tiene una superficie de 94 kilómetros cuadrados, siendo


uno de los más pequeños en extensión territorial de la provincia.

POBLACIÓN: Según el último censo de población de 1952, este


Municipio cuenta con 32 941 habitantes.

CLIMA El clima es seco y fresco debido a su elevación, sobre todo en


la cabecera, ofreciendo una temperatura agradable.

MONTAÑAS El aspecto de su territorio es generalmente llano, muy


poco accidentado y sobre una meseta que se eleva a 84 metros sobre el
nivel del mar, tiene su asiento la ciudad de Santiago de las Vegas, que es
la cabecera del Término. Al sureste tiene una elevación del terreno, donde
se hallan las lomas que forman parte del grupo de las Sierras de Bejucal.

RÍOS Entre las corrientes de agua que surcan su territorio, están el río
Almendares o Chorrera, que nace en la Loma del Gallo, en Tapaste, corre
hacia el norte, pasa por el poblado de Calabazar, donde toma este nom-
bre, por los manantiales de Vento y desemboca en la Chorrera; el arroyo
Govea, que desagua en la laguna de Ariguanabo; el arroyo Jíbaro, así
como numerosas cañadas.

LAGUNAS Entre las que se encuentran en este Término, se pueden


citar: «La Limpia», «La Luisa», «Santana», «Pancho Real» y «Ardavín»,
las dos últimas en las cercanías de la ciudad.

CAVERNAS Existen varias cavernas en las elevaciones del terreno, que


forman el grupo de las Sierras de Bejucal.

vii
CARRETERAS La red de carreteras que enlaza a este Municipio con los
distintos pueblos de la provincia es bastante completa. Las carreteras
que recorren su territorio son: la que conduce de la Habana a Bejucal, por
la Víbora; de Rincón a San Antonio de los Baños; de Santiago a Marianao
por Wajay; de Santiago al Cacahual, ésta en doble vía; la que conduce
desde el Cerro hasta el Mausoleo del Cacahual; de Palatino a Santiago,
por Vento y Wajay; de la Calzada de Bejucal al Cacahual; de Calabazar a
Las Guásimas, por La Güinera; de Calabazar al reparto «El Globo», y en
construcción, la de Santiago de las Vegas a Managua.

COMUNICACIONES Dos líneas del ferrocarril atraviesan su territo-


rio, la del ferrocarril de Villanueva, con Estación en el Rincón, y la de los
Ferrocarriles Unidos de la Habana, con Estaciones en Calabazar, General
Peraza, Santiago y Rincón.

Varias líneas de ómnibus atraviesan la ciudad y sus barrios y son las si-
guientes: las rutas 76, 51, 36, y 39, que hacen el recorrido por la doble vía,
desde La Habana hasta Bejucal, Quivicán, La Salud, San Antonio de los
Baños, Güira de Melena y Alquízar; la 31 de Santiago a la Habana, por la
Víbora; La Especial de Santiago a la Víbora; la 50, de Marianao a Rincón,
así como un servicio de ómnibus especiales a las poblaciones señaladas.

Cuenta además, con el Aeropuerto «José Martí», ubicado en el barrio de


General Peraza (Rancho Boyeros), con el servicio aéreo para distintas
partes de la Isla, así como líneas entre Cuba y numerosos países del con-
tinente y de Europa, constituyendo hoy el centro de mayor comuni-
cación aérea de la República.

Cuenta asimismo con un buen servicio de comunicaciones telegráficas,


telefónicas y de correos, con estaciones en Santiago. La Estación
Telegráfica del Ferrocarril del Oeste. La cabecera cuenta con un centro
telefónico, con servicio de corta y larga distancia. La Estación
Experimental Agronómica posee una línea telefónica directa con el
Ministerio de Agricultura.

GOBIERNO Para la administración del Municipio tiene un


Ayuntamiento integrado por el Alcalde y los Concejales; el primero, con
funciones ejecutivas y los segundos, con funciones legislativas, siendo
designados por elección del pueblo.

BARRIOS Este Municipio está dividido en siete barrios, que son: Norte y
Sur, que forman la cabecera o ciudad de Santiago de las Vegas, ambos
urbanos; Calabazar, General Peraza, Rincón, Doña María y Aguada del Cura.

viii
DIVISIÓN JUDICIAL El Término Municipal de Santiago de las Vegas,
pertenece al Partido Judicial de Bejucal y tiene en la cabecera un Juzgado
Municipal.

RECURSOS NATURALES La mayor parte de su territorio está forma-


do por terrenos fértiles y llanos de color bermejo. Posee ricos manan-
tiales de aguas naturales, como los de Vento, Ojito de Agua y Aguada del
Cura, de aguas minero-medicinales, como los de El Cisne y Santa Teresa,
así como un manantial de aguas sulfurosas en la finca Inglaterra. Tiene
también canteras de piedra y cocó en los barrios de General Peraza y
Calabazar.

AGRUPACIONES CULTURALES Entre este tipo de agrupaciones se


encuentran, la Asociación «Más Luz», el Grupo «Selección», la Alianza
Francesa y el Grupo «Hombre Nuevo».

PERIÓDICOS Y REVISTAS En la actualidad se publican los periódi-


cos: «El Constitucional», «Heraldo Santiaguero», «El Forjador» y
«Vocero Juvenil» y las revistas «Antorcha», «Serpentina», «Mundo
Fraternal», «Revista del C.I.R.».

ESCUELAS PÚBLICAS El Distrito Escolar cuenta con más de un cen-


tenar de maestros de enseñanza común y especialidades. Tiene en la
cabecera, dos escuelas de varones y dos de hembras, así como una mixta;
la Escuela Intermedia para 5° y 6° Grado; una Escuela Primaria Superior
de hembras y otra de varones; dos Centros Escolares Nocturnos, uno de
enseñanza común y el otro de Idioma Inglés.

Existen Centros Escolares y Escuela Nocturna en los barrios de Rincón,


General Peraza y Calabazar, así como en Mazorra. Además, en General
Peraza se encuentra el Hogar Infantil, internado para ambos sexos de 1° a
6° grado. En Calabazar, existen escuelas en los Repartos de Berenguer,
América y El Globo.

ESCUELAS PRIVADAS Entre las escuelas privadas podemos anotar, el


Colegio Academia «Gacio»; el Colegio «María Auxiliadora»; el Colegio
«Wesley»; la «Vinci Academy»; la Academia «Carral», todas en la
cabecera. En General Peraza el Colegio Academia «Brito» y el Colegio
«Nuestra Señora de Lourdes». En Calabazar, los Colegios «Richard» y
«Amador».

CENTROS EDUCATIVOS Y TÉCNICOS La Escuela Técnica Industrial


«José B. Alemán», para varones; la Escuela Técnica Industrial «Rosalía

ix
Abreu», para hembras; la Granja Escuela Provincial «Conde de Pozos
Dulces»; la «Escuela Politécnica ‘José Martí’»; las Escuelas de enfermeros y
enfermeras de Mazorra y el Colegio Seráfico de los Padres Franciscanos.

CENTROS CIENTÍFICOS El hospital de dementes de Cuba, en


Mazorra; la Estación Experimental Agronómica y los Laboratorios
Biopatológicos, estos en la cabecera.

HOSPITALES El Hospital Municipal, en la cabecera; el «Lila Hidalgo»,


en General Peraza; el de Dementes, en Mazorra y el Leprosorio «San
Lázaro», en Rincón.

TEATROS Popular y Minerva, en la cabecera; Paramount, en General


Peraza; La Sociedad, en Calabazar y en Mazorra uno para los hospitalizados.

BIBLIOTECAS «Más Luz» y «Alberto Fonseca»; al servicio público, así


como la de la Estación Experimental Agronómica, en la cabecera. En
General Peraza, La Biblioteca «28 de Enero», con carácter público,
existiendo bibliotecas privadas en la mayoría de las instituciones sociales
y centros oficiales.

TEMPLOS RELIGIOSOS El de la Iglesia Parroquial de «Santiago


Apóstol»; la capilla «La Sagrada Familia», de la religión católica; el Templo
de la Iglesia Metodista y una capilla de la misma, así como un Templo
Pentecostal, todas en la cabecera. En Rincón, La Iglesia del Leprosorio
«San Lázaro»; en Calabazar, una Iglesia Católica y un Templo Metodista;
en General Peraza un Templo Católico y en Mazorra, una capilla.

MONUMENTOS El más importante es el erigido al General Antonio


Maceo y su Ayudante Francisco Gómez Toro en el Cacahual existiendo
en el propio lugar un obelisco a Pedro Pérez, que fuera custodio de los
restos de ambos patriotas; la estatua del Coronel del Ejército
Libertador, Coronel Juan Delgado, en el parque de su nombre; el busto
de José Alberto de la Luz, en el parque que lleva su nombre; el busto
del Conde de «Pozos Dulces», en el Parque de la Estación Experimental
Agronómica; en el Parque «Martí», el busto del Apóstol, el Monumento
a las Madres y el busto de Miguel de Cervantes; la Cruz Verde; la esta-
tua del Corazón de Jesús en lo alto de la Iglesia Parroquial; las estatuas
de San Pedro y San Pablo, colocadas a la entrada norte de la Iglesia
Parroquial y en el atrio de la misma, la gruta de Nuestra Señora de
Lourdes con una imagen de la misma; el monumento erigido al cerdo,
en los terrenos de los Laboratorios Biopatológicos, todos en la cabecera.
En General Peraza, un busto de Martí en el Parque «La Rosa Blanca», el

x
Monumento a las Madres, en el parque de este nombre; el busto del
General Jefe B. Alemán, en los jardines de la Escuela Técnica Industrial.
En Calabazar, un busto de Martí, en el parque Máximo Gómez y el
Monumento a las Madres en el parquecito de este nombre.

PRINCIPALES INDUSTRIAS Entre las principales industrias de este


Término se encuentran los telares «Tedeca»; el tejar «Bregolat», las fábri-
cas de refrescos «Cawy» y «Green Spot»; la fábrica de navajitas «Tip-
Top»; la fábrica de medias y confecciones de ropa interior «Glamour
Textil»; una fábrica de Cerámica y Alfarería; el despalillo «Cuban Land
Tobacco»; la fábrica de teñido de telas; la fábrica de calcomanías
«Meyer»; la fábrica de fósforos «El Caribe», así como fábricas de zapatos,
tabacos, envases de cartón, dulces y conservas, tejares, muebles y otras
industrias menores.

AGRUPACIONES RELIGIOSAS Entre las diversas agrupaciones reli-


giosas se encuentran: los Caballeros Católicos, Unión 75; las Hijas de
María; la Juventud Obrera Católica; el Apostolado de la Oración y
Acción Católica. De la rama metodista, los Hombres Cristianos, la
Asociación de Damas Metodistas, La Asociación de Jóvenes Metodistas,
así como los Testigos de Jehová.

INSTITUCIONES FRATERNALES Entre estas se encuentran, las


logias masónicas, «Los Templarios», «Optimismo N° 10», «Luz y Verdad
N° 12», «Verdad N° 10216»; «Sacerdotisas del Hogar», «Voluntad
Fraternal», Logia «Juan Pérez Alonso», Logia «Ajef Justo Torre», todas en
la ciudad de Santiago. En General Peraza, Logia «28 de Enero»; en
Calabazar «Carlos J. Finlay», en Rincón, «El Apóstol»; en Mazorra, Logia
«Juan Delgado». Entre las integradas por mujeres: «Abnegación N° 5» en
Santiago; «Carmina Montoto», en Calabazar; Logia «Hilda Sánchez», en
el Reparto Baluarte.

SOCIEDADES DE RECREO Y DEPORTE Entre éstas se hayan: el


Centro de Instrucción y Recreo; Club Atlético de Santiago; Casino
Español; Club Aliados Chinos; Club de Cazadores; C.I.R. «LaGloria»,
todas en la cabecera. En Calabazar, Asociación de Propietarios,
Industriales y Vecinos y Sociedad «La independencia». En General Peraza,
el Club Industrial «Lutgardita» y en Rincón, el Club Cultural Deportivo.

AGRUPACIONES PROFESIONALES La Asamblea Local de


Periodistas Profesionales; el Colegio Municipal de Maestros; Colegio
Municipal de Pedagogos; Colegio Médico Local; Colegio Farmacéutico;
Colegio Odontológico; Colegio Veterinario y Colegio de Servicultores.

xi
OTRAS AGRUPACIONES Entre las agrupaciones que tienen un carác-
ter especial, se pueden citar: La Cámara de Comercio, el Club de Leones,
el Club Rotario, la Cooperativa de Agricultores, el Cuerpo de Bomberos,
la Delegación de Veteranos, la Asociación de «Hijos Veteranos», el
Bloque Santiaguero de Prensa, la Federación de Corresponsales.

INSTITUCIONES BENÉFICAS Entre estas figuran, la Cocina Gratuita


«Mariano Monteresi»; la Creche «Antonio Maceo»; el Legado Cifuentes.

AGRUPACIONES OBRERAS Entre los numerosos sindicatos organiza-


dos están: el de Despalilladores, el de Empleados del Comercio, el de
Panaderos, el Textil, el de Transporte, el de Tabaqueros, el de Barberos y
Peluqueros, el de Alfareros, el de la Aguja, el de Empleados Públicos y otros.

PARQUES Tiene el Término los Parques siguientes: El Parque Nacional


del Cacahual, donde reposan los restos de Maceo y Gómez; el Parque
«Juan Delgado» y Parque «Martí»; Parque «Arango y Parreño» en la
Estación Experimental Agronómica; el Parque «Alberro», en Santiago.
En Calabazar el Parque «Máximo Gómez» y el Rincón de las Madres. En
General Peraza el Parque «Lutgardita». Parque «La Rosa Blanca» y el
Rincón de las Madres. En Rincón y en Mazorra, uno en cada poblado.

REPARTOS El Término cuenta en la actualidad con numerosos repar-


tos, como son entre otros: Lídice, Villanueva, La Caridad, Guadalupe,
Ampliación de Santiago, Tessie, La Especial, todos estos formando parte
como ampliación de la ciudad de Santiago. En General Peraza: Baluarte,
Río Verde, Pan American, Lutgardita, Dinorash y Las Mercedes. En
Calabazar: El Globo, Berenguer, Porta y América. Mulgoba y Los Cocos,
que son repartos de pequeñas finquitas residenciales.

LUGARES HISTÓRICOS Entre los numerosos lugares históricos de


este Municipio, se pueden anotar los siguientes: El Cacahual, donde
reposan los restos del General Antonio Maceo y su Ayudante, Panchito
Gómez Toro; la casa donde nació el patriota Eduardo Hidalgo Gato; la
casa donde nació el presbítero, Manuel de Jesús del Pilar Dobal (El Padre
Dobal); la casa donde vivió, A. Fermín Valdés Domínguez; las márgenes
del río Almendares, en el poblado de Calabazar, donde tuvo lugar el
combate entre los Vegueros y las fuerzas del Gobierno Colonial; la casa
donde vivió Máximo Gómez, en Calabazar; la casa donde murió el
Coronel del Ejército Libertador, Dionisio Arencibia Pérez; el callejón de
la Pica Pica, en Calabazar, donde el Coronel Juan Delgado, macheteó a
una guerrilla española; el Parque «Martí» en cuyo centro se hayan 8 pal-
mas reales que simbolizan los 8 estudiantes fusilados en 1871; La

xii
Estación Experimental Agronómica, que fuera en el pasado siglo,
Cuartel de Aclimatación de las tropas españolas y Hospital Militar,
durante la guerra de 1895; la casa donde vivió el Coronel Juan Delgado
y su familia; la casa donde murió el Coronel Dr. Martín Marrero; la casa
donde murió el General José B. Alemán, en General Peraza; la finca «La
Pita», donde se batió varias veces el Regimiento Santiago de las Vegas, al
mando de los coroneles Juan Delgado y Dionisio Arencibia durante la
guerra de independencia; la casa donde falleció el Comandante Ignacio
Castro Ruiz; la casa donde nació el Dr. Eligio Maria Palma, emigrado
revolucionario, que fuera medico de Martí durante su estancia en Cayo
Hueso; el Parque Juan Delgado, donde se levanta la estatua de este
insigne patriota, conocido antiguamente como Plaza del Mercado, en
cuyo centro se erigió un obelisco en 1812, para celebrar la implantación
de la constitución promulgada en ese año, así como inaugurarse la
República Cubana, fue sembrada una ceiba rodeada por una verja en
forma de estrella de cinco puntos.

xiii
CAPÍTULO I

DESDE LOS PRIMEROS TIEMPOS


HASTA LA CONSTITUCIÓN DEL CABILDO

1. ASPECTO PRIMITIVO. 2. QUIÉNES VIVÍAN EN ESTA COMAR-


CA. 3. DESCUBRIMIENTO, CONQUISTA Y COLONIZACIÓN DE
CUBA. 4. FUNDACIÓN DE LA HABANA. 5. DIVISIÓN DE LA
PROVINCIA EN HATOS Y CORRALES. 6. PRIMEROS ASIENTOS
EN ESTA REGIÓN. 7. CAUSA QUE DETERMINÓ LA FUNDACIÓN
DE SANTIAGO. 8. CONSTRUCCIÓN DE LA ERMITA. 9. VECINOS
MÁS ANTIGUOS. 10. PRIMERA PIEDRA DE LA IGLESIA. 11. ORI-
GEN Y TRANSFORMACIÓN DEL NOMBRE. 12. CONSTRUCCIÓN
DEL CUARTEL. 13. ESTANCO DEL TABACO Y SUBLEVACIÓN DE
LOS VEGUEROS. 14. LUCHAS CON LOS PIRATAS. 15. SOLICITUD
DE FUNDACIÓN. 16. OPOSICIÓN DEL MARQUÉS DE SAN FELIPE
Y SANTIAGO. 17. SE AUTORIZA LA FUNDACIÓN DE SANTIAGO.
18. CONSTITUCIÓN DEL CABILDO. 19. ACTA DE CONSTITUCIÓN.

ASPECTO PRIMITIVO

Nuestra comarca, como toda la isla, era un inmenso bosque cubierto de


frondosos árboles, que hacían imposible la comunicación entre las dis-
tintas regiones. Si la flora era extraordinariamente rica, en cambio, la
fauna era muy pobre; pues no existían la mayoría de los animales que
hoy utilizamos, como el ganado vacuno, el caballar, y el de cerda, el lanar
y además muy escasas aves de corral; tampoco existían entonces pobla-
ciones ni caminos, sino unos pequeños caseríos habitados por indios.

QUIÉNES VIVÍAN EN ESTA COMARCA

En esta época vivían en esta comarca los indios llamados taínos, que se
habían asentado en mayor grado en la región occidental. Como una
prueba evidente de la existencia de ellos en este territorio, se pueden
enumerar, entre otras razones, las siguientes:

23
1. El hallazgo de hachas pentaloides en diferentes lugares de la provincia
habanera.
2.. El hallazgo de restos y objetos indígenas en las riberas del río
Ariguanabo.
3. Si realizamos un ligero estudio de la toponimia de este término,
encontraremos numerosos lugares con nombres puramente taínos como
son: Casiguaguas (primitivo nombre del río Almendares, que pasa por el
poblado de Calabazar), Cacahual, Tirabeque, así como otros nombres de
lugares limítrofes, como por ejemplo: Managua, Guajai, Ariguanabo,
Bauta, Turibacoa, Guatao, etc.

DESCUBRIMIENTO, EXPLORACIÓN, CONQUISTA Y COLONI-


ZACIÓN DE CUBA

Nuestra isla permaneció en estado primitivo hasta el año de 1492, en que


fue descubierta por Cristóbal Colón; pero no es hasta el 1511 que se ini-
cia la exploración, conquista y colonización de Cuba.

Después de las duras y continuas luchas de los españoles con los indios
y lograda su dominación, se dio comienzo a la fundación de las primeras
poblaciones de Cuba; siendo la provincia oriental la primera en ser colo-
nizada y cuya primera población fundada fue Baracoa, en el año de 1512;
después se fundan: Bayamo, en 1513; Santiago de Cuba, Trinidad y
Sancti Spíritus, en 1514; Puerto Príncipe y La Habana en 1515, continuando
los colonizadores formando nuevas poblaciones a lo largo de todo el
territorio de la isla.

FUNDACIÓN DE LA HABANA

La fundación de La Habana en 1515, dio origen al establecimiento de un


número considerable de población, que fue aumentando y que más tarde
dio lugar a la formación de nuevas poblaciones en sus alrededores.

DIVISIÓN DE LA PROVINCIA DE LA HABANA EN HATOS Y


CORRALES

En el año 1575 se llevó a cabo la división del territorio de la provincia


habanera en hatos y corrales, siendo mercedados a distintas personas
que los solicitaron para el cultivo y la cría de ganado.

Los pocos ayuntamientos que existían entonces, se encargaron de repar-


tir las tierras y a esta clase de donaciones se le dio el nombre de
«Mercedes». Las porciones de tierras cedidas, o haciendas de crianzas,

24
Sin fecha (dañado): Libro en el que se lleba quenta de las doscientas quarenta y quatro Caballerias
de tierra, que concedio su Mag.d â este Pueblo de Santiago de Compostela de las Vegas, para el
repartimiento de los ciento y seis pobladores. (Archivos de la iglesia católica)

25
eran de forma circular y fueron destinadas a la crianza de ganado mayor y
menor. A las primeras se les dio el nombre de Hatos, tenían dos leguas de
radio, a los segundos se les llamó Corrales, y medían una legua de radio.

A causa de las irregularidades y litigios suscitados por el reparto de tierras,


el gobierno superior prohibió a los ayuntamientos en el año de 1729 que
continuaran repartiendo las tierras.

Los terrenos comprendidos en la tangencia de los Hatos y los Corrales


recibían el nombre de Realengos, por pertenecer al Real Patrimonio.

La división de la provincia en Hatos y Corrales, dio origen a la forma-


ción de varios Realengos, y fue entonces que se denunció el Realengo
comprendido entre los corrales: Chorrera, al norte; del Bejucal, al sur; de
Managua, al este y de Sacalohondo, al oeste; siendo legado mas tarde al
monasterio de Santa Catalina de Sena, de La Habana.

PRIMEROS ASIENTOS

Posiblemente los primeros asientos en esta región tuvieron lugar cuando


fue dividido el territorio de la provincia en Hatos y Corrales en el men-
cionado año de 1575. Numerosas personas hicieron entonces peticiones
de tierras, las cuales le eran mercedadas con la condición de que si den-
tro de un periodo de seis meses los poseedores no comenzaban a criar
ganado en ellas, perdían el derecho a su usufructo, siendo por entonces
que comienzan a asentarse en esta zona algunos vecinos, que se dedica-
ban a la cría del ganado y a la tala de montes; ya que en ese tiempo se
enviaban maderas a España, para la construcción del Escorial.

CAUSA QUE DETERMINÓ LA FUNDACIÓN DE SANTIAGO

En el año de 1629 el Gobernador de la Isla, Don Lorenzo Cabrera,


envió un barco cargado de tabaco a Canarias, obteniendo grandes
ganancias. Esto dio motivo a que intensificara el cultivo del tabaco,
para lo que se concedieron y dictaron disposiciones favorables. En la
jurisdicción de La Habana llegó a sembrarse tanto tabaco, que dio ori-
gen a que el Gobernador dictara una disposición prohibiendo su cul-
tivo en un radio de cinco leguas de la Ciudad, a fin de que se pudiera
destinar las tierras próximas a la capital, al cultivo de frutos menores.
Esta medida fue dictada en la segunda mitad del siglo, siendo, sin
duda, el motivo que más tarde diera origen al fomento del nuevo
pueblo de Santiago de las Vegas, ya que ocupa el límite señalado por
hallarse situado a cinco leguas de La Habana.

26
Por tal motivo la inmigración de vegueros no tardó mucho tiempo para
que asentara en esta región, a partir de la anterior disposición dictada por
el gobernador, estableciéndose las primeras vegas en el año de 1663 y ya
en 1688 se habían formado una colonia de labradores dedicados a la siem-
bra del tabaco, que dio posteriormente origen a la formación del pueblo,
contando a fines del siglo, con un considerable núcleo de población.

CONSTRUCCIÓN DE LA ERMITA

Considerando la cantidad de pobladores y el número de los arrendatarios


que solicitaban tierras al monasterio de religiosas de Santa Catalina de
Sena y al Teniente Coronel Don Esteban Berroa, que usufructuaba algunas
tierras del realengo, se concibió la idea de erigir una ermita para que con-
currieran los labradores a elevar sus preces y de esta manera, en el año
1680, quedó edificada dicha ermita, construida de tabla y guano, en el
mismo lugar en que está hoy la iglesia de esta población, poniéndola bajo
la advocación de la Santa Cruz y Nuestra Señora del Rosario, que aún se
conserva en nuestra Iglesia Parroquial. Oficiaba en la ermita, como cura,
Don José Díaz de Villavicencio.

VECINOS MÁS ANTIGUOS

Los vecinos más antiguos de que tenemos conocimiento, por el archivo


parroquial de esta Ciudad, según atestiguan Partidas de Bautismos,
Defunciones y Matrimonios realizados en la ermita, antes del inicio del
Libro de Bautismos y Confirmaciones, abierto al colocarse la primera
piedra de la iglesia, son, entre otros muchos: Baltasar López, María
Hernández, Alonso de los Reyes, María de Ulloa, Diego Rodríguez,
Josefa Vázquez, Simón Carrillo, Antonio Pérez Bullones y Juan Lorenzo
de Córdoba. Según dichos documentos, los primeros pobladores de
Santiago eran de La Habana y en su mayoría de Islas Canarias que llega-
ban a esta región para dedicarse a la siembra del tabaco.

LA PRIMERA PIEDRA DE LA IGLESIA

El Obispo de Cuba, Don Diego Evelino de Compostela, fundador de la


mayor parte de las iglesias de la Isla, a poco de su llegada a La Habana,
el año de 1687, hubo de enterarse que a corta distancia se estaba fomen-
tando un importante caserío, y el día 28 de noviembre de 1693 visitó el
lugar conocido entonces por «Las Vegas» y en una segunda visita que
hiciera el 18 de febrero de 1694, procedió a colocar y bendecir la primera
piedra de la iglesia actual, concediéndole el título de Mayor Diputada y
poniéndola bajo la advocación de Santiago Apóstol, nombrándose cura

27
de la misma a Don Agustín de Bustos Leturriondo y confirmando el
Obispo en dicho acto, a más de doscientas personas, en su mayoría
negros esclavos. El nombre de Santiago de Compostela se le dio por ser
ese el nombre de la ciudad española en que naciera el Obispo de
Compostela. La construcción de la iglesia dio origen al fomento de esta
población ya que en sus alrededores se dio comienzo a la construcción
de algunas casas de tabla y guano, iniciándose un pequeño caserío.

ORIGEN Y TRANSFORMACIÓN DEL NOMBRE

El nombre de esta población ha sufrido diversos cambios, primitiva-


mente se conocía el lugar con el nombre de «Las Vegas», debido a las
numerosas vegas de tabaco que había en esta región. Posteriormente,
según consta en una partida de bautismo fechada en 10 de noviembre de
1691, se llama al lugar Santiago de las Vegas, y en 1694, según el Libro
de Matrimonios y Velaciones de la Iglesia Parroquial, se le da el nombre
de Santiago de Compostela de las Vegas, conociéndose actualmente por
Santiago de las Vegas.

CONSTRUCCIÓN DEL CUARTEL

En el año 1714 fue construido un cuartel de infantería a la vera del


camino Real de La Habana a Batabanó, que estuvo situado en el mismo
lugar que ocupa actualmente la Estación Experimental Agronómica, for-
mándose entonces una Compañía de Milicias.

ESTANCO DEL TABACO Y SUBLEVACIÓN DE LOS VEGUEROS

La vida de los vegueros de Santiago se deslizaba tranquilamente hasta


que el gobierno de la metrópoli estableció en Sevilla la Casa de
Contratación y en La Habana la Factoría del Estanco del Tabaco.

Desde el establecimiento del estanco, los vegueros ya no podían vender


sus cosechas a precios más o menos remunerados, sino que tenían que
llevar su tabaco a la Factoría, libre de todo riesgo por parte del Gobierno
y pagado al precio que acordara la Junta, presidida por el Gobernador.

Otras trabas se pusieron a los vegueros, como eran, las de que no se


entregara el tabaco envuelto en yaguas sino en tela y cuero.

La Junta ponía precio al tabaco, tanto en hojas como molido, y si este


resultaba de mala calidad, según el juicio de los catadores, se ordenaba
quemarlo sin que se abonara dinero a quien lo había cosechado. Estos

28
abusos tuvieron como consecuencia que surgiera el malestar entre los
vegueros, quienes protestaron ante el Gobernador, Don Vicente Raja;
pero no fueron oídos en sus quejas. Cansados ya del inicuo atropello de
que eran víctimas, comenzaron los cambios de impresiones entre los
vegueros de Santiago, San Antonio de las Vegas, Bejucal, Santa María del
Rosario, Guanabacoa y Jesús del Monte, con el propósito de organizar
una protesta, y puestos de acuerdo, viendo que resultaban inútiles sus
gestiones por suprimir el estanco, acordaron reunirse en Santiago de las
Vegas, y el 21 de agosto de 1717 marcharon hacia La Habana con el firme
propósito de obligar al Gobernador a dar término al estanco, penetran-
do en La Habana y llegando al Castillo de la Fuerza, donde se había ocul-
tado el Gobernador, quien, atemorizado por la actitud de los vegueros,
se vio precisado a renunciar al cargo y embarcar a España para dar cuen-
ta al Rey del suceso. El 22 de noviembre de dicho año, la Corte de
Madrid, no dispuesta a sancionar ni a reconocer las justas peticiones de
los vegueros, sustituyó a Raja con el Brigadier Gregorio Guazo Calderón,
quien se hizo cargo del mando el día 23 de junio de 1718, viniendo acom-
pañado de tropas para reforzar la guarnición de la Plaza.

La primera medida puesta en vigor por Guazo Calderón fue establecer


de nuevo el estanco del tabaco. Los vegueros se manifestaron nueva-
mente contra estas disposiciones, haciéndole saber que no estaban dis-
puestos a que se le pusiera precio al tabaco; pero no fueron oídos, por el
contrario, el Gobernador retardó las compras con el fin de que los vegue-
ros se atemorizaran ante el grave peligro de perder sus cosechas.

Don José Bayona y Chacón promedió en el problema para que la nueva


protesta no tuviera mayores consecuencias, gestión que fue premiada
concediéndosele el título de Conde de Casa Bayona, por el éxito
obtenido y otorgándole el título de Ciudad a Santa María del Rosario,
población fundada por él. Debido a sus gestiones, el Rey autorizó que
después de cubiertos los pedidos de la Factoría, se pudiera vender el
sobrante de las cosechas a las otras colonias. Esto solucionó en parte el
pleito, conjurando la agresiva postura de los vegueros pero los acuerdos
no fueron cumplidos y ante la nueva burla de que eran objeto, cansados
ya de los abusos y la explotación, se dispusieron a organizar otra protes-
ta armada, reuniéndose en las cercanías de Santiago de las Vegas más de
500 vegueros, resueltos a marchar otra vez sobre La Habana, para lograr
por la fuerza de las armas lo que no habían podido conquistar por la
fuerza de la justicia y del derecho.

En la madrugada del 21 de febrero de 1793, se dirigieron hacia La


Habana. El Gobernador, que había tenido noticias del hecho, envió la

29
noche antes, para cortarles el camino, doscientos hombres, entre ellos
noventa granaderos y una compañía de caballería al mando del Capitán
Don Ignacio Barrutia. Cuando los vegueros llegaron a las márgenes del
río Almendares, fueron sorprendidos y atacados por el grueso de la
fuerza, que se había ocultado en diversos lugares y estableciéndose un
combate que dio por resultado numerosos heridos y ocho muertos, que
fueron colgados en los árboles de Jesús del Monte, con el objeto de que
sirviera de escarmiento.

Aunque Jacobo de la Pezuela, afirma que fueron doce vegueros, en el


Archivo de la Iglesia de Jesús del Monte, aparecen solamente las partidas
de enterramientos de ocho, cuyos nombres son: Matheo Ravelo, Eusebio
Pérez, José Canino, Pedro González, Blas Martín, Juan de Quesada y dos
con el nombre de Melchor Martín. Según el historiador Francisco
Montoto, de estos ocho vegueros, afirma que por partidas de matrimo-
nios y bautismos, que se conservan en el archivo de la Iglesia Parroquial
de Santiago de las Vegas, eran vecinos de esta población, Pedro González
y Blas Martín, y al efecto transcribe una Partida de Matrimonio corres-
pondiente a Blas Martín y que dice:

«En la Iglesia parrochial del partido de Santiago de las Vegas, en tres de


diciembre de mil septecientos y dies y siete años. Yo Dn Barthome de
Zepero, Cura Bdo en dha Iglesia despose en ella por palabra de presente
a Blas Martín de Piña, natural de Xeres de la Frontera y a Maria Díaz
Ramos, natural de la ciudad de la Habana aviéndoles preguntado y
tenido por respuesta su mutuo consentimiento de todo lo cual fueron
presentes por testigos Juan Lázaro de Cháves, Domingo Casana y Pedro
Pérez y para que conste lo firmo. Barthome Nucera Zepero. Rubricado».

