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Y
Y EL
EL DERECHO
DERECHO
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Introducción 3
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CAPÍTULO I. El Estado Mexicano y la Administración Pública. 57
1.1. Estado y Sociedad 1.2. Estado y Gobierno
1.3. Gobierno y Administración Pública
15
15
CAPITULO II. La Administración Pública Federal. 16
2.1 Bases Constitucionales y Legales 25
2.2. Administración Pública Centralizada 26
2.3. Administración Pública Paraestatal 26
2.3.1. Organismos Descentralizados 26
2.3.2. Empresas de Participación Estatal 27
2.3.3. Fideicomisos 27
2.3.4 Entidades de Cuenta Pública
2.4. Ley de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos
31
31
CAPÍTULO III. La Administración Pública Estatal 31
3.1. Marco Jurídico General de la Administración Pública Estatal 3.1.1. 32
Bases Constitucionales 32
3.1.2. Constitución Política del Estado 33
3.2. Ley Orgánica del Poder Ejecutivo del Estado 35
3.2.1. El Poder Ejecutivo del Estado 43
3.2.2. La Administración Pública Centralizada 45
3.2.3. La Administración Pública Paraestatal
3.3. Ley Estatal de Responsabilidades de los Servidores Públicos 50
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CAPÍTULO IV. La Administración Pública Municipal 52
4.1. Marco Jurídico General de la Administración Pública Municipal 4.1.1. 53
Bases Constitucionales 53
4.1.2. Constitución Política del Estado 54
4.1.3. Ley Orgánica del Municipio Libre
4.1.4. Reglamentos Municipales
Conclusiones 58
4.2. Constitución y Estructura del Municipio
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Bibliografía
Anexos 61
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INTRODUCCIÓN.
La sociedad nace ante la necesidad de unificar esfuerzos para el logro del bien
común; sin embargo, esto no sería posible sin la existencia de un órgano regulador:
la Autoridad.
Por otra parte, el servidor público debe conocer el marco legal en el que se
fundamentan sus facultades y responsabilidades ya que su actuación debe limitarse
a realizar única exclusivamente lo que la Ley le permite.
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El Estado (del latín status), se concibe como una corporación, como una persona
jurídica. Esta corporación es territorial, esto es, actúa y se manifiesta en un espacio,
en una determinada circunscripción territorial. Otra de las características del Estado,
igualmente esencial, es que actúa, se conduce, de forma autónoma e
independiente. Este último dato se describe como poder originario, autoridad
soberana o, simplemente como la soberanía. De ahí la ampliamente compartida
noción del Estado como "corporación territorial dotada de un poder de mando
originario" aportada por Jellinek1.
Del análisis de cada una de las partes que integran el anterior concepto, se
desprenden además los siguientes elementos característicos:
Un orden jurídico que es creado, definido y aplicado por el poder (indirectamente por
orden del pueblo), y una teleología peculiar que consiste en la combinación del
esfuerzo común para obtener el bien público.
Finalmente el concepto Federal, tiene que ver con la distribución territorial del poder.
Cada Estado tiene su Constitución Política, sin embargo esta ley deberá sujetarse a
la Ley Suprema de la Nación, la Constitución Política del los Estados Unidos
Mexicanos.
Ésta no es una contradicción a la soberanía de los estados; si bien los estados están
sujetos a las decisiones colectivas tomadas por la Federación Mexicana, tienen un
margen al cual adaptar las necesidades concretas de sus comunidades. La
soberanía de los estados es un concepto real, efectivo y jurídicamente útil para
fortalecer la toma de decisiones en el ámbito local.
Serra Rojas, Andrés. Derecho Administrativo. Primer curso. Edit. Porróa, 22a. edición.
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• Función Legislativa,
• Función Administrativa, y
• Función Jurisdiccional.
Poder Ejecutivo.
Poder Legislativo.
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Poder Judicial.
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Gabino Fraga señala a la Administración Pública como “el organismo público que ha
recibido del poder político, la competencia y los medios necesarios para la
satisfacción de los intereses generales".5
Política
Definición:
• La ciencia de la Autoridad, llamada a Gobernar al Conjunto de los
Conocimientos Humanos,
• La Autoridad es el principio responsable de que los integrantes de una
comunidad humana sea lo que son y lleven la vida que llevan.
• En la vida vegetal hay orden pero no autoridad. Lo mismo ocurre con la vida
animal no humana donde la fuerza es la ley suprema, única que explica que
un espécimen impere sobre sus semejantes.
• El hombre a pesar de que forma parte de la especie animal se distingue de
ella por sus habilidades políticas. Se trata de la definición clásica dada por
Aristóteles del ser humano como animal político o “zoon politikon”.
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ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
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GESTIÓN PÚBLICA
Definición
Sin duda son claras pautas a seguir por parte de los estudios realizados por la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico OCDE, quienes han
elaborado interesantes documentos e investigaciones respecto a las “relaciones
entre el público y los ciudadanos” sobre la base de hacer que la gestión empresarial
sea visualizada desde papel de la administración pública.
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Es como señalan los especialistas, “El arte de gobernar ha sido desafiado”, pues el
desarrollo de un mercado mundial ha puesto en jaque la incidencia de las
actividades públicas sobre la competitividad nacional; la impresión de que la
productividad en el público es inferior a la del sector privado; el mismo temor de que
el sector público sea suplantado por el privado. La limitación del crecimiento futuro
del sector público debido a los déficit presupuestarios y a la importancia de la deuda
pública; una menor esperanza en la capacidad del poder público para resolver los
problemas económicos y sociales mediante recetas tradicionales; las exigencias de
los ciudadanos de una mejor atención. En suma todas estas presiones han
conducido a contemplar con una mirada diferente los motivos que impulsan al
estado a intervenir y a reexaminar la gestión y los resultados del sector público.
Los gobiernos, deberán adaptarse a un entorno cada vez más activo y turbulento y
cada día más difícil de prever. Las transformaciones mundiales, entre otras causas
como la evolución de las tecnologías, las comunicaciones e intercambios exigen
nuevas aptitudes. La forma de gobernar y administrar heredadas del pasado
resultan en la actualidad rígidas y peligrosas, en la actualidad se considera al
Estado incapaz de resolver todos los problemas.
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Sin embargo, las soluciones o recetas que se han dado en los países
latinoamericanos mas parecen recetas de cocina ante los problemas de eficiencia.
La privatización bajo la idea de que lo privado es mas eficiente que lo publico, esta
llevando a supresión de organismos y programas gubernamentales, bajo ideas
simplistas de ceder espacios a grupos de interés, con el respectivo resultado del
achicamiento del aparato administrativo estatal.
La clase política debe ser la responsable de pensar, adoptar y apoyar los procesos de
modernización administrativa de acuerdo al medio social y necesidades de cada
país. Es aquí donde la Gerencia Pública entendida no como un conjunto de recetas,
sino como un método de análisis de toma de decisiones, surge como una
herramienta para reconceptualizar la acción gubernamental.
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La Presidencia de la República;
Las Secretarías de Estado;
Departamentos Administrativos;
Consejería Jurídica del Ejecutivo Federal, y
Procuraduría General de la República (Se ubica en el ámbito del Poder Ejecutivo
Federal para el despacho de los asuntos que al Ministerio Público de la Federación
y a su Titular el Procurador General de la República, les atribuyen la Constitución
Política, su propia Ley Orgánica y demás disposiciones aplicables, como se explica
más adelante).
Organismos descentralizados;
Empresas de participación estatal;
Instituciones nacionales de crédito
Organizaciones auxiliares de crédito;
Instituciones de seguros y de fianzas, y
L O S fideicomisos.
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A continuación se citan las principales facultades que tienen las dependencias y las
entidades paraestatales que conforman los sectores señalados para que el Poder
Ejecutivo Federal cumpla con sus atribuciones.
La Presidencia es el órgano auxiliar que tiene como propósito apoyar las actividades
propias del Titular del Poder Ejecutivo, asistiéndolo en el desahogo de la agenda, en
giras de trabajo e instrumentación de acuerdos y órdenes.
Secretarías de Estado.
La institución de las Secretarías dentro de la organización del Poder Ejecutivo es, tal
vez, la de mayor antigüedad en la vida independiente de México. Las Secretarías de
Estado son órganos superiores, político-administrativos, que auxilian al Presidente
de la República en el despacho de los asuntos de una rama de la actividad del
Estado.
Si bien ninguna de las Secretarías de Estado tiene prioridad sobre las otras, algunas
de ellas realizan funciones globalizadoras, es decir, emiten lineamientos, políticas y
controles que son de observancia obligatoria para la totalidad de la Administración
Pública Federal.
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• Secretaría de Gobernación;
• Secretaría de Relaciones Exteriores;
• Secretaría de la Defensa Nacional;
• Secretaría de Marina;
• Secretaría de Seguridad Pública;
• Secretaría de Hacienda y Crédito Público;
• Secretaría de Desarrollo Social;
• Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales;
• Secretaría de Energía;
• Secretaría de Economía;
• Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación;
• Secretaría de Comunicaciones y Transportes;
• Secretaría de Contraloría y Desarrollo Administrativo;
• Secretaría de Educación Pública;
• Secretaría de Salud;
• Secretaría del Trabajo y Previsión Social;
• Secretaría de la Reforma Agraria;
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• Secretaría de Turismo, y
• Consejería Jurídica del Ejecutivo Federal.
(LOAPF, Art. 26)
Secretaría de Gobernación.
Presenta las iniciativas de ley o decretos del Ejecutivo ante el Congreso de la Unión
y una vez autorizadas las publica a través del Diario Oficial de la Federación (DOF).
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Secretaría de Marina.
Entre sus numerosas atribuciones, formula la política del Gobierno Federal en las
materias financiera, fiscal, de gasto público, bancaria, de divisas y de precios y
tarifas de bienes y servicios del sector público. Organiza y dirige los servicios
aduanales y de inspección, proyecta y calcula los egresos del gobierno federal y de
la administración pública paraestatal compatibles con la disponibilidad de recursos y
en atención a necesidades y políticas de desarrollo nacional. Ejerce el control
presupuesta! de los servicios personales así como en forma conjunta con
SECODAM aprueba las estructuras orgánicas y ocupacionales de dependencias y
entidades de la APF. Fija los lineamientos que se deben seguir en la elaboración
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Secretaría de Energía.
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Secretaría de Economía.
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Secretaría de Salud.
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Secretaría de Turismo.
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Son aquéllas en las que actualmente el Gobierno Federal es propietario de más del
50% del capital social. En la constitución de su capital figuran acciones de serie
especial que sólo puede suscribir el Gobierno Federal y están integradas por:
Cabe hacer mención que éstas surgen para apoyar a ciertos sectores o para regular
la actividad económica del país.
2.3.3. Fideicomisos.
Los fideicomisos públicos son aquellos que el Gobierno Federal o alguna de las
demás entidades paraestatales constituyen con el propósito de auxiliar al Ejecutivo
Federal en las atribuciones del Estado para impulsar las áreas prioritarias del
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desarrollo. Cuentan con una estructura análoga a las otras entidades y tienen su
comité técnico; además, la SHCP debe fungir como el fideicomitente único de la
Administración Pública Federal (LFEP, Art. 40).
Por otro lado, en la ejecución del gasto público federal, las dependencias y
entidades deberán realizar sus actividades de acuerdo al presupuesto que se les
otorga en el Presupuesto de Egresos de la Federación, publicado en el Diario Oficial
de la Federación anualmente.
Es por ello que existe a nivel federal una Ley de Responsabilidades Administrativas
de los Servidores Públicos (LRASP) emitida el 13 de marzo de 2002, para regular su
actuación conforme a derecho. Esta ley tiene por objeto reglamentar el Título Cuarto
Constitucional "De las Responsabilidades de los Servidores Públicos" en cuanto
hace a lo siguiente (Art. 1 LRASP):
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Las bases constitucionales son el fundamento que sustenta la vida jurídica de las
entidades federativas, por lo que a continuación se transcriben algunos fragmentos
de los principales artículos de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, en su texto vigente (Reformada por decreto publicado en el Diario Oficial
de la Federación, el 14 de Agosto del 2 001) con la finalidad de analizar el contenido
de los mismos y conocer primeramente el texto constitucional federal, base del
orden jurídico local.
"TITULO QUINTO
De los Estados de la Federación y del Distrito Federal
Artículo 115.- Los Estados adoptarán, para su régimen interior, la forma de gobierno
republicano, representativo, popular, teniendo como base de su división territorial y
de su organización política y administrativa, el Municipio Libre.
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Que la Honorable Legislatura del Estado se ha servido dirigirme la siguiente ley para
su promulgación:
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"La Administración Pública del Estado, deberá conducir sus actividades conforme a
las políticas, prioridades y restricciones que para el logro de los objetivos y metas
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Además los cuatro ejes rectores del desarrollo de Veracruz, que son:
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Los programas sectoriales que se derivan del Plan Veracruzano de Desarrollo 1999-
2004, son entre otros los siguientes:
Si bien ninguna de las Secretarías de Despacho tiene prioridad sobre las otras,
algunas de ellas realizan funciones globalizadoras, es decir; emiten lineamientos,
políticas y controles que son de observancia obligatoria para la totalidad de la
Administración Pública. Actualmente dos dependencias son consideradas como
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En el Capítulo II, la Sección Tercera, artículos del 17 al 37, de la Ley No. 58,
Orgánica del Poder Ejecutivo del Estado de Veracruz-Llave, se define al ámbito de
competencia de las distintas dependencias que componen la Administración Pública
Estatal de la cual se obtiene el siguiente resumen. (En el anexo 2 se presentan los
nombres de los titulares de cada Secretaría).
Secretaría de Gobierno.
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Secretaría de Comunicaciones.
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Contraloría General.
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infractores de la ley, así como las que tengan por objeto la efectiva reparación del
daño causado y la protección de los derechos de la víctima del acto ilícito en término
de lo dispuesto por la Constitución Federal, la Constitución Política del Estado, la ley
Orgánica del Ministerio Público y demás disposiciones aplicables.
Órganos Desconcentrados.
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SECCIÓN PRIMERA
Disposiciones Generales
Artículo 38. El presente capítulo tiene por objeto establecer las bases de
organización, funcionamiento y control de las entidades paraestatales a que hace
referencia el artículo 3 de esta ley. Las relaciones del Ejecutivo del Estado, o de sus
dependencias, con las entidades paraestatales, en cuanto unidades auxiliares de la
administración pública, se sujetarán, en primer término, a lo establecido en esta ley
y sus disposiciones reglamentarías y, sólo en lo no previsto, a otras disposiciones
según la materia que corresponda.
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• Las Juntas.
• Y demás Organismos Auxiliares.
Organismos Descentralizados.
"SECCIÓN SEGUNDA
Artículo 44. Son organismos descentralizados las personas jurídicas creadas por ley
o decreto del Congreso del Estado, o por decreto del titular del Ejecutivo, con
personalidad jurídica y patrimonio propios, cualquiera que sea la estructura legal que
adopten y cuyo objeto sea:
A continuación se citan algunos ejemplos de ellos conocidos con las siglas O.P.D.
que significan Organismo Público Descentralizado.
"SECCIÓN TERCERA
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Artículo 49. Las empresas de participación estatal deberán tener por objeto áreas
prioritarias, en los términos del artículo 43 de esta ley."
Fideicomisos Públicos.
Son las Entidades creadas por la ley o decreto del Congreso o por decreto del titular
del Ejecutivo que se constituyan con recursos de la administración pública estatal y
se organicen de acuerdo a su normatividad interior, con el propósito de auxiliar al
Ejecutivo en la realización de actividades prioritarias de interés público.
"SECCIÓN CUARTA
De los Fideicomisos Públicos
Artículo 54. Son fideicomisos públicos las entidades creadas por ley o decreto del
Congreso, o por decreto del titular del Ejecutivo, que se constituyan con recursos de
la administración pública estatal y se organicen, de acuerdo a su normatividad
interior, con el propósito de auxiliar al Ejecutivo en la realización de actividades
prioritarias de interés público."
TEXTO ORIGINAL.
Ley publicada en la Gaceta Oficial. Órgano del Gobierno del Estado de Veracruz-
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LEY NÚMERO 36
"TITULO TERCERO
RESPONSABILIDADES ADMINISTRATIVAS.
CAPITULO I
OBLIGACIONES DEL SERVIDOR PÚBLICO.
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afinidad o para terceros con los que tenga relaciones profesionales, laborales
o de negocios, o para socios o sociedades de las que el servidor público o las
personas antes referidas formen o hayan formado parte;
XIV. Informar por escrito al jefe inmediato y en su caso al superior jerárquico, sobre
la atención, trámite o resolución de los asuntos a que hace referencia la
fracción anterior y que sean de su conocimiento; y observar sus instrucciones
por escrito sobre su atención, tramitación y resolución, cuando el servidor
público no pueda abstenerse de intervenir en ellos;
XV. Abstenerse, durante el ejercicio de sus funciones, de solicitar, aceptar o
recibir, por sí o por interpósita persona, dinero, objetos mediante enajenación
a su favor en precio notoriamente inferior al que el bien de que se trate tenga
en el mercado ordinario, cualquier donación, cargo o comisión para sí, o para
las personas a que se refiere la fracción XIII, y que procedan de cualquier
persona física o moral cuyas actividades profesionales, comerciales o
industriales se encuentren directamente vinculadas, reguladas o supervisadas
por el servidor público de que se trate en el desempeño de su empleo, cargo
o comisión y que implique intereses en conflicto. Esta prevención es aplicable
hasta un año después de que se haya retirado del empleo, cargo o comisión;
XVI. Desempeñar su empleo, cargo o comisión sin obtener o pretender obtener
beneficios adicionales a las contraprestaciones comprobables que el Estado
le otorga por el desempeño de su función, sean para él o para las personas a
las que se refiere la fracción XIII;
XVII. Abstenerse de intervenir o participar indebidamente en la selección,
nombramiento, designación, contratación, promoción, suspensión, remoción,
cese o sanción de cualquier servidor público, cuando tenga interés personal,
familiar o de negocios en el caso, o pueda derivar alguna ventaja o beneficio
para él o para las personas a las que se refiere la fracción XIII;
XVIII. Presentar con oportunidad y veracidad la declaración de situación patrimonial
a que se refiere esta Ley;
XIX. Atender con diligencia las instrucciones, requerimientos y resoluciones que
reciba para el cumplimiento de esta Ley;
XX. Informar al superior jerárquico de todo acto u omisión de los servidores
públicos sujetos a su dirección, que pueda implicar inobservancia de las
obligaciones a que se refieren las fracciones de este artículo, y en los
términos de las normas que al efecto se expidan;
XXI. Abstenerse de cualquier acto u omisión que implique incumplimiento de
cualquier disposición jurídica relacionada con el servicio público; y
XXII. Las demás que le impongan las leyes y reglamentos.
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ARTÍCULO 48. -Para los efectos de este título se entenderá por superior jerárquico,
al titular de la dependencia de que se trate, el cual aplicará las sanciones cuya
imposición se atribuye a través de los responsables a que se refiere el artículo
siguiente."
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Gabino Fraga menciona que "el municipio es una forma en que el Estado
descentraliza los servicios públicos correspondiente a una circunscripción territorial
determinada”8 por otra parte Andrés Serra Rojas, afirma que "la forma más
característica de la descentralización regional en el derecho constitucional y
administrativo mexicano, es el municipio".9
Señala Pichardo Pagaza que "el municipio tiene profunda raíz popular y que es el
punto de partida donde se recogen, en primera y en última instancia, las
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En términos generales comenta Pichardo Pagaza que esto ha sido causa de que el
Municipio no contó con los instrumentos necesarios para hacer efectiva su
autonomía política, ni económica, lo primero porque el propio proceso histórico
impuso una política centralizadora, determinando una relación de subordinación en
relación con los o tros órdenes de gobierno y el segundo por el escaso desarrollo de
las fuerzas productivas de la época.
11 ídem.
12 ídem.
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La Constitución Política Federal en su artículo 115 establece las bases del municipio
entre las más significativas para este estudio mencionaremos:
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corresponda.
Las leyes orgánicas municipales de cada Estado de la República son expedidas por
los Congresos locales; en términos generales desarrollan el texto de las
Constituciones locales y regulan la estructura y funcionamiento de los órganos de
autoridad de los mismos, todas establecen reglamentación en materia de Hacienda
Municipal además de las facultades, obligaciones, órganos auxiliares y la prestación
de servicios públicos, etc.
La Ley Orgánica del Municipio Libre establece que los ayuntamientos administrarán
el funcionamiento, conservación y explotación de sus servicios públicos bajo las
condiciones que determinen las leyes y reglamentos. Por lo que se refiere a las
cuotas y tarifas que se deban cobrar por la prestación de los servicios públicos, la
legislatura o la Diputación Permanente, aprobarán las mismas.
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Para la creación de un municipio es necesario cubrir ciertos requisitos que para tal
efecto señala la Ley Orgánica del Municipio Libre en su Art.6.
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Territorio
Población
Gobierno
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A este respecto la Ley Orgánica del Municipio Libre en su artículo 1 7 señala: "Cada
municipio será gobernado por un Ayuntamiento de elección popular, libre, directa y
secreta, de acuerdo a los principios de mayoría relativa y de representación
proporcional, en los términos que señale el Código Electoral del Estado. El
Ayuntamiento residirá en la cabecera del municipio y sólo podrá trasladarse a otro
lugar dentro del mismo, por decreto del Congreso del Estado, cuando el interés
público justifique la medida".
• Presidente Municipal,
• Regidores y;
• Síndicos.
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Siguiendo este orden de ideas, se considera importante analizar otro termino que de
acuerdo con el diccionario jurídico mexicano, sí es sinónimo de Ayuntamiento, el
Cabildo, (del latín capitulum), cuerpo de eclesiásticos capitulares de una iglesia.
Ayuntamiento, junta celebrada por el Cabildo o también sala donde se celebra el
Cabildo."15
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CONCLUSIONES.
Todo servidor público debe tener en cuenta sus obligaciones para salvaguardar la
legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia, valores que deben ser
observados en el desempeño de su empleo, cargo o comisión. Es posible que la
administración pública opere en los programas de los Gobiernos Federal, Estatal y
Municipal, y ésta puede aumentar considerablemente su eficacia, cuando exista por
parte de los servidores públicos (autoridades o no), la disposición de transitar en el
marco de legalidad.
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BIBLIOGRAFÍA
BÁS ICA
ACOSTA ROMERO, Manuel. Derecho Administrativo, Edit. Porrúa, México, 1999.
PORRÚA PÉREZ, Francisco. Teoría del Estado. Edit. Porrúa, México. 1997.
ROSCOE C., Martín. Administración Pública. Edit. Herrero Hermanos, S.A.., México
2000. recopilador Roscoe C. Martín.
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LEGISLACIÓN.
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Veracruz.
Ley Orgánica de la Administración Pública Federal.
Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los
Servidores Públicos. Ley Estatal de Responsabilidades de los Servidores
Públicos.
Ley Orgánica del Municipio Libre.
Ley no. 58, Orgánica del Poder Ejecutivo del Estado de Veracruz-Llave.
COMPLEMENTARIA.
Plan Veracruzano de Desarrollo 1999-2004.
Programa Veracruzano de Desarrollo Administrativo.
Programa de Modernización de la Administración Pública Federal 1995-2000.
Centro Estatal de Desarrollo Municipal. Facultad Reglamentaria de los
Ayuntamientos.
Centro Estatal de Desarrollo Municipal. La Administración Pública Municipal.
De Claudio Napoleoni. Diccionario de Economía Política. Edit Casillas, Madrid,
1962.
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Anexo 1.
• Secretaría de Marina
• Secretaría de Energía
• Secretaría de Economía
Rural, Pesca y
• Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo
Alimentación
• Secretaría de Salud;
• Secretaría de Turismo
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• Secretaría de Comunicaciones.
• Contraloría General.
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Secretaría de Gobierno.
Organismos desconcentrados:
Editora de Gobierno. Centro estatal de Desarrollo Municipal de Veracruz. Oficinas
del Registro Publico de la Propiedad. Juntas de Conciliación y Arbitraje.
Fideicomisos:
Fideicomiso Editorial del Gobierno del Estado.
Fideicomisos:
Fondo de Seguridad Pública. (FOSEG)
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Organismos descentralizados:
Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia. (DIF)
Fideicomisos:
Centro de Asistencia Conecalli.
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Anexo 4.
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DICCIONARIO
JURÍDICO
SELECCIONADO
UUN
ABANDERAMIENTO
ABANDONO DE BIENES
ABANDONO DE MERCANCIAS
Así vemos, que el «a.» 336 del «CP» establece que al que sin
motivo justificado abandone a sus hijos o a su cónyuge, sin
recursos para atender a sus necesidades de subsistencia, se le
aplicarán de un mes a cinco años de prisión, privación de los
derechos de familia, y pago, como reparación del daño, de las
cantidades no suministradas oportunamente por el responsable.
ABANDONO DE TRABAJO
ABERRATIO
I. La expresión aberratio en derecho penal alude a ciertas
formas de error no esencial que, a diferencia del error esencial,
conforme a la doctrina penal más sostenida, no elimina la
existencia del delito.
ABOGACÍA
I. Profesión y actividad del abogado (advocatus, de ad: a y
vocare: llamar o sea abogar), quien al ejercerla debe actuar en
favor de los intereses que tiene confiados; de las más nobles por
su importancia para lograr la paz y el bienestar social.
ABOLICIÓN
I. Etimología y definición Del latín abolitio-onis y éste de
abolere, abolir, de ab privativo y oleo: oler o bien de olescere:
crecer; es la acción y efecto de abolir.
ABORTO
I. (Del latín abortus, de ab., privar, y ortus, nacimiento). Acción
de abortar, es decir, parir antes del tiempo en que el feto pueda
vivir.
ABROGACIÓN
I. (Del latín abrogatio, del verbo abrogare abrogar, anular). Es
la supresión total de la vigencia y, por lo tanto, de la
obligatoriedad de una ley.
ABSOLUCIÓN
(Del latín absolutio, absolución, remisión, descargo, libertad,
cumplimiento de una deuda; dimanante de absolvere, de ab y
solvere, desatar, dar por libre de algún cargo u obligación).
ABUSO DE AUTORIDAD
I. La reforma de 30 de diciembre de 1982 a los delitos
cometidos por servidores públicos (tít. XV del libro II del
«CP»), inspirada en la divisa de la renovación moral de la
sociedad, ha agrupado en las doce fracciones del «a.» 215 los
abusos de autoridad.
ACCIDENTE DE TRABAJO
I. Con esta locución se denomina a toda lesión orgánica o
perturbación funcional, inmediata o posterior, o la muerte,
producida repentinamente en ejercicio, o con motivo del
trabajo, cualquiera que sea el lugar o el tiempo en que se preste
(«aa.» 474 «LFT», 49 LSS y 29 LISSSTE).
ACCIÓN
I. (Del latín actio, movimiento, actividad, acusación.) Si bien
dicho vocablo posee varias acepciones jurídicas, la más
importante y que le otorga un sentido propio es la que se refiere
a su carácter procesal. Dicha acción procesal puede concebirse
como el poder jurídico de provocar la actividad de juzgamiento
de un órgano que decida los litigios de intereses jurídicos.
ACCIÓN PENAL
I. Es la que ejercita el Ministerio Público ante el juez
competente para que se inicie el proceso penal y se resuelva
sobre la responsabilidad del inculpado, y en su caso se aplique
la pena o la medida de seguridad que corresponda.
La doctrina procesal mayoritaria ha establecido que la acción
procesal es única, ya que está consagrada por el «a.» 17 de la C.
para todas las ramas de enjuiciamiento, por lo que, cuando se
habla de acción penal en realidad se pretende significar que
dicha acción tiene como contenido pretensiones de carácter
punitivo.
ACCIÓN SOCIAL
I. (Todo esfuerzo colectivo, casual o concertado, consciente o
inconsciente. Cooperación.)
Impulso coherente dirigido a la transformación de las
instituciones políticas económicas, sociales, culturales o de
cualquiera otra naturaleza similar que signifiquen un valor o un
interés general. Puede estimarse asimismo como acción social a
la investigación, la organización de los adictos, su formación
dogmática, su divulgación y algunos actos de propaganda;
también la práctica o la recomendación de los medios y de los
fines son la expresión de una acción social genérica.
ACORDADA
Del latín acordare, poner de acuerdo, derivado de
concordare estar de acuerdo, a su vez de cor, cordis, corazón.
I. Trátase de un tribunal creado en 1710, con el fin de perseguir
y castigar a los delincuentes en las zonas rurales de la Nueva
España, mediante una rápida acción, con procedimiento y
ejecución expeditos y eficaces. Vino a sustituir a la Santa
Hermandad, institución de origen castellano, trasplantada a
Indias, cuya característica era que el tribunal se desplazaba a
buscar al delincuente para juzgarlo y ejecutarlo -si fuera el caso-
en el lugar de la detención.
ACREEDOR
I. (Del latín creditor, de credere, dar fe, que tiene acción o
derecho a pedir el pago de una deuda.) El acreedor es la persona
ante quien y en cuyo interés otra llamada deudor debe tener un
cierto comportamiento económicamente apreciable, es el titular
de la prestación a cargo de otra llamada deudor.
10. Acreedor real. Tiene a su favor una acción real sobre los
bienes de su deudor, dicho acreedor puede ser de dominio
(propiedad), de posesión, hipotecario o pignoraticio, según que
la acción sea de reivindicación, prescripción, hipoteca o prenda,
respectivamente.
ACTA DE ASAMBLEA
I. En derecho, es la reseña escrita, fehaciente y auténtica de todo
acto productor de efectos jurídicos. En cuanto a su contenido
(declaración que contiene), designa principalmente la operación
voluntaria cuya finalidad es producir efectos jurídicos. Como
documento, es un escrito encaminado a verificar una operación
jurídica; y como tal, tiene el valor que en cada caso le otorgan
las leyes; su contenido puede ser distinto, ya sea que consista en
una confesión de sus redactores, en una declaración o
manifestación de voluntad, dispositiva o contractual, o bien que
reproduzca un acto o negocio jurídico determinado.
ACTA JUDICIAL
I. La voz acta procede del substantivo latino acta que significa
documento escrito. En el derecho romano se llamaban acta a las
leyes, ordenanzas o decretos. Las acta senatus consignaban lo
acaecido en las sesiones del senado. Acta urbana pública diurna,
rerum urbanasum o simplemente acta, era la gaceta oficial de
Roma, boletín de noticias, relación oficial de nacimientos,
muertes, etc., que se fijaba en las calles.
El adjetivo judicial, proviene a su vez del latín, judicialis, o
sea, perteneciente al juicio o realizado en un procedimiento ya
sea contencioso o voluntario, ante los tribunales. Por tanto, acta
judicial es la relación escrita de uno o más actos realizados en
un procedimiento judicial, autorizada por funcionario facultado
para certificar o dar fe, generalmente el secretario o el notario
que haga sus veces por designación del promovente en los
asuntos de jurisdicción voluntaria, o por las partes en los de
carácter contencioso («a.» 68 «CPC»), o bien por testigos de
asistencia en asuntos de la competencia de los jueces de paz
(«a.» 44 del «tít.» especial de la Justicia de Paz del «CPC»).
ACTA NOTARIAL
I. Conforme al Diccionario de la Real Academia, es una
relación fehaciente que extiende el notario de uno o más hechos
que autoriza.
ACTA SINDICAL
I. Documento en el cual se certifica acerca del escrutinio de una
elección que posibilita que él o los elegidos puedan desempeñar
y ejercer un cargo determinado dentro de una agrupación
obrera, que entraña un acto que debe ser esencialmente
democrático. En el artículo 365 fracción I de la Ley Federal del
Trabajo se dispone que, tratándose de la constitución de un
sindicato, debe levantarse un acta de la asamblea constitutiva en
la que habrá de expresarse todo cuanto se dise o se haga, se
convenga o se pacte. Por ello el vocablo id quom actum est
significa en derecho la reseña escrita, fehaciente y auténtica de
todo acto que produzca efectos jurídicos. Son también los
documentos en los que consten los incidentes y acuerdos a que
se llegue en el transcurso de una asamblea ordinaria o
extraordinaria de una organización de trabajadores; así como las
constancias o certificaciones que levanten los inspectores del
trabajo en los casos en que intervengan tratándose de un acto
sindical.
III. El acta tiene valor legal y fuerza obligatoria una vez que
haya sido aprobada o autorizada por el secretario, el actuario, el
inspector del trabajo o la autoridad ante quien deba presentarse
el documento, si ello entraña una obligación legal. Así por
ejemplo, el acta constitutiva de un sindicato deberá exhibirse
ante la autoridad administrativa del trabajo que corresponda,
para que pueda procederse al registro de la agrupación.
ACTIVIDAD COMERCIAL
I. Comprende tanto aquella que se realiza comprando,
vendiendo o permutando géneros o mercancías, como toda la
que se realiza con la finalidad de crear o explotar una empresa.
El concepto jurídico de actividad comercial excede en mucho al
concepto vulgar del término. Además de la típica actividad
mercantil, se considera que lo son la explotación de la fianza de
empresa, la navegación, el transporte y el seguro.
Puede afirmarse que todo aquel que se dedique a ella de modo
profesional es, según nuestro derecho, comerciante. Lo que
significa que la mera realización de actos de comercio no puede
calificarse de actividad mercantil. Todas las personas celebran y
ejecutan, todos los días, actos de comercio. A esto se le califica
de realización accidental de actos mercantiles.
Por otro lado, sólo se califica como mercantil la actividad de
aquellos sujetos que realizan actos considerados como
mercantiles en cuanto a su finalidad. Los actos absolutamente
mercantiles, así como aquellos que lo son en cuanto a su objeto,
al sujeto y por conexión, no constituyen, necesariamente, la
materia de una actividad comercial. Aunque quienes se
dediquen a ésta, necesariamente, los realizan.
ACTIVOS
I. El total de bienes materiales, créditos y derechos de una
persona, de una sociedad, de una corporación, de una
asociación, de una sucesión o de una empresa cualquiera.
ACTO ADMINISTRATIVO
I. Es el acto que realiza la autoridad administrativa. Expresa la
voluntad de la autoridad administrativa, creando situaciones
jurídicas individuales, a través de las cuales se trata de
satisfacer las necesidades de la colectividad o la comunidad. A
veces, las autoridades legislativas o las judiciales realizan
también el acto administrativo, cumpliendo funciones de
autoridad administrativa.
Prevalece en la doctrina del derecho administrativo, la
distinción formal o subjetiva y material u objetiva del concepto
de acto administrativo. En sentido formal, acto administrativo
es todo acto del Poder Ejecutivo, que es el órgano
administrativo del Estado. En sentido material, es el acto del
Estado, intrínsecamente administrativo, sin importar que el
órgano estatal que lo realice sea el legislativo, el judicial o el
administrativo. 1. Para salvar los inconvenientes del concepto
formal, que lleva necesariamente a tener como acto
administrativo, el Reglamento, el Decreto o cualquiera otra
disposición general proveniente del Ejecutivo, la doctrina
procura el concepto material, por ejemplo Andrés Serra Rojas
define el acto administrativo como: 'una declaración de
voluntad de conocimiento y de juicio, unilateral, concreta y
ejecutiva que constituye una decisión ejecutoria que emana de
un sujeto: la Administración Pública, en el ejercicio de una
potestad administrativa, que crea, reconoce, modifica, transmite
o extingue una situación jurídica subjetiva y su finalidad es la
satisfacción del interés general'. (p. 226); Agustín A. Gordillo
dice: 'acto administrativo es el dictado en ejercicio de la función
administrativa, sin interesar qué órgano la ejerce' (p. 14, t. III);
Manuel María Diez expresa: 'acto administrativo puro es una
declaración concreta y unilateral de voluntad de un órgano de la
administración activa en ejercicio de la potestad administrativa'
(p. 77). 2. El Repertoire de droit public et administratif de
Francia, llega finalmente a la siguiente definición: 'un acto
jurídico unilateral, realizado por una autoridad administrativa
francesa en el ejercicio de un poder administrativo, creando
derechos y obligaciones para los particulares'. 3. La legislación
administrativa no toma partido en esa distinción, pues no cuenta
con un código administrativo y ni siquiera con una ley de
procedimiento administrativo, en el orden federal. 4. Los
tribunales del Poder Judicial Federal, reiteradamente distinguen
el concepto, en su apreciación formal y material.
