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FACULTAD DE DERECHO
PROGRAMA DE DERECHOS DEL NIÑO
CENTRO DE INVESTIGACIONES JURÍDICAS
INFORME
Abril 2007
1. Aspectos generales
1
Cada vez que en este Informe se aluda a “la Convención” sin mayores
especificaciones, nos estamos refiriendo a la Convención [Internacional] de los
Derechos del Niño. Alternativamente, se utiliza en el texto la sigla CDN.
integración de los tratados de derechos humanos en el ordenamiento
jurídico interno, no parece caber duda que los derechos fundamentales
de los niños, niñas y adolescentes reconocidos en la Convención sobre
los Derechos del Niño son de aquellos que limitan la soberanía estatal y
que los órganos del Estado tienen el deber de respetar y promover.
Por otra parte, el año 2005 fue promulgada la Ley 20.084 sobre
Responsabilidad Penal de Adolescentes. El legislador ha pretendido al
dictar este cuerpo normativo ajustarse a los principios básicos de la
Convención y de la doctrina internacional sobre jóvenes infractores de la
ley penal. No se puede dejar de señalar que para dar su fisonomía
propia a esa misma ley han concurrido también otras vertientes de
preocupación, distintas al interés superior del niño, y que las soluciones
normativas no siempre parecen compatibles con este principio.
Con todo, probablemente, una de las mayores contradicciones de la
legislación nacional en estas materias tenga que ver con la vigencia
actual de la Ley de Menores N° 16.618, de 1967, inspirada en la
mencionada doctrina del menor en situación irregular y cuyos
antecedentes normativos pueden rastrearse hacia atrás en el tiempo,
sin modificaciones sustantivas, hasta el año 1928, cuando se promulgó
la Ley 4.448 que es el cuerpo legal que da origen en Chile a un sistema
judicial especializado de protección de niños, niñas y adolescentes. Las
discordancias contenidas en este cuerpo legal con los principios sobre
derechos del niño universalmente aceptados subsisten en la actualidad
no obstante algunas modificaciones recientes (véase, por ejemplo, lo
prescrito en la llamada ley adecuatoria Nº 19.806 de 2002) que han
pretendido unificar los criterios normativos sobre la base del paradigma
de la Convención y las doctrinas más modernas.
Disposiciones preliminares
Disposiciones varias
Ahora bien, en cuanto a los derechos que tal recurso estará destinado a
cautelar, el Senado resolvió que este amparará las mismas garantías
mencionadas por el artículo 20 de la Constitución Política. Finalmente,
se precisó que la acción especial contemplada en el proyecto no
procederá en aquellos casos concernientes a las materias a que se
refiere el artículo 8° de la ley Nº 19.968, sobre Tribunales de Familia.
Dicho artículo enumera las materias de competencia sustantiva de
dichos tribunales.
2
Este aspecto es abordado en extenso en Informe específico sobre el tema, que se
adjunta.
Entre las medidas de protección se establecen categorías que implican
separación del medio y de la tuición parental y familiar y otras que no;
medidas a aplicar en relación con los propios niños, niñas y adolescentes
y medidas a aplicar respecto de sus padres, guardadores o personas que
los tienen a su cargo. Se individualiza medidas tales como la asistencia
a programas o servicios de apoyo, orientación, intervención o reparación
ofrecidos por entidades públicas o privadas, tratamiento médico,
psiquiátrico o psicológico, entrega al cuidado de un familiar o de un
tercero, ingreso a programas de familias de acogida e ingreso a un
centro residencial.
3
Véase Informe final del Consejo Asesor Presidencial para la Reforma de las Políticas
de Infancia, pp. 71-74, junio 2006, en www.gobiernodechile.cl/comisiones/
consejo_infancia.asp.
cualquier vulneración en el ejercicio de sus derechos con ocasión de
actuaciones de órganos o funcionarios de la administración del Estado, a
presentar personalmente o a través de su representante legal o de
cualquier persona a su nombre, solicitudes o reclamos, y el deber de la
autoridad requerida de adoptar de inmediato todas las medidas
necesarias para superar la vulneración de los derechos, dando respuesta
por escrito en un plazo breve y perentorio (artículo 11 del proyecto).
10) Especial atención merece la inclusión del derecho del niño, niña y
adolescente a expresar su opinión libremente en todos los asuntos que
les afecten, la que deberá tenerse en cuenta en función de su edad y
madurez y a ser oído en todo procedimiento judicial o administrativo
que los afecte, reproduciendo de esta manera en términos
prácticamente literales la respectiva norma del artículo 12 de la
Convención.
4
Véase el análisis doctrinario y de legislación comparada y las fórmulas sugeridas para
abordar este tema en Millán, Patricio y Villavicencio, Luis, La representación de niños,
niñas y adolescentes en los procedimientos para la adopción de medidas de protección,
en Revista de Derechos del Niño Nº 1, Centro de Investigaciones Jurídicas, Universidad
Diego Portales, 2002.
generando en parte cierta redundancia o duplicidad, dada la
regulación ya existente en los artículos 68 a 80 de la Ley sobre
Juzgados de Familia, a la que el mismo proyecto refiere.
5
Ello principalmente para los casos de convención previa entre los padres según el
artículo 225 CC o sentencia judicial que entregue por causa calificada el cuidado
personal a uno de los padres (artículo 226 CC), porque en ambos casos será necesaria
la subinscripción del correspondiente instrumento al margen de la inscripción de
nacimiento.
III. CRITERIOS DE BASE PARA UN SISTEMA INTEGRAL DE
PROTECCIÓN DE DERECHOS DE INFANCIA Y
ADOLESCENCIA
6
Véase, por ejemplo, UNICEF, Estudio de expedientes de protección simple en algunos
juzgados de la Región Metropolitana, Santiago, 2001; y Vargas, Macarena, Diagnóstico
de los mecanismos de protección de los derechos a la educación y salud de niños,
niñas y adolescentes, en Revista de Derechos del Niño, Nº 3-4, Facultad de Derecho
Universidad Diego Portales, Santiago, 2006, pp. 11-81.
que efectivamente respetan, garantizan y protegen los derechos de
niños, niñas y adolescentes.
Por ello, como punto de partida nos parece necesario dejar sentado que
cualquier sombra de duda sobre las garantías constitucionales de las
personas –en este caso, los niños, niñas y adolescentes– afectadas por
las trascendentales decisiones que adoptan los tribunales y los órganos
de la administración pública menoscaban la legitimidad de cualquier
intervención pública, afligen a los ciudadanos afectados, cuestiona la
praxis de los profesionales intervinientes y hace dudar de la corrección
de las decisiones que se toman en cada caso. Consecuentemente, a
continuación se esbozan algunos principios constitucionales que el
proyecto de ley debería hacer operativos.
7
Ver Cillero Bruñol, Miguel, El interés superior del niño en el marco de la Convención
Internacional sobre los Derechos del Niño, en García Méndez, Emilio y Beloff, Mary
(comps.), Infancia, ley y democracia en América Latina. Análisis crítico del panorama
5. La Constitución garantiza la seguridad de que los preceptos
legales que por mandato de la Constitución regulen o
complementen las garantías que aquella establece o que las
limiten en los casos en que ella lo autoriza, no podrán afectar los
derechos en su esencia, ni imponer condiciones, tributos o
requisitos que impidan su libre ejercicio (artículo 19 número 26
CP). Este mandato constitucional cobra particular relieve en
materia de infancia, toda vez que la experiencia histórica muestra
los graves riesgos de vulneración habidos con ocasión de la
aplicación misma de regulaciones tutelares o protectoras.