Y en esta otra partida de bautismo en relación con Pedro González:

«Domingo dies y seis de marzo de mil seiscientos y noventa y ocho. Yo


Agustín de Bustos y Leturriondo, Cura de la Iglesia del Sr. Santiago de
las Vegas, bautizé y puse los Santos Oleos a Joseph hijo lexitimo de Pedro
González y de Isabel González, fue su padrino Amaro y lo firme. Augn
de Bustos y Leturriondo»

Los anteriores documentos aportan una prueba evidente de la partici-


pación directa de Santiago en este hecho histórico, que marca el primer
encuentro en la lucha de clases desde la conquista hasta nuestros días.

A causa de este acontecimiento, el rey Felipe V, por Real Orden de fecha


17 de junio de 1724, dispuso que fuese el uso del tabaco en la isla,

30
obteniendo de esta manera los vegueros una rotunda victoria sobre la
burguesía colonial y dejando escrita en las páginas de nuestra historia un
hecho de tan marcada significación social.

LUCHA CONTRA LOS PIRATAS

Los vecinos de Santiago, a pesar de hallarse esta población en el centro


de la provincia, tuvieron que contribuir en varias ocasiones a la defensa
de La Habana y Batabanó, contra el ataque de los piratas.

En el año de 1740, ante la amenaza de la escuadra inglesa del Almirante


Vernon a Batabanó, concurrieron numerosos vecinos, para reforzar y
cooperar a la defensa de aquel puerto.

SOLICITUD DE FUNDACIÓN

Con fecha 18 de septiembre de 1744, elevó el Gobernador Capitán Gral.


de la Isla, Don Juan Francisco Güemes y Horcasitas, una instancia al Rey
de España, informándole de la solicitud de los labradores del Partido de
Santiago, en la que le decían que si se les fomentaba, estaban en ánimo
de unirse y formar un pueblo, siempre que se les señalase terreno
apropiado para sus pastos y ejidos y se les creara un cabildo para su
regimiento y buen gobierno. En su instancia, el Gobernador, notificaba al
Rey, que los labradores del Partido de Santiago de las Vegas, estaban dis-
puestos a unirse y formar un pueblo en la parroquial levantada en aquel
sitio, cuya proposición había atendido a causa de estar en un sitio dis-
tante cinco leguas de La Habana y siete del puerto de Batabanó, en
medio del camino real que cruza la isla de una a otra parte y que por su
inmediata situación a La Habana podía ser el socorro más pronto para
las providencias que hubiesen de tomarse en la parte sur (Batabanó) y
también para la defensa de aquellas marinas a la que acudían los hom-
bres más propios y disciplinados, formando un cuerpo de república;
pero que el no había hallado medios de acceder a los deseos de los
labradores sin menoscabo y perjuicio de la Real Hacienda, por que adop-
tó la providencia de que los mismos eligiesen las tierras que debían for-
mar el nuevo pueblo, habiendo elegido un paño de tierra que aunque
litigioso por algunas partes tenía, sin embargo, lo bastante para el caso y
que nunca convendría que tal pueblo se le diera el titulo de Villa, ni el de
Ciudad, ni tampoco jurisdicción alguna, sino que sus Alcaldes fuesen
electivos y no Jueces Pédaneos como los fueron los de la Villa de
Guanabacoa, de manera que solamente pudieran conocer de juicios ver-
bales hasta la suma de veinte pesos, estando sujeto en lo civil y criminal
a los jueces de La Habana y se les diese la facultad de aprehender reos

31
criminales; pero al solo efecto de dar cuenta, porque todavía entendía
que de hacerlo de otra manera, se originarían conflictos con las jurisdic-
ciones de La Habana inmediata a este pueblo y con la de San Felipe y
Santiago (Bejucal) también cercana más al sur.

Firmaban dicha petición los siguientes vecinos: Antonio Lorenzo de


Córdoba, Pedro Álvarez, Miguel Macías, Lucas de Castro Perdomo,
Ángel Díaz Amador, Francisco Machín, Rafael Rodríguez, Fernando de
Acosta, Rafael de la Cruz, José González, Francisco Rodríguez, Vicente
Fernández Corvo, Manuel Rodríguez Herrera, Manuel Rodríguez
Machado, casi todos naturales de Islas Canarias.

OPOSICIÓN DEL MARQUÉS DE SAN FELIPE Y SANTIAGO Los


poseedores de las tierras elegidas por los labradores, se alarmaron ante
la posibilidad de que se accediera a la pretensión de éstos y recurrieron
a las autoridades formulando su enérgica oposición, entre ellos el
Marqués de San Felipe y Santiago, fundador de Bejucal, que hubo de
acudir hasta el Real Consejo de Indias y los herederos del Capitán Don
Esteban de Berroa y Garro, que poseían los terrenos de Sacalohondo
(Wajay) y ante el Gobernador y Capitán General, contradiciendo el
proyecto de nueva población. El propio Marqués y el Capitán de
Infantería Don Antonio López Sollozo, como albacea y tenedor de bienes
de los herederos de Don Francisco Chacón, al propio tiempo que
cometían atropellos con los labradores, aumentándoles la renta de los
terrenos y amenazándolos de lanzarlos de los mismos si persistían en
sus propósitos, amenazas y atropellos que resistieron los labradores
valientemente dirigidos por Don Miguel Macías, hombre de carácter
enérgico y decidido que tuvo que hacer dos viajes a las cortes de Madrid,
para obtener del Rey que el Gobernador cumpliese lo ordenado por su
Real Disposición; porque éste se doblegaba ante la influencia y los intere-
ses del Marqués burlando las Ordenes Reales.

La fundación del nuevo pueblo le traía al susodicho Marqués la pérdida


de algunas estancias, así como una merma en los tributos que eran paga-
dos entonces al Cabildo de Bejucal.

SE AUTORIZA LA FUNDACIÓN DE SANTIAGO

Habiendo recibido el Rey la carta del Capitán General, en que le daba


cuenta del propósito de los labradores y las providencias que había
adoptado; oyó las contradicciones del Marqués, el dictamen del Fiscal y
el parecer del Consejo de Indias y con fecha 26 de agosto de 1745, expidió
la real cédula autorizando la fundación del pueblo de Santiago de las

32
Vegas, y mandando al Gobernador y Capitán General de la isla y Ciudad
de San Cristóbal de La Habana, pasase a establecer el nuevo pueblo en
el lugar elegido por los labradores, sin título de Villa ni Ciudad, ni juris-
dicción como lo había propuesto aquél, desestimando las oposiciones
que se hicieron a dicha fundación mandando asimismo se señalase el te-
rreno apropiado y suficiente para pastos y ejidos, aplicándoseles y adju-
dicándoseles tierras realengas y baldías, así como previniendo que si
para la fundación del pueblo y su establecimiento fuera necesario agre-
garle y apropiarle algunos sitios y tierras litigiosas poseídas por particu-
lares, no por eso se detuviera ni embarazara la fundación, en el concep-
to de que el bien particular debe ceder al común, en la inteligencia de
que los que tuvieren títulos para gozarla y poseerla serian atendidos y se
les concedería el equivalente de todo su valor y utilidad u otras tierras
realengas, que no se necesitasen para el establecimiento del nuevo
pueblo, y a los demás poseedores o pretendientes de tierras inmediatas
y contiguas que no tuvieran claro y notorio sus derechos a poseerlas, se
les diera un plazo perentorio de quince o veinte días, para que dentro del
mismo presentaran sus títulos perfectos, oyéndolos en Juicio Ordinario
breve y sumariamente; pero sin que por este motivo se retardara el efec-
tivo cumplimiento de la fundación, otorgando a aquellos poseedores
apelación para ante el Consejo de las Indias, en un solo efecto, en el
devolutivo.

La noticia de la expedición de la mencionada Real Cédula, llenó de rego-


cijo a los labradores; pero esto duró poco tiempo, porque el Marqués,
hombre influyente en las esferas sociales, y como él, los otros poseedores
de las tierras, se resistieron a hacer la entrega ordenada, y aun cuando
los labradores protestaban ante el Gobernador, pesaba más la influencia
de los personajes citados que el derecho que ellos exigían.

CONSTITUCIÓN DEL CABILDO

En esta forma llegó el año 1749, en que informando el Gobernador de que


los labradores de Santiago habían celebrado una junta y determinado que
uno de ellos pasase a España, con el propósito de exponerle al Rey en
persona cuanto ocurría, se determinó a hacer algo práctico y por provi-
dencia de 15 de febrero de 1749, dio comisión al Alcalde Ordinario de la
Ciudad de La Habana, Don Bernardo de Urrutia y Matos, para que cons-
tituyéndose en Santiago de las Vegas, procediese a tomar juramento y
dar posesión a las personas elegidas y dejar constituido el nuevo
Ayuntamiento creado; comisión que Urrutia no pudo llevar a término,
designándose al Escribano de Gobierno y Guerra para que cumpliese
dicha comisión la que verificó constituyéndose en una casa cercana a la

33
Iglesia Parroquial situada en el mismo lugar que ocupa hoy la residencia
del Dr. Rogelio Díaz y cuya ceremonia de Constitución del Cabildo tuvo
efecto el 3 de mayo de 1749, prestando el debido juramento y tomando
posesión de los cargos para que fueran designados a los siguientes veci-
nos: Alcalde Ordinario de primer voto: Don Rafael de la Cruz. Alcalde
Ordinario de segundo voto: Don José González. Alguacil Mayor: Don
Miguel Macías. Fiel Ejecutor: Don Ángel Díaz Amador: Síndico
Procurador General del Común: Vicente Fernández Corvo. Regidores:
Don Cayetano Rodríguez y Don Francisco Machín.

ACTA DE CONSTITUCIÓN DEL PRIMER CABILDO

«Don Miguel de Ayala, Escribano Mayor del Gobierno y Guerra de esta


Isla de Cuba y del Ilustre Cabildo y Ayuntamiento de la Ciudad de San
Cristóbal de La Habana por Su Majestad, con conformidad de la
comisión que Su Señoría el Sr. Don Francisco Antonio Cagijal de la Vega,
Caballero del Orden de Santiago, Mariscal de Campo de los Ejércitos de
S. M., su Gobernador y Capitán General de esta Ciudad e Isla; se sirvió
librarme a los quince del mes próximo pasado de abril, para que diese
formal posesión a las personas electas por S. Sría., para Alcalde Pedáneo,
Regidores, Síndico Procurador General y Mayordomo de Propios y
Rentas de Cabildo y Ayuntamiento de este nuevo pueblo titulado
Santiago de las Vegas, que se erige y establece en virtud de Real disposi-
ción en San Idelfonso a los veinte y seis de agosto del año pasado de mil
setecientos cuarenta y cinco, en que se dignó el Rey Ntro. Señor (q.d.g.)
conceder a los labradores de esta gracia; y estando en una casa inmedia-
ta a la Iglesia Parroquial Mayor Diputada para este fin, procedí a ello
haciendo comparecer a dichos electos, quienes concurrieron inmediata-
mente excepto el Mayordomo, que expresaron estaba ausente; y héc-
holes presente dicha comisión y enterados de su contenido la obe-
decieron con las expresiones y demostraciones reverentes que corres-
pondían; bajo cuyo supuesto el Teniente Don Rafael de la Cruz y Don
José González, Alcaldes: Don Miguel Macías, Alguacil Mayor; Alférez,
Don Ángel Díaz Amador, Fiel Ejecutor; Teniente, Don Cayetano
Rodríguez y Don Francisco Machín, Regidores y Don Vicente Fernández
Corvo, Síndico Procurador General del Común, cada uno de por sí
exhibió y demostró, a mi dicho comisionado el título respectivo a su ofi-
cio, que se sirvió librarle dicho Sr. Gobernador y Capitán General, en
cuya vista separadamente aceptaron dichos oficios e hicieron los jura-
mentos solemnes prevenidos por la Ley, y ejecutados les di y entregué
las insignias, lugares y asientos por su orden; lo que ejecutado les hice
verbal razonamiento por disposición de S. Sría, en que les prevenían
para el buen régimen de gobierno y acierto en sus acuerdos y tuviesen

34
en ellos de manifiesto las Reales Ordenanzas Municipales; que se for-
mase Libro Capitular; que tuviesen Arca con dos llaves para el seguro de
las Rentas, Papeles y cosas pertenecientes al Cabildo y que la una llave
debería tener el Alcalde de Primer Voto y la otra el Regidor Decano; que
de los títulos expedidos se tomen razón de ellos en el Libro capitular que
se ha de formar en este Ayuntamiento, como asimismo de la Real Cédula
citada, donde S.M. concedió la gracia para esta fundación; y de las provi-
dencias que dio S. Sría. en diez y siete de febrero y quince de abril pasa-
dos de este año; y para que conste de su orden doy la presente por dupli-
cado, para colocar una en los Autos Generales obrados en el asunto y la
otra en el mencionado Libro Capitular. Nuevo Pueblo de Santiago de las
Vegas, en tres de mayo de mil setecientos cuarenta y nueve. (f) Miguel
de Ayala. Escribano de Gobierno y Guerra.»

35
CAPÍTULO II

DESDE LA CONSTITUCIÓN DEL CABILDO


HASTA LA CONCESIÓN DEL TÍTULO DE VILLA

1. CONTINÚA EL PLEITO CON EL MARQUÉS DE SAN FELIPE Y


SANTIAGO. 2. TRAZADO DEL PUEBLO. 3. REGRESO DE
MACIAS. 4. SEGUNDO VIAJE DE DON MIGUEL MACÍAS.
5. ACTITUD DEL GOBERNADOR GENERAL. 6. TOMA DE LA
HABANA POR LOS INGLESES. 7. MUERTE DE MACÍAS.
8. PROGRESOS AGRÍCOLAS. 9. POBLADORES PRINCIPALES.
10. VIAJE A ESPAÑA DE DON FRANCISCO MACHÍN.
11. PRIMERA ESCUELA DE PRIMERAS LETRAS. 12. PRIMER
CENSO DE POBLACIÓN. 13. CONSTRUCCIÓN DEL PUENTE DE
CALABAZAR. 14. CONCESIÓN DEL TÍTULO DE VILLA.

CONTINÚA EL PLEITO CON EL MARQUÉS DE SAN FELIPE Y


SANTIAGO

La constitución del Cabildo no fue más que un lenitivo para calmar el esta-
do de ánimo de los labradores, pero nada lograron; porque las cosas
seguían en el mismo estado y las tierras mandadas a entregar por el Rey, en
su mayor parte continuaban en manos de los poseedores. Por tal motivo se
reunieron en junta los labradores y acordaron enviar un comisionado a
España, para que expusiera, personalmente al Rey, los perjuicios que se les
ocasionaba por el perjuicio de lo ordenado. Enterado el Capitán General de
la Isla trató por diversos medios de impedir el viaje, no pudiendo lograrlo,
por la firme decisión de los vecinos en la defensa de sus intereses.

Para llevar las quejas ante el Rey, fue designado el Alguacil Mayor del
Cabildo, Don Miguel Macías, quien no pudo ser convencido para que
desistiera del viaje y los peligros de navegación en aquella época, en que
demoraba un barco dos y hasta tres meses en hacer la travesía,
anteponiendo a todo el deber de exponer al Rey, en nombre de sus

36
compañeros, los problemas que confrontaban, para obtener una efectiva
solución en provecho de todos.

Este viaje lo realizó Macías a mediados de 1749 y fue costeado por una
suscripción, a partes iguales, entre los labradores.

Es a Don Miguel Macías a quien en justicia, corresponde el honor de fun-


dador de la bella y hoy floreciente ciudad de Santiago de Compostela de
las Vegas, por sus desvelos y luchar por el logro de la fundación de este
pueblo.

Ya en Madrid, hizo llegar al Rey una exposición en que se le daba cuenta


de todo lo que ocurría; así como de la resistencia del Marqués de San
Felipe y Santiago y la de los herederos de Don Esteban Berroa, para
poner a los labradores en posesión de sus tierras, la pasividad del
Capitán General al dar cumplimiento a lo ordenado en su Real cédula de
fundación, así como la complicidad de éste al permitir que los citados
antiguos poseedores cobrasen las rentas y tributos que tenían señalados
antes de la Disposición Real de la entrega de dichas tierras. Esta exposi-
ción fue mandada a sustanciar al Real Consejo de Indias, y oído su pare-
cer expidió el Rey otra Real Cédula, con fecha 17 de octubre de 1750,
reproduciendo la del 26 de agosto de 1745, ordenando al Gobernador de
la Isla, que en la mayor brevedad diese ejecución a lo que tenía ordenado,
haciendo la adjudicación y repartimiento de tierras en la forma expresada,
de manera que se verificara sin que, por razón de los solares, tuviera los
labradores que satisfacer tributo ni pensión alguna y que les fuera resti-
tuidas las cantidades que, con ese motivo, se les hubiera exigido desde el
día en que se les debió dar posesión de dichas tierras y previniendo al
Capitán General distinguiese a Don Miguel Macías en el repartimiento,
adjudicándole, además de las tierras que le correspondían como uno de
los pobladores, las que juzgase conveniente, para remunerar sus trabajos
y servicios, y que, de haberlo así ejecutado, diese cuenta en la primera
ocasión sin mas lugar a dilación y perjuicio a los labradores, quienes,
si se les exasperaba, podía, descontentos, retirarse de la fundación,
con grave perjuicio y detrimento del bien común y del servicio de Dios
y del Rey.

TRAZADO DEL PUEBLO

Por Auto dictado el 22 de junio de 1751, se señalaron 4 caballerías para


levantar las casas de los pobladores. Se trazaron las calles «a corde» de
norte a sur y de este a oeste, dividiéndose el terreno para el fomento del
nuevo pueblo en 64 manzanas y éstas en ocho solares.

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REGRESO DE MACÍAS

Satisfecho de su comisión, regresó Don Miguel Macías y encontró la


novedad de que el Capitán General, que conocía su viaje a España se
había apresurado a dar cumplimiento en parte, a lo ordenado por el
Rey en la primera Real Cédula. En carta que dirigió el Gobernador
Monarca, le comunicaba que había recibido la Real disposición y que,
obedeciendo lo ordenado, había adjudicado al pueblo de Santiago
varias tierras comarcanas a las del sitio llamado «Ursulica» y
«Buenaventura», que declaró por incorporadas al Real Patrimonio;
pero que no obstante, quedaba bastante que hacer, por las informali-
dades y falacias que regularmente se experimentaba en estos casos,
carta que fue recibida por el Rey y que dio motivo a la expedición de
otra Real Cédula en fecha 2 de julio de 1752, en la que comunicaba al
Gobernador que estaba bien lo que había practicado; pero que era su
Real Voluntad que se ejecutase lo providenciado en las dos anteriores
Reales Cédulas, procediendo en todo con arreglo a sus cláusulas,
mediante hallarse en ellas declarado y prevenido cuanto se podía
desear en el particular, sin que ofreciera duda alguna la inter-
pretación de sus mandatos y que de las resultas diese cuenta en
primera ocasión.

A pesar de ello, la situación permanecía poco más o menos igual, el


Marqués seguía gozando de su gran influencia con el Capitán General
y logro que se designase un Agrimensor para hacer la medida y adju-
dicación de las tierras; pero que no fuera señalada y adjudicado un
paño de tierra del sitio nombrado Govea, por lo que el termino del
nuevo pueblo no quedaba continuo e ininterrumpido, sino que
quedaría una parte aislada o separada por el mencionado sitio. El
Agrimensor accedió a lo solicitado por el Marqués, que se titulaba
poseedor legitimo de ese sitio, siendo lo cierto que lo disfrutaba ilegí-
timamente. Por otra parte, los herederos de Berroa, que se desciña
dueños del Corral de Sacalohondo (Wajay), se resistieron también a
entregar las tierras y continuaban cobrando las rentas, y lo que es peor
aún, utilizando los jueces para obligar a los labradores al pago de
dichas rentas o ser desahuciados, sin que, a pesar de las múltiples
protestas de los pobladores y del Ayuntamiento, el Capitán General
hiciese nada por evitarlo, dando lugar a que la paciencia de estos se
agotara y celebraran una junta en la que designaron nuevamente a Don
Miguel Macías para que elevara sus quejas al Monarca español, en
vista, además, de que por orden superior les había sido embargado el
caudal producto de la venta del tabaco, prescindiendo de lo que se
había ordenado por el Rey.

38
SEGUNDO VIAJE DE MACÍAS

Macías, como hemos visto, era un hombre activo, enérgico y de arrestos,


aceptó la nueva comisión y después de confesar y comulgar como era
costumbre cuando se emprendía un largo viaje, embarco para España a
principios del verano de 1755. Llegado que hubo a España, presentó per-
sonalmente al Rey su Memorial, en que daba cuenta de la conducta débil
o culpable del Capitán General y los atropellos del Marqués, así como
otras irregularidades, todo lo cual dio motivo a que fuera expedida otra
Real Cédula, con fecha 25 de noviembre de 1755. En ella le notificaba el
Rey al Capitán General de la isla, que su conducta se había hecho repara-
ble a sus ojos, puesto que desde el año de 1751 no había dado cuenta del
resultado de las anteriores Disposiciones Reales sobre la fundación de
Santiago y ordenándole procediera a dar cumplimiento a lo dispuesto en
la de fecha 26 de agosto de 1745 y sucesivas que confirmaban a aquella
principalmente la del 17 de octubre de 1750, para cuyo exacto y debido
cumplimiento le señalaba el perentorio plazo de CUATRO MESES, y que
las cien caballerías de tierra mandadas a entregar para pastos y egidos
del pueblo, fueran correlativas y contiguas a las de Sacalohondo,
incluyendo las de Govea, a que se resistía el Marqués, ejecutando su
adjudicación a los pobladores de Santiago, libres de tributos y
gravámenes y obligando a que se les hiciera restitución de las cantidades
que injustamente les había cobrado el citado Marqués y los herederos de
Berroa, así como que se tuviera en cuenta el nuevo mérito de Macías,
para atenderle con la mayor distinción, terminando con el apercibimiento
de que se le sacaría al Capitán General DOS MIL PESOS DE MULTA, en
el caso de nuevas dilaciones y quejas por parte de los labradores de
Santiago, con motivo de sus Soberanas Ordenes, sin perjuicio de otras
providencias que adoptaría llegado el caso, si se daba motivo para ello.

ACTITUD DEL CAPITÁN GENERAL

El Capitán General, que se había dado cuenta perfecta de la Decisión


Real, hábilmente trató de mitigar sus efectos, y dirigió en el propio año
de 1755 una carta al Rey, en la que le decía que se presentaban bas-
tantes obstáculos e inconvenientes en repartir las tierras a los
pobladores de Santiago, a causa de que estando poseídas por particu-
lares con justos y legítimos títulos, no le permitían el libre arbitrio de
disponer de ellas para su adjudicación y fomento del nuevo pueblo y
de los vecinos que quisieran establecerse en el mismo, a menos que no
se diese competente recompensa a los dueños por las que se le tomasen
y que por esta razón únicamente se había retardado la entrega de una
caballería de tierra a cada uno de los TREINTA Y UN POBLADORES,

39
en las cercanías del pueblo y que para obviar esta contrariedad había
propuesto a los citados pobladores, darles por equivalente de cada
caballería de tierra, dos o tres en el sitio de «Ursulica», y que si bien los
labradores se habían mostrado conformes al principio, luego cele-
braron una junta y acordaron exigir el cumplimiento de lo primera-
mente providenciado, o sea, la entrega de una caballería a cada uno
inmediata al pueblo. En efecto, cediendo el Capitán General a las insinua-
ciones del Marqués trataron de engañar a los labradores, ofreciéndoles
el doble y más de la tierras que debían entregárseles cercanas al
pueblo, en distintos lugares apartados, con cuya operación se benefi-
ciaba únicamente el susodicho Marqués, que quería conservar a toda
costa las tierras inmediatas al nuevo pueblo, y aumentarían considera-
blemente su valor. Entendiendo al principio los labradores que la pro-
puesta les favorecía, se mostraron propicios; pero Don Jerónimo de
Cuadra llamó la atención de sus compañeros acerca de lo insidioso de
la proposición y que su finalidad no era otra que favorecer los intere-
ses del Marqués y de los herederos de Berroa, haciendo estéril el viaje
realizado por Macías, acordando por unanimidad rechazar de plano la
oferta y mantener su reclamación para el exacto cumplimiento de lo
ordenado por el Rey.

Esta actitud de los labradores exasperó al Capitán General y al Marqués


de San Felipe y Santiago, que trataron en vano de amedrentarlos para
que volvieran sobre su anterior acuerdo; pero éstos, firmes y dispuestos
a todo, se negaron con entereza, y el comisionado que vino de La
Habana, de parte del Capitán General, para solucionar el conflicto, mani-
festó que no podía encontrarse gente más terca y apegada a sus derechos
que los labradores aquellos.

En respuesta a la carta del Capitán General, promulgó el Rey otra Real


Cédula, en fecha 7 de agosto de 1756, ordenándole nuevamente que
hiciese cumplir lo que había dispuesto y que no obstante que las tierras
eran poseídas ilegítimamente, según decía, las diese a los labradores en
calidad de POR AHORA, dejando para más adelante resolver las recla-
maciones de los dueños, sin réplica ni dilación alguna y que recogiera
los títulos de los que decían ser dueños y los remitiese originales al
Consejo de Indias, para verlos y examinarlos y dictaminar sobre su
legitimidad; para en el caso afirmativo, indemnizarlos y previniéndole
que si al recibo de esta no estuviera en ejecución la anterior de 25 de
noviembre de 1755 o no dispusiese lo que él ordenaba en ella dentro de
DOS MESES, contados desde que llegara a sus manos pasase los autos
originales a su Teniente Don Martín Ulloa, el cual practicaría su cabal
cumplimiento.

40
Hábil y astuto, el Capitán General habíase apresurado a cumplir las
disposiciones reales, convencido ya de que todas las combinaciones
habían fracasado, y en carta de 19 de abril de 1757, exponía al Rey haber
cumplido y evacuado todo cuanto se le había ordenado , acompañando
varios testimonios de autos, de los que resultaba, entre otras cosas, haber
dado comisión a su asesor Don Cristóbal Ramírez, para que pasando a
Santiago de las Vegas, en unión de Don Bartolomé López Flores, ejecu-
tasen las medidas y amojonamiento de los sitios titulados, Bejucal,
Ursulica, Govea y Sacalohondo, cuya diligencia fue evacuada, pero sin
incluir en ella las tierras asignadas a las familias establecidas en el sitio
conocido por Ojo de Agua, y se adjudicaron, por los comisionados,
DOSCIENTAS CUARENTA Y CUATRO CABALLERÍAS, que se
midieron recogiéndose los títulos de los que se decían dueños.

Se repartieron las tierras a los principales pobladores dando a cada uno


una caballería y un solar dentro del perímetro a urbanizar.

A la carta del Capitán General, contesto el Rey con fecha 2 de agosto de


1758, aprobando lo realizado por el Gobernador y ordenándole a éste,
que no permitiera con pretexto o motivo alguno, se inquietase en la pací-
fica posesión, a los pobladores y que a los antiguos dueños, con justo
título le recompensase en realengo que eligiesen, precio avalúo.

Satisfechos los labradores por el definitivo cumplimiento de lo ordenado


por Su Majestad, se dedicaron, con sus mayores entusiasmos, al fomento
de la nueva población.

TOMA DE LA HABANA POR LOS INGLESES

En el año 1762, tuvo efecto el rompimiento entre España e Inglaterra,


declarándose la guerra entre ambas, a consecuencia del Pacto de
Familia, firmado entre Francia y España. Por tal motivo, el día 6 de
junio de 1762, se presentó en la bahía de La Habana una escuadra
inglesa al mando del Almirante Sir George Keppler, Conde de
Albemarle, compuesta de cerca de doscientos barcos, de los cuales
veinte y tres eran de combate. Al ser sitiada La Habana por los ingle-
ses, Santiago no sólo envió a sus hijos y vecinos a reforzar la guarnición
habanera; sino que abrió sus puertas a los peregrinos que venían a
refugiarse huyendo al bombardeo de la capital. Cumpliendo las
órdenes de la Junta de Autoridades de que las mujeres, los sacerdotes,
las monjas, loas ancianos y los niños evacuaran la ciudad, muchas per-
sonas se dirigieron a esta población en busca de refugio. En nuestra
ciudad de alojó el Obispo Morell de Santa Cruz y el Provisor del

41
Obispado, las religiosas de los conventos Santa Catalina, Santa Teresa
y Santa Clara, los enfermos de varios hospitales de La Habana y los
heridos que llegaban a carretadas.

Nuestro Cabildo tomó el acuerdo de que se habilitaran todas las casas


de la población para recibir a los refugiados; ni una sola quedó en la
ciudad sin albergar una familia. No siendo posible dar refugio a tan-
tas personas; pues las casas de la población no llegaban entonces a
cien, se levantaron chozas y tiendas de campaña en los alrededores de
la iglesia y a lo largo de la Calle Real (hoy Coronel Martín Marrero),
por lo que, desde entonces, se denominó a esta calle con el nombre de
Calle del Refugio. Centenares de personas hallaron refugio en esta ciu-
dad y multitud de heridos fueron atendidos y alojados en la iglesia, en
la casa del Cabildo y en el Hospital del Santo Nombre de María, situado
entre las calles cuatro y seis, de la Calle 11, frente a la sociedad Club
Atlético «Santiago».

Don Gerónimo de Cuadra, que ocupaba el cargo de Alcalde entonces,


estableció un hospital de sangre, donde eran asistidos los heridos
traídos de la capital, contribuyendo con tres mil pesetas de su peculio
particular, cantidad que más tarde se negó a recibir, al proponérsele
su reintegro.

Durante el tiempo que duró el sitio y toma de La Habana, Santiago


fue visitado por altas personalidades del Gobierno, como el Marqués
de Seperunda, que fuera Virrey del Perú a la sazón en La Habana y
uno de los más distinguidos miembros de la Junta de Autoridades; el
Teniente Rey Don Dionisio Soler; el Marqués de Jústiz y otros perso-
najes de la época.

Diariamente se realizaba un reparto de dinero a los refugiados sin recur-


sos, que era enviado por la Junta de Autoridades al Cabildo santiaguero,
llegándose a repartir en total 27,800 pesos, sin que hubiera que ponerse
reparo a las cuentas presentadas, cuya glosa estaba a cargo del Marqués
de Jústiz.

De la capital llegaban heridos para ser atendidos, llegando un momento


en que la cantidad era tan crecida que se carecía del material necesario
para realizar las curas, por lo que hubo de reunirse el cabildo para soli-
citar del Teniente Rey Dionisio Soler, materiales para poder atender a los
heridos y con fecha de 20 de julio es enviada una solicitud en tal sentido,
que vamos a transcribir:

42
Al Sr. Teniente Rey Dionisio Soler,
Habana.

Muy señor mío:

Como es uno de los principales motivos de la atención de este Cabildo, propor-


cionar todo lo conducente al envío de los enfermos y heridos que desde ahí se
remiten a este pueblo, que en el día se encuentran muchos y hallándose éstos en
total desamparado por lo que respecta a sábanas y medicinas mediante no haber
auxilio en este pueblo para poderlo remediar, se ocurre a Ud. Para que se sirva
dar las más eficaces providencias al efecto de socorrer esta necesidad en el día,
disponiendo se remita una o dos piezas de coleta o lo que ustedes juzguen por
conveniente como también de platilla y enrollado para vendar e hilar por haberse
vencido ya las que de esta especie se trajeron para el mismo asunto.

Espera este Cabildo que se servirá usted mandar la providencia que se suplica y
ruega a Dios guarde a Ud. por muchos años.

Al siguiente día fue remitido a esta población, por conducto de Don


Tomás de Escobar, alto empleado de la Hacienda, el siguiente material:

3 piezas y un pedazo de coleta, con 360 varas.


3 varas de «cruda» de envuelta de la coleta.
7 piezas de enrollado ancho.
2 piezas de motilla.
2 de hilo de cordobán.
25 abujas gordas.

