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ARTICULO 96. Modificado por el Acto Legislativo 01 de 2002.

Artículo 1°. El artículo 96 de la Constitución Política quedará así: "Artículo 96. Son
nacionales colombianos.

1. Por nacimiento:

a) Los naturales de Colombia, que con una de dos condiciones: que el padre o la
madre hayan sido naturales o nacionales colombianos o que, siendo hijos de
extranjeros, alguno de sus padres estuviere domiciliado en la República en el momento
del nacimiento y;

b) Los hijos de padre o madre colombianos que hubieren nacido en tierra extranjera y
fuego se domiciliaren en territorio colombiano o registraren en una oficina consular de
la República.

2. Por adopción:

a) Los extranjeros que soliciten y obtengan carta de naturalizaci6n, de acuerdo con la


ley, la cual establecerá los casos en los cuales se pierde la nacionalidad colombiana
por adopción;

b) Los Latinoamericanos y del Caribe por nacimiento domiciliados en Colombia, que


con autorización del Gobierno y de acuerdo con la ley y el principio de reciprocidad,
pidan ser inscritos como colombianos ante la municipalidad donde se establecieren, y;

c) Los miembros de los pueblos indígenas que comparten territorios fronterizos, con
aplicación del principio de reciprocidad según tratados públicos. Ningún colombiano por
nacimiento podrá ser privado de su nacionalidad. La calidad de nacional colombiano no
se pierde por el hecho de adquirir otra nacionalidad. Los nacionales por adopción no
estarán obligados a renunciar a su nacionalidad de origen o adopción. Quienes hayan
renunciado a la nacionalidad colombiana podrán recobrarla con arreglo a la ley.

Texto Original.

Son nacionales colombianos:

1. Por nacimiento:

a) Los naturales de Colombia, con una de dos condiciones: que el padre o la madre hayan sido naturales
o nacionales colombianos o que, siendo hijos de extranjeros, alguno de sus padres estuviere domiciliado
en la República en el momento del nacimiento.

b) Los hijos de padre o madre colombianos que hubieren nacido en tierra extranjera y luego se
domiciliaren en la República.

2. Por adopción: Ver la Ley 43 de 1993


a) Los extranjeros que soliciten y obtengan carta de naturalización, de acuerdo con la ley, la cual
establecerá los casos en los cuales se pierde la nacionalidad colombiana por adopción.

b) Los latinoamericanos y del Caribe por nacimiento domiciliados en Colombia, que con autorización del
Gobierno y de acuerdo con la ley y el principio de reciprocidad, pidan ser inscritos como colombianos
ante la municipalidad donde se establecieren.

c) Los miembros de pueblos indígenas que comparten territorios fronterizos, con aplicación del principio
de reciprocidad según tratados públicos.

Ningún colombiano por nacimiento podrá ser privado de su nacionalidad. La calidad de nacional
colombiano no se pierde por el hecho de adquirir otra nacionalidad. Los nacionales por adopción no
estarán obligados a renunciar a su nacionalidad de origen o adopción.

Quienes hayan renunciado a la nacionalidad colombiana podrán recobrarla con arreglo a la ley.

ARTICULO 97. El colombiano, aunque haya renunciado a la calidad de nacional, que


actúe contra los intereses del país en guerra exterior contra Colombia, será juzgado y
penado como traidor.

Los colombianos por adopción y los extranjeros domiciliados en Colombia, no podrán


ser obligados a tomar las armas contra su país de origen; tampoco lo serán los
colombianos nacionalizados en país extranjero, contra el país de su nueva
nacionalidad.

DE LOS DEBERES Y OBLIGACIONES

ARTICULO 95. La calidad de colombiano enaltece a todos los miembros de la


comunidad nacional. Todos están en el deber de engrandecerla y dignificarla. El
ejercicio de los derechos y libertades reconocidos en esta Constitución implica
responsabilidades. El ejercicio de las libertades y derechos reconocidos en esta
Constitución implica responsabilidades.

Toda persona está obligada a cumplir la Constitución y las leyes.

Son deberes de la persona y del ciudadano:

1. Respetar los derechos ajenos y no abusar de los propios;

2. Obrar conforme al principio de solidaridad social, respondiendo con acciones


humanitarias ante situaciones que pongan en peligro la vida o la salud de las personas;

3. Respetar y apoyar a las autoridades democráticas legítimamente constituídas para


mantener la independencia y la integridad nacionales.

4. Defender y difundir los derechos humanos como fundamento de la convivencia


pacífica;
5. Participar en la vida política, cívica y comunitaria del país;

6. Propender al logro y mantenimiento de la paz;

7. Colaborar para el buen funcionamiento de la administración de la justicia;

8. Proteger los recursos culturales y naturales del país y velar por la conservación de
un ambiente sano;

9. Contribuír al financiamiento de los gastos e inversiones del Estado dentro de


conceptos de justicia y equidad.

DERECHOS CIVILES PARA COLOMBIANOS Y EXTRANJEROS. - La


Constitución Nacional establece una norma general de igualdad de
derechos civiles para colombianos y extranjeros; y prevé, por vía de
excepción, la posibilidad de que la ley, por razones de orden público,
subordine a condiciones especiales o aun niegue el ejercicio de
determinados derechos civiles a los extranjeros. DERECHO AL
TRABAJO, ARTISTAS EXTRANJEROS. Presentaciones GRATUITAS,
como condición previa para poder obtener el permiso de actuar en el
territorio del Distrito Especial.
 