II. Acto administrativo, significa acto jurídico, pero también es
hecho jurídico.
ACTO DE AUTORIDAD
I. Son los que ejecutan las autoridades actuando en forma
individualizada, por medio de facultades decisorias y el uso de
la fuerza pública y que con base en disposiciones legales o de
facto pretenden imponer obligaciones, modificar las existentes o
limitar los derechos de los particulares.
II. Los actos de autoridad no son únicamente los que emiten las
autoridades establecidas de conformidad con las leyes, sino que
también deben considerarse como tales los que emanen de
autoridades de hecho, que se encuentren en posibilidad material
de obrar como individuos que expidan actos públicos. De esta
manera se podrá establecer con toda claridad que existen actos
emanados de autoridades de facto, por más que tengan
atribuciones que legalmente no les correspondan.
ACTO DE COMERCIO
I. Denomínase acto de comercio a la expresión de la voluntad
humana susceptible de producir efectos jurídicos dentro del
ámbito de la realidad reservada a la regulación de la legislación
mercantil.
Estos actos jurídicos se encuentran expresamente
reglamentados, de manera enunciativa, que no taxativa, en
dicha regulación mercantil, así como en otro tipo de leyes que,
sin ser mercantiles, contemplan tal tipo de normas: «CCo».,
«LGSM», «LGTOC», LIF, LIC, Ley del Petróleo y Ley Minera,
que en seguida se analizan.
Para su estudio y comprensión, los doctrinarios han elaborado
diversas clasificaciones ninguna de las cuales se compadecen en
el fondo (p.e., para unos las operaciones bancarias son actos de
comercio relativos, mientras que para otros son absolutamente
mercantiles), aunque sí hay coincidencia en la nomenclatura
clasificatoria, ya que de manera uniforme se ha intentado
ordenarlos bajo los rubros que a continuación se exponen, cuyo
desglose se hará conforme se vayan enunciando.
ACTO DE GOBIERNO
I. Por acto de gobierno se entiende un acto del poder ejecutivo
que trasciende más allá de lo administrativo y que, en razón de
su contenido político, escapa del control jurisdiccional, tanto de
orden judicial como administrativo.
ACTO DISCRECIONAL
I. El acto discrecional se presenta en el derecho administrativo
derivado del ejercicio de una atribución expresa. Es el acto
administrativo que tiene su fundamento en una ley o reglamento
que deja al órgano ejecutor un poder libre de apreciación para
decidir si debe obrar o de abstenerse, cuándo debe de obrar,
cómo debe de obrar y cuál va a ser el contenido de su actuación,
como dice Bonnard: 'el poder discrecional consiste, en la
apreciación dejada a la administración para decidir lo que es
oportuno hacer'.
IV. Los elementos del acto discrecional son los del acto
administrativo, pero con las siguientes particularidades:
a) Siempre son parte de la competencia del órgano
administrativo.
b) Sus límites están señalados por la ley.
c) La ley debe autorizar al órgano administrativo para actuar
con cierta libertad; y,
d) Es el propio órgano el que debe estar autorizado para fijar
las diversas modalidades de su actuación.
ACTO ILICITO
I. Conducta que viola deberes prescritos en una norma jurídica.
Resulta más propio hablar de conducta ilícita, pues ésta
comprende la forma positiva (acción) y la negativa (omisión).
Pueden ser sinónimos de lo ilícito, si se le quita la carga de
violación del derecho y de la moral, lo antijurídico, y lo injusto,
si se estima que la justicia y el derecho tienen la misma esencia.
ACTO JURÍDICO
I. Es la manifestación de voluntad de una o más personas,
encaminada a producir consecuencias de derecho (que pueden
consistir en la creación, modificación, transmisión o extinción
de derechos subjetivos y obligaciones) y que se apoya para
conseguir esa finalidad en la autorización que en tal sentido le
concede el ordenamiento jurídico.
ACTOS DE ADMINISTRACIÓN Y DE
DOMINIO
I. La doctrina ha elaborado un conjunto de reglas para distinguir
el acto de administración y el de disposición; y la realiza en
función de la clase de patrimonio en el que surta sus efectos. El
patrimonio en todo caso no debe ser considerado en sus
elementos concretos e individualizados; y tampoco en su valor
pecuniario, un acto que tiende a mantener el patrimonio en su
valor de conjunto, pero operando una modificación en los
bienes que lo constituyen, no es necesariamente un acto de
administración; debe tenerse en cuenta al analizar la distinción,
la consistencia de la naturaleza del patrimonio y no la de su
valor.
La administración se entiende como un mandato conferido a
una persona para que ejerza la dirección, gobierno y cuidado de
bienes ajenos ya sea de una herencia, de un menor, etc. La
administración es organización y administrar es 'ordenar
económicamente los medios de que dispone y usar
convenientemente de ellos para proveer a las propias
necesidades' (Bielsa).
El acto de disposición por el contrario es aquel que tiene por
objeto hacer salir del patrimonio de una persona un bien o valor.
ACUSACIÓN
I. (Del latín acussatio, derivado del verbo accusare, acusar.) La
acusación como concepto general implica el señalamiento ante
la autoridad respectiva de que una persona ha realizado una
conducta que se considera delictuosa, a fin de que se siga en su
contra el proceso judicial respectivo y en su caso, se le aplique
la sanción correspondiente.
ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA
I. Se usa esta denominación con significados diversos: en un
primer sentido se emplea como sinónimo de la función
jurisdiccional, y en segundo lugar, implica el gobierno y
administración de los tribunales.
A. Desde el primer punto de vista, la actividad de los
tribunales dirigida a la resolución de controversias jurídicas a
través del proceso, se realiza en México tanto por el conjunto de
organismos que integran el poder judicial, como por otros que
formalmente se encuentran fuera del mismo pero que efectúan
también funciones jurisdiccionales. Este es el sentido de la
disposición del «a.» 17 de la C cuando establece que los
tribunales estarán expeditos para administrar justicia en los
plazos y términos que fije la ley.
Por le que se refiere al poder judicial en sentido estricto, se
encuentra dividido en el ordenamiento mexicano en dos esferas
diversas, ya que se inspiró en el sistema federal creado por la
Constitución de los Estados Unidos de 1787, en virtud de que
las Cartas Federales de 1824, 1857 y la vigente de 1917
implantaron el sistema calificado de doble jurisdicción, que se
apoya en la existencia paralela de tribunales federales y de las
entidades federativas, cada sector con esfera específica de
competencia, de manera que sólo en casos excepcionales, al
menos en el sentido original del sistema, los asuntos resueltos
por los jueces locales pueden llevarse en impugnación ante los
federales.
Sin embargo, esta doble organización se transformó
paulatinamente en nuestro país, debido a un conjunto de
factores históricos políticos y sociales muy conocidos, que
influyeron en la aceptación por la «SCJ» de la interpretación
artificiosa del «a.» 14 de la C de 1857, con apoyo en la cual se
inició en la segunda mitad del siglo anterior una concentración
de todos los asuntos judiciales del país en los tribunales de la
federación, particularmente en la «SCJ», todo ello en cuanto se
aceptó la procedencia del juicio de amparo contra las
resoluciones judiciales por la indebida aplicación de
disposiciones legales de carácter local, la que se disfrazó de
violaciones de carácter constitucional.
En la actualidad se conserva sólo de manera aparente la doble
jurisdicción, pero en realidad ésta se ha unificado, en virtud de
que los tribunales locales se encuentran subordinados a los de
carácter federal, en cuanto los fallos de los primeros pueden
impugnarse ante los segundos por medio del juicio de amparo,
invocándose de manera artificial la violación (únicamente
indirecta o refleja) de los «aa.» 14 o 16 de la C vigente. Por otra
parte, los tribunales locales tampoco conservan su autonomía
para interpretar libremente las disposiciones legales de sus
respectivas entidades, ya que la jurisprudencia firme de la
propia «SCJ» y de los tribunales colegiados, debe ser obedecida
por los jueces locales inclusive en relación con sus propios
ordenamientos, de acuerdo con lo establecido por el «a.» 94
constitucional.
ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
I. Por administración pública se entiende, generalmente, aquella
parte del Poder Ejecutivo a cuyo cargo está la responsabilidad
de desarrollar la función administrativa. De esta manera, la
administración pública puede entenderse desde dos puntos de
vista, uno orgánico, que se refiere al órgano o conjunto de
órganos estatales que desarrollan la función administrativa, y
desde el punto de vista formal o material, según el cual debe
entenderse como la actividad que desempeñan este órgano o
conjunto de órganos. Con frecuencia, suele identificarse a la
función administrativa, como la actividad de prestación de
servicios públicos tendentes a satisfacer las necesidades de la
colectividad.
ADQUISICIÓN DE LA PROPIEDAD
I. La adquisición significa en términos generales la
incorporación de una cosa o de un derecho a la esfera
patrimonial de una persona.
En materia de propiedad se puede afirmar que la adquisición
es el hecho o acto jurídico en términos del cual se incorpora al
patrimonio de una persona un bien mueble o inmueble: es el
acto o hecho jurídico al que liga la ley el traslado del dominio.
La doctrina ha distinguido los siguientes elementos para la
adquisición en su acepción lata: 1) un adquirente; 2) un objeto
adquirido; 3) el título de la adquisición.
La distingue asimismo, en el modo de adquirir la propiedad:
en forma originaria o derivada.
AGRAVIO
I. Por tal debe entenderse la lesión o afectación de los derechos
e intereses jurídicos de una persona, en especial, a través de una
resolución judicial, y por extensión, también cada uno de los
motivos de impugnación expresados en el recurso de apelación
contra una resolución de primera instancia.
En un sentido muy amplio, el agravio es el equivalente a
perjuicio o afectación de un interés jurídico, y éste es el
significado que se emplea en los «aa.» 4 y 5 «fr.» I, de la «LA»
cuando califica de agraviado al demandante de la protección de
los tribunales federales.
ALEGATOS
I. (Del latín allegatio, alegación en justicia.) Es la exposición
oral o escrita de los argumentos de las partes sobre el
fundamento de sus respectivas pretensiones una vez agotada la
etapa probatoria y con anterioridad al dictado de la sentencia de
fondo en las diversas instancias del proceso.
Esta denominación de alegatos predomina en nuestros
ordenamientos procesales en las diversas ramas de
enjuiciamiento, aun cuando en ocasiones, por influencia de la
legislación española se utiliza también en los códigos de
procedimientos penales, pero tomando en consideración que las
conclusiones del MP en el mismo proceso penal no constituyen
una simple alegación, ya que son vinculatorias para el juzgador.
ALIMENTOS
I. (Del latín alimentum, comida, sustento, dícese también de la
asistencia que se da para el sustento.)
El «a.» 308 «CC» establece que los alimentos comprenden la
comida, el vestido, la habitación, la asistencia en caso de
enfermedad, y, tratándose de menores, los gastos necesarios
para la educación primaria y para proporcionarle un oficio, arte
o profesión honestos y adecuados a su sexo y circunstancias
personales; siendo proporcionados a la posibilidad de quien
debe darlos y a la necesidad del que debe recibirlos («a.» 311
«CC»), como se observa en el derecho el concepto de alimentos
sobrepasa a la simple acepción de comida. Constituyen un
elemento de tipo económico que permite al ser humano obtener
su sustento en los aspectos biológico, social, moral y jurídico,
de ahí que la «SCJ» ha sostenido que los alimentos son materia
de orden público e interés social siendo improcedente conceder
la suspensión contra el pago de alimentos, ya que impide al
acreedor alimentario recibir la protección necesaria para su
subsistencia; ni tampoco, dada su importancia, es posible
aceptar que la obligación del deudor alimentario sea cumplida
parcialmente.
La deuda alimentaria es un deber derivado del derecho a la
vida que tiene el acreedor alimentario y gravita sobre el grupo
familiar.
ALLANAMIENTO
I. (Del latín applanare, del adverbio ad y planus, llano.) Esta
palabra recibe dos significados en las disciplinas jurídicas. Por
una parte, en el campo procesal, como allanamiento a la
demanda, y, por otra en el derecho penal, como allanamiento de
morada.
Allanamiento, acto o efecto de allanarse. Procesalmente
hablando encontramos opiniones en el sentido de que el
allanamiento a la demanda es una actitud que puede asumir el
demandado capaz a una demanda judicial en la que se conforma
expresa e incondicionalmente con el contenido de la pretensión
que se le reclama.
Empero, esta posible contestación del reo a la demanda, es una
fórmula autocompositiva unilateral (solución al litigio, parcial
dada por una de las partes, en la que se ofrece el sacrificio del
interés propio) y en la que -es obvio- que el arreglo se obtiene
por la extinción de la fuerza procesal de resistencia, al volver
llano (sin obstáculos) el camino del actor. Esto ocurre si los
elementos torales de una demanda son admitidos o sólo en
algunos aspectos, al allanarse; es decir, si se contesta
admitiendo cabalmente los hechos, el derecho y la pretensión.
Cabe imaginar la hipótesis, no meramente teorética (hay
asuntos de esta índole ventilándose en tribunales) de que un
demandado rechace los hechos, tampoco acoja el derecho
esgrimido por el demandante; y, no obstante, consienta la
pretensión. En apariencia, el negocio debía sentenciarse de
inmediato a favor del actor; pero, como por mandato
constitucional («a.» 14), la resolución jurisdiccional de fondo
debe fundarse en leyes o en principios generales de derecho; y,
procedimentalmente ese mismo proveído debe ser congruente,
claro y preciso en las demandas y contestaciones y con las
demás pretensiones deducidas en el pleito («a.» 81 «CPC»), lo
que se configura es la llamada sumisión (aunque el término es
del todo expresivo y adecuado), por lo que el juez ante la litis,
con hechos y derechos controvertidos, deberá continuar el
examen del negocio y pasar al periodo probatorio.
Sobre todo medítese en los casos en que se admitiera por el reo
la pretensión del atacante y que se tratara de derechos
legalmente irrenunciables.
El allanamiento de la demanda, puede ser total o parcial, según
que el demandado admita la demanda en todas sus partes; o,
bien, si sólo se somete a ciertos hechos, derechos y pretensiones
del actor.
• II. En la legislación procedimental civil para el Distrito
Federal localízase el «a.» 274, que ordena: 'Confesada la
demanda en todas sus partes o manifestando el actor su
conformidad con la contestación de ella, se citará para
sentencia'. Es manifiesta la confusión del texto legal al hablar
de 'confesada' en vez de 'allanamiento' en vista de que la
confesión como actitud del demandado (o la hipótesis reversible
del actor) consiste en la admisión de los hechos de la demanda,
aunque rechazando el derecho y la pretensión, por lo que el
litigio judicial continúa. Situación antitética supone el
allanamiento, que termina el pleito por la desaparición de la
oposición procesal por obra de una de las partes, constriñendo y
limitando al juez a declarar formalmente el autoarreglo de la lid,
ante el 'reconocimiento de la acción' como también algunos
tratadistas denominan al allanamiento de la demanda.
Independientemente del allanamiento de morada, en materia
penal se ha aludido al juicio penal truncado como una especie
de allanamiento.
AMENAZAS
I. (Del latín minaciese, amenazas), dar a entender con actos o
palabras que se quiere hacer un mal a otro.
(Derecho penal). En el «CP» de 1871 se introdujo un nuevo
tipo de amenazas (valerse de un escrito anónimo para obligar a
alguien a ejecutar un delito o cualquier otro acto sin derecho a
exigirlo) y se incluyó en el título relativo a las amenazas-
amagos-violencias físicas. Se criticó su ubicación y se adujo
que el significado de amenazas y amagos no eran sinónimos y,
por otra parte, se dijo que las violencias físicas configuraban en
sí mismas un delito autónomo; razón por la cual desapareció la
rúbrica de dicho título y quedó como en la actualidad se le
conoce.
Tanto en el «CP» de 1929, como en el vigente, se localiza a las
amenazas en el título referente a los delitos contra la paz y la
seguridad de las personas («aa.» 282-284). El «CP» actual habla
de dos formas específicas de amenazas: a) cuando se amenace a
otro, de cualquier modo, con causarle un mal en su persona, en
sus bienes, en su honor o en sus derechos, o en la persona,
honor, bienes o derechos de alguien con quien esté ligado con
un vínculo, y b) cuando el que por amenazas de cualquier
género trate de impedir que otro ejecute lo que tiene derecho de
hacer. De lo anterior se desprende que no existe un modo
específico de amenazar (puede ser verbal, escrito, con señas,
etc.), por lo que las amenazas pueden ser:
1. Amenaza simple, ya que se trata de una intimidación
anunciativa de un mal, hecha directa o indirectamente a una
determinada persona, y
2. Amenaza conminatoria y condicionada, la que se realiza
imponiendo una condición que ha de cumplirse, por el
amenazado, para evitarla.
La penalidad prevista para las amenazas puede ser atenuada
(«a.» 283) en los casos siguientes: 1. Cuando los daños que
encierra la amenaza sean leves o evitables; 2. Cuando se
ejecuten por medio de emblemas, señas, jeroglíficos o frases de
doble sentido, y 3. Cuando por medio de ellas se evite que el
amenazado realice un hecho ilícito en sí. Y puede ser agravada
(a.. 284), cuando se dé el concurso real de delitos.
En conclusión, el delito de amenazas se concreta con el simple
hecho de que el amenazado sienta temor ante la amenaza
proferida y constituye un delito doloso (dolo específico).
AMNISTÍA
I. (Del griego amnestia, olvido). Acto del poder legislativo que
ordena el olvido oficial de una o varias categorías de delitos,
aboliendo bien los procesos comenzados o que han de
comenzarse, bien las condenas pronunciadas.
Los atenienses dieron el nombre de amnistía a una 'ley' que el
general Trasíbulo hizo adoptar por el pueblo en 403 «a.C.»,
después de expulsar a los Treinta Tiranos, y que prescribía el
olvido de los hechos cometidos durante la rebelión. Esta medida
también se aplicó en Roma, principalmente en la Roma imperial
que distinguía la indulgencia especialis, la indulgencia generalis
o comunis, y la general abolitio, que correspondían
respectivamente a la gracia, el indulto y la amnistía de nuestro
tiempo. En la Europa medieval, el olvido, el perdón de las
conductas punibles era atributo del monarca; más tarde, el
derecho de gracia, el indulto, pasó a ser facultad del jefe del
Estado, y, bajo la influencia de la ciencia constitucional
moderna, el derecho de amnistiar fue declarado prerrogativa del
poder legislativo.
La amnistía ha sido objeto de críticas por algunos tratadistas,
como Bentham, Beccaria, Kant, etc., así como por la escuela
positivista o antropológica italiana, con Ferri y Lombroso, por
estimar que era contraria al principio de igualdad y por
favorecer las inclinaciones criminales de los amnistiados. Pese a
los censores, siempre ha prevalecido la corriente de opinión
favorable a la amnistía. Montesquieu y Cremani figuran entre
sus defensores, por estimar que es un principio de prudencia
política; por su parte, Story y Mancini la fundamentan en la
soberanía misma 'la potestad de clemencia es un atributo de la
soberanía'. Sin profundizar la discusión, cabe recordar que, en
determinadas circunstancias, 'es más útil perdonar que castigar,
más acertado olvidar que perseguir'. La amnistía aparece, pues,
como una medida de carácter político, tendiente a apaciguar los
rencores y resentimientos inseparables de las luchas sociales y
políticas.
AMPARO
I. (Del castellano amparar, en el sentido de proteger o tutelar los
derechos de una persona.)
El juicio de amparo mexicano constituye en la actualidad la
última instancia impugnativa de la mayor parte de los
procedimientos judiciales, administrativos y aun de carácter
legislativo, por lo que tutela todo el orden jurídico nacional
contra las violaciones realizadas por cualquier autoridad,
siempre que esas infracciones se traduzcan en una afectación
actual, personal y directa a los derechos de una persona jurídica,
sea individual o colectiva.
ANTICONSTITUCIONALIDAD
I. En la voz constitucionalidad se hace referencia a la no
coincidencia de los términos inconstitucionalidad y
anticonstitucionalidad. El Diccionario de etimologías latinas
menciona la inconstitucionalidad, en su primera acepción 'en,
entre' y en acepciones posteriores, las de 'con, contra, mientras,
durante'. Es decir que el vocablo inconstitucionalidad
etimológicamente es equívoco por multívoco, que lo mismo
puede significar dentro de la Constitución que contra la misma.
Por el contrario, el término anti es muy preciso. No se presta a
confusiones pues significa 'contrario a la Constitución'.
APELACIÓN
I. (Del latín apelare). La apelación es un recurso ordinario y
vertical a través del cual una de las partes o ambas solicitan al
tribunal de segundo grado (tribunal ad quem) un nuevo examen
sobre una resolución distada por un juez de primera instancia
(juez a quo), con el objeto de que aquél la modifique o revoque.
Podemos dividir el examen de la apelación en los códigos
procesales mexicanos en dos sectores que siguen principios
similares, o sea, en la materia civil y mercantil por una parte, y
en la penal por la otra, tomando en consideración que, en
principio, los procesos administrativo y laboral se tramitan en
un solo grado.
APERCIBIMIENTO
I. La voz de apercibimiento posee en el lenguaje forense dos
acepciones que se distinguen claramente. Significa, en primer
lugar, la advertencia o conminación que la autoridad hace a
determinada persona, de las consecuencias desfavorables que
podrá acarrearle la realización de ciertos actos u omisiones; en
un segundo sentido es una sanción que los magistrados y los
jueces pueden imponer a sus subordinados y también a quienes
perturben o contraríen el normal desarrollo de las audiencias y
demás actividades judiciales o falten de palabra o por escrito, al
respeto y consideración debidos a la administración de justicia.
Constituye ese tipo de sanción, uno de los modos de
manifestarse la facultad disciplinaria que corresponde a los
titulares del poder jurisdiccional para mantener el orden y buen
gobierno de sus respectivos tribunales. Sobre este particular
enseñaba en su curso el profesor Eduardo J. Couture, según
refiere Enrique Vescovi, que ese poder de disciplina no es otra
cosa que una facultad de mando y de gobierno realizada con el
objeto de mantener normal o regularmente el funcionamiento
del servicio público en la parte en que le es confiado.
ARANCELES
I. Antiguamente alanzel de origen árabe, significó lista de
cantidades recaudadas, también se dice que está compuesto de
la partícula a y de rancel que quiere decir decreto. En el siglo
XVIII, en España era lo que debían pagar los géneros en las
aduanas.)
El arancel es un instrumento legal de carácter económico,
considerado como una barrera impuesta al comercio
internacional, a fin de regular la entrada y salida de mercancías
por territorio nacional, mediante la fijación de los impuestos al
comercio exterior.
ARBITRAJE
I. (Del latín arbitratus, de arbitror: arbitraje). Es una forma
heterocompositiva, es decir, una solución al litigio, dada por un
tercero imparcial (Carnelutti), un juez privado o varios,
generalmente designado por las partes contendientes (en
ausencia de su consentimiento el nombramiento será hecho por
el juez público nacional), siguiendo un procedimiento que
aunque regulado por la ley adjetiva tiene un ritual menos severo
que el del procedimiento del proceso jurisdiccional. La
resolución por la que se manifiesta el arreglo se denomina
laudo, cuya eficacia depende de la voluntad de las partes o de la
intervención judicial oficial, según las diversas variantes que se
presenten.
II. Aunque el arbitraje es una vía que desde muy antiguo se
empleó para dirimir contiendas de repercusiones jurídicas (al
grado de que es citado como el inmediato antecedente del
proceso jurisdiccional, por ejemplo en el primer periodo de las
acciones de la ley del procedimiento civil romano), en épocas
recientes ha cobrado nuevos bríos y la frecuencia y, por que no
decirlo, la preferencia con que se ve favorecida, especialmente
en el orden internacional y en el privado, va en aumento,
considerándosele un instrumento práctico y útil debido a que
permite evitarse entrar en la avalancha de negocios
contenciosos que se ventilan en los tribunales y a la posibilidad
de designación de un tercero imparcial, a la vez calificado (se
alude a honoríficas razones) en su preparación jurídica, en sus
condiciones subjetivas y porque no está involucrado ni
presionado por el cúmulo judicial.
Empero, como es natural el moderno Estado de derecho,
celoso de sus atributos y finalidades, en campos como el penal y
otros de carácter público y social como el derecho de recibir
alimentos, el divorcio -salvo en sus aspectos pecuniarios-; la
nulidad de matrimonio; los referidos al estado civil de las
personas -de nuevo con exclusión de los derechos patrimoniales
de la filiación legal- no permite que la justicia sea administrada
por los particulares.
Acerca de la naturaleza jurídica del arbitraje son ya famosas
las dos principales corrientes doctrinales, que como corrientes
impetuosas de caudaloso río, en ocasiones, arrastran a los
legisladores a adoptar posturas en las reglamentaciones
positivas.
En primer término, se estudia a los que explican que la
solución arbitral deriva de un acuerdo de voluntades de las
partes en pugna. Los contractualistas o privatistas cuentan en
sus filas a famosos procesalistas como Chiovenda, Wach, Weil,
Rosenberg y Mattirolo. Mientras que en el sector teórico
contrapuesto, se ubican los pensamientos publicistas o
jurisdiccionalistas, que estiman al arbitraje como una función
semejante o que se puede confundir (no fundir) con la que el
juez oficial público realiza en su juzgamiento compositivo; a la
cabeza de ellos se menciona al ilustre Mortara y a la que se
adhiere el ibero Alcalá-Zamora y Castillo. No faltan, como
asevera Ottolenghi, autores que sin llegar a la posición
jurisdiccionalista, estiman que en el arbitraje ocurre el
desarrollo de un proceso. Para tomar partido en la polémica
sobre la esencia del arbitraje es indispensable determinar los
conceptos de estas figuras.
ARBITRARIEDAD
I. (Del latín arbitrium, arbitrio, facultad de regir la propia
conducta). Es la inadecuación que tiene un acto o mandato
imperativo e inapelable, emitido por un órgano de autoridad,
con respecto a una o varias normas de carácter general que
deben regir en la situación en que dicho acto se produce.
ARRENDAMIENTO
I. Hay arrendamiento cuando las dos partes se obligan
recíprocamente, una, a conceder el uso o goce temporal de una
cosa y la otra a pagar por ese uso o goce un precio cierto («a.»
2398 del «CC»).
Destacan en esta definición los elementos importantes: la
obligación del arrendador consistente en la enajenación
temporal del uso o el uso y goce de una cosa y la temporalidad:
el arrendamiento no puede exceder de diez años para los bienes
destinados a habitación, de quince para los bienes destinados al
comercio y de veinte para los bienes destinados al ejercicio de
una industria («a.» 2398 del «CC»).
El contrato de arrendamiento en nuestro derecho es un
contrato principal ya que tiene su propia finalidad; es bilateral
porque se pactan obligaciones recíprocas; es oneroso porque
existen provechos y gravámenes recíprocos; es conmutatorio
porque las prestaciones son ciertas en el momento de celebrarse
el contrato; es formal por regla general, salvo cuando se pacte
una renta inferior a cien pesos anuales; es temporal por las
razones anteriormente expuestas; y finalmente es de tracto
sucesivo.
Existen diversas especies de arrendamiento mercantil, civil y
administrativo.
Dentro de los requisitos de existencia de este contrato destaca
el problema del objeto: El arrendador está obligado a transferir
temporalmente el uso o el uso y goce de una cosa; en tanto el
arrendatario paga por ello un precio llamado renta. La renta
puede consistir en una suma de dinero o en cualquier otra cosa
equivalente con tal que sea cierta y determinada («a.» 2399 del
«CC»).
• II. Es interesante también mencionar algunos problemas
teóricos que se presentan con motivo del contrato de
arrendamiento.
1. La diferencia entre arrendamiento y compraventa.
Aparentemente la diferencia es clara. La dificultad se presenta
en algunos casos concretos como la explotación de una mina, o
cantera, etc., en donde el arrendatario hace suyas parte del
mineral, etc. La doctrina mexicana ha considerado que aunque
la cosa objeto del contrato sufra un desgaste o merma, en
algunos con mayor incidencia, como es la explotación de
productos naturales, se trata de arrendamiento.
2. La naturaleza del derecho del arrendatario, específicamente
cuando se transmite la propiedad del inmueble dado en
arrendamiento, y las acciones persecutorias en materia de
posesión.
Respecto al primer punto nuestro derecho positivo establece
que la vigencia del arrendamiento continúa aun cuando se
transmita la propiedad de la cosa, objeto del arrendamiento
(«a.» 2409 del «CC»). La explicación que sostiene la doctrina
mexicana se fundamenta en la cesión de contrato: el arrendador
cede los derechos obligaciones derivadas del contrato, es decir,
su estatuto de arrendador, y el arrendatario consiente
fácitamente en ello.
En relación al segundo punto se sostiene que el arrendatario
tiene acciones persecutorias en función de la posesión derivada
de la que es titular («a.» 790 del «CC») al igual que cualquier
otro poseedor derivado. Los argumentos anteriores hacen
concluir a nuestra doctrina que el arrendatario tiene un derecho
de crédito.
• III. Es conveniente enunciar las obligaciones principales de las
partes en el contrato de arrendamiento.
A. Obligaciones del arrendador:
a) Conceder el uso o el goce o a la vez el uso y el goce de la
cosa o del derecho arrendado.
b) Entregar al arrendatario la finca arrendada con todas sus
pertenencias y en estado de servir para el uso convenido y si no
hubo convenio expreso para aquél a que por su propia
naturaleza estuviere destinada («a.» 2412 «fr.» I del «CC»).
c) Conservar la cosa en el mismo estado, haciendo para ello
toda clase de reparaciones necesarias («a.» 2416 del «CC»).
d) No estorbar, ni embarazar de manera alguna el uso de la
cosa arrendada; a no ser por causa de reparaciones urgentes e
indispensables («a.» 2412 «fr.» III del «CC»).
e) Garantizar el uso o goce pacífico de la cosa por todo el
tiempo del contrato («a.» 2412 «fr.» IV del «CC»).
f) Responder de los daños y perjuicios que sufra el
arrendatario por los defectos o vicios de la cosa, anteriores al
arrendamiento (a. 2412 «fr.» V del «CC»).
Obligaciones del arrendatario:
a) Satisfacer el precio en la forma, lugar y tiempos convenidos
(«aa.» 2398, 2399 y 2425 «fr.» II del «CC»).
ARRENDAMIENTO FINANCIERO
I. Concepto. Contrato en virtud del cual la arrendadora
financiera se obliga a adquirir determinados bienes y a conceder
su uso o goce temporal, a plazo forzoso, a una persona física o
moral, obligándose ésta a pagar como contraprestación, que se
liquidará en pagos parciales, según se convenga, una cantidad
de dinero determinada o determinable, que cubra el valor de
adquisición de los bienes, las cargas financieras y los demás
accesorios, y adoptar al vencimiento del contrato alguna de las
opciones terminales previstas en la LGOAAC («cfr.» «a.» 25).
ARRESTO
I. (Acción de arrestar del latín, ad, a y restare, quedar; detener,
poner preso). Detención, con carácter provisional, de una
persona culpable o sospechosa, en nombre de la ley o de la
autoridad.
Consiste en una corta privación de libertad, que se realizará en
lugar distinto del destinado al cumplimiento de las penas de
privación de libertad, y cuya duración no debe exceder de
quince días.
ASALTO
I. Uso de la violencia sobre una persona, en despoblado o en
paraje solitario, con el propósito de causar un mal, obtener un
lucro o exigir su asentimiento para cualquier fin («CP», «a.»
286).
ASOCIACIÓN
I. (Acción y efecto de asociar del latín ad, a, y socius,
compañero, juntar una cosa o persona con otra.). En el derecho
civil es una persona jurídica con nombre, patrimonio y órganos
propios originada en un contrato plurilateral en el que las partes
se obligan a la realización de un fin determinado de carácter no
económico. Se dice que la asociación civil es una corporación
en virtud de que sus socios se deben regir por sus estatutos que
deben estar inscritos en el Registro Público a fin de que surta
sus efectos contra terceros, por lo tanto, el contrato que le da
origen es formal: debe constar por escrito. Es también intuito
personae en virtud de que corresponde a la asamblea aceptar y
excluir a los socios, calidad que es intransferible.
Los órganos de dirección de la asociación civil son: la
asamblea general en la que descansa el poder supremo y él o los
directores de la misma.
La asamblea general tiene facultades para resolver: sobre la
admisión y exclusión de los asociados; sobre la disolución
anticipada de la asociación; sobre su prórroga por más tiempo
del fijado en los estatutos; sobre el nombramiento de director o
directores cuando no hayan sido nombrados en la escritura
constitutiva; sobre la revocación de los nombramientos hechos;
y sobre todos aquellos asuntos que le sean encomendados por
los estatutos.
La asociación civil se extingue por las causas expresamente
establecidas en sus estatutos, y, además, por: consentimiento de
la asamblea general; haber concluido el término fijado para su
duración; haber conseguido totalmente su objetivo; incapacidad
para alcanzar los fines previstos en su fundación; resolución
distada por autoridad competente.
En el marco de la legislación civil mexicana, el Código de
1928 presenta como una innovación útil la reglamentación de la
asociación civil dotándola de personalidad jurídica en su «a.»
25. Anteriormente en los códigos de 1870 y 1884 sólo era
posible la existencia de este tipo de reuniones a través de
contratos privados sin que se pudieran deslindar las
personalidades de los asociados. El ordenamiento vigente
reglamenta este tipo de asociación en sus artículos 2670 a 2687,
este último artículo se refiere a las asociaciones de beneficencia
remitiéndolas a sus leyes especiales.
ATENTADO
I. (Del latín attentare, intentar, emprender.) Se habla de la
tentativa de un delito, a partir del principio de ejecución de un
delito por actos externos que no lleguen a ser lo suficientes para
que se realice el hecho, sin que haya mediado desistimiento
voluntario del culpable.
AUDIENCIA
I. (Del latín audientia.) Consiste en el acto, por parte de los
soberanos o autoridades, de oír a las personas que exponen,
reclaman o solicitan alguna cosa.
VIII. El auto de formal prisión puede ser impugnado por vía del
recurso de apelación o por vía del amparo indirecto, puesto que
cuando se trata de la violación de los «aa.» 16, 19 o 20 de la
Constitución, el principio de definitividad no rige. Sin embargo,
escogida una de las vías posibles no es dable utilizar la otra,
salvo desistimiento si los plazos para interponer el recurso o la
demanda respectivamente, no ha concluido.
AUTODETERMINACIÓN
I. El principio de la autodeterminación de los pueblos tiene sus
orígenes en diversos documentos que la Humanidad ha
producido en su larga trayectoria como la Declaración de la
Independencia de los Estados Unidos de 1776; la Constitución
del mismo país, de 1787; la Declaración de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano, de Francia, en 1789, entre otros. El
presidente Wilson, en sus famosos Catorce Puntos también
estableció la autodeterminación de los pueblos como piedra
angular del moderno derecho internacional. Lamentablemente
el Pacto de la Sociedad de las Naciones, aunque inspirado en los
Catorce Puntos, no menciona este principio, pero hace
referencias indirectas al mismo en el «a.» 22.
AUTORIDAD
I. La palabra 'autoridad' (del latín auctoritas-atis: 'prestigio',
'garantía', 'ascendencia', 'potestad'; de auctor: 'hacedor', 'autor',
'creador'; a su vez de augeo, ere: 'realizar', conducir) significa
dentro del lenguaje ordinario: 'estima, ascendencia, influencia,
fuerza, o poder de algo o de alguno', 'prerrogativa', 'potestad',
'facultad'. Los usos jurídicos de 'autoridad' reflejan esa compleja
polivalencia.