A gestiones de Don Miguel Macías, se obtuvo además varias partidas de


dinero, para cubrir algunas necesidades de los refugiados. He aquí una
copia de las partidas enviadas, de un documento del Archivo Municipal:

1 a_ Dos mil reales………………………………………………….. 2,000


2 a_ Dos mil reales………………………………………………….. 2,000
3 a_ Cuatro mil reales………………………………………………. 4,000
4 a_ Dos mil ochocientos treinta y un reales…………………….. 2,831
5 a_ Otros dos mil reales…………………………………………… 2,000
6 a_ Cuatro mil reales……………………………………………… 4,000
7 a_ Dos mil reales………………………………………………….. 2,000
8 a_ Dos mil reales………………………………………………….. 2,000
9 a_ Cuatro mil reales………………………………………………. 4,000
10 a_ Cuatro mil reales………………………………………………. 4,000
TOTAL………........................................................................... 28,831

43
El auxilio prestado se realizaba de manera eficiente pues con ese dinero
se aliviaba el estado de penuria de los habaneros, que sin medios de
fortuna llegaron a Santiago, huyendo al ataque y bombardeo de la capi-
tal. No hemos podido encontrar antecedentes de la invasión inglesa en la
jurisdicción de Santiago; pero es un hecho cierto que por lo menos de
«juris» estuvo bajo la dominación inglesa; pues un testimonio de autos
dictado en la Habana el 12 de enero de 1763 así lo prueba. Por dicho
testimonio resulta que Don Sebastián Peñalver y Angulo, obrando con
poder de Albemarle confirmó en nombre de Inglaterra la elección de
Alcaldes Ordinario, celebrada por el Cabildo de esta Ciudad el día 1° de
enero de dicho año.

MUERTE DE DON MIGUEL DE MACÍAS

El día 6 de octubre de 1762 un acontecimiento doloroso llena de luto y


pesar a la población santiaguera a causa de la muerte de Don Miguel
Macías, prominente vecino y principal poblador a cuyas gestiones y
luchas se debe en mayor grado la fundación de la ciudad de Santiago de
Compostela de las Vegas.

Este hombre, viejo por su edad; pero joven por su espíritu, puso a con-
tribución todos sus esfuerzos y no escatimó el tiempo para ponerlo al
servicio de la fundación de Santiago. En varias ocasiones fue en repre-
sentación de sus compañeros a la Villa y Corte de Madrid, para defen-
der los legítimos intereses de sus convecinos ante la obstinada oposición
del Marqués de San Felipe y Santiago.

Don Miguel Macías, era natural de Teide, Islas Canarias.

PROGRESOS AGRÍCOLAS

Santiago de las Vegas, como toda la isla, recibió los beneficios de la


dominación inglesa; pues a partir de esa fecha, comienza a progresar
notablemente. En el propio año se establece en esta Ciudad el primer
Médico, que lo fue Don Tomás Geray, se introdujeron las abejas en
nuestro territorio, siendo en esta comarca donde se estableció la cría
de las abejas primero que en ningún otro lugar de la isla, se intensi-
ficó el cultivo de la caña y del café, la ganadería tomó mayor incre-
mento y además se consiguió una prórroga de cinco años para el
cumplimiento de lo dispuesto por el Rey en relación con la fundación
del pueblo, éste debía haber terminado sus obras en 1762; pero,
debido a la invasión inglesa se retardaron las principales construc-
ciones, con motivo de atender los problemas surgidos por la toma de

44
La Habana por los ingleses. Este nuevo plazo concedido por el Rey lo
efectuó, según su propia expresión de que «los labradores de
Santiago perdieron todo, hasta su sementera, con motivo de la guerra
con Britania».

POBLADORES PRINCIPALES

Según un documento expedido en 1760 los principales pobladores


de este pueblo son 36 pasando después a enumerarlos en el orden
siguiente:

1.- Regidor Don Miguel Macías. 2..- Regidor Don Ángel Díaz Amador.
3.- Regidor Don Cayetano Rodríguez Machado. 4.- Regidor Don
Francisco de Acosta Machín. 5.- Capitán Don Dionisio Berroa. 6.- Don
Ignacio González, por herencia de su padre José. 7.- Teniente Don
Francisco Rodríguez Machado. 8.- Don Manuel Ramírez de la Torre.
9.- Don Juan Manuel de Córdova, por herencia de su padre Domingo.
10.- Don Gerónimo Domingo de Cuadra, por subrogación de
D. Fernando de Acosta. 11.- Don Pedro Lorenzo de Córdova. 12..- Don
Fernando Pérez. 13.- Don Cristóbal Romero. 14.- Don José Pérez, Alcalde
actual. 15.- Don Francisco Rodríguez del Rey. 16.- D. Gregorio de
Córdova, por herencia de su padre D. Antonio Lorenzo de Córdova.
17.- Doña Luisa Rodríguez, viuda de Don Rodríguez, que lo fue.
18.- Doña Melchora Acosta, viuda de Don Gregorio Oropesa, que lo fue.
19.- Capitán Don Rafael de la Cruz Fiallo. 20.- Don Juan Antonio Macías.
21.- Don Agustín Martínez Fernández. 22.- Teniente Coronel Don Juan
José Bachoni, Comandante del Real Cuerpo de Artillería, por subro-
gación del Capitán Don Pedro Álvarez, que lo fue. 23.- Teniente Don
Juan Rodríguez Capote, por subrogación de Félix López Crespo.
24.- Don Alonso Travieso. 25.- Doña Rita Figueroa, viuda de Bartolomé
de los Santos, que lo fue. 26.- Don Eusebio Fernández Corbo. 27.- Don
José Francisco de Cuadra, por subrogación de Don Juan Domínguez.
28.- Don Lucas de Castro, por que llevará el cuidado de escribiente del
Cabildo. 29.- Don Juan Padrón. 30.- Don Domingo de la Cruz Fiallo, por
subrogación de Don José Méndez, que lo fue.

NOTA: Hasta aquí son los 30 primitivos y siguen seis que vinieron
después, agregados como principales, que son: 31.- Don Salvador
Santiago Pérez, cura beneficiado de esta parroquial, por herencia de su
padre Don Salvador. 32.- Don Miguel de Córdova. 33.- Don José
Rodríguez de León. 34.- Don Ángel Marrero. 35.- Don Juan Pérez Sidrón,
por herencia de su padre D. Juan. 36.- Doña Lucía Travieso, por herencia
de su abuelo Don Pedro de Acosta, que lo fue.

45
Además aparecen como pobladores del «Ojo del Agua» los siguientes:
Miguel de Armas, Salvador Duran, Francisco de Armas, Pablo
Rodríguez, Luis Cabrera, Juan Alberto Rodríguez, Antonio González
Ravelo, Manuel de Arencibia, Juan Manuel Lorenzo, Domingo Lugo,
Gerónimo de Cuadra, Lucas de Torres, Salvador González, Domingo
Bichot y Antonio de Noda.

Seguidamente se enumeran los que son pobladores menos principales y


que son: Baltasar de Oropesa, María de Acosta, María de Córdova, Juan
Padrón, Francisco Luis de la Cruz, Manuel Suárez, José Rodríguez
López, Diego Álvarez, Francisco Pérez Ravelo, Ana Macías, Manuel
Argenteros, Paula Camejo, Blas Ramírez de la Torre, Diego Estévez, José
Álvarez Ramos, Gregorio Fernández, Feliciano Carrasco, José Báez, Félix
Travieso, José Díaz Amador, Bartolomé Díaz Amador, Félix Díaz
Amador, Francisco González, José Camejo, Ambrosio Camejo, Faustino
de Córdova, Miguel Hernández, Alejo Pérez Iones, Josefa Pérez Sidrón,
Pablo Pérez Sidrón, Salvador Lemus, Manuel Cabrera, Manuel
Rodríguez de Herrera, Francisco Vélez, Agustín Toledo, Antonio
Rodríguez Machado, Manuel González, Fernando González, Domingo
de la Cruz, Juan Díaz, Juan Pérez de Villanueva, Antonio Díaz, Cristóbal
González, Juan de Ortega, Simón de la Cruz, Francisco Bello, Ignacio
Ortega, Nicolás García, Luis García, José Miguel Travieso, José Mariano
Travieso, Salvador Aragón, Gertrudis Gómez, Felipe de Fleitas, Juan José
Pérez de Abreu, Juan José de Fleitas, Gonzalo Cuervo, Alonso García,
Cristóbal Ramírez, Juan González, Gabriel José Perdomo, Félix Lucas
García, José Antonio Timoteo de Fuentes, Juan José Bacón, José García
del Castillo, Pedro de la Luz, Juan López y Prudencio Méndez.

Al pie del documento hay una nota que dice: «Que después de las 121 casas
con que han cumplido igual número de pobladores se hallan de aumento 83
casas, que se han construido por diferentes sujetos, que se han avecindado en el
referido pueblo el que se halla en el día con la suma total de 204 casas.» Firman
el documento, Juan Antonio Macías y Francisco Machín, Comisarios del
Cabildo.

VIAJE DE FRANCISCO MACHÍN A ESPAÑA

Aprovechando la circunstancia de los servicios prestados por la


población de la Causa Real, durante la toma de la Habana por los ingle-
ses, el año de 1771 fue comisionado Don Francisco Machín para presen-
tar un Memorial al Monarca español, pidiendo se le otorgase la merced al
pueblo de Santiago del título de Villa o Ciudad, con la denominación del
«REFUGIO», en consideración a haber sido durante la mencionada

46
guerra, la población donde mayor número de personas se refugiaron,
durante el ataque a la capital. En dicho memorial solicitaban los vecinos
que, para su conservación, progreso y buen gobierno se le diera jurisdic-
ción propia e independiente a todo lo que alcanzaba en lo espiritual su
parroquia, mandándose a hacer nuevo apeo de las tierra de su término y
las que debían agregarse, poniendo en sus linderos hitos para evitar dis-
putas o litigios y que dicho apeo se hiciera tomando como centro a
Sacalohondo; que se aumentase a los cuatro Regidores que formaban el
concejo, otros cuatro con los oficios de ALFEREZ MAYOR, ALCALDE
PROVINCIAL, PADRE O PROCURADOR DE MENORES Y RECEPTOR
DE PENAS DE CAMARA; sirviendo al Alférez Mayor para tomar los
juramentos y demás que se ofrecieran, proponiendo para dicho cargo a
Don Gerónimo de Cuadra, cuyos méritos en la guerra con Inglaterra se
hicieron resaltar; que el Alcalde Provincial tendría a su cargo, contener los
desordenes de los negros en los campos y fuera de las poblaciones, apre-
hendiéndolos y castigándolos, así como también para aprehender a los
esclavos fugitivos, que solían reunirse en gran número, cometiendo
depredaciones y crueldades; que el Alcalde Provincial de La Habana; por
sus muchas ocupaciones, no atendía debidamente a la jurisdicción de
Santiago y proponían para dicho cargo a Don Gabriel Perdomo, sujeto
recomendable, según decían, no sólo por su edad sino por sus servicios;
para Padre o Procurador de Menores, a Don Agustín Martínez Fernández
y para Receptor de Penas de Cámara a Don Fernando Pérez. Además,
pedían al Rey la creación del cargo de Escribano del Cabildo, por la falta
notoria de este oficio para testamentos, inventarios, escritos y otros pape-
les de importancia, como elecciones, acuerdos, etc., evitando así las
molestias y gastos consiguientes por tercer que trasladarse a La Habana
en los casos en que tales, servicios eran necesarios. Pedían asimismo que
señalase la jurisdicción de Santiago hasta el Surgidero de Batabanó, situa-
do a Sotavento, sin perjuicio de 1a jurisdicción de La Habana y como
complemento del pueblo en la proposición de que había de ser mucho
más útil al Real Servicio agrandar su población; puesto que distando
cinco leguas de La Habana y siete de Batabanó, quedaba en medio de
ambos puertos y en situación de socorrer a uno y otro y ser refugio de
entrambos, como ocurrió cuando el bloqueo del Almirante Vernon, en
1740 y el ataque y toma de La Habana en 1762; siendo sus pobladores los
que concurrieron a uno y otro siendo con cuanto pudieron a la defensa de
aquellas marinas y atendieron al recogimiento y manutención de los fugi-
tivos de La Habana, así como el hospital que establecieron; que se les
adjudicase las tierras del sitio de Ursulica y otras más que tenían denun-
ciadas como realengos, mandando que los intrusos o extraños que las
ocupaban las abandonaran inmediatamente; que asimismo se les con-
cediera la facultad para establecer tierras de ganado mayor y menor, para

47
la subsistencia de más de cinco mil personas que tiene ya el Partido que
iría aumentando de día en día, se les permitiese el establecimiento del
Corral de Concejo, para precaver los daños que las caballerías hacen en
los campos por su usual extravío o por la frecuente malicia de los pas-
tores, de lo que se encuentra libre La Habana por el corral que tiene, evi-
tando ello así que se les estropee, como viene ocurriendo, las siembras de
tabaco, aún cuando el ganado no come la hoja; pero los dueños de ellos,
al tener una penalidad, tendrán cuidado de no dejarlos sueltos.

PRIMERA ESCUELA

La primera escuela de letras, fue establecida en el año de 1772, y era su


maestro Don Agustín de Echazábal, quien cobraba cinco pesos mensua-
les por cuenta del Cabildo; con anterioridad, sólo los sacerdotes eran
quienes instruían a los niños de alguna posición social y económica,
enseñándoles doctrina cristiana, lectura y escritura. Por espacio de ocho
años desempeñó el cargo, que tuvo que renunciar por haber sido atacado
de una fuerte parálisis y a consecuencia de la cual murió. En 1870
aparece ejerciendo este cargo Don Mateo de la Dehesa.

PRIMER CENSO DE POBLACIÓN

En el año de 1774, bajo el mando de Don Felipe Fondesviela, Marqués de


la Torre, se llevó a cabo el primer Censo de Población de la Isla. Contaba
entonces Santiago con 1,809 habitantes en su jurisdicción.

CONSTRUCCIÓN DEL PUENTE DE CALABAZAR

Entre las muchas obras públicas llevadas a cabo por el Marqués de la


Torre, durante su gobierno, podemos anotar la construcción del puente
sobre el río Almendares en el poblado de Calabazar, con el objeto de
comunicar a Santiago con La Habana; pues este paso se haría suma-
mente difícil durante las épocas de lluvias, debido a las grandes crecidas
del río.

CONCESIÓN DEL TÍTULO DE VILLA

A la solicitud hecha por los labradores del Partido de Santiago, del


título de Villa, se opusieron el Fiscal de la Real Hacienda de La
Habana, el Cabildo habanero y el Intendente de Cuba, no obstante, el
Rey dio curso a la solicitud y oído el parecer de su Consejo de Indias,
expidió la Real Cédula de 18 de junio de 1775, concediendo al pueblo
de Santiago el título de Villa que pedía; pero no con la denominación

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del REFUGIO, sino con el nombre de Santiago de Compostela de las
Vegas, eximiéndola de la jurisdicción de la ciudad de La Habana, para
que sus Alcaldes tuviesen y ejerciesen absoluta jurisdicción ordinaria
en todo el terreno que le pertenecía y al que se le asignaba con
apelación de sus determinaciones a la Real Audiencia del distrito,
manifestando además que era su voluntad que, para el gobierno
económico de esta nueva villa, formase Ordenanzas y Leyes
Municipales, que debería remitir a la misma Audiencia para su
aprobación y confirmación, cuya gracia la hacía sin ser vicio pecu-
niario alguno y en atención al esmero con que sus pobladores y veci-
nos se habían distinguido en la formación del pueblo y en las oca-
siones que se han ofrecido para el servicio real, como en la última
guerra con la nación británica.

Que a los cuatro regidores, de que ahora constaba ese Ayuntamiento, se


le aumentasen únicamente los dos oficios de Alcalde Provincial y Padre
o Procurador General de Menores, cuya primera provisión ordenaba
fuese por esta vez sin contribución alguna, quedando para en lo suce-
sivo en la clase de vendibles y renunciables como los demás de la
república, prefiriendo para ellos de los cuatro sujetos propuesto los dos
primeramente nombrados y en su defecto a los que le siguen, a los otros
cuatro que ya tienen se han de expedir los respectivos títulos por el men-
cionado Consejo de Indias, que se creen los oficios y escribanías del
número y ayuntamiento, los cuales han de ser distintos y separados y
como tales apreciará y evaluará bien que por ahora y hasta otra provi-
dencia, solicitaba recayese en un solo sujeto que ejerza y sirva a los dos;
pero que tasadas y evaluadas por personas inteligentes, que nombre el
Intendente de mi Real Hacienda de la Isla de Cuba, que se saquen los
referidos oficios a la pública almoneda, en la ciudad de La Habana y se
rematen en el mayor postor, observándose en ello lo dispuesto por leyes
y corriendo todas las diligencias por el Juzgado del Intendente, con su
intervención; para que en vista de ellas expida el Gobernador el corres-
pondiente título, del que se ha de sacar mi Real Confirmación, en la
forma regular. En dicha Real Cédula, manifiesta lo siguiente: «No vengo
en condescender a la súplica que se me ha hecho de que permita recaiga la elec-
ción de Alcalde en uno de los Regidores, sino que en esta parte se observe la ley
y por lo que mira a la súplica de que declare cuál ha de ser la jurisdicción de esa
Villa, deseando darle la competente, le agrego la del Surgidero de Batabanó no
obstante la contradicción hecha por los Alcaldes de La Habana, que han de cesar
en la que tenían en él, y por lo respectivo a la gracia de que se le adjudique y
agregue el realengo llamado Ursulica, es mi voluntad si se declarase a favor de
mi Real Hacienda, se le agregue igualmente las referidas tierras, en inteligencia
de que si no probase la nueva villa y su vecinos la calidad de primeros

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denunciantes, han de retribuir a quien lo fuere el importe y valor de la cuarta
parte del terreno en el sitio que no se perjudique a la población, y con arreglo a
lo que tasare por perito y en cuanto al exceso restante, sobre la cuarta parte de
las tierras, se allane a satisfacer no sólo la postura que otros hicieron sino el legí-
timo valor en que deba justipreciarse; pues en el supuesto, la referencia que la
concede podrá suceder que no haya pastores verdaderos sino formularios, sien-
do en detrimento de mi Real Erario. Concedo a la nueva Villa, la facultad de
establecer las tierras de ganado mayor y menor, con calidad de que sea en su pro-
pio terreno y finalmente la gracia de que pueda construir y construya el Corral
llamado de Concejo, a fin de encerrar los ganados perdidos, fugitivos y dañosos,
con tal de que su fábrica sea en tierra propia y sin perjuicio de tercero, y que pre-
ceda la inspección del Gobernador de La Habana, en orden al sitio y demás
circunstancias que conspiren al buen uso de semejante fábrica. Por tanto y para
que todo lo expresado tenga cumplido efecto, mando al Gobernador y Capitán
General de la Isla de Cuba y Ciudad de San Cristóbal de La Habana, que luego
que se le presente esta Real Cédula, ponga en posesión al mencionado pueblo de
Santiago de las Vegas del título de Villa, que la concedo y la jurisdicción que va
señalada, separándola y eximiéndola de los Alcaldes de La Habana, para que la
goce y gobierne con total independencia de ellos, según y como lo tengo resuelto
y que hecho examine y reconozca los propios que en la actualidad tiene la nueva
Villa y según ellos arregle y prefije los gastos ordinarios, y poniendo a sus
Alcaldes y Regidores la obligación de formar cuenta y razón de sus productos y
gastos de cada año y de presentarlas en su gobierno, para su examen y
aprobación; y ordeno asimismo al Intendente del Ejército y Real Hacienda de la
misma isla y al Fiscal de ella para en cuanto a los oficios de Escribanos de
número y Ayuntamiento de la nueva Villa y abrevie su creación y que se saque
al pregón y rematen en la misma forma prevenida por las leyes según queda
expresado, y se les previene por despachó separado de este día, para evitar los
perjuicios que de la dolación se ha experimentado por ser así mi voluntad; y que
establecida que sea la nueva Villa y demarcado y amojonado el terreno que se le
señala acuda al enunciado mi consejo a obtener el título de tal, en la forma
acostumbrada por convenir así a mi Real Servicio».

Con motivo de esta Real Cédula Santiago aumentó considerablemente


su jurisdicción, pues hasta entonces comprendía los Partidos de Wajay,
Ojo de Agua, Govea, Santo Cristo de la Salud, Aguas Verdes, Rincón y
San Antonio de los Baños, incorporándose en esta fecha Batabanó, Güira
de Melena, Alquízar, Pendencias, Guara, Melena del Sur, Quivicán y San
Antonio de las Vegas.

50
CAPÍTULO III

DESDE LA CONCESIÓN DEL TÍTULO


DE VILLA HASTA LA CREACIÓN DE LA
TENENCIA DE GOBIERNO

1. NUMERACIÓN DE LAS CASAS Y NOMBRES A LAS CALLES.


2. SE AUTORIZA EL USO DE UNIFORME A LOS REGIDORES. 3. SE
AUTORIZA EL USO DEL ESCUDO DE ARMAS. 4. SIMBOLOS DEL
ESCUDO. 5. EL HURACÁN DE 1791. 6. LA SUBLEVACIÓN DE
HAITÍ. 7. SEGREGACIÓN DE SAN ANTONIO DE LOS BAÑOS.
8. DELEGACIONES DEL REAL CONSULADO DE LA SOCIEDAD
ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAÍS Y DEL ESTANCO DEL
TABACO. 9. PRIMER REO EJECUTADO EN LA HORCA.
10. CREACIÓN DEL CARGO DE ALFÉREZ REAL. 11. LA CONS-
TITUCIÓN DE 1812. 12. LA REACCIÓN DE 1814. 13. PROGRESOS DE
LA AGRICULTURA, LA INDUSTRIA Y EL COMERCIO. 14. LA
CONSPIRACIÓN DE LOS RAYOS Y SOLES DE BOLÍVAR.
15. CONCESIÓN DEL TÍTULO DE CIUDAD. 16. LA PLAZA DE
ARMAS. 17. FUNDACIÓN DE CALABAZAR. 18. EL PRIMER
CEMENTERIO. 19. CREACIÓN DE LA TENENCIA DE GOBIERNO.
20. OTROS HECHOS IMPORTANTES.

NUMERACIÓN DE LAS CASAS Y NOMBRES A LAS CALLES

En la sesión del Cabildo, celebrado el día 13 de octubre de 1777, se tomó


el acuerdo de numerar las casas de la población y poner nombres a las
calles. Los nombres que se dieron a las calles, fueron los siguientes:

De norte a sur: Guásimas (hoy l), Palmar (hoy 3), Lagunas (hoy 5), Santa
Ana (hoy 7), San José (hoy 9), Amargura (hoy 11), Santiago de Compostela
(hoy 13), Santo Cristo (hoy 15) y San Pablo de Govea (hoy 17).

De este a oeste: Habana (hoy 2), Refugio (hoy 4), San Francisco (hoy 6),
Macías (hoy 8), San Miguel (hoy 10), San Salvador (hoy 12), Cacahual
(hoy 14) y San Dimas (hoy 16).

51
A la calle Guásimas se le dio este nombre por varios árboles de esta clase
que existían en la misma.

Palmar debe su nombre a un grupo de palmas que existía al final de la


calle. Lagunas recibió su nombre por ser la calle que conducía a la
laguna de la finca La Leona; Santiago de Compostela debe su nombre
como homenaje al Obispo Diego Evelino de Compostela; San Pablo de
Govea, porque era el camino que conducía a dicho lugar; Habana,
porque era la que conducía a la ciudad de La Habana; Refugio, por que
cuando la toma de La Habana por los ingleses se levantaron a lo largo de
dicha calle una serie de viviendas provisionales, donde se alojaron las
personas que venían buscando refugio, debido al bombardeo de La
Habana por los ingleses; Macías, lleva este nombre en memoria de Don
Miguel Macías, principal fundador del pueblo; Cacahual, porque con-
ducía a la finca de este nombre; a las restantes calles se les dio nombres
de santos, como era costumbre de la época.

SE AUTORIZA EL USO DE UNIFORMES A LOS REGIDORES

Si bien el título de Villa satisfizo a los habitantes de Santiago, no por ello


dejaron de continuar laborando para obtener nuevas mejoras y privile-
gios, solicitando del Rey la merced del uso de uniforme a los Regidores,
cuyo propósito lograron, por haber accedido el monarca; quien con
fecha 19 de septiembre de 1790, concedió, por Real Cédula, autorización
para poder usar los regidores un uniforme que los distinguiese de las
demás personas.

El uniforme autorizado consistía en lo siguiente: casaca color azul turquí


con botonadura de oro y un dibujo, bordado en oro, para la vuelta y
collarín, calzón corto color de tabaco molido y chupa del mismo color,
con la única condición que la Vuelta de la casaca fuera un dedo más
angosta de la que usaban los regidores de La Habana, en atención a ser
aquel Ayuntamiento el más principal de Cuba.

EL ESCUDO DE ARMAS

A solicitud hecha por el Cabildo, con fecha 18 de mayo de 1790, intere-


sando el uso del Escudo de Armas, respondió el rey promulgando la
Real Orden de 10 de mayo de 1791, donde autorizaba su uso al Cabildo
y Ciudad de Santiago de las Vegas.

De dicha Real Cédula transcribimos el siguiente párrafo: «Que habiendo


merecido de la piedad de mi augusto padre el título de Villa por sus

52
leales y distinguidos servicios en fomentar aquella población, que ascen-
derá en el día a once mil almas, deseaba usar por Armas la insignia del
apóstol Santiago; como lo demostraba las medallas que batió con
motivo de mi Real Proclamación su Regidor Decano, Don Juan Lucas
Pérez; adornarla con un campo delicioso, que represente lo fértil de
aquel País, para cuyo efecto suplica que me dignase conceder la expre-
sada gracia».

SÍMBOLOS DEL ESCUDO

Dentro del óvalo, en la parte inferior, una vega de tabaco sobre la cual
hay una cruz en forma de espada, que era la insignia de la Orden Militar
de los Caballeros de Santiago y, rodeando dicha cruz, doce estrellas, que
simbolizaban los doce apóstoles de la referida Orden. En la parte supe-
rior del escudo tiene una Corona Real y sobre ella una pequeña cruz,
simbolizando la religión cristiana.

Los colores eran los siguientes: la vega de tabaco en color natural; las
estrellas en color rojo, el. fondo en azul y la orla que cubría el óvalo, en
dorado, así como, la corona real.

Con motivo del advenimiento de la República Española en 1820, fue


modificado el escudo; pero únicamente supliendo la Corona Real por
una corona mural y al establecerse la República Cubana, fue sustituida
la corona mural por una estrella de cinco puntas.

EL HURACÁN DE 1791

En el mes de junio de 1791, un fuerte huracán azotó a la población,


destruyendo la iglesia y haciendo grandes daños, al derribar numerosas
viviendas de la villa y sus alrededores, una gran inundación arrasó las
siembras y la corriente del río de Calabazar, debido a la crecida, fue tan
fuerte que destruyó el puente construido por el Marqués de la Torre
siendo reconstruido por el gobierno de Don Luis de las Casas.

La influencia del gobierno de Las Casas se sintió en esta ciudad, pues,


durante su administración, se realizaron obras de gran utilidad para la
población. El Camino Real que desde La Habana se dirigía a Batabanó,
tenía, en épocas de lluvia, un paso muy peligroso, al llegar al Arroyo
Jíbaro, y fue bajo el mando de Las Casas que se construyó el primer
puente sobre dicho arroyo, el que, una vez terminado, vino el propio
Don Luis de las Casas a su inauguración y, de paso, llegó a esta Ciudad,
donde se le tributaron grandes agasajos por el Cabildo, quedando

53
complacido de los progresos de la población y de la gentileza de sus
habitantes. También se construyó entonces LA CASA DE CARNICERÍA,
que estuvo situada frente a la farmacia del Dr. Diego Mora, donde se
encuentra hoy un colegio religioso.

LA SUBLEVACIÓN DE HAITÍ

La sublevación de Haití fue muy ventajosa para Santiago, porque dio


origen a que muchos colonos haitianos se establecieran en su jurisdicción
fomentando cafetales e ingenios de fabricar azúcar, así como carbonerías
y colmenares. En esta época la población negra llegó a ser superior a la
blanca, debido a la entrada de gran número de negros de la Guinea.
Durante la guerra sostenida entre Francia y España por esa época, y que
duró cerca de dos años, fueron enviados a esta ciudad algunos pri-
sioneros franceses y confinados otros. Muchos de ellos convivieron con
nuestros antepasados y seguramente dejaron huella de sus ideas políti-
cas, que más tarde habían de manifestar, como ocurrió cuando se
proclamó en Cádiz la Constitución de 1812.

SEGREGACIÓN DE SAN ANTONIO DE LOS BAÑOS

Por gestiones de Don Antonio María de Cárdenas y Santacruz, Marqués


de Monte Hermoso, el 22 de septiembre de 1794 promulgó el Rey de
España una Real Cédula, autorizando la fundación de San Antonio Abad
o de los Baños. El Cabildo santiaguero, a cuya jurisdicción pertenecía
entonces, gestionó, sin lograrlo, la suspensión de la Real Cédula,
alegando que los pocos pobladores que había en el lugar eran de
Santiago y que el Marqués no podría cumplir los compromisos
contraídos; pues sólo poseía un pequeño sitio. La causa de la oposición
del Cabildo de Santiago a la nueva fundación tenía, como fundamento,
una base económica, pues con la segregación de esos terrenos,
mermaban las rentas e ingresos del Cabildo.

San Antonio de los Baños debe su origen al establecimiento de unos


baños a orillas del río Ariguanabo, que fueron construidos por los prin-
cipales pobladores de Santiago de las Vegas. Fue por los años de 1750 a
1760 cuando se asentaron los primeros vecinos, construyendo rústicas
viviendas a orillas del río, donde iban a pasar la temporada de verano.

El aumento de los veraneantes dio origen a que se estableciera una


pequeña taberna, en las riberas del río, para proveer de alimento a los
temporadistas. Este establecimiento era de la propiedad de Don José
Cabrera, conocido por el Tío Cabrera, y nada tiene de particular que éste

54
fuera hermano de Don Luis Cabrera que aparece como principal
poblador de la ciudad de Santiago.

Estos baños se hicieron célebres en la segunda mitad del siglo XVIII, a


causa de atribuírseles cualidades curativas a las aguas del río.

En sus primeros tiempos eran conocidos por «Los Baños de Santiago»


debido a estar enclavados en esta jurisdicción. En la sesión celebrada por
el Cabildo de Santiago, el 26 de marzo de 1776, comunicó el Regidor Fiel
Ejecutor Don José Díaz Amador, que se retiraba por unos días a los
Baños de Santiago, lo que hacía presente al Ayuntamiento, a fin de que
quedase enterado.

Varias familias principales de esta ciudad habían construido sus baños


en dicho lugar, entre otros varios, Don Miguel Macías, principal
fundador de Santiago y Don Ángel Díaz Amador, que fuera Alcalde en
varias ocasiones. No fue hasta 1784 que la Marquesa Viuda del primer
Marqués de Cárdenas y Monte Hermoso, promoviera a nombre de su
menor hijo la fundación de un nuevo pueblo que se llamaría San Antonio
Abad, en terrenos que había comprado en el Hato de Ariguanabo a Don
Nicolás Chacón y Chacón, que era el dueño en esa época.

En el pleito surgido entre el Cabildo de Santiago y el Marqués de Monte


Hermoso, con motivo de la fundación de San Antonio, uno de los testi-
gos, Don Antonio Velazco, manifestó que vivía en la jurisdicción desde
1774, mucho antes de la erección de la villa de San Antonio y que mucho
más atrás aún, antes de vivir en este Partido, él venía a gozar de los baños.

En el mencionado pleito (1804) hubieron de declarar varios de los veci-


nos más antiguos, que fueron los primeros pobladores de esa región.
Entre los declarantes aparecen varios que eran naturales de Santiago y
otros que figuran como principales pobladores de esta ciudad, entre
ellos Juan Manuel Diech, José Rodríguez Capote y Juan Rodríguez
Capote. Sabido es que San Antonio pertenecía, en lo político, a la juris-
dicción de Santiago, hasta su fundación.

DELEGACIONES DEL REAL CONSULADO, LA SOCIEDAD


ECONÓMICA Y EL ESTANCO DEL TABACO

En el año de 1795 se estableció en Santiago una delegación del Real


Consulado de Agricultura y Comercio y poco después la delegación de
la Sociedad Económica de Amigos del País, que estuvo en funciones
hasta 1832 en que, por fallecimiento de algunos de sus miembros, quedó

55
casi disuelta; pero que logró el establecimiento de una escuela de segun-
da enseñanza y la construcción del primer cementerio que comenzó a
prestar servicios en el año de 1832, obra realizada por gestiones e inicia-
tivas de su Auditor Honorario, Don Francisco de Quesada.

En 1800 fue creada una delegación del Estanco del Tabaco. Su cultivo
había disminuido mucho, debido a una plaga de larvas que lo atacara,
teniendo que intervenir el gobierno en ayuda de los vegueros, para extir-
par dichos insectos.

PRIMER EJECUTADO EN LA HORCA

Con el título de Villa, fue concedida autorización para el estableci-


miento de una Real Cárcel y la instalación de la horca en la Plaza de
Armas. En el año 1838, la cárcel presentaba un aspecto ruinoso y de
poca seguridad para los reclusos, por lo que se logró la construcción
de la Casa Ayuntamiento y junto a ella la Real Cárcel. La primera
ejecución en la horca se llevó a efecto en 1804, en la persona del
negro José María, esclavo condenado a esta pena, por haber dado
muerte a su amo, en forma alevosa. La horca funcionó en esta ciu-
dad hasta 1812, en que fue abolida por la Constitución promulgada
en ese año.