8
Ver Juste Picón, Marián, Bases para una nueva legislación en materia de protección
especial a la infancia y adolescencia, UNICEF mimeo, abril 1996, p. 6.
deber de guarda o cuidado personal. En la legislación comparada,
los derechos-deberes de los padres se enmarcan en la institución
de la patria potestad. Sabemos que la chilena es una de las pocas
legislaciones que en este punto separan los contenidos personales
de los patrimoniales, reservando los primeros asuntos a la llamada
autoridad paterna y los segundos a la patria potestad propiamente
tal y, a falta de ella, a las tutelas y curadurías.
2. Racionalización de la legislación
9
Juste, art. cit., p. 6.
Tal como lo expresa el artículo 1º del proyecto, el objetivo
propuesto es “garantizar la protección de los derechos de los
niños, niñas y adolescentes y normar la situación de los menores
de catorce años infractores de la ley penal”. Se trata, entonces, de
un objetivo referido a la protección de niños, niñas y adolescentes.
No debe perderse de vista este objetivo primordial. Por lo mismo,
en principio, no debiera este proyecto modificar las reglas sobre el
derecho de familia, ya sea en aspectos personales o patrimoniales,
salvo en materias puntuales e imprescindibles que no son objeto
de la legislación común o en que la protección especial requiere
alterarlas.
10
Véase infra, en Anexo Nº 2, el documento Incidencia del proyecto en materias
sustantivas de derecho común y legislación especial, preparado especialmente para
este Informe.
que estas. Esta observación es particularmente relevante, aunque
no exclusiva, para el caso de niños y niñas menores de catorce
años implicados en infracciones a la ley penal.
6. Descentralización
11
Couso Salas, Jaime, Problemas teóricos y prácticos del principio de separación de
medidas y programas, entre la vía penal-juvenil y la vía de protección especial de
derechos, en De la tutela a la justicia, Ed. Corporación Opción - UNICEF, 1º ed.,
Santiago, 1998, p. 73.
resuelven en la legislación civil, como el cuidado personal, la
relación personal directa y regular o los alimentos debidos; en
otro, aparece la necesidad de intervenir para proteger a los niños
del maltrato o abuso de sus padres u otros miembros del grupo
familiar. Están también otros casos complejos como la protección
contra el trabajo infantil o la dependencia del alcohol y las drogas.
12
Couso, op. cit., p. 77.
omisión de sus padres o guardadores o de la propia conducta de
los niños.13
13
Juste, op. cit., pp. 3-4.
Atendida la complejidad del problema, este Informe propone un
sistema regulatorio especial para la situación de niños y niñas
infractores de la ley penal, cuyas bases se exponen en el Anexo.14
14
Véase infra, en Anexo Nº 3, Informe preliminar sobre atribución de consecuencias a
niños menores de catorce años a los que se les atribuye delitos, preparado
especialmente para este informe.
varón y la mujer. A su turno, los adolescentes, o bajo su sinónimo
civil tradicional, los púberes, serían los que han cumplido los
catorce años, pero no han alcanzado los dieciocho, edad para la
plena capacidad civil.
15
Couso, Jaime, El niño como sujeto de derechos y la nueva Justicia de Familia.
Interés superior del niño, autonomía progresiva y derecho a ser oído, en Revista de
Derechos del Niño números 3-4, Universidad Diego Portales, Santiago, 2006, p. 158-
160.
16
Couso, op. cit. nota anterior, p. 159.
deseos y sentimientos, introduciendo en su lugar la versión de
tales intereses que hace el representante -curador en este caso–
sobre la base de lo que más conviene al niño en tanto su “interés
superior”.17
El abogado del niño debe ser, entonces, una figura diferente del
curador ad litem o de los abogados de los padres, en su caso. Se
trata de un profesional al cual el niño pueda vincularse con los
mismos deberes de lealtad y confidencialidad que dicho abogado
debería a un cliente mayor de edad.
17
Millán y Villavicencio, op. cit, p. 77 y siguientes, citado en Couso, op. cit., p. 159.
18
Ver Tello Escobar, Cristóbal, El Defensor del Niño: ¿Una institución eficaz para la
promoción y protección de los derechos de niños y niñas?, en Revista de Derechos del
Niño, números 3-4, Universidad Diego Portales, Santiago, 2006, p. 93-95.
derechos y la realidad de vida de los niños, asegurando que los
derechos sean materializados en leyes, políticas y prácticas”.19
19
Innoccenti Research Centre (UNICEF), Independent Institutions Protecting Children’s
Rights, en Innoccenti Digest Nº 8, Florencia, junio 2001, citado en Tello Escobar, op.
cit., nota anterior.
20
Naciones Unidas, Comité de Derechos del Niño, Observación General Nº 2, El Papel
de las Instituciones Nacionales Independientes de Derechos Humanos en la Promoción
y Protección de los Derechos del Niño, CRC/GC/2002/2, noviembre 2003, citado en
Tello Escobar, op. cit., p. 95-96.
penal, ni mejora las condiciones de defensa técnica en el contexto
de los intereses manifiestos de niños, niñas y adolescentes
enfrentados al sistema judicial.
21
Véase Tello Escobar, op. cit., pp. 97-123, que analiza las experiencias de la figura
del Defensor del Niño tal como se halla establecida en Noruega, Gales y la Comunidad
Autónoma de Madrid. Instituciones defensoras de los derechos del niño existen,
además, en numerosos países de Europa, Oceanía y América Latina. En nuestra región
cabe consignar los casos de Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Guatemala y
Nicaragua. Véase Cillero, Miguel, Defensorías de la Infancia: Experiencia internacional,
Justicia y Derechos del Niño, UNICEF, 2004.
promoción de los derechos humanos.22 Al efecto, los llamados
“Principios de París” contienen un conjunto de orientaciones sobre
el rol, la composición, el estatus y las funciones que deben tener
estas instituciones nacionales. Este instrumento postula que las
instituciones de protección de los derechos humanos deben tener
un mandato amplio, contar con las competencias necesarias para
su efectivo ejercicio, un marco normativo establecido a nivel
constitucional y/o legal, mecanismos de designación de sus
miembros que aseguren la representación pluralista de la sociedad
civil involucrados y que se garantice la independencia de las
instituciones nacionales respecto del gobierno, asegurando los
recursos, infraestructura, estabilidad y autonomía necesarios para
desarrollar con solvencia las funciones encomendadas.
22
Naciones Unidas, Resolución 48/134 de la Asamblea General, 20 de diciembre de
1993.
investigación orientados a la enseñanza primaria, secundaria y
superior y a círculos profesionales y sociales concernidos.