La polisemia y la carga emotiva del vocablo 'autoridad'
proviene de su antecesor latino auctoritas, el cual pertenece al
patrimonio lingüístico de la Roma arcaica, impregnado de con
notaciones místicas y carismáticas que han pervivido hasta
nuestros días.
AVAL
I. (Del francés aval -à valoir, que debe valer y este del latín ad
vallem, abajo; ad valere, fortificar, reforzar.)
Genéricamente el aval es el acto jurídico y también el
documento en que éste consta y por el que se garantiza la
solvencia religiosa, política o económica de una persona
determinada.
Jurídicamente, consiste en la firma que se consigna en un
título para garantizar su pago total o parcial, en caso de no
realizarlo la persona principalmente obligada a ello («a.» 109
«LGTOC»).
AVERIGUACIÓN
I. Acción y efecto de averiguar (del latín ad, a, y verificare: de
verum, verdadero y facere, hacer). Indagar la verdad hasta
conseguir descubrirla.
El vocablo es utilizado, en su forma más general y ordinaria,
en referencia a la esfera procesal penal.
El «a.» 1 del «CFPP», al establecer los distintos periodos del
procedimiento penal, señala en su «fr.» I el de la averiguación
previa, que comprende las diligencias necesarias para que el
Ministerio Público pueda determinarse en orden al ejercicio de
la acción penal.
Esta etapa de averiguación previa también recibe la
denominación de preliminar, las actuaciones son realizadas, en
sede administrativa, por el Ministerio Público.
La fase de averiguación comprende desde la denuncia o la
querella (que pone en marcha la investigación) hasta el ejercicio
de la acción penal, con la consignación, o -en su caso- el
acuerdo de archivo con la conclusión de la averiguación, o la
determinación de reserva, que solamente suspende la
averiguación.
La averiguación tiene por objeto que el Ministerio Público
practique todas las diligencias necesarias para acreditar el
cuerpo del delito y la presunta responsabilidad del diligenciado,
en definitiva se trata de una preparación para el ejercicio de la
acción penal.
La averiguación comporta, por consiguiente, todas las
actuaciones necesarias para el descubrimiento de la verdad
material, de la verdad histórica.
AXIOLOGÍA JURÍDICA
I. La palabra axiología (del griego áElos, valor y noyos, razón),
se ha introducido en la filosofía de este siglo para designar la
teoría de los valores.
II. La axiología comprende por una parte el conjunto de
ciencias normativas y por otra la crítica de la noción de valor en
general. Nació como una consecuencia de la separación
kantiana entre el mundo del ser y él mundo del deber ser, de
acuerdo con la cual la filosofía se divide en dos grandes partes:
la ontología (estudio del ser) y la axiología (estudio del deber
ser o del valor).
BALANCE
I. Operación contable periódica, por la que se determinan y
resumen en forma ordenada, los saldos de todas las cuentas para
establecer el activo, el pasivo y el capital de una empresa, así
como las ganancias y pérdidas producidas en ese periodo.
La historia de un negocio, desde su nacimiento hasta su
liquidación, se inserta en el documento que, en términos
jurídicos se denomina 'sistema financiero', que corresponde a lo
que en nomenclatura contable, se designa como 'balance'.
BALANZA DE PAGOS
I. La balanza de pagos es el documento de cuenta de un país
dado, que proporciona el cuadro del conjunto de operaciones o
transacciones económicas que han sido realizadas entre
residentes de dicho país y del extranjero, durante un periodo
determinado (un trimestre, un año), y por lo tanto las relaciones
entre los pagos que salen del país y los que entran en él. Se trata
de una contabilidad de transacciones, cuya forma de
presentación ha variado durante siglos. La contabilidad del
comercio exterior se desarrolla en los siglos XVI y XVII, sobre
todo por influencia de los mercantilistas que dan gran
importancia a la balanza comercial. Concebida primero como
simple cuenta de caja, donde aparecen los pagos e ingresos en
oro y divisas, efectuados por el banco encargado de asegurar la
convertibilidad de la moneda, este documento se ha modificado
en profundidad a fin de adaptarse a las necesidades del análisis
económico.
BANCO
I. (Del germánico Bank, asiento; por referencia al que en las
ferias medievales ocupaban los cambistas.)
Noticia histórica. Aunque se dice que a mediados de la etapa
colonial operaron en la Nueva España varios bancos privados, y
que bajo el reinado de Carlos III se creó, como entidad pública,
el Banco de Avío de Minas, información fidedigna permite
afirmar que el 2 de junio de 1774 se autorizó la creación del
Monte de Piedad de Ánimas, y que el mismo monarca expidió
la Real Orden del 19 de julio de 1782, en la que se ordenaba el
cumplimiento, en lo conducente, de la Cédula Real por la que se
acababa de constituir el Banco de San Carlos, germen del actual
Banco de España.
Correspondió al ya citado Monte de Piedad efectuar la primera
emisión autóctona de billetes.
A partir de la proclamación de la independencia se
proyectaron y funcionaron numerosos bancos, que corrieron
suerte muy desigual; los más importantes fueron el Banco de
Avío, creado por un decreto del Congreso fechado el 16 de
octubre de 1830, y el Banco Nacional de Amortización, que se
conoció como Banco del Cobre, creado por ley de 17 de enero
de 1837 con el principal propósito de amortizar los numerosos
tipos de moneda de ese metal, que sin control alguno circulaba.
El más antiguo de los bancos actuales, Banca Serfín, data de
1864, año en el que se estableció en el país, como sucursal del
Banco de Londres, México y Sudamérica.
Al estallar el movimiento armado de 1910 operaban en el país
veintinueve bancos, de los cuales veinticuatro eran emisores,
que fueron disueltos y liquidados, ante el inminente
establecimiento del banco único de emisión previsto por el «a.»
73, «fr.» X, de la reciente C. Tras de varios titubeos, por ley de
25 de agosto de 1925 se creó el actual Banco de México, con un
capital de cien millones de pesos, oro, y con cinco fines
principales: 1) emitir billetes; 2) regular la circulación
monetaria, los cambios sobre el exterior y la tasa del interés; 3)
redescontar documentos mercantiles; 4) encargarse del servicio
de Tesorería del Gobierno Federal; 5) efectuar operaciones de
depósito y de descuento.
II. Evolución legislativa. La primera ley bancaria mexicana fue
la Ley General de Instituciones de Crédito, de 1897, que sólo
atribuía tal carácter a los bancos de emisión, hipotecarios y
refaccionarios. Corta vida tuvieron las posteriores Ley General
de Instituciones de Crédito y Establecimientos Bancarios, de 24
de diciembre de 1924, así como la de igual nombre de 1926, y
la Ley General de Instituciones de Crédito, de 1932; la ulterior
LIC, de 1941, con numerosas y profundas reformas, mantuvo
vigencia hasta el 31 de diciembre de 1982, pues, a raíz de la
expropiación de las acciones bancarias, decretadas el 1 de
septiembre de 1982, y particularmente con motivo de la
posterior estatización de los servicios bancarios, el día 1 de
enero de 1983 entró en vigor la «LRSPB», que a su vez fue
abrogada por la vigente, del mismo nombre, que se publicó en
el «DO» del 14 de enero de 1985 y al día siguiente cobró
efectos de ley positiva.
BANCO DE MÉXICO
BASES CONSTITUCIONALES
I. Con este nombre se conoce en la historia del
constitucionalismo mexicano a dos documentos solemnes. En
primer lugar, a las bases constitucionales de 24 de febrero de
1822, distadas por el congreso constituyente establecido
después de la declaración de independencia, conforme a lo
fijado por la Junta Provisional Gubernativa. En estas bases,
previas a la elaboración del Estatuto Provisional Político del
Imperio Mexicano, los diputados legítimamente constituidos,
declaraban que: se adoptaba como forma de gobierno la
monarquía moderada constitucional, denominada Imperio
Mexicano; llamaban al trono del imperio a las personas
designadas en el Tratado de Córdoba; el poder se dividía para
su ejercicio en legislativo, ejecutivo y judicial; la religión
católica era la religión del Estado, y finalmente, que todos los
habitantes del Imperio serían iguales. Después de la expedición
de las Bases, el congreso que las había dictado entró en
conflicto con Iturbide y fue disuelto. En su lugar, se estableció
la Junta Nacional Instituyente que dictó el Estatuto Provisional
Político del Imperio Mexicano.
BENEFICIARIO
I. (La persona que percibe una indemnización o una ayuda
económica por la muerte de un trabajador a consecuencia de un
riesgo profesional. La persona a quien un trabajador designa
para recibir determinados beneficios derivados de una relación
laboral.)
Los romanos entendieron por beneficio de la ley (beneficiorum
legis) una especie de privilegio (ius singulare) que se concedía a
una categoría de individuos por consideraciones especiales.
Beneficiario venia a ser por ello la persona que obtenía un
privilegio legal por encontrarse en una situación particular que
debía ser protegida jurídicamente; esto es, aquella persona a la
que debían otorgársele beneficios legales por encontrarse en
situación jurídica específica de manera tal que no pudieran ser
renunciables dichos beneficios a menos que el interesado
manifestase en forma expresa su voluntad de no hacer uso de
ellos.
BIEN COMÚN
I. En el lenguaje corriente: bien = utilidad, beneficio, caudal o
hacienda; común = lo que, no siendo privativamente de
ninguno, pertenece o se extiende a varios; adv. que denota que
se goza o posee una cosa por muchos sin que pertenezca a
ninguno en particular; juntos todos los individuos de un cuerpo;
para todos generalmente (Diccionario de la Lengua Española).
En sentido general, bien es lo que resulta útil para alguna cosa
o persona; lo que respondiendo a una necesidad o tendencia,
provoca en los seres conscientes deseo y búsqueda de
satisfacción. En sentido ético, lo que es conforme a una norma o
ideal y debe ser buscado por sí mismo, con independencia de su
utilidad, para la aprobación de la conciencia; y también lo
hecho para alivio o ventaja moral de otra persona.
II. En el concepto de bien común, se articulan dos ideas. La de
bien implica los elementos materiales indispensables para la
satisfacción de las necesidades de las personas, y la norma
moral que ordena su uso y destino. La de común o público
implica que el Estado no puede perseguir ni admitir fines
puramente particulares. El bien común se manifiesta como parte
de la oposición entre lo privado y lo público, entre lo que es
para un hombre y lo que es para los otros y para la comunidad
global. Es el bien de los seres humanos tomados en su conjunto,
tal como se realiza dentro de los marcos y por el intermedio de
la sociedad, por el Estado, que encuentra en la responsabilidad y
desempeño de tal función una de las fuentes principales de
legitimidad y consenso.
Esta concepción general se ramifica sin embargo en una gran
variedad de significados divergentes, en las obras de los
principales pensadores y analistas. Un primer significado
identifica bien común con todo aquello, especialmente lo
económico, que puede ser compartido o usado por muchos
(tierras comunales de una ciudad o aldea). Un segundo
significado, que asocia el punto de vista colectivo y el
distributivo, es el de todo bien que corresponde a una multitud o
comunidad organizada para un propósito común, caso en el cual
los miembros individuales del grupo se benefician a la vez de la
prosperidad general y de los resultados particulares de la mutua
asociación. En un tercer significado posible, bien común es lo
que pertenece a todos los miembros de la especie humana como
individuos, no en cuanto sometidos a cualquier forma de
organización humana.
Estos diversos significados son, en algunas concepciones,
mutuamente excluyentes, con excepción por un solo de ellos; o
bien compatibles aunque en una jerarquía. Otra gran división de
los significados opone, por una parte las concepciones que
afirman la supremacía política del bienestar de la comunidad
sobre el del individuo (variedades del organismo y del
socialismo; sistemas totalitarios); y por la otra, las que
defienden la primacía del interés y el bienestar individual sobre
los de la sociedad y el Estado (liberalismo, variedades del
anarquismo y del socialismo). En contraposición a una y otra,
un tercer orden de concepciones sostiene que se trata de una
oposición no genuina entre falsos extremos; y que se da y debe
dar la coexistencia de aspectos comunes e individuales,
colectivos y distributivos, ambos verdaderos y necesarios y por
lo tanto inseparables.
BIENES
I. (Del latín bene, entre sus acepciones están: utilidad,
beneficio, hacienda, caudal). Jurídicamente se entiende por bien
todo aquello que puede ser objeto de apropiación, entendiendo
como tales, las cosas que no se encuentran fuera del comercio
por naturaleza o por disposición de la ley («aa.» 747 a 749
«CC»).
BIENESTAR SOCIAL
I. Es la contribución de la sociedad moderna al mejoramiento de
la persona a efecto de que cada vez dependa menos de su
esfuerzo individual y obtenga mayores satisfactores que le
permitan una vida saludable, sin graves preocupaciones y con
las mínimas comodidades que sea posible disfrutar.
El Estado incluye en la actualidad, como parte de sus
responsabilidades públicas, el bienestar de los habitantes de su
territorio a quienes procura una protección personal con la
finalidad de que tengan una existencia digna y segura mediante
la aportación de servicios públicos de las más variadas especies
y otras contribuciones colectivas que hagan agradable, atractiva
e higiénica la relación con sus semejantes. El bienestar social
representa por ello la tranquilidad del espíritu, la satisfacción
que puede provocar el vivir en un ambiente de común
solidaridad, de afanes comunes y de empeñosa búsqueda de la
felicidad: es en suma, la convivencia pacífica de los seres
humanos y el propósito estatal de proporcionar el mayor
número de satisfacciones personales.
BILATERALIDAD
I. (Que consta de dos lados o partes). Característica de las
normas jurídicas que las diferencia de las morales en virtud de
que aquéllas imponen deberes correlativos a facultades o
derechos correlativos a obligaciones. Se explica con la
afirmación de que frente al jurídicamente obligado (sujeto
pasivo), se encuentra una persona (sujeto activo) facultada a
reclamarle el cumplimiento de su deber.
BOICOT
I. Se define en el derecho internacional, como la cesación
voluntaria de todas las relaciones con un individuo, una
empresa o una nación. En el ámbito internacional es una forma
especifica de represalia de un Estado contra otro Estado, sin que
sea necesario que se extingan todas las relaciones entre las
partes. Puede comprender acciones económicas o diplomáticas.
Para que el boicot sea legal es menester que no se manifieste
como acto de fuerza o amenaza militares, en cuyo caso estaría
prohibido por el «a.» 2, pfo. cuatro, de la Carta de las Naciones
Unidas.
BOLSA DE VALORES
I. (Del latín bursa, bolsa; según otras opiniones, del apellido de
Van der Bourse, en cuya casa de Brujas se reunían, a principios
del siglo XVI, algunos negociantes en mercancías y
documentos.)
Noticia histórica. A fines del siglo XIX se constituyeron las
primeras bolsas de valores en la ciudad de México. Según
Alfredo Lagunilla, el 21 de octubre de 1895 surgió una de ellas,
si bien en junio del mismo año aparece registrada otra, como
sociedad anónima, con un capital de cuarenta mil pesos y,
además, ya operaba una tercera que, fusionada con la anterior,
dio lugar al surgimiento de la Bolsa de México, que
prontamente languideció y acabó por desaparecer en 1896.
En enero de 1907 se constituyo la Bolsa Privada de México,
S.A., que en julio de 1910 se transformó en Bolsa de Valores de
México, S.C.L., la que se liquidó en 1933, año en el que surgió,
con la denominación Bolsa de Valores de México, la actual
Bolsa Mexicana de Valores, S.A. de C.V., según concesión
acordada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público el día
29 de agosto de dicho año.
Durante algunos años, hasta el de l976, operaron otras dos
bolsas de valores en el país: la de Guadalajara y la de
Monterrey; su raquítica existencia, aunada a la posibilidad de
que coexistieran en el país diferentes cotizaciones para los
mismos valores, con las consecuentes y desaconsejables
operaciones de arbitraje, fueron las razones que adujo la
Comisión Nacional de Valores en sus oficios «núms.» 2129 y
2130 de 23 de diciembre de 1975, para ordenar la suspensión de
actividades y de remates por parte de dichas bolsas. Empero, de
conformidad con las disposiciones legales aplicables, cabe la
posibilidad de que operen varias bolsas en el país.
BUENA FE
I. Locución tomada en consideración en numerosas
disposiciones legales, definida como la obligación de
conducirse honrada y concienzudamente en la formación y
ejecución del negocio jurídico sin atenerse necesariamente a la
letra del mismo. Se distinguían, así, los contratos de buena fe y
los de estricto derecho, entendiendo por los primeros aquellos
en que el juez podía dictar sentencia según las reglas de equidad
y justicia en los puntos que los contratantes no habían previsto.
Actualmente esta distinción no se hace, ya que el ordenamiento
civil vigente establece que los contratos se perfeccionan y
obligan a las partes no sólo al cumplimiento de lo pactado
expresamente, sino también a las consecuencias que, según su
naturaleza, son conforme a la buena fe, al uso o a la ley («a.»
1796 «CC»). De igual manera es repetido este concepto cada
vez que el legislador lo considera necesario como supuesto
lógico de la norma tanto jurídica como de convivencia humana
(p.e. «aa.» 806, 807, 811, 840, 2232 «CC», entre otros), siendo
incorporado en diversas hipótesis como son la buena fe
posesoria; la buena fe contractual, ya mencionada; la cláusula
rebus sic stantibus; la buena fe del accipiens en el pago de lo
indebido; la buena fe de los terceros; y la buena fe en el
matrimonio putativo.
BUROCRACIA
I. Proviene del francés bureaucratie. La etimología de la voz se
integra del francés bureau, oficina, y del helenismo cratos,
poder. Término que engloba las diversos formas de
organización administrativa, a través de las cuales las
decisiones de un sistema político se convierten en acción.
Al evolucionar la organización social, se fue conformando la
burocracia. El término se convertía, cada vez más, en expresión
del poder público. No se debe pasar por alto que en las
nacientes sociedades, cimentadas en la familia o en la tribu, los
hombres se regían por órdenes verbales y por costumbres; las
comunicaciones eran directas.
CABILDO
I. (Del latín capitulum) cuerpo de eclesiásticos capitulares de
una iglesia. Sinónimo de ayuntamiento. Junta celebrada por el
cabildo o también sala donde se celebra el cabildo.
El cabildo es el antecedente más antiguo del ayuntamiento en
la época colonial de América Latina, pues se identifica con los
concejos medievales españoles que surgieron de la decadencia,
ya evidente en los siglos XVI y XVII, del municipio de origen
romano.
Cabildo, sinónimo de ayuntamiento es la denominación que se
ha dado al órgano colegiado que constituye hoy día la autoridad
política más importante del municipio libre. Con el nombre de
cabildos, los concejos de las ciudades y pueblos coloniales, eran
instalados mediante el otorgamiento de fueros que se conferían
a los intereses locales, para dotar de gobiernos autónomos a las
ciudades y pueblos tanto de España como de América Latina. A
los cargos que se desempeñaban en los cabildos se les llamaban
oficios concejiles. Se contaban entre estos últimos, los cargos
de alcaldes, regidores, procuradores, alférez real, fieles
ejecutores, mayordomos, escribanos públicos y corredores de
lonja. En la primera etapa de su establecimiento, algunos oficios
concejiles eran objeto de subasta pública. Esto último propició
que dichos oficios fuesen adquiridos por el mejor postor, en
detrimento de la administración democrática de los intereses de
la colectividad, que había hecho de los primeros municipios del
México colonial vigorosas modalidades de gobierno autónomo.
De las recopilaciones de la Legislación de Indias de 1680,
citadas por la doctrina, se desprende que los oficios concejiles
como los de regidores, alguaciles mayores y escribanos de
pueblos de Indias, eran enajenables, y en los remates de pública
almoneda se recomendaba preferir en ellos a descubridores y
pobladores, bajo la prohibición expresa de recurrir a elecciones.
Al reinado de Carlos III se atribuyen las reformas municipales
que dieron paso a los primeros cargos de elección indirecta, que
recayeron en un oficio creado para defender a la comunidad del
cabildo, se trató del síndico personero y de los diputados de los
pueblos, habiéndose ordenado que los primeros formaran parte
de las comisiones de abastos y de policía. Los cabildos del
derecho indiano eran de dos géneros, los ordinarios y los
abiertos. Los primeros se integraban por alcaldes ordinarios y
regidores y en las ciudades que tenían el carácter de cabeza de
gobierno, eran presididos por el gobernador de la ciudad o por
su lugarteniente. Los segundos representaban la posibilidad de
elegir regidores en lugares de nuevo asiento de las poblaciones.
Lo característico de este tipo de cabildo era la celebración de
reuniones públicas para la integración del mismo y para la
discusión de los asuntos de la colectividad.
CAJAS DE AHORRO
I. Asociación constituida por trabajadores o empleados de un
centro de trabajo, con aportaciones económicas de los propios
trabajadores o empleados, destinadas a facilitarles préstamos
con intereses módicos y con la obligación de cubrir los créditos
otorgados en partidas semanales, quincenales o mensuales, así
como la parte proporcional de los intereses que se causen.
CALUMNIA
I. (Del latín calumnia.) Acusación falsa, hecha maliciosamente
para causar daño. Imputación falsa de un delito de los que dan
lugar a un procedimiento de oficio. La calumnia significa
penalísticamente imputar o acusar falsamente a otro de la
comisión de un delito.
CALUMNIA
I. (Del latín calumnia.) Acusación falsa, hecha maliciosamente
para causar daño. Imputación falsa de un delito de los que dan
lugar a un procedimiento de oficio. La calumnia significa
penalísticamente imputar o acusar falsamente a otro de la
comisión de un delito.
CÁMARA DE ORIGEN
I. Nombre que se da a la cámara del Congreso de la Unión
encargada de conocer y discutir, en primer término, los
proyectos o iniciativas de ley o decreto, cuya resolución no sea
de la competencia exclusiva de una sola de las cámaras.
CÁMARA REVISORA
I. Nombre que se da a la cámara del Congreso de la Unión
encargada de conocer y discutir, en segundo término (después
de la cámara de origen), los proyectos o iniciativas de ley o
decreto, cuya resolución no sea de la competencia exclusiva de
una sola de las cámaras.
CAPITAL SOCIAL
I. Capital (del latín capitalis, de caput, is, cabeza). Existen
diversas acepciones del término en cuestión, según el marco
teórico de referencia empleado. Por ejemplo, el Diccionario de
la Lengua Española señala doce distintos significados, cinco de
los cuales aluden a la cuestión económica: 7. Hacienda, caudal,
patrimonio. 8. Cantidad de dinero que se presta. 9. Caudal,
bienes que aportan el marido o la mujer al matrimonio. 10.
Valor permanente de lo que de manera periódica o accidental
rinde u ocasiona rentas, intereses o frutos. 11. Uno de los cuatro
factores de la producción formado por la riqueza acumulada que
en cualquier aspecto se destina de nuevo a aquélla, en unión del
trabajo y de los agentes naturales. Por su parte, el Diccionario
de Ciencias Sociales indica que es el producto destinado a
nuevas producciones. El trabajo acumulado y destinado a nueva
producción. El caudal de bienes que una persona o entidad
posee. Mercantilmente, el conjunto de medios de cambio de
moneda, destinados a sostener, regularizar e incrementar
operaciones comerciales. Social (del latín socialis). Lo
perteneciente o relativo a una sociedad o a los socios aliados o
confederados (Diccionario de la Lengua Española).
CAREO
I. Es la confrontación del acusado con los testigos de cargo, así
como entre las personas que formulan declaraciones
contradictorias en un proceso penal, con el objeto de establecer
la veracidad de los testimonios.
De acuerdo con la doctrina, el careo posee en el ordenamiento
mexicano una doble connotación: por una parte debe
considerarse como un derecho constitucional de la defensa del
inculpado en el proceso penal, para conocer con precisión y de
manera directa lo sostenido por los testigos que declaran en su
contra, y por la otra, el cotejo de los testimonios que incurran en
discrepancias, para efectos probatorios.
CARTA DE CRÉDITO
I. Es un documento por cuyo medio la persona que la expide
suplica a otra que le entregue a una tercera, una cantidad fija o
varias cantidades indeterminadas, comprendidas en un máximo
cuyo límite se debe señalar (Hernández, «pp.» 268-271).
CASO FORTUITO
I. En derecho civil, el caso fortuito o fuerza mayor presupone
un incumplimiento del contrato. Sin embargo, el caso fortuito o
la fuerza mayor funcionan como un mecanismo de liberación
del deudor ante el incumplimiento del contrato.
Los caracteres del caso fortuito o fuerza mayor son los
siguientes:
a. Irresistible. Esta característica se traduce en una
imposibilidad absoluta de cumplimiento. Es necesario distinguir
entre la simple dificultad y la imposibilidad absoluta.
b. Imprevisible. El caso fortuito o la fuerza mayor debe ser
imprevisible. La sociedad exige del deudor que tome todas las
precauciones que puedan evitar el incumplimiento.
c. Exterior. El acontecimiento debe ser exterior; es decir, debe
producirse fuera de la esfera de responsabilidad del deudor. Así,
p.e. la falta de personal o de material que necesita el contratante
para ejecutar el contrato puede ser imprevisible para él, pero
como se produce en el interior de su empresa no produce los
efectos del caso fortuito.
Finalmente es de destacar la posible antinomia entre fuerza
mayor y caso fortuito. Parte de la doctrina sostiene que la fuerza
mayor es el acontecimiento extraño al deudor (fuerza de la
naturaleza, hecho del príncipe, hecho de un tercero, etc.), en
tanto que el caso fortuito se produce en el interior de la esfera
de responsabilidad del deudor y en consecuencia no sería
liberatorio. Otros opinan que la fuerza mayor indica lo
insuperable del obstáculo en tanto el caso fortuito se refiere al
origen externo del obstáculo. Lo importante es que ambas
expresiones como se emplean en nuestro «CC» producen los
mismos efectos y la posible distinción, por tanto, carece de
interés.
CATEO
Registro y allanamiento de un domicilio particular por la
autoridad con el propósito de buscar personas u objetos que
están relacionados con la investigación de un delito.
II. Para evitar los abusos de los registros decretados por las
autoridades administrativas, que no estaban prohibidos por los
ordenamientos constitucionales anteriores, la parte final del «a.»
16 de la C vigente, establece con precisión los requisitos que
deben cumplirse en los cateos, y señala expresamente que sólo
la autoridad judicial puede ordenarlos.
En efecto, de acuerdo con el citado precepto constitucional, en
la orden escrita judicial de cateo, debe expresarse el lugar que
haya de inspeccionarse, la persona o personas que hayan de
aprehenderse y los objetos que se buscan, a lo que únicamente
debe limitarse la diligencia, levantándose al concluir el acta
circunstanciada, en presencia de dos testigos propuestos por el
propietario del lugar cateado, o en su ausencia o negativa, por la
autoridad que practique la diligencia.
CAUSA
I. (Del latín causa: fundamento u origen de algo.) La palabra
causa tiene varios significados en el derecho. 1) En materia
procesal alude, por una parte, al conjunto de actuaciones en un
litigio sometido por las partes a un juez para su resolución. Si
bien la causa puede ser civil o criminal, comúnmente se reserva
dicho término para los asuntos criminales, usándose respecto de
los civiles preferentemente el nombre del pleito. Asimismo, en
el derecho procesal se habla de la causa de la acción o de la
causa de pedir (causa petendi), la cual se refiere al hecho
generador del derecho que hace valer el actor en un juicio, o
bien, al título en que se funda la acción dando, en este último
caso, a la palabra acción la acepción tradicional de derecho
substancial materia del litigio. 2) En materia civil, por su parte,
se distinguen por lo general los siguientes sentidos de la palabra
causa: A) Causa final: es el propósito o fin abstracto que se
proponen las partes al contratar. Es un elemento intrínseco al
contrato y es idéntico en cada categoría de contratos; B) Causa
impulsiva: es el móvil o motivo determinante de la voluntad del
individuo que lo lleva a contratar. Es un elemento extrínseco al
contrato y es variable en cada contrato y en cada persona; C)
Causa eficiente: es la fuente de las obligaciones, es decir, el
contrato, el delito, el cuasicontrato, el cuasidelito, etc.;
CHEQUE
I. (Del inglés check, documento en forma de mandato de pago,
por medio del cual una persona puede retirar por sí o por un
tercero, todos o parte de los fondos que tiene disponibles en
poder de otra.).
III. Contenido del cheque: la ley exige («a.» 176) que el cheque
contenga la mención de ser tal, en el texto del documento, la
orden incondicional de pagar una suma determinada de dinero;
el nombre del librado; la firma del librador; el lugar y la fecha
en que se expide y el lugar de pago. Los dos últimos requisitos,
si no se indican, la ley los presume (v. «a.» 177).
Por lo que hace a los otros requisitos los cheques podrán
transmitirse o circular sin los mismos (excepción hecha de la
firma del librador), pero deben ser satisfechos hasta antes de la
presentación del cheque para su pago («a.» 15), pues en caso
contrario el mismo no producirá efectos («a.» 14).
CIUDADANIA
I. La palabra ciudadanía proviene del latín civitas, que fue la
organización jurídico-política de los romanos. Se puede afirmar,
ante todo, que la ciudadanía indica la cualidad genérica de los
ciudadanos; entendiéndose por ciudadano, etimológicamente, la
pertenencia de un individuo -hombre o mujer- al grupo social
estructurado políticamente y, diríamos hoy, dotado de
soberanía.
El anterior concepto no es aceptable porque, por una parte, es
confuso y tautológico, y por la otra, carente o ajeno a la técnica
jurídica; situación esta última derivada de la confusión
doctrinaria y legislativa existente entre los conceptos Estado y
Nación; de los que derivan los términos jurídicos nacionalidad y
ciudadanía.
CLÁUSULA
I. Del latín clausula, de clausus: cerrado, y se define como en
cada una de las disposiciones de un contrato, tratado,
testamento o cualquier otro documento análogo, público o
particular.
COACCIÓN
I. (Del latín coactio-onis: cobro, extracción [fiscal], de coacto,
are: compelir, a su vez, de cogo, ere: 'conducir a'; así coactus:
'impulso') significa: 'empleo de la fuerza o violencia (o miedo)
sobre un individuo para que éste haga alguna cosa', 'cualidad de
algo que apremia o impulsa (a hacer algo)', 'acción de compelir'.
No es difícil advertir que la expresión 'coacción' evoca la idea
de un impulso, de una motivación. La coacción se distingue de
cualquier otro empleo de fuerza o violencia por su propósito
específico: provocar una acción. El uso de la fuerza que
'coacción' presupone es aquella que se introduce como
motivación; su finalidad: hacer que alguien haga u omita.
COBRO
I. (Recolección de caudal u otras cosas que se deben). Se le
puede considerar como el derecho del acreedor para exigir el
cumplimiento de una obligación o pago de una cantidad debida
realizando las diligencias necesarias para ello.
COPROPIEDAD
I. (Condominio de una cosa.) Hay copropiedad cuando una cosa
o derecho pertenece pro indiviso a varias personas («a.» 938
«CC»). Así, en derecho mexicano, se adoptó la teoría clásica en
donde se explica esta figura jurídica no como el dominio de
cada copropietario sobre determinadas partes de la cosa o
derecho, sino un derecho de propiedad sobre el todo en cierta
proporción a la que se le da el nombre de parte alícuota. Sin
embargo, esta teoría fue influida por la concepción alemana, al
reglamentar la formación de una colectividad para ciertos
efectos («aa.» 945, 946, 947 y 948 «CC»), sin llegar a
reconocer a la copropiedad una personalidad jurídica.
CÓDIGO
I. (Cuerpo de leyes según un método y sistema. Del latín
codicus, de codex-icis). En sentido histórico se entiende por
código toda compilación de preceptos jurídicos; actualmente se
denomina código a la fijación escrita que comprende el derecho
positivo en alguna de sus ramas (civil, penal, mercantil, etc.)
con unidad de materia, plan, sistema y método.
COERCIÓN
I. (Del latín corceo que significa contener, ceñir, encerrar).
Aunque en los diccionarios jurídicos y los tratados de filosofía
del derecho se considera a la palabra coerción sinónimo de
coacción, es posible encontrar una sutil diferencia entre las dos
voces.
Dentro del marco jurídico generalmente se entiende por
coacción el uso de la fuerza física o moral que el ordenamiento
jurídico efectúa para sancionar una conducta contraria a éste.
Con el fin de evitar confusiones en la terminología se define a
continuación la palabra coercibilidad.
La coercibilidad es la posibilidad abstracta que detenta el
ordenamiento jurídico de aplicar una sanción a la conducta
antijurídica.
Una vez definidos los dos términos que pueden representar
alguna confusión con la palabra coerción podemos analizar la
naturaleza de ésta.
COHECHO
I. (De confectus, participio del verbo latino conficere, acabar,
negociar.) Incurre en el delito de cohecho el servidor público
que por sí o por interpósita persona reciba indebidamente dinero
o cualquier otra dádiva para hacer o dejar de hacer algo justo o
injusto relacionado con sus funciones. Es éste el cohecho
pasivo, al paso que el acto del particular que induce a la
corrupción denomínase cohecho activo. Atenta el delito de
cohecho contra la incorruptibilidad de la función pública. El
término servidor público se enuncia en términos muy amplios
por el «a.» 212 del «CP», que es reproducción fiel del «a.» 108
pfo. primero de la C. De esa regla se infiere, además, un
concepto asimismo muy amplio de administración pública para
estos efectos.
El concepto arriba enunciado es, aproximadamente, el que del
cohecho pasivo ofrece la «fr.» I del «a.» 222 del «CP», único
del c. X del «tít.» X del libro II, consagrado a los delitos
cometidos por los servidores públicos. El servidor público
puede obrar por sí o a través de interpósita persona, que será
responsable del delito si actúa a sabiendas, aunque no sea ella
misma servidor público, según aparece claramente de lo
preceptuado en el segundo pfo. del «a.» 212 del «CP». La
acción consiste alternativamente en solicitar, recibir o aceptar
promesa de dinero o cualquier otra dádiva para hacer o dejar de
hacer algo justo o injusto relacionado con sus funciones. La
preposición subrayada reviste particular importancia para la
debida inteligencia de la figura, tanto porque indica la
orientación subjetiva que da sentido a las tres mencionadas
conductas cuanto porque deja ver que, a diferencia de lo que
acontece en otras legislaciones, el momento consumativo no es
el de ejecutar u omitir el acto justo o injusto que se vende sino
el de realizar, con tal propósito, alguna de las tres acciones
aludidas. Es indiferente que el dinero o la dádiva solicitados o
recibidos o la promesa aceptada sean en beneficio propio o de
otro. La ley dice, en seguida, que estas tres acciones deben
ejecutarse indebidamente, adverbio que, como parece obvio,
sólo tiene sentido si, tratándose de actos justos relacionados con
la función ministerial, no están ellos sujetos al pago de
derechos. Relativamente a los actos injustos, no parece que
deba llegarse al extremo de postular que ellos constituyan
delito. Injusto, en este contexto, equivale a ilícito. Pero es
esencial que el acto, justo o injusto, esté relacionado con las
funciones propias del servicio público.
COLEGIOS PROFESIONALES
I. Son corporaciones o agrupaciones de personas de la misma
dignidad o profesión. Estas corporaciones, de acuerdo con la ley
pueden constituirse con personalidad jurídica propia; para
pertenecer a las mismas se suele establecer el requisito de estar
en posesión del correspondiente título profesional o estar
habilitado de acuerdo con la ley, por último el ingreso a estas
corporaciones puede ser forzoso o de colegiación libre en uno o
varios colegios dentro de una misma profesión. En México esta
materia se halla regulada en el «a.» 5 de la Constitución, el cual
reconoce plena libertad de profesión, indicando que en cada
entidad federativa la ley correspondiente determinará qué
profesiones requieren título para su ejercicio. Para el Distrito
Federal se ha expedido la ley reglamentaria de dicho artículo 5
constitucional el día 26 de mayo de 1945, en donde además del
principio de la libertad de profesión, se establece el principio de
la libertad de colegiación y la facultad de constituir uno o más
colegios dentro de una misma profesión. De acuerdo con esta
ley para el Distrito Federal las profesiones que requieren título
para su ejercicio son la de actuario; arquitecto; bacteriólogo;
biólogo; cirujano dentista; contador; corredor; enfermera y
partera; ingeniero; licenciado en derecho; licenciado en
economía; marino; médico; médico veterinario; metalúrgico;
notario; piloto aviador; profesor de educación preescolar;
profesor de educación primaria; profesor de educación
secundaria; químico; trabajador social. Asimismo, para el
ejercicio de la profesión se requerirá tener registrado el propio
título ante la Secretaría de Educación Pública.