CREACIÓN DEL CARGO DE ALFÉREZ REAL

Por Real Cédula de 29 de agosto de 1811, se creó en el Cabildo el cargo


de Alférez Real, siendo nombrado para el mismo el vecino Don Félix
Quintero. Ya desde 1777, tenía Santiago, dos Alcaldes de la SANTA
HERMANDAD, cargo que desempeñaron varios de los principales veci-
nos de la jurisdicción, hasta 1845, en que se suprimieron. La función de
estos Alcaldes se reducía a la persecución de los cimarrones, vagos, ban-
doleros, cuatreros y gente de mal vivir. El último Alcalde de la Santa
Hermandad lo fue Don Lorenzo Cremata.

LA CONSTITUCIÓN DE 1812

Cuando en el año de 1812 las Cortes de Cádiz proclamaron la


Constitución, Santiago inmediatamente, se apresuró a hacer el jura-
mento de rigor. Con tal motivo, se emplazó un obelisco, en forma de
pirámide, en el centro de la Plaza de la Iglesia, para que sirviera de per-
petua memoria a las generaciones futuras y conmemorar tan magno
acontecimiento. Se celebraron grandes fiestas populares y se proclamó
un nuevo Cabildo. El primer Alcalde Constitucional designado fue

56
Don Pablo Dobal, abuelo paterno de aquel santiaguero ilustre, gran
patriota y brillante orador, el Padre Manuel José del Pilar Dobal, a
quien honrará el Ayuntamiento habanero construyendo un pequeño
parque y erigiéndole un busto en el barrio de Jesús María, junto a la
parroquia, en que él oficiaría, como un reconocimiento a su intensa
labor por la libertad de la Patria.

PROGRESOS DE LA AGRICULTURA, LA INDUSTRIA Y EL


COMERCIO

En esta época (1814), en su vasta jurisdicción se encontraban enclava-


dos 41 ingenios de fabricar azúcar, 61 cafetales con más de dos
millones de matas de café, numerosas haciendas ganaderas, cen-
tenares de vegas de tabaco, colmenares, sitios de labor, tejares, indus-
trias domésticas y multitud de comercios que hacían posible el progreso
económico del Cabildo santiaguero, debido al aumento de ingresos y
nuevas fuentes de trabajo.

LA CONSPIRACIÓN DE LOS RAYOS Y SOLES DE BOLÍVAR

Cuando en el año de 1823 fue descubierta esta conspiración, en nuestra


ciudad y su jurisdicción se les siguió proceso a numerosos vecinos com-
plicados en la misma y como constancia de ello, reproducimos el
siguiente documento que así lo acredita:

«Presos: Eusebio Martínez, Andrés María Romero, Gosé Oceguera,


Pablo González Elías, Luis Nodarse, Ramón Alfonso, Ciriaco Llanes,
Ángel Custodio Covin, Antonio Oceguera, el chino Ramón, Rafael
Guevara, A. Alejo Díaz.

Individuos que han sido delatados: Juan Urrutia, José María Urrutia,
Tomás Codeso, Juan Suárez, Manuel Ballesteros, Juan Blanco, Joaquín
Torres, Julián González, Domingo Picazo, Isidro Lucas Hernández,
Pablo Romo, Rafael González, Joaquín Espón, Rafael Perdomo, Antonio
Ramírez, el joven José María Ayala.

Reos detenidos o presentados después de hallarse convictos, por otras


declaraciones: Antonio Camejo, Miguel Romero, Eleuterio Nodarse,
José Martínez, Alejo Medina, Nicolás Aponte, Benito Cordero, Timoteo
Lima, José de la Fe, Santiago de la Fe, D. Francisco, Sixto Véliz, Juan
Palomino, Ignacio Anero, Mariano González, Modesto Cuadra, Manuel
Mauricio Hernández, José Rives, Joaquín Espón, José Trujillo, Pablo
Miranda, José Quintela.

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Fugitivos después de presos o de haberse librado contra ellos
mandamiento de prisión: D. Miguel Muñoz, José Combley o Comley,
José Oceguera el joven, Alejandro Hernández.

Puestos en libertad bajo fianza: Francisco Lima, José A. Barrios,


Andrés Elías.

Reos que resultan de la causa que no están presos ni presentados ni man-


dados a detener: Felipe Véliz, José Camejo, Rafael Armenteros, Francisco
Herrera, Manuel Abreu, Feliz Herrera, José de la O Aponte, Francisco
Martínez, Gabriel Díaz, Juan Francisco González, Angel Cowley, Juan
Ballesteros, Ramón Ballesteros, Romualdo Muñoz, José Marra Véliz,
Mario Alamo, José Muñoz, Pedro Mormey, Antonio Rosado, José
Antonio Viamonte, José María Viamonte, Ramón Ayala, Antonio
Ramírez y Ramírez, Anastasio Lima, Manuel Lima, Joaquín Valdés, José
María Valdés.

Muertos durante el proceso: D. Francisco Grillo.»

Hasta aquí el documento. Ahora podemos decir, que Don Pablo Romo,
ocupó en esta ciudad el cargo de Alcalde de la Santa Hermandad, cuya
función era perseguir y apresar a los esclavos que se declaraban en
rebeldía, ocultándose en el campo; así como que Don José María Lima,
fue años más tarde electo Alcalde Ordinario de esta ciudad, y según
documento que hemos leído, se le tachaba de haber estado complicado
en la mencionada conspiración.

CONCESIÓN DEL TÍTULO DE CIUDAD

Con fecha 23 de marzo de 1824, por Real Cédula del Rey Fernando VII,
se le concede a Santiago el título de Ciudad, autorizando que en la Plaza
de Armas se calzara un busto suyo. Para erección y emplazamiento de
este Busto Real, se llevó a cabo una suscripción pública en los diversos
partidos de la jurisdicción, que alcanzó la cantidad de 3,500 pesos y en la
cual contribuyeron los principales vecinos hasta con dos onzas de oro
cada uno. Güira de Melena fue la población de esta jurisdicción que
mayor cantidad aportó.

El busto fue obra del célebre pintor y escultor Vermay, autor de los
cuadros que se hallan en el Templete de La Habana y se le abonó por el
trabajo, 2,100 pesos. Con motivo de la bendición y develamiento del
busto, se organizaron grandes fiestas cívico-religiosas.

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El 23 de abril de 1831, se ratificó el título de Ciudad, adicionándole el
adjetivo de Fiel, pasando a ser entonces llamada Fiel Ciudad de Santiago
de Compostela de las Vegas. Los principales vecinos hicieron entrega, el
6 de junio del propio año, al Cabildo, de un Pendón con el escudo de la
ciudad y la inscripción «Fiel Ciudad de Santiago de Compostela de las
Vegas», dicho pendón estaba bordado en oro sobre terciopelo carmesí.

Aquella alegría y regocijo tenía su justificación, ya que entonces el título


constituía un señalado honor, que sólo ostentaban, La Habana, Bejucal,
Santa María del Rosario y Járuco.

Santiago de las Vegas, ostentó los títulos de Villa, primero y de Ciudad,


después; siendo La Habana y está ciudad las únicas dos poblaciones que
obtuvieron ambos títulos por disposición Real.

Cuando le fue concedido a Santiago el título de Villa, solamente existían


dos poblaciones de la provincia habanera que ostentaran ese título: La
Habana y Guanabacoa; después le fue concedido a San Antonio de los
Baños, Güines y San José de las Lajas.

El Ayuntamiento de Santiago fue uno de los primeros que se consti-


tuyeron en esta provincia; pues solamente antes de éste se habían consti-
tuido los de La Habana, Guanabacoa, Bejucal y Santa María del Rosario.

LA PLAZA DE ARMAS

Comenzó a embellecerse de nuevo, con motivo de la colocación del


Busto Real, quedando terminada pocos años después. Lucía, en el cen-
tro, el busto de Fernando VII, labrado en bronce sobre un pedestal de
mampostería y guarnecido de una artística verja de hierro. Á todo el
alrededor de la Plaza, se levantaba sobre un muro de mampostería de un
metro de altura, un enrejado de hierro y al centro de cada una de las cua-
tro calles, tenía una puerta de hierro que daban acceso a su interior.
Cuatro alamedas de laureles se levantaban paralelamente a las calles que
rodeaban la Plaza de Armas. En ella tenían efecto las fiestas patrióticas y
las misas de campaña y fue en un tablado levantado a la vera del busto
de Fernando VII, donde se juró acatamiento a Isabel II en 1837.

La Real Cédula en que se daba cuenta al Cabildo de la exaltación de Isabel


al trono, fue llevada en bandeja de plata y precedida de pendones que
portaban los Capitulares y la tropa. Desde el Ayuntamiento hasta la iglesia,
donde se cantó un Te Deum, en acción de gracias y después del cual fue
obsequiada la tropa con doble ración y una botella de puro vino español.

59
FUNDACIÓN DE CALABAZAR

En el Cabildo celebrado el 15 de octubre de 1830, según aparece en el


libro de Actas del Cabildo, se tomó el acuerdo siguiente: «Se dio lec-
tura a una representación del Caballero Síndico Procurador General,
por la cual promueve el fomento de la nueva población que se ha
proyectado a orillas del río del Calabazar y que se le denomine
SANTA CRISTINA DE LA NUEVA PALMERA, se nombre un
Comisario para el celo y cuidado de aquel punto con las circunstancias
que, constan a su tenor; dotado en 31 de agosto último y en vista, se
acordó darle los correspondientes informes a los señores comisarios
del Ayuntamiento».

Calabazar tuvo su principio de caserío, muchos antes de 1830, debido a


la construcción de algunas casas de tabla y guano, que fueron edificadas
por vecinos de Santiago de las Vegas, con el propósito de tomar los
baños del río, en los meses de verano.

No fue su fundador Don Juan de Illas, como se afirma; pues hurgando


en nuestros Archivos Municipales, encontramos que en la sesión cele-
brada por el Cabildo de esta Ciudad, el 21 de marzo de 1836, Don Juan
Fina renuncia la Comisaría de Barrio y se nombra, para sustituirle a
Don Ramón de Illas, quien, al año siguiente, pasó a residir a
Guanabacoa.

Entre los primeros que construyeron viviendas en el poblado de


Calabazar; según aparece en documentos oficiales, figuran entre otros:
Modesto de Cuadra, Félix Suárez, Carlos Cervantes e Ignacio Zangronis,
y los cuales eran vecinos de Santiago.

EL PRIMER CEMENTERIO

En los primeros tiempos los cadáveres eran sepultados en el interior


de la iglesia, a cuyo efecto se hallaba dividido en tramos que pagaban
mayor o menor cantidad de dinero, según estuviesen más próximos o
más alejados del Altar Mayor. Años más tarde, eran sepultados los
cadáveres en el Atrio de la Iglesia y aunque se ordenó, por Real
Cédula de 1787 que no se verificase más enterramientos en el atrio de
la iglesia, en esta población se continuó haciendo hasta 1832, en que se
inauguró el Primer Cementerio, en el extremo oeste de la Calle 11.
Como hemos dicho, fue construido por iniciativa y gestiones del
Auditor de la Real Sociedad Patriótica de Amigos del País Francisco
de Quesada.

60
SE CREA LA TENENCIA DE GOBIERNO

Por Real Orden de fecha 26 de agosto de 1836, es creada la Tenencia de


Gobierno en esta ciudad, siendo trasladada en 1840 a Bejucal; pero
debido a grandes protestas y gestiones de los vecinos, fue restituida nue-
vamente a Santiago, si bien dejando en Bejucal su Tenencia y permaneció
entonces el Ayuntamiento, presidido y gobernado por un Teniente
Gobernador, como en fecha anterior, hasta l 879, en que se inauguró un
nuevo régimen municipal, que suprimió los Tenientes Gobernadores.

El primer Teniente Gobernador que tuvo esta ciudad fue el Capitán


Don Cristóbal Tenorio, que tomó posesión el 15 de agosto de 1836,
siendo el último el Comandante Vicente Salas, que cesó el día 12 de
enero de 1879. Desde la creación de la Tenencia de Gobierno, hasta la
instauración del nuevo régimen municipal, ocuparon el cargo 24 Ttes.
Gobernadores.

Los Alcaldes Ordinarios, desde que se nombró el Tte. Gobernador, se


limitaron a suplirlos en su carácter de presidente nato que era del
Ayuntamiento y de ejecutores de sus acuerdos, siendo los Ttes.
Gobernadores los jefes de la Administración Municipal y careciendo, por
tanto, el cargo de Alcalde de autoridad.

Al restituírsele a Santiago la Tenencia de Gobierno, se le segregaron los


Partidos de Melena del Sur y Guara, que fueron incorporados a
Güines.

OTROS HECHOS IMPORTANTES

En el año de 1710 Don Juan Núñez de Castilla, compra a Don Francisco


de la Puerta el corral «Bejucal», promoviendo la fundación de un pueblo
en dicho terreno con el nombre de San Felipe y Santiago de Bejucal, con-
cediéndosele autorización del Rey, para su fundación y obteniendo él el
título de Marqués de San Felipe y Santiago.

Con fecha 30 de junio de 1720, el Gobernador Guazo Calderón, en carta


dirigida al Rey de España, informa que en el Partido de Santiago de las
Vegas, se amotinaron e incendiaron las casas y cosechas de siete vecinos,
entre ellas la de Nicolás de Soto, cura del lugar.

En 1747 se llevó a cabo la confección de un mapa, que tiene de área 235


cordeles planos, que fueron las tierras que le quitaron al Monasterio de
Santa Catalina de Sena, para la fundación del pueblo.

61
En el año de 1751 se confeccionó una relación detallada sobre la posesión
de los solares de los vecinos del pueblo.

En 1759, el Monasterio de Santa Catalina de Sena promueve expediente;


para que le sean indemnizadas tierras que se le tomaron para la fun-
dación del pueblo.

Por Real Disposición de 1767 se crea el Hospital de Caridad.

En 1774 la Marquesa de Cárdenas de Monte Hermoso, compra una


parcela del Hato de Ariguanabo a Don Nicolás Chacón y en 1884 pro-
mueve a nombre de su menor hijo la fundación de un pueblo con el nom-
bre de San Antonio Abad, construyendo una ermita o capilla en ese lugar
y cuya fundación se autorizó, segregándose su territorio de la jurisdic-
ción de Santiago de las Vegas.

En 1776 se le pagan a Don Dionisio Berroa 9,353 pesos, cumpliendo Real


Disposición, por las caballerías del «Ojo de Agua», agregadas al pueblo.

En 1782 los comisarios piden demarcación de tierras para la cría de gana-


do mayor y menor. En 1787, Don Gerónimo de Cuadra promueve expe-
diente solicitando se repartieran los terrenos realengos que habían.

En el año de 1792 se confeccionó un mapa autorizado por Juan de


Aguilera, que representa los territorios de la jurisdicción de Santiago de
las Vegas, en virtud de la Real Cédula que comprende los dos terrenos
diezmatorios de dicha Villa y el de Batabanó, inclusive la lsla de Pinos.

En 1822 se promovió expediente sobre reducir a dominio particular los


terrenos de los propios del pueblo.

En 1827, según censo efectuado contaba la población de Santiago con 322


casas y de las cuales 160 eran de mampostería y tejas.

En el mes de julio de 1836, Don Francisco de Quesada, que ocupaba el


cargo de Alcalde Municipal, regaló en nombre del Ayuntamiento una
imagen del Patrón Santiago a caballo, a la iglesia de esta ciudad.

62
CAPÍTULO IV

DESDE LA CREACIÓN DE LA TENENCIA


DE GOBIERNO HASTA EL PACTO DEL ZANJÓN

l. EL CUARTEL DE ACLIMATACIÓN. 2. JURISDICCIÓN DE


SANTIAGO EN 1854. 3. ESTABLECIMIENTOS COMERCIALES DE
SANTIAGO EN 1854. 4. INAUGURACIÓN DEL FERROCARRIL.
5. CONSTRUCCIÓN DE LA CASA DEL CABILDO. 6. PLANO
TOPOGRÁFICO HISTÓRICO Y ESTADÍSTICO. 7. PROGRESOS DE
LA INDUSTRIA TABACALERA 8. SANTIAGO Y LA GUERRA DE
1868. 9. FUNDACIÓN DEL CASINO ESPAÑOL. 10. RELACIÓN DE
LAS PRINCIPALES FÁBRICAS DE TABACO. 11. EL PRIMER ALUM-
BRADO PÚBLICO. 12. EL PACTO DEL ZANJÓN. 13. MODIFI-
CACIÓN DEL RÉGIMEN MUNICIPAL. 14. ALCALDES DE SAN-
TIAGO DESDE 1749 HASTA 1878. 15. TENIENTES GOBER-
NADORES QUE TUVO SANTIAGO DESDE 1836 HASTA 1878.
16. OTROS HECHOS IMPORTANTES.

EL CUARTEL DE ACLIMATACIÓN

En el año de 1852 fue construido el Cuartel de aclimatación para las


Milicias de Infantería, con capacidad para cuatro Compañías; por orden
del Capitán General de la Isla, Don Valentín Cañedo y Miranda, ocupan-
do el cargo de Teniente Gobernador de Santiago el Comandante Severo
Pérez y desempeñaba la Alcaldía Don Diego José Gutiérrez.

En el año de 1895 con motivo de la guerra, éste fue convertido en hospi-


tal militar de las tropas españolas; pero al terminar la guerra el Gobierno
Interventor Americano instaló en dicho lugar una Escuela de Oficios en
1901, destinándose en 1904 sus edificios y terrenos a la Estación
Experimental Agronómica.

63
JURISDICCIÓN DE SANTIAGO EN 1854

La jurisdicción de Santiago, comprendía en este año 5 Partidos que eran:

Partido de El Cano, Partido de San Luis de Guatao, Partido de Wajay,


Partido de Bauta y Partido de Arroyo Arenas.

El Partido de El Cano, estaba compuesto de la siguiente manera: el


pueblo, cuartón de Tierras Coloradas, cuartón de Cruz de Piedra, cuar-
tón de Bermejales y cuartón del Naranjal.

El Partido de San Luis de Guatao, lo componían: el pueblo, cuartón de


Arroyo Blanco, cuartón de Punta Brava, cuartón de Cangrejeras, cuartón
del Roble y caserío de Santa Ana.

El Partido de Wajay, lo integraban: el pueblo, cuartón de San Pedro, cuar-


tón nuevo del Rincón, cuartón de Sácalohondo y cuartón de Caimito.

El Partido de Bauta, comprendía: el pueblo, cuartón de Corralillo, cuar-


tón de Bauta, cuartón de Baracoa y cuartón de Anafe.

El Partido de Arroyo Arenas estaba formado por: el pueblo, cuartón de


Santo Domingo, cuartón de Falcón y cuartón de Jaimanitas.

Santiago de las Vegas, comprendía: Barrio de la Parroquia y Barrio de los


Barracones, que formaban el pueblo, cuartón de Doña María, cuartón de
Boyeros, cuartón de Calabazar y cuartón del Rincón.

ESTABLECIMIENTOS COMERCIALES EN 1854

Por estimar de suma curiosidad e importancia, ya que sirve para estable-


cer una comparación entre el Santiago de ayer y el Santiago de hoy,
vamos a ofrecer una relación de los establecimientos comerciales con que
contaba nuestra ciudad en el año de 1854, según hemos tomado de un
padrón de la época.

Por entonces, la ciudad estaba dividida en dos Barrios: el Barrio de la


Parroquia y el Barrio de los Barracones. El primero comprendía, desde la
calle 2 hasta la 12, y de la 11 hasta la 17, y el segundo, desde la calle 1
hasta la 11 y desde la 2 hasta la 12.

Los establecimientos situados en el Barrio de la Parroquia eran los


siguientes:

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Carpintería «Lázaro», de Lázaro Valdés; Sol N° 11.

Fonda y Posada «Dos Mundos», de Alejandro Gallol, Sol N° 26.

Pulpería «Gerardo», de Gerardo Bosch, Compostela N° 8.

Barbería «Corral», de José Lozano, Compostela N° 11.

Fonda y Posada «Noble Asturiana», de Antonio Magriñá, Compostela


N° 13.

Tienda «El Gallo», de José Vigil, Compostela N° 16.

Tabaquería «La Pantera», de Salvador Deya, Compostela N° 18.

Sastrería «El Recreo», de Claudio Noriega, Compostela N° 20.

Panadería «El Águila», de Juan Conill, Compostela N° 2

Pulpería «El Villar'', de Juan Forta, Compostela N° 31.

Tabaquería »Álvarez«, de Casimiro Álvarez, Compostela N° 35.

Barbería «Luis», de Luis Villavicencio, Amargura N° 9.

Hojalatería «Jiménez», de Francisco Jiménez, Amargura N° 12.

Taberna «Prat», de Sebastián Prat, Amargura N° 26.

Platería «Mullan» de José Mullan, Amargura N° 35.

Carnicería, de Ramón García; Habana N° 3.

Pulpería «Solano», de Federico Solano, Refugio N° 6.

Tabaquería «Gómez», de José Gómez, Rincón N° 6.

Zapatería «La Esperanza», de José García, Rincón N° 7.

Los situados en el Barrio de los Barracones eran los que siguen:

Tabaquería «La Rosa», de Pedro Royes, San José N° 3.

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Pulpería «El Reloj», de Pedro Royes, San José N° 10.

Armería, de Santiago Sierra, Lagunas N° 1.

Herrería, de Sebastián Hernández, Habana N° 35.

Taberna, de Juan Cobo, Refugio N° 27.

Taberna «Mataró», de José Mataró, Rincón N° 19.

INAUGURACIÓN DEL FERROCARRIL

Fué en el año de 1861, que tuvo lugar la inauguración del Ferrocarril del
Oeste cuyas paralelas cruzan por nuestra población. Este acontecimiento,
llenó de júbilo a los santiagueros, ya que venía a llenar una sentida necesi-
dad y constituía un positivo factor de progreso para Santiago; pues ponía
en comunicación a Santiago y sus barrios con la Habana. A partir de la
inauguración del ferrocarril, Santiago comenzó a progresar notablemente.

CONSTRUCCIÓN DE LA CASA DEL CABILDO

Otro hecho de suma importancia tuvo lugar, en el año de 1862 y fue la


construcción de la Casa del Cabildo y una cárcel anexa a la misma, pues la
existente entonces estaba en estado ruinoso. El Teniente Gobernador de
esta ciudad, Guillermo Vives Oller y el Alcalde Municipal Don Francisco
Garro, contribuyeron notablemente a la realización de la obra.

Esta edificación colonial fue demolida en 1910, en que por gestiones del
entonces Alcalde, Coronel Dionisio Arencibia, se construyó un amplio y
moderno edificio de dos plantas con su torre y reloj lumínico y cuyo edi-
ficio fue reedificado en 1930, siendo el que ocupa en la actualidad la Casa
Consistorial.

PLANO TOPOGRÁFICO, HISTÓRICO Y ESTADÍSTICO

En 1862 fue Confeccionado Un Plano Topográfico, Histórico y


Estadístico por el Agrimensor Don José Francisco Rodríguez. Según
dicho documento, constaba entonces la población de 66 manzanas y en
el mismo aparecen las siguientes referencias:

1 Iglesia, en el mismo lugar que ocupa hoy.

2 Ayuntamiento y Cárcel, idem.

66
3 Plaza de Armas, donde está hoy el Parque Martí.

4 Plaza del Mercado, donde está hoy el Parque Juan Delgado.

5 Cuartel de Infantería, en el lugar que está la Estación Experimental


Agronómica.

6 Cuartel de Caballería, donde está ahora la Escuela 3.

7 Hospital de Caridad, en la esquina de las Calles 19 y 12, donde reside


hoy F. Fina.

8 Hospital Militar, donde se encuentra hoy la Creche «A. Maceo».

9 Contaduría, en la esquina de las calles 9 y 10, lugar que ocupa ahora la


Bodega.

10 Tenencia de Gobierno; situada en la casa donde están las oficinas


actualmente de la Cuban Land Co.

11 Administración de Reales Rentas, en el local que ocupa la Escuela 2.

12 Administración de Correos, donde está situada hoy la Escuela 4.

13 Curato, en la esquina de las calles 6 y 13, donde está la tienda «La Acacia».

14 Sociedad Filarmónica, en lugar que ocupa el Casino Español.

15 Cementerio Católico, al final este de la calle 11, donde está el Tejar.

16 Matadero, al final este de la calle 15.

17 Paradero del Ferrocarril, en el mismo lugar que ocupa hoy.

Los datos estadísticos que ofrece son los siguientes:

En la cabecera 3,358 habitantes. En la jurisdicción 11,226 blancos y 7,452


negros. Escuelas de varones, 1 gratis. Escuela de hembras, 1 gratis y una
de pensiones. Médicos, 4. Fincas: Potreros 44; Sitios 400; Ingenios, 4;
Colmenares, 10; Tejares, 4; Caleras, 15; Boticas, 2; Pulperías, Tiendas
Mixtas y Tabernas, 26; Panaderías, 3; Fondas, 3; Billares, 3; Zapaterías, 5;
Sastrerías, 3; Barberías, 3; Carpinterías, 5; Tabaquerías, 10; Peleterías, 1.
Aparajerías, 2; Herradores, 1; Platería, 1; Hojalatería, 2 y Dulcerías, 2.

67
PROGRESOS DE LA POBLACIÓN Y DE LA INDUSTRIA
TABACALERA

A partir de la segunda mitad del siglo XIX, tomó gran incremento la


elaboración del tabaco, instalándose en esta población varias tabaque-
rías; pues con anterioridad, era muy escaso el número de personas que
se dedicaban al torcido del tabaco, a causa de que estaban entregados
al cultivo del mismo. En 1818, según estadística de la época, se dedi-
caban al torcido de tabaco nueve tabaqueros y a mediados de este
siglo pasaban ya de doscientos, contando la población en 1862 con
diez tabaquerías.

La industria tabacalera dio origen a que durante el año de 1860 y


siguientes, fueran solicitados solares para la fabricación de casas, multi-
plicándose éstas considerablemente, dando una prueba de la prosperi-
dad que iba alcanzando la población. El Hospital de Caridad, situado en
el lugar que ocupa hoy la Creche, quedaba fuera de la parte urbanizada.
Él pueblo estaba dividido entonces en dos barrios, el barrio de los
Barracones, cuyo nombre se le daba con motivo de los varios barracones
construidos en lo que hoy es la Estación Experimental Agronómica, y el
barrio de la Parroquia, debido a estar enclavada en él, la Iglesia
Parroquial.

Después de 1862, se multiplicaron aún más las fabricaciones de casas, en


el barrio de los Barracones, hasta el extremo de quedar el Hospital den-
tro de la parte urbanizada de la población.

SANTIAGO Y LA GUERRA DEL 68

Cuando en el año 1868, Carlos Manuel de Céspedes se lanza a los campos


de la revolución para luchar por la conquista de la libertad de Cuba, en
Santiago se agita un pequeño grupo en favor de la independencia. En este
propio año las autoridades españolas detienen en la localidad a algunos
conspiradores, así como en el poblado de Calabazar proceden a la deten-
ción de un grupo de vecinos que fueron deportados a Ceuta en el vapor
«San Francisco de Borja», que salió del puerto de La Habana el 21 de
marzo de 1869. En la relación de detenidos y deportados en este
Municipio, figuraban: Federico Agüero, natural de Puerto Príncipe, vecino
entonces de esta Ciudad, María Castillo, moreno esclavo, Pedro Díaz,
Antonio Feo, residente y natural de Calabazar, Andrés Avelino González,
natural de Santiago, Silvestre Pérez de la Hera, licenciado en Farmacia y
Medicina, Salvador Pérez, Felipe Valerio y el cura párroco de Calabazar
Don Rafael Sal y Lima.

68
Otra prueba evidente de que en esta Ciudad palpitaba el sentimiento
patriótico y el anhelo de libertad, la podemos ofrecer dando a conocer un
documento remitido en el propio año de 1869 al Gobernador y Capitán
General de la isla, donde se relaciona un grupo de vecinos acusados de
preparar un movimiento revolucionario en esta ciudad y que vamos a
transcribir a continuación:

«INFORMACIÓN SUMARIA PRACTICADA POR CONSECUENCIA


DE LA CIRCULAR DE 5 DE ABRIL DE 1869, DEL GOBERNADOR Y
CAPITÁN GENERAL.

Inspección de Vigilancia de Santiago de las Vegas.

Relación nominal de los vecinos de dicha jurisdicción de los que se han


inquirido su convivencia más o menos directa, según se explica en la
casilla correspondiente, en la insurrección estallada en estas Antillas for-
mada por consecuencia de la Circular tramitada en 5 del corriente, por el
Excmo. Sr. Gobernador Superior Político.

1. Sus nombres y apellidos: Don Valentín Suárez Cruz. Naturalidad:


Santiago. Edad: 34 años. Estado: Soltero. Profesión, oficio u ocupación:
Licenciado en Medicina. Concepto moral: bueno. Si reside en la actuali-
dad en la población. Clasificación de sus instigaciones: según el expe-
diente su instigación consistía en suministrar dinero para la sedición del
pueblo, secundando el grito de insurrección y dirigiendo los movimien-
tos que no llegaron a estallar hace como tres meses.

2..Don José Toribio Vichot. Naturalidad: Santiago. Edad: 34 años. Estado:


Soltero. Profesión: Tabaquero. Concepto moral: Bueno. Reside en la actual-
idad en la población. Es preso con causa pendiente. Instigador a las
órdenes del primero.

3. José Pino. Naturalidad: Santiago. Estado: Casado. Profesión:


Tabaquero. Concepto moral: Bueno. Reside en la población. Es preso con
causa pendiente. Instigador a las órdenes del primero.

4. Don Manuel Ríos. Naturalidad: Santiago. Estado: Casado. Profesión:


Carpintero. Concepto moral: bueno. Reside en el Calvario. Instigador a
las órdenes del primero.

5. Manuel Gabán. Naturalidad: Santiago. Estado: Casado. Profesión: Tabaque-


ro. Concepto moral: Bueno. Es preso con causa pendiente. Instigador a las
órdenes del primero, manifestándose que en su casa se celebraban las juntas.

69
6. Don Francisco Carballo. Naturalidad: Santiago. Estado: Soltero.
Profesión: Tabaquero. Concepto moral: Bueno. Es preso por causa pen-
diente. Instigador a las órdenes del primero y segundo.

7. Don Domingo Vildóstegui. Naturalidad: Santiago. Edad: 26 años.


Estado: Soltero. Profesión: Tabaquero. Concepto moral: Mediano. Se dice
que en el Norte. Lo mismo que el anterior.

Observaciones: Si bien no resulta del expediente los nombres de los indi-


viduos Carballo y Vildóstegui, se han puesto por aparecer complicados
con la calificación dada en causa gubernativa que tienen pendiente.

No aparecen los individuos Don Ambrosio Chacón y Don Federico


Agüero, porque ambos se encuentran penados y deportados por sedi-
ción, marcada según los sumarios que se les siguieron.

Santiago, abril 27 de 1869. El Inspector de Vigilancia. José Demetrio


Vázquez.»

Lo expuesto constituye una prueba documental de que Santiago de las


Vegas, estuvo presente en la revolución de 1868 y como una prueba más de
que tuvo eco en esta población y sufrieron sus vecinos la represión de las
autoridades coloniales, podemos informar que fueron víctimas en esta ciu-
dad del terror, dos vecinos conocidos generalmente por Elizarde y La
Grulla, que según afirmación de antiguos vecinos, fueron detenidos, apare-
ciendo más tarde muertos en el callejón de la Estación Experimental
Agronómica, que pasaba por detrás del Cuartel de Infantería, situado en ese
lugar, siendo el primero de la raza blanca y el segundo de la raza de color.

Otros santiagueros no pudiendo soportar aquel clima hostil y sofocante,


abandonaron la población dirigiéndose a Tampa y Cayo Hueso, desde
donde vinieron algunos de ellos como expedicionarios, entre los que
pueden citarse: Ramón Barrios, Remigio y Alfredo Trujillo, que vinieron
en la expedición del Virginius, cuyo barco fue apresado por el cañonero
español y conducido a Santiago de Cuba, donde fueron sometidos a un
Consejo de Guerra, por el Gobernador de aquella ciudad; y cuyos tripu-
lantes fueron condenados al fusilamiento. De los 165 expedicionarios,
fueron fusilados 53, salvándose el resto de ellos, gracias a la intervención
del capitán de la fragata inglesa Niobe que acudió de Jamaica, impidien-
do continuara aquella horrible matanza, teniendo España que entregar el
vapor y los supervivientes al gobierno de los Estados Unidos, salvando
nuestros coterráneos la vida. Esteban Alonso Valdés, que vino también
como expedicionario, muriendo en los campos de la Revolución, en la

70
provincia de Oriente. Pablo Aguiar Correa, que se incorporó a los re-
volucionarios orientales. José Pino, que después de haber sido acusa-
do de sedición y que permaneció preso en la cárcel de esta ciudad por
varios días, viéndose obligado a marchar al extranjero, y que a fines de
junio de 1872, vino en la expedición del Fanny, a las órdenes del Gral.
Grave de Peralta y cuya expedición desembarcó en la provincia orien-
tal; pero a causa de haber sido descubierta, fueron sorprendidos y ata-
cados por numerosas fuerzas españolas, muriendo en la acción
muchos de ellos, como el propio jefe Grave de Peralta y José Pino.