23
Ver Espiau Espiau, Santiago, La situación de desamparo y las medidas de
protección, en Espiau, S. y Vaquer Aloy, Antoni, Protección de menores, acogimiento y
adopción, Marcial Pons, Madrid, 1999, pp. 71-85; Moreno Torres-Sánchez, Julieta, El
desamparo de menores, Thomson/Aranzadi, Navarra, 2005; Lázaro González, Isabel,
Los menores en el Derecho español, Tecnos, Madrid, 2002, pp. 346-396.
que expone un conjunto abierto de causales de inhabilidad física y
moral de los padres, las que, habiendo sido objeto de profunda
crítica por la doctrina nacional e internacional más moderna,
serían reemplazadas precisamente por lo dispuesto en el actual
artículo 33 del proyecto de ley en estudio.24
24
Ver, Cillero, El interés superior del niño en el marco de la Convención Internacional
sobre los Derechos del Niño, op. cit. También García Méndez, Emilio, Derecho de la
infancia-adolescencia en América Latina: De la situación irregular a la protección
integral, Eds. Forum Pacis, Bogotá, 1994.
Como ya se ha insistido en este informe, desde el punto de vista
interno, la protección de niños, niñas y adolescentes tiene su
fundamento jurídico básico en la guarda o custodia de los hijos,
entendido como un derecho-deber de los padres en relación con la
crianza y educación de los mismos. De acuerdo con la doctrina,
esto incluye concretamente la obligación de velar por el hijo,
tenerlo en su compañía, alimentarlo y educarlo y procurarle una
formación integral. Así lo define la legislación española, en este
punto muy similar al conjunto de derechos-deberes parentales
prescritos en la ley civil chilena. La reforma del Código Civil de
1998 reforzó estas funciones parentales sobre bases no
discriminatorias al señalar que los hijos tienen iguales derechos
civiles con independencia de su filiación. La guarda o cuidado
personal forma parte del estatuto jurídico filiativo, formando parte
de la potestad de los padres y de todos aquellos que, en subsidio
–es decir, a falta o por inhabilidad de los mismos–, deban ejercer
tales potestades.
25
Ver infra, Anexo Nº 4, el documento específico titulado Propuesta de modificaciones
a las normas relativas a la imposición de medidas residenciales, preparado
especialmente para este Informe.
Asimismo, en la adopción de medidas residenciales, la ley debe
reconocer que la relación del niño con el exterior no sufra más
alteraciones que las implicadas en el alojamiento y cuidado
personal a cargo de los centros autorizados para acogerlos,
facilitando en todo lo posible las actividades fuera del centro y las
visitas familiares, excepto cuando medie resolución judicial en
sentido contrario.
26
Juste Picón, op. cit., pp. 17-18.
verdadero derecho a acceder a los servicios y a la protección
contemplados en la ley, derecho jurídicamente exigible al punto
que su negación será base para reclamarlo a través de la acción
especial correspondiente.
Por otra parte, otros dos elementos del diseño concreto adoptado
por el legislador respecto de esta acción resultan también
problemáticos. Por una parte, la radicación en los Juzgados de
Familia de la competencia para conocer los casos de vulneración
de los derechos. Se comprende que tales tribunales constituyen la
sede judicial especializada y más cercana a las temáticas de
infancia –sin perjuicio de no confundir los asuntos de familia con la
protección especial, más allá de sus indudables conexiones–, pero
su carácter de primera instancia no deja de evidenciar que los
derechos fundamentales de niños, niñas y adolescentes contarían
con un órgano judicial protector de menor jerarquía que el resto
de las personas.
27
Ver infra, Anexo Nº 1, documento particular sobre Protección de los derechos
económicos, sociales y culturales en el proyecto de ley sobre protección de derechos
de la infancia, preparado especialmente para este Informe.
infancia, como susceptibles de ser decididas a través de la nueva
acción especial, nos remite a un problema estructural de nuestro
ordenamiento jurídico. ¿Es posible que por la vía legal se eluda la
indefensión plasmada constitucionalmente respecto del
reconocimiento y protección de los DESC? No se puede desconocer
que la vigencia de los DESC es una cuestión que divide a la
doctrina nacional en materia de protección de derechos humanos y
que nuestro derecho positivo constitucional y legal en estas
materias es bastante deficitario. No obstante estar plenamente
convencidos de la necesidad de protección de los DESC en Chile,
acorde con las obligaciones internacionales contraídas por el
Estado, resulta difícil sustentar las incoherencias que se producen
de aceptar que niños, niñas y adolescentes tendrían teóricamente
garantizada la protección de sus DESC, mientras el resto de las
personas no.
1.1. Artículo 1.
1.2. Artículo 19 Nº 9.
1.3. Artículo 19 Nº 10
Artículo 2
1. Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se compromete
a adoptar medidas, tanto por separado como mediante la asistencia y la
cooperación internacionales, especialmente económicas y técnicas,
hasta el máximo de los recursos de que disponga, para lograr
progresivamente, por todos los medios apropiados, inclusive en
particular la adopción de medidas legislativas, la plena efectividad de los
derechos aquí reconocidos.
Artículo 19
1. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas legislativas,
administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al niño
contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato
negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual,
mientras el niño se encuentre bajo la custodia de los padres, de un
representante legal o de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo.
Artículo 24
1. Los Estados Partes reconocen el derecho del niño al disfrute del más
alto nivel posible de salud y a servicios para el tratamiento de las
enfermedades y la rehabilitación de la salud. Los Estados Partes se
esforzarán por asegurar que ningún niño sea privado de su derecho al
disfrute de esos servicios sanitarios.
Artículo 27
1. Los Estados Partes reconocen el derecho de todo niño a un nivel de
vida adecuado para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral y
social.
Artículo 28
1. Los Estados Partes reconocen el derecho del niño a la educación y, a
fin de que se pueda ejercer progresivamente y en condiciones de
igualdad de oportunidades ese derecho, deberán en particular:
Artículo 29
1. Los Estados Partes convienen en que la educación del niño deberá
estar encaminada a:
Artículo 30
En los Estados en que existan minorías étnicas, religiosas o lingüísticas o
personas de origen indígena, no se negará a un niño que pertenezca a
tales minorías o que sea indígena el derecho que le corresponde, en
común con los demás miembros de su grupo, a tener su propia vida
cultural, a profesar y practicar su propia religión, o a emplear su propio
idioma.
Artículo 32
1. Los Estados Partes reconocen el derecho del niño a estar protegido
contra la explotación económica y contra el desempeño de cualquier
trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o que sea
nocivo para su salud o para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral
o social.
28
Enseñanza Parvularia, Enseñanza Básica, Enseñanza Media (establecimientos
científico humanistas y liceos comerciales y técnicos) y Enseñanza Superior
(Universidades, Institutos Profesionales y Centros de Formación Técnica).
“La presente Ley Orgánica Constitucional fija los requisitos mínimos que
deberán cumplir los niveles de enseñanza básica y enseñanza media, y
asimismo regula el deber del Estado de velar por su cumplimiento.
Las normas generales de esta ley que tratan los principales aspectos del
derecho a la educación son las siguientes:
Artículo 2
Artículo 3
Artículo 51
Para los efectos de esta ley, se crearán Casas de Menores. Estas
funcionarán a través de los Centros de que trata este artículo.