COMERCIALIZACIÓN
I. (Viene de la voz comercio, que significa 'negociación que se
hace comprando, vendiendo o permutando géneros o
mercancías'.)
Concepto económico. Consiste, la comercialización, en ofrecer
cosas o servicios al público, con propósitos de lucro; se habla
así, en sentido peyorativo, de comercialización de profesiones
(de abogados de médicos); o como una política deseable, de
comercializar los productos agrícolas permitiendo y fomentando
que los agricultores ofrezcan directamente los frutos de su finca
o de su cultivo, ya sea sin necesidad de intermediarios
(comerciantes), o reduciendo el número de éstos, para evitar
tanto el excesivo encarecimiento de los artículos -que son
muchas veces de consumo necesario- cuando llegan al
consumidor, como que al cultivador se le paguen precios
irrisorios. En fin, la oferta pública misma de mercancías y de
servicios, a través de mercados y de lonjas, y a través de las
bolsas, de titulosvalor, como son las acciones y las obligaciones
emitidas por sociedades anónimas, son, modos de
comercialización, en que se utilizan instrumentos y canales
comerciales para hacer llegar esos bienes a los consumidores.
A su vez, la economía de consumo, que caracteriza la presente
etapa del capitalismo, se basa en la creciente oferta de
productos, y jurídicamente ha llevado a la protección de los
consumidores por medio de leyes especiales (en México la Ley
Federal de Protección al Consumidor «DO», 22-XII-75), de
organismos profesionales como el Instituto Nacional del
Consumidor («aa.» 67 y ss, ibidem), y de oficinas de
inspección, vigilancia y de represión de abusos en contra de los
consumidores, como la Procuraduría Federal del Consumidor
(«aa.» 57 y ss., ibid.).
COMERCIO
I. (Del latín commercium, de cum, con y merx-cis, mercancía.)
Constituye una actividad lucrativa que consiste en la
intermediación directa o indirecta entre productores y
consumidores de bienes y servicios a fin de facilitar y promover
la circulación de la riqueza.
COMISIÓN DE DERECHO
INTERNACIONAL
I. El «a.» 13 de la Carta de las Naciones Unidas establece que la
Asamblea General promoverá estudios y hará recomendaciones
para fomentar la cooperación internacional en el campo político
e impulsar el desarrollo progresivo del derecho internacional y
su codificación. La atribución abarca dos funciones: la
codificación y el desarrollo progresivo. La Comisión de
Derecho Internacional, creada en el año de 1948, consta de
veinticinco miembros, nombrados por la propia Asamblea
General de acuerdo con los dos criterios de la calificación
personal y de una equitativa distribución geográfica.
COMMON LAW
I. Es el sistema de derecho, distinto del sistema neorromanista,
que se originó en Inglaterra y que actualmente se aplica en el
Reino Unido y en la mayoría de países con antecedentes
anglosajones, principalmente los países que fueron colonias
inglesas. También, dentro de tal sistema el término common
law significa el cuerpo jurídico que proviene de sentencias
dictadas por los jueces, en contraste con el cuerpo jurídico
formulado por leyes, decretos o reglamentos expedidos por el
poder legislativo o por el poder ejecutivo.
COMODATO
I. (Del latín commodatum, préstamo). Contrato traslativo de uso
por el cual uno de los contratantes se obliga a conceder
gratuitamente el uso de una cosa no fungible y el otro contrae la
obligación de restituirla individualmente («a.» 2497 «CC»). Es
un contrato de tracto sucesivo; sinalagmático, consensual,
gratuito e intuitu personae. Puede ser principal o accesorio.
De los elementos esenciales, el consentimiento sigue las reglas
generales planteadas por la legislación; el objeto solo puede
estar constituido por cosas no fungibles dada la obligación que
tiene el comodatario de restituir el bien dado en comodato en su
individualidad. En caso de que el contrato tuviera por objeto
bienes consumibles, sólo se le considera como comodato si
éstos fueren prestados como no fungibles, es decir, con la
obligación de restituirlos idénticamente («a.» 2498 «CC»). Por
analogía puede considerarse como objeto del comodato los
bienes inmuebles, a pesar de que la clasificación de fungibles y
no fungibles sólo se refiere a los muebles, en los términos del
«a.» 763 «CC». Es objeto del contrato el uso de la cosa
prestada, mas no sus frutos y accesiones («a.» 2501 «CC»).
De los requisitos de validez señalados por el «a.» 1795 «CC»,
sólo se aplican a este contrato la capacidad, la voluntad exenta
de vicios y el objeto, motivo o fin lícitos, de los cuales los dos
últimos siguen las reglas generales. La forma no es un requisito
de validez en virtud de tratarse de un contrato consensual.
Tanto al comodante como al comodatario les basta la
capacidad general para contratar, en los términos del «a.» 1798
«CC»; sin embargo, los tutores, curadores y en general todos los
administradores de bienes ajenos, deberán solicitar autorización
especial para dar en comodato los bienes confiados a su guarda
(«a.» 2499 «CC»), por tratarse de un contrato gratuito.
COMPARECENCIA
I. Del latín comparesco-ere y compareo-ere, aparecer,
comparecer.
COMPENSACIÓN
I. (Del latín, compensatio-nis acción y efecto de compensar;
compensar: compensare, de cum, con y pensare, pesar). Una de
las formas de extinguir obligaciones. Es el balance entre dos
obligaciones que se extinguen recíprocamente si ambas son de
igual valor, o sólo hasta donde alcance la menor, si son de
valores diferentes.
La doctrina estudia otros modos de extinguir obligaciones,
tales como el pago, la novación, la transacción, la confusión, la
renuncia, la remisión, la imposibilidad de pago, el vencimiento
de la condición resolutoria, el vencimiento del plazo resolutorio,
la nulidad de los actos jurídicos que le dieron origen, la
prescripción extintiva.
Como forma de extinguir obligaciones, la compensación se
incluye entre aquellas que implican cumplimiento, al igual que
el pago, la novación, la transacción, etc. Otras figuras jurídicas
operan la extinción de las obligaciones sin que estas hayan sido
cumplidas, por ejemplo, la imposibilidad de pago, la
prescripción.
La compensación tuvo su origen en el derecho romano y de
allí paso a las legislaciones antiguas y modernas. En las
modernas, con pequeñas diferencias, la encontramos en todos
los países. Ello está justificado, teniendo en cuenta que la
institución se funda en motivos de equidad de interés práctico y
de economía procesal.
COMPETENCIA
I. (Encuentra su raíz etimológica en las voces latinas
competentia, a (competens, entis), relación, proposición,
aptitud, apto, competente, conveniencia. En castellano se usan
como sinónimos los vocablos: aptitud, habilidad, capacidad,
suficiencia, disposición.)
En un sentido jurídico general se alude a una idoneidad
atribuida a un órgano de autoridad para conocer o llevar a cabo
determinadas funciones o actos jurídicos. Recuérdese que el
«a.» 16 de nuestra C. dispone que nadie puede ser molestado
sino en virtud de mandamiento escrito de autoridad competente.
Sin embargo, en un sentido más técnico y especializado del
derecho judicial y del derecho procesal, o mejor aún, de la
llamada teoría general del proceso -cabría reflexionar si esta
denominación reiterativa sólo se justifica en un afán didáctico
de recalcar lo general de una teoría-, la figura de la competencia
debe entenderse en un sentido más restringido que el ya
mencionado, excluyendo de ella a los órganos -legislativo y
ejecutivo- y a las personas particulares individuales o ideales
que tienen jurisdicción.
COMPLICIDAD
I. Calidad de cómplice. Cómplice, del latín complex-icis;
participante o asociado en crimen imputable a dos o más
personas.
COMPRAVENTA
I. Es un contrato por medio del cual uno de los contratantes
llamado vendedor se obliga a transferir la propiedad de una cosa
o la tilularidad de un derecho a otro, llamado comprador, quien
se obliga a pagar un precio cierto y en dinero («a.» 2248 «CC»).
Por su naturaleza es un contrato translativo de dominio,
clasificado como: a) bilateral, en virtud de que crea
obligaciones para ambas partes; b) generalmente conmutativo
dado que es posible fijar el monto de la ganancia o pérdida
desde el momento de su celebración (excepto en los casos de
los «aa.» 2792 y 2793 «CC» relativos a la compra de esperanza
en que se trata de un contrato aleatorio); c) oneroso porque
representa provechos o ventajas y gravámenes o cargas
recíprocas; d) al ser un contrato típico reglamentado en la ley se
le clasifica como nominado, y e) tratándose de bienes muebles
es un contrato consensual, perfeccionado únicamente por el
acuerdo de voluntades y tratándose de inmuebles es formal.
COMPULSA
I. Copia, trasunto o traslado de algún escrito o instrumento
judicial debidamente cotejado con su original. Acto por el cual
un notario público revisa determinados documentos que deban
registrarse o ser insertos en su protocolo.
CONCILIACIÓN
I. Es el acuerdo a que llegan las partes en un proceso, cuando
existe controversia sobre la aplicación o interpretación de sus
derechos, que permite resulte innecesario dicho proceso. Es
asimismo el acto por el cual las partes encuentran una solución
a sus diferencias y la actividad que sirve para ayudar a los
contendientes a encontrar el derecho que deba regular sus
relaciones jurídicas.
II. La conciliación tiene amplia aplicación jurídica. Forma parte
importante del derecho procesal del trabajo, pero también del
derecho civil y del derecho internacional público, en donde ha
alcanzado también categoría de instancia obligatoria; y
actualmente la de institución de carácter voluntario u
obligatorio en controversias que se presentan en una amplia
gama de actividades relacionadas con instituciones bancarias,
instituciones de seguros, defensa del consumidor o protección
de personas y menores. Veamos cada una de estas aplicaciones.
Es tradicional en nuestra época que la conciliación la liguemos
por razones ideológicas a las cuestiones laborales. La
denominación de los tribunales del trabajo como Juntas de
Conciliación y Arbitraje y la constante referencia a un cuerpo
de conciliadores que actúan en el campo de las autoridades
administrativas del trabajo, nos lleva en primer término a esta
referencia procesal, porque como nos lo ha expresado Eduardo
J. Couture en términos sencillos ''aun cuando la justicia de
conciliación y avenimiento pertenece a la tradición germánica y
a la justicia medieval en la cual el juez actuaba con el propósito
de dirimir una controversia con la solución que a él parecía
equitativa, ha sido forma constante en el derecho procesal del
trabajo la penetración de esta segunda forma de justicia. No era
otra la intención de los Conseils de Prud' hommes, forma
incipiente de la magistratura del trabajo en la legislación
napoleónica, modalidad que continúa ocupando un primer plano
en el derecho moderno''.
En el proceso laboral ha venido a constituir un trámite
obligatorio preliminar al arbitraje, que debe ser intentado en
forma permanente por los tribunales de trabajo durante todo el
desarrollo del proceso e inclusive por las procuradurías de la
defensa del trabajo a las cuales se ha facultado para intentar
soluciones amistosas en los conflictos que se les plantean («a.»
530 LFT). El proceso conciliatorio conduce a evitar un proceso
futuro, de duración y resultados no previsibles («a.» 865 en
relación con el «a.» 660 «fr.» I LFT). Las Juntas de
Conciliación, así como las Juntas de Conciliación y Arbitraje, al
presentarse cualquier tipo de reclamación, deberán intentar la
celebración de pláticas entre las partes, a quienes exhortará para
que procuren llegar a un arreglo que ponga término a sus
diferencias («a.» 875 LFT). De llegar las partes a un acuerdo
ahí concluye el juicio laboral y mediante acta que se levante
para tal efecto se deja constancia de la solución adoptada y de
los actos tendientes a su ejecución («a.» 876 LFT).
En nuestro orden jurídico laboral la conciliación tiene lugar
también en forma obligatoria en los procedimientos especiales,
en los procedimientos de conflictos colectivos de naturaleza
económica y en el procedimiento de huelga. Los primeros son
de índole muy variada («aa.» 5o., «fr.» III, 28 «fr.» III, 151, 162
«fr.» IX, 209, 236, 389, 418, 424 «fr.» IV, 427, 434 y 503 LFT)
pues se contraen a controversias derivadas: a) del
incumplimiento de obligaciones que contraen patrones
extranjeros cuando contratan los servicios de trabajadores
mexicanos para laborar fuera del país; b) de convenios
celebrados entre patrones y trabajadores para proporcionar a
éstos habitaciones; c) reconocimiento de antigüedades; d)
terminación o suspensión colectiva de las relaciones de trabajo;
e) revisión de los reglamentos interiores de trabajo; f) pago de
indemnizaciones en caso de muerte de un trabajador a
consecuencia de un riesgo profesional, y g) cuando se trata de
implantar nueva maquinaria que traiga como consecuencia la
reducción de personal. En todos es obligatoria la celebración de
una audiencia de conciliación en la que se procurará avenir a las
partes, ya que la índole de los conflictos permite evitar el
proceso. Éste se continúa cuando no es posible la avenencia
pero en la práctica se ha observado que un gran número de rasos
se resuelven en la forma conciliatoria.
En cuanto a los conflictos de naturaleza económica, que son
aquellos cuyo planteamiento tiene por objeto la modificación o
implantación de nuevas condiciones ele trabajo, o bien la
suspensión o terminación de las relaciones colectivas de trabajo,
las Juntas deberán procurar, ante todo, que las partes lleguen a
un convenio y para tal propósito tienen facultad para intentar la
conciliación en cualquier estado del procedimiento, siempre que
no se haya dictado la resolución que ponga fin al conflicto
(«aa.» 900-901 LFT). Y por lo que corresponde al
procedimiento de huelga, una vez entregado al patrón un
emplazamiento a huelga, la Junta deberá citar a las partes a una
audiencia de conciliación en la que procurará avenirlas, sin
hacer declaración que prejuzgue la existencia o inexistencia,
justificación o injustificación de la huelga; audiencia que podrá
diferirse a petición de los trabajadores por una sola vez («aa.»
926 y 927).
CONFESIÓN JUDICIAL
I. En un sentido lato, es la admisión que se hace en un juicio
(sinónimo de procedimiento judicial) o fuera de él, de la
''verdad'' (coincidente o no con la verdad histórica) de un hecho
o de un acto, que produce consecuencias desfavorables para el
confesante.
Con independencia de la connotación que en el área penal
puede atribuírsele, la confesión judicial puede ser considerada
en tres diversos estadios o momentos procesales: 1. Como una
diligencia prejudicial (antes de la presentación de la demanda).
2. Como una actitud que puede asumir el demandado. 3. Como
un medio de prueba (mejor llamada confesional provocada).
CONFLICTO DE LEYES
I. Se dice que se presenta el problema llamado ''conflicto de
leyes'' cada vez que una relación jurídica contiene dos o más
elementos que la vinculan con dos o más sistemas jurídicos:
p.e.: la adopción de un niño vietnamita realizada por un
matrimonio mexicano en Francia. El problema se puede
plantear a propósito de una relación jurídica vinculada con
sistemas jurídicos de varios países o de sistemas jurídicos de los
Estados de un país de tipo federal. En el primer caso se habla de
conflictos de leyes en el ámbito internacional, en el segundo de
conflictos de leyes en el ámbito nacional. Ambos casos
constituyen los conflictos de leyes en el espacio, por oposición
a los llamados ''conflictos de leyes en el tiempo'' o ''conflictos
móviles'' que se presentan cuando una misma relación jurídica
se encuentra sometida sucesivamente a varios sistemas
jurídicos, p.e.: una persona cambia de nacionalidad es un
sistema dentro del cual ésta es el factor que permite determinar
la ley aplicable.
Es importante subrayar el hecho de que la terminología
''conflictos de leyes'' puede prestarse a confusión. En efecto, no
son las leyes las que entran en conflicto sino los sistemas. En
realidad no existe un verdadero conflicto de leyes en el sentido
de que las leyes entran realmente en conflicto, tal colisión de
reglas se presenta únicamente en los sistemas territorialistas y
en los sistemas de personalidad de las leyes, sin embargo en
ambos casos no existe ''conflicto de leyes'' en el estricto sentido
jurídico de la expresión.
El problema de los conflictos de leyes consiste en la
determinación del derecho aplicable para resolver la relación
jurídica en la cual existe por lo menos un elemento extraño. En
el ejemplo citado anteriormente ¿cuál es el derecho aplicable a
la adopción del niño vietnamita realizada en Francia por el
matrimonio mexicano? ¿El derecho vietnamita, el francés, el
mexicano u otro derecho?
CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN
I. Concepto. Es, en efecto, el consejo de administración, un
''cuerpo'' o un grupo formado de dos o más personas, cuya
función consiste en representar, dirigir y gobernar ciertos entes
públicos y algunas sociedades mercantiles, de éstas, consejo de
administración en derecho mexicano sólo puede haber en las
sociedades por acciones (SA y «S en C por A»), en las
cooperativas y en las sociedades de responsabilidad limitada de
interés público (S de RL de IP). Las parte del contrato de
sociedad (socios), no están facultadas para crear un consejo
cuando la ley no lo establece.
Se contrapone el consejo de administración, al administrador
único, que también puede darse en dichas sociedades por
acciones, según su reglamentación en la «LGSM», pero no en
las «SA» que realicen actividades bancarias, de seguros, de
fianzas, en las sociedades de inversión, en las cooperativas, ni
en las «S de RL» de IP, («aa.» 8o. «fr.» V, LIC; 29 «fr.» VII,
LIS; 75 LIF; 2o. «fr.» VII, Ley de Sociedades de Inversión; 21
inciso b) LGSC; 10 Ley «S de RL» de IP).
También se distingue el consejo de otros ''cuerpos'' que puedan
darse en los demás tipos de sociedades mercantiles (S en NC;
«a.» 36; S en C. S.; «a.» 57, S. de R.L. «aa.» 74 y 75 LGSM), y
en las sociedades y asociaciones civiles, en cuanto que estos no
constituyen colegio, en el sentido de que deban reunirse,
deliberar y resolver, por mayoría de votos generalmente, para
adoptar resoluciones o acuerdos (cuya naturaleza jurídica es,
precisamente un acto colegiado), sino que los miembros de esos
otros grupos pueden actuar colectiva o individualmente; y los
acuerdos o resoluciones no siempre se adoptan conjuntamente,
sino en forma separada.
En todos los casos, consejo de administración, administrador
único, o conjunto de administradores constituyen un órgano
social: el órgano de administración, que forma parte de la
sociedad, junto con el órgano supremo que es la asamblea o
junta de socios (accionistas si se trata de la «SA» o de la «S en
C por A»), y del órgano de vigilancia, que es obligatorio en
estos dos tipos sociales, optativo en la «S de RL», y que no
existe en las sociedades personales ni en las civiles.
El órgano de administración está subordinado a la junta o
asamblea, en cuanto que ésta tiene la facultad de nombrar y de
remover a los miembros de aquél, y en cuanto que dicho órgano
supremo puede exigirles responsabilidades por el
incumplimiento de sus deberes, o por la violación de sus
facultades. En cambio no corresponde a la asamblea, sino al
pacto social, restringir la esfera de competencia (las facultades
legales) del órgano de administración.
Se trata de un órgano, es decir, de un elemento que forma parte
de la sociedad, al que corresponde una finalidad y funciones
específicas (la dirección y representación de ella), con una
esfera de competencia que la ley le fija, y que ejerce por la
persona o personas físicas que lo integran.
II. Nombramiento. Los miembros del consejo de administración
(administradores o consejeros), al igual que el administrador
único que, como dijimos, son nombrados por la asamblea de
accionistas o de socios, pueden también serlo en el contrato
social (por la asamblea constitutiva), excepcional y
transitoriamente, por el órgano de vigilancia (comisario o
comisarios), cuando se revoque, muera o esté impedido el
administrador único, o un número tal de miembros del consejo
que los restantes sólo integren una minoría («a.» 155 LGM). En
ciertas SA. especiales, el cargo de presidente del consejo se
concede por ley a un secretario de estado («vgr.» Ley Orgánica
de la Nacional Financiera S. A., «a.» 19; Ley Orgánica del
Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos, S.A., «a.» 5o.).
COPROPIEDAD
I. (Condominio de una cosa.) Hay copropiedad cuando una cosa
o derecho pertenece pro indiviso a varias personas («a.» 938
«CC»). Así, en derecho mexicano, se adoptó la teoría clásica en
donde se explica esta figura jurídica no como el dominio de
cada copropietario sobre determinadas partes de la cosa o
derecho, sino un derecho de propiedad sobre el todo en cierta
proporción a la que se le da el nombre de parte alícuota. Sin
embargo, esta teoría fue influida por la concepción alemana, al
reglamentar la formación de una colectividad para ciertos
efectos («aa.» 945, 946, 947 y 948 «CC»), sin llegar a
reconocer a la copropiedad una personalidad jurídica.
CONSENTIMIENTO
I. Concepto. El consentimiento es el acuerdo de dos o más
voluntades destinadas a producir consecuencias o fines de
interés legal en la celebración de cualquier convenio o contrato.
Convenio según el «a.» 1792 del «CC» es el acuerdo de dos o
más voluntades para crear, transferir, modificar o extinguir
obligaciones. El «a.» 1793 agrega que cuando las convenciones
producen o transfieren obligaciones y derechos toman el
nombre de contratos.
El consentimiento es un requisito de existencia del contrato, de
acuerdo a lo establecido en los «aa.» 1794 y 2224 del «CC». Si
no existe consentimiento, no habrá contrato.
El consentimiento nace en el instante en que legalmente se
produce el acuerdo de voluntades de las partes que intervienen
en una relación jurídica en formación, o sea, cuando coinciden
entre sí las voluntades individuales de cada uno de los
interesados.
Técnicamente el concepto tiene este significado en la doctrina
y en las legislaciones de los diversos sistemas jurídicos. Los
«aa.» 1803 y siguiente del c. especial destinado por el «CC» al
proceso de formación del consentimiento reafirman este
alcance.
CONSTITUCIÓN
I. (Del latín constitutio-onis), forma o sistema de gobierno que
tiene cada Estado: ley fundamental de la organización de un
Estado.
CONTRATO
I. (Del latín contractus, derivado a su vez del verbo contrahere,
reunir, lograr, concertar.) Es un acto jurídico bilateral que se
constituye por el acuerdo de voluntades de dos o más personas
y que produce ciertas consecuencias jurídicas (creación o
transmisión de derechos y obligaciones) debido al
reconocimiento de una norma de derecho. Sin embargo, tiene
una doble naturaleza pues también presenta el carácter de una
norma jurídica individualizada.
CONTRIBUCIÓN
I. La contribución es un ingreso fiscal ordinario del Estado que
tiene por objeto cubrir sus gastos públicos. En México, la «fr.»
IV del «a.» 31 constitucional, que determina las obligaciones de
los mexicanos, señala la de ''contribuir para los gastos públicos,
así de la Federación, como del Estado y municipio en que
residan, de la manera proporcional y equitativa que determinen
las leyes''. De esta forma las contribuciones en México deben
reunir los requisitos referidos. Sin embargo, es necesario hacer
algunas precisiones. En primer término las contribuciones no
sólo deben pagarlas los mexicanos, sino todos aquellos que se
sitúen en los supuestos previstos por las leyes que las crean y
éstas determinan las calidades que deben reunir los sujetos
pasivos. La misma disposición constitucional determina que las
contribuciones deben destinarse para los gastos públicos,
entendiéndose por éstos, según la jurisprudencia, todos los que
realiza el Estado. Para Flores Zavala ''por gasto público debe
entenderse todo el que sea necesario para que las entidades
públicas realicen sus atribuciones, es decir, para el desarrollo de
su actividad legal'', y la «SCJ» ha aseverado que: ''Los gastos
públicos están previstos en el presupuesto de egresos, y los
impuestos para cubrir esos gastos, en el de ingresos, de modo
que la prueba de que una contribución no esta destinada a cubrir
gastos, necesariamente debe encontrarse o en la ley que los
establece o en el presupuesto de egresos.''.
Otra idea contenida en esta «fr.» es la de que estas
contribuciones están destinadas tanto al financiamiento de la
federación, como de los estados y municipios de residencia de
los contribuyentes. En cuanto a contribuir para los gastos
públicos de la federación, la disposición es clara, sin embargo,
parece desprenderse que las legislaturas locales sólo pueden
establecer impuestos estatales y municipales a cargo de sus
residentes; pero en la realidad las entidades federativas con
frecuencia se han financiado parcialmente a través de la
imposición indirecta, la cual recae sobre quienes consumen
bienes y servicios, sin atender al lugar de residencia del
consumidor.
Otro de los requisitos que se establecen en la «fr.» IV del «a.»
31 constitucional, es que las contribuciones deben establecerse
en forma proporcional y equitativa. Esta disposición plantea una
posible contradicción entre la norma constitucional y la
tendencia de los sistemas tributarios modernos que durante el
siglo XX han tratado de introducir progresividad en los
gravámenes especialmente a través del impuesto sobre la renta.
Este fenómeno se ha presentado en la mayoría de los países
capitalistas, tanto desarrollados como en desarrollo, y al
introducirse gravámenes progresivos al ingreso, dicha
imposición se ha convertido en la piedra angular de numerosos
sistemas fiscales por sus efectos económicos y financieros.
El conflicto entre los conceptos de ''proporcionalidad y
equidad'' establecidos por la «fr.» IV del «a.» 31 constitucional
y por el impuesto sobre la renta, instituido como ingreso federal
ordinario desde 1924, ha tenido diversas soluciones pero la
tendencia del máximo tribunal ha sido la de legitimar la
progresividad en la imposición al ingreso. Por ultimo, la propia
«fr.» IV del «a.» 31 exige que las contribuciones estén
contenidas en leyes. Esta subordinación al principio de
legalidad tiene dos excepciones, ambas incluidas en la norma
suprema. En primer término el supuesto establecido en el «a.»
29 constitucional, que permite la suspensión temporal de
garantías. En este caso es posible, como efectivamente ha
sucedido, que sean establecidos gravámenes en reglamentos
emitidos por el órgano ejecutivo federal. Sin embargo, una vez
terminado el estado de emergencia vuelve a aplicarse el
principio de legalidad. La otra excepción a éste se encuentra
contenida en el segundo pfo. del «a.» 131 constitucional, el cual
determina que: ''el Ejecutivo podrá ser facultado por el
Congreso de la Unión para aumentar, disminuir o suprimir las
cuotas de las tarifas de exportación e importación, expedidas
por el propio Congreso y para crear otras...''. De esta forma la C.
otorga al ejecutivo facultades para modificar uno de los
elementos fundamentales de los impuestos, lo que en el caso de
otros gravámenes solo puede ser efectuada por la ley.
Así, concluimos que las contribuciones son ingresos fiscales
ordinarios con las características determinadas por la «fr.» IV
del «a.» 31 constitucional.
CONTRIBUYENTE
CONVENIO
I. (De convenir y éste del latín convenire ser de un mismo
parecer, ajuste o concierto entre dos o más personas.).
COSTUMBRE
I. Por costumbre se entiende el procedimiento consuetudinario
de creación del derecho; sin embargo, es frecuente que con el
término ''costumbre'' se aluda no solo al procedimiento
consuetudinario sino al resultado de dicho procedimiento; esto
es, a la norma jurídica así creada. Para evitar equívocos, sería
conveniente que al hecho productor de derecho se le llame
procedimiento consuetudinario y a la norma jurídica resultante
se le denomine norma consuetudinaria.
En tanto método creador de derecho, el procedimiento
consuetudinario constituye una de las llamadas ''fuentes
formales del derecho'' (distinta al proceso legislativo, al
jurisprudencial o de precedente judicial y a la doctrina).
Si bien en épocas anteriores el procedimiento consuetudinario
constituyó una de las 'fuentes' principales de producción
jurídica, a partir de los grandes procesos de codificación y del
establecimiento de instancias centrales de creación de derecho
(con las diversas asambleas legislativas) ha decrecido su
importancia, especialmente en los sistemas de tradición
romano-canónica, a diferencia de lo que ocurre en los sistemas
del common law donde varios sectores se encuentran normados
consuetudinariamente, mas sin embargo, predomina el régimen
de precedente judicial.
En opinión del eminente jurista C. K. Allen, la existencia de
una comunidad, la mera pluralidad de individuos, presenta
costumbres de las cuales el individuo particular no puede
divorciarse. Nuestras comunidades más altamente desarrolladas
y civilizadas del mundo moderno se encuentran tan repletas de
costumbres como las comunidades primitivas del pasado. Esas
costumbres son quizá más racionalizadas y, para la mayoría,
menos supersticiosas de lo que fueron en la antigüedad; pero, en
realidad, son igual de numerosas y poderosas.
Independientemente de las diversas definiciones que se han
dado de costumbre y del significado habitual que se le atribuye,
pudiéramos afirmar que esta expresión connota un
procedimiento de creación jurídica ajeno al legislativo o al de
precedente judicial. Tal aseveración ha provocado que
frecuentemente se identifique al derecho consuetudinario con el
derecho no escrito. Pero este criterio es equivoco en cuanto que
puede haber cierto derecho no escrito -p.e., un contrato
consensual- el cual quizá nadie haya pensado como constitutivo
de alguna costumbre, al mismo tiempo, nos encontramos con
determinadas practicas -como las gubernamentales- que constan
por escrito y, no obstante, se estima que algunas de ellas
constituyen un procedimiento consuetudinario de creación
jurídica.
CRÉDITO
I. (Del latín creditum), es la transferencia de bienes que se hace
en un momento dado por una persona a otra, para ser devueltos
a futuro, en un plazo señalado, y generalmente con el pago de
una cantidad por el uso de los mismos. También pueden
prestarse servidos a crédito.
Su concepto: como vemos, la palabra crédito viene del latín
creditum, que significa tener confianza, tener fe en algo. Paolo
Greco nos dice que ''en sentido moral crédito es la buena
reputación de que goza una persona. En sentido jurídico, crédito
índica el derecho subjetivo que deriva de cualquier relación
obligatoria y se contrapone 'al débito' que incumbe al sujeto
pasivo de la relación. En sentido económico-jurídico significa
cuando en una relación de dar o poseer existente entre dos
sujetos, se da en un primer tiempo para recobrar después en un
segundo tiempo, lo que se ha dado'' (pp. 21-22).
CRIMINOLOGÍA
I. (Del latín crimen, inis, crimen, y logía), tratado acerca del
delito, sus causas y su represión.
CUMPLIMIENTO DE UN DEBER
I. En el uso común, cumplir es ejecutar, llevar a efecto. Hacer
uno aquello que debe o a que esta obligado. Deber es aquello a
que esta obligado el hombre por algún tipo de normas,
particularmente jurídicas o religiosas. También se entiende por
deber, desempeñar el oficio o ministerio de que esta encargado.
CUSTODIA
I. Proviene del latín custos que significa guarda o guardián y
ésta a su vez deriva del curtos, forma del verbo curare que
quiere decir cuidar. Es por lo tanto la acción y el efecto de
custodiar o sea guardar con cuidado alguna cosa.
DACIÓN
I. (Del latín datio-onis, a su vez de dare, que significa dar.)
Técnicamente la palabra dación quiere decir acción y efecto de
dar; popularmente equivale a donación.
DECRETO
I. (Del verbo latino decernere, decrevi, decretum, acuerdo o
resolución). Según el Diccionario de la Real Academia
Española: ''resolución, decisión o determinación del jefe del
Estado, de su gobierno o de un tribunal o juez sobre cualquier
materia o negocio. Aplícase hoy más especialmente a las de
carácter político o gubernativo''.
Decreto es toda resolución o disposición de un órgano del
Estado, sobre un asunto o negocio de su competencia que crea
situaciones jurídicas concretas que se refieren a un caso
particular relativo a determinado tiempo, lugar, instituciones o
individuos y que requiere de cierta formalidad (publicidad), a
efecto de que sea conocida por las personas a las que va
dirigido.
DECRETO LEY
I. En principio, podemos entender al decreto-ley como la
disposición de carácter legislativo emitida en vía de excepción
por el titular del Poder Ejecutivo o por quien lo detenta.
Evidentemente el decreto-ley accede al derecho público cuando
aparece el Estado constitucional sostenedor de la teoría de la
división de poderes, actualmente denominada división de
funciones, en el Estado absolutista con las funciones legislativa,
ejecutiva y jurisdiccional reunidas en la mano regia no tenía
sentido esta figura legislativa producto de la delegación,
usurpación o asunción de facultades legislativas, en regímenes
con división de poderes. El decreto-ley ''constituye un decreto
normativo que tiene el mismo vigor que la ley formal... el
decreto-ley cabría definirlo como toda regulación por vía de
decreto de materias que, dada su naturaleza, están dentro del
ámbito de la ley formal'' (Nueva Enciclopedia Jurídica, t. VI).
''En general el decreto-ley es la decisión de carácter legislativo
que dicta el poder ejecutivo fundado en el estado de necesidad,
en circunstancias excepcionales ante el receso o caducidad del
poder legislativo. En suma están comprendidos en esta
categoría, todos aquellos decretos que estatuyen sobre materias
que por su propia naturaleza son de índole legislativa''
(Enciclopedia Jurídica Omeba, t. V).
DELINCUENTE
I. En principio podemos decir que delincuente es aquella
persona que ha cometido un delito. Aparentemente esta noción
es demasiado genérica. Sin embargo en dos de sus componentes
-persona y delito- encontramos el marco de referencia para
derivar la esencia delictiva en el ser humano, es decir, la
compleja relación entre individuo, sociedad, cultura y orden
jurídico.
DELITO
I. En derecho penal, acción u omisión ilícita y culpable
expresamente descrita por la ley bajo la amenaza de una pena o
sanción criminal.
II. Este concepto del delito como ente jurídico, derivado de los
extremos exigidos por la ley para tener una acción u omisión
por criminalmente punible, difiere por supuesto, del concepto
de delito que puedan eventualmente utilizar las ciencias de la
conducta o la sociología. Así, es distinto, p.e., del implicado al
hablarse de lucha contra el delito, en que se alude
manifiestamente al fenómeno social de la delincuencia o
criminalidad.
Nada tiene que ver tampoco este concepto jurídico con el de
delito natural, elaborado por los positivistas (Garofalo) en un
intento de fijar el contenido material del delito en todas las
sociedades y en todos los tiempos. Los juristas han seguido
tratando, sin embargo, de precisar las características
sustanciales que una determinada legislación ha tenido en
cuenta para incluir una acción u omisión en el elenco de los
hechos punibles, esfuerzo que difícilmente puede arrojar
resultados claros, debido a que esa selección proviene de un
juicio valorativo basado, ora en la naturaleza y entidad del bien
jurídico protegido, ora en el carácter irreparable de la lesión
inferida a él, ora en las características especialmente odiosas de
la forma de conducta incriminada, y, las más veces en la
concurrencia de más de uno de los factores señalados o de todos
ellos.
DEMOCRACIA
I. (Del griego demos, pueblo, y kratos, fuerza, poder,
autoridad.) Doctrina política según la cual la soberanía
pertenece al conjunto de los ciudadanos -principio que enuncia
la frase célebre: el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el
pueblo-; régimen político caracterizado por la participación de
los ciudadanos en la organización del poder público y en su
ejercicio.
DENUNCIA
I. Del verbo denunciar, que proviene del latín denuntiare, el
cual significa ''hacer saber'', ''remitir un mensaje''.
DEONTOLOGÍA JURÍDICA
I. Del griego déor participio neutro del impersonal dei, significa
''lo obligatorio, lo justo, lo adecuado''. El término deontology,
fue forjado por Jeremías Bentham, en su obra Deontology, or
Science of Morality, de 1834; donde el autor se ocupó de
estudiar los deberes que han de cumplirse para alcanzar el ideal
utilitario del mayor placer posible para el mayor número posible
de individuos.