FUNDACIÓN DEL CASINO ESPAÑOL

El día 7 de febrero de 1870, quedó constituida la sociedad Casino


Español, bajó la presidencia de Don Agustín Rodríguez. Desde 1851
existía en el mismo lugar que hoy ocupa una agrupación con el nombre
de Sociedad Filarmónica.

RELACIÓN DE LAS PRINCIPALES FÁBRICAS DE TABACO

Lista de algunas de las principales Manufacturas de Tabaco, sus residen-


cias y marcas por las cuales son especialmente conocidas y radicadas en
la ciudad de Santiago de las Vegas. Datos tomados de la obra «Cuba a
pluma y a lápiz», tomo tercero, por Samuel Hazard, traducida al español
de la edición del año de 1873.

Álvarez, Casimiro: Celeste Imperio. Flor de Casimiro Álvarez.

Costales, Bernardo: Clavel de Santiago. Flor de Mayo. Flor de Recio y


Costales Líbano.

Díaz, Luis: Arabella Chile. Flor de Luis Díaz. Florida. Modelo de la


Antigüedad.

López y Trujillo, Diego: Flor de Chinesco. Flor de Santiago. Julio. Mina


de Oro. Turca.

Mato, Pedro: Dos Hermanos. General Grant. Peñón Pureza de Mato. Sol
de Santiago. Venturina. Visitadora.

Rico, Manuel: Benigno Rico. Habanos. Lima. Luna Llena. Manuel Rico.
Media Luna.

Roger y Cía., Pedro: Ramo. Rosa de Santiago.

71
EL PRIMER ALUMBRADO PÚBLICO

El primer servicio de alumbrado público fue instalado en Santiago en el


año de 1875, por iniciativa y gestiones del Teniente Gobernador de esta ciu-
dad Teniente Coronel, Vicente Añeces. Este alumbrado consistía en faroles
de petróleo, instalados en las esquinas y a mediados de las principales
calles de la población. Para atender a su funcionamiento, había un farolero,
encargado de encenderlos al caer la noche y apagarlos al amanecer.

EL PACTO DEL ZANJÓN

Con la firma del Pacto del Zanjón los cubanos ven frustrados sus anhe-
los de libertad e independencia; pero esto no merma los ideales de
liberación, sino que la Revolución del 68 despertó aún más las ansias
cubanas y abrió un ancho cauce al proceso político y social de Cuba,
trayendo una serie de reformas que contribuyeron al progreso político,
social y económico del país, que aunque no llenaba las aspiraciones del
cubano, contribuyeron al auge y desarrollo del sentimiento patriótico,
que más tarde había de cristalizar en la epopeya del 95.

MODIFICACIÓN DEL RÉGIMEN MUNICIPAL

Por la antigua legislación de Ultramar debieron existir dos clases de


Alcaldes: los Alcaldes mayores, llamados también Corregidores, destina-
dos a gobernar a las provincias o grandes distritos y los Alcaldes ordi-
narios. En Cuba no existieron más que los Alcaldes ordinarios y los
Jueces de Partidos llamados también Alcaldes Mayores. A los Alcaldes
ordinarios correspondía, donde no hubiera Gobernador ni
Lugarteniente, el regimiento, gobierno y administración de justicia de
sus distritos; se elegían dos cada año y conocían en primera instancia de
todos los negocios, causas y cosas que podía conocer el Gobernador o el
Lugarteniente, en cuanto a los civil y criminal.

En 1855 se inició la separación entre lo administrativo y lo judicial


mandándose en la R.C. de 30 de enero de aquel año, que cesaran los
Alcaldes Ordinarios en el desempeño de la jurisdicción contenciosa
atribuida a los Jueces de Partido, o Alcaldes mayores, si bien, se le reser-
vaba el conocimiento de los pequeños asuntos, actos de conciliación,
juicios verbales y de faltas hasta 1865, en que también estas funciones
judiciales fueron atribuidas a los Jueces de Paz.

En Santiago de las Vegas, el regimiento, gobierno y administración del


Distrito estuvo a cargo de los Alcaldes Ordinarios hasta que por R.O. de

72
26 de agosto de 1836 fue creada la Tenencia del Gobierno, que en 1840 se
trasladó a Bejucal y creada nuevamente en 1845, hasta la extinción de
este régimen o sea, hasta las 12 del día primero de enero de 1879, en que
le fue entregado el Gobierno Municipal al Alcalde municipal.

Los Alcaldes Ordinarios, desde que se creó el cargo de Teniente


Gobernador, se limitaron a suplirlos en carácter de Presidente nato que
era del Ayuntamiento y de ejecutores de sus acuerdos, y eran los
Tenientes Gobernadores los jefes de la Administración municipal, care-
ciendo, por tanto, el cargo de Alcalde, de importancia y autoridad.

En vigor el Real Decreto 27 de julio de 1857, basado en la Ley de 8 de


enero de 1845 para España, reformó el régimen municipal, disponiendo
que, en cada pueblo o cabecera o Tenencia de Gobierno hubiera un
Ayuntamiento para el régimen y administración de los bienes y fondos
propios de arbitrios en la siguiente escala:

Menos de 5,000 almas, un Alcalde, un Síndico y seis Regidores. De 5,000


a 10,000, dos Regidores más. En los que pasaban de 10,000, excepto La
Habana, un Alcalde, dos Tenientes Alcaldes, un Síndico y diez Regidores,
quedando subsistente los oficios Concejales enajenados por la Corona.

El Capitán General era Presidente nato de los Ayuntamientos, nombraba


los Alcaldes y tenientes Alcaldes entre los elegidos, a propuesta de los
gobernadores o tenientes gobernadores; y elegía a los Concejales entre los
propuestos, en lista doble, por el Ayuntamiento que habían de renovarse y
un número de mayores contribuyentes, formando la Junta Electoral.

Este régimen subsistió hasta 1879. En el mes de marzo de 1860 quedó


constituido el Primer Ayuntamiento conforme a este régimen, en la
forma siguiente:

ALCALDES DE SANTIAGO DESDE 1749 HASTA 1878

Rafael de la Cruz, Pedro Álvarez, Francisco Rodríguez, José González, José


Rodríguez, Gerónimo de Cuadra, Miguel Macías, Lucas de Castro Perdomo,
Gabriel Perdomo, Agustín Martínez, José A. de la Cruz Fiallo, Manuel Acosta
Machín, Pedro de la Cruz Guerra, José Pérez Abreu, José Díaz Amador, Juan
Fernández Agustín Toledo, José de Cuadra, Valentín Suárez, Juan Mariano
Díaz, Domingo Cuadra, Francisco de la Cruz Valiente, Bernardo Cabrera,
Manuel Díaz, Antonio García Travieso, Francisco Pérez, Mateo Machín,
Mariano de Córdoba, Tomás Martínez, Diego Rodríguez, Matías Pérez,
Domingo Perdomo, Domingo Lino González, Juan García Travieso, José

73
María Lima, Juan Pablo Delgado, Joaquín Ramos, Francisco Quesada,
Rafael Suárez, Manuel José de Lima, Manuel Pérez Castañeda, Antonio
María Lima, Manuel Hernández Regalado, Lorenzo de Córdoba, Francisco
Borroto, Félix Suárez, Francisco Zorrilla, Carlos Amaro, Romualdo Silveira,
José María Fernández, Francisco Piñar, Felipe Xiqués, Juan Suárez Díaz,
Juan N. Entralgo, Diego José Gutiérrez, Simón Pérez, Rafael Suárez, Pablo
García Alfonso, Joaquín Arteaga Cervantes, Manuel Eusebio Campos,
Manuel Francisco Entralgo, Francisco Garro, Marcos Francisco Suárez de la
Cruz, Miguel Salazar, Agustín Rodríguez, Rafael Ordóñez y Casimiro
Álvarez. Este último Alcalde sólo desempeñó el cargo durante el año
1878 por cesar el 1 de enero de 1879 a consecuencia de inaugurarse el
nuevo régimen municipal implantado en Cuba por Real Decreto de 21
de junio de 1878.

TENIENTES GOBERNADORES QUE TUVO SANTIAGO

Desde 1836, en que se creó la tenencia de Gobierno, hasta las 12 del día
del 1 de enero de 1879 en que se inauguró el nuevo régimen Municipal:

Capitán Don Cristóbal Tenorio (hasta el 15 de agosto de 1838).

Teniente Coronel Francisco Fernández de Castro (hasta 18 de junio de


1841 en que se trasladó a Bejucal la Tenencia de Gobierno).

Teniente Coronel José Antonio Delgado (del 2 de octubre de 1850 en que


se restableció la Tenencia de Gobierno, hasta el 23 de diciembre del pro-
pio año).

Teniente de Milicias Don José Ruiz Rubio (hasta 9 de enero de 1851).

Teniente Coronel Luis Pérez Gómez (hasta 26 de mayo de 1852).

Comandante Rafael Márquez de Medalla (hasta 15 de junio de 1852).

Comandante Severo Pérez (hasta 8 de marzo de 1853).

Teniente Coronel Felipe Dolz Vilademunt (hasta 2 de febrero de 1855).

Comandante Juan Jústiz Chinchilla (hasta 22 de julio de 1858).

Capitán Augusto Barinaga (hasta 22 de febrero de 1860).

Comandante Guillermo Vives Oliver (hasta 30 de agosto de 1862).

74
Capitán Joaquín Áyensa y Acuña (hasta 11 de julio de 1863).

Capitán Antonio Arconada (hasta 8 de agosto de 1863).

Capitán Juan Llinios y Manso (hasta 16 de julio de 1865).

Capitán Pascual Varela y Álvarez (hasta 30 de junio de 1866).

Capitán de la Guardia Civil Narciso Martín Blas (hasta 31 de octubre


de 1866).

Capitán Mariano de la Peña (hasta 17 le mayo de 1867).

Capitán Julián González Parrado (hasta 17 de agosto de 1868).

Capitán Francisco Lorente Lousada (hasta 31 de enero de 1870).

Capitán Froilán Fernández (hasta 22 de febrero de 1870).

Comandante Juan Aguirre Albarrán (hasta 3 de junio de 1873) .

Teniente Coronel Vicente Añeses (hasta 27 de marzo de 1875).

Capitán Isidro Cañizal (hasta 23 de febrero de 1876).

Comandante Vicente Salas (hasta las 12 del día 1° de enero de l879).

OTROS HECHOS IMPORTANTES

La Lisa perteneció a la jurisdicción de Santiago hasta 1878 en que al


constituirse el Ayuntamiento de Marianao le fue anexada.

Por Real Cédula de 31 de diciembre de 1841 son segregados a la jurisdic-


ción de Santiago los Partidos de Quivicán, San Antonio, La Salud y
Batabanó, agregándose al Partido de Bejucal.

En 1858 el Ayuntamiento llevó a cabo un censo de las fincas rústicas


pertenecientes a la jurisdicción de Santiago de las Vegas.

Según el Censo Estadístico realizado en 1846, tenía Santiago, 396 edifi-


cios, de los cuales 167 eran de mampostería, 79 de madera y tejas y 150
de guano, contaba entonces con 2 boticas, 6 pulperías y tabernas, 4 tien-
das de ropa, 9 tiendas mixtas, 2 panaderías, 2 billares, 1 café, 2 sastrerías,

75
4 barberías, 5 zapaterías, 4 carpinterías, 1 herrería, 1 talabartería y 12
tabaquerías.

Con fecha 25 de junio de 1839, el Capitán General Don Joaquín de


Ezpeleta dispuso que las parroquias de Alquízar y Güira de Melena,
dejasen de pertenecer a la jurisdicción de Santiago y con fecha 28 del pro-
pio mes ordenó lo mismo con relación a lo civil y militar, para que
dependieran de San Antonio de los Baños, donde existía una
Comandancia Militar.

1897: El actual cementerio municipal, a dos años de su inauguración, visto aquí en una fotografía de
la revista «El Hogar».

En el año de 1854 fue demolido el ingenio «La Pita», propiedad de los


herederos de Don Juan Núñez de Castilla, Marqués de San Felipe y
Santiago, dedicándose sus tierras al arriendo, siendo el primer arren-
datario Don Rafael Barrios, en este ingenio se instaló la segunda caldera
que vino a Cuba para la fabricación del azúcar.

El año 1863 se publica en esta ciudad el primer periódico con el título de


«La Abeja», según afirma Trelles en su Bibliografía de la Prensa Cubana.

En 1865 se publica «El Día», dirigido por José Luis Valdés y en 1879 «El
Faro», del cual era Director el poeta santiaguero, Serafín Costales.

76
En el propio año de 1879 se funda la primera orquesta en esta ciudad,
bajo la dirección del músico, Don José Alemán.

Con fecha 1 de enero de 1879 al constituirse el Ayuntamiento de Bauta,


fue segregada de la jurisdicción de Santiago.

Por el año de 1880 fue demolido el ingenio «Nueva Luisa», conocido


también por «La Pitica», y era propiedad de Don Pedro Zárate.

E1 25 de agosto de 1895 se inaugura el actual Cementerio Municipal, bajo


el gobierno de Don Gumersindo García Cuervo.

1897: El asturiano Don Gumersindo García Cuervo, penúltimo


Alcalde español de Santiago de las Vegas, en una fotografía de
la revista «El Hogar». Fue dueño del despalillo «Cubanland»
de la calle Refugio, la cual por un tiempo también se conoció
como calle de García Cuervo (hoy calle 4).

77
CAPÍTULO V

DESDE EL PACTO DEL ZANJÓN HASTA


LA GUERRA DE INDEPENDENCIA

1. PROGRESO EN EL ORDEN POLÍTICO Y SOCIAL. 2. ELECCIONES


DE DIPUTADOS PROVINCIALES. 3. FUNDACIÓN DE LA SOCIEDAD
«LA GLORIA». 4. CONSTITUCIÓN DE LA LOGIA «UNIÓN DE
SANTIAGO No. 60». 5. FUNDACIÓN DEL CENTRO DE INS-
TRUCCIÓN Y RECREO. 6. LA SECCIÓN DE CIENCIA Y LITERATURA
DEL C.I.R. 7. CREACIÓN DEL REGISTRO CIVIL. 8. LA SECCIÓN DE
INSTRUCCIÓN DEL C.I.R. 9. LA PRIMERA IMPRENTA. 10. LA
SECCIÓN DE DECLAMACIÓN DEL C.I.R. 11. LOS PERIÓDICOS «LA
EVOLUCIÓN» Y «LA VERDAD». 12. EL SUCESO DE LA GUAGUA.
13. ENTREGA DEL HOSPITAL DE MAZORRA.

PROGRESO EN EL ORDEN POLÍTICO Y SOCIAL

A partir del Pacto del Zanjón y en virtud de ciertas medidas dictadas,


que favorecían las actividades políticas y sociales, se iniciaron en esta
población, como en el resto de la Isla, una serie de actividades, que
dieron origen a la constitución de organizaciones políticas y la fundación
de instituciones integradas por elementos cubanos en su mayoría, que
laboraron intensamente por el progreso social, político y económico, así
como por la cultura y las artes.

El movimiento político tomó incremento y se adentró vigorosamente en


las instituciones cubanas, que laboraron secretamente por la indepen-
dencia, contribuyendo a formar un clima propicio para la gesta emanci-
padora del 95.

ELECCIONES PARA DIPUTADOS

En las elecciones celebradas para elegir Diputados Provinciales en el año de


1878, obtuvo el triunfo en este Término Don Antonio Govín y Torres sobre el
otro candidato, Don José del Rey.

78
Estas elecciones dieron el siguiente resultado: Colegios de Santiago de
las Vegas: Norte, Govín 166, Rey 7; Sur, Govín 72, Rey, 2; Calabazar,
Govín, 30, Rey 0; Wajay, Govín, 26, Rey 0.

Colegios de Bauta: Hoyo Colorado, Govín 27, Rey 34; Punta Brava,
Govín 6, Rey 18.

Colegios de El Cano: Cano, Govín 2, Rey 17; Arroyo Arenas, Govín 1,


Rey 24; Canta Ranas, Govín 1, Rey 11. Total: Govín 331, Rey 113.

FUNDACIÓN DE LA SOCIEDAD «LA GLORIA»

El 28 de agosto de 1879, queda constituida legalmente la sociedad «La


Gloria», integrada por elementos de la raza de color; ya desde 1872
existía como salón de baile. Fueron sus principales fundadores Don José
Alberro, Don Manuel Noriega, Don Rufino Lima y otros muchos, que
lucharon por el progreso y mejoramiento en todos los órdenes de la
comunidad santiaguera, siendo ésta la primera institución social de la
raza de color fundada en la provincia de la Habana.

CONSTITUCIÓN DE LA LOGIA «UNIÓN DE SANTIAGO No 60»

El 23 de abril de 1880, quedó constituida la logia masónica «Unión de


Santiago No. 60.» Su fundación tuvo lugar en la residencia de Don Rafael
Díaz Lazo, el 14 de febrero de dicho año, con la asistencia de los señores
Rafael A. Martínez, Juan Fernández de Cossío, Juan Garbalosa Muro,
Manuel Arias Selgas, Juan C. Simón Rodríguez y Tomás Agustín
Cervantes y Cruz, actuando como Presidente el Sr. Rafael A. Martínez y
como Secretario Juan C. Simón. Realizados los trámites de rigor para su
constitución por el Sr. Tomás A. Cervantes en reunión celebrada el I5 de
abril, se procedió a elegir la oficialidad, recayendo el cargo de Venerable
Maestro en Tomás A. Cervantes y el de Secretario, en el Sr. Juan C.
Simón. Figuraron como miembros de esta logia, Fermín Valdés
Domínguez, Martín Marrero, Eligio María Palma, Lorenzo Bancells,
Ricardo Valdés Piñera, José Ma. Pérez Borges, Filomeno Torres, Esteban
Barrios, José Antonio Guzmán Varones, Carlos del Amo Díaz, Ramón
Ortega Linares, Vicente Cremata, Bernardo Costales, José Mikleff, Félix
León, Vicente Alonso, Ramón Barceló Bobey, José Pijuan Magriñat,
Joaquín Delgado Pugas y otros muchos que harían demasiado extensa la
relación.

Contra ella desataron los elementos reaccionarios de la época, una despia-


dada campaña, por el sólo hecho de estar integrada en su mayoría por

79
cubanos caracterizados como amantes del progreso y mantenedores de
ideas liberales, logrando su disolución en el año de 1888, al calor del
sangriento suceso del 5 de agosto de este año.

FUNDACIÓN DEL CENTRO DE INSTRUCCIÓN Y RECREO

El 5 de febrero de 1882 queda constituida esta institución, bajo la presiden-


cia de Enrique Roig San Martín. Su formación tuvo como origen básico,
agrupar a los elementos progresistas de la población, para luchar por la
superación individual y colectiva de la comunidad.

En ella figuraron como miembros fundadores, casi todos los elemen-


tos más caracterizados por sus ideas en favor de la independencia,
los cuales prestaron todo su apoyo en la nueva colectividad que
venía a llenar una sentida necesidad para hacer posible la unidad
espiritual de todos los que anhelaban un clima de cultura, de progreso
y de libertad.

Entre los miembros fundadores que más batallaron en el logro y


sostenimiento durante los primeros tiempos, pueden anotarse entre
otros muchos a Enrique Roig San Martín, que fuera su primer presi-
dente; al Dr. Fermín Valdés Domínguez, reivindicador de los estu-
diantes; al Pbro. Manuel José del Pilar Dobal, que tanto se distin-
guiera como defensor de la causa cubana; al Lcdo. José Fina Mauri,
médico santiaguero, que compartiera la presidencia de dicha institu-
ción con Roig San Martín, en el primer año de fundada; Juan C.
Simón; el Lcdo. Eligio Ma. Palma, que fuera médico de Martí durante
la estancia de éste en Cayo Hueso; Federico Agüero, tesonero
luchador por la independencia, que fue deportado con motivo de la
Revolución del 68; los hermanos Alfonso; los hermanos Álvarez;
Lorenzo Bancels, que tanto luchara en la emigración, integrando
varios clubes revolucionarios; los hermanos Carballo; Serafín
Costales, que dirigiera en esta ciudad los periódicos «El Lugareño» y
«El Faro»; los hermanos Cremata; los hermanos Cruz; los hermanos
Díaz Lazo; Juan Garbalosa; Antonio Gato; Ángel Gilbart; los her-
manos León; el Lcdo. Diego Mora Madrazo; los hermanos Lima;
Manuel Morera; los hermanos Núñez; los Oliva; Juan Orovio, que
tanto luchó por la educación y que fuera maestro de la Escuela Laica
que fundara el C.I.R. en 1886; los hermanos Pérez; Ignacio Piñar; los
hermanos Rico; los Rivera; los Rivero; los Rodríguez; Néstor
Sardiñas, que murió en los campos de Cuba, defendiendo la libertad;
Ángel Velazco; los hermanos Pérez Borges y tanto y tantos otros que
harían demasiado extensa la relación.

80
El objetivo fundamental de la constitución del Centro de Instrucción y
Recreo no fue otro que tener un lugar donde compartir y poder expresar
libremente los sentimientos patrios, que latían en el seno de la comu-
nidad santiaguera. Prueba fehaciente de esto es que en su lista de miem-
bros fundadores, aparecen nombres como los de Fermín Valdés
Domínguez, Enrique Roig, el Padre Dobal, Federico Agüero y otros que
tanto se significaron durante el proceso revolucionario cubano, sufriendo
persecuciones, condenas y destierro.

Para abundar más aún sobre el carácter revolucionario de esta institución,


podemos afirmar que muchos de sus miembros fundadores lucharon en la
emigración organizando clubes revolucionarios y expediciones; entre los
primeros citaremos al Padre Dobal, al médico Eligio María Palma, a Lorenzo
Báncels, a Ignacio Piñar, etc.; entre los segundos, a los hermanos Rico.

LA SECCIÓN DE CIENCIAS Y LITERATURA DEL C.I.R.

A poco de constituirse el C. I. R. y con Fecha 1ro. de mayo de 1882, crea


esta sección bajo la presidencia del Sr. Carlos Cairo y como Secretario el
Dr. Fermín Valdés Domínguez. Fueron sus más destacados miembros
Eligio Ma. Palma, Juan Orovio, Serafín Costales, el Lcdo. José Fina
Mauri, Juan Garbalosa, el Padre Dobal, Juan C. Simón y Manuel Morera.

Bajo los auspicios de esta sección se organizaron conferencias, veladas y


otros actos culturales y sociales en algunos de los cuales participaron
destacados hombres de letras de la capital. Para celebrar la constitución,
fue organizada una velada en la que tomaron parte entre otras persona-
lidades de la época, Don Antonio Tagle, maestro de gran prestigio en la
localidad, el Padre Dobal, Don Antonio Zambrana y el poeta Luis
Victoriano Betancourt. Con las actividades de esta sección de Ciencia y
Literatura, se inicia el ciclo de cultura popular que ha ido en aumento, a
través del tiempo, hasta llegar en nuestros días, pudiendo afirmarse que
es hoy Santiago uno de los pueblos más cultos de la República.

CREACIÓN DEL REGISTRO CIVIL

Al ser creado el Registro Civil en el año de 1885, desempeñaba el cargo


de juez Municipal, Don Simón Amestoy, y el de Secretario, Don Rafael
Más Armiñán.

La primera inscripción se realizó el 6 de enero de 1885, correspondiendo


al nacimiento de la niña Antonia Genoveva Grillo y Rodríguez, hija de
Don Francisco Grillo Martínez y de Doña Josefa Rodríguez Hernández.

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Desde 1885 hasta la fecha han desempeñado el cargo de juez Municipal
los señores siguientes: Don Simón Amestoy, Don Hilario Fernández
Busto, Lic. Don Fernando Abascal Romay, Don Rafael Quintana,
Cayetano Quesada, Rafael Arango Bustamante, Francisco Vianello,
Benito Martínez Nebot y Miguel Ángel Párraga.

Han actuado como Secretarios los señores: Rafael Más Armiñán, Alfredo
Castro Linares y Victoriano Piñera, que lo desempeña actualmente.

LA SECCIÓN DE INSTRUCCIÓN DEL C.I.R.

Con fecha 6 de marzo de 1886, queda constituida la sección de


Instrucción del C.I.R., presidida por el distinguido maestro Don Juan
Orovio. Esta sección estableció una Escuela Laica en el propio año, de la
cual fueron maestros el Sr. Orovio y María Luisa Herrera. La plaza de
maestra la obtuvo la señora Herrera por oposición que se llevó a cabo en
el local de dicha institución, integrando el Jurado el Lcdo. José Fina
Mauri, en su carácter de Presidente; los Sres. Joaquín Cabañas, Laureano
Gil Garcerán y Virginia Cabrera, en representación del magisterio. Entre
las personas que lucharon con mayor entusiasmo, en el sostenimiento
tanto en la Escuela Nocturna para Adultos, que dirigía el Sr. José Mikleff,
como en la de menores, se pueden citar a Juan C. Simón, Ángel Gilbart,
Ramón Ortega, Rafael Bravo, Adolfo Cremata, los citados anteriormente
y algunos más.

Con motivo de la inauguración de la Escuela Laica, tuvo efecto el domingo


14 de noviembre de 1886 una brillante fiesta en el local social del C.I.R., en
la que hizo el resumen el destacado orador, Don Elíseo Giberga.

LA PRIMERA IMPRENTA

En el propio año de 1886 se establece la primera imprenta y en ella se ini-


cia la publicación del semanario «El Progreso» bajo la dirección de José
Mikleff Fontagudo. Hasta entonces los periódicos que circularon en esta
población eran impresos en La Habana. La imprenta estaba situada en la
calle Compostela No. 44 y llevaba por nombre «La Impresora», siendo su
propietario el propio Mikleff.

Dos años después se instala otra imprenta con el nombre de «La


Evolución», propiedad del Sr. José Díaz Valdés y estaba situada en la calle
Habana No 66. En ella empezó a publicarse el semanario «La Evolución»,
que tantas batallas librara por la superación de la comunidad santiaguera
y por los ideales de justicia y libertad, dando origen con sus recias

82
campañas a ser multado en varias ocasiones su director, así como provo-
car un duelo entre uno de sus redactores y el Director del periódico local
«La Verdad».

La introducción de ambos talleres tipográficos reportaron grandes adelan-


tos en las letras locales, ya que facilitaban el desarrollo del periodismo.

ELECCIONES DEL LICENCIADO JOSÉ FINA MAURI

Con fecha 31 de julio de 1883, es electo para Alcalde Municipal de esta


ciudad el licenciado José Fina Mauri, prestigioso médico hijo de
Santiago, cuyo cargo desempeñó hasta el 17 de agosto de 1887.

Durante su gobierno se realizaron algunas obras públicas, como fue la


reconstrucción de la casa del Cabildo, la reconstrucción de la Plaza de
Armas y el arreglo o empedrado de varias calles. También durante su
administración recibió gran impulso la educación pública, así como la
apertura de la primera Escuela Nocturna y la creación de aulas en diver-
sos barrios.

LA SECCIÓN DE DECLAMACIÓN Y EL COMITÉ DE DAMAS


DEL C.I.R.

El día 3 de junio de 1888 se constituye la sección de Declamación bajo la


presidencia del señor Leandro Rivera y la que integraban entre otros
muchos asociados: Gerardo Morodo, Félix Pérez, Manuel Cruz, Carlos
Fierro, Andrés Suárez, Teodoro Cabrera, Isidro González, Ramón
Valdespino, Sandalio Camblor, José Díaz, Joaquín Blancas y muchos
otros.

Con motivo de la Guerra del 95 tuvo que recesar esta sección en sus
actividades, pero terminada la contienda, resurge nuevamente con el
nombre de Sección Particular de Declamación, reforzada entonces por
los señores Demetrio Lavanderas, Manuel Vázquez, José Alea, Alberto
Cremata, Ricardo Valdés, Manuel Cuervo, Oscar Montano, Adolfo
Cortada y Ángel Ma. Velazco Zubizarreta. Su Director era Adolfo
Cortada, el maestro de piano, Daniel Martínez y el Secretario, encarga-
do del repertorio, guardarropía y decorados, Joaquín Blancas.

Esta Sección, representó en los teatros de la localidad, así como en los


vecinos pueblos de Bejucal, San Antonio de los Baños, Calabazar, Güira
de Melena y otros. Su repertorio pasaba de cien obras, tanto líricas como
dramáticas y su guardarropía estaba valorado en cerca de mil pesos.

83
En 1899 constituye esta institución el Comité de Damas, presidido por la
distinguida maestra que tan gratos recuerdos dejara en la sociedad san-
tiaguera, Mercedes Pensado. Entre las actividades de este comité estaban
la organización de festivales bailables, actos sociales, etc.

Tanto la sección de Declamación, como el Comité de Damas, laboraron


intensamente recaudando fondos para la reedificación de la casa social,
que fuera casi totalmente destruida por las fuerzas españolas durante la
ocupación del edificio, que lo tomaron como cuartel en la Guerra de
Independencia. Entre las damas que más lucharon dentro de este comité
pueden citarse a Mercedes Pensado, María Más, Rosita Fina, Quinita
Bernal, Eloína Agotar, Rosa Pérez, Panchita Oliva, Cuca García Córdova,
Clotilde Oliva, Eloísa del Pino, Virginia Zábala, Magdalena Rivero y
Aurora Núñez.

LOS PERIÓDICOS «LA EVOLUCIÓN» Y «LA VERDAD»

Como hemos dicho, en el año de 1888 inició su publicación el periódico


«La Evolución», que fue un tesonero defensor de las ideas autonomistas.
Con el propósito de contrarrestar la campaña de éste, vio la luz meses
después el periódico «La Verdad», suscitándose una intensa pugna entre
los elementos liberales de «La Evolución» y los conservadores de «La
Verdad», dando origen a dos acontecimientos de sangre, uno, el duelo
González Pineda y el otro el «suceso de la guagua». El duelo entre ambos
periodistas se llevó a cabo en La Habana, perdiendo la vida el Sr. Ramón
González, Director de «La Verdad».

EL SUCESO DE LA GUAGUA

En el atardecer del 5 de agosto de 1888, ocurrió el hecho conocido por «el


suceso de la guagua», en que perdiera la vida el joven Pedro Álvarez,
hijo de Don Casimiro Álvarez, entonces Teniente de Alcalde y Presidente
del Casino Español.

Este no tuvo otro origen que la pugna política existente entre cubanos y
españoles; que cada día se iba profundizando. Dicho día había de cele-
brarse un baile en el liceo del vecino pueblo de Bejucal. Invitada la juven-
tud del Centro de Instrucción y Recreo y queriendo contribuir además al
éxito de sus compañeros, fletaron una guagua días antes con el fin de
concurrir a dicho festival; pero parece que, a los elementos defensores y
recalcitrantes del régimen colonial no les agradó este acto de confrater-
nidad cubana y manifestaron su disgusto, amenazando con agredir el
vehículo y sus ocupantes, para evitar que la juventud concurriese al

84
vecino pueblo. Decididos y valientes no se amedrentaron los jóvenes
santiagueros ante las amenazas, y como tenían acordado en la tarde del
8 de agosto, salieron con rumbo a Bejucal. Apenas habían andado un
kilómetro, cuando una descarga cerrada de fusiles se abría paso entre la
maleza haciendo blanco sobre la guagua, cayendo mortalmente herido el
joven Álvarez y heridos varios pasajeros.

Tan doloroso hecho marca una efemérides luctuosa en los anales de la


historia de Santiago, ya que el joven Pedro Álvarez era una persona muy
estimada y considerada en la sociedad santiaguera, por sus dotes de
caballerosidad y ser además miembro de una distinguida familia. A
pesar de la protesta de la población por tan vital y alevoso ataque,
además de los argumentos expuestos por Don Antonio Govín, exigiendo
el castigo de los culpables, las autoridades coloniales, parciales e injus-
tas, no hicieron la debida justicia esperada por todos.

A continuación vamos a ofrecer la relación de los ocupantes de la guagua:

Pedro M. Álvarez Mauri, que perdiera la vida en el cobarde y alevoso


ataque; Francisco Marín; Rafael Lima, que más tarde cayera en los cam-
pos de la revolución, luchando por la libertad; Miguel García; Cayetano
Quesada; Pedro Camero Álvarez; Carlos Álvarez Miranda; José Díaz;
Ricardo Rico; Aurelio Quintana; Andrés Garabito; Eusebio Alfonso
Escarano; Juan Escarano; Buenaventura Llorens Barba; Joaquín Núñez
Busquet; José Pino Pérez; Inocente Pino Armenteros; Norberto
Garbalosa Pita; Rafael Garbalosa Pita; Dionisio Muro; Narciso
González; José Lastra Canal; Enrique Rivero Pino; Lucas Rivero y
Alfredo Bustamante.