Artículo 52
b) Un psiquiatra infantil;
c) Un psicólogo;
d) Un asistente social;
f) Un profesor, y
Artículo 53
Artículo 55
Artículo 56
Artículo 57
Artículo 58
Artículo 60
Artículo 61
Artículo 2
Este artículo expresa el deber que tienen las instituciones respecto del
cumplimiento de los instrumentos internacionales, por lo que puede
decirse con certeza que se incluye el Pacto Internacional de Derechos
Económicos Sociales y Culturales, ratificado por Chile y vigente, así
como cualquier otro pacto, tratado o convención que no esté expresado
en este artículo y que consagre derechos sociales. Además, hay una
referencia expresa al derecho a la educación como un tópico que debe
protegerse por las instituciones a que se refiere la ley y al deber de las
instituciones del Estado en cuanto a la promoción y ejecución de
políticas públicas.
Artículo 3
El SENAME podrá subvencionar, conforme a las disposiciones de la
presente ley, las actividades desarrolladas por los colaboradores
acreditados relativas a las siguientes líneas de acción:
2) Centros Residenciales;
3) Programas, y
4) Diagnóstico.
Artículo 12
Artículo 15
Corresponderá, especialmente, a las oficinas de protección de derechos
del niño, niña o adolescente:
Artículo 16
Los programas de promoción de los derechos del niño, niña o
adolescente se dirigirán, en especial, a alguno de los siguientes
objetivos:
Artículo 13
Para los efectos de las leyes laborales, se considerarán mayores de edad
y pueden contratar libremente la prestación de sus servicios los mayores
de dieciocho años.
Artículo 15
Queda prohibido el trabajo de menores de dieciocho años en cabarets y
otros establecimientos análogos que presenten espectáculos vivos, como
también en los que expendan bebidas alcohólicas que deban consumirse
en el mismo establecimiento.
Artículo 16
En casos debidamente calificados, y con la autorización de su
representante legal o del juez de menores, podrá permitirse a los
menores de quince años que celebren contrato de trabajo con personas
o entidades dedicadas al teatro, cine, radio, televisión, circo u otras
actividades similares.
Artículo 17
Si se contratare a un menor sin sujeción a lo dispuesto en los artículos
precedentes, el empleador estará sujeto a todas las obligaciones
inherentes al contrato mientras se aplicare; pero el inspector del
trabajo, de oficio o a petición de parte, deberá ordenar la cesación de la
relación y aplicar al empleador las sanciones que correspondan.
Cualquier persona podrá denunciar ante los organismos competentes las
infracciones relativas al trabajo infantil de que tuviere conocimiento.
Artículo 18
Queda prohibido a los menores de dieciocho años todo trabajo nocturno
en establecimientos industriales y comerciales, que se ejecuten entre las
veintidós y las siete horas, con excepción de aquellos en que
únicamente trabajen miembros de la familia, bajo la autoridad de uno
de ellos.
Las normas del Código del Trabajo contienen la regulación del modo
mediante el cual los niños pueden ser objeto de relaciones laborales
contractuales, indicando los supuestos en que un menor puede realizar
alguna actividad remunerada. Aunque en general el trabajo infantil no
es mirado con buenos ojos por las corrientes protectoras de los
derechos del niño, debe admitirse que éste puede tener lugar, motivo
por el cual se procede a su normativización. Por ello, si no se respetan
los estrictos supuestos normativos en virtud de los cuales los menores
pueden trabajar, se estará vulnerando el derecho al trabajo, en
particular lo relativo a las condiciones en que debe generarse.
Esta ley entrega una detallada regulación del contenido del derecho
constitucional a la protección de la salud, el cual, si bien no es protegido
en un sentido integral en el ordenamiento jurídico chileno, permite
clarificar su alcance y vías de acción para efectos de velar por su
cumplimiento.
“Los niños recién nacidos y hasta los 6 años de edad tendrán derecho a
la protección de su salud por el Estado, que comprenderá los controles
de salud que se especifiquen en los planes y programas que apruebe el
Ministerio.
“Será aplicable a estas acciones lo dispuesto en el inciso tercero del
artículo 25”.29
Para ello, regula los mecanismos especiales que deberán desarrollar los
órganos de la Administración del Estado, los tribunales de justicia y, en
general, las entidades públicas y privadas, con el fin de prevenir las
situaciones de vulneración de derechos de los niños, niñas y
adolescentes y proteger y promover el ejercicio de los mismos.
a) Amonestación privada;
30
Ver sitio web: http://www.sename.cl/interior/proteccion/f_subportada.html.
3. Hogares de discapacitados leves y moderados, destinados a niños,
niñas y adolescentes con capacidades diferentes, que requieren atención
integral y resguardo de sus derechos.
31
Ídem, p. 24.
relacionan con la protección y el cumplimiento efectivo del derecho a la
salud, en tanto derecho social.
32
Mas información en sitio Web http://www.superintendenciasalud.cl.
1. Proponer y promover la normativa laboral que perfeccione la equidad
y cooperación en las relaciones laborales.
33
Fuente en sitio web http://www.mintrab.gob.cl/quienes_objetivos.php.
Trabajo y Previsión Social y se rige por su Ley Orgánica (D. F. L. Nº 2,
del 30 de mayo de 1967).
34
Información disponible en sitio Web http://www.dt.gob.cl/1601/channel.html.
personas ante acciones u omisiones de los organismos públicos, en lo
relativo a la satisfacción de las necesidades de los ciudadanos frente a la
prestación de estos servicios.
35
Ver sitio web http://www.comisiondefensoraciudadana.cl.
insatisfactoria, se solicita al servicio la correspondiente aclaración con el
objeto de solucionar la situación sometida a su conocimiento.36
36
Para mayor información ver: VARGAS, Macarena, “Diagnóstico de los mecanismos de
Protección de los Derechos a la Educación y Salud de Niños”, en Revista de Derechos
del Niño, números 3 y 4, Universidad Diego Portales - UNICEF, Santiago, 2006, pp. 20
y ss.
anteriores, por lo que a continuación agregamos o reformulamos, de
una manera más general, algunos de los obstáculos observados en la
protección administrativa de los DESC.
En nuestra opinión, para poder proteger los derechos de los niños, niñas
y adolescentes de manera efectiva mediante la vía administrativa, debe
propiciarse el fortalecimiento tanto de las instituciones colaboradoras
como de las oficinas de protección de derechos (OPD). Dicho
fortalecimiento debe ir encaminado a la adopción de medidas efectivas
con resultados concretos. Para el logro de estos objetivos es
indispensable que la actuación de las instituciones encargadas de
brindar la protección administrativa descrita, sean supervisadas
seriamente por el Estado, creando así un sistema de monitoreo que sea
capaz de evaluar la eficacia e idoneidad de las medidas que se adopten,
de manera que los organismos que no cumplan los estándares de
protección exigidos dejen de percibir los beneficios de subvenciones y
acreditaciones correspondientes.