DEPORTACIÓN
I. Del latín deportatio-onis.
DEPÓSITO
I. (Poner en seguridad, del latín depositum que se deriva a su
vez de deponere) El «CC» en su «a.» 2516 lo define como un
contrato por el cual el depositario se obliga hada el depositante
a recibir una cosa, mueble o inmueble que aquél le confía, y a
guardarla para restituirla cuando la pida el depositante. El
legislador de 1928 quiso quitarle al depósito el carácter de
contrato real, al definirlo como obligatorio y extendió el
contrato abarcando no sólo los muebles sino también los
inmuebles.
DERECHO
DERECHO CONSUETUDINARIO Y
DERECHO ESCRITO
I. Estas locuciones significan respectivamente: 1) derecho que
nace de la costumbre, es decir de los usos reiterados que una
sociedad considera obligatorios y 2) derecho originado en
normas de carácter general que se formulan en un texto y son
dictadas por los poderes públicos.
DERECHO PENAL
I. También llamado derecho criminal, derecho punitivo o
derecho de castigar, es el conjunto de normas jurídicas del
Estado que versan sobre el delito y las consecuencias que este
acarrea, ello es, la pena y las medidas de seguridad. También
suele designarse así la ciencia que tiene por objeto las
expresadas normas constitutivas del derecho penal objetivo.
Aquí nos ocuparemos sólo del derecho penal en la primera
acepción indicada.
II. Sobre la base del principio constitucional de que no hay
delito ni pena sin ley previa, el derecho penal describe las
diversas especies de delito, señala las características de toda
infracción penal y determina la naturaleza de las penas y
medidas de seguridad y las bases de su magnitud y duración.
Delito, pena y medida de seguridad son, pues, los conceptos
esenciales del derecho penal.
Lo anterior vale para lo que se conviene en llamar derecho
penal material o sustantivo, que es el derecho penal
propiamente dicho. En una acepción más amplia cabría también
el derecho procesal penal, cuyos preceptos regulan la aplicación
de las consecuencias previstas en el derecho penal sustantivo, y
el derecho de ejecución penal relativo a la ejecución y control
de las penas, medidas y consecuencias accesorias impuestas por
sentencia ejecutoriada. Parte de este último es el derecho
penitenciario.
Constitucional
Administrativo
PÚBLICO
Procesal
Penal
DERECHO Internacional Público
Civil
PRIVADO
Mercantil
Internacional Privado
DERECHO ROMANO
I. En sentido estricto, derecho romano es el derecho definido en
los escritos de los juristas de la antigua Roma, principalmente
en los de los juristas calificados como ''clásicos'', es decir en los
escritos de aquellos juristas que vivieron entre el año 130 «a.C.»
y el 230 d.C. Como la mayor parte de los escritos de los juristas
clásicos los conocemos a través de la compilación de textos
jurídicos hecha por el emperador Justiniano en los años 529 a
534 y conocida por el nombre de Corpus Iuris Civilis, puede
decirse que el derecho romano es el derecho definido en el
Corpus Iuris Civilis.
DERECHOS ADQUIRIDOS
I. Son aquellos que pasan a formar parte del patrimonio de una
persona, como consecuencia de la realización de un presupuesto
necesario para su nacimiento o adquisición, y que no pueden ser
afectados por una ley posterior.
Jambu-Merlin, el más brillante exponente de este concepto, los
define como aquellos que han entrado en nuestro dominio y que
no pueden ser arrebatados por aquel de quien los tenemos.
El concepto de derechos adquiridos tiene gran importancia,
para la determinación de los alcances de una ley en sus efectos
retroactivos.
DERECHOS HUMANOS
I. Conjunto de facultades, prerrogativas, libertades y
pretensiones de carácter civil, político, económico, social y
cultural, incluidos los recursos y mecanismos de garantía de
todas ellas, que se reconocen al ser humano, considerado
individual y colectivamente.
DESPOJO
I. De despojar (del latín despoliare: acción y efecto de despojar
o despojarse). Privar a uno de lo que goza y tiene, desposeerlo
de ello con violencia. Quitar jurídicamente la posesión de los
bienes o habitación que uno tenía, para dársela a su legítimo
dueño. Es el acto violento, clandestino o de abuso de confianza
para efecto del cual un poseedor o tenedor es totalmente
excluido de su poder.
DEUDA PÚBLICA
I. Es el conjunto de obligaciones financieras generadoras de
interés, de un gobierno central con respecto a otro gobierno, a
empresas o a individuos de otros países, e instituciones
internacionales (públicas y privadas). La deuda pública es
diferentemente considerada y calculada por los distintos
gobiernos, estos pueden extenderla o no a todas sus
obligaciones, a las del sector público de empresas
nacionalizadas, agencias públicas, gobiernos provinciales y
municipales. El concepto ha ido desarrollándose y precisándose
desde el siglo XIX, a medida que se ha impuesto la clara
distinción entre deuda pública y deudas del soberano.
Un gobierno puede incurrir en endeudamiento por una
variedad de razones y bajo una diversidad de formas e
instrumentos, todas las cuales tienen diferentes ventajas e
inconvenientes y en conjunto constituyen la deuda pública. Las
principales razones son:
1. Satisfacción de necesidades temporales por insuficiencia de
ingresos del gobierno respecto a sus gastos estimados.
2. Enfrentamiento de emergencias financieras que resultan de
la guerra y sus consecuencias posbélicas (pago de costos e
indemnizaciones, reconstrucción).
3. Financiamiento de nacionalizaciones y estatizaciones, y de
otras formas de intervencionismo y dirigismo.
4. Obras públicas para la reactivación económica en fases de
recesión y crisis y para el lanzamiento y continuidad del
crecimiento (efectos expansivos del empleo, la producción y el
consumo).
5. Resultados de las políticas gubernamentales: monetarias
(compraventa de papeles públicos por el banco central, para
regular la cantidad de circulante); fiscales (financiamiento
deficitario del Estado y sus principales agencias y actividades);
equilibrio de balanzas comerciales y de pago.
DEUDOR
I. (Del latín debitor.) Se entiende como tal a la persona que en
la relación jurídica es titular de una obligación y que se
constituye en el deber de entregar a otra, denominada acreedor,
una prestación.
La denominación de deudor se aplica principalmente a las
relaciones jurídicas contractuales y sus obligaciones consisten
en pagar en el tiempo, forma y lugar convenidos o en su defecto
señalados por la ley. Por esa razón si el acreedor se negase a
recibir el pago y a desvincular al deudor, este tiene el derecho
de ofrecer en consignación la prestación convenida. Este
derecho recibe el nombre de consignación («aa.» 2062 a 2103
«CC»).
DICTADURA
I. Proviene del latín dictatura que connota dignidad y cargo de
dictador. En lenguaje usual dictadura, según el propio
Diccionario de la Real Academia, es el gobierno que invocando
el interés público, se ejerce fuera de las leyes constitutivas de un
país. Se opone a ''democracia''. En ellas encontramos un
ilimitado poder.
DIFAMACIÓN
I. De difamar. Desacreditar a uno respecto a terceros. Supone
un ataque a la fama o reputación de una persona, es decir,
rebajar a alguien en la estima o concepto que los demás tienen
de él.
DOCTRINA
I. La palabra ''doctrina'' proviene del latín doctrina, locución que
deriva de docere (''enseñar'', ''dar a conocer'', ''instruir'',
''educar'') y significa, como aquélla: ''enseñanza'', ''educación'',
''instrucción'', ''sabiduría''.
''Doctrina'' y sus equivalentes (''doctrine'', dottrina, Lehre, etc.)
han mantenido, en gran medida, su significado originario. El
matiz que se advierte es el peso o fuerza que se otorga a esta
instrucción. ''Doctrina'' alude a la idea de que lo que se enseña
son dogmas o verdades sabidas o impuestas por una escuela
determinada. En este sentido, se habla de ''la doctrina cristiana'',
de ''doctrinas económicas'', ''doctrinas políticas'', etc.
Por extensión se aplica al conjunto de opiniones suscritas por
uno o varios autores de reconocida autoridad sobre cualquier
materia. En este sentido ''doctrina'' se usa normalmente para
indicar lo que se enseña en materia teológica, filosófica o
científica. La expresión implica siempre la idea de un cuerpo de
dogmas o ''verdades'' organizadas de forma consistente,
frecuentemente relacionadas con la acción. Con respecto a esto
último, se trata de distinguir entre ciencia y doctrina: aquélla
constata y explica; ésta, juzga y prescribe (A. Lalande).
DOLO
I. En derecho penal el dolo denota la volición, apoyada en el
conocimiento correspondiente, que preside la realización de la
conducta descrita en los tipos de delito que requieren esa forma
de referencia psicológica del sujeto a su hecho. Es, en términos
corrientes, el propósito o intención de cometer el delito. El
«CP» no utiliza para designarlo el término dolo sino la palabra
intención, que, como se verá, no es la mejor para abarcar la
amplia gama del dolo.
Hasta hace poco tiempo la ley penal mexicana, con la
excepción de algunos códigos locales, no definía el dolo. Entre
las importantes reformas introducidas al «CP» en 1984 (DO 13-
I-1984) se cuenta la de su «a.» 9o., que aporta, amén de la de la
culpa y de la de la preterintención, la definición del dolo,
expresando que ''obra intencionalmente el que, conociendo las
circunstancias del hecho típico, quiera o acepte el resultado
prohibido por la ley''. Es claro, pues, que el dolo importa un
saber (conocimiento) y un querer (volición) que apuntan a los
elementos (circunstancias, dice la ley) de la correspondiente
figura de delito.
DOMICILIO
I. (Del latín domus: casa.) El domicilio de una persona física es
el lugar en donde reside con el propósito de establecerse en él; a
falta de éste, el lugar en que tiene el principal asiento de sus
negocios; y a falta de uno y otro, el lugar en que se halle («a.»
29 «CC»). El domicilio de las personas morales es el lugar
donde se encuentra establecida su administración.
DOMICILIO FISCAL
I. Lugar que el legislador señala al contribuyente para todos los
efectos derivados de la relación tributaria sustantiva; muy
especialmente para que la autoridad fiscal lleve a cabo una
mejor administración de los ingresos fiscales, bajo el criterio de
facilitar el cumplimiento de las obligaciones fiscales dentro de
la circunscripción territorial que a cada persona contribuyente le
corresponda.
DONACIÓN
I. Contrato por el que una persona, denominada donante,
transfiere a otra llamada donatario, gratuitamente, una parte o la
universalidad de sus bienes presentes, reservándose lo necesario
para vivir («aa.» 2332 y 2347 del «CC»).
La esencia de la donación consiste en que el donante hace una
atribución patrimonial al donatario con ánimo de liberalidad,
por lo tanto, acto de liberalidad no es sinónimo de acto a título
gratuito, puesto que no son donaciones el mutuo simple o el
depósito o el mandato a título gratuito, y, como la donación es
un contrato que exige cambio de consentimiento, el derecho
moderno no acepta la donación por causa de muerte con la que
se pretenda otorgar una ventaja sobre un legado en una sucesión
testamentaria.
No todos los actos de liberalidad son donaciones, pues las
actitudes de renuncia de un derecho ganado o la asunción de
una obligación de un deudor constituyen actos de liberalidad,
pero no son donaciones puesto que no hay una transferencia de
propiedad.
DUELO
I. (Duelo, del latín duellum, combate.) Es el encuentro armado
entre dos personas, previas estipulaciones del reto, en sitio y
hora determinados, asistidos por sus respectivos padrinos. Por
tanto, el duelo castrense es el combate previamente concertado,
por desafío, en el campo del honor, con las condiciones y armas
escogidas, entre dos militares de igual o diferente categoría y
ante los testigos de rigor.
EDICTO
I. (Del latín edictum y este de dico, dicere, decir, afirmar,
advertir. Edico es proclamar, decir en voz alta.) El edicto es, en
todo caso, mandamiento de autoridad dado a conocer
públicamente para información de una colectividad o ae una o
más personas a quienes afecta. Por mucho tiempo tuvo también
significado de ley.
Por otra parte, esta palabra tiene un sentido histórico de
relevante importancia en el derecho romano y otro, menos
antiguo, que se mantiene hasta el presente, y es el de un acto de
comunicación procesal.
EJECUTOR
I. (Del latín exsecutor, que ejecuta o hace una cosa.)
Funcionario judicial en el derecho romano, encargado de llevar
a cabo algunas comunicaciones y resoluciones de magistrados y
jueces.
EJECUTOR
I. (Del latín exsecutor, que ejecuta o hace una cosa.)
Funcionario judicial en el derecho romano, encargado de llevar
a cabo algunas comunicaciones y resoluciones de magistrados y
jueces.
EMBARGO
I. Del verbo embargar, que proviene del latín vulgar:
imbarricare, usado en la península ibérica con el significado de
''cerrar una puerta con trancas o barras'' (de barra, tranca), que
era el procedimiento originario del embargo.
IV. Por último, conviene hacer una alusión, así sea muy breve, a
la naturaleza de los derechos que derivan del embargo,
especialmente del judicial. A este respecto, la «SCJ» ha sido
muy categórica al sostener que el ''secuestro (y más
ampliamente, el embargo) no otorga al ejecutante un derecho
real sobre lo embargado'' (tesis 135 del Apéndice al «SJF»
1917-1985, tercera Sala, cuarta parte).
Consideramos que esta tesis, pese a las críticas que le ha
formulado un sector de la doctrina procesal, es acertada en la
medida en que el titular de los derechos derivados del embargo,
cualquiera que sea su naturaleza, no puede ser de ninguna
manera el ejecutante, sino el juzgador, ya que se trata de una
institución de carácter estrictamente procesal. Como lo ha
puntualizado Guasp, embargar no es sino ''afectar un cierto bien
a un proceso''; por lo que quien adquiere la potestad real de
disponer de los bienes, dentro de los fines estrictamente
procesales, es el juez, mediante los respectivos procedimientos
de enajenación, adjudicación o administración forzosos,
regulados en las leyes generalmente bajo el título genérico de
''remates''.
En fin, podemos suscribir la conclusión de Becerra Bautista,
quien sostiene que el embargo tiene la naturaleza de ''un
gravamen real, temporal, oponible a terceros, del cual es titular
únicamente el órgano jurisdiccional sujeto a las contingencias
del proceso en el cual, tanto el ejecutante como el ejecutado y el
mismo depositario, deben cumplir las cargas, obligaciones y
derechos respectivos''.
EMPLAZAMIENTO A HUELGA
I. Es la presentación a un patrón y a una junta de conciliación y
arbitraje, de un pliego de peticiones, con la advertencia al
primero de que si no son satisfechas las pretensiones que se
formulan, se procederá a la suspensión del trabajo con el cierre
de la negociación, empresa o establecimiento; y a la segunda,
para que inicie el procedimiento correspondiente a fin de evitar
por los medios legales dicha suspensión de las labores.
II. Pocas son las legislaciones que precisan los requisitos que
debe contener un emplazamiento a huelga; por esta razón la ley
mexicana remarca éstos por cuanto hace intervenir
determinadas modalidades que obligan a la autoridad del trabajo
a su estricta observancia. En primer lugar, se dice que para
suspender el trabajo por motivo de huelga es preciso que ésta
tenga por objeto alguno o algunos de los enunciados en la ley,
en segundo término, que dicha suspensión la lleven a cabo la
mayoría de los trabajadores de una empresa o establecimiento,
y, en tercer lugar, que el emplazamiento se formule conforme a
los lineamientos legales.
El concepto de mayoría obrera o de pluralidad de trabajadores
como lo denomina Cabanellas, debe entenderse que comprende
la mitad más uno del total de los trabajadores de las empresas
en que vayan a suspenderse las labores, sólo que -según lo
expresa- la fijación de una cifra o porcentaje de huelguistas para
legitimar la medida de fuerza que se adopta, provoca una serie
de dificultades en cuanto a establecer si esa suma corresponde a
la totalidad de los trabajadores o a una sección de la misma; por
ello prefiere que se tenga en cuenta más la función y la
actividad que desarrollen, que el conteo o recuento como lo
entendemos nosotros. Conforme a este criterio, en los países
europeos, p.e., no se toma en consideración en la declaración de
una huelga el concepto de ''mayoría'', porque de acuerdo con sus
legislaciones es suficiente que se opere la cesación concertada y
simultánea de la actividad que desarrollen los trabajadores, ya
sea decidida por fina asociación profesional, por una coalición o
por un grupo social representativo del interés común, para que
pueda tener lugar un movimiento de huelga, esto es, en tanto un
número bastante grande de trabajadores ejerza presión sobre un
patrón y pueda suspender el trabajo, tal participación es
suficiente para aceptar el ejercicio del derecho respectivo, sin
más limitaciones que las señaladas en las leyes
correspondientes.
Entre nosotros las categorías de trabajadores que pueden
formar mayoría para declarar una huelga han sido integradas
por el maestro Castorena de la siguiente manera: a) no forman
parte de dicha mayoría aquellas personas que sólo poseen
respecto de la empresa una espectativa de derecho, o sea los
trabajadores eventuales o temporales; b) tampoco pueden ser
considerados trabajadores los contratados por el empresario con
posterioridad al planteamiento de la huelga; c) los altos
empleados, cualquiera que sea su designación, y d) los
empleados de confianza. En cuanto a los trabajadores separados
después de emplazada la huelga o aquellos a quienes haya sido
aplicada la cláusula de exclusión y hayan interpuesto demanda
en contra de tal determinación y aún no se haya dictado
resolución definitiva, así como los aprendices, si pueden formar
parte de la mayoría de trabajadores que emplacen a huelga.
EMPRESA PÚBLICA
I. Es la empresa del Estado cuyo objeto es la producción
económica de bienes y servicios. En otras palabras, lo dijimos
antes, empresa pública ''es un organismo económico
coordinador de diversos elementos y bienes del Estado, para
producir bienes y servicios''. Comprende la actividad industrial
y comercial del Estado.
EMPRESA
I. La palabra empresa, según el Diccionario de la Academia de
la Lengua, procede del latín inprehensa, que quiere decir cogida
o tomada, y da dos acepciones que se aplican al concepto
jurídico: ''Casa o sociedad mercantil o industrial fundada para
emprender o llevar a cabo... negocios o proyectos de
importancia.'' ''Obra o designio llevado a efecto, en especial
cuando en el intervienen varias personas.''.
En cuanto a la primera acepción, el concepto jurídico de la
empresa en efecto e refiere a la ''casa o fondo de comercio'';
aspecto patrimonial que se relaciona con la expresión francesa
fond de commerce, y que entre nosotros, siempre, según aquel
Diccionario, quiere decir (fondo) el ''caudal o conjunto de
bienes de una persona o comunidad'' que se establece para
realizar negocios; es decir, la actividad del fundador
(empresario o titular de la empresa) que se desenvuelve con una
cierta finalidad (producir para el mercado), que es a lo que se
refiere la otra acepción del Diccionario: una obra o un designio
del dueño de la empresa.
ENDOSO
I. del latín indorsare, de in en y dorsum espalda, dorso; en
italiano girare, girata; en francés au dos endossement; en
alemán girieren indossieren, indosso, indossament; en inglés
indorsement. ''Lo que para endosar una letra u otro documento a
la orden se escribe en su respaldo o dorso.'' Endosar, ''ceder a
favor de otro una letra de cambio u otro documento de crédito
expedido a la orden, haciéndolo constar así al respaldo o dorso''.
(Diccionario de la Lengua española.) ''La cesión o traspaso que
se hace de las letras de cambio. Poner la contenta en las letras
de cambio, pasarlas y girarlas a favor de otro: y así se suele
decir, esta letra esta endosada por estar puesta la contenta a
favor de otra persona. Es voz puramente italiana, que
corresponde en castellano a traspasar y ceder a favor de otro la
letra de cambio, vale o papel de crédito, y modernamente
introducida y usada entre los hombres de comercio''
(Diccionario de Autoridades).
Establecer un concepto de endoso resulta complejo debido a
que existen diversos tipos de él; a que son varios los efectos y
las funciones que se le atribuyen y a que su naturaleza jurídica
ha de precisarse en relación con cada aspecto del complicado
fenómeno de la transmisión del título. Sin embargo, nos
permitimos ofrecer el siguiente: es una cláusula accesoria,
incorporada al título, que contiene una declaración unilateral de
voluntad de su suscriptor, por la que el poseedor legítimo, al
transmitir el documento, faculta al adquirente el ejercicio de los
derechos cambiarios.
Elementos de la definición; 1) cláusula accesoria; 2)
inseparable, y 3) reemplazo del suscriptor.
Por otra parte, debemos tener muy en cuenta que el endoso
produce tres efectos: 1 Documentar el traspaso del título; 2
Legitimar al adquirente, como nuevo y autónomo acreedor
cambiario, mediante la cadena ininterrumpida de endosos, y 3.
La obligación de garantía del endosante (Ferrara).
ENRIQUECIMIENTO ÍLICITO
I. De acuerdo con la reciente reforma al «CP» publicada en el
«DO» del 5 de enero de 1983, el enriquecimiento ilícito está
tipificado como un delito de los servidores públicos; existe
cuando un servidor público no pudiere acreditar el legítimo
aumento de su patrimonio o la legítima procedencia de los
bienes a su nombre o de aquellos respecto de los cuales se
conduzca como dueño, en los términos de la «LFRSP» («a.»
224 de «CP»). Además, aclara el texto de referencia, que
también incurre en responsabilidad penal quien haga figurar
como suyos bienes que el servidor público adquiera o haya
adquirido en contravención de los dispuestos por la ley de
responsabilidades mencionada, a sabiendas de esta
circunstancia.
EQUIDAD
I. (Del latín aequitas-atis, igualdad de ánimo.) El antecedente
histórico directo del concepto de equidad se encuentra en
Aristóteles, quien habla de la Epiqueya como la prudente
adaptación de la ley general, a fin de aplicarla al caso concreto.
La equidad era para Aristóteles, en sí, una forma de la justicia.
Este concepto de Aristóteles ha perdurado a través del tiempo
sin haber sido modificado en substancia. En la Edad Media los
escolásticos consideraron la equidad, como un correctivo del
derecho, correctivo indispensable para que el derecho no
perdiese su fin auténtico.
En época moderna Lumia ha definido la equidad como el
juicio atemperado y conveniente que la ley confía al juez. La
equidad constituye el máximo de discrecionalidad que la ley
concede al juez en algunos casos, cuando la singularidad de
ciertas relaciones se presta mal a una disciplina uniforme.
Lumia expone que la equidad no debe confundirse con el mero
arbitrio, porque esto significaría un mal uso por parte del juez
de sus poderes en cambio cuando decide conforme a equidad
respeta aquellos principios de justicia que se encuentran
recibidos por el ordenamiento jurídico positivo o que son
compartidos por la conciencia común.
ERARIO
I. Del latín aerarius, tesoro público de una nación, provincia o
pueblo. Tesoro público es la masa de recursos monetarios y
medios de pago que tienen una entidad pública, disponible para
efectuar sus gastos.
ESTADO CIVIL
I. Atributo de la personalidad que se refiere a la posición que
ocupa una persona en relación con la familia; presupuesto
necesario, junto con el estado político, para conocer cuál es la
capacidad de una persona. Comprende el estado de cónyuge y el
de pariente, ya sea por afinidad, adopción o consanguinidad.
Tiene su origen en un hecho jurídico el nacimiento- o en actos
de voluntad como el matrimonio. Este estado se comprueba
mediante las constancias respectivas en el Registro Civil, salvo
los casos expresamente exceptuados por la ley («a.» 39 «CC»).
ESTADO DE DERECHO
I. Por ''Estado de derecho'' (Rule of law para los juristas
angloamericanos) se entiende, básicamente, aquel Estado cuyos
diversos órganos e individuos miembros se encuentran regidos
por el derecho y sometidos al mismo; esto es, Estado de derecho
alude a aquel Estado cuyo poder y actividad están regulados y
controlados por el derecho.
En este sentido, el Estado de derecho contrasta con todo poder
arbitrario y se contrapone a cualquier forma de Estado absoluto
o totalitario (como ocurre con el llamado ''Estado de policía''
que, lejos de proponerse el mantenimiento del orden jurídico, se
caracteriza por otorgar facultades discrecionales excesivas a la
administración para hacer frente a las circunstancias y conseguir
los fines que esta se proponga alcanzar).
ESTADOS FINANCIEROS
I. Aquellos documentos que muestran la situación económica de
una empresa, la capacidad de pago de la misma a una fecha
determinada, pasada, presente o futura; o bien, el resultado de
operaciones obtenidas en un periodo o ejercicio pasado,
presente o futuro, en situaciones normales o especiales
(Perdomo M., Abraham).
De la definición transcrita, se desprende que los estados
financieros son tratados solamente desde el punto de vista
contable.
Para poder analizar desde el punto de vista jurídico lo que son
los estados financieros, es necesario tratar de conceptuarlos con
una terminología apropiada, toda vez que no existe una
definición legal, sino solamente se indica en qué consisten
según el «a.» 172 de la «LGSM» y el «a.» 3o., del decreto del
17 de enero de 1981, que reformó al «a.» mencionado que a la
letra dice:
''A partir de la vigencia de este decreto, todas las expresiones
de las leyes mercantiles en que se hable de balance general, o
cualquier otra expresión equivalente, como documento de
información financiera, se entenderán en el sentido de que
dichas expresiones incluyen los estados y notas establecidos en
los incisos c) y g) del artículo 172 de la Ley General de
Sociedades Mercantiles''; y el «a.» 172 «LGSM», señala ''Las
sociedades anónimas, bajo la responsabilidad de sus
administradores, presentarán a la asamblea de accionistas,
anualmente, un informe que incluya por lo menos: a) un
informe de los administradores sobre la marcha de la sociedad
en el ejercicio, así como sobre las políticas seguidas por los
administradores y, en su caso, sobre los principales proyectos
existentes.''.
EVASIÓN FISCAL
I. Cualquier hecho, comisivo u omisivo del sujeto pasivo de la
imposición que contravenga o viole una norma fiscal, en virtud
del cual una riqueza imponible en cualquier forma resulte
sustraída, total o parcialmente, al pago del tributo previsto por
la ley, constituye una evasión tributaria. Para que la acción
comisiva u omisiva del contribuyente sea capaz de producir
consecuencias jurídicas en el ámbito del derecho tributario es
necesario que este prevista una sanción penal o pecuniaria, que
configure el delito o el ilícito tributario. También en el sector
del derecho financiero, por tanto, la separación entre las dos
categorías de hechos -a las que corresponden diferentes
sanciones- sólo es posible en relación con la naturaleza de la
sanctio juris, por la reconocida dificultad de una clara distición
conceptual entre el ilícito y el delito tributario dificultad que
depende además de obstáculos que se interponen para la
caracterización de una diferencia sustancial entre dichos grupos
de acciones jurídicas.
EXPROPIACIÓN
I. (Del latín ex y proprio.) Expropiar consiste en desposeer
legalmente de una cosa a su propietario, por motivos de utilidad
pública, otorgándole una indemnización justa.
EXTRADICIÓN
I. (Del latín ex: fuera de, y traditio-onis: acción de entregar.) Es
el acto mediante el cual un Estado hace entrega de una persona
refugiada en su territorio a otro Estado que la reclama, por estar
inculpada, procesada o convicta en éste de la comisión de un
delito del orden común, a fin de que sea sometida a juicio o
recluida para cumplir con la pena impuesta.
FACTURA
I. (Del latín factura.) Es un documento privado, no negociable,
de carácter exclusivamente probatorio, expedido por
empresarios, en el cual se hacen constar la mercancía o
mercancías que han sido objeto de una operación comercial y su
importe. En la actualidad se facturan también servicios.
Contablemente es una cuenta que describe la operación y
muestra el importe del adeudo creado por ésta. El comprador, o
quien recibe el servicio, comprueban el pago y el gasto
correspondiente cuando tienen en su poder la factura firmada.
Los documentos que en el uso cotidiano se llaman notas,
cuentas, etc., son auténticas facturas.
La doctrina mercantilista concedía gran atención a esta clase
de documentos; típicos del tráfico mercantil. No sucede lo
mismo en nuestros tiempos. Esta circunstancia es poco
explicable si se atiende a la importancia tan grande que tienen
las facturas, por lo menos en los siguientes aspectos: 1) En
cuanto al contenido y ejecución del contrato originario. En
efecto, puede ser el documento que implica su ejecución. Pero
puede, también, ser enviada sin que exista contrato previo,
como una oferta para contratar. Puede ser total o parcial; estar
de acuerdo con los aspectos esenciales (cosas o servicios y
precio); o diferir en alguno o algunos de ellos. Puede contener
modificaciones o cláusulas naturales o accidentales; o incluir
nuevos términos, como lo serían lugar y época de pago,
intereses, limitaciones de garantías y reclamaciones etc. De todo
ello resulta la gran importancia que tiene determinar los efectos
que produce la factura para quien la recibe; y así poder
determinar cuándo, cómo y con qué efectos puede estimarse que
hubo aceptación o rechazo de la factura. Así como si tal
aceptación o rechazo son totales o parciales. 2) En cuanto a los
efectos que puede producir respecto a personas ajenas a la
operación; respecto de terceros. La factura, con gran frecuencia,
documenta una transmisión; de propiedad. Se tiende a pensar,
en general de modo erróneo, que surte efectos de título de
propiedad; como si fuera un titulovalor representativo de los
bienes que ampara. Se usa endosar facturas, pretendiendo con
ello transmitir la propiedad de los bienes que amparan. En otras
ocasiones con la intención de constituir sobre esos bienes
prenda sin desposesión. Lo que no es legalmente posible; salvo
el caso de excepción que adelante se señala. Y así se discute si
es o no es un documento endosable. Ya apunté que no lo es.
Adelante puede verse que éste ha sido el criterio de nuestros
tribunales. 3) En cuanto documento que registra el crédito que
el emisor de la factura tiene en contra de su cliente. Problema
que puede ser de gran importancia en el futuro con el desarrollo,
cada vez más mayor, del factoring o factoraje. Incluso hay
países, como Francia, que reglamentan ya la factura protestable,
documento que permite obtener crédito bancario en operaciones
a corto plazo, pudiendo endosarse a instituciones bancarias y
crediticias. Endoso que produce efectos similares, pero no
iguales, al de los titulosvalor cambiarios. 4) En cuanto a sus
implicaciones fiscales, primordialmente como documento que
prueba ingresos y gastos.
Un problema de gran importancia, y descuidado por completo,
es el de la fecha cierta de las facturas. De acuerdo con la tesis
de jurisprudencia 131 (Apéndice al «SJF» de 1917-1985 Sala
Civil, solamente puede considerarse que los documentos
privados tienen fecha cierta cuando han sido presentados a un
registro público o ante un funcionario, o a partir de la fecha de
la muerte de cualquiera de sus firmantes. Criterio que se
refuerza con la ejecutoria Fulgencio Antonio Díaz y Coags.
(SJF, sexta época, cuarta parte, «vol.» XVI, AD 2544/56), en
donde se sostuvo que los documentos simples provenientes de
terceros, no objetados por la parte a quien perjudican, hacen
prueba plena, con excepción de los que consignan contratos o
actos traslativos de dominio, los cuales para tener eficacia es
necesario que sean de fecha cierta.
Estos criterios no son compatibles con las necesidades del
comercio, ni se justifican. En general los comerciantes emiten
numerosas facturas, foliadas, con numeración progresiva, y que
se registran en breve término en la contabilidad de las partes, de
modo que existen bastantes elementos que soportan la fecha
cierta de las facturas. De manera que el criterio jurisprudencial
que comento no es aplicable al caso de las facturas. Salvo que
se demuestre que están irregularmente emitidas. Esta
interpretación puede desprenderse de las ejecutorias que
adelante se citan.
FALSEDAD
I. (Proviene del latín, falsitas, cuyo significado precisamente en
forma literal es falsedad, mentira, la cosa falsa.).
FALTA
I. (Del latín fallitus, por falsus, de fallere, engañar, faltar.)
Asimismo, se relaciona estrechamente con la palabra
contravención que proviene del latín transgressio y con violatio,
que se identifican con infracción y violación; el agente de la
falta es el transgresor, el quebrantador de la ley.
FE PÚBLICA
I. El concepto de fe tiene diferentes acepciones que se refieren
básicamente a un acto subjetivo de creencia o confianza por un
lado, o a la seguridad que emana de un documento. Carral y de
Teresa (Derecho notarial...) explica que mediante la fe pública
se esta en presencia de afirmaciones que objetivamente deben
ser aceptadas como verdaderas por los miembros de una
sociedad civil, en acatamiento del ordenamiento jurídico que lo
sustenta.
Dada la complejidad de las relaciones jurídicas en una
sociedad, fue necesario crear todo un sistema a fin de que
pudieran ser aceptados como ciertos algunos negocios jurídicos
a pesar de no haberse presenciado su realización. Este sistema
inicia con la investidura de determinadas personas con una
función autenticadora a nombre del Estado, de tal manera que
su dicho es una verdad oficial cuya creencia es obligatoria.
III. Existen dos tipos y dos clases de fe pública. Los tipos son,
originario y derivado. El primero se da cuando el documento
está integrado por la narración inmediata de los hechos
percibidos por el funcionario; el segundo se da cuando se actúa
sobre documentos preexistentes.
Las clases son: fe pública judicial, de la que gozan los
documentos de carácter judicial autenticados por el secretario
judicial; fe pública mercantil que tienen los actos y contratos
mercantiles celebrados con intervención del corredor fe pública
registral tanto de los actos consignados en el Registro Civil
como en el Registro Público de la Propiedad, y fe pública
notarial que emana de los actos celebrados ante notario público.
FEDERALISMO Y CENTRALISMO
I. En la historia de México estos vocablos aluden a dos de las
opciones que se consideraron viables para la constitución del
país a raíz de su Independencia. En la lucha entre liberales y
conservadores, por lo general, los primeros fueron federalistas,
aunque esto no constituye una regla, ya que, sobre todo después
de la independencia, algunos liberales fueron monarquistas. Sin
embargo, con el tiempo se identificaron mayormente las
tendencias liberales con la opción federalista.
FIDEICOMISO
I. (Del latín fideicommissum; de fides, fe, y commissus,
confiado.) Contrato mediante el cual una persona física o moral
transfiere la propiedad sobre parte de sus bienes a una
institución fiduciaria, para que con ellos se realice un fin lícito,
que la propia persona señala en el contrato respectivo.
FINANZAS PÚBLICAS
I. Son los ingresos y los gastos del Estado, normalmente
previstos en el presupuesto. Estas operaciones están sujetas al
principio de legalidad y tienen por objeto realizar las funciones
financieras del Estado. El termino finanzas públicas es muy
debatido en virtud de que para varias corrientes del pensamiento
económico y financiero no comprende el alcance real de la
disciplina sistematizada históricamente bajo este concepto.
II. Antecedentes históricos. Un antecedente inmediato de la
sistematización de la actividad financiera del Estado fue
planteada por los cameralistas, escuela surgida y desarrollada en
los estados germánicos especialmente en el siglo XVIII, y que
tuvo entre sus preocupaciones fundamentales la clasificación y
sistematización de los ingresos y de los gastos públicos. Entre
las aportaciones de esta escuela destaca la clasificación de los
ingresos públicos en recursos provenientes de las
contribuciones, los que se originan en las empresas del Estado y
los emanados del crédito público. Pero es con la obra de Adam
Smith cuando se inicia una nueva etapa del planteamiento
doctrinario en la economía y consecuentemente en las finanzas
públicas. En la obra de Smith se plantean las características que
deben resumir los gastos y los ingresos del gobierno en el
esquema del capitalismo clásico, en el que un principio
fundamental es la no intervención del Estado en los procesos
económicos. Por lo tanto, los gastos gubernamentales debían
limitarse a: 1) la protección de la sociedad (contra violencias e
invasiones); 2) la protección del individuo (contra la injusticia y
la opresión); 3) la realización y el mantenimiento de los gastos
del soberano o el imperio. El financiamiento de estos gastos
públicos debía realizarse principalmente a través de los
impuestos, los cuales se debían regir por los principios de
igualdad, certidumbre, conveniencia y economía. El equilibrio
presupuestal fue también un principio básico. A partir de Smith
el desarrollo del pensamiento financiero y fiscal fue sustancial
como en David Ricardo y John Stuart Mill. La mayor parte de
las escuelas del pensamiento financiero público coincidieron en
sostener el principio del equilibrio presupuestal como el
elemento fundamental de la operación de las finanzas públicas,
independientemente de las discusiones sobre los aspectos
teóricos fundamentales.