EL HOSPITAL DE MAZORRA

El 17 de junio de 1893 el Ayuntamiento de El Cano, llevó a cabo la entrega


del Asilo de Enajenados de Mazorra al Ayuntamiento de Santiago de las
Vegas, al que le fue anexado por Real Orden de 13 de diciembre de 1892.

El Marqués de La Habana, que ocupaba el cargo de Capitán General de


la isla en 1854, constituyó una Junta con el propósito de adquirir una
finca rural en las cercanías de La Habana, para alojar a los dementes del
Hospital de «San Dionisio», adquiriéndose poco después el potrero
«Ferro», propiedad entonces de Don José Mazorra, donde se encuentra
instalado actualmente dicho Asilo. Se escogió este lugar por su proximidad
a la capital, así como por su fácil comunicación, pues ya se había construido
el ferrocarril de Villanueva, de La Habana a Bejucal y que pasa por dicho

85
lugar. El potrero tenía una extensión de 14 caballerías de tierra, buen
pasto y abundante agua procedente del río Almendares, todo lo que con-
tribuyó a que se estableciera en dicho lugar.

En los primeros tiempos se construyó un pequeño parque enverjado, en


cuyo centro se levantaba un solo edificio destinado a hombres, com-
puesto de 8 salones y 28 celdas. En 1862 se edificó un departamento simi-
lar para mujeres. Estos edificios fueron ocupados inicialmente por 270
hombres y 190 mujeres, cuyo traslado a él se verificó el 23 de noviembre
de 1864, designándose el personal facultativo consistente en un médico
Director y uno auxiliar interno; el cuerpo administrativo estaba integrado
por el Administrador y varios empleados a sus órdenes, Vigilantes,
Enfermeras y Sirvientes.

En la actualidad cuenta este asilo con más de 20 pabellones y unos 3,500


enfermos, así como un Cuerpo Facultativo integrado por más de 50
Médicos. Cuenta además con los aparatos y procedimientos más moder-
nos que se emplean en el campo de la Psiquiatría.

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CAPÍTULO VI

SANTIAGO DURANTE
LA GUERRA DE INDEPENDENCIA

1. SANTIAGO Y LA GUERRA DE INDEPENDENCIA. 2. EMIGRA-


DOS REVOLUCIONARIOS. 3. EXPEDICIONARIOS SANTIA-
GUEROS. 4. EL REGIMIENTO «SANTIAGO DE LAS VEGAS.»
5. SUS COMBATES Y HAZAÑAS. 6. OCUPACIÓN DE EDIFICIOS
PARA LAS TROPAS ESPAÑOLAS. 7. LA RECONCENTRACIÓN.
8. MUERTE DEL CORONEL JUAN DELGADO.

SANTIAGO Y LA GUERRA DE INDEPENDENCIA

Ya hemos visto en páginas anteriores, la participación de Santiago de las


Vegas en las luchas por la independencia y sus simpatías y contribución
al esfuerzo liberador desde la Revolución de 1868.

Ahora vamos a trazar en ligeras notas, su contribución a la Guerra del 95,


para cerrar el ciclo revolucionario.

Al estallar el Grito de Baire, el 24 de febrero de 1895, un nutrido grupo


de santiagueros, se lanzan en la primera oportunidad a la manigua
redentora. En primer lugar, el Dr. Martín Marrero, que obtuvo el grado
de Coronel y que fuera el jefe del movimiento en Jagüey Grande, soste-
niendo el primer combate entre las fuerzas cubanas y españolas en la
región occidental de la isla; el Crnel. Eulogio Sardiñas, el Capitán Emilio
Sardiñas, el Cmdte. Néstor Sardiñas, muerto en la acción de Loma del
Hambre; el Crnel. Miguel Hernández, el Cmdte. Ignacio Castro, el
Cmdte. Antonio Estenoz, Domingo y Manuel Fernández Chaqueto, Juan
Fina, Ramón Trujillo, Secundino Piñar, Francisco y Ramón Díaz, Juan y
Manuel Rico, José Marrero, muerto en el combate de Montes de Oro, en
Ceiba Mocha; Mateo Márquez, Antonio López, Felipe Pita, Francisco
Villavisanis, Gerónimo, Manuel y Vicente Betancourt, Julio Amaro,
Vicente Delgado, Pedro y Máximo Camero, Ramón Quesada, muerto en
combate; Rafael Lima, muerto en combate; Laureano Collazo; Agustín,
Juan y Pedro Torres, Esteban Carmona, Carlos Martínez.

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Santiago de las Vegas tuvo el honor de que uno de los regimientos más
aguerridos de la provincia habanera, llevara su nombre y fuese manda-
do por dos figuras prestigiosas de la revolución, los Crnles. Juan
Delgado y Dionisio Arencibia, que aún no siendo nativos de esta ciudad
se consideraron siempre santiagueros, al extremo que después de un
fiero combate en que había de distinguirse Juan Delgado, al preguntarle
el Generalísimo Máximo Gómez, que quién era él y de donde venía, con-
testó: «me llamo Juan Delgado y soy de Santiago de las Vegas». A este
regimiento le cupo la altísima gloria de haber sido el que recogiera el
cadáver de Maceo, sobre los campos ensangrentados de San Pedro, gra-
cias al valor y el coraje del Crnel. Juan Delgado y del valiente grupo que
le seguía y para mayor gloria aún de esta población, es el hecho de ser
su Ayuntamiento el que tiene a su cargo la custodia de los restos del
Lugarteniente General Antonio Maceo y su Ayudante Francisco Gómez
Toro, como un sublime trofeo de dos héroes de la patria. Los restos mor-
tales de tan eximios patriotas descansan en tierras de este Término
Municipal: en el Cacahual, lugar donde los llevara Juan Delgado,
después de largo peregrinar para hacer entrega a Don Pedro Pérez, a
quien estaba unido por lazos de familia. A cuyo sitio concurre el pueblo
de Cuba todos los años el día 7 de diciembre, para rendir su homenaje
fervoroso y ardiente a los mártires de la patria.

No podemos dejar de mencionar a otros distinguidos patricios que


fueron miembros destacados del regimiento «Santiago», como son
entre otros muchos: Ramón y Donato Delgado, muertos con su her-
mano Juan en los campos de Pastrana, cerca de Arroyo Arenas; Cmdte.
Fermín Otero, Capitán Avelino Rojas; Crnel. Domingo Montes de Oca,
el Cap. Joaquín Cárdenas, Francisco Arencibia, Rafael Matos,
Abelardo Laferté, Ignacio Pujol; José Pedraza, Abundio Lacha, Cap.
Manuel Laforcade, Sargento Eligio Silva, Ramón Castillo, José
Lorenzana, Apolonio Hernández, Tte. José Ma. Herrera, Tte. Fernando
Cadalso, Cmdte. José Cadalso y otros tantos, cuyos nombres no hemos
podido obtener.

EMIGRADOS REVOLUCIONARIOS

Sin la colaboración de los emigrados revolucionarios, quizás no hubiera


podido llevarse a cabo el plan de Martí, enfilado a la independencia cubana.

Justo es consignar, que la mayoría de los emigrados revolucionarios estaba


integrada por los tabaqueros, los que contribuyeron en toda forma el
plan del apóstol, aportando su caudal económico, su fe patriótica y
muchos de ellos su sangre en los campos de la guerra.

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Santiago de las Vegas, pueblo netamente tabaquero; pues no sólo debe su
origen al cultivo de la rica hoja, sino que fue a lo largo de la segunda mitad
del siglo pasado un centro importantísimo en la manufactura del tabaco.

Siendo así, no podía en manera alguna vivir ajeno a las ansias de liber-
tad que palpitaban en el corazón de Cuba, por lo cual muchos de sus
hijos tuvieron que buscar refugio en la emigración.

Acaso el primero de nuestros emigrados revolucionarios lo sea Don


Eduardo Hidalgo Gato, a quien se le puede denominar «el Padre de
los Emigrados Cubanos,» a quien le dijera Martí en una ocasión:
«Gato, la patria no tendrá con que pagarte». Su bolsa estuvo al servi-
cio de la patria y su fábrica de tabacos, de Cayo Hueso, a disposición
de los emigrados.

El Pbro. Manuel José del Pilar Dobal (el Padre Dobal), la más recia figu-
ra revolucionaria del clero separatista cubano, que debido a sus ser-
mones de tonos patrióticos, se vio obligado a emigrar a Cayo Hueso, de
donde pasó más tarde a México, en unión de Malberti, Macías y otros,
organizando allí los clubes revolucionarios «Bartolomé Masó»,
«Metralla», «Nada con España» e «Hijos de América».

Ramón Rivera Monteressi y Calixto Magriñá, que fueron miembros fun-


dadores de la «Liga de Cubanos Independientes de Cayo Hueso», fun-
dada en agosto de 1889 bajo la presidencia del patriota matancero
Francisco Lamadrid. Rivera fue más tarde fundador y Presidente del
Club Revolucionario «Santiago de las Vegas» y Secretario del Cuerpo de
Consejo del Partido Revolucionario Cubano en Cayo Hueso.

Al siguiente año fundaron los emigrados de Cayo Hueso la célebre


«Convención Cubana»; a esta organización revolucionaria perte-
necieron desde su creación varios santiagueros como Ramón Rivera
Monteressi, el Dr. Eligio Ma. Palma, que fue el médico de Martí durante
su enfermedad y estancia en el Cayo, Cristóbal Lorenzo Bancells y
Eduardo Hidalgo Gato, este último la figura más prestigiosa de la emi-
gración cubana, por su fervor patriótico y su valioso aporte económico a
la causa de la libertad.

La fábrica de tabacos de Gato, fue un refugio para todos los cubanos que
emigraban al cayo y en mayor grado para los santiagueros que encon-
traron siempre en Don Eduardo un protector que les abría los brazos
para proporcionarles trabajo necesario para sostener la vida y ayudar a
la patria.

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Los miembros de la «Convención Cubana», se designaban por número y
estaban obligados a formar cada uno un club patriótico y la formaban 46
emigrados. A Don Eduardo Hidalgo Gato le correspondía el No. 11, al
Dr. Eligio Ma. Palma el No. 24, a Ramón Rivera el No. 26 y a Cristóbal
Lorenzo Bancells, el No. 43.

También lucharon por la libertad de Cuba en la emigración el Dr.


Aurelio Valdés Campos; el Dr. Juan Vilaró, sabio naturalista que
fundó y dirigió la «Revista de Cayo Hueso»; Antonio María Felipe,
periodista, orador y líder obrero; José Fernández Chaqueto, a
cuyas gestiones se debe en gran parten la construcción del «Club
San Carlos»; Ignacio Piñar; Francisco Alfonso; Lorenzo
Vildóstegui; José Martínez Capote; Rafael Bravo; Gregorio León;
Manuel Valerio; Ignacio y Arturo Cobo; Pablo Martínez; los her-
manos Cejas, Felino Rivero; los hermanos Remigio y Alfredo
López Trujillo; Manuel y Domingo Chaqueto; Pepe Marrero; Juan
Fina; Felo Lima; y Antonio Estenoz.

No sólo lucharon en la emigración los hombres, sino que también las


mujeres prestaron su mayor entusiasmo y aliento a la emancipación
cubana, organizando actos, realizando colectas y contribuyendo
económicamente muchas de ella.

LOS EXPEDICIONARIOS SANTIAGUEROS

No sólo se limitaron muchos hijos de Santiago a luchar por la liber-


tad en la emigración, sino que cuando la patria necesitó ofrecieran su
esfuerzo, su sangre y su vida, supieron responder presente y
vinieron como expedicionarios desde lejanas playas a conquistar la
sacrosanta libertad.

Podemos iniciar la relación con Don Eduardo Hidalgo Gato, que


debido a los acontecimientos políticos de la revolución de Yara, al ser
denunciado por sus actividades patrióticas, como conspirador por los
voluntarios de Bejucal, donde residía entonces, tuvo que emigrar a los
Estados Unidos.

En New York se alista en la Expedición al mando del Gral. Goicuría, que


habría de venir en el vapor «Katharine White»; pero en espera de
Goicuría, fueron apresados por el remolcador de la marina de guerra
americana «Belmont» y llevados al arsenal de Brooklyn, de donde
pudieron salir a gestiones realizadas por Don Miguel Aldamas,
Presidente de la Junta Cubana de New York.

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Hidalgo Gato, figuró también en la Cuarta Compañía de Infantería a
bordo del vapor «Lilliam», así como en el primer barco filibustero
propiedad de los cubanos, con el nombre de «Hornet».

Esteban Alonso, Ramón Barrios, Remigio y Alfredo López Trujillo, estos


tres últimos, que vinieron en la expedición del «Virginius»; el Cnel.
Antonio Estenoz, que vino en la Expedicion mandada por el Gral. Carlos
Roloff y el Gral. Serafín Sánchez, cuyo desembarco se efectuó el 21 de
junio de 1895; el Crnel. Dr. Martín Marrero, que deportado a España
después del fracaso del movimiento en la provincia de Matanzas, se fuga
de la península y pasa a los Estados Unidos, embarcando en una expedi-
ción, en la que venían entre otros renombrados patriotas, Braulio Peña,
Eduardo Yero, Pedro Betancourt, Cosme de la Torriente y Vicente
Carrillo, que fueron apresados en Inagua y conducidos a Nassau, el 19
de octubre de 1895, fracasando esta expedición; pero el 25 de marzo de
1898 logra desembarcar en las costas de Cuba el Crnel. Marrero, como
miembro en la expedición del vapor «Bermuda», al mando del Gral.
Calixto García.

Manuel Fernández Chaqueto, Octavio Monteressi, José Magriñá, Ramón


Quesada y Benito Rico, que llegaron en la expedición «Cowley», al
mando de Castillo Duany, que desembarcara en Boca Ciega, en la
provincia de La Habana, el 7 de julio de 1896, siendo ésta la primera
expedición que desembarcó en las costas habaneras.

José Marrero, Juan Fina y Domingo Fernández Chaqueto, que desem-


barcaron el 5 de septiembre de 1897, a las órdenes del Brigadier Rafael
de Cárdenas.

Juan y Manuel Rico, Felipe Pita, Arturo Cobo y Aurelio Bado, que
vinieron en la expedición del «Florida», desembarcando el 3 de julio de
1898, en Palo Alto.

EL REGIMIENTO «SANTIAGO DE LAS VEGAS»

El Regimiento de Caballería «Santiago de las Vegas», perteneció al


QUINTO CUERPO, SEGUNDA DIVISIÓN, SEGUNDA BRIGADA DEL
EJÉRCITO LIBERTADOR.

Su organizador y jefe fue el Crnel. Juan Delgado. Este bravo patriota se incor-
poró a la columna invasora el día 13 de enero de 1896, siendo autorizado
poco después por el Generalísimo Máximo Gómez, para formar una fuerza
que operara en la provincia habanera. Fueron los más valiosos colaboradores

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del Crnel. Delgado, en este empeño, el Teniente Generoso Falcón, del Estado
Mayor del Gral. en Jefe Dionisio Arencibia, Rafael Sánchez (Tata), Adolfo
Viñas, Manuel Padrón, Florentino Sigler, Francisco Arencibia, Ambrosio
Díaz, Ignacio Castro, Rafael Díaz, Rafael Martínez, Francisco Hernández,
Tomás Negrín y los hermanos Vicente, Ramón y Donato Delgado.

Con la colaboración de ellos, formó el Crnel. Delgado una guerrilla,


que pronto se convirtió en un escuadrón, pasando después a integrar
un Regimiento, con cuatro escuadrones, al que por acuerdo y decisión
de sus jefes y oficiales, se le dió el nombre de esta ciudad que tanto
amó Juan Delgado y cuyo nombre hizo famoso durante la Guerra de
Independencia, por sus continuas hazañas y su constante acción. A
este Regimiento se le asignó como zona de operaciones, a Santiago,
Rincón, Bejucal, La Salud, Quivicán, San Felipe, Managua, Rancho
Boyeros, Calabazar, Arroyo Apolo, Arroyo Naranjo, Víbora y parte de
Jesús del Monte y el Calvario. Los escuadrones de este Regimiento
estaban mandados por los Comandantes José Miguel Hernández
Falcón, el primero; Fermín Otero Gutiérrez, el segundo; José Cadalso
Cerecio, el tercero y Adolfo Viñas, el cuarto escuadrón; siendo el jefe
del mismo el Crnel. Juan Delgado y el segundo jefe el Crnel. Dionisio
Arencibia, quien a la muerte del primero asumió el mando en abril de
1898.

Entre los más distinguidos oficiales y jefes de este Regimiento, figuraron:


el Teniente Ignacio Castro Ruiz, ayudante de Juan Delgado; el Tte.
Avelino Rojas; el Cmdte. Rodolfo Vergel, que fue jefe de escuadrón; el
Capitán Carlos Marrero, muerto en campaña; los Capitanes Emilio
Acosta y Manuel Forcade, muertos en acción de guerra; los Cmdtes. Juan
de Dios Romero y Donato Delgado, que con su hermano el Cap. Ramón
Delgado, cayeron junto a su hermano Juan Delgado en la Finca
«Pastrana», la tarde del 23 de abril de 1898.

La historia de este Regimiento llena valiosas páginas en las efemérides


de nuestra guerra de independencia, en el periodo comprendido desde
1896 a 1898, por los múltiples combates sostenidos y por el valor y
arrojo de sus integrantes.

COMBATES Y HAZAÑAS DEL REGIMIENTO «SANTIAGO DE


LAS VEGAS»

ENTRADA EN BEJUCAL En mayo de 1897, a las


órdenes del Crnel. Dionisio Arencibia y en unión de
Adolfo del Castillo, entraron en la ciudad de Bejucal.

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1899: Los Tenientes Coroneles Dionisio Arencibia y Miguel Hernández, ya terminada la guerra.

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ENTRADA EN SANTIAGO DE LAS VEGAS A pesar
de que esta Ciudad inmediata a la Habana, estaba fuerte-
mente guarnecida con artillería de campaña; pues era la
sede del Regimiento de Caballería de Villaviciosa, del
Batallón de Cazadores de Arapiles, de un nutrido bata-
llón de voluntarios con un fuerte destacamento de la
Guardia Civil y fuerzas de infantería de los Regimientos
de «Albuera» y «Castilla», una guerrilla y numerosos sol-
dados y oficiales transeúntes que salían de los hospitales
militares instalados en la población y el gran número de
soldados alojados en el Cuartel de Infantería, situado
entonces en el lugar que ocupa hoy la Estación
Experimental Agronómica, que estaba dedicada a
Cuartel de Aclimatación de Tropas Españolas, donde
habían alojados centenares de ellos; defendido por un
cinturón de cantería el recinto de la Plaza de Armas, las
alambradas, trincheras y barricadas de raíles de ferroca-
rril contra caballería, todo lo cual hacía muy difícil la
entrada en la ciudad; no fue obstáculo para que el Crnel.
Juan Delgado con un reducido grupo llegara hasta los
arrabales de ella.

ENTRADA EN ARROYO APOLO Un hecho de extraor-


dinaria valentía y gran trascendencia histórica, realizado
por fuerzas del Regimiento «Santiago de las Vegas», lo es
sin duda la entrada en Arroyo Apolo. El Cmdte. José
Cadalso Cerecio, jefe de uno de los escuadrones de dicho
regimiento pidió y obtuvo permiso del Crnel. Juan
Delgado, para dar un golpe de audacia, entrando en
Arroyo Apolo. Este audaz asalto fue el primero que se
llevó a cabo en un barrio aledaño a la Capital.

Este ataque realizado, constituye una prueba evidente


de la valentía de los miembros que formaban el
mencionado regimiento.

Para conmemorar este hecho histórico, el Ayuntamiento


de la ciudad de Santiago de las Vegas ha colocado una
lápida de bronce en el lugar hasta donde llegaron las
fuerzas del mencionado regimiento en la madrugada del
20 de marzo de 1897, y dejar señalado que fue el lugar
más próximo a la capital en que combatieron fuerzas
cubanas en la guerra emancipadora.

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A continuación vamos a transcribir un informe que ele-
vara el Cmdte. José Cadalso al Ayuntamiento de
Santiago de las Vegas, relacionado con el hecho a que
hacemos referencia.

MACHETEO DE LA GUERRILLA DE CALABAZAR El


20 de septiembre de 1896, los Crnles. Juan Delgado y
Dionisio Arencibia prepararon un ataque a una guerrilla
de voluntarios del Batallón Ligeros María Cristina, que
había salido de recorrido por los alrededores de este
poblado. El ataque tuvo lugar en el callejón de la «Pica
Pica», haciendo las fuerzas cubanas 97 bajas en un fiero
ataque al machete, teniendo que lamentar la muerte en el
combate, de un valiente miembro de las fuerzas cubanas,
Tomás Negrín.

MACHETEO DE LA GUERRILLA DE QUIVICÁN El


27 de septiembre de 1896, los Cmdtes. Donato Delgado
y Fermín Otero, en unión del Crnel. Dionisio Arencibia,
prepararon un ataque a esta guerrilla, que llevaron a
cabo en el lugar conocido por «Toledo Viejo», distin-
guiéndose en el ataque, por su arrojo y valentía,
Máximo Camero y en el cual perecieron la casi totali-
dad de los que integraban la guerrilla, víctimas de un
fiero ataque al machete.

TOMA DEL FUERTE VIGOA (WAJAY) La toma de este


fuerte, la llevó a cabo el Crnel. Dionisio Arencibia, al
frente de un grupo que en horas de la noche tomaron por
sorpresa dicho baluarte, apoderándose de armas y algún
ganado, sin que fuera preciso sostener combate.

COMBATE DE LA FINCA «MAURÍN» El día 27 de


junio de 1897, bajo el mando de los Crnles. Juan Delgado
y Baldomero Acosta, se llevó a cabo un recio combate en
este lugar contra fuerzas del Batallón de San Quintín.

ATAQUE A LA GUERRILLA DE MANAGUA A las


órdenes del Crnel. Juan Delgado y el Crnel. Dionisio
Arencibia, se llevó a cabo un ataque a la guerrilla de
Managua, el 19 de mayo de 1897, cuya acción tuvo por
escenario la finca «Volcán» y en el cual fue herido en una
pierna el Crnel. Juan Delgado.

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ATAQUE A LA GUERRILLA DEL RINCÓN En junio de
1897, las fuerzas del Regimiento «Santiago de las Vegas» al
mando de los Crnles. Delgado y Arencibia, llevaron a efecto
un ataque a la mencionada guerrilla, en la finca «La Luisa».

ENTRADA EN ARROYO NARANJO Bajo el mando del


Cmdte. José Cadalso, un pelotón del mencionado
regimiento, entró en el poblado de Arroyo Naranjo, situa-
do en las proximidades de la capital. Este ataque por sor-
presa fue realizado aprovechando la oscuridad de la
noche y lo avanzado de la hora, tomando en el asalto ali-
mentos y ropas, en varios establecimientos del poblado.

COMBATE DE SAN PEDRO El Regimiento de Caballería


«Santiago de las Vegas», tomó parte activa en este rudo
combate en el que cayera el lugarteniente Gral. Antonio
Maceo y Grajales y su ayudante Cap. Panchito Gómez
Toro. Es a su jefe, el Crnel. Delgado, a quien se debió en
mayor grado la gloria de recoger los cadáveres de ambos
sobre el campo ensangrentado de San Pedro. Fue él y
miembros bajo su mando, los que encontraron y reco-
gieron sobre el campo de batalla los cuerpos exánimes de
tan valientes patriotas, que fueron conducidos por una
reducida escolta a la Finca «Lombillo» donde se les dio
sepultura; pero, a instancia del Crnel. Delgado, por abrigar
sospechas y no ofrecer seguridad el lugar, fueron traslada-
dos a la finca «Cacahual» situada en las proximidades del
poblado del Rincón, haciéndole entrega de los cadáveres a
su tío Pedro Pérez para que les diera sepultura. Con moti-
vo de la epidemia declarada durante la guerra y al ser ata-
cada la familia de Pedro Pérez, temiendo éste morir sin que
supieran el lugar donde estaban enterrados los cadáveres,
citó al Crnel. Delgado a una entrevista en las afueras de la
población, para comunicarle el lugar donde se hallaban;
pero debido a no poder asistir a consecuencia de la herida
que recibiera en el combate de la finca «Volcán», comisionó
a su hermano Ramón y al Crnel. Arencibia para que se
entrevistaran con Pedro Pérez, quien los llevo al lugar
donde estaban sepultados los cadáveres; diciéndoles que
había hecho eso para si acaso moría supieran ellos el lugar
donde reposaban los restos de Gómez y Maceo. El Crnel.
Arencibia, con el propósito de señalar el sitio, hizo varios
cortes en un árbol cercano, con el fin de que le sirviese de

96
1897: Pedro Pérez y dos de sus hijos en el lugar exacto donde enterraron los cadáveres de Maceo y
Gómez Toro para que no cayeran en manos de las tropas españolas.

1897: El bohío de Pedro Pérez en la Finca «El Cacahual».

97
guía para cuando hubiera de extraer los restos, y termina-
da la guerra, cuando se procedió a la exhumación de
dichos restos fue el Crnel. Arencibia el que señaló, en unión
de Pedro Pérez, el lugar exacto.

Cabe a la ciudad de Santiago de las Vegas, el alto honor


de ser Custodia de los restos mortales de Antonio Maceo
y Panchito Gómez, gracias a la decisión y el arrojo del
Crnel. Juan Delgado.

OTROS COMBATES DEL REGIMIENTO «SANTIA-


GO DE LAS VEGAS» El 15 de junio de 1896, fuerzas del
Crnel. Juan Delgado atacaron en la zona de Calabazar
una columna de voluntarios, movilizados de la Habana,
cargándolos al machete y haciéndoles más de 50 bajas.

El 7 de agosto de 1897 las fuerzas de este Regimiento al


mando del Crnel. Arencibia, sostuvieron combate en la
Finca «San Antonio Patrón», con el regimiento San
Quintín, con bajas por ambas partes.

El 17 de septiembre de 1897, las fuerzas cubanas a mando


del Gral. Mayía Rodríguez y del Crnel. Delgado comba-
ten en Lomas del Hambre contra la columna de Pizarro,
muriendo en esta acción el Capitán Néstor Sardiñas
Zamora.

COMBATE CON LAS FUERZAS DE VILLAVICIOSA


EN LOMAS DE RAMOS En las cercanías de Managua.
Combate con la columna de San Quintín; en Santa
Bárbara, zona de Bejucal. Combate con la caballería de
Borbón, en la Finca «Volcán», zona de Santiago de la
Vegas. Combate con e1 regimiento «Otumba», en Jesús
María, zona de Bejucal. Combate con la columna de
Merguizo, en la Finca «Loreto», zona de Managua.
Combate con el regimiento del Cnel. Plaito, en Babiney
Colorado, zona de Managua. Combate con la columna de
Pizarro, en la Finca «Galera», zona de Santiago. Combate
con la columna de Barbastro en la Finca «La Pita», zona
de Santiago. Combate con la columna los Canarios, en
Lomas de Ramos, zona de Managua. Combate con el
Crnel. Tor, de la Guardia Civil, en los montes de Barreto.
Combate en «San Pedro», con la guerrilla de Miró.

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Combate con la columna del Gral. Arolas, en la Finca
«Gavilán», zona Managua. Combate de «Las Guásimas»,
con el Gral. Aldecoa en la zona de Managua. Combate con
la Caballería de la Reina y fuerzas de San Quintín, en
Santa Bárbara, zona Bejucal.

OCUPACIÓN DE EDIFICIOS PARA LAS FUERZAS ESPAÑOLAS

Para alojamiento en esta Ciudad de las fuerzas españolas, fueron ocupa-


dos varios edificios, que era tan crecido el número de soldados que había
sido destinado a este pueblo, que para que se pueda tener una idea de la
cantidad, vamos a detallar los edificios que por orden superior fueron
destinados a alojamiento de tropas: la casa situada en la esquina de 8 y
13, donde estuvo el establecimiento de ropas «Mi Tienda», fue habilita-
da para Hospital Militar. La Cuartería de Roqué, que estuvo situada en
la esquina de las calles 2 y 17, servía de albergue a un crecido número de
tropas, y la cual fue fortificada comunicándose por el fondo, con el
Cuartel de Caballería, instalado entonces en el lugar que ocupa hoy la
Escuela No. 3. La casa de la Calle 2 esq. a 7, donde estuvo la Bodega de
Raíces, fue destinada a las fuerzas del batallón de Villaviciosa. El edifi-
cio del «Centro de Instrucción y Recreo», fue destinado a fuerzas de la
Guardia Civil y después al batallón de Arapiles, sin contar la numerosa
tropa alojada en los barracones del Hospital Militar, situado en los
terrenos de la Estación Experimental Agronómica.

LA RECONCENTRACIÓN En la esquina que forman las calles 9 y 6,


que era entonces este lugar uno de los puntos más céntricos de la
población, en una casa amplia, que antaño estuvo dedicada a fábrica de
tabacos, se instaló la Casa de los Pobres, destinada a dar alojamiento a
los vecinos menesterosos y a los campesinos pobres que, con motivo de
la reconcentración, tuvieron que alojarse en las poblaciones.

Para aliviar la situación de los habitantes, eran repartidas unas papele-


tas, con las cuales iban a los distintos establecimientos a recoger los ali-
mentos necesarios para su alimentación.

Como si esto no fuera bastante, una grave epidemia varilosa, atacó la


población cubana, lo que trajo como secuela una notable disminución de
la población, a causa de las multiples víctimas causadas por la misma; y
un aumento considerable en las necesidades y miserias de la población.

Con el propósito de alojar a los varilosos en un lugar aislado; el Alcalde


Municipal a la sazón, Don Gumersindo García Cuervo, además de abrir

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1897: La capilla ardiente con los restos de Maceo y Gómez Toro.

para los reconcentrados lo que se llamó la Casa de los Pobres, construyó


de su pecunio particular un amplio edificio donde fueron trasladadas las
víctimas de la epidemia varilosa, y en cuyo lugar eran atendidos por el
Cuerpo Médico del Hospital Militar de esta Ciudad.

Terminada la guerra, Don Gumersindo García hizo donación del edificio


al Ayuntamiento, que años más tarde fuera destinado a Cuartel de la
Guardia Rural, hasta 1926 en que el fuerte huracán que azotara esta
provincia lo destruyera casi totalmente levantándose al siguiente año el
moderno edificio que ocupa hoy el Cuartel de la Guardia Rural.

En relación con el grave problema surgido con motivo de la reconcen-


tración, hubo de publicar la revista «EI Hogar», en el año de 1897, un
artículo del cual vamos a transcribir algunos párrafos:

«Entre las cosas buenas, que existen en Santiago de las


Vegas; dignas de celebración, descuella el espíritu de cari-
dad y compañerismo, que reina en la ciudad. Por eso entre
sus habitantes no se producen escenas de miseria y angus-
tia ocasionadas por la reconcentración de los campesinos».

100
«De aquí resulta que los vecinos de los pueblos circunve-
cinos buscan el abrigo de estas autoridades; y con él y la
compasión del vecindario obtienen lo más preciso para
conservar la vida.»

MUERTE DEL CORONEL JUAN DELGADO

Declarado el cese de las hostilidades por el armisticio, el Crnel. Juan


Delgado, confiado en la medida de paz adoptada, pernoctaba con una
reducida escolta por los terrenos del potrero Pastrana, ubicado entre el
Cano y Arroyo Arenas, siendo atacado por sorpresa el 23 de abril de
1898, por una columna española al mando del Crnel. Enrique Bayle,
pereciendo en el combate en unión de sus hermanos Ramón y Donato.

Con el tratado de paz firmado entre España y los Estados Unidos el 12


de agosto de 1898, termina la guerra por la independencia de Cuba.

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CAPÍTULO VII

DESDE LA TERMINACIÓN DE LA GUERRA


HASTA EL CESE DEL GOBIERNO ESPAÑOL

1. LA EVACUACIÓN. 2. ENTRADA DE LAS FUERZAS CUBANAS.


3. ENTREGA DE LA CIUDAD. 4. BANQUETE EN EL AYUNTAMIENTO.

Para dar una impresión más fiel del magno acontecimiento de la entra-
da de las fuerzas cubanas al terminar la guerra de independencia, vamos
a transcribir un trabajo, que expone con todos sus detalles los actos lle-
vados a cabo para recibir a los libertadores.

Desde la mañana del día 8 (diciembre de 1898) del actual comenzó a cir-
cular con profusión por las calles de la ciudad, una hoja cuyo contenido
era el siguiente:

AL PUEBLO DE SANTIAGO DE LAS VEGAS:

Aproximándose el momento en que, como consecuencia


del «Tratado de Paz», deban evacuar las tropas españolas
esta ciudad, y hacer su entrada las fuerzas cubanas al
mando de su prestigioso Coronel el ciudadano Raúl
Arango, la Comisión constituida al efecto, se dirige al
público en general, rogándole se sirva adornar las fachadas
de las casas para el día en que verifiquen su entrada en esta
población las referidas fuerzas cubanas.

De la sensatez jamás desmentida de este culto y laborioso


Pueblo, espera demos todos un respetuoso ¡Adiós! a los
que se van y un sincero y entusiasta ¡Viva! a los que llegan.