Por otra parte, y tal y como hemos podido observar, en nuestro país
existen muchas instituciones que poseen facultades para proteger a las
personas frente a situaciones que vulneren sus derechos. Incluso
algunos de estos órganos contemplan como preocupación esencial la
protección a los niños y la observancia al respeto de sus derechos. No
obstante, hay varios factores que hacen que la vía administrativa
existente y contemplada por estos órganos carezca de la eficacia
necesaria como para lograr una protección íntegra y real. Como se ha
hecho presente en estudios anteriores, la vasta y dispersa normativa en
cada área específica complejiza el panorama, pues a la hora de exigir un
derecho es preciso previamente conocer los mecanismos disponibles
para hacerlos efectivos en concreto, lo que constituye el primer
obstáculo para la protección de los derechos.37 Igualmente debe tenerse
en cuenta que el hecho de existir un gran número de instituciones en
cada una de áreas de protección puede traer como resultado una caótica
y poco precisa sistematización de las acciones de intervención en
materia de DESC. Los servicios públicos tienden a responder frente a la
violación de los DESC desde perspectivas típicamente bienestaristas (se
otorga o no la prestación, se cumple o no con la obligación establecida
en la ley), y no desde una óptica de derechos subjetivos fundamentales
(es decir, haciéndose cargo de qué implica el derecho a la salud, la
educación o la vivienda adecuada, en cada caso concreto). Al mismo
tiempo, debido a la gran cantidad de espacios para la determinación
administrativa del contenido de los DESC por parte de los diversos
servicios involucrados, es posible que las decisiones de los órganos
respectivos no resulten necesariamente compatibles entre sí, o que de la
presentación no sistemática de acciones de protección administrativas,
no sea posible identificar y proponer líneas prioritarias de intervención
en materia de DESC.
37
VARGAS, Macarena, ob. cit. p. 66.
Ante las deficiencias que presenta la protección administrativa de los
derechos sociales de los niños (al menos en los aspectos analizados en
este informe), surge la idea de crear una instancia que pueda llevar a
cabo de manera concreta y eficiente aquellas declaraciones de
protección plasmadas tanto en las leyes nacionales, como en el Derecho
Internacional. La importancia de contar con este tipo de instancias
apunta a que los derechos fundamentales no se satisfacen con la sola
concesión de la prestación o la protección, sino que requieren de la
supervisión de las medidas específicas que se adopten en la materia; y
antes que esto, requieren de un órgano revestido de la idoneidad
necesaria para exigirlos por parte de quien deba garantizarlos. Más
específicamente, la creación de instituciones especializadas que brinden
la protección que los niños requieren para el respeto por sus derechos
es una cuestión esencial para que las medidas establecidas en su favor
no sólo sean cumplidas, sino que lo sean de manera real, correcta y
adecuada al contexto social.38
38
TELLO, CRISTÓBAL, El Defensor del Niño: ¿una institución eficaz para la protección
de los derechos de niños y niñas?, en Revista de Derechos del Niño, Nº 3 y 4, pp. 83 y
ss.
supervisión de las políticas públicas y actividades de promoción en que
tales derechos pudieren verse afectados.39
39
Respecto a la protección de los derechos de niños, niñas y adolescentes en otros
países, las evaluaciones del trabajo de las Defensorías si bien carecen de un informe
global, son consideradas como de un aporte importante para que los gobiernos y la
sociedad civil den prioridad a las políticas públicas de infancia, reformen la legislación y
desarrollen mecanismos jurisdiccionales y administrativos para reclamar por el
cumplimiento de sus derechos. CILLERO, MIGUEL, Defensorías de la Infancia.
Experiencia Internacional, pp. 177 y ss.
acción de protección consagrada en el artículo 20 de la Constitución
Política del Estado. Al referirse el citado artículo a la procedencia de esta
acción respecto de los derechos reconocidos por el ordenamiento
jurídico chileno, podemos concluir que dicha protección se extiende
tanto a los derechos civiles y políticos, como a los económicos, sociales
y culturales. Lo anterior queda de manifiesto en el Mensaje del Proyecto
de Ley que expresa:
“El aspecto más importante de este nuevo recurso es que permitirá que
los Juzgados de Familia puedan conocer, en un procedimiento expedito,
no sólo las violaciones a los derechos individuales y políticos, sino
también aquellos de carácter económico, social y cultural de la Infancia
que en la actualidad no pueden ser invocados utilizando el recurso de
protección ordinario.”
40
GÓMEZ, GASTON, Derechos Fundamentales y Recurso de Protección, Ediciones
Universidad Diego Portales, Facultad de Derecho, Santiago, 2005, pp.159 y ss.
derechos que se garantizan). Si nos abocamos al literal del artículo 17
en su inciso 2º, podríamos decir que ante el rechazo de las expectativas
planteadas en un procedimiento de los establecidos en el artículo 8 de la
Ley Nº 19.968 sobre Tribunales de Familia,41 no sería conducente el
recurrir a esta vía de protección judicial especial.42
41
Algunas de las materias más relevantes del artículo 8 de la Ley Nº 19.968 son:
1) Las causas relativas al derecho de cuidado personal de los niños, niñas o
adolescentes;
4) Las causas relativas al derecho de alimentos;
7) La vida futura del niño, niña o adolescente, en el caso del inciso tercero del artículo
234 del Código Civil;
8) Todos los asuntos en que aparezcan niños, niñas o adolescentes gravemente
vulnerados o amenazados en sus derechos, respecto de los cuales se requiera adoptar
una medida de protección conforme al artículo 30 de la Ley de Menores;
10) Todos los asuntos en que se impute un hecho punible a niños, niñas o
adolescentes exentos de responsabilidad penal, y aplicar, cuando corresponda, las
medidas contempladas en el artículo 30 de la Ley de Menores. El procedimiento se
sujetará a las reglas establecidas en el Párrafo 4º del Título IV de la presente ley;
12) Las causas relativas al maltrato de niños, niñas o adolescentes de acuerdo a lo
dispuesto en el inciso segundo del artículo 62 de la ley Nº 16.618;
18) Los actos de violencia intrafamiliar;
19) Toda otra cuestión personal derivada de las relaciones de familia.
42
El Inciso 2º del Artículo 17 dispone: “Esta acción no procederá en aquellos casos
relativos a las materias a que se refiere el artículo 8° de la Ley Nº 19.968.”
las Cortes. Por ello, la jurisprudencia ha establecido que la forma
prevista para impugnar una resolución judicial es el o los recursos que la
ley prevé.43
43
GÓMEZ, GASTÓN, ob. cit. Pp. 159-160. Incluso se esgrime que el hecho de permitir
una acción de protección contra las resoluciones judiciales vulnera claramente el
principio de cosa juzgada, atentando contra la seguridad jurídica y, provocando en
definitiva, la desnaturalización del Poder Judicial. BOTERO CATALINA, Acción de
Protección contra providencias judiciales en el ordenamiento jurídico colombiano”,
Revista Foro Constitucional Iberoamericano Nº 3, en GÓMEZ GASTÓN, ob. cit., p. 160.
44
Lo anterior podría generar una vulneración clara a la obligación del Estado de Chile
de proveer protección judicial idónea y efectiva a los derechos humanos (incluidos los
DESC). Como lo establece el artículo 25 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos:
“1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro
recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos
que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la
presente Convención, aun cuando tal violación sea cometida por personas que actúen
en ejercicio de sus funciones oficiales.