En el siglo XX tuvo particular importancia la obra de John
Maynard Keynes cuya influencia es para algunos autores
comparable con la ejercida por Marx desde un siglo antes. A
partir de la obra de Keynes los temas y análisis sobre las
finanzas públicas han tenido, en el ámbito del neocapitalismo,
un desarrollo muy amplio. Por otra parte, en los países en
desarrollo el estudio de las finanzas públicas y de la política
fiscal se ha generalizado especialmente a partir de la segunda
posguerra mundial.
FIRMA
I. (Del latín firmare, afirmar, dar fuerza.) En la práctica no es
más que ''el conjunto de signos manuscritos por una persona
que sabe leer y escribir, con los cuales habitualmente
caracteriza los escritos cuyo contenido aprueba'' (Mantilla
Molina). Según la Academia es el ''nombre y apellido, o título,
de una persona, que esta pone con rúbrica al pie de un
documento escrito de mano propia o ajena, para darle
autenticidad o para obligarse a lo que en él se dice y rubrica''; es
el ''rasgo o conjunto de rasgos de figura determinada, que como
parte de la firma pone cada cual después de su nombre o título.
A veces pónese la rúbrica sola; esto es, sin que vaya precedida
de nombre o título de la persona que rubrica''.
FISCO
I. El término fisco proviene de la palabra latina fiscus, que en su
acepción original significó cesto de mimbre en el que se
guardaba el dinero. Posteriormente, el vocablo se aplicó al
tesoro del príncipe, para distinguirlo del erario que era el tesoro
público. En la España medieval, de acuerdo con Escriche, se
llamó fisco o cámara del rey al tesoro o patrimonio de la casa
real, y erario al tesoro público o del Estado; pero
confundiéndose después ambos, bajo el término fisco. Agrega el
autor citado que se entiende por fisco el erario del Estado, o sea
la hacienda pública.
Para Flores Zavala recibe el nombre de fisco el Estado
considerado como titular de la hacienda pública, y, por lo tanto,
con derecho a exigir el cumplimiento de las obligaciones
existentes a su favor y con obligación de cubrir las que resulten
a su cargo.
FLAGRANCIA
I. Del latín flagrantia. Se da propiamente la flagrancia cuando el
autor del delito es sorprendido en el acto de cometerlo. No es,
pues, una condición intrínseca del delito, si no una característica
externa resultante de una relación circunstancial del delincuente
con su hecho. Su presencia en el lugar del hecho y en el instante
de su comisión es lo que hace la flagrancia ''y no el cadáver
todavía sangrante ni la casa que se incendia'' (Manzini). Con
razón entendía Carrara la distinción entre delitos flagrantes y no
flagrantes como esencialmente artificial y relativa.
III. La historia del FMI pasa por varias fases, a través de las
cuales va acumulando funciones de ordenamiento monetario y
de proveedor de recursos cambiarios, y no deja de mantener una
estrecha unidad de concepciones, políticas y actuaciones en el
Banco Mundial.
Su Junta de Gobernadores está compuesta por representantes
designados por los países miembros (uno por cada uno), que
tienen 250 votos más un voto por cada cien mil dólares de su
cuota de suscripción. La junta elige a su vez un cuerpo ejecutivo
de 20 directores que dirigen las operaciones regulares del FMI,
estudian los problemas monetarios y cambiarios, asignan
recursos a países miembros que lo soliciten.
Los países miembros contribuyen al fondo con cuotas fijadas
según un cálculo sobre sus respectivos medios, pagaderas en
oro y en sus respectivas monedas. Las cuotas de contribución al
fondo determinan los derechos de voto y la capacidad de
endeudamiento de cada país. El fondo constituido así por
reservas de oro y divisas puede ser usado por las autoridades de
la institución para los siguientes objetivos:
1) Ayuda a los países miembros en dificultades temporarias de
sus balanzas de pago, el cumplimiento de deudas
internacionales, para el sostén de monedas desfallecientes y
para la estabilización de sus tasas de cambio. Esta ayuda puede
asumir la forma de créditos de corto y mediano plazo en favor
de los respectivos gobiernos. El FMI adelanta dinero a tales
gobiernos, les provee de oro y divisas que necesitan a cambio
de sus propia moneda.
2) Otorgamiento de créditos de stand-by para países en
dificultades, sobre los cuales pueden los gobiernos girar si es
necesario.
Países miembros en situación deficitaria y que solicitan ayuda
del FMI deben consultarle sobre los procedimientos adecuados
para un mejoramiento de su balanza de pago. También los
países miembros deben observar una tasa de cambio y un
margen de fluctuaciones determinado en relación a ella; la tasa
fijada sólo puede modificarse por desequilibrios fundamentales,
todo ello para evitar los males de las devaluaciones
competitivas.
FRAUDE
I. Proviene del latín fraus, udis, fraudis que es genitivo de fraus
y que significa engañar, usurpar, despojar, burlar con fraude;
fraudulentus, equivalente a fraudulento, engañoso, fingido,
falaz, malicioso. Gramaticalmente es engaño o acción contraria
a la verdad o rectitud.
FUERO
I. En el derecho procesal mexicano se utiliza la voz fuero como
sinónimo de competencia, cuando se habla de fuero común,
fuero federal y fuero del domicilio como sinónimo de
jurisdicción, que sería el caso del fuero de guerra; también se
habla de fuero constitucional, en donde tiene otro significado,
ya que trata de un requisito de procedibilidad.
En efecto, la «LOTJFC» utiliza la voz fuero común como
sinónimo de competencia local, el «CP» habla de fuero común
y fuero federal en vez de delitos locales y delitos federales; la
Ley de la Defensoría de Oficio Federal menciona fuero federal
en lugar de competencia federal, y así sucesivamente se pueden
multiplicar los ejemplos.
El «a.» 13 constitucional habla del fuero de guerra por unas
razones de tipo histórico, ya que ha sido término tradicional de
nuestro derecho patrio desde la época colonial, sin embargo no
se trata de un fuero en estricto sentido, sino más bien de un
régimen jurídico especializado en delitos y faltas contra la
disciplina militar.
FUNCIONARIOS PÚBLICOS
I. El funcionario público en México es un servidor del Estado,
designado por disposición de la ley para ocupar grados
superiores de la estructura orgánica de aquel y para asumir
funciones de representatividad, iniciativa, decisión y mando.
Este concepto se fundamenta en un criterio orgánico, de
jerarquía y de potestad pública que da origen al carácter de
autoridad que reviste a los funcionarios públicos para
distinguirlos de los demás empleados y personas que prestan
sus servicios al Estado, bajo circunstancias opuestas, es decir,
ejecutan ordenes de la superioridad y no tienen
representatividad del órgano al que están adscritos.
Este concepto, desde el punto de vista administrativo, se
adapta con mayor claridad al campo de lo propiamente
administrativo y del ejercicio de las facultades del Poder
Ejecutivo que la C le confiere en la esfera administrativa, lo que
excluye la situación de los demás funcionarios de los órganos
constitucionales como el Congreso de la Unión que acceden al
servicio del Estado, mediante elección popular. Tratándose del
Poder Judicial, y aun cuando en éste la designación de los
ministros de la «SCJ» es hecha por el presidente de la
República, el régimen jurídico de sus relaciones con el Estado,
es un régimen especial y acorde con la naturaleza de la función
que desempeñan.
GARANTÍAS INDIVIDUALES
I. La declaración mexicana de derechos humanos está contenida
en dos partes: la de garantías individuales y la de garantías
sociales.
II. La C comienza con la declaración de garantías individuales,
y así se intitula el c. I del «tít.» primero. Podemos decir que ésta
es la parte axiológica de la ley fundamental y la causa base de
toda la organización política.
El «a.» 1o de la C manifiesta: ''En los Estados Unidos
Mexicanos todo individuo gozará de las garantías que otorga
esta Constitución, las cuales no podrán restringirse ni
suspenderse, sino en los casos y con las condiciones que ella
misma establece''.
Algunos autores consideran que este «a.» asienta la tesis
positivista respecto a los derechos humanos. Nosotros
sostenemos que la tesis que se encuentra en el «a.» primero es
la misma que se halla en todo el constitucionalismo mexicano:
el hombre es persona jurídica por el hecho de existir, y como
persona tiene una serie de derechos.
Ahora bien, el «tít.» de este c. en la C de 1857 fue: ''De los
derechos del hombre'' y su «a.» 1o. dijo: ''El pueblo mexicano
reconoce, que los derechos del hombre son la base y el objeto
de las instituciones sociales. En consecuencia declara, que todas
las leyes y todas las autoridades del país, deben respetar y
sostener las garantías que otorga la presente Constitución''.
Luego, ¿existe, en el cambio de redacción del «a.» 1o y del
«tít.» del c., tesis diferente respecto a los derechos humanos
entre los textos de 1857 y 1917? No, no existe ningún cambio
de tesis, es la misma, con solo una diferencia: nuestra actual C
ya no expreso la fuente de las garantías que otorga, sino que
omitió este aspecto Pero, es indudable que la fuente de nuestras
garantías individuales es la idea de los derechos del hombre.
Baste observar la similitud que existe en los contenidos de las
dos declaraciones.
Además, los diputados integrantes del Congreso Constituyente
de 1916-1917 aceptaron la existencia de los derechos del
hombre. Así, Mújica manifestó: ''La Comisión juzgara que esas
adiciones que se le hicieron al artículo son las que pueden
ponerse entre las garantías individuales que tienden a la
conservación de los derechos naturales del hombre... tomó la
Comisión lo que creyó más conveniente bajo el criterio de que
en los derechos del hombre deben ponerse partes declarativas, o
al menos, aquellas cosas que por necesidad social del tiempo
vinieren a constituir ya una garantía de los derechos del
hombre.''.
En el Congreso Constituyente se habló indistintamente de
derechos del hombre y de garantías individuales. En la
discusión sobre el «a.» de la enseñanza, p.e, en cuatro ocasiones
se hizo referencia a los derechos del hombre y en quince a las
garantías individuales.
Podemos concluir que mientras los derechos del hombre son
ideas generales y abstractas, las garantías, que son su medida,
son ideas individualizadas y concretas.
III. La declaración de garantías individuales que contiene la C
mexicana de 1917, abarca más de 80. Su clasificación se
justifica únicamente por motivos didácticos. No existe ninguna
garantía que correlativamente no tenga alguna obligación, y una
garantía fácilmente podría ser colocada en más de un casillero
de cualquier clasificación. Para mencionar cuales son las
principales garantías individuales que nuestra C asienta,
seguimos una clasificación, pero solo como método.
La declaración de garantías individuales se divide en tres
grandes partes: los derechos de igualdad, libertad y seguridad
jurídica.
En la C de 1917, las garantías de igualdad son: I) goce, para
todo individuo, de las garantías que otorga la C («a.» I); 2)
prohibición de la esclavitud («a.» 2) 3) igualdad de derechos sin
distinción de sexos («a.» 4); 4) prohibición de títulos de
nobleza, prerrogativas y honores hereditarios («a.» 12); 5)
prohibición de fueros («a.» 13), y 6) prohibición de ser
sometidos a proceso con apoyo en leyes privativas o a través de
tribunales especiales («a.» 13).
Las garantías de libertad se dividen en tres grupos: a) las
libertades de la persona humana, b) las libertades de la persona
cívica, y c) las libertades de la persona social.
Las libertades de la persona humana se subdividen en
libertades físicas y libertades del espíritu. Las libertades de la
persona humana en el aspecto físico son: 1) libertad para la
planeación familiar («a.» 4); 2) libertad de trabajo («a.» 5); 3)
nadie puede ser privado del producto de su trabajo, si no es por
resolución judicial («a.» 5), 4) nulidad de los pactos contra la
dignidad humana (a. 5); 5) posesión de armas en el domicilio
para la seguridad y legitima defensa. La Ley establece las
condiciones para la portación de armas (a. 10); 6) libertad de
locomoción interna y externa del país (a. 11); 7) abolición de la
pena de muerte salvo en los casos expresamente consignados en
la C (a. 22), aun cuando dicha pena ha sido suprimida
totalmente, al derogarse paulatinamente las disposiciones
respectivas de los códigos penales federal y de todas las
entidades federativas.
Las libertades de la persona humana en el aspecto espiritual
son: I) libertad de pensamiento (a. 6); 2) derecho a la
información (a. 6); 3) libertad de imprenta (a. 7); 4) libertad de
conciencia (a 24); 5) libertad de cultos (a. 24); 6) libertad de
intimidad, que comprende dos aspectos: inviolabilidad de la
correspondencia e inviolabilidad del domicilio (a. 16).
Las garantías de la persona cívica son: 1) reunión con fin
político (a. 9); 2) manifestación pública para presentar a la
autoridad una petición o una protesta (a. 9); 3) prohibición de
extradición de reos políticos (a. 15).
Las garantías de la persona social son: la libertad de asociación
y de reunión (a. 9).
Las garantías de la seguridad jurídica son: 1) derecho de
petición (a. 8); 2) a toda petición, la autoridad contestará por
acuerdo escrito (a. 8); 3) irretroactividad de la ley (a. 14); 4)
privación de derechos sólo mediante juicio seguido con las
formalidades del proceso (a. 14); 5) principio de legalidad (a.
14); 6) prohibición de aplicar la analogía y la mayoría de razón
en los juicios penales (a. 14); 7) principio de autoridad
competente (a. 16); 8) mandamiento judicial escrito, fundado y
motivado, para poder ser molestado en la persona, familia,
domicilio, papeles o posesiones (a. 16); 9) detención solo con
orden judicial (a. 16); 10) abolición de prisión por deudas de
carácter puramente civil (a. 17); 11) prohibición de hacerse
justicia por propia mano (a. 17); 12) expedita y eficaz
administración de justicia (a. 17); 13) prisión preventiva solo
por delitos que tengan pena corporal (a. 18); 14) garantías del
auto de formal prisión (a. 19); 16) garantías del acusado en todo
proceso criminal (a. 20); 16) solo el ministerio público y la
policía judicial pueden perseguir los delitos (a, 21); 17)
prohibición de penas infamantes y trascendentes (a. 22); 18)
nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo delito (a. 23), y
19) los juicios criminales no pueden tener más de tres instancias
(a. 23).
IV La declaración de garantías sociales está contenida
primordialmente en los «aa.» 3, 27, 28 y 123 de la C, que se
refieren a la educación, al agro, al régimen de propiedad y al
aspecto laboral.
Las garantías sociales protegen al hombre como integrante de
un grupo social y le aseguran un mínimo educativo y
económico. Las garantías sociales implican un hacer por parte
del Estado, en cambio las garantías individuales representan
primordialmente una abstención por parte del propio Estado.
A través de las garantías sociales se protege a los grupos
sociales más débiles. Para ello nacieron atas garantías y en parte
así subsisten, solo que actualmente se han extendido para
otorgar protección en general; tal es el caso de la educación y de
la seguridad social.
La idea de los derechos sociales lleva implícita la noción de: a
cada quien según sus posibilidades y sus necesidades, partiendo
del concepto de igualdad de oportunidades. Para reglamentar
estas garantías sociales, han nacido especificas ramas del
derecho.
GARANTÍAS SOCIALES
I. Disposiciones constitucionales que establecen y regulan los
derechos y prerrogativas de los grupos humanos o de la nación
en su conjunto, conforme a criterios de justicia y bienestar
colectivos.
II. Las garantías sociales se encuentran contenidas en los «aa.»
3o, 27 y 123 de la C, que se refieren, respectivamente, a la
educación, a los derechos de la nación sobre sus recursos, a la
proscripción del latifundismo y a la protección del campesino, a
la tutela del trabajador. Sin embargo, en otras disposiciones
constitucionales también se hacen referencias a aspectos
vinculados con las garantías sociales. Tal es el caso del «a.» 4o,
relativo a la salud y al menor; del 28, relativo a las facultades
del Estado en materia económica, y del 7.3, que confiere al
Congreso de la Unión facultades para legislar en materias que
incluyen a las garantías sociales.
1) Los elementos dominantes en la versión original del «a.»
.3o constitucional se traducían en una obligación para el Estado
en cuanto a proporcionar enseñanza libre, gratuita y laica, y en
una responsabilidad, también del Estado, en el sentido de
ejercer la adecuada supervisión sobre las escuelas particulares.
En 1934 el «a.» 8o fue reformado para establecer que la
educación impartida por el Estado seria socialista, excluiría toda
doctrina religiosa, combatiendo el fanatismo y los prejuicios y
crearía en la juventud un concepto racional y exacto del
universo y de la vida social. Por otra parte, se atribuía de
manera exclusiva al Estado la facultad de impartir educación
primaria, secundaria y normal, si bien se consideraba la
posibilidad de autorizar a los particulares que desearan impartir
esos niveles de enseñanza, para que lo hicieran de acuerdo con
las normas establecidas en el propio artículo.
A partir de 1934 el «a.» 8o también indico que las actividades
y la enseñanza en los planteles particulares deberían ajustarse a
la disposición según la cual la educación sería socialista y
excluir toda doctrina religiosa. Por otra parte, la definición de
planes, programas y métodos de trabajo correspondería de
manera exclusiva al Estado, y contra las resoluciones
concediendo o negando autorizaciones para el funcionamiento
de planteles particulares, no procedería recurso o juicio alguno.
Con esto se introdujo una excepción expresa en cuanto a la
procedencia del juicio de amparo.
Además de lo anterior, la reforma de 1934 acogió el concepto
de obligatoriedad de la enseñanza primaria y atribuyo al
Congreso de la Unión la facultad de expedir las leyes necesarias
destinadas a distribuir la función social educativa entre la
federación, los estados y los municipios.
En 1946 se llevo a cabo una tercera reforma a este «a.» El
texto entonces aprobado es el todavía en vigor, con excepción
de la actual «fr.» VIII, adicionada en 1980. Las características
fundamentales del «a.» 3o son: 1) el criterio que orienta a la
educación se mantiene por completo ajeno a cualquier doctrina
religiosa y se basa en los resultados del progreso científico
luchando, para tal efecto, contra la ignorancia, la servidumbre,
los fanatismos y los prejuicios; 2) la educación es democrática,
considerando como democracia a la estructura jurídica, al
régimen político y al sistema de vida fundado en el constante
mejoramiento económico, social y cultural del pueblo; 3) la
educación es nacional, en tanto que su preocupación
fundamental consiste en comprender los problemas del país,
aprovechar sus recursos, defender su independencia política y
económica y dar continuidad y acrecentamiento a su propia
cultura; 4) a propósito de la educación contribuir a la mejor
convivencia humana, 5) se autoriza a los particulares para
impartir educación en todos sus tipos y grados, manteniendo el
requisito de la autorización previa y expresa del poder público,
como se hizo a partir de la reforma de 1984; 6) se excluye a las
corporaciones religiosas de intervenir en los planteles donde se
imparte educación primaria, secundaria y normal, así como la
que se destina a obreros y campesinos; 7) se conserva el
principio de obligatoriedad de la enseñanza primaria y se
extiende el de gratuidad a toda la educación impartida por el
Estado, y 8) se garantiza la autonomía universitaria (a partir de
la reforma de 1980).
2) El «a.» 27 constitucional ha sido objeto de numerosas
reformas y adiciones a partir de 1917. De acuerdo con el texto
actualmente en vigor se puede establecer que las principales
disposiciones consisten en: I) la nación tiene el derecho de
imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte el
interés público y el de regular, en beneficio social, el
aprovechamiento de los elementos naturales susceptibles de
apropiación, con el propósito de llevar a cabo una distribución
equitativa de la riqueza pública de cuidar su conservación, de
lograr el desarrollo equilibrado del país y de mejorar las
condiciones de vida de la población rural urbana; 2)
corresponde a la nación el dominio directo de todos los recursos
naturales existentes en el país; 3) son propiedad de la nación las
aguas marinas, lacustres y fluviales. Las del subsuelo están
sujetas a reglamentación por parte del Ejecutivo federal.
Además, las aguas que por sus características no pertenezcan a
la nación quedaran sujetas a las disposiciones que dicten los
estados, a menos que se consideren como parte integrante de la
propiedad de los terrenos por los que corran o en los que se
encuentre sus depósitos; 4) el aprovechamiento de las aguas,
sujetas al dominio de la nación, sólo puede hacerse por
concesión del Ejecutivo federal; 5) el aprovechamiento de los
combustibles nucleares es exclusivo de la nación; 6) la nación
ejerce su soberanía en una zona económica exclusiva adyacente
al mar territorial, y 7) se determinan las condiciones para
adquirir el dominio de las tierras y aguas de la nación
estableciendo las disposiciones pertinentes para la defensa de
los intereses de la nación y para el ejercicio de las acciones
dotatorias o restitutorias de tierras. Asimismo. se establecen los
limites impuestos a los particulares en cuanto a la capacidad de
adquisición y composición de tierras en zonas rurales.
3) En lo que se refiere al «a.» 123 de la C, contiene, en sus
apartados A y B la protección y reivindicación de los derechos
individuales y colectivos del trabajador.
El «a.» 123, igual que el 27, ha sido objeto de numerosas
reformas a partir de 1917. La más importante consistió en
federalizar la legislación laboral a partir de 1929. Además, en
ese artículo se han introducido, paulatinamente, aspectos que
contribuyen a ensanchar el ámbito de las garantías sociales que
contiene. Así, p.e., a partir de 1960, con la introducción de un
nuevo apartado el B. se hicieron extensivos a los trabajadores al
servicio de los Poderes de la Unión y del Gobierno del Distrito
y Territorios Federales, muchas de las garantías sociales que
contenga ese artículo para los obreros, jornaleros, empleados,
domésticos, artesanos y de manera general para todos los que
prestaran servicios mediante contrato de trabajo.
Entre los principios actualmente en vigor figuran la jornada
máxima de ocho horas la prohibición de labores insalubres y
peligrosas; la prohibición de la utilización del trabajo de
menores de 14 años y la fijación de una jornada especial para
quienes se encuentren entre esta edad y los 16; el descanso
hebdomadario; la protección a la mujer durante el periodo de
embarazo la definición del salario mínimo; la participación de
los trabajadores en las utilidades de las empresas; la garantía de
igualdad en el salario, sin discriminación por concepto de sexo
o nacionalidad; el derecho a la vivienda; el derecho a la
capacitación y adiestramiento; el derecho de los trabajadores a
coligarse y a ejercer la huelga y el derecho de disfrutar de la
seguridad social.
GRAN JURADO
I. Constituirse en gran jurado es una atribución de la Cámara de
Diputados o de Senadores para dictaminar sobre la procedencia
de imputación en cuanto a delitos comunes, así como para
juzgar sobre la culpabilidad de delitos oficiales de los
funcionarios públicos.
La naturaleza del gran jurado depende del tipo de delitos que
se impute al funcionario:
1) Si el delito fuere común, corresponde con exclusividad a la
Cámara de Diputados el conocer de los actos delictuosos
cometidos por los funcionarios enunciados en el «tít.» cuarto de
la C. Al efecto, esta Cámara erigida en gran jurado practicará
todas las diligencias necesarias para el esclarecimiento de la
verdad. La declaratoria del gran jurado en este caso no prejuzga
sobre la culpabilidad penal del funcionario en el delito común
imputado, sino tan solo constituye una suspensión del fuero o
inmunidad de dicho funcionario que se traduce en una
autorización para que e pueda proceder penalmente en su contra
a través de la jurisdicción ordinaria.
2) Si d delito fuere oficial, el procedimiento de responsabilidad
requiere del concurso de ambas Cámaras. La Cámara de
Diputados fungiendo como jurado de acusación y la Cámara de
Senadores, erigida en gran jurado, como jurado de sentencia. En
este caso, el gran jurado es un verdadero juzgador y aplicador
de sanciones políticas. Su declaratoria constituye un veredicto
sobre la culpabilidad o inocencia del acusado con respecto al
delito oficial. Esta función de jurado de sentencia es un
apartamiento del sentido original e histórico del gran jurado, tal
como lo describimos a continuación.
La única excepción a los dos supuestos anteriores la constituye
el presidente de la República, para quien los delitos comunes
son objeto del mismo procedimiento que se sigue para los
delitos oficiales, es decir, con la concurrencia de las dos
Cámaras del congreso de la Unión. Lo anterior con el objeto de
dar una protección privilegiada el depositario del Poder
Ejecutivo federal.
HABEAS CORPUS
I. El habeas corpus es un instrumento procesal de origen
anglosajón que tiene por finalidad la protección de la libertad
personal de los individuos, institución que ha tenido un enorme
desarrollo en muchos otros países tanto de common law, como
ajenos a este sistema jurídico.
Originalmente, el habeas corpus ingles procedía frente a
detenciones por parte de autoridades no jurisdiccionales,
inclusive la Corona, sin orden ni autorización de tribunal
alguno, en cuyo caso, el juez ante el cual se presentaba disponía
la presentación física del detenido arbitrariamente el cual
quedaba a su disposición, exceptuándose de este derecho
cuando la detención se hubiera llevado a cabo por los delitos
graves, la alta traición y la detención por deudas civiles.
Posteriormente se amplió en contra de órdenes de aprehensión
dadas por jueces incompetentes, inclusive en Estados Unidos ha
llegado a convertirse en un verdadero recurso penal de
naturaleza federal.
HACIENDA PÚBLICA
I. La hacienda pública es el conjunto de ingresos, propiedades y
gastos de los entes públicos y constituye un factor de gran
importancia en el volumen de la renta nacional y su distribución
entre los grupos sociales.
HECHO JURÍDICO
I. Suceso que el ordenamiento jurídico toma en cuenta
otorgándole efectos jurídicos. En una primera acepción es
equivalente a supuesto jurídico o hipótesis normativa; la
estructura de cualquier norma jurídica puede ser reducida al
siguiente esquema: si A es, debe ser B (es decir, al que mate se
le deben aplicar de 8 a 20 años de prisión). En el ejemplo
anterior, A es el supuesto normativo o hipótesis jurídica. Dicho
supuesto es un evento típico y debe ser seguido de las con
secuencias que la norma señala. Así cuando realmente una
persona haya matado, se le debe aplicar verdaderamente una
sanción de 8 a 20 años de prisión.
HIPOTECA
I. (Del latín, hypotheca, y éste del griego, hypotékes prenda;
suposición, en el sentido de poner una cosa debajo de otra,
añadirla; apoyar, sostener o asegurar una obligación.) Derecho
real de garantía constituido por convención entre las partes, por
manifestación unilateral de voluntad o por imperio de la ley,
para asegurar el pago de un crédito, sobre bienes que no se
entregan al acreedor y que, en caso de incumplimiento, pueden
ser vendidos para cubrir con su precio el monto de la deuda.
HIPOTECA
I. (Del latín, hypotheca, y éste del griego, hypotékes prenda;
suposición, en el sentido de poner una cosa debajo de otra,
añadirla; apoyar, sostener o asegurar una obligación.) Derecho
real de garantía constituido por convención entre las partes, por
manifestación unilateral de voluntad o por imperio de la ley,
para asegurar el pago de un crédito, sobre bienes que no se
entregan al acreedor y que, en caso de incumplimiento, pueden
ser vendidos para cubrir con su precio el monto de la deuda.
HOMICIDIO
I. Del latín homicidium, homicidio, asesinato, la Lex Cornelia
de Sicariis et Veneficis, normación rogada, propuesta por Sila
(en el año 81 antes de C.), castigaban igualmente al homicidio
consumado que la tentativa, extendiendo su represividad a las
cuadrillas de bandoleros, con finalidades homicidas y el
denominado delito de encantamiento.
Puede decirse que, en términos generales, el homicidio
consiste en la privación de la vida a un ser humano, sin
distinción de condiciones de ningún genero.
El bien jurídico es la vida humana (sin duda el primero de los
valores penalmente tutelados), de él dimanan el resto de los
valores, ya que sin él carecerían de sentido y de virtualidad
práctica.
Pero el fin de la tutela rebasa con mucho, el estricto ámbito
individual, la vida del hombre es protegida por el Estado no
solamente en función de la particularidad concreta de cada cual,
sino en consideración al interés de la colectividad.
De esta manera, la vida humana se erige en bien de carácter
eminentemente público, social, dado que el elemento
poblacional es esencia, fuerza y dinamicidad de la actividad del
Estado, en cuanto forma suprema de organización de la
sociedad.
El concepto legal de homicidio es bien claro en el «CP», así el
«a.» 302 dise: ''Comete el delito de homicidio: el que priva de la
vida a otro''. La abstracción descriptiva del legislador es concisa
y concreta, la materialidad de la acción homicida reside en
''privar de la vida a otro'', y ese otro siempre será un ser
humano.
HUELGA
I. Es la suspensión temporal del trabajo llevada a cabo por una
coalición de trabajadores («a.» 440 LFT). Para la doctrina la
huelga es la suspensión concertada del trabajo qué responde a la
idea de la justicia social, como un régimen transitorio, en espera
de una transformación de las estructuras políticas, sociales y
jurídicas, que pongan la riqueza y la economía al servicio de
todos los hombres y de todos los pueblos para lograr la
satisfacción integral de sus necesidades (De la Cueva).
IGLESIA
I. (Del griego y de ahí al latín: ecclesia: congregación.) De
manera verdaderamente peculiar dentro de los países con
estatuto democrático, en México el Estado se ha arrogado la
facultad de reglamentar las instituciones (''iglesias o
asociaciones religiosas'') con fines religiosos y el culto público
que realizan y promueven. La situación está contemplada en los
«aa.» 3o., 5o., 27 («frs.» II y III), y, particularmente, en el 130
de la C; además, en las respectivas leyes reglamentarias, y de
modo especial, en la Ley Reglamentaria del Artículo 130 de la
Constitución Federal publicada en el «DO», el 18 de enero de
1927, llamada comúnmente ''ley de cultos''.
IGUALDAD JURÍDICA
I. La idea de igualdad ha sido, desde antiguo, una exigencia
ética fundamental que ha preocupado profundamente a la
ciencia política, a la filosofía moral, a la filosofía política, así
como a la dogmática jurídica y a la filosofía de derecho.
La idea de la igualdad dentro del mundo del derecho puede ser
considerada en dos aspectos fundamentales: 1) como un ideal
igualitario, y 2) como un principio de justicia. Estos dos
aspectos de la idea de igualdad aparecen; como veremos, en la
noción de 'garantía de igualdad' propia de la dogmática
constitucional.
IMPERIO
I. (Del latín imperium: poder general de mando.) Concepto que
ha recibido diversos significados a lo largo de la historia
política de Occidente. Lo mismo ha servido para designar el
poder de mando de determinados gobernantes como el tiempo
durante el cual un emperador gobierna su territorio, o los
territorios o estados sujetos al emperador.
IMPORTACIONES Y EXPORTACIONES
I. Importar proviene del vocablo latino importare, que significa
traer, hacer venir de fuera, introducir; pudiendo definirse como
la introducción a territorio nacional de mercancías y prestación
de servicios, para ser destinados a consumo interno.
El anexo B.1. del Convenio Internacional para la
Simplificación y Armonización de los Regímenes Aduaneros,
mundialmente conocido como Convenio de Kyoto, conceptúa a
la importación definitiva de mercancías como el régimen
aduanero de despacho a consumo ''en virtud del cual las
mercancías importadas pueden permanecer definitivamente
dentro del territorio aduanero''.
La Ley Aduanera que entró en vigor el 1o., de julio de 1982,
traslada en forma similar el concepto anterior en su «a.» 70 que
define la importación definitiva como ''la entrada de mercancías
de procedencia extranjera para permanecer en el territorio
nacional por tiempo ilimitado''.
Las dos definiciones anteriores distorsionan el sentido del
régimen, el elemento esencial del mismo es ligar la entrada de
mercancías para que estas sean despachadas a consumo interno,
no es su permanencia por tiempo ilimitado, lo que le da su
carácter esencial al régimen.
No basta únicamente, la introducción de las mercancías a
territorio nacional, porque se estarla ante una teoría real de las
importaciones que no podemos aceptar, pues es considerar
como tales, la entrada a territorio nacional de las mercancías,
independientemente de toda actividad humana. Por ello
consideramos que para conceptuar la importación, se debe
tomar en cuenta la existencia de un acto volitivo por el cual se
declare el destino de las mercancías, incorporándolas a la
economía nacional.
IMPRESCRIPTIBILIDAD
I. (De imprescriptible y éste, a su vez, del latín in, partícula
negativa, y de praescribo, preceptuar.) Calidad de algunas
relaciones jurídicas que no desaparecen por el mero transcurso
del tiempo.
IMPUESTO
I. (Del latín impositus, tributo, carga.) El impuesto es la
obligación coactiva y sin contraprestación de efectuar una
transmisión de valores económicos (casi siempre es dinero) a
favor del Estado, y de las entidades autorizadas jurídicamente
para recibirlos, por un sujeto económico con fundamento en una
ley, siendo fijadas las condiciones de la prestación en forma
autoritaria y unilateral por el sujeto activo de la obligación
tributaria. Con este concepto según Enrique Fuentes Quintana y
Fritz Neumark se pretende comprender a esta institución que es
fundamental en el Estado contemporáneo.
IMPUTACIÓN
I. (Del latín imputatio onis: acción de imputar; de imputare: dar,
asignar, atribuir, ascribir, culpar.) En este sentido Cayo
Cornelio Tácito (c 56 - c 120): ''adversa uni imputatur'' (las
diversidades se imputan a uno solo).
INCOMPETENCIA
I. Del latín incompetentia). Es la falta de jurisdicción de un juez
para conocer de una determinada causa. Facultad que permite al
juez analizar de oficio, antes de entrar al conocimiento de un
negocio, si procede o no a su tramitación, a efecto de que si
resulta incompetente haga declaración en tal sentido y se
abstenga de cualquier actuación. Excepción de previo y especial
pronunciamiento que dirime una contienda y jurisdicción sobre
la cual el juez debe producir una decisión que permita orientar
en forma correcta el debate jurisdiccional.
La incompetencia forma parte de los presupuestos cuya
presencia o ausencia resulta necesaria para la integración y
desarrollo de una relación procesal, siendo ésta lo esencial de
dicha figura jurídica. Couture ha definido los presupuestos
procesales como ''aquellos antecedentes necesarios para que un
juicio tenga existencia jurídica y validez formal''. Son los
elementos que necesariamente deben coexistir en la
constitución de una relación jurídica válida, que lo mismo
puede asociarse con el sujeto que con el objeto. En cuanto al
sujeto podríamos señalar: la competencia del juzgador, la
capacidad procesal, la representación, la legitimación de las
partes. Por lo que hace al objeto: la cosa juzgada, la
litispendencia, la caducidad de la acción.
INCOTERMS
I. Concepto. Tema íntimamente vinculado con la compraventa
internacional son los términos comerciales entendidos como ''un
conjunto de reglas internacionales de carácter facultativo que
determina la interpretación de los principales términos
utilizados en los contratos de compraventa internacional -
Incoterms 1953 (International Chamber of Commerce Trade
Terms)-.
INDULTO
I. (Del latín indultus, gracia por la cual el superior remite el
todo o parte de una o la conmuta.) El indulto es una medida de
excepción, facultativa del supremo representante del poder
estatal, que debe contemplarse entre las reacciones penales.
El indulto, la amnistía y la prescripción de la acción penal
poseen una doble naturaleza: son tanto causas de levantamiento
de la pena como obstáculos procesales. Tiene importancia el
indulto para la rehabilitación del condenado, ya que a través del
perdón total o parcial y de la suspensión de la pena, puede
ayudarse a la reinserción del condenado en la sociedad,
favoreciendo el restablecimiento de su prestigio social.