Santiago, 7 de diciembre de 1898


La Comisión.

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LA EVACUACIÓN

El día 10 notóse en la población un movimiento que


demostraba el recibo de alguna noticia relativa al caso y
tratamos de inquirir lo que hubiera de cierto; resultando
que en la Comandancia Militar se había recibido un
telegrama, en que se ordenaba, que a primera hora de la
mañana del domingo 11 y en tren especial de la empresa
del oeste, embarcase con destino a la Capital la fuerza y
Representación del disuelto Regimiento de caballería
Villaviciosa que guarnecía la plaza, haciendo entrega de
ésta y de los edificios del Estado, bajo inventario, al Sr.
Alcalde Municipal.

Corriéronse las órdenes oportunas; hiciéronse los trasla-


dos a las autoridades que debían intervenir y a las 7 de la
mañana del domingo 11 de diciembre de 1898, el señor
Don Crescencio Jiménez, Capitán cajero del Regimiento
de Villaviciosa y que actuaba de Comandante Militar
interino, por pase a España, del que lo era efectivo el
Comandante del Batallón Cazadores de Arapiles No. 9,
don Alfredo Martínez de Peralta, acompañado del comi-
sario de Guerra oficial 1° de Administración Militar, don
Antonio Meléndez, reuniéronse con el señor José Fina
Mauri, Alcalde Municipal y don José de la Presa,
Secretario del Ilustre Ayuntamiento, procediendo los
señores Jiménez y Meléndez a efectuar la entrega bajo
inventario al señor Fina, de la Plaza, edificios del Estado
y Cuartel de infantería reformado para Hospital Militar,
con los once pabellones de madera que le son anexos.

Concluido el acto de la entrega y con él el cese de la


Autoridad militar, retiróse el Capitán señor Jiménez al
cuartel donde estaba alojada su fuerza (en el Voluntarios)
y formada ésta, dio la voz de marcha el señor Comandante
D. Ricardo Segurado y Alberca, dirigiéndose a la Plaza de
la Iglesia y calle de Compostela al paradero del Ferrocarril
del oeste, donde debía esperar la llegada del tren que los
había de conducir a La Habana.

En todo el trayecto notóse en el público que presenciaba la


marcha, el mayor respeto, si bien la mayoría esperaba el
embarque para dar salida a sus corrientes de expansión.

103
Las horas pasaban y la ansiedad crecía al ver la permanen-
cia de la fuerza en la Estación, hasta que a las 10 y veinte
minutos de la mañana, el silbato de arranque de la locomo-
tora anunciaba al vecindario de Santiago de las Vegas, que
la Soberanía de España había cesado en la ciudad, con la
marcha de las fuerzas que la sostenían y representaban.

Las fuerzas que embarcaron componíanse de 1 Jefe, 3 ca-


pitanes, 7 oficiales y 170 entre clases e individuos de
tropa, pertenecientes a los escuadrones España No. 7 y
Galicia No. 25, que formaban parte del Regimiento de
Villaviciosa disuelto por orden superior en el mes de
octubre.

EL DOMINGO 11 DE DICIEMBRE DE 1898

Cual si obedeciese al efecto de una chispa eléctrica, no


habrían transcurrido diez minutos de la evacuación,
aparecieron engalanadas con cortinas y banderas cubanas
y americanas la mayoría de las casas de familias cubanas;
algo después, el elemento español qué había dejado pasar
los primeros impulsos del entusiasmo, acatando los con-
sejos de unión y concordia con que a diario aconseja la
prensa española y aceptando la forma cortés de la
invitación repartida el día 7, no quiso nublar con su
retraimiento la alegría del pueblo, a pesar de la tristeza
que embargaba el ánimo de todos los españoles.

A la una de la tarde, ya la población se encontraba com-


pletamente adornada con las colgaduras y banderas ya
expresadas y en los comercios, propiedad del elemento
peninsular, ostentábanse igualmente con más o menos
profusión.

Emocionado el Sr. Cabrera (don Teodoro) que se encon-


traba en el interior del edificio, ante el espectáculo que se
presentaba a su vista, subió al escenario y con robusta y
potente voz, se dirigió al público, condensando en las
siguientes frases, el entusiasmo que le embargaba:

CIUDADANOS: NUESTROS ADVERSARIOS DE AYER,


SON NUESTROS AMIGOS DE HOY: SI LA GUERRA
ENGENDRA ODIOS Y RENCORES, EN CAMBIO PAZ

104
BENDITA UNE A TODOS LOS HOMBRES CON LOS
DULCES LAZOS DEL CARIÑO, DEL RESPETO Y DEL
AMOR.

En iguales o parecidos términos se expresaron los señores


Secade y Fernández Chaqueto, contestándoles el pueblo
con atronadores y entusiastas vítores.

Por la tarde, discurrían por la población alegres


Cabalgatas, grupos de familias, y de lindas jóvenes en
cuyos rostros llevaban retratadas la satisfacción y la ale-
gría, y luciendo todos emblemas, lazos o banderas
cubanas.

Al anochecer empezó a repartirse con profusión por toda


la ciudad la siguiente alocución:

A LOS HABITANTES DE SANTIAGO DE


LAS VEGAS, BEJUCAL, CALABAZAR,
RINCÓN Y RANCHO BOYEROS:

CIUDADANOS: Llamado por las autori-


dades populares como Coronel primer Jefe
del Regimiento de Caballería «GENERAL
MAYÍA» a ocupar los pueblos de mi zona,
al ser ésta evacuada por las tropas españo-
las con el fin de garantizar el orden, interín
sea resuelta la forma de gobierno que ha
de regir los futuros destinos de nuestro
país, que en definitiva será, a no dudarlo,
la constitución de la República cubana, por
la que han luchado nuestros antepasados y
nosotros mismos, durante sesenta años, y
que es la única forma de Gobierno que sa-
tisface las aspiraciones del país en general:
creo un deber dirigirme a todos sin distin-
ción de procedencias para hacerles pre-
sente que vengo animado de los mejores
deseos, inspirados éstos dentro de mi
amplio espíritu de concordia.

Aquellos pocos que por versiones infun-


dadas de espíritus intranquilos o mal

105
intencionados aún abrigan dudas de cuál
será nuestro comportamiento, pueden
estar completamente tranquilos que sus
vidas y haciendas no sólo serán respetadas
por nuestros soldados, sino amparadas
contra el que atentase a ellas, y castigado
con severidad el que en cualquier tiempo
trate de alterar el orden.

Hemos luchado durante cuatro años en


guerra cruenta para conquistar la libertad
de esta tierra querida para todos. Mucha
sangre y muchas vidas ha costado la obra
que al fin vemos realizada, para permitir
se confunda la libertad con la licencia.

La Patria Cubana es para todos», ha dicho


nuestro General en Jefe; nuestro lema es:
olvido de lo pasado: fe y esperanza en el
porvenir.

Mi propósito es y para ello cuento de


antemano con el concurso de las autori-
dades populares y del pueblo en general,
hacer cumplida justicia a todo el que la
demande con razón, sin preguntarle qué
ha sido, ni qué ha hecho durante el perío-
do de la guerra.

En mí tendrán todos los hombres honra-


dos un amigo, más que un Jefe Militar; y
aquellos que se coloquen fuera de la ley,
un perseguidor incansable y severo.

Bajo la bandera tricolor caben todos los


hombres de buena voluntad que quieran
acogerse a ella y amen a esta tierra.

Os saluda vuestro conciudadano y amigo,

Raúl Arango.

106
EL LUNES 12 DE DICIEMBRE DE 1898

ENTRADA DE LAS FUERZAS CUBANAS

Amaneció el tan deseado lunes 12, fecundo en aconte-


cimientos, día en que había de quedar definido en este
pueblo el porvenir de los elementos que lo componían, el
cubano, porque con la actitud que guardase, demostraría
a la Nación Americana, que está vigilando todos sus
actos, que es suficiente para gobernarse en todas las
esferas del orden social y que para su marcha, orden y
desenvolvimiento, no necesita el alarde ni la ayuda de sus
fuerzas; el peninsular, porque ya no tenía que ver
enfrente a sus enemigos, sino hermanos, por cuyas venas
corre una misma sangre, ansiosos todos de disfrutar de
los goces que brinda la paz y engrandecer este pueblo.

Las primeras horas de la mañana transcurrieron veloz-


mente, distraídos con la contemplación del paso de las
diferentes agrupaciones que acudían a los puntos de
reunión, determinados de antemano, para desde allí par-
tir al lugar marcado para la manifestación acordada: el
cruce de las cabalgatas que marchaban hacia la carretera;
las escuelas de niños y niñas conducidas por sus respec-
tivos Directores, entre otros grupos, que portaban bonitos
y alegóricos estandartes: jóvenes luciendo el popular
sombrero de guano, plegada el ala, con vistoso lazos y la
emblemática estrella, y en medio de este bullicio popular,
el estruendo causado por los continuos disparos de
cohetes, causaba un efecto fantástico.

(Acta en que se acordaron los festejos)

En la ciudad de Santiago de las Vegas a 6 de diciembre de


1898, se reunieron en la finca «San José» del señor
Escasena los vecinos que suscriben la presente, con el fin
de acordar los festejos que se han de tributar a las fuerzas
del Ejército Cubano a su entrada en esta ciudad, que será
tan luego como la evacuen las tropas españolas.

Después de expuesto por el señor Teodoro Cabrera, el


programa que debía seguirse, fue aprobado por unani-
midad, tomándose los siguientes acuerdos:

107
l° El punto de reunión será la carretera y tramo compren-
dido entre una casa sita en el terreno del cafetal de Sierra
y la casa de los peones camineros.

2° El orden que llevara será el siguiente:

Colegio de niñas de María Luisa Herrera en dos filas


regando flores por todo el trayecto que será Habana hasta
Compostela; seguirá por esta calle hasta la de Rincón, S.
José, Macías, Lagunas, por Sierra, Santa Ana, García
Cuervo y Amargura, al Ayuntamiento.

3° Tres niñas que simbolizarán a Cuba, América y la Paz.

4° El Cuerpo Capitular si desea asistir.

5° Otra niña con un estandarte con el siguiente lema: «La


Patria Cubana es para todos».

6° Junta Directiva en pleno del Partido Nacional Cubano.

7° Otra niña con un estandarte que diga: ¡Viva Cuba


Libre!, ¡Vivan los Estados Unidos de América!, ¡Loor a los
Libertadores!

8° Orquesta de Alemán.

9° Club de señoras «Rodolfo Bergés», con su estandarte.

10° Y además, todo lo que se fuere ocurriendo a esta


comisión para mayor auge.

Además se tomaron los siguientes acuerdos: Que se nom-


bre una comisión para recolectar fondos para sufragar los
gastos que se ocasionen.

Otra comisión que se aviste con el Ayuntamiento, para saber


y ponerse de acuerdo en los festejos, caso que, como es natu-
ral, la Corporación Municipal se adhiera a estos acuerdos.

Para la primera comisión quedan designados los señores


siguientes: Por los obreros de García Cuervo: don Francisco
Huergo; don Félix Romero y don Florentino Ortega.

108
Por la casa de Suárez: don Quiterio Valdés, don Bruno
Santirzo; y don Norberto Garbalosa.

Por la Industria, comercio y particulares: don Segundo


Trespalacios, don Ramón González y don Eduardo
Castro.

Comisión de orden: Todos los que han concurrido a esta


Junta y los más que deseen formar parte de la misma.

Nombrar una comisión que autorizará los símbolos,


lemas y letreros que ponga el vecindario.

A la llegada a la casa del pueblo, caso que el


Ayuntamiento no tome la iniciativa, una comisión com-
puesta de individuos de la Directiva del partido Nacional
Cubano, invitará a la oficialidad a un modesto refresco en
la Casa Consistorial.

Por la tarde se le dará un rancho extraordinario a la fuerza


que costeará, caso que no alcance lo recaudado, el Comité
patriótico de auxilios fundado en tres de septiembre
último.

Rafael Escasena. Quiterio Valdés. Joaquín Blancas.


Norberto Garbalosa. Andrés Montero. Manuel González.
Teodoro Cabrera. Augusto Fina. Rafael Valiente. Ramón
González Medina. Ricardo Hernández. Manuel Grillo.
Bruno Santirzo. Segundo Trespalacios. Francisco Huergo.
Ramón Croche. Florentino Ortega. Félix Romero. Joaquín
S. Valdés. Eduardo Castro.

EL AYUNTAMIENTO

He aquí lo que hubo de acordar el Ayuntamiento en sesión ordinaria del


día nueve de diciembre de 1898 según consta del acta: El Sr. Alcalde
(Don José Fina Mauri) hizo presente a la Corporación, que tenía noticias
de que las fuerzas españolas evacuarían la Plaza, mañana diez, o el once,
a más tardar, y que en tal virtud le había dirigido al Coronel Arango
atento oficio pidiéndole las fuerzas necesarias para la custodia del orden.
La Corporación, enterada, acordó de conformidad y que se atiendan y
alojen convenientemente, así como también acordó, obsequiar a los
señores Jefes, Oficiales representantes de las fuerzas acampadas en las

109
inmediaciones de la ciudad, con un almuerzo o comida en la Sala
Capitular, según la hora en que hagan su entrada, así como que se
engalane con los colores de la nacionalidad cubana la Casa Consistorial
y se ilumine, sin escasear medios, para que resulte con el mayor esplen-
dor y para lo que se deja autorizado al Sr. Alcalde Presidente para que
ordene el pago de los gastos con cargo a lo que dejó de gastarse y se
consigna para festividades públicas, el día del Patrono y lo que no
cupiese, con cargo a Imprevistos.

Nombrándose una comisión que se compondrá de Alcalde, primer


Teniente de Alcalde y Regidor Depositario que representen al
Ayuntamiento, en los actos citados.

Los acuerdos tomados por el Ayuntamiento se cumplieron fielmente. El


día 11 se le pasó aviso al Coronel Sr. Raúl Arango de que la Plaza se
encontraba sin fuerzas y éste jefe ordenó que una sección de su fuerza,
al mando de un Oficial, entrase en la Plaza poniéndose a las órdenes del
Sr. Alcalde Municipal.

LA ENTREGA DE LA CIUDAD

Próximamente a las nueve de la mañana se reunió el Ilustre Ayuntamiento


en la Casa Consistorial, saliendo poco después para dirigirse al lugar seña-
lado donde debían esperar la llegada de las fuerzas cubanas, y que era
frente al kilómetro 17 de la carretera que conduce a La Habana.

Llegados al sitio de espera, y colocados a ambos lados del camino y


momentos después se avistaron fuerzas que en perfecto orden se
dirigían hacia ellos.

Cuando la fuerza se encontró a unos sesenta metros del sitio de la


reunión, hizo alto ésta a voz de su Jefe, adelantándose el Coronel Sr.
Arango, con su Ayudante hasta encontrarse frente al Sr. Alcalde, que
desde el sitio donde se hallaba había hecho igual movimiento; en ese
momento el Sr. Fina en representación del Ayuntamiento dio la bienveni-
da y saludó al Sr. Coronel jefe del Regimiento «MAYÍA RODRÍGUEZ»,
dirigiéndole patrióticas frases en instante de hacerle entrega de la llave
de la ciudad: terminando el Sr. Fina su corta, pero elocuente peración,
con frases del insigne y fogoso tribuno cubano Miguel Figueroa, en el
acto de defensa de Don Manuel Sanguily, ante la Audiencia de La
Habana, que fueron las siguientes: «EL HONOR; EL INSIGNE HONOR
QUE LEGARE A MIS HIJOS, ES EL HABER HECHO ENTREGA DE LA
LLAVE DE LA CIUDAD DE SANTIAGO DE LAS VEGAS, AL

110
BAYARDO CUBANO, AL CABALLERO SIN MIEDO Y SIN TACHA,
CIUDADANO CORONEL RAÚL ARANGO»; que fueron secundadas
con aplausos atronadores y repetidos vivas al Ejército Libertador, a su
querido Jefe y demás héroes de la Revolución.

Concluido este acto, incorporosé nuevamente a su fuerza el Sr. Arango y


el Ayuntamiento esperó para colocarse en el lugar que le correspondía
en la manifestación.

LA MANIFESTACIÓN

Fue lo más lucido que se podía espera, según la narración que se hace en
el referido folleto; entre los manifestantes y ocupando el lugar preferente,
hizo su entrada en la ciudad el Coronel Raúl Arango al frente de dos
escuadrones del Regimiento de su mando, con bandera desplegada, pre-
cedido de una gran cabalgata iniciada por la Srta. María Luisa Garbalosa.

La manifestación con las fuerzas cubanas recorrió las calles de Habana,


Compostela, Rincón y Amargura hasta el Ayuntamiento donde hizo alto,
descansando breves momentos, dirigiéndose a la estación del ferrocarril
por haber llegado noticias de que un tren militar conduciendo tropas
americanas pasaría por la estación, como en efecto, así era, deteniendo el
tren su marcha, saludando el Lcdo. Fina al General americano Davies y
al Coronel Stopa, que se dirigían a Pinar del Río con 550 hombres del
Regimiento de infantería americano No. 202. Este Coronel revistó las
fuerzas cubanas en la estación y quedó admirado de su marcialidad y
equipo. La manifestación volvió de nuevo al Ayuntamiento y las fuerzas
continuaron recorriendo todas las calles de la ciudad seguidas de
numeroso público y precedidas de la cabalgata de jóvenes y Srtas. que
las acompañó, por último, hasta el lugar de su alojamiento, en la calle de
Santa Ana, y luego hasta depositar la bandera del Regimiento en la calle
de la Sierra.

LA COMIDA DE LA TROPA

En la Plaza de Armas, hoy Parque Martí, se sirvió una abundante exce-


lente comida a las clases e individuos de tropa de las fuerzas cubanas,
haciendo el servicio distinguidas señoritas de la localidad.

EL BANQUETE DEL AYUNTAMIENTO

Magnífico resultó este número del programa de los festejos: veamos


como lo describe el Sr. Teodoro Cabrera en su folleto mencionado.

111
«Tocóle al Ilustre Ayuntamiento cumplimentar otro de los acuerdos
tomados en sesión del día 9: el banquete.

Y más que banquete fue una verdadera comida familiar.

Tales fueron las corrientes de cordial expansión que reinaron entre todos
los asistentes.

Y no era para menos; se había tenido el especial cuidado de procurar


que todos los elementos sociales del pueblo tuvieran su representación
en el banquete, eliminándose esas fórmulas severas que lleva en pos de
sí la etiqueta oficial.

El Salón de Sesiones del Ilustre Ayuntamiento, donde tuvo lugar el acto,


presentaba un hermoso golpe de vista. Trofeos de banderas americanas
y cubanas, ambas cruzadas, adornaban las paredes; bajo el dosel coloca-
do en el testero principal del salón, los retratos de Martí, Máximo
Gómez, Juan Delgado, Maceo y otros caudillos de la Revolución y
además los estandartes que habían figurado en la manifestación.

La mesa que tenía la forma de una U, adornada con gusto y sencillez; no


hubo menú en los altisonantes títulos con que bautizan los platos; sólo se
veía encima de la blanca servilleta de cada cubierto una sencilla tarjeta
con el nombre de la persona que había de ocupar aquel puesto.

La comida servida a la cubana, sobresaliendo los platos del país.

A las 6 de la tarde fueron ocupadas las dos presidencias de la mesa: la izquier-


da por el Coronel Raúl Arango teniendo a su derecha al Sr. Don Rafael
Escasena y a su izquierda al Sr. Don Rafael Lecea, cura Párroco de la localidad:
la derecha por el Lcdo. José Fina, teniendo a su izquierda al Teniente Coronel
Dionisio Arencibia y a su derecha al de igual graduación, Miguel Hernández.

Al tomar su asiento los presidentes, lo hicieron igualmente los invitados,


en los respectivos puestos señalados, viéndose tan sólo cinco sin ocupar;
sus propietarios habían justificado su falta de asistencia con razonada y
legal excusa; asistieron con el corazón, faltando con su presencia; sus
puestos fueron respetados; nadie los ocupó.

Empezó la comida con el mayor orden, menudeando las conversaciones


íntimas, los comentarios de los sucesos, relatos de escenas de la vida de
campaña, todo con esa expansión natural de verse reunidos con amigos
y familiares después de una larga ausencia.

112
«Daba más animación a la fiesta la presencia de infinidad de señoras y
señoritas que concurrieron, unas como invitadas y otras como espectadoras.

Fueron los invitados, además de los ya mencionados, los Sres. siguientes:


Don Fernando Abascal, Juez Municipal, Don Augusto Fina,
Administrador de Comunicaciones, Don Antonio Echegoyen,
Recaudador del Banco; Don Mateo Mosquera, Jefe de la Estación del
Ferrocarril del Oeste; Don Bernardo Gallol, Médico Municipal: Don José
Fernández Cossío, Delegado de la Junta Cubana; Don Eduardo Castro,
Don Joaquín S. Valdés y Don Segundo Trespalacios, por el Comité de
Auxilios de Santiago; Secretario de Gobierno Civil Don Teodoro Cabrera;
Don Manuel Noriega y Don Manuel Morera por la Comisión de Festejos;
Doña Mercedes Pensado de Álvarez, Doña Magdalena Rivero Guerra y
Doña Fermina Redorta y Prieto, Presidenta, Tesorera y Secretaria respec-
tivamente del Club «Rodolfo Bergés»; Doña Dolores García y Doña
María Luisa Herrera, Profesoras, de las escuelas Municipales de Niñas;
Doña Juana Herrera, Don Pedro Lozano y Don José Trujillo, Profesores de
las Escuelas Municipales de Niños; Don José V. Blanco y Don Fructuoso
Martínez, Presidente y Secretario del Casino Español; Don Pastor
Secades, Don Manuel Fernández Chaqueto y Don José Thomas, por los
Emigrados de Cayo Hueso; Don Ignacio Piñar, Secretario del Club
«Suárez Murias»; Don Joaquín Mascuñana, Don Enrique Rodríguez
Fernández y Don Juan Fernández García por Industria y Comercio; Doña
Clemencia Arango, hermana del Coronel de las fuerzas; Don Alfredo
Castro Linares, Secretario del Juzgado Municipal; Don Juan C. Simón,
Don Santiago Castro y Don José A. Guzmán, Tenientes de Alcalde; Don
José Gacio Tarrío, Don Santiago Hernández Alpizar, Don Rafael Díaz
Lazo, Don Francisco Díaz Díaz, Don Manuel Sánchez Samalea, Don
Ramón Barceló Bobey, Don Genovevo Rodríguez Gordillo, Don
Raimundo Guerra Pérez, Concejales; Don José Presas y de Morales,
Secretario del Ayuntamiento, y comandantes oficiales y capitantes del
Regimiento de Caballería «Mayía Rodríguez».

El servicio de la mesa, espléndido; Concejales del Ayuntamiento e indi-


viduos de la Comisión de festejos cuidábanse de todo; resultando con
esto que no se dio lugar a promover quejas, censuras, ni nada que
pudiera turbar por un instante la alegría que reinaba en aquel recinto, a
pesar de contener más de trescientas personas.

Llegó el café y los hermosos tabacos «Crema de Cuba» y con ellos ini-
ciáronse los brindis y discursos, serios, conciliadores, fraternales, sin que
fueran inspirados por los vapores del champagne; pues no hubo sino
naturales salidas del alma.

113
Así terminó aquel memorable día sin que durante él, ni después, se haya
tenido que lamentar la menor discordia entre los elementos cubanos y
extranjeros que componen esta sociedad; no obstante existir y convivir
entre nosotros, en la mayor confraternidad, gran número de españoles,
al extremo de ser la colonia española de aquí una de las mayores de la
República.

114
CAPÍTULO VIII

BREVE RESEÑA DE LA ÉPOCA COLONIAL

1. ALCALDES MUNICIPALES DESDE 1879 HASTA 1891. 2. DESA-


RROLLO ECONÓMICO. 3. AUMENTO DE LA POBLACIÓN.
4. ESTADO SOCIAL. 5. DESARROLLO EDUCATIVO. 8. MOVI-
MIENTO CULTURAL Y LITERARIO. 7. COSTUMBRES

ALCALDES MUNICIPALES DESDE 1879 HASTA 1899

Agustín Morales Flores (por elección); De 13 de enero de 1879 a 30 de


diciembre de 1880. (Fue suspendido por el Gobierno General).

Francisco Triana Mederos (por sustitución 13 de diciembre de 1880 hasta


2 de abril de 1881.

José Mauricio de Murgas. (De 2 de abril de 1891 a 28 de febrero de 1882).

Casimiro Álvarez Oriundo. De 28 de febrero de 1882 a 17 de abril de 1883).

Marcos Fernández Peña. (De 17 de abril de 1883 a 31 de julio de 1883).

José Fina Mauri. (De 31 de julio de 1883 a 17 de agosto de 1887).

Francisco Gómez de Maza y Tejada. (De 17 de agosto de 1887 a 28 de


marzo de 1890).

José Álvarez Menéndez. (De 28 de marzo de 1890 a 12 de julio de 1893).

Gumersindo García Cuervo. De 12 de julio de 1893 a 23 de diciembre


de 1897).

José Fina Mauri. (De 23 de diciembre de 1897 a 9 de junio de 1899).

115
DESARROLLO ECONÓMICO

A pesar de los variados inconvenientes con que tropezó el desarrollo


económico en la época colonial, debido a la falta de buenos caminos, los
trastornos de la guerra y el estado de agitación en el país, el desarrollo
económico de esta jurisdicción fue mejorando gradualmente en la segunda
mitad del pasado siglo.

La producción azucarera fue en aumento y ya en 1882 contaba con cua-


tro ingenios en las cercanías de la ciudad, dos de ellos de bastante impor-
tancia como fueron «San Ignacio» conocido también por ingenio La Pita,
propiedad del Conde O'Reilly, y el ingenio «Nueva Luisa», conocido por
La Pitica, propiedad de Don Pedro Zárate.

No obstante haberse iniciado el descenso desde 1833, en el cultivo del


café, contaba esta jurisdicción con numerosos cafetales, siendo el más
conocido, en virtud de hallarse situado en las afueras de la población, el
conocidos entre los habitantes de esta ciudad, por el cafetal de Sierra,
enclavado en terrenos de la Estación Experimental.

Aunque sabemos que esta población debe su origen al cultivo del


tabaco, ya en la segunda mitad del siglo XIX había decaído
mucho, a causa de la fundación de Nueva Filipinas (Pinar del
Río), a la cual se trasladaron numerosos elementos dedicados a
la siembra de la rica hoja, atraídos por la propaganda y los elo-
gios hechos a las tierras pinareñas, como las mejores de Cuba
para la siembra del tabaco. En cambio tomó gran desarrollo la
industria de su elaboración y según estadísticas llevadas a cabo,
anuncian un aumento a partir de 1854. En esta fecha se encontra-
ban instaladas las siguientes tabaquerías: «La Pantera», de
Salvador Deyá; «La Antigüedad», de Casimiro Álvarez;
«Gómez», de José Gómez; «La Rosa», de Pedo Royes; llegando en
1886 a contarse más de una docena de tabaquerías y varias fábri-
cas de cigarros, entre éstas: «La Flor de Cuba», de Don
Gumersindo García Cuervo; «La Antigüedad», de Don Casimiro
Álvarez; «La India Cubana», de Don Manuel Castro; «La Flor de
Trespalacios», de Don Segundo Trespalacios; «Hoja de
Vueltabajo», de Fernández y Montoto; «La Flor de Garbalosa»,
de Don Juan Garbalosa; «La Nueva» de Fernández y Valdés; «La
Flor de Mayo», de la Viuda de Bernardo Costales; «La Canción»,
de Donato Campos; «Rosa de Vueltabajo», de José Salas; «El
Modelo de la Antigüedad», de Luis Díaz Lazo; «El Único», de
José Alfonso, así como otras de menos categoría.

116
Entre las fábricas de cigarros, pueden citarse: «Crema de Cuba», de
Gumersindo García Cuervo; «Flores del Valle», de Inocencio Valle; «El
Dulce Descanso», de José J. Grandal; «La Democracia», de Avelino
Hernández Cayro; «El Escudo Habanero», de Antonio Díaz Lazo; «La
Bella», de Francisco García Ceballos.

Era entonces Santiago uno de los principales centros manufactureros


de tabaco y en su elaboración ganaban el sustento varios centenares
de personas, no sólo de esta población sino de otros pueblos comar-
canos. En la manufactura del cigarro, trabajaban centenares de
mujeres que se dedicaban a su elaboración en sus propios hogares, así
como en el despalillado.

Con el crecimiento y desarrollo de la industria tabacalera, se operó un


notable aumento en el comercio, estableciéndose por tal motivo numerosos
establecimientos y como consecuencia lógica la instalación de industrias de
otros productos, aumentando el factor económico de la localidad.

AUMENTO DE LA POBLACIÓN

El progreso económico, trajo cómo consecuencia el aumento de la


población así como la fabricación de nuevas casas, a pesar de que su
jurisdicción sufrió distintas segregaciones, unas veces por constitución
de nuevos términos municipales y anexar en otras, a pueblos limítrofes,
territorios de la misma.

En 1841 ascendía la población de esta jurisdicción a 14,748 habitantes;


en 1846, a 8,833; esta disminución debióse a la segregación de algunos
partidos que se anexaron a otros Términos, como ya hemos señalado
con anterioridad; en 1862 contaba con 18,678 y en 1897 ascendía a
13,390 habitantes.

ESTADO SOCIAL

Como en el resto de la Isla, el elemento social estaba dividido en 4 clases:


1. los españoles, que ocupaban casi todo los puestos de la
Administración, el Ejército y el Clero, o dedicándose al comercio. 2. Los
cubanos, que por su cultura, su riqueza, su profesión, eran profesores,
hacendados, dueños de haciendas de crianza, de cafetales o de ingenios,
que constituían la aristocracia. 3. Los cubanos blancos, con escasa
instrucción y sin bienes de fortuna, y los elementos de color libre, que
trabajaban preferentemente en las labores del campo, y 4. Constituido
por los esclavos.

117
Los dos primeros elementos sociales eran los que tenían, antes de la guerra
de 1868, opiniones políticas. Después de terminada ésta, en 1878, el ele-
mento social estuvo integrado por tres grupos: 1o. Los partidarios del sis-
tema de Gobierno Absoluto, integrado por la mayoría de los peninsulares
establecidos en la Isla. 2o. Los que aspiraban a reformas políticas y mejo-
ras en el gobierno, integrado en su mayoría por cubanos de la clase rica e
ilustrada, y por los españoles de ideas liberales; y 3o. La tercera tendencia:
partidaria de la independencia, representada por una minoría de
cubanos, cuyo ideal era la República y la separación de España.

DESARROLLO EDUCATIVO

La enseñanza estuvo casi totalmente abandonada hasta 1854, en que el


Gral. Concha, obligó a los Ayuntamientos a incluir en sus Presupuestos
cantidades para sostener Escuelas Municipales.

Dos años después se implantó en la Isla, la Ley Escolar vigente en


España, que determinaba que la enseñanza debía ser obligatoria de
los 6 a los 9 años y estar a cargo de los Ayuntamientos; autorizaba
además la enseñanza privada. Está legislación benefició grande-
mente la Instrucción Pública, ya que se establecieron nuevas
Escuelas Municipales de la Jurisdicción y se crearon algunas de
enseñanza Privada.

En 1880 se promulgó otra Ley Escolar, que rigió hasta el cese de la


dominación española. Ésta fue ampliada por varias disposiciones dic-
tadas en que se daban mayores facilidades para el establecimiento de
Escuelas Privadas.

A partir de la promulgación de esta Ley, se operó un gran movimiento


en la apertura de Escuelas Privadas.

Entre los que mantuvieron este tipo de escuelas en Santiago, se pueden


citar a Tomás A. Cervantes, Manuel Agramonte, Alberto Fonseca,
Antonio Tagle, José Mikleff, María Luisa Herrera, Ramón Macías, Juan
Orovio, José Lozano y M. Trujillo.

Aprovechando esta Legislación, así como con fines electorales, ya que el


gobierno de la Colonia privaba del derecho del voto a los analfabetos, en
el año 1886, la sociedad cubana Centro de Instrucción y Recreo, establece
una Escuela Gratuita para hembras y varones, menores de edad y dos
años después, una Escuela Nocturna para Adultos, que dieron gran
impulso a la Instrucción Pública de la comunidad santiaguera.

118
MOVIMIENTO CULTURAL Y LITERARIO

A partir de 1882, en que se fundó el Centro de Instrucción y


Recreo, se inicia un clima favorable al desarrollo literario y a la
cultura popular, mediante la creación de la Sección de Ciencia y
Literatura, que organiza actos de cultura y eventos literarios entre
sus asociados y con carácter público, desfilando por su tribuna
prominentes figuras, como Eliseo Giberga, Montoro, Govín, Valdés
Domínguez y otros.

También contribuyeron al desarrollo literario y cultural, los semanarios


«El Progreso» y «La Evolución», donde se iniciaron algunos escritores y
periodistas de la época.