45
Derecho subjetivo en sentido estricto es entendido como el “poder legal reconocido a
un sujeto por medio de una norma legal, para la consecución de intereses propios
mediante la exigencia a otro de hacer, permitir u omitir algo”. Ante dicha definición es
posible distinguir (i) una norma jurídica; (ii) una obligación jurídica; (iii) un poder
jurídico para la consecución de estos fines. Ver: ARANGO, Rodolfo, El concepto de
derechos sociales fundamentales, Ed. Legis, Universidad Nacional de Colombia,
Bogotá, Primera Edición, 2005, pp. 8-9.
que, más que contribuir a la economía procesal, desconoce en cierto
modo el contenido de los derechos sociales.
46
Estas alternativas son tomadas de FABRE, Cecile, Social Rights under the
Constitution: Government and the Decent Life, Oxford University Press, Oxford, 2000,
p. 148.
47
ABRAMOVICH Victor, COURTIS Christian, Los derechos sociales como derechos
exigibles, Ed. Trotta, Madrid, 2002, pp. 121 y siguientes.
compatibles con los principios fundamentales de un Estado democrático
de derecho.48
48
Tomando como ejemplo el derecho a la salud, la Corte Constitucional de Colombia
emplea lo que se denomina por la doctrina como sistema de “control diferenciado”
sobre las acciones u omisiones de las autoridades públicas y los particulares
encargados de la prestación del servicio de salud pública. De acuerdo con este
concepto, existe cierta preferencia en cuanto al control de diversos aspectos del
derecho a la salud, por lo que el control de su protección será de mayor o menor
intensidad, dependiendo de su importancia y/o urgencia. En este campo la
jurisprudencia colombiana para determinar el control de exigibilidad de los derechos
estableció cinco grupos:
a) Función definitoria del derecho fundamental a la salud y sus obligaciones
correlativas: Acá la Corte plantea la tesis del derecho fundamental por conexidad.
En la sentencia de tutela T-571 de 1992, la Corte Constitucional dejó clara esta idea
señalando que “los derechos fundamentales por conexidad son aquellos que no siendo
denominados como tales en el texto constitucional, les es comunicada esta calificación
en virtud de la íntima e inescindible relación con otros derechos fundamentales (...) En
el caso de la salud, que no siendo en principio un derecho fundamental, adquiere esta
categoría cuando la desatención del enfermo amenaza con poner en peligro su derecho
a la vida”.
b) Función de protección especial a personas o grupos en situación de marginación o
discriminación: hay varias sentencias de la Corte Constitucional que señalan que a los
grupos vulnerables debe prestárseles mayor atención en cuanto a la protección de su
derecho a la salud, donde el Estado tiene el deber positivo de actuar para su
satisfacción.
c) Función de delimitación y coordinación de los niveles constitucional y legal: en esta
función, la Corte Constitucional se encarga de dar contenido al derecho estableciendo
límites que determinan si éste es o no merecedor de protección por el Estado.
d) Función de control constitucional de la formulación y ejecución de las políticas
públicas en cuanto puedan afectar derechos fundamentales: en este sentido, la justicia
colombiana se encarga de incluir a los excluidos del sistema y establecer reglas claras
que permitan al legislador y a las empresas reguladoras atender a los parámetros
constitucionales que enmarcan la prestación del servicio.
e) Función de integración e inclusión social mediante el respeto de los principios,
derechos y deberes constitucionales: acá se analiza la calidad del servicio de salud
prestado por entidades públicas y privadas. Los aspectos que involucra esta función
son muy amplios e involucran aspectos de muchos órdenes de atención. Por ejemplo,
la Corte ha protegido el derecho a la salud ante la dilación en la entrega de carné que
acredita la calidad de beneficiario.
Con todo, podemos ver que la labor que realiza la jurisprudencia colombiana respecto
de los derechos sociales no se restringe a establecer un estado de violación del
derecho, sino que establece mecanismos y grados de exigibilidad que los órganos
involucrados, sean públicos o privados, están obligados a cumplir. Lo mismo ocurre
con otros derechos diversos a la salud, tales como la educación, el trabajo o la
vivienda.
Por lo anterior, planteamos como posible solución precisar los
requisitos de interposición y los efectos de las sentencias
dictadas con ocasión de la acción especial de protección.
Otro caso importante en cuanto a la exigibilidad que se establece por los tribunales es
el de la jurisprudencia alemana. En este país se desarrolló lo que se conoce como la
teoría del “mínimo vital”, que se refiere a la satisfacción de las necesidades materiales
básicas de todos los seres humanos en los diversos aspectos de los derechos sociales
(educación, salud, vivienda, alimentación, trabajo, seguridad social, entre otros). Esta
teoría, usada en un primer momento por el Tribunal Administrativo en 1953, fue
recogida posteriormente por la jurisprudencia constitucional hasta consolidar una clara
línea jurisprudencial. En base a ella, se establece que la falta de reconocimiento y
respeto de un mínimo vital lesionaría derechos fundamentales, como lo son la vida o la
integridad física y psíquica. Por otra parte, la Corte Suprema de Argentina también ha
hecho avances positivos en cuanto a la exigibilidad que tienen los derechos sociales.
Un ejemplo de ello, es el caso de una institución estatal de salud que venía
suministrando un medicamento a un niño afectado por una grave enfermedad ósea.
Transcurridos algunos años, dicha institución notificó a la familia del menor que el
medicamento se entregaría por última vez en una determinada fecha. Ante esto, se
recurrió a la justicia, donde se llegó a la Suprema Corte Argentina mediante un recurso
de queja interpuesto por el Estado (en primera y segunda instancia se había dado la
razón a la familia del menor). La Corte Suprema reiteró la obligación que tiene el
Estado de garantizar el derecho a la salud tomando en cuanta dos factores: el carácter
de garante del sistema integrado de salud que el Estado ha asumido a partir del propio
postulado de la ley y, en segundo lugar, la conducta anterior del Estado que, de hecho,
había suministrado el medicamento al niño, hasta su interrupción intempestiva. Ver,
ARANGO, RODOLFO, ob. cit, pp. 219 y siguientes.
actual del Artículo 17, a efectos de eliminar el requisito de
“ilegalidad” o “arbitrariedad” de la acción u omisión.
LEGISLACIÓN ESPECIAL
I. Planteamiento General
49
Tapia Rodríguez, Mauricio, Código civil 1855-2005. Evolución y perspectivas,
Santiago, Ed. Jurídica, 2005, p. 72 y ss.
regulación que no busca establecer un modelo de relaciones
familiares”.50
50
Op. cit., p. 105.
con ese objetivo en desmedro de las libertades y derechos individuales.
De ahí que la idea de una codificación especial del derecho de familia
debiera descartarse.51
51
Dekeuwer-Défossez, F., Le Code civil. 1804-2004. Livre du bicentenaire, Paris,
Dalloz Litec, 2004, p. 219 y ss.
52
Op. cit., p. 228 y 229.
abruman y que (...) oscurecen el sistema creado por el Código civil (la
armonía y autosuficiencia original de este texto)”.53
Este fenómeno se constata sin gran esfuerzo en Chile. Existe una cierta
tensión entre la regulación del Código civil que ha ido perdiendo su
función de derecho común y las leyes especiales sobre derecho de
familia. Luego, lo importante para regular o introducir modificaciones en
el derecho de familia es que no se continúe con la dispersión carente de
armonía que conlleva las dificultades ya denunciadas. Y aquí se plantea,
entonces, de qué manera el Proyecto de ley propuesto implica aumentar
la dispersión normativa conspirando con la función de racionalización del
derecho para facilitar la interpretación y aplicación de las reglas.