El artículo 11 de la Constitución Nacional, dice:
 
"Los extranjeros disfrutarán en Colombia de los mismos derechos civiles que se
concedan a los colombianos. Pero la ley podrá, por razones de orden público,
subordinar a condiciones especiales o negar el ejercicio de determinados derechos
civiles a los extranjeros.
 
"Gozarán así mismo los extranjeros en el territorio de la República de las garantías
concedidas a los nacionales, salvo las limitaciones que establezcan la Constitución o
las leyes.
 
"Los derechos políticos se reservarán a los nacionales".
 
Es decir: la Carta establece una norma general de igualdad de derechos civiles para
colombianos y extranjeros; y prevé, por vía de excepción, la posibilidad de que la ley,
por razones de orden público, subordine a condiciones especiales o aun niegue el
ejercicio de determinados derechos civiles a los extranjeros.
 
Es evidente, entonces, que sólo la ley podrá someter el ejercicio de determinados
derechos civiles de los extranjeros a ciertas condiciones especiales; ninguna norma
diferente, de inferior categoría (en el caso un decreto del Alcalde Mayor de Bogotá),
podría disponer válidamente algo semejante.
 
De otra parte, el derecho al trabajo es derecho civil fundamental de la persona; al
respecto el artículo 17 de la Constitución Nacional dice:
 
"El trabajo es una obligación social y gozará de la especial protección del Estado".
 
Partiendo del principio de la igualdad de derechos civiles de colombianos y extranjeros,
resulta que el Decreto 0974 de 1969, expedido por el Alcalde Mayor de Bogotá, es
violatorio del citado artículo 11 de la Constitución, pues el alcalde, sin tener facultad
legal para ello, establece unas obligaciones para los artistas extranjeros que no exige a
los colombianos; no existe razón legal alguna para imponer a los extranjeros (y no a los
colombianos) la obligación de hacer presentaciones gratuitas en escenarios que la
administración distrital les señale, como condición previa para poder obtener el permiso
de actuar en el territorio del distrito. Así el propósito sea el de hacer presentaciones
populares, tal imposición constituye una discriminación en perjuicio de los artistas
extranjeros, una restricción de su derecho al trabajo y el establecimiento para ellos de
una carga que no se impone a los artistas de nacionalidad colombiana, lo cual
contraviene al artículo 11 de la Constitución.
 
El decreto demandado también es violatorio del artículo 17 de la Constitución, por
cuanto establece, sin fundamento legal para ello, la obligación para los extranjeros de
realizar un trabajo gratuito. Y por la misma razón, contradice los artículos 30 y 35 de la
Constitución que garantizan, con las restricciones que ellos mismos establecen, la
propiedad privada y la propiedad literaria y artística.
 
El propósito de la administración distrital de llevar a la ciudadanía en general recreación
y cultura, y, concretamente el permitirle ver espectáculos a los cuales, por su costo, no
podría asistir en teatros comerciales, es loable. Pero no puede la administración
cumplir ese objetivo imponiendo a los artistas extranjeros la obligación, inexistente para
los colombianos, de trabajar gratuitamente. Como dice el a quo, no se puede obligar a
una persona, nacional o extranjera, a que ejecute determinada actividad, un trabajo, sin
reconocerle la adecuada compensación o remuneración. Y nótese que el decreto
demandado impone una verdadera obligación a los artistas extranjeros, que no se trata
simplemente de la posibilidad de "solicitarles" su actuación gratuita, como lo ha
insinuado el personero delegado, porque el clarísimo sentido del acto es otro.
 
Las anteriores consideraciones bastan para concluir que la norma acusada es nula.
 
Pero como el representante del distrito ha sostenido que el decreto demandado fue
dictado por el alcalde en desarrollo de sus funciones de jefe superior de policía en el
territorio de su jurisdicción, también conviene precisar que el alcalde puede exigir que
los artistas, compañías de artistas y empresarios de espectáculos obtengan un permiso
de la administración distrital para hacer sus presentaciones públicas; pero lo que no
puede hacer, porque ni el Código Nacional de Policía (Decreto 1335 de 1970) ni ley
otra alguna le dan esa facultad, es condicionar el otorgamiento del permiso al
cumplimiento de obligaciones como las que impone el decreto demandado de actuar
gratuitamente.
 
Es más: no solamente el Código Nacional de Policía se abstiene de dar atribuciones de
esa índole al alcalde, sino que reitera el principio constitucional del cual se ha hablado
antes, estableciendo en su articulo 171:
 
"Los extranjeros pueden ejercer los mismos derechos y están protegidos por las
mismas garantías reconocidas a los nacionales colombianos salvo el ejercicio de los
derechos políticos que están reservados a los colombianos".
 
Por otra parte, los artículos 133, 136 y 138 del Código Nacional de Policía (que hacen
parte del libro relativo al ejercicio de las Libertades Públicas) establecen las reglas y
requisitos a los cuales deben someterse los empresarios que promuevan la
presentación de espectáculos, y en ninguno de dichos artículos se consagran
obligaciones como las contenidas en el decreto acusado.
 
De suerte que el Decreto 0974 tantas veces mencionado, también es violatorio de las
disposiciones del Código Nacional de Policía.
 
(Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección Primera. Sentencia de 3 de mayo de
1985. Consejero ponente: Doctor Miguel Betancourt Rey. Expediente 4487. Actor:
Julio César Olaya Perdomo)
 

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