Consiste en un acto del ejecutivo, por el que en un caso
concreto se perdonan, atenúan o suspenden condicionalmente
las consecuencias jurídicas de una condena penal ejecutoria.
Los procesos penales aún pendientes de resolución no pueden
ser objeto del indulto.
INFORME DE LA AUTORIDAD
I. Es aquel que debe presentar la autoridad responsable en el
juicio de amparo, ya sea con motivo de la suspensión del acto
reclamado o en cuanto al fondo de la controversia.
INICIATIVA POPULAR
I. Los tres procedimientos de la democracia semidirecta son la
iniciativa popular, el referéndum y el veto popular. Estos
procedimientos permiten a los ciudadanos participar en la tarea
gubernamental de manera más inmediata que a través de la
elección de sus representantes. La iniciativa popular tiende a
provocar una decisión de los gobernantes; por su parte, el
referéndum tiende solamente a ratificar o a rechazar una
decisión tomada anteriormente por los poderes públicos,
mientras que el veto popular permite a los electores abrogar un
texto vigente, al emitir un voto contrario.
INJUSTICIA
I. (Del latín injustitia.) Acción contraria a la justicia. El
problema de la injusticia reviste especial importancia para el
ámbito jurídico por tres cuestiones principales, que se
encuentran íntimamente relacionadas y que son eje fundamental
de postulados doctrinarios, a saber: a) el problema de la
posibilidad de determinar la existencia de una norma injusta; b)
la justicia como finalidad del derecho, y c) el problema de la
invalidez jurídica de la norma injusta.
INSOLVENCIA
I. (Del latín in, partícula privativa y de solvens-entis, solvente -
incapacidad de pagar una deuda.) Estado general de impotencia
patrimonial, tanto de los comerciantes colectivos e individuales,
como de las personas físicas o colectivas no comerciantes, que
las coloca en la imposibilidad de hacer frente a sus obligaciones
liquidas y vencidas, con recursos ordinarios de sus ingresos.
INSTITUCIÓN
I. (Institución proviene del vocablo latino institutionis y hereda
de éste gran parte de su significado Institutio deriva de instituo
(is, ere, tui, tutum), que significa: 'poner', 'establecer' o
'edificar'; 'regular' u 'organizar'; o bien: 'instruir', 'enseñar' o
'educar'. Esta rapsodia de significados pasaron a ser designados
por la voz 'institución' y por sus equivalentes modernos. Por
confusión 'institución' recoge diversos significados de
institutum (también de instituere), inter alia: 'propósito',
'finalidad' (de una obra) 'materia' o 'plan'; forma de vida o pauta
de conducta; 'usos', 'hábitos' o 'costumbres'; 'pacto' o
'estipulación'; o bien: 'ideas establecidas', 'fundamento',
'principios' o 'enseñanzas'. Estos significados habrían de
determinar, por mucho, los usos modernos de 'institución' (v.
infra).
Los jurisconsultos romanos entienden por institutiones los
principios o fundamentos de la disciplina jurídica; llaman
institutiones a los libros que señalan los fundamentos del
derecho (e.g. institutiones de Gayo, [escritas en 161 dJC] y las
Institutiones de Justiniano redactadas por Teófilo y Doroteo
[siglo VI] bajo la dirección de Triboniano [470-543]). Las
Institutiones eran consideradas un manual elemental, de ahí que
el título completo de las Instituciones de Justiniano fuera
Institutiones sive elementa.
Los juristas romanos usan también institutio cuando algo es
establecido ex pacto, o bien cuando algo es pronunciado o
dictado (en el sentido de statuere: 'instituir', 'fijar', 'establecer',
'dictar' [leyes]); asimismo, institutio se usa cuando se designa o
nombra a alguien heredero, árbitro, etc. (e.g. institutio heredis),
o cuando se usa como 'inicio o interposición (de acciones)', e.g.
instituere actionem, instituere litem, etc.
En ocasiones institutio opera como sinónimo de institutum y
se usa en el sentido de 'constitución o regla que prescribe cierto
patrón de comportamiento', 'instrumento', 'ente colectivo'
(corporación u organización).
INSTRUCCIÓN EN EL PROCESO
I. Fases o curso que sigue todo proceso o el expediente que se
forma y tramita con motivo de un juicio. Parte del
procedimiento penal que tiene por objeto ordenar los debates,
sin cuya preparación resultara estéril y confuso un proceso.
Realización del fin específico del proceso que lleva al
conocimiento de la verdad legal y sine de base a la sentencia.
Varios son los fines específicos de la instrucción: a)
determinar la existencia de elementos suficientes para iniciar un
juicio o para resolver si procede sobreseerlo; b) aplicar
provisionalmente y cuando el caso lo amerite las medidas de
aseguramiento necesarias; c) recoger los elementos probatorios
que el tiempo pueda hacer desaparecer, y d) en materia penal
hacer factible el ideal jurídico de la libertad del procesado hasta
que recaiga sentencia condenatoria firme.
Por lo que ve a sus caracteres, la teoría general del proceso
señala los siguientes: a) ausencia de contradicción; b) secreto, y
c) escritura. Los actos que conforme a la instrucción se realicen,
deben carecer de publicidad y verificarse con la presencia de las
personas que en ellos intervienen; las partes en el proceso han
de servirse de la escritura para comunicarse entre sí. Estos
caracteres, sin embargo, no son del todo aplicables a la
instrucción mexicana, porque entre nosotros la contradicción
puede presentarse con frecuencia, debido a la amplia
intervención que se concede a las partes en un juicio. Tampoco
es secreta, pues la mayor parte de nuestros actos procesales se
realizan en audiencia pública; y si bien utilizamos la forma
escrita, se permite para algunas actuaciones la forma oral,
aunque ésta con carácter secundario o extraordinario.
INSURRECCIÓN
I. (Del latín insurrectio-onis alzamiento o levantamiento.) La
insurrección es un movimiento popular que tiende hacia un
cambio político o social.
Es conveniente no confundirla con la revolución o con el golpe
de Estado, ya que la primera implica el cambio de las
estructuras fundamentales, llevado a cabo a través de hechos
violentos directamente por el pueblo; por otro lado, el golpe de
Estado, a su vez, es organizado desde la cúpula del poder.
INTERES JURÍDICO
I. Esta locución tiene dos acepciones, que son: a) en términos
generales, la pretensión que se encuentra reconocida por las
normas de derecho, y b) en materia procesal, la pretensión que
intenta tutelar un derecho subjetivo mediante el ejercicio de la
acción jurisdiccional.
INTERES PÚBLICO
INTERÉS
I. (Del latín interest, sustantivación del verbo interesse,
importar.) En un sentido estricto, se identifica con el provecho,
rendimiento o utilidad que se obtiene del capital (dinero).
Asimismo, puede considerarse como el beneficio económico
que se logra de cualquier clase de inversión. En un sentido más
amplio: compensación en dinero o en cualquier valor que recibe
el acreedor en forma accesoria al cumplimiento de una
obligación.
INTERVENCIONISMO ESTATAL
I. Conjunto de funciones, poderes, recursos, instrumentos y
mecanismos por los cuales y a través de los cuales el Estado
realiza actividades en diferentes niveles y aspectos de la
economía y de la sociedad respectivas, que directa o
indirectamente debe orientarlas en un sentido determinado y
conforme a los objetivos fijados para sus políticas generales o
sectoriales.
INVALIDEZ
I. (De inválido y éste, a su vez, del latín invalidus, nulo y de
ningún valor, por no tener las condiciones que exigen las leyes.)
Es la calidad atribuida a los actos jurídicos que por no reunir los
elementos y requisitos exigidos por la ley para su celebración,
se encuentran total o parcialmente desprovistos de eficacia.
INVESTIGACIÓN JURÍDICA
I. Desde un punto de vista genérico puede considerarse como tal
el estudio original y sistemático de los fenómenos normativos
con el propósito de construir conceptos principios e
instituciones, que puedan servir de base a la solución de los
problemas jurídicos todavía no resueltos de manera
satisfactoria.
IRRETROACTIVIDAD DE LA LEY
I. Es el principio de derecho según el cual las disposiciones
contenidas en las normas jurídicas no deben ser aplicadas a los
hechos que se realizaron antes de la entrada en vigor de dichas
normas.
JEFE DE ESTADO
I. Término genérico con el cual se designa a la persona que
encabeza el Estado. Hombre político (monarca, presidente de la
República) o cuerpo colegiado, designado por herencia,
elección o nombramiento, que asume la magistratura suprema
de una nación.
La expresión ''jefe de Estado'' ha suscitado discusiones y
criticas. Limitémonos a decir que, por una parte, resulta, desde
un punto de vista semántico, algo ambiguo calificar como ''jefe''
a una persona que no es el mandante sino el mandatario del
pueblo reputado como único soberano y, por otra, puede ella
conducir a confusión, pues veremos que jefe del Estado no es
siempre la persona que ejerce el poder supremo de decisión en
el Estado, no es siempre la persona que gobierna realmente al
país.
En efecto, si bien el primer magistrado es la autoridad más alta
del Estado, en cambio sus poderes varían sustancialmente con la
naturaleza del régimen político según sea parlamentario,
presidencial, o de tipo socialista.
JORNADA DE TRABAJO
I.Es el tiempo durante el cual el trabajador está a disposición del
patrón para prestar su trabajo («a.» 58, LFT).
JUBILACIÓN
I. Retiro otorgado a un trabajador o a un empleado del servicio
público o de la administración pública, por haber cumplido un
determinado número de años de servicios. con pago mensual de
una remuneración calculada conforme a una cuantía
proporcionada del salario o sueldo percibido. Se da asimismo el
nombre de jubilación al importe de toda pensión otorgada por
incapacidad proveniente de un riesgo profesional o por
presentarse ciertas circunstancias que permiten el disfrute de
una retribución económica, generalmente establecida en un
contrato de trabajo o en disposiciones legales específicas. La
palabra viene del latín yobel que significa júbilo, quizás por la
satisfacción que produce a la persona alcanzar tal beneficio.
Antokoletz, apoyado en la legislación argentina, define la
jubilación como el derecho de un afiliado a una caja de
previsión social, mientras viva, a percibir una suma mensual en
dinero: derecho que asegura el Estado al empleado para gozar
de una asignación vitalicia y que se ha extendido a otros
trabajadores. Para la doctrina francesa la jubilación es
únicamente la medida a través de la cual el empleador pone fin
a un contrato de trabajo por motivos de edad; para la doctrina
alemana constituye en principio una forma de separación que da
lugar al correspondiente juego de garantías legales o
convencionales; y para la doctrina belga. en nuestro concepto la
más amplia, es un derecho que debe otorgarse a cualquier
trabajador público o privado, como una compensación a su
esfuerzo y sus servicios prestados durante un determinado
número de años, sin especificación o límite de edad.
La jubilación, en concreto, es la cesación de toda relación
laboral que termina al mismo tiempo cualquier contrato de
trabajo vigente y que permite al trabajador acogerse a un
régimen de retiro a través del cual obtiene una remuneración
mensual vitalicia cuando ha alcanzado una edad límite o ha
prestado determinado número de años de trabajo a un patrono,
sea persona empresa, o negociación o el propio Estado.
JUICIO
I. (Del latín iudicium, acto de decir o mostrar el derecho).
II. En términos generales, la expresión juicio tiene dos grandes
significados en el derecho procesal. En sentido amplio, se le
utiliza como sinónimo de proceso y, más específicamente, como
sinónimo de procedimiento o secuencia ordenada de actos a
través de los cuales se desenvuelve todo un proceso. ''En
general -afirma Alcalá-Zamora-, en el derecho procesal
hispánico, juicio es sinónimo de procedimiento para sustanciar
una determinada categoría: de litigios. Entonces, juicio significa
lo mismo que proceso jurisdiccional'' (p. 118). En este sentido
se habla de juicios ordinarios y especiales, juicios sumarios,
juicios universales, juicios mercantiles, etc.
En un sentido más restringido, también se emplea la palabra
juicio para designar sólo una etapa del proceso -la llamada
precisamente de juicio- y aun sólo un acto: la sentencia. De
acuerdo con la división por etapas establecidas por el «a.» 1o.,
del «CFPP» para el proceso penal mexicano, la llamada etapa
de juicio comprende, por un lado la formulación de
conclusiones del Ministerio Público y de la defensa, y, por el
otro, la emisión de la sentencia del juzgador.
Estos dos significados de la palabra juicio eran ya distinguidos
con toda claridad por un autor mexicano de la primera mitad del
siglo pasado, Manuel de la Peña y Peña, en los siguientes
términos. ''La palabra juicio, en el lenguaje forense, tiene dos
diversas acepciones: unas veces se toma por la sola decisión o
sentencia del juez, y otras por la reunión ordenada y legal de
todos los trámites de un proceso'' (p. 2).
JURISPRUDENCIA
I. (Del latín: jurisprudentia, que proviene de jus y prudentia, y
significa prudencia de lo justo).
II. Ulpiano (D I, I, 10, 2) define la jurisprudencia como la
ciencia de lo justo y de lo injusto (justi atque injusti scientia).
Esta definición coincide con el sentido etimológico de la voz, el
de prudencia de lo justo. La prudencia es una virtud intelectual
que permite al hombre conocer lo que debe evitar, referida a lo
jurídico, la prudencia es la virtud que discierne lo justo de lo
injusto. Como virtud intelectual, la jurisprudencia implica que
la inteligencia adquiera los criterios formulados por los
jurisprudentes para distinguir lo justo de lo injusto (es decir que
conozca las reglas jurídicas o ''normas''), y además que la
inteligencia aprenda el modo de combinar esas reglas a fin de
juzgar sobre cuál es la solución justa en un caso determinado, es
decir, que aprenda a razonar jurídicamente, que adquiera
criterio jurídico.
La jurisprudencia es, por consiguiente, el conjunto de
conocimientos y modos de pensar que adquieren los estudiantes
en las facultades que hoy llaman de Derecho, pero que todavía a
principios de este siglo, se llamaban facultades o escuelas de
Jurisprudencia, como la Escuela Nacional de Jurisprudencia que
funcionó en México hasta 1910.
JUSTICIA
I. (Del latín justitia, que a su vez proviene de jus, que significa
lo ''justo''.).
JUSTICIA SOCIAL
I. Por justicia social propiamente se entiende el criterio que rige
las relaciones entre los individuos y la sociedad, sea
considerando el punto de vista de los derechos de la sociedad
(justicia legal o general), sea considerando el punto de vista del
derecho de los individuos (justicia distributiva). Esta justicia
social se opone a la justicia particular, o privada que rige las
relaciones de intercambio de bienes entre los particulares.
LEGADO
I. (Del latín legatus, manda que en su testamento hace un
testador a una o varias personas naturales o jurídicas.)
Conforme a los «aa.» 1284 y 1285 del «CC» en tanto que ''el
heredero adquiere a título universal y responde de las cargas de
la herencia hasta donde alcanza la cuantía de los bienes que
hereda'' ''el legatario adquiere a título particular y no tiene más
cargas que las que expresamente le imponga el testador, sin
perjuicio de su responsabilidad subsidiaria con los herederos'',
por esa razón se dice que se entiende por legado toda atribución
patrimonial mortis causa a título particular.
Cabe una distinción entre legado y carga porque aquél otorga
un derecho real en el que el causante es el autor de la herencia,
se trata de una sucesión de derechos del autor de la herencia en
tanto que la carga es más bien una obligación impuesta, por
consecuencia, es una disposición accesoria que grava al
heredero o legatario.
LEGISLACIÓN
I. (Del latín legislatioonis.) Se ha denominado legislación al
conjunto de leyes vigentes en un lugar y tiempo determinados.
Sin embargo, existen otros significados que igualmente se
adscriben al término ''legislación'', entre los cuales están los
siguientes: a) para designar globalmente al sistema jurídico de
una región o país; b) para referirse al derecho codificado y
distinguirlo de las otras fuentes del derecho, como la
jurisprudencia, costumbre o doctrina; c) para referirse al
procedimiento de creación de las leyes y decretos; d) para
significar la agrupación de textos legales, promulgados de
acuerdo a un criterio metodológico y ofreciendo compilaciones
o colecciones; e) para reunir las leyes atingentes a una
especialidad del derecho, «i.e.» : legislación administrativa y
legislación de emergencia, y f) para describir la función
desarrollada por el órgano legislativo del poder público.
De tales significados, la compilación de textos legales ha
tomado especial desarrollo en México. La reunión de la
legislación vigente ha preocupado a los juristas que, imbuidos
del espíritu codificador, han elaborado colecciones legislativas
de gran utilidad. Estas colecciones de legislación comienzan
con las compilaciones de Mariano Galván Rivera, bajo cuya
sistematización logró reunir la legislación de 1821-1837 en
ocho tomos. Juan Ojeda, por su parte, compiló en 1833 la
legislación de 1831 y 1832. Una de las compilaciones mejor
elaboradas es la de Basilio José Arrillaga, quien recopila en 26
volúmenes la legislación comprendida entre 1828 y 1865.
La obra compiladora de Manuel Dublán y José María Lozano
ha sido la de mayor consulta, ya que su Legislación Mexicana o
colección completa de las disposiciones legislativas expedidas
desde la Independencia de la República, abarca en 50 tomos,
distribuidos en 42 volúmenes, la legislación más relevante
desde 1687 hasta 1910. Esta magna recopilación fue elaborada
directamente por sus autores hasta la legislación de 1889. A.
partir de la legislación de 1890 a 1899, la obra corresponde a
Adolfo Dublán y Adalberto A. Esteva. El volumen
correspondiente a fines de 1899 y 1900 fue sistematizado por
Agustín Verdugo y, finalmente, la obra compiladora de 1901 a
1910 correspondió a Manuel Fernández Villarreal y Francisco
Barbero bajo la denominación de Colección legislativa.
La obra compiladora más monumental ha sido la Recopilación
de leyes, decretos y providencias de los poderes legislativo y
ejecutivo de la Unión, iniciada por Manuel Azpiroz y llevada
fundamentalmente a cabo por la redacción del Diario Oficial de
la Secretaría de Gobernación. Esta obra que se desarrolla en 87
volúmenes recopila la legislación desde 1867 hasta 1912.
Después de estas obras legislativas, el desarrollo compilador
se ha canalizado a través de breves recopilaciones elaboradas
por especialidades o por sexenios que corresponden a los
periodos presidenciales respectivos.
LEGISLACIÓN
I. (Del latín legislatioonis.) Se ha denominado legislación al
conjunto de leyes vigentes en un lugar y tiempo determinados.
Sin embargo, existen otros significados que igualmente se
adscriben al término ''legislación'', entre los cuales están los
siguientes: a) para designar globalmente al sistema jurídico de
una región o país; b) para referirse al derecho codificado y
distinguirlo de las otras fuentes del derecho, como la
jurisprudencia, costumbre o doctrina; c) para referirse al
procedimiento de creación de las leyes y decretos; d) para
significar la agrupación de textos legales, promulgados de
acuerdo a un criterio metodológico y ofreciendo compilaciones
o colecciones; e) para reunir las leyes atingentes a una
especialidad del derecho, «i.e.» : legislación administrativa y
legislación de emergencia, y f) para describir la función
desarrollada por el órgano legislativo del poder público.
De tales significados, la compilación de textos legales ha
tomado especial desarrollo en México. La reunión de la
legislación vigente ha preocupado a los juristas que, imbuidos
del espíritu codificador, han elaborado colecciones legislativas
de gran utilidad. Estas colecciones de legislación comienzan
con las compilaciones de Mariano Galván Rivera, bajo cuya
sistematización logró reunir la legislación de 1821-1837 en
ocho tomos. Juan Ojeda, por su parte, compiló en 1833 la
legislación de 1831 y 1832. Una de las compilaciones mejor
elaboradas es la de Basilio José Arrillaga, quien recopila en 26
volúmenes la legislación comprendida entre 1828 y 1865.
La obra compiladora de Manuel Dublán y José María Lozano
ha sido la de mayor consulta, ya que su Legislación Mexicana o
colección completa de las disposiciones legislativas expedidas
desde la Independencia de la República, abarca en 50 tomos,
distribuidos en 42 volúmenes, la legislación más relevante
desde 1687 hasta 1910. Esta magna recopilación fue elaborada
directamente por sus autores hasta la legislación de 1889. A.
partir de la legislación de 1890 a 1899, la obra corresponde a
Adolfo Dublán y Adalberto A. Esteva. El volumen
correspondiente a fines de 1899 y 1900 fue sistematizado por
Agustín Verdugo y, finalmente, la obra compiladora de 1901 a
1910 correspondió a Manuel Fernández Villarreal y Francisco
Barbero bajo la denominación de Colección legislativa.
La obra compiladora más monumental ha sido la Recopilación
de leyes, decretos y providencias de los poderes legislativo y
ejecutivo de la Unión, iniciada por Manuel Azpiroz y llevada
fundamentalmente a cabo por la redacción del Diario Oficial de
la Secretaría de Gobernación. Esta obra que se desarrolla en 87
volúmenes recopila la legislación desde 1867 hasta 1912.
Después de estas obras legislativas, el desarrollo compilador
se ha canalizado a través de breves recopilaciones elaboradas
por especialidades o por sexenios que corresponden a los
periodos presidenciales respectivos.
LENOCINIO
I. (Del latín lenocinium.) Quizás resulte conveniente, para la
debida ubicación delictual del lenocinio señalar de principio que
se encuentra enmarcado dentro del «tít.» octavo del libro
segundo del «CP», del que la rúbrica general es la de ''Delitos
contra la moral pública y las buenas costumbres''.
Pero la nomenclatura del «tít.» octavo significa algo más,
bastante más que una simple cuestión de semántica ubicatoria,
con ser esto último ciertamente importante. Dos son los bienes
jurídicos objeto de la predilección garantizante de la normación
penal: la moral pública y las buenas costumbres. Dos bienes
difíciles de matizar, de desentrañar pues se corre un doble
peligro: uno, ó se amplía desmesuradamente determinada
concepción moral hasta convertirla en fiscal implacable de
conductas jurídicamente irrelevantes, y otro, o se consagra en la
practica un libertinaje, probablemente extraño a nuestras raíces
culturales, que desemboca en un desenfreno allende lo
socialmente tolerable aquí y ahora.
Sin embargo, de lo que no parece caber duda es de que el
lenocinio pertenece al grupo de los delitos contra la sociedad,
pero de los que atacan al orden social independientemente de su
organización como Estado, distintos de los que enfrentan una
determinada organización política de la convivencia social, es
decir, el Estado. Más escuetamente dicho: el lenocinio supone
un delito contra los valores sociales supraestatales, y no
propiamente contra los valores sociales estatales.
Ahora bien, la moral pública se erige en un concepto social
autónomo, independiente -por lo tanto- de la persona
individualmente considerada, y la exteriorización plástica de esa
moral pública la constituyen, precisamente las buenas
costumbres. Luego, tomando como punto de partida una
estimación intrínseca de los hechos, se desemboca en la
proyección social de los mismos.
En definitiva, nos movemos en el plano de las valoraciones
ético-sociales, es decir, en un contexto normativo-cultural. Pero
ocurre que lo ''cultural'' comporta una muy considerable carga
de subjetivismo en la valoración, o, lo que es lo mismo, el
criterio estimativo esta teñido de una gran dosis de relativismo.
La valoración de la facticidad será, pues, realizada en función
del ambiente social circundante, y puede variar, y de hecho así
sucede, según el entorno social de cada caso.
Sin embargo profundizando en el lenocinio, la moral pública y
su concretización externa de las buenas costumbres (bienes
jurídicos a proteger lato sensu), tienen una muy específica
referencia a la faceta sexual de las mismas, si bien no como
carácter exclusivo. Lo que nos sitúa frente a la moral publica
entendida como ''moral media'', es decir, como un repertorio de
comportamientos característicos de la convivencia sociocivil en
la esfera sexual.
Como fácilmente se comprende, estamos ante una materia de
gran indeterminabilidad, lo que requiere del jurista (tanto del
hacedor de las normas, como del aplicados de las mismas y del
estudioso en sentido estricto), un cuidado exquisito al establecer
lo contrario a la moral pública y a las buenas costumbres.
Y lo anterior adquiere mayor relevancia si se piensa, como
efectivamente es correcto hacerlo, que el derecho penal sólo
tiene un ''mínimo ético'' que cumplir, y no debe intervenir para
la represión de hechos, por muy presuntamente inmorales que
sean, que no lesionen derechos ajenos o cuya ''nocividad social''
no esté comprobada (in dubio pro libertate). El propio concepto
de ''nocividad social'', en su carácter de sustrato material del
delito (y de esta manera aparece en el ámbito penal), exige algo
más que la simple inmoralidad para poder ser considerado
punible.
Concretando, el lenocinio está directamente emparentado con
la prostitución, que aunque en si misma no sea delito, sí
constituye buen saldo de cultivo para numerosas actividades
delictivas. Una de ellas es, precisamente, la que nos ocupa.
LESIONES
I. Comete el delito de lesión quien altera la salud de otro o le
causa un daño que, transitoria o permanentemente, deja una
huella en su cuerpo.
Sólo los seres humanos, a partir del nacimiento y hasta antes
de su muerte pueden ser sujetos pasivos de este delito pues sin
vida no se resiente lesión. El objeto jurídicamente protegido es
la integridad corporal y la salud en general. La conducta del
sujeto activo puede consistir en una acción (disparar el arma de
fuego, lanzar el cuchillo poner la sustancia corrosiva en la
bebida o comida) o en una omisión (no frenar oportunamente el
automóvil, fracturándole un pie al peatón). Puede utilizar toda
clase de medios, a condición de que sean aptos: armas blancas o
de fuego, sustancias químicas; los puños y objetos
contundentes; el contacto sexual para transmitir una enfermedad
venérea; emplear los llamados ''medios morales'', como serían
producir en la víctima estados de terror, miedo intenso, pánico
(cuestión muy controvertida en la doctrina).
El resultado consiste en producir en el sujeto pasivo una
alteración en la salud o en causarle un daño que deje huella en
su cuerpo. Se define la salud como el estado en que el ser
orgánico ejerce normalmente todas sus funciones. En este
sentido cualquier modificación del mencionado estado integrará
una de las formas del delito en examen. Daño es sinónimo de
perjuicio, deterioro, detrimento, menoscabo, que debe producir
una marca en la corporeidad de la persona.
Es indispensable que entre la conducta del sujeto activo y el
resultado haya un nexo de causa a efecto; es decir, la acción u
omisión del delincuente, debe ser la productora del resultado.
El elemento subjetivo del delito consiste en que la persona
produzca la lesión con dolo (intención), o con culpa (en forma
imprudente, negligente, descuidada). Es necesario el ánimo de
lesionar y no de matar, pues en este último caso, si no se
produce la muerte habrá tentativa de homicidio y no delito de
lesión.
El momento consumativo surge cuando se altera el estado de
salud o se produce el daño que deja la huella en el cuerpo. Es un
delito materia, en cuanto que transforma el mundo fenoménico:
el pasivo antes tenía su cuerpo íntegro y en virtud de la lesión
ahora carece de una mano, o de un ojo funciona anormalmente
alguna glándula; tiene imposibilidad para reproducirse; quedo
con parte del cuerpo necrosado.
El delito admite la tentativa, siempre que se pruebe que el
sujeto quería lesionar y no matar. En la práctica el problema
radica en precisar la dase de lesión que quería producir; pero en
la doctrina no hay oposición para aceptar este grado del delito.
Habrá delito imposible de lesión si el sujeto al que se pretendía
inferir un daño ya había fallecido cuando se ejecuto la conducta;
también habrá delito imposible si se intenta alterar la salud de
otro, utilizando medios idóneos (como sería querer lesionar
poniendo en la bebida gotas de alguna sustancia inocua).
Si el sujeto quiere lesionar y el pasivo muere a consecuencia
del daño recibido, estaremos en presencia del delito de
homicidio denominado preterintencional (o con exceso en el
fin), porque el resultado letal fue más allá de la intención.
LEY
I. (La palabra ley proviene de la voz latina lex que, según la
opinión más generalizada se deriva del vocablo legere, que
significa ''que se lee''. Algunos autores derivan lex de ligare,
haciendo resaltar el carácter obligatorio de las leyes.).
LIBERTAD
I. (Del latín libertas-atis que indica la condición del hombre no
sujeto a esclavitud.).
LIBERTADES CONSTITUCIONALES
I. Rubro general en el cual se agrupan todas las libertades
incluidas dentro de las garantías individuales contenidas en la
C. Otros derechos se agrupan bajo los rubros generales de
igualdad ante la ley, seguridad jurídica y derechos sociales.
LUCRO
I. (Del latín lucrum.) Ganancia o provecho que se saca de una
cosa.
VII. Los teóricos del derecho procesal expresan que tres son los
principios que debe atender todo juez o magistrado: 1) cumplir
su cargo diligentemente y con eficacia; 2) no temer al silencio o
a la oscuridad de su labor, entre más discreta y personal sea,
más eficaz resultara porque siempre existirá un registro en el
que su actividad r actitud quede anotada, y será este registro su
principal defensor el día en que tenga necesidad de que se le
haga justicia, y 3) evitar comprometer su criterio y seguridad
científica al dictar sus fallos pues debe ser imparcial y apegarse
a lo estrictamente señalado en las normas que aplique o
invoque, aparte de ser firme en sus determinaciones. En todo
caso, si por alguna circunstancia se encuentra equivocado en su
modo de actuar, siempre que este sea limpio y honesto, otro
tribunal podrá rectificar sus determinaciones y las orientara en
la forma correcta. La regla general que ha de tener siempre en
consideración todo magistrado que aprecie su labor, será la
satisfacción del deber cumplido.
El doctor Fix-Zamudio, quien ha publicado numerosos
estudios en los que aborda problemas concretos de la
magistratura, piensa que todos los instrumentos modernos para
la preparación, selección y nombramiento de los jueces o
magistrados, tienen su culminación en la llamada carrera
judicial, estrechamente vinculada a la estabilidad de los
miembros de la judicatura. Dicha carrera judicial consiste en el
ingreso y la promoción de funcionarios judiciales a través de
exámenes de oposición y concursos de méritos, que ha
permitido la formación de una clase judicial de gran prestigio en
muchos países, y hoy se combina con la posibilidad de un
ingreso excepcional de otros profesionales jurídicos en los
grados más elevados. Por desgracia, en nuestro medio judicial
no se ha logrado su establecimiento, pues se empieza por el
hecho, antes indicado, de que no existe la inamovilidad en el
caso de muchos magistrados, son únicamente las relaciones
personales o el favor de autoridades políticas, lo que determina
para algunos de ellos la posibilidad de alcanzar el puesto.
Reformas introducidas en la «LA» otorgan a los magistrados
del Poder Judicial Federal nuevas facultades, a saber: 1) en
materia de suplencia de la queja podrán suplir la deficiencia de
los conceptos de violación de la demanda, así como la
expresión de agravios formulados en los recursos establecidos,
por la ley, en los siguientes casos: a) en cualquier materia de
amparo cuando el acto se funde en leyes declaradas
inconstitucionales por la «SCJ»; b) en materia penal ante la
ausencia de conceptos de violación o de agravios del reo; c) en
materia agraria en el caso a que se contrae el «a.» 227; d) en
materia de trabajo en favor del trabajador únicamente; e) en
favor de los menores o incapacitados, y f) en otras materias
cuando se advierta que ha habido en contra del quejoso o del
particular recurrente una violación manifiesta de la ley que lo
hubiere dejado sin defensa. 2) En los asuntos a revisión el
magistrado deberá examinar los agravios alegados contra la
resolución recurrida para que, si los estima fundados considere
aquellos conceptos de violación cuyo estudio haya omitido el
juzgador. 3) Cuando un magistrado conozca de la revisión
interpuesta contra la sentencia definitiva dictada en un juicio de
amparo de que debió conocer en única instancia el tribunal
colegiado correspondiente conforme a lo dispuesto por el «a.»
44 de la «LA», por no haber dado cumplimiento con la debida
oportunidad el juez de distrito o la autoridad que haya conocido
de él, deberá proponer la declaración de insubsistencia de la
sentencia recurrida para que el tribunal colegiado se avoque al
conocimiento del amparo y pueda éste dictar la resolución que
legalmente proceda. 4) En materia de improcedencia de una
demanda de amparo, el magistrado que la examine, si encuentra
motivos fundados para que se deseche, propondrá al tribunal
colegiado tal determinación («aa.» 76 bis, 91, 94 y 177 LA).
Estas reformas se publicaron en el «DO» de fecha 20-V-86.
En otras reformas hechas al «CPC» se ha impuesto al
magistrado la obligación de recibir por sí mismo las
declaraciones que rindan los testigos en cualquier audiencia a la
cual se les convoque, presidiendo igualmente y bajo su más
estricta responsabilidad todos los actos de prueba de que deban
conocer. De oficio o a petición de parte adoptará las medidas
necesarias tendientes a sancionar y a prevenir cualquier acto
contrario al respeto debido al tribunal del que formen parte, y al
que deben guardarse entre sí las partes; así como las faltas de
decoro y probidad que adviertan, pudiendo requerir el auxilio de
la fuerza pública («aa.» 60 y 61 «CPC»). La modificación de
estas disposiciones legales se publico en el «DO» de fecha 10-I-
86, en donde se dio a conocer una adición de gran interés, la
que se refiere a una nueva facultad otorgada al magistrado local
para ordenar, aún fuera de audiencia, se subsane toda omisión
que note en la substanciación de un juicio para el sólo efecto de
regularizar el procedimiento («a.» 272 G).
Finalmente, en materia penal el magistrado unitario de circuito
a quien corresponda conocer de un recurso de queja contra
conductas omisas de los jueces de distrito de su jurisdicción,
deberá dar entrada al recurso respectivo y requerirá al juez para
que rinda informe dentro del término de tres días. De estimar
fundado el recurso ordenará al juez cumpla con las obligaciones
inherentes, apercibiéndolo de imponerle una multa de diez
veces el salario mínimo vigente en el momento en que hubiere
ocurrido tal omisión («a.» 398 bis del «CFPP»). Adición
publicada en el «DO» de fecha 10-I-86.
MALA FE
I. La segunda parte del «a.» 1815 «CC» define a la mala fe
como la ''disimulación del error de uno de los contratantes, una
vez conocido''. Es pues una actitud pasiva de una de las partes
en el acto jurídico frente al error en que se encuentra la otra, ya
que habiéndolo advertido lo disimula y se aprovecha de él.
Así pues, aunque existe la creencia muy difundida de que la
mala fe es un vicio del consentimiento, en realidad el vicio es el
error en que se encuentra una de las partes; es una conducta
contraria a la buena fe que debe existir en todo acto jurídico;
esta conducta simple implica siempre premeditación y propósito
de no desengañar a fin de obtener mayores beneficios en el acto
jurídico, de ahí que sea sancionada por el legislador.
MANDATO
I. (Del latín mandatum.) Contrato por el cual una persona
llamada mandatario se obliga a ejecutar por cuenta de otra
denominada mandante los actos jurídicos que éste le encarga.
La distinción del mandato con los contratos de obra se
encuentra en que en aquél se ejercitan actos jurídicos, en tanto
que en éstos el objeto radica en la realización de actos
materiales o intelectuales.
El mandato puede ser con o sin representación. Comúnmente
es oneroso, pero puede ser gratuito si así se conviene
expresamente. Puede ser para actos jurídicos específicos o
puede ser mandato general; en este último caso puede adoptar
las tres formas consagradas en el «a.» 2554 «CC», es decir, para
pleitos y cobranzas, para administrar bienes o para actos de
dominio, bastando insertar en los poderes la mención de estas
facultades para que el apoderado este legitimado para actuar en
la extensión de las mismas.
MARCAS
I. (En singular, del alemán mark) Señal dibujada, pegada, hecha
a fuego, etc., en una cosa, un animal o una persona, p.e., en un
esclavo, para distinguirlo o saber a quién pertenece.
