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¿Qué son los reptiles?
Las reptiles son el grupo de vertebrados formado por los lagartos (o saurios), los
cocodrilos, las serpientes (u ofidios) y las tortugas (o quelonios).
Esta clase de animales son los ancestros tanto de los mamíferos como de las aves.
La dieta de los reptiles varia mucho más de una especie particular a otra que de un
grupo a otro de reptiles, por lo que es muy difícil generalizar sobre las costumbres
alimenticias de estos animales. La excepción a la gran variabilidad en la
alimentación de los reptiles la constituye el grupo de las serpientes, así como el de
los cocodrilos, que son carnívoros estrictos. La dieta de serpientes y cocodrilos
(excepto en alguna especie concreta) no incluye ninguna proporción de alimento
vegetal sino que todos estos animales comen solamente otros animales, tanto
vertebrados como invertebrados.
En la mayoría de reptiles carnívoros, otro factor que condiciona el tipo de presa que
van a consumir, además del tamaño y otras características propias de una presa en
concreto, es la variabilidad propia de presas existentes en el lugar donde vive ese
reptil. De hecho, sin llegar al extremo de los anfibios, en general, los reptiles son
animales todoterreno que comen cualquier animal que esté a su alcance.
A pesar de la gran variedad en cuanto a dietas de los reptiles, podemos afirmar que
la mayoría de esta clase de animales son especies carnívoras, que engullen sus
presas sin masticarlas. Los reptiles carnívoros no mastican el alimento, se lo tragan
entero, después de sujetar a la presa con sus dientes y colocarla en la posición
adecuada, a veces con la ayuda de las extremidades anteriores, como en el caso de
las tortugas acuáticas.
De hecho muchos reptiles, salvo las tortugas que tienen en su lugar láminas
córneas, poseen dientes para sujetar mejor a la presa y evitar que escape.
Los dientes de los reptiles están soldados a las mandíbulas, excepto en los
cocodrilos que se hallan implantados en los alveolos dentarios, como muestra de su
mayor grado evolutivo.
Los dientes de los reptiles,a diferencia de los dientes de los mamíferos, se renuevan
varias veces a lo largo de su vida (son polifiodontos).
En general, los saurios no mastican tampoco las presas, pero a diferencia de las
serpientes, no las tragan totalmente enteran sino que ya están un poco trituradas
por sus mandíbulas cuando las engullen.
¿Que reptiles son herbívoros?
Aunque no son predominantes, existen reptiles herbívoros, pese a que podemos
afirmar que los reptiles son sobre todo animales carnívoros.
Entre los reptiles herbívoros, podemos encontrar las tortugas terrestres (excepto
las del género Terrapene), las iguanas, las iguanas del desierto (Dipsosaurus
dorsalis), los Hidrosaurus o los lagartos de cola espinosa (Uromastix spp).
Como especies autóctonas de Europa de tortugas terrestres está la tortugas
mediterránea (Testudo hermanni), la tortuga mora (Testudo graeca) (aunque está
especie se encuentra más en zonas de África y Asia (la parte norte) que en Europa,
limitada en algunos puntos del sur de la Península Ibérica, Italia, Grecia y los
Balcanes) y la tortuga marginada (Testudo marginata), la mayor tortuga terrestre
de Europa con sus 35 cm de longitud máxima que vive de forma salvaje en Italia,
Grecia y en Cerdeña.
Los reptiles no son en la mayoría de los casos herbívoros estrictos, por lo que
también comen alimento de origen animal. Así por ejemplo, las tortugas europeas
se alimentan fundamentalmente de plantas, de sus tallos, hojas y floras, pero en
ocasiones también capturan pequeños invertebrados, como gusanos o escarabajos.
La excepción están en la tortuga marginada de dieta casi completamente herbívora,
sólo en muy raras ocasiones llega a tomar algún invertebrados, como una babosa.
Como grupo principal de insectívoros tenemos a los saurios. Entre ellos están unos
reptiles muy frecuentes en Europa, las lagartijas. La lagartija cenicienta
(Psammodromus hispanicus), la lagartija colilarga (Psammodromus hispanicus), la
lagartija colirroja (Acanthodactylus erytrurus) son especies propias de la Península
Ibérica, además obviamente de la lagartija ibérica (Podarcis hispanica). Otras
especies que viven en una zona más amplia son la lagartija roquera (Podarcis
muralis) o la lagartija de turbera (Lacerta vivipara), que se encuentran en la zona
centro y norte de Europa.