53
Tapia, op.cit., p. 373.
esclareciendo, además, cuáles normas podrían tener implicancia en la
esfera de las relaciones familiares, de manera de adecuar el texto del
Proyecto, no sólo al Código civil, sino que también y, de manera
primordial, a la legislación especial vigente. Con esto queremos expresar
nuestro rechazo a que una ley, cuyo objetivo declarado es regular la
protección del niño o niña y adolescente, vaya a significar una fuente
más de contradicciones, incoherencias y superposiciones de reglas.
54
Sin perjuicio de considerar que en el derecho civil la pubertad se alcanza a edades
distintas según sea varón o mujer (14 y 12 años respectivamente).
Código civil o con leyes especiales, o bien problemas de doble
regulación; y proponer una regulación que corrija tales situaciones. Para
ello, se examinarán separadamente cada una de las materias
anticipadas.
55
En materia posesoria el artículo 723 CC reconoce capacidad para adquirir la posesión
a quienes no tienen la libre administración de lo suyo, excluyendo a los dementes e
infantes. En sede de responsabilidad civil por delitos o cuasidelitos, el artículo 2319
reconoce como incapaces de responsabilidad a los infantes, no así a los mayores de
siete años y menores de 16, quienes en principio son responsables.
adolescentes serían los que han cumplido los catorce años, pero no han
alcanzado los dieciocho, edad requerida para la plena capacidad civil.
El Código civil da reglas para el cuidado personal de los hijos, las que
difieren según si los padres viven o no juntos. Si viven juntos el cuidado
personal corresponde de consuno a los padres (artículo 224 inciso 1º
CC) En cambio, si viven separados, corresponde a la madre (artículo
225 inciso 1º CC), a menos que los padres acuerden otra cosa (artículo
225 inciso 2º) o que el juez fije una regla distinta de la legal supletoria o
de la convencional, en casos en que el interés superior del hijo lo haga
indispensable (artículo 225 inciso 3º). Entre las causas previstas por el
legislador para entregar el cuidado personal al otro padre, se prevé el
maltrato, el descuido u otra causa calificada. Adicionalmente, se prevé
que cuando ambos padres estén inhabilitados física y moralmente, el
juez podrá entregar el cuidado personal de los hijos a otra u otras
personas competentes, ordenando preferir a los consanguíneos más
próximos y, por sobre todo, a los ascendientes (artículo 226 CC).
Lo anterior quiere decir que, bajo la actual disciplina, si bien el legislador
establece unas reglas supletorias, autorizando su modificación en el
caso de los padres separados, en último término es el juez quien
decidirá acerca del cuidado personal de los hijos, sea privando del
mismo a su titular y entregándoselo al otro padre, o bien confiándolo a
otras personas competentes.
E.- La adopción
Por otra parte, puede plantearse la necesidad que por vía administrativa
se efectúe una “codificación a derecho constante” que, lejos de
constituir un fenómeno de codificación en el entendido decimonónico, se
trata más bien de una compilación administrativa de las leyes relativas
al derecho de familia, cuyo efecto más importante consiste en lograr un
armonía, concordancia y mayor acceso a la normativa especial. De esta
manera se evita una tramitación lenta y dificultosa, sustituyéndola por
otra más ágil y con efectos a mediano plazo, ya que los ciudadanos
podrán, a través, de estas compilaciones, acceder de mejor forma a
conocer sus derechos.
ANEXO Nº 3
INFORME PRELIMINAR SOBRE ATRIBUCIÓN DE CONSECUENCIAS
A NIÑOS MENORES DE 14 AÑOS IMPUTADOS DE COMETER
DELITOS
CONSIDERACIONES INICIALES
56
De 30 de Septiembre de 2005.
57
Piénsese, por ejemplo, en las dificultades de coordinación que surgen desde el
diseño de la LTF, que no exige una defensa técnica ni un juez pasivo, y el Código
Procesal Penal, creado pensando en la presencia de un organismo persecutor, una
aspectos propios de la realidad que se esta regulando58 pues no
hay una ley que haya sido creada pensando en el sistema de
justicia, sino que éste se “construye” fragmentariamente con
partes de distintos cuerpos normativos enfocados hacia otros
aspectos. Esta forma de legislar puede dar lugar a
interpretaciones y prácticas muy diversas y, en ocasiones,
contradictorias,59 tal como, al parecer, está ocurriendo en los
tribunales de familia a propósito de la realidad que aborda este
informe.
Por lo tanto, dar el paso inicial para evaluar una ley se presenta
hoy como un problema que puede ser crítico tanto desde la
pretensión de seguridad jurídica como desde la eficacia de la
política pública para la infancia en la cual se inserta la
normativa.62
defensa obligatoria y un juez que debe cambiar su forma de actuación cuando varía su
función (control de la investigación y sentenciador).
58
Como ocurrió con el procedimiento contravencional introducido en la LTF por la Ley
20.086, publicada en el Diario Oficial el 7 de diciembre de 2005.
59
Véase como ejemplo lo señalado más abajo sobre cuáles son las medidas de
protección aplicables.
60
Un ejemplo de ello puede ser la opción de otorgar un curador ad litem para entregar
defensa técnica al niño. Véase el apartado respectivo en este informe.
61
Un ejemplo todavía actual de diversas prácticas originadas en distintas posiciones
teóricas se encuentra en el significado del término discernimiento.
62
Es importante recordar que muchas de las cuestiones expuestas y otras más, fueron
detalladamente analizadas desde comienzos de la década pasada. Cfr. por todos,
CILLERO BRUÑOL, M.: Leyes de Menores, Sistema Penal e Instrumentos
2. En lo que sigue se esbozarán los puntos más salientes para un
diagnostico de las medidas de protección que pueden aplicarse y
del procedimiento que ha de seguirse para ello.
67
Por ejemplo, la citada Ley 19.806 de 31 de mayo de 2002. Respecto a la confusión
que se llamó del “menor delincuente-abandonado”, Cfr. por todos, GARCÍA MÉNDEZ,
E. y CARRANZA, E.: El Derechos de Menores como un Derecho Mayor, EN GARCÍA
MÉNDEZ, E. y CARRANZA, E (org.): “Del Revés al Derecho. La Condición Jurídica de la
Infancia en América Latina”, Ed. Galerna, 1992.
68
La necesidad de explicitar surge, probablemente, más por la realidad de la práctica
de nuestros tribunales de familia que por la imposibilidad jurídica de sostener la
exigencia de proporcionalidad en estos casos, pues, por un lado el artículo 40.4 CDN
recoge expresamente esta cuestión y por otro, como sostiene R. Alexy, la máxima de
proporcionalidad está presente siempre que se deban ponderar normas
iusfundamentales estructuradas como principios. Cfr. ALEXY, R.: “Teoría de los
Derechos Fundamentales”, trad. Garzón Valdés, E., 3ª. reimp, Madrid, Centro de
Estudios Políticos y Constitucionales, 2002, pp. 111-115.