En el Período Colonial se distinguieron como poetas: Serafín Costales,


Francisco Castillo, Teodoro Cabrera, Manuel Morena, Casimiro Jofré,
Manuel Fernández Chaqueto, Juan Cejas y Juan Díaz Lazo. Entre el sexo
femenino, Luisa Herrera de Rico, María Ramas, Juanita Pita y Juana
María Díaz Lazo.

En la Oratoria sobresalieron el Padre Dobal, Juan C. Simón, Arturo


Rodríguez de la Cerda, Dionisio Méndez, José Calero, Nicolás
Menéndez y Carlos Cairo.

En la Música se destacaron Don José y Ramón Alemán, fundador de la


primera orquesta, y Alberto Fonseca.

En la Pintura, José Jiménez Díaz (Chepe), Manuel Garbalosa y Norberto


Garbalosa.

En las Ciencias, Juan Vilaró, Enrique Roig San Martín, Bernardo Gallol,
José Fina Mauri, Raimundo Guerra, Eligio Ma. Palma, Sacarías Dobal,
Tomás Roig y Molina, Esteban Barrios, el Lcdo. Diego Mora
Madradrazo, el Lcdo. Ricardo Fina Mauri, el Dr. Martín Marrero, los
Ldos. Simón Amestoy, Manuel Garbalosa, Santiago Castro, Francisco de
la Maza y Eduardo Escasena.

En cuanto a la Prensa se refiere, podemos significar que estuvo bien re-


presentada, siendo los periódicos que contribuyeron en mayor grado al
desarrollo cultural y literario de esta comunidad, «El Faro», bajo la direc-
ción del poeta y escritor, Serafín Costales; «El Progreso», dirigido por el
distinguido maestro, José Mikleff Fontagudo, y «La Evolución», que
dirigía José Díaz Valdés.

119
Estos tres voceros locales mantuvieron una intensa campaña contra los
intereses de la Colonia, así como en favor de un Cementerio Civil y una
continua propaganda en pro del matrimonio civil, contribuyendo a
levantar el espíritu de rebeldía en la comunidad santiaguera.

Se distinguieron en esta época en el campo del periodismo local, Serafín


Costales, José Mikleff, José Díaz Valdés, Eduardo Pineda, Teodoro
Cabrera, Enrique Roig San Martín, Manuel Morena, Francisco Castillo y
Martín Marrero.

Tan cívica y vibrante fue la lucha contra el coloniaje, que varias veces los
periodistas se vieron perseguidos y multados, por informaciones públicas;
llegando a tener lugar un duelo a muerte, entre los periodistas Eduardo
Pineda y Ramón González; el primero, redactor de «La Evolución», y el
segundo, director de «La Verdad», a causa de la intensa pugna suscitada
entre ambos periódicos; el primero, defensor de los sentimientos cubanos,
y el segundo, vocero de los intereses de la Metrópoli. En este duelo resultó
muerto el Director de «La Verdad», Sr. Ramón González.

COSTUMBRES

En la época colonial las costumbres eran mucho más sencillas que en la


actualidad y la vida social era también más intensa. Debido a los pocos
lugares públicos de distracción existentes entonces, los jóvenes visitaban
frecuentemente sus familiares y amigos y pasaban las horas de la noche
jugando a las prendas, la lotería o charlando asuntos propios de la edad,
otras veces se improvisaban reuniones familiares y se bailaba a compás
del clásico acordeón. Eran muy frecuente el asalto y las serenatas, que
improvisaban con motivo del santo de algún amigo o familiar.

La población, al llegar la noche se encontraba casi a oscuras, ya que sola-


mente se alumbraba con faroles de petróleo colocados en contadas
esquinas de las calles principales, que eran encendidos por los faroleros
en las primeras horas de la noche y que apagaban horas más tarde.

Las mujeres además de los quehaceres propios de la casa, solían sentarse


al atardecer en la ventana, pasando las horas tejiendo alguna pieza. La
Iglesia era por entonces el centro de atracción de los jóvenes, que tenían
la oportunidad de conversar a la salida de la misa. En los campos y las
poblaciones muchas jóvenes se dedicaban a tejer sombreros de yarey y
los hombres visitaban a los vecinos y amigos con sus bandurrias a cuyo
acorde cantaban improvisadas décimas a los distintos motivos de la
naturaleza y de la patria.

120
En las poblaciones se organizaban veladas por personas aficionadas a las
representaciones teatrales: de tarde en tarde tenía efecto en la sociedad
del pueblo un baile, que duraba hasta el amanecer, que era amenizado
por orquestas de «viento»; primeramente se bailaba la mazurca y la
danza y después vino el danzón, la habanera y el vals tropical. Los
negros africanos o de nación bailaban al son del tambor recorriendo las
calles de la población en las distintas fiestas y otras veces en la casa de
algún vecino.

Los campesinos celebraban sus «guateques» bailando al compás del


acordeón el clásico zapateo y la danza y otras veces organizaban «can-
turías», donde competían varios, improvisando décimas.

En esa época las casas estaban desprovistas de servicios sanitarios, los


pisos eran de madera o de lozas, muchas carecían de él, el alumbrado
público ya hemos dicho que era muy escaso, el agua para el servicio
domestico se vendía en pipas por las calles a determinadas horas del día
y cuya medida era una lata de luz brillante, al precio de cinco centavos
dos latas, en pocas casas habían pozos y aljibes. Los vecinos pobres se
surtían del agua de los pozos públicos. Al principio, los únicos vehículos
eran la volanta y la carreta, después los quitrines y los carromatos y más
tarde los coches y guaguas tiradas por caballos.

Las calles estaban polvorientas y cubiertas de espesa hierba y cuando


llovía era casi imposible salir a la calle a causa del lodo y los grandes
charcos de agua estancada. Las aceras eran sumamente altas y estrechas
por donde apenas podía caminar una persona, careciendo la mayoría de
las calles de aceras.

No existía como lugar público más que la Plaza de Armas o Plaza del
Recreo, situada donde está hoy el Parque «Martí».

Después de la inauguración del Ferrocarril se generalizó en esta población


una costumbre que tenía lugar en horas de la noche y era que las
muchachas y los jóvenes concurrían al paradero a esperar el paso del tren,
que por entonces pasaba tres o cuatro veces al día. La calle Compostela, a
la que más tarde se le diera el nombre de Avenida Arencibia, era recorrida
desde el paradero hasta la iglesia, por la juventud de la época que había
convertido en paseo durante las horas de la noche.

Esta costumbre pasó a la historia después de haberse construido el


Parque Juan Delgado y haberse establecido un cinematógrafo en los
primeros años de la era republicana.

121
La mayoría de las fiestas populares tenían su origen en los motivos reli-
giosos. En esta población se celebraron durante la época colonial, algu-
nas que todavía tienen vigencia en la actualidad.

Las más características eran las fiestas del patrón el 25 de julio; pero ya
una semana antes se celebraban actos en el atrio de la iglesia, misas y
otros espectáculos. Durante las mismas se quemaban vistosas piezas de
fuegos artificiales, se celebraban procesiones, carreras de cinta, lidias de
gallos, bailes y juegos ilícitos. La población era adornada con pencas de
guano y papelitos de colores.

Otras fiestas que tenían lugar en la población eran las de Semana Santa,
con la procesión del Santo Entierro, la Resurrección, así como bailes, fue-
gos artificiales, misas, etcétera.

Otras fiestas religiosas que se celebraron en tiempos pasados fueron, el


Rosario de la Aurora, la representación en Semana Santa de la Oración
del Huerto, velorio de santos. En la mayoría de estas fiestas populares
concurrían campesinos de los alrededores que estacionados en algunos
lugares de la población cantaban puntos criollos y bailaban el zapateo.

Otra fiesta que celebraba con gran esplendor la comunidad santiaguera


fue la Cruz de Mayo, que tenía lugar en dicho mes, esta es conocida tam-
bién con el nombre de Altares de la Cruz y que aún celebra esta población.

Las Parrandas de Navidad es otra de las fiestas que celebra actualmente


esta ciudad y tienen efecto al final del año, cuya organización y cele-
bración se debe a la sociedad Centro de Instrucción y Recreo, durante su
celebración en los días de Pascuas, recorren las calles conjuntos musi-
cales al son de la típica conga, vistosas carrozas se preparan en que
toman parte bellas muchachas y que salen recorriendo las calles el día 31
de diciembre.

Otro motivo de la población son los Altares de la Caridad, levantándose


en numerosos hogares artísticos e iluminados altares en el mes de sep-
tiembre, celebrándose en algunos de ellos, bailes y veladas.

Otros motivos de distracción y festejos se celebran en nuestros días


como son los concursos o certámenes para elegir la reina del carnaval,
la reina de las parrandas y las reinas de las flores, celebrándose un
baile en que son coronadas la reina y sus damas de honor; para la
coronación de la reina se construye un hermoso y artístico trono
donde se efectúa la ceremonia.

122
Las Misas de Aguinaldo fueron otra de las fiestas populares de mayor
entusiasmo en la población. Durante las Pascuas grupos de vecinos
recorrían las calles provistos de pitos, gangarrias, tambores y otros
instrumentos, asaltando los distintos comercios pidiendo el aguinaldo.

La mujer no trabajaba entonces en la calle, muchas de ellas se dedicaban


al despalillado del tabaco en sus propias casas, donde realizaban diaria-
mente la llamada «tarea», otras llevaban a cabo la elaboración a mano
del cigarrillo, ya que habían varias fabricas establecidas en la población.

A mediados del pasado siglo la ocupación de la mayoría de los hombres


era el torcido de tabaco, existiendo varias tabaquerías donde trabajaban
centenares de personas que ganaban buen jornal, siendo la más impor-
tante la conocida «Barcía», propiedad de Don Gumersindo García
Cuervo, establecida en el mismo lugar que ocupa hoy la Cuban Land.

123
CAPÍTULO IX

DESDE EL CESE DEL GOBIERNO ESPAÑOL


HASTA LA INSTAURACIÓN DE LA REPÚBLICA

1. GOBIERNO INTERVENTOR NORTEAMERICANO 2. PRIMER


AYUNTAMIENTO. 3. CREACIÓN DE LA JUNTA DE EDUCACIÓN.
4. EL MAUSOLEO DEL CACAHUAL. 5. ELECCIONES MUNICI-
PALES. 6. INSTAURACIÓN DE LA REPÚBLICA.

GOBIERNO INTERVENTOR NORTEAMERICANO

El Gobierno Interventor tomó posesión el día 1 de enero de 1899, inicián-


dose una reorganización total y la reconstrucción del país, ya que todo
había sido abandonado y destruido, después de tres años y medio de
guerra.

El General americano John R. Brooke al hacerse cargo del gobierno pro-


visional de la Isla procedió inmediatamente a la organización del gobier-
no militar y civil, creación del cuerpo de la Guardia Rural, la reorgani-
zación de los juzgados, los Ayuntamientos, la enseñanza pública, etc.

El 20 de diciembre del propio año, sustituyendo al anterior, se hace cargo


del gobierno provisional el General Leonardo Wood, quien organizó y
reorganizó algunos departamentos que fueron la organización del servi-
cio de sanidad, el servicio de comunicaciones; construyó carreteras,
puentes, hospitales, escuelas y adaptó los Cuarteles de la época colonial
para escuelas, promulgó una nueva Ley Escolar, y se crearon las Juntas
de Educación en toda la Isla.

Durante su mando se crearon más de 3,000 aulas y se dotaron del mate-


rial necesario, y se establecieron exámenes de maestros, se llevaron a
cabo las elecciones para la Convención Constituyente, que tendría a su
cargo la redacción de la Constitución de la República y seguidamente
elecciones municipales y presidenciales, en las que resultó electo

124
Presidente de la República, Don Tomás Estrada Palma, terminando el
Gobierno Militar de los Estados Unidos el 20 de mayo de 1902, día en
que quedó constituida la República de Cuba.

Durante el gobierno provisional norteamericano se realizaron en este


Municipio varias obras, entre otras, fue adaptado el local que ocupa-
ba el Cuartel de Caballería para escuela, cuyo local lo ocupa actual-
mente la Escuela Pública No. 3; se construyó una casa escuela en
Calabazar, en el mismo lugar que ocupa hoy el Centro Escolar; se
realizaron obras de reconstrucción en el Hospital Militar y se estable-
ció una Escuela de Oficios, en lo que hoy es la Estación Experimental
Agronómica; y se abrieron nuevas escuelas y se reorganizaron los
servicios públicos.

PRIMER AYUNTAMIENTO DESPUÉS DEL CESE DE LA SOBERANÍA


ESPAÑOLA

Comenzada la organización provisional de los Ayuntamientos fue nom-


brado por el Gobernador Civil de la provincia de La Habana, Mayor
General Juan Rius Rivera, para ocupar el cargo de Alcalde Municipal, el
Sr. José Fernández de Cossío, que tomó posesión el 9 de junio de 1899
haciéndole entrega de la misma el médico santiaguero, Lcdo. José Fina
Mauri.

Este nuevo Ayuntamiento quedó constituido en la siguiente forma:

Alcalde Municipal: José Fernández de Cossío y Romero.

Primer Teniente Alcalde: Arturo Rodríguez de la Cerda.

Segundo Teniente Alcalde: Juan Garbalosa Muro.

Tercer Teniente Alcalde: Manuel de la Lastra.

Cuarto Teniente Alcalde: Francisco Díaz Díaz.

Síndico Primero: José Antonio Guzmán Varona.

Síndico Segundo: Vicente Puerta de la Cerda.

Regidores: Rafael Camero Díaz, José César, Avelino Hernández Cairo,


Rafael Álvarez, Manuel Noriega, Carlos Gener Gaitán, Manuel Garbalosa,
Francisco Real Carrera, Bernardo Cueto y Esteban Barrios Encinosa.

125
ORGANIZACIÓN DE LA JUNTA DE EDUCACIÓN

La primera reunión formal de la Junta de Educación de este Término


Municipal se efectuó el día 8 de enero de 1900. El Alcalde Municipal, Sr.
José Fernández de Cossío, presidió el acto, que se celebró en su despacho
de la casa Ayuntamiento, asistido del Sr. Secretario de la Administración
Don José de la Presa.

Figuraron como vocales los Sres. José Mikleff Fontagudo, Cayetano


Quesada, Dr. Raimundo Guerra y José Hernández Mederos. Esta Junta
se constituyó de acuerdo con la Orden Militar No. 226 del Gobierno
Interventor en la que se disponía la organización de las Juntas de
Educación y la creación de las escuelas públicas.

Con anterioridad a esta reunión ya venía actuando el Alcalde Municipal


con una comisión de vecinos que se denominó «JUNTA DE PRIMERA
ENSEÑANZA DEL TÉRMINO MUNICIPAL» y que cumplía las instruc-
ciones dictadas por los comisionados de Escuelas Públicas del Gobierno
Militar, Mr. Alexis Evere Fray y Teniente Hanna.

En aquella primera reunión de la Junta y de conformidad con lo dis-


puesto en la Orden 226, quedaron definitivamente establecidas las
escuelas públicas que a continuación se relacionan, y nombrados sus
respectivos maestros.

BARRIO NORTE:

Escuela de varones: Director; José Trujillo Marín.

Maestros: Juan Orovio y Adolfo Cortada.

Escuela de hembras: Directora, María Luisa Herrera Ramos.

Maestras: Mercedes Pensado, Aurora Pérez Quesada y Juana


Herrera Ramos.

BARRIO SUR:

Escuela de varones: Director, Pedro Lozano García.

Maestros: José Ferrás Fernández y Ricardo Pijuán.

Escuela de hembras: Directora, Dolores García Aparicio.

126
Maestras: María Luisa Garbalosa, Sara Díaz Quesada y Antonia G. Aparicio.

BARRIO CALABAZAR:

Escuela de varones: Eduardo Paulino Dihins.

Escuela de hembras: María Ana Huerta Bruzón.

BARRIO DE BOYEROS:

Escuela de varones: Manuel Morera Rivero.

Escuela de hembras: Ana María V. Sollosso.

BARRIO DE RINCÓN:

Escuela de varones: Ramón Macías Díaz.

Escuela de hembras: Mercedes del Pino de Carreras.

BARRIO DOÑA MARIA:

Escuela de varones: José Noroña Muñoz.

Escuela de hembras: Ángela Mikleff Fontagudo.

El día 10 de febrero del propio año 1900 se reúne nuevamente la Junta y


acuerda crear otras aulas y nombrar sus respectivos maestros de acuerdo
con las cantidades disponibles de su presupuesto, y se nombran los siguien-
tes: José Hernández Mederos y Alberto Fonseca para el barrio NORTE,
Dolores Dobal y María Ortíz para el barrio SUR y como Ayudantes para el
barrio de CALABAZAR a Enrique Jordán y Adelaida Bruzón y para el ba-
rrio de Rincón, Marcos García Aparicio y Sacramento Campos. Y para
Maestros Sustitutos a Pedro Larrinaga, María Cadalso y María Márques.

Más tarde se crearon dos nuevas escuelas mixtas, una para el barrio de
AGUADA DEL CURA y otra para MAZORRA; nombrándose maestros
de las mismas a Leonor S. Céspedes de Zabala y a Mercedes Miranda
Vda. de Mora respectivamente.

El día 10 de agosto de 1900 se dictó la Orden Militar No. 368, o sea el


nuevo Reglamento General por el que debían regirse para su fun-
cionamiento, tanto las escuelas como las Juntas de Educación.

127
Cumplimentando el Art. 37 de la referida Orden 368, se verificaron elec-
ciones en cada uno de los subdistritos, en que se dividió el Término,
eligiéndose un miembro por cada uno con el nombre de Director del
Subdistrito.

Y en sesión celebrada el día 28 del propio mes de agosto este Cuerpo de


Directores integró la Junta nombrando de su seno el Presidente y
Secretario, cesando en sus funciones el Sr. Alcalde y el Sr. Secretario del
Ayuntamiento que venían ocupando dichos cargos.

La Junta quedó integrada en la forma siguiente:

PRESIDENTE: Pedro Díaz Lazo.

SECRETARIO: José Mikleff Fontagudo.

VOCALES: Los Directores de los Subdistritos: José Alemán, Mateo


Mosquero, Pedro Encinosa, Eladio Márquez, Ramón García Linares,
Victoriano Cabrera, RIcardo Lostal y Eligio María Palma.

INSPECTOR ESPECIAL: Cayetano Quesada.

Desde agosto de 1900 hasta la fecha han desempeñada el cargo de


Presidente en orden sucesivo, los señores siguientes: Pedro Díaz Lazo,
Cayetano Quesada, Andrés Montero, Dr. Francisco Arango, Francisco
Real Cabrera, Vicente Rapa Bernal, Dr. Sebastián Valdés, Francisco
Ochoa Pijuán, Tomás Alvarez, Francisco Montoto, Amado Herrera, Jorge
Salinas, Tomás Fonta Gutiérrez, Dr. Abelardo Lima, Francisco García
Rapa, Antonio Fernández Cossío, Antonio Martínez, Gustavo Agusti,
Víctor Aguiar, Enrique Fina, ocupando el cargo actualmente el señor
Lázaro Ferrás Bustamante.

El cargo de Secretario lo han desempeñado en igual forma los señores:

José Mikleff Fontagudo, Dr. Manuel Garbalosa, Juan C. Simón, Ramiro


Caraballo, Manuel Sánchez de la Osa, Ramón Arce Fernández, Lázaro
Ferrás Bustamante, desempeñando este cargo hoy el señor Enrique
Fina Gravier.

El Distrito Escolar de Santiago de las Vegas fue creado en el año de 1942,


siendo nombrada Inspectora Jefe la Srta. Luisa Quintero e Inspector
Auxiliar el Dr. Mariano Fina Gravier.

128
El Dr. Mariano Fina ocupa hoy el cargo de Inspector Jefe del Distrito y
como Inspectores Auxiliares los Dres. Eduardo González Aguiar y José
Eladio González.

ELECCIONES MUNICIPALES

El 16 de junio de 1908 tuvieron efecto las primeras elecciones, en que el


Alcalde era elegido por votación directa del pueblo, resultando electo el
Sr. José Fernández de Cossío, que desempeñaba el cargo provisional-
mente, constituyéndose el nuevo Ayuntamiento el 1 de julio de 1901.

Después de aprobada por la Convención Constituyente de 1901 la


Constitución de la República y redactarse una Ley Electoral, se convocó
nuevamente a elecciones, que se celebraron el día 1 de junio de 1901,
siendo electo nuevamente el Sr. Fernández de Cossío.

En el mes de julio de 1902 por Decreto Presidencial fueron prorrogados


el Alcalde y los Concejales en sus cargos.

El Sr. Fernández de Cossío desempeñó el cargo hasta el día 2 de abril de


1906 en que fue sustituido por el Sr. José César Colón, Concejal, quien
desempeñó el cargo hasta el l6 de mayo del propio año, que fue sustitui-
do por el Sr. Ignacio Piñar y Pérez, Tesorero Municipal, que lo ocupó
hasta el 17 de marzo de 1907, en que le sustituye el Coronel del Ejército
Libertador, Dionisio Arencibia y Pérez.

EL MAUSOLEO DEL CACAHUAL

Al ocurrir la muerte del Lugarteniente Gral. del Ejército Libertador,


Antonio Maceo y Grajales y su Ayudante el Capitán Francisco Gómez
Toro, combatiendo en los campos de San Pedro con la columna españo-
la del Cmdte. Cirujeda, el Crnel. Juan Delgado, Jefe del Regimiento de
Caballería «Santiago de las Vegas», presente en dicho combate a las
órdenes de Maceo, recogió ambos cadáveres que por su indicación
fueron entregados al patriota Pedro Pérez, pariente del Crnel. Delgado y
que residía en la Finca «Cacahual» del barrio del Rincón, en este Término
Municipal, para que verificase su sepelio, guardando el secreto, como en
efecto lo cumplió. Allí recibieron sepultura los cuerpos de Maceo y
Gómez y allí los encontró el Generalísimo Máximo Gómez, el día 8 de
septiembre de 1899, al llevarse a cabo la exhumación, tomándose algu-
nas reliquias que se conservan en museos diversos de la República, y
entre ellas una parte de la camiseta del Gral. Maceo, la cual se conserva
en el Salón de Sesiones del Ayuntamiento de esta ciudad.

129
Iniciada una suscripción pública por la Comisión «Restos de Maceo-
Gómez», compuesta por el Generalísimo Máximo Gómez, los Grales José
Lacret Morlot, Alejandro Rodríguez, Salvador Cisneros Betancourt, presi-
dente que fue de la República en Armas y Valentín Villar, se erigió poco
después un modesto mausoleo en el mismo sitio en que los cadáveres
fueron inhumados y al cual se trasladaron los restos mortales con gran
solemnidad, el día 7 de diciembre de 1899, al cumplirse 3 años de la
muerte de ambos, quedando la citada Comisión, provisionalmente cus-
todiando aquel lugar.

La aludida Comisión, teniendo en cuenta la necesidad de hacer entrega


a algún organismo oficial de aquel sagrado lugar y de los gloriosos
despojos que guardaba y estando intervenida la Isla militarmente por el
ejército de los Estados Unidos, decidieron los comisionados hacer entre-
ga al Ayuntamiento de Santiago de las Vegas de dicho monumento y con
fecha de 1900 dirigió el escrito siguiente:

AL AYUNTAMIENTO DE SANTIAGO DE LAS VEGAS

La Comisión Popular «Restos de Maceo-Gómez», da por


terminadas las obras principales del mausoleo del
Cacahual y hará entrega del mismo al Ayuntamiento de
Santiago de las Vegas, por estar enclavado en su Término
Municipal. La entrega se hará con toda la solemnidad que
demanda la índole del acto, constituyéndose la Comisión y
el Mayor Gral. Máximo Gómez en la Casa Consistorial de
Santiago de las Vegas, y el Ayuntamiento en sesión extra-
ordinaria recibirá la llave y el inventario de las coronas del
panteón, siendo esto lo que esencialmente constituye la
entrega del sagrado objeto. Un Notario levantará el acta
correspondiente y a la vez otorgará la escritura de cesión
del terreno, que ese momento formalizará el propietario o
propietarios del mismo. El mausoleo no ha sido la obra
exclusiva de un individuo ni de clase alguna, sino del con-
curso general de un pueblo que cumpliendo con su deber,
no sólo ha querido resguardar los despojos de los que
yacen en su seno, sino demostrarles la ofrenda del cariño y
de la devoción, como premio a su heroísmo al sucumbir en
el campo de batalla por la independencia patria.

Todo cuanto se ha hecho tiene una justificación, todo


cuanto se haga es un deber, y como el ayuntamiento de
Santiago de las Vegas, en virtud del patriotismo de que ha

130
dado gallarda prueba, no tendrá inconveniente en aceptar
este deber la Comisión deja a su celo y buena fe la rea-
lización de tres proyectos que estima de imperiosa necesi-
dad y los cuales son:

Primero. La construcción de cuatro canteros alrededor del


Panteón para consagrarlo al cultivo de flores, así como a
la plantación de varios arbustos como por ejemplo, tuyas,
aralias o llorones cuyo jardín será en la forma que pre-
scribe el modelo que se acompaña.

Segundo. La construcción de un kiosko de 6 metros de


frente por 6 de ancho, o sea de 36 metros cuadrados, con
asientos de hierro o piedra, a fin de que los visitantes al
sagrado lugar, tengan dónde preservarse del sol y la lluvia
y poder dedicar prolongado espacio en el cumplimiento
de su devolución. La forma de dicho kiosko se demuestra
en el modelo No. 2 que igualmente se acompaña.

Tercero. Encomendar al buen patriota Pedro Pérez el


cuidado tanto del mausoleo como del kiosko y el jardín,
mediante una gratificación que mensualmente se le
asigne.

Julio 15 de 1900. Firmado: Máximo Gómez. José Lacret


Morlot. Salvador Cisneros Betancourt. Alejandro
Rodríguez. Valentín Villar.

El Ayuntamiento en sesión de fecha 20 de julio de dicho año, acordó por


unanimidad, aceptar la entrega que le hacía la Comisión y puestos de
acuerdo la Comisión y el Ayuntamiento, señalaron el domingo 23 de
septiembre de 1900, para formalizar la entrega, como se verificó en la
fecha señalada mediante Acta Notarial, que a continuación pasamos a
transcribir:

Dicha Comisión manifestó que el objeto de este solemne


acto consiste en hacer formal entrega y poner en posesión
de dicho monumento al Ayuntamiento de Santiago de las
Vegas, en cuyo Término Municipal está enclavado el
terreno donde está edificado. En su virtud estando pre-
sentes el Sr. José Fernández de Cossío y Romero, Alcalde
Municipal, Arturo Rodríguez de la Cerda, ler. Teniente
Alcalde, Manuel de la Lastra, 2do. Teniente Alcalde,

131
Ricardo Lostal, 3er. Teniente Alcalde, Concejal Manuel
Noriega, el Síndico Segundo José César y el Secretario
José Presas y de Morales, que componen la repre-
sentación del Ayuntamiento de Santiago de las Vegas,
fueron puestos en posesión por dicha Comisión del
monumento citado con el terreno que le pertenece y que
ha sido cedido por sus dueños. El señor Presidente de la
Comisión Restos de Maceo-Gómez hizo entrega al mayor
general Máximo Gómez de la llave que encierra los restos
de su hijo Francisco Gómez Toro y al Alcalde Municipal
de Santiago de las Vegas de la llave que guarda los restos
del Mayor General Antonio Maceo.

Y en fe de todo ello, extiendo la presente acta, siendo tes-


tigos Don Francisco Campos Marquetti y Don Juan
Montalvo y Morales, mayores de edad, que están pre-
sentes y que firman con dichos concurrentes. M. Gómez.
José Lacret Morlot. Alejandro Rodríguez. Pedro Díaz.
Valentín Villar. Dr. Hugo Roberts. Dr. Juan O'Farrill. E.
Messonier. Dr. S. Cuervo. S. Figueroa. Saturnino Lastra.
Emilio Madurell. José F. de Cossío. Manuel de la Lastra.
Arturo Rodríguez. Ricardo Lastal. Manuel Noriega. José
César. José Presas, Secretario. Francisco Campos
Marquetti. Juan L. Montalvo. Signado: Gaspar Barona.

En virtud de dicha acta y dándose el Ayuntamiento por posesionado del


mausoleo y de los restos de Maceo-Gómez y el Generalísimo Máximo
Gómez de los de su hijo Francisco Gómez Toro, obrando de común
acuerdo el Generalísimo y el Ayuntamiento, inicióse el proyecto de
levantar fondos para terminar las obras iniciadas por la Comisión popu-
lar y se organizó una suscripción en el extranjero por los representantes
de la República acreditados en los respectivos gobiernos y se llevo a efec-
to una función en el Teatro Nacional de La Habana, reuniéndose algunos
fondos que con ellos y con la intervención de Máximo Gómez se
acometió la construcción de las obras señaladas, se hizo la instalación de
agua para el riego de los jardines y se instaló un molino de viento para
extraer agua del pozo existente en aquel lugar, inaugurándose estas
obras el 7 de diciembre de 1900.

En el año de 1905, ocupando la Secretaría de Obras Públicas el Gral.


Rafael Montalvo y siendo presidente Don Tomás Estrada Palma, dispu-
so el gobierno, con motivo de haberle regalado una comisión italiana una
hermosa tarja de bronce, la destrucción del primitivo monumento,

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parcialmente, esto es, la parte superior, que lo componía una columna
truncada y en su lugar se construyó una columna de cemento, adosán-
dole la referida tarja. No ocurrió esto sin la protesta del Ayuntamiento de
esta Ciudad, ni la de la Sra. Bernarda Toro, Vda. del Generalísimo
Máximo Gómez. El Gobierno haciendo caso omiso realizó la obra contra
la voluntad de los protestantes, conservándose en el Archivo de la secre-
taría de este Municipio, los documentos intercambiados entre el
Gobierno, el Ayuntamiento y la Vda. del Generalísimo y que no inserta-
mos por no hacer demasiado extenso esta relato. Sin embargo, la cripta
que contiene los restos no fue tocada si no que sobre ella se levanto el
nuevo monumento.

Desde el 7 de diciembre de 1899, en que se inauguró este monumento,


no ha pasado un año sin que el pueblo de Cuba, en nutrida peregri-
nación, acuda todos los años en esa fecha, a rendir homenaje a estos glo-
riosos paladines de la independencia.

A conservar tan patriótica como piadosa costumbre ha tendido y tiende


el Gobierno Municipal de Santiago de las Vegas, que organiza, al llegar
la fecha luctuosa, con cargo a su presupuesto, el homenaje de amor y
cariño que el pueblo rinde a sus libertadores.

Una misa en sufragio de las almas de los gloriosos muertos en holocausto


de la patria, inicia todos los años el programa de la conmemoración, con-
curriendo representaciones de todas las capas sociales de la población,
miembros del Ejercito Libertador, el Presidente de la República, Ministros
del Gobierno, Magistrados, Autoridades Civiles y Militares, Cuerpo
Diplomático, Escuelas Públicas y Particulares, y para rendir los honores
militares, uno o dos batallones de la Guardia Rural y la Banda de Música
del Estado Mayor del Ejército.

Durante el gobierno del Gral. Batista se inició la reconstrucción total del


monumento y parque del Cacahual y la construcción de una carretera de
doble vía desde Santiago de las Vegas a dicho lugar.

INSTAURACIÓN DE LA REPÚBLICA

Con motivo de la instauración de la República el 20 de mayo de 1902,


para perpetuar tan fausto acontecimiento se procedió por el
Ayuntamiento, una comisión de vecinos y las instituciones locales a
plantar un árbol con el nombre de Árbol de la Independencia, en el lugar
que ocupa hoy el Parque Juan Delgado, conocido entonces por Plaza de
la Iglesia.

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A las 7 de la mañana y con la asistencia del Mayor Gral. Máximo Gómez,
los Crnles. Martín Marrero, Dionisio Arencibia, el Cmdte. Ignacio
Castro, el Sr. José Mikleff, el Pdte. de la Sociedad «La Gloria», Sr.
Apolonio Cuadra, el Pdte. del Casino Español, Sr. José Álvarez
Menéndez, que fueron nombrados miembros de honor y una nutrida
representación del pueblo, se llevó a cabo este simbólico acto.

El árbol plantado era una ceiba, que fue sembrada en el cuartón suroeste
de dicha plaza, circundándolo una artística verja de hierro en forma de
estrella de cinco puntas.

Fue plantado a petición de los vecinos, Manuel Morera, Ricardo Fina,


Manuel Noriega, Eladio Márquez, Andrés González, Manuel Cifuentes,
Bibian Lavares, Félix Quintero, Juan E. Trujillo, Santiago García, Manuel
Garbalosa y Francisco Velazco, quienes formularon la solicitud al
Ayuntamiento, en tal sentido, con fecha de 26 de abril de ese año. La
ceiba que se plantara fue donada por el Sr. Florentino Guerra, figurando
este acto como un número de los distintos festejos organizados para
celebrar el advenimiento de la República Cubana.

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