Los geckos también son unos animales insectívoros como los camaleones. La
salamanquesas son los geckos europeos. A parte de la salamanquesa común
(Tarentola mauritanica) y la salamanquesa rosada (Hemidactylus turcicus), existen
muchas más especies de geckos que se pueden encontrar en toda África y Oceanía,
la parte sur de Eurasia, en América del Sur, América Central y el sur de América del
Norte.
Otras especies propias de Europa que se alimentan de insectos, así como de otros
invertebrados, como arañas, caracoles o babosas, son el lución (Angis fragilis) y el
lagarto de cristal (Ophisaurus apodus), que a pesar de su aspecto, estos lagartos
sin patas, no son serpientes.
Los eslizones, como el eslizón ibérico (Chalcides bedriagai) y el hermoso eslizón
ocelado (Chalcides ocellatus) también devoran con esmero un gran número de
insectos.
Los saurios de mayor tamaño de Europa, como el lagarto ocelado (Lacerta lepida) o
el lagarto verde (Lacerta viridis) además de alimentarse de insectos como las
lagartijas también atacan presas más grandes, como pequeños vertebrados
(roedores y huevos de aves) dado su mayor tamaño.
Todas las serpientes son carnívoras. Las serpientes pueden alimentarse de peces,
anfibios, pequeños lagartos, mamíferos pequeños, aves e incluso pequeños
artrópodos, como insectos y arañas, según sea el tamaño de la serpiente.
En cambio, cuando son todavía crías, las serpientes, normalmente, se nutren de
insectos y otros animalillos invertebrados.
Por lo tanto, existen serpientes con dietas más especializadas basadas en huevos,
como la serpiente comedora de huevos africana (Dasypeltis scabra); en lagartijas y
lagartos más grandes, como la culebra lisa meridional (Coronella girondica); en
insectos, como la serpiente verde áspera (Opheodrys aestivus) o bien en otras
serpientes, como la cobra real (Ophiophagus hannah) o las serpientes reales
(Lampropeltis spp), estas dos últimas son serpientes ofidiófagas.
Las serpientes acuáticas, como las culebras europeas culebra de collar (Natrix
natrix) y Natrix maura o culebra viperina, se alimentan de ranas y sapos y peces.
Incluso hay serpientes que basan su dieta en caracoles, como la serpiente come-
caracoles (Sibon annulata) de Centroamérica. Esta serpiente tiene endurecida la
mandíbula inferior y los dientes delanteros los tiene más desarrollados para poder
comer los duros caracoles. De hecho, no se comen la concha, sino que sólo
consume la parte blanda del caracol una vez la saca de su protección con la ayuda
de los dientes y la fuerte mandíbula.
Las serpientes marinas también tienen dietas muy concretas. Las serpientes de mar
del género Emydocephalus se alimentan únicamente de huevos de peces. Por
ejemplo, la serpiente de mar de cabeza de tortuga (Emydocephalus annulatus) se
alimenta de huevos de peces demersales, como gobios o pomacéntridos.
Otras serpientes de mar, en cambio, tienen un menú un poco más variado como las
Hydrophis (Hidrophis spiralis o serpiente de mar amarilla, Hidrophis lapemoides o
serpiente marina del Golfo Pérsico, Hydrophis fasciatus o serpiente de mar
manchada, etc.). Estas serpientes se alimentan sobre todo de crustáceos (además
de peces), como cangrejos y camarones, que sacan de sus refugios gracias a su
estrechísima cabeza y a su delgado cuerpo que les permite introducirse por los
agujeros y grietas donde se esconden sus presas.
Sin embargo, muchas serpientes marinas comen básicamente peces. La serpiente
marina de cola ancha de la especie Laticauda semifasciata depreda sobre un gran
número de peces distintos aunque sobre todo consume acantúridos y
pomacéntridos. Las crías de esta especie se alimentan principalmente de peces
Parapercis.