69
La referencia a la proporcionalidad del artículo 102 H parece referida a aumentar la
intensidad de la medida fundándose en la mayor lesividad del hecho, pues su
recomendación es que no se aplique la medida menos intensa consistente en la
amonestación. Medida que, en todo caso, no está disponible tratándose de hechos que
no sean una falta.
normas procesales a las que se remite el artículo 102 B. Quienes
usan el artículo 30 y el procedimiento especial de medidas de
protección del párrafo I del Titulo IV de la Ley 19.968 tampoco
encontrarán en esas normas esta vinculación, toda vez que esa
regulación se basa en la vulneración de derechos y no en la
imputación de un delito. Por su parte, la ausencia de vinculación
entre medida y hecho imputado puede tener un correlato en la
importancia que pueden tener aspectos diversos del mentado
hecho70 que, en tanto no han sido explicitados, quedan en un
ámbito de discrecionalidad judicial de difícil control, lo cual, debe
subrayarse, se mantiene en las posibilidades de modificación de la
medida impuesta.71 Por su parte, la importancia del hecho
imputado tiene una cara procesal que se abordará mas adelante.
70
Por ejemplo, necesidades del niño, vulneración de derechos, peligrosidad.
71
Vinculadas, por ejemplo, en el artículo 80 de la LTF a la existencia de “circunstancias
que lo justifiquen”.
72
Como necesariamente ocurrirá a contar de la entrada en vigencia de la Ley 20.084.
73
Por ejemplo, un niño de 13 años imputado por un hurto del artículo 446 Nº 3 CP
puede estar internado hasta los 18 años, en circunstancias que la pena máxima para
un adulto sería de 541 días y para una persona sujeta a la LRPA seria imposible la
privación de libertad. Más aún, en la LRPA el artículo 26 inciso segundo prohíbe que se
aplique una pena privativa de libertad a un adolescente si a un adulto no pudiere
aplicarse dicha sanción.
74
Por ejemplo, que el juez limite el contacto con la familia durante el internamiento.
Debe recordarse que una medida de este tipo es tratada en el capitulo sobre
procedimientos disciplinarios de las Reglas Mínimas de Naciones Unidas sobre la
Protección de Menores Privados de Libertad (RMPMPL, en adelante), prohibiéndose su
uso como medida disciplinaria “cualquiera que sea su finalidad” (regla 67).
b. Cuestiones Procesales. En el contexto de amplia
discrecionalidad judicial permitido por la regulación legal de las
medidas de protección, las normas procesales no contienen límites
relevantes.
75
En la Región Metropolitana generalmente pertenece a la Corporación de Asistencia
Judicial (CAJ), aunque a veces participan también abogados de proyectos que trabajan
con la infancia. No es claro qué ocurre en las comunas donde no hay disponible en
forma inmediata un abogado de la CAJ.
76
Cfr. Artículo 338 y ss. Código Civil.
77
Artículo 68 c) que incorpora el párrafo 4º en el Título IV.
78
Artículo 68 a) que modifica el artículo 8 Nº 10 LTF.
la persecución del hecho delictivo. Esto resulta relevante no sólo
para que se ejerza adecuadamente la pretensión punitiva, sino
también por la sospecha que ante la ausencia de un persecutor, el
juez será quien asuma en los hechos ese rol.79 En otras palabras,
el diseño legal no considera una parte que, en el proceso,
sostenga la imputación del delito y enfrente la versión o el silencio
del niño, es decir, que permita un verdadero contradictorio en
relación al cual el juez debe decidir.
79
Posibilidad que se refuerza normativamente con el artículo 13 LTF que establece,
entre los principios del procedimiento, la actuación de oficio del tribunal para llevar a
término el procedimiento con celeridad.
80
Artículos 28 y 32 LTF.
81
Sobre la duda razonable, Cfr. HORVITZ LENNON, M. I. y LÓPEZ MASLE, J., Derecho
Procesal Penal Chileno, Tomo II, Santiago de Chile: Ed. Jurídica de Chile, 2004, pp.
153-164.
82
Cuestión que puede explicar la baja exigencia probatoria que se mencionará con
más detalle en el apartado sobre procedimiento.
83
Por ejemplo, necesidades del niño, vulneración de derechos, peligrosidad.
Finalmente, debe quedar anotado que el profesional del consejo
técnico del tribunal de familia está en una situación extraña pues,
al parecer, funciona como consejero del juez que no se somete a
un contradictorio y, en este sentido, si bien es parte del juicio,
funciona fuera de él.
84
Esta sección no se pudo completar con cifras de SENAME y del Poder Judicial que,
solicitadas oportunamente, no pudimos obtener a la fecha de entrega de este Informe.
85
Fuente: Base de Datos de Carabineros de Chile.
86
Los detenidos mayores 14 y 18 años suman 40.086 en el mismo período.
CRITERIOS PARA DISEÑO DE UN ARTICULADO
1. Aspectos Generales
87
“Artículo 1°.- Objetivo de la ley. La presente ley tiene por objetivo garantizar la
protección de los derechos de los niños, niñas y adolescentes y normar la situación de
los menores de catorce años infractores de la ley penal.
Para ello, regula los mecanismos especiales que deberán desarrollar los órganos de la
Administración del Estado, los tribunales de justicia y, en general, las entidades
públicas y privadas, con el fin de prevenir las situaciones de vulneración de derechos
de los niños, niñas y adolescentes y proteger y promover el ejercicio de los mismos.
En su interpretación se tendrán especialmente en cuenta las disposiciones de la
Convención Internacional sobre los Derechos del Niño y su interés superior.”
diferencia cuando el procedimiento es iniciado con la
atribución de un delito del iniciado por vulneración de
derechos.
88
Quedan pendiente evaluar supuestos de renuncia a la contradicción semejantes al
art. 315 inciso final CPP o a la audiencia de determinación de pena de adultos, art. 343
CPP.
3. Aspectos especiales para el caso de medidas de protección por
vulneración de derechos.
Hay que subrayar que las edades usadas son coherentes con la
establecida para imponer una consecuencia resultante de la
infracción cometida por un niño.
DISPOSICIONES GENERALES
Artículo 1. Contravenciones e Infracciones. Los hechos que
cometidos por un mayor de 18 años se califiquen de crimen y simple
delito, se denominarán contravenciones o infracciones, según el caso, si
han sido cometidas por personas menores de 14 años.
89
En el caso de robo con intimidación, tal como se describe en el literal, no parece
justificado diferenciarlo de los casos de las primeras letras.
ANEXO Nº 4
Hay que subrayar que las edades usadas son coherentes con la
establecida para imponer una consecuencia resultante de la infracción
cometida por un niño.
I. PROPUESTAS
1. Cuestiones Procesales.
Artículo 72. Se agrega un nuevo inciso que permite que las partes
conozcan, antes de la audiencia preparatoria, las pruebas que la
contraria pretende garantizar. Esto satisface mínimos requerimientos de
defensa y, a su vez, debiera permitir un mayor orden y celeridad de la
audiencia.
Artículo 73. Se introduce una norma que permite que las opiniones del
consejo técnico sean controvertidas por las partes.