Pese a que existen serpientes con menús muy especializados, el mayor número de
serpientes se alimenta de roedores. En esta lista se encuentran varias culebras,
como las serpientes ratoneras (Elaphe spp) como ejemplo de animales exóticos o
las culebras autóctonas de la Península Ibérica, como la Elaphe scalaris o culebra
de escalera y la culebra de esculapio (Elaphe longissima). Las víboras también
consumen un gran número de roedores, como la víbora hocicuda (Vipera latasti) y
la víbora áspid (Vipera aspis) como ejemplo de víboras ibéricas. Los crótalos o
serpientes de cascabel, como el crótalo diamantino (Crotalus adamanteus), el
crótalo de bosque (Crotalus horridus) o el crótalo atroz (Crotalus Atrox) se
alimentan fundalmente de roedores.
Las tortugas terrestres son animales herbívoros, excepto las tortugas Terrapene,
como la tortuga caja de Carolina (Terrapene carolina) o la tortuga caja ornada
(Terrrapene ornata).
Por lo tanto, las tortugas, exceptuando la inmensa mayoría de las terrestres que se
alimentan de vegetales que trituran con su pico córneo y algunas pocas tortugas
marinas, como la tortuga verde (Chelonia mydas) que consume algas marinas, son
animales carnívoros, tanto las de agua dulce o galápagos, que comen anfibios,
peces y carroña, como las tortugas marinas, con una dieta basada en peces y
medusas. La tortuga laúd (Dermochelys coriacea) tiene una dieta que se basa casi
en su totalidad en medusas.
Aunque, en realidad, el mayor número de especies son omnívoras y en menor
cantidad existen tortugas herbívoras o carnívoras estrictas.
Algunas especies de tortugas acuáticas tienen una dieta muy específica. La tortuga
Malayemys subtrijuga o tortuga malaya comedora de caracoles, como su nombre
indica, se alimenta, en estado salvaje, exclusivamente de caracoles acuáticos de
agua dulce. Malaclemys terrapin o tortuga de dorso diamantino tiene un régimen
alimenticio menos especializado y además de caracoles también consume
crustáceos, insectos y invertebrados acuáticos, peces, además de plantas acuáticas,
pero en menor cantidad.
Algunas especies de saurios tienen también una dieta bastante herbívora, como la
iguana verde (también consume insectos) o la iguana marina (Amblyrhynchus
cristatus) de las Islas Galápagos, que sólo se alimenta de algas marinas.
Los lagartos más grandes, como los varanos, como por ejemplo el dragón de
Komodo, se alimentan de presas de mayor tamaño, como otros lagartos, búfalos,
ciervos o ganado, además de roedores y aves. Por supuesto, también comen
insectos como el resto de lagartos.
El modo que tienen los reptiles carnívoros de hacerse con una presa es muy distinto
según la especie y sus costumbres.
Muchas serpientes cazan al acecho aves y otras presas. Este es el caso de las
serpientes arborícolas, como por ejemplo, el crotalino o tamaga verde (Bothriechis
marchi), la pitón verde arborícola (Morelia viridis) o la boa esmeralda (Corallus
caninus).
Otras serpientes más pequeñas, las serpientes de enredadera, como la culebra
arborícola del Cabo (Dispholidus typus), la serpiente liana o serpiente pajarera
(Thelotornis capensis) o la serpiente de hocico largo (Ahaetulla nasuta), tienen
unos cuerpos alargados y finos muy parecidos a las ramas de los árboles que les
rodean, esperando pacientemente durante horas hasta que se acerquen a ellas
algún animal de su agrado, como un pájaro.
En el primer grupo, el de los reptiles que buscan sus presas activamente, están las
tortugas más conocidas, como las tortuga de Florida y otras Trachemys, las
Graptemys y las Chrysemys y las tortugas europeas Mauremys caspica o galápago
leproso y Emys orbicularis o galápago europeo. Son animales rápidos y ágiles que
dependen de su velocidad y destreza para obtener la comida (Aunque también se
alimentan de carroña, como la mayoría de tortugas de agua).
Las tortugas que cazan al acecho se valen de otros recursos distintos para hacerse
con una presa. Estos animales son los maestros del camuflaje y el engaño.
La mayoría de estas tortugas pueden pasar largo tiempo en el fondo del agua
invisibles a los ojos de sus presas hasta que se aproximen más de la cuenta para
darles caza con un rápido movimiento.
Algunas colocan verdaderas trampas a sus víctimas. La lengua en forma de gusano
de la tortuga caimán o tortuga aligator (Macroclemys temminckii) actúa de señuelo
para atraer a peces curiosos que no dudará en engullir con una rápida dentellada
cuando estén a su alcance.
La tortuga caimán no es el único reptil que hace uso de este tipo de argucias. Las
serpientes espinosas (Acanthophis spp) usan como señuelo la cola. Estos animales,
cuando quieren conseguir una presa, mueven rítmicamente la cola. El tipo de
movimiento que le dan a su cola, junto con la coloración especial de este apéndice
basada en colores llamativos que destacan sobre el resto del animal, como el
amarillo o el blanco o el negro con manchas de otros colores, además de la espina
que tienen en la punta de la cola, consiguen hacer creer a la presa que ha
encontrado comida (un insecto o similar). Lamentablemente para el desafortunado
animal, lo que éste halla es la muerte después del rápido mordisco que le propina
la serpiente. De hecho, las Acanthophis también se les conoce como serpientes de
la muerte dado su potente veneno de tipo neurotóxico que paraliza rápidamente a
la presa y la acaba matando por asfixia, y también al ser humano en pocas horas si
no se le aplica un antídoto.
El veneno de las serpientes venenosas les sirve para inmovilizar a sus presas
paralizándolas sin tener que recurrir a la fuerza, aunque muchas veces llega a
matarlas porque les causa la asfixia cuando los músculos respiratorios quedan
paralizados por la acción del veneno.
Sin embargo, la mayoría de las serpientes son venenosas, no solo las más
conocidas, como víboras, cobras, mambas o serpientes de coral, incluso existen
culebras venenosas, como la culebra bastarda (Malpolon nonspelssulanus) o la
culebra de cogulla (Macroprodoton cucullatus). Aunque en Europa el número de
serpientes venenosas es mucho menor que en otros continentes. En la Península
Ibérica, por ejemplo, sólo existen verdaderamente 1 grupos de serpientes
venenosas, las serpientes de la familia de las víboras o víperidos, junto con algunas
especies sueltas de colúbridos, siendo la culebra bastarda la más peligrosa de todas
ellas.
La forma de que llegue el veneno al cuerpo del animal que la serpiente pretende
devorar depende de la eficacia con el que se inocula. A modo de jeringas, los
dientes de las serpientes venenosas inyectan el veneno en el cuerpo de la presa.
Pero no todos los dientes inoculadores del veneno son iguales. Los de mayor
eficacia son los de las víboras porque sus dientes están totalmente acanalados por
dentro, con lo que no existe ninguna pérdida de veneno. En el otro extremo, están
los dientes de algunas culebras europeas (de tipo opistoglifo), como la culebra
bastarda o la culebra de cogulla, cuyo canal no está completamente cerrado, por lo
que siempre se produce una pequeña pérdida de veneno pero suficientemente
importante. Este aspecto no tiene importancia para el animal, porque consigue
perfectamente su objetivo, el de paralizar a la presa, pero si para nosotros. La
picadura de la culebra bastarda, así como de otras serpientes con dentición
opistoglifa, no es tan peligrosa como la mordedura de una víbora hocicuda o de
otra serpiente con dientes de tipo proteroglifos.
No obstante, lógicamente, la eficacia de un veneno también depende del tipo de
veneno, porque ya hemos dicho que las serpientes venenosas no todas tienen el
mismo tipo de veneno. El veneno neurotóxico es muy peligroso porque puede
causar la muerte por asfixia del animal. En esta lista están las serpientes de coral,
las mambas o las cobras.
Sin embargo, algunos reptiles concretos, como los camaleones tienen recursos más
artificiosos para hacerse con la comida. Los camaleones, gracias a su larga lengua
(la lengua del camaleón común es tan grande como la longitud de todo su cuerpo)
proyectada a gran velocidad, consiguen sorprender a sus presas que capturan
mediante la superficie pegajosa de la lengua. Las sustancias mucosas hacen que la
lengua de los camaleones sea pegajosa, pero sobre todo es el vacío que se crea en
la punta de la lengua el responsable de apresar a los animales de mayor tamaño.
Anatomía de un reptil