MATERNIDAD
I. (De materno, estado o calidad de madre.) La maternidad tiene
en derecho varios efectos: en relación a la filiación; al ejercicio
de la patria potestad; a los alimentos a las sucesiones; en las
relaciones laborales; en el establecimiento de la punibilidad, etc.
MEDICINA FORENSE
I. Es la rama de la medicina que se encarga del estudio
fisiológico y patológico del ser humano en lo que respecta al
derecho.
MEJORAS
I. (De mejorar.) Toda modificación intrínseca o extrínseca,
material de la casa que produce un aumento en su valor
económico.
En derecho mexicano existen tres formas: las mejoras útiles,
las necesarias y las voluntarias. Son mejoras útiles las que sólo
aumentan el valor del predio; son mejoras necesarias aquellas
que se realizan en el predio para impedir la pérdida o el
deterioro de la casa, y son mejoras voluntarias las que sólo
sirven para adorno, lucimiento o recreo.
Además de ellas, que se refieren específicamente a la acción
del hombre sobre la casa, el «a.» 822 «CC» reconoce las
mejoras provenientes de la naturaleza o del tiempo.
MENORES
I. (Del latín minor natus referido al menor de edad, al joven de
pocos años, al pupilo no necesariamente huérfano, sino digno
de protección, pues esta última voz proviene a su vez de pupus
que significa niño y que se confunde con la amplia aceptación
romana del hijo de familia sujeto a patria potestad o tutela.)
Desde el punto de vista biológico se llama menor a la persona
que por efecto del desarrollo gradual de su organismo no ha
alcanzado una madurez plena, y desde el punto de vista jurídico
es la persona que por la carencia de plenitud biológica, que por
lo general comprende desde el momento del nacimiento viable
hasta cumplir la mayoría de edad la ley le restringe su
capacidad dando lugar al establecimiento de jurisdicciones
especiales que lo salvaguardan.
Sin embargo, cabe observar, al decir de Guillermo Cabanellas,
que no puede caracterizarse en una situación simplista al menor
de edad contraponiéndolo con el mayor de edad, pues aunque
hay fronteras decisivas como la patria potestad y la tutela, las
legislaciones han fijado una serie de etapas progresivas con el
crecimiento individual para apreciar el grado de capacidad y
responsabilidad de los menores.
El vocablo ''minoridad'' que comprende el concepto abstracto
de la menor edad, se distingue del de ''minoría'' por cuanto éste
se aplica ordinariamente al grupo de miembros de un
conglomerado de personas que votan contra el acuerdo de la
mayoría de sus integrantes.
MERCANCÍAS
MINISTERIO PÚBLICO
I. Es la institución unitaria y jerárquica dependiente del
organismo ejecutivo, que posee como funciones esenciales las
de persecución de los delitos y el ejercicio de la acción penal;
intervención en otros procedimientos judiciales para la defensa
de intereses sociales, de ausentes, menores e incapacitados, y
finalmente, como consultor y asesor de los jueces y tribunales.
MONARQUÍA
I. Forma de gobierno en la cual el poder supremo se atribuye a
un solo individuo que recibe el nombre de rey, monarca o
emperador, y que accede al poder por derecho de nacimiento
(monarquía hereditaria) o elección (monarquía electiva). Ya
Aristóteles en su Política señaló a la monarquía como una de las
formas rectas de gobierno. Maquiavelo, al dividir en El Príncipe
las formas de gobierno, la denomino principado; pero en
nuestros días el lenguaje político ha preferido usar la
denominación aristotélica.
En la historia política de Occidente la monarquía se ha
concebido como ilimitada o absoluta, o limitada, según que el
poder del monarca considere superior a la ley, o que se
encuentre obligado al respeto de una ley suprema que delimita
el ejercicio de dicho poder y que lo divide entre varios órganos
del Estado.
MONOPOLIOS
I. (Del latín monopolium, y éste a su vez del griego, mono=uno,
polein = vender.) ''Aprovechamiento exclusivo de alguna
industria o comercio, bien provenga de un privilegio, bien de
otra causa cualquiera. Convenio hecho entre los mercaderes de
vender los géneros a un determinado precio'' (Diccionario de la
lengua española).
MORA
I. (Del latín mora, demora, tardanza.) Se incurre en mora
cuando el deudor no paga al momento en que se hace exigible la
obligación ya sea por haberse cumplido el plazo establecido o
por haberse llenado los requisitos legales para ello. La mora es,
pues, un retardo injustificado en el cumplimiento de una
obligación y presupone siempre la existencia de una prestación,
ya sea personal o real, eficaz, exigible y vencida.
Cabe aclarar que no todo incumplimiento o retraso en el pago
constituye una mora del deudor, sólo en el caso de que sea
culpable o imputable a éste.
MULTA
I. (Del latín multa.) Pena pecunaria consistente en el pago al
Estado de una cantidad de dinero.
MUTUO
I. (Del latín mutuus.) A la luz de los «aa.» 2384 y 2393 del
«CC», ''el mutuo es un contrato por el cual el mutuante se
obliga a transferir la propiedad de una suma de dinero o de otras
cosas fungibles al mutuario, quien se obliga a devolver otro
tanto de la misma especie y calidad'', con la posibilidad de
estipular el pago de un interés.
En el mutuo la cosa se considera que ha mudado de dueño, es
decir la propiedad se ha transmitido a aquel que la recibe y aun
cuando en el derecho romano el mutuo era un contrato real y
recibía la denominación de préstamo de consumo, el legislador
mexicano lo estima un contrato consensual.
II. Son objeto de este contrato las cosas consumibles y
fungibles; usualmente recae en el dinero, pero podrían ser
objeto del contrato cosas diversas del dinero, como las semillas
y otros productos del campo.
El «CC» del 1884 reglamentaba bajo el nombre de préstamo
dos categorías de contratos: el mutuo y el comodato, siendo éste
un préstamo de uso y aquel un préstamo de consumo gratuito o
a interés, de cosa fungible, con obligación de devolver otro
tanto del mismo género o calidad («a.» 2661 del «CC» de
1884); el «CC», al clasificar los contratos por su objeto,
considera al mutuo como un contrato traslativo de la propiedad.
Su objeto consistiría en una obligación de dar («a.» 2011
«CC»), pues el mutuante tendrá la obligación de transmitir el
dominio y el mutuario la de pagar la cosa debida. Cuando
fueren objeto del mutuo cosas diversas de dinero, la ley faculta
la restitución en su valor en dinero («a.» 2388 «CC»).
NACIONALIDAD
I. (De nacional y éste del latín natio-onis: nación.) Nacionalidad
es el atributo jurídico que señala al individuo como miembro
del pueblo constitutivo de un Estado. Es el vinculo legal que
relaciona a un individuo con el Estado.
La definición anterior corresponde a un concepto jurídico de
nacionalidad, pero el término tiene también otras acepciones.
Desde el punto de vista sociológico es el vínculo que une a un
individuo con un grupo en virtud de diversos factores: la vida
en común y la conciencia social idéntica. La coincidencia entre
este concepto y el jurídico en la realidad de un Estado supone
cohesión interna y fuerza, pero no es necesario que se dé; su
viabilidad depende de factores de homogeneidad que no se
presentan con frecuencia.
NATURALIZACIÓN
I. (Acción y efecto de naturalizar.) Procedimiento de atribución
de una nacionalidad que no sea la de origen; se entiende por
nacionalidad de origen la que se adquiere por nacimiento. El
concepto de naturalización está por lo tanto estrechamente
vinculado con el concepto jurídico de nacionalidad, el cual
surgió en el transcurso del siglo XIX. Por medio de dicho
procedimiento se permite a las personas, que cumplen con
ciertos requisitos, adquirir una nacionalidad que no hayan
tenido por nacimiento. Es entonces facultad de cada Estado
determinar las condiciones bajo las cuales los extranjeros
podrán adquirir su nacionalidad. Varían los procedimientos de
naturalización en función de cada Estado; igualmente pueden
ser diferentes, según cada país, las autoridades facultadas para
otorgar la nacionalidad por medio del procedimiento de
naturalización. El legislador de cada Estado determina, pues,
cuidadosamente los requisitos y procedimientos a seguir por los
extranjeros deseosos de obtener su nacionalidad.
NEGATIVA FICTA
I. Sentido de la respuesta que la ley presume ha recaído a una
solicitud, petición o instancia formulada por escrito, por persona
interesada, cuando la autoridad no la contesta ni resuelve en un
determinado periodo.
NO INTERVENCIÓN
I. Es la obligación que tiene todo Estado o grupo de Estados, de
no inmiscuirse pi interferir, directa o indirectamente y sean
cuales fueren el motivo y la forma de injerencia, en los asuntos
internos o externos de los demás Estados.
NOMBRE
I. (Del latín nomen-inis, nombre.) Palabra que sirve para
designar las personas o las cosas. Concepto jurídico: palabra o
conjunto de palabras con que se designa a las personas para
individualizarlas y distinguirlas unas de otras. En la persona
moral se usa el término de razón social como sinónimo de
nombre. En la persona física el nombre cumple una doble
función: de individualización y como signo de filiación.
NOTARIADO
I. (De notorio y este del latín notarius.) Institución que
comprende todo lo relativo a la notaria y a los notarios.
En opinión de Giménez Arnau; definir al notariado importa
definir al notario, sea que se estime al notariado como función o
sea que se le considere como el grupo de quienes la
desempeñan.
Se ha dicho que la naturaleza del notariado se exterioriza en la
practica en el conjunto de facultades que constituyen el
ejercicio de la función notarial la que a su vez, es una
prerrogativa del poder público que va encaminada a declarar el
derecho mediante una manifestación con la que se da forma al
acto jurídico.
Es el notariado una institución que surge en forma natural de
la organización social, desde las primeras manifestaciones
contractuales de la sociedad, y que consiste en términos
generales en el sistema organizado de personas investidas de fe
pública para autorizar o dar fe de hechos y actos que ante ellos
pasan y se otorgan; el notarlo, pues, es un magistrado,
representante del poder público, obligado y capaz de recibir y
dar forma a cuanta manifestación jurídica surja de la vida de
relación contractual.
OBEDIENCIA JERÁRQUICA
I. El cumplimiento de una orden emanada de un superior
jerárquico, dictada conforme a derecho, origina a favor del
subordinado la causa de justificación prevista en la «fr.» V del
«a.» 15 del «CP», que excluye la responsabilidad de quien obra
en cumplimiento de un deber o en el ejercicio de un derecho
consignados en la ley.
Por el contrario, si la orden es contraria a derecho, su
cumplimiento por parte del inferior jerárquico en ningún caso
puede recibir la misma solución, aun cuando se trate de un
mandato ''vinculatorio'' para el subordinado, quien al obedecer
actúa tan antijurídicamente como el superior que la dictó.
Consiguientemente, la situación prevista en la «fr.» VII del
mismo «a.» 15, que excluye la responsabilidad de quien
obedece a un superior legítimo en el orden jerárquico, aun
cuando su mandato constituya un delito, si esta circunstancia no
es notoria ni se prueba que el acusado la conocía, no puede ser
entendida como causa de justificación como es sostenido por un
sector de la doctrina.
La orden ilegal no deja de serlo porque se encargue su
ejecución a un subordinado que la cumple en virtud de un error
pues la juridicidad del hecho no depende del conocimiento de
quien actúa, sino de su adecuación al orden jurídico. La norma
del «a.» 15 «fr.» VII del «CP» es una aplicación de las reglas
del error de prohibición, en cuya virtud resulta inculpable quien
actúa precisamente porque cree equivocadamente que lo
ordenado era legítimo.
El deber de obediencia no se deriva de la existencia de un
mandato vinculante, puesto que el inferior aun en ese caso no
debe cumplirlo si la ilegalidad es notoria o está en conocimiento
de tal circunstancia. La exclusión de responsabilidad del
subordinado es consecuencia de una ignorancia de la
antijuridicidad de su comportamiento, error que un mandato
vinculatorio torna insuperable al impedirle inspeccionar la
validez de la orden.
OBLIGACIÓN
I. (Del latín obligatio-onis.) El derecho civil se refiere a la
persona, entre otras cosas, en relación con su actividad
económica y esta puede ser en un plano de exclusividad o en un
plano de colaboración. Cuando los actos económicos se realizan
en exclusividad estamos en presencia de derechos reales, mas
cuando la actividad se realiza en colaboración de unos hombres
con otros, estamos en presencia de derechos personales que
ameritan la distinción entre deudor y acreedor y vínculo que los
relaciona.
La obligación dicen las Institutas es un vínculo jurídico por el
que somos constreñidos por la necesidad de pagar alguna cosa
según las leyes de nuestra ciudad.
Por esa razón mientras que los derechos reales tienen por
contenido el poder que el sujeto tiene sobre un bien, en los
derechos personales se persigue la satisfacción que el deudor va
a realizar en interés del acreedor.
La obligación es un vínculo y por lo tanto, como dice Gayo,
nadie se obliga por un consejo y de una recomendación o, de un
consejo general, no se deriva obligación alguna; pero el texto de
las Institutas añade que la obligación es un vínculo jurídico con
lo que quiere decirse que es un ligamen de derecho no un
ligamen religioso o ético.
El vínculo nos constriñe a la necesidad de pagar, por esa razón
el orden jurídico exige que las obligaciones tengan una fuente
de donde nazcan. La imposición de una obligación sin una
fuente no tendría razón de ser, ni estaríamos en presencia de un
orden jurídico sin ella, pues bien, las obligaciones nacen de un
acuerdo de voluntades o de un ilícito, bien de cierto derecho
propio, según las varias especies de causas (Gayo) y por esa
razón se habla de la necesidad de pagar alguna cosa,
añadiéndose que el pago debe hacerse según las leyes de nuestra
ciudad lo que significa que el vínculo está reconocido por el
orden jurídico.
Debemos observar a la luz del derecho actual que en la
obligación se distingue el débito y la responsabilidad,
entendiéndose que aquél es la prestación o deuda y la
responsabilidad es la sujeción patrimonial. Con esta distinción
se puede observar que habrá obligaciones que tengan débito sin
responsabilidad como acaece en las llamadas obligaciones
naturales, tales como el pago de una deuda prescrita o el
cumplimiento de un deber moral, que no dan derecho a repetir
por pago de lo indebido; en otros términos las obligaciones
naturales no sólo se caracterizan porque no producen acción,
sino porque lo que se ha pagado no puede ser repetido.
Asimismo, podría haber responsabilidad sin deuda como es el
caso de la responsabilidad del que da garantías en cumplimiento
de una deuda ajena.
OBLIGACIONES O BONOS
I. Naturaleza jurídica de las obligaciones y del negocio de
emisión. La doctrina en forma unánime considera las
obligaciones como títulos de crédito, o más precisamente, como
títulos valores, aunque éstos tienen la característica de ser
seriales o colectivos y causales, es decir, que se emiten varios
títulos en correspondencia con una relación única de débito
contenida en el acta de emisión de obligaciones y a la cual
quedan sometidas con todas sus modificaciones durante el plazo
de la operación.
Por otra parte, esta relación de débito normalmente proviene
de un mutuo, aunque nada impide (y así lo reconocen los «aa.»
212 y 214 de la «LGTOC») que la emisión se haga con motivo
de una operación diversa del mutuo o de varias operaciones a la
vez a condición de que estas signifiquen créditos a cargo de la
sociedad, los cuales desaparecen con motivo de la emisión de
obligaciones por tratarse esta operación de un negocio
abstracto.
OFENDIDO
I. (Del latín offendere, participio pasado del verbo ''ofender''.)
Ofendido es quien ha recibido en su persona, bienes o, en
general, en su status jurídico, una ofensa, daño, ultraje,
menoscabo, maltrato o injuria.
OMISIÓN
I. (Del latín omissio-onis). En el modelo lógico del derecho
penal, la acción y la omisión se plantean y examinan en tres
niveles conceptuales diferentes: el prejurídico penal (de las
entidades puramente fácticas o culturales); el del tipo (de las
meras descripciones legislativo penales), y el correspondiente al
delito (de las entidades fácticas o culturales, típicas).
ORDEN PÚBLICO
I. En sentido general 'orden público' designa el estado de
coexistencia pacífica entre los miembros de una comunidad.
Esta idea está asociada con la noción de paz pública, objetivo
específico de las medidas de gobierno y policía (Bernard). En
un sentido técnico, la dogmática jurídica con 'orden público' se
refiere al conjunto de instituciones jurídicas que identifican o
distinguen el derecho de una comunidad; principios, normas e
instituciones que no pueden ser alteradas ni por la voluntad de
los individuos (no está bajo el imperio de la ''autonomía de la
voluntad'') ni por la aplicación de derecho extranjero.
Estos principios e instituciones no son sólo normas legisladas.
El orden público comprende además, tradiciones y prácticas del
foro, así como tradiciones y prácticas de las profesiones
jurídicas. Podría decirse que el orden público se refiere, por
decirlo así, a la ''cultura'' jurídica de una comunidad
determinada, incluyendo sus tradiciones, ideales e, incluso
dogmas y mitos sobre su derecho y su historia institucional. Si
cabe una amplia metáfora podría decirse que 'orden público'
designa la ''idiosincrasia'' jurídica de un derecho en particular.
La doctrina reconoce esta idea de orden jurídico cuando indica
que el orden público, como institución jurídica, se constituye de
''principios y axiomas de organización social que todos
reconocen y admiten, aun cuando... no [se] establezcan''
(Alfonsín), «i.e.» , aun cuando no se expresen ni se expliciten.
El 'orden público' es, se sostiene, una ''forma de vida jurídica''
(Smith). El orden público constituye las ''ideas fundamentales''
sobre las cuales reposa la ''constitución social''. Estas ideas
fundamentales son, justamente las que se encuentran implicadas
en la expresión 'orden público'; «i.e.» , un conjunto de ideales
sociales, políticos, morales, económicos y religiosos cuya
conservación, el derecho, ha creído su deber conservar (Baudry-
Lacantinerie).
De lo anterior se sigue que las leyes de ''orden público'', no se
refieren necesariamente, al derecho público, como opuesto al
derecho privado. Existen, leyes de ''orden público'' que regulan
instituciones del derecho privado las cuales son instituciones
sociales fundamentales (p.e., el parentesco, el matrimonio, etc.).
El orden público, independientemente de su significado -en
gran medida equívoco- (Bernard) funciona como un límite por
medio del cual se restringe la facultad de los individuos sobre la
realización de ciertos actos o se impide que ciertos actos
jurídicos validos tengan efectos dentro de un orden jurídico
específico.
ORDENANZAS
I. (Del latín ordo-inis, orden, colocación, disposición ordenada.)
Según el Diccionario de autoridades ''ordenanzas'' es el
mandato, disposición, arbitrio y voluntad de alguno. Asimismo
dice que es la ley o estatuto que se manda observar, y
especialmente se da ese nombre a las que están hechas para el
régimen de los militares y buen gobierno de las tropas, o para el
de alguna ciudad o comunidad.
PAGO
I. (De pagar y éste, a su vez, del latín pacare.) Pago es sinónimo
de cumplimiento de las obligaciones. Al efecto, entendemos por
cumplimiento de una obligación, la realización de la prestación
a que estaba obligado el deudor, frente al acreedor. El «CC»
regula lo relativo al pago en el libro cuarto, primera parte, «tít.»
IV, c. I, «aa.» 2062 a 2096, inclusive, se inicia con la definición
de pago de la siguiente manera: ''Pago o cumplimiento es la
entrega de la cosa debida, o la prestación del servicio que se
hubiere prometido'' («a.» 2062). La propia definición de pago
nos indica la sustancia del mismo, o sea que debe pagarse: la
prestación misma, el contenido de la obligación de dar, hacer o
abstenerse. Por ello, ''el acreedor de cosa cierta no está obligado
a recibir otra cosa aun cuando sea de mayor valor'' («a.» 2012
«CC»), de ahí que exista una remisión tácita en el «CC» a los aa
2011 a 2026 que regulan las obligaciones de dar, y a los «aa.»
2027 y 2028, que se refieren a las obligaciones de hacer o de no
hacer.
PARO
I. (De parar, suspensión o término de la jornada industrial o
agrícola.) Desplazado de la «LFT» vigente, Por considerarse
una figura jurídica obsoleta, el paro fue definido en el «a.» 277
de la ley de 1931 como: ''la suspensión temporal, parcial o total
del trabajo, como resultado de una coalición de patronos''.
Ghidini a su vez, lo entiende como ''la suspensión del proceso
productivo realizada unilateralmente por el empresario, con
objeto de no cubrir temporalmente los salarios, imponiendo a
los trabajadores su propia voluntad, en mérito a las condiciones
de trabajo''. En este orden de ideas, el paro vendría a consistir
en un acto individual del patrón determinado y realizado tan
sólo por él, sin detrimento de la posible intervención de grupos
o categorías profesionales de empresarios. Al decir de los
autores que se adhieren a esta tesis, el carácter
preponderantemente individual del paro no es obstáculo para
que se le estudie dentro de los tipos de conflicto colectivo,
puesto que en principio abarca intereses de categoría y de
trascendencia general. Dentro de esta perspectiva, no sólo las
modalidades sino los fines del paro pueden ser distintos,
tendiendo siempre a concretarse en un medio de presión sobre
los trabajadores, insensibles a otros mecanismos persuasivos.
Contrastante con este sistema, nuestro ordenamiento laboral
recogió esta figura, circunscribiéndola a un derecho colectivo
propio de las coaliciones patronales, lo que excluye, desde
luego, su ejercicio individual.
Por otra parte, en el ordenamiento mexicano la función
ofensiva del paro se suprime, proscribiéndose en la «fr.» XIX
del apartado A del «a.» 123 de la C, su carácter de instrumento
represor de los intereses de los trabajadores, quedando reducido
simplemente, a un procedimiento técnico que debe ventilarse
ante las Juntas de Conciliación y Arbitraje, con el fin exclusivo
de mantener el índice de precios en un límite costeable. De esta
manera, aunque la coalición de patronos es poco probable y así
se confirmó dentro de nuestra experiencia, la C suprime al paro
su función originaria de instrumento ofensivo y defensivo
correlativo de la huelga, orientado a presionar a los trabajadores
para consentir las modificaciones, por lo común reductivas, de
las condiciones de trabajo.
PARTICIPACIÓN DE UTILIDADES
I. Es el derecho que posee la comunidad de trabajadores de una
empresa a percibir una parte de los resultados del proceso
económico de producción y distribución de los bienes y
servicios.
PATENTES
I. (Del latín patens patentis, patente, abierto, manifiesto,
descubierto.) En el lenguaje usual, lo que es claro, perceptible;
con referencia a ciertas actividades, la facultad otorgada por el
Estado para desempeñarlas (notarios, corredores públicos,
agentes aduanales).
II. Si bien la Ley de Invenciones y Marcas (LIM) no contiene
una definición de patente, el texto de sus «aa.» 3o. y 4o.
permiten elaborar el siguiente concepto: privilegio que otorga el
Estado para explotar una invención nueva, susceptible de
aplicación industrial; aunque aparentemente es pleonástica la
expresión invención nueva, en este caso no lo es, según se verá
más adelante.
Para Mantilla Molina, con el vocablo patente se denotan dos
cosas: a) el derecho de aprovechar la invención, y b) el
documento que expide el Estado para acreditar tal derecho.
PATRIA POTESTAD
I. Institución que atribuye un conjunto de facultades y derechos
a los ascendientes a fin de que puedan cumplir con las
obligaciones que tienen para con sus descendientes.
José María Álvarez la definió en 1827 como ''aquella autoridad
y facultades que tanto el derecho de gentes como el civil
conceden a los padres sobre sus hijos con el fin de que éstos
sean convenientemente educados''.
De 1827 a nuestros días el concepto no ha variado gran cosa:
Galindo Garfias (p. 656) expresa que ''es la autoridad atribuida a
los padres para el cumplimiento del deber de educar y proteger
a sus hijos menores de edad, no emancipados... no es
propiamente una potestad, sino una función propia de la
paternidad y la maternidad''.
La doctrina no es uniforme en cuanto a la naturaleza de la
patria potestad. Algunos la definen como una institución, otros
como una potestad y otros como una función. Lo importante,
independientemente, de su naturaleza, es el objetivo de la
misma: la asistencia, cuidado y protección de los menores no
emancipados.
Es una institución que tiene su base u origen en la filiación, en
la relación padres-hijos, ascendiente-descendiente.
PATRIMONIO
I. (Del latín patrimonium). Parece indicar los bienes que el hijo
tiene, heredados de su padre y abuelos. Desde el punto de vista
jurídico patrimonio es el conjunto de poderes y deberes,
apreciables en dinero, que tiene una persona. Se utiliza la
expresión poderes y deberes en razón de que no sólo los
derechos subjetivos y las obligaciones pueden ser estimadas en
dinero, sino que también lo podrían ser las facultades, las cargas
y, en algunos casos, el ejercicio de la potestad, que se pueden
traducir en un valor pecuniario.
PATRÓN
I. (De patrono y éste, a su vez del latín patronus.) ''Es la persona
física o moral que utiliza los servicios de uno o varios
trabajadores'' («a.» 10 de la LFT).
En confrontación con la figura del trabajador, el patrón
representa otro de los sujetos primarios de la relación jurídica
de empleo. Su presencia como persona física es frecuente,
cuando no la regla, en la pequeña empresa, donde se le puede
encontrar supervisando los servicios de los trabajadores o
compartiendo con ellos, las actividades laborales. En los centros
de grandes dimensiones es común por el contrario, su
disolución físico-individual, en la integración de sociedades
(personas jurídicas o morales).
Pese a que tradicionalmente, como jefe de la empresa, se le
reconoce al patrón un poder de jerarquía del que dependen en
relación subordinada, los trabajadores de la misma, la definición
de ley es precisa y objetiva, no obstante el cuestionamiento de
que pudiera estimarse incompleta en tanto que omite el
concepto de subordinación y no alude al compromiso de
retribuir el trabajo. En efecto resulta evidente, a nuestro juicio,
que al suprimirse la condicionante de la preexistencia de un
contrato do trabajo, ignorándose la limitante de la
subordinación, pretendió fortalecerse el carácter expansivo del
derecho del trabajo. Por otra parte, el señalamiento de la
contraprestación que se baga indispensable para definir el
carácter del patrón, toda vez que la obligación del pago del
salario está sobrentendida, es insalvable y por disposición de
ley, irrenunciable.
La desvinculación del concepto de patrón respecto del contrato
de trabajo, obedece, dentro de nuestro sistema, al acogimiento
de la autonomía relacionista que explica la prestación de los
servicios como razón generatriz de la aplicación y beneficio del
derecho del trabajo.
Para algún sector de la doctrina y del derecho comparado,
suele confundirse el concepto de patrón, identificándolo
indiscriminadamente, con el de empleador o empresario,
cuando no, con los de dador o acreedor de trabajo. Pensamos
que no es exacto.
PECULADO
I. (Del latín peculatus; de peculium, caudal.) En sentido
exclusivamente gramatical, y teniendo en cuenta la etimología
señalada, hace referencia a la sustracción de caudales del erario
público, realizada por aquel a quien está confiada su
administración.
II. La reforma al «CP» de 30 de diciembre de 1982 (DO 5-I-
1983), afectó, de manera sustancial, al delito de peculado. Su
ubicación actual se encuentra en el «a.» 223, único constitutivo
del c. XI, del «tít.» décimo, del libro II, del «CP».
Precisamente, dicho «tít.» se refiere a los ''Delitos cometidos
por servidores públicos''. Pero ocurre que la propia
conceptualización de ''servidores públicos'' constituye una de las
novedades contenidas en la reforma mencionada.
Restringiéndonos al ámbito penal sustantivo, la noción de
servidor público se determina en el «a.» 212 del «CP».
Y el legislador señala que, para los efectos de los títs. décimo
y decimoprimero del libro II del «CP», ''es servidor público toda
persona que desempeñe un empleo, cargo o comisión de
cualquier naturaleza en la Administración Pública Federal
centralizada o en la del Distrito Federal, organismos
descentralizados, empresas de participación estatal mayoritaria,
organizaciones y sociedades asimiladas a éstas, fideicomisos
públicos, en el Congreso de la Unión, o en los poderes Judicial
Federal y Judicial del Distrito Federal, o que maneje recursos
económicos federales. Las disposiciones contenidas en el
presente Título, son aplicables a los Gobernadores de los
Estados, a los Diputados a las Legislaturas Locales y a los
Magistrados de los Tribunales de Justicia locales, por la
comisión de los delitos previstos en este Título, en materia
federal. Se impondrán las mismas sanciones previstas para el
delito de que se trate a cualquier persona que participe en la
perpetración de algunos de los delitos previstos en este Título o
el subsecuente''.
La normación descriptiva anterior, queda completada a los
efectos de individualización de las sanciones con lo dispuesto
en el a, 213 del reiterado ordenamiento punitivo.
PECULADO
I. (Del latín peculatus; de peculium, caudal.) En sentido
exclusivamente gramatical, y teniendo en cuenta la etimología
señalada, hace referencia a la sustracción de caudales del erario
público, realizada por aquel a quien está confiada su
administración.
PENSIONES
I. (Del latín pensio-onis, cantidad que se asigna a uno por
méritos o servicios propios.) Retribución económica que se
otorga a trabajadores o empleados públicos al retirarse de sus
actividades productivas, ya sea por haber cumplido determinado
periodo de servicios o por padecer de alguna incapacidad
permanente para el trabajo. Pago periódico de una cantidad en
efectivo que se hace a los familiares o beneficiarios de dichos
trabajadores o empleados cuando éstos fallecen y aquellos
reúnen las condiciones fijadas en las leyes, convenios colectivos
o estatutos especiales, por tener derecho a tales percepciones.
Cuotas asignadas por instituciones de seguridad social a los
asegurados o a sus causahabientes cuando éstos hayan llenado
los requisitos establecidos para su disfrute.
PEQUEÑA PROPIEDAD
I. Es una ex presión que usa la C por medio de la cual se
determina una modalidad de la propiedad en México. La
pequeña propiedad es pues una modalidad de la propiedad que
expresamente se configura y se determina en el «a.» 27
constitucional. En efecto, de acuerdo a dicho «a.» existen tres
tipos de propiedad: la propiedad privada, la propiedad social y
la propiedad pública. La propiedad privada, a su vez, puede ser
propiedad rural o urbana; y, por último, la propiedad rural
puede ser: pequeña, mediana o gran propiedad rural o
latifundio. De estas tres modalidades de la propiedad rural, sólo
la pequeña será respetada íntegramente y será protegida como
garantía constitucional, ya que las otras dos modalidades, de
mediana y latifundio, tienen el carácter de transitorias o en fase
de extinción como consecuencia de la paulatina implantación
del reparto agrario.
La pequeña propiedad rural es la atribución a una persona
privada de una determinada extensión de tierra, calificada como
rural, que no deberá ser superior a cien hectáreas de riego o sus
equivalentes en tierras de otras clases, como se dispuso desde el
Código Agrario de 1942, de donde pasó a la C.
PERITAJE
I. Recibe el nombre de peritaje el examen de personas, hechos u
objetos, realizado por un experto en alguna ciencia, técnica o
arte, con el objeto de ilustrar al juez o magistrado que conozca
de una causa civil criminal mercantil o de trabajo, sobré
cuestiones que por su naturaleza requieran de conocimientos
especializados que sean del dominio cultural de tales expertos,
cuya opinión resulte necesaria en la resolución de una
controversia jurídica. Medio de prueba mediante el cual una
persona competente, atraída al proceso, lleva a cabo una
investigación respecto de alguna materia o asunto que forme
parte de un juicio, a efecto de que el tribunal tenga
conocimiento del mismo, se encuentre en posibilidad de
resolver respecto de los propósitos perseguidos por las partes en
conflicto, cuando carezca de elementos propios para hacer una
justa evaluación de los hechos.
Al definir y explicar la voz dictamen pericial señalamos que
debe ajustarse a las disposiciones legales respectivas para
otorgarle eficacia probatoria y se indicó que es un auxiliar
eficaz para el juzgador, que no puede alcanzar todos los campos
del conocimiento técnico o científico que exijan una
preparación de la cual carece. En cuanto al peritaje debemos
agregar que son precisamente los conocimientos especiales los
que lo integran, por cuya razón no puede hablarse de peritaje
donde no sean necesarios éstos pues de ello deriva su
importancia en la dilucidación de una serie de asuntos. El
peritaje, en esencia es el método de aplicación de la ciencia en
el campo de aplicación de la justicia.
PERSONA COLECTIVA
I. Además de los seres humanos existen otras entidades que han
sido tratadas por el derecho como personas jurídicas. Existen
personas singularis (i.e., personas físicas) y otras personas más
complejas: las personas colectivas (comúnmente denominadas
''personas morales''). Las personas colectivas son ciertas
entidades (normalmente grupos de individuos) a las cuales el
derecho considera como una sola entidad para que actúe como
tal en la vida jurídica. Contrariamente a lo que pudiera creerse,
las personas colectivas y la doctrina jurídica que les es propia
ya es milenaria. Ulpiano, precisamente, señala: ''sive singularis
sit persona, quae metum intulit vel populus vel curia, vel
collegium vel corpus'' como lo son la curia, el populus, los
collegia, etc. (D. 4, 2, 9,1). Aquí, persona singularis contrasta
con una persona compuesta. La persona colectiva se diferencia
de la persona singularis por ser un compuesto de varios
individuos actuando como unidad («cfr.» D. 4, 2, 9, 1).
PERSONA COLECTIVA
I. Además de los seres humanos existen otras entidades que han
sido tratadas por el derecho como personas jurídicas. Existen
personas singularis (i.e., personas físicas) y otras personas más
complejas: las personas colectivas (comúnmente denominadas
''personas morales''). Las personas colectivas son ciertas
entidades (normalmente grupos de individuos) a las cuales el
derecho considera como una sola entidad para que actúe como
tal en la vida jurídica. Contrariamente a lo que pudiera creerse,
las personas colectivas y la doctrina jurídica que les es propia
ya es milenaria. Ulpiano, precisamente, señala: ''sive singularis
sit persona, quae metum intulit vel populus vel curia, vel
collegium vel corpus'' como lo son la curia, el populus, los
collegia, etc. (D. 4, 2, 9,1). Aquí, persona singularis contrasta
con una persona compuesta. La persona colectiva se diferencia
de la persona singularis por ser un compuesto de varios
individuos actuando como unidad («cfr.» D. 4, 2, 9, 1).
PERSONALIDAD
I. (Del latín personalitas-atis, conjunto de cualidades que
constituyen a la persona), En derecho, la palabra personalidad
tiene varias acepciones: se utiliza para indicar la cualidad de la
persona en virtud de la cual se le considera centro de
imputación de normas jurídicas o sujeto de derechos y
obligaciones. Esta acepción se encuentra muy vinculada con el
concepto de persona y sus temas conexos, como la distinción
entre la física y la moral o colectiva, las teorías acerca de la
personalidad jurídica de los entes colectivos y otros.
Por otro lado el vocablo personalidad se utiliza en otro sentido,
que en algunos sistemas jurídicos se denomina personería, para
indicar el conjunto de elementos que permiten constatar las
facultades de alguien para representar a otro, generalmente a
una persona moral, Así cuando se habla de ''acreditar la
personalidad de un representante'', se hace referencia a los
elementos constitutivos de esa representación, Es en este
sentido en que tomamos aquí la voz.
PLAZO
I. (Del latín placitum, convenido; termino o tiempo señalado
para una cosa). Una de las modalidades a que puede estar sujeta
una obligación es el plazo o termino definido como un
acontecimiento futuro de realización cierta al que está sujeta la
eficacia o extinción de una obligación.
El legislador emplea ambos conceptos como sinónimos, sin
embargo la doctrina los distingue. el término es el momento en
que ha de cumplirse o extinguirse una obligación y el plazo es
el lapso en el cual puede realizarse, en otras palabras, el término
es el fin del plazo. Se le clasifica en suspensivo o extintivo,
convencional, legal o judicial, y determinado o indeterminado.
PODERES CONSTITUIDOS
I. A través de la expresión ''poderes constituidos'' se hace
referencia a aquellos órganos estatales establecidos
directamente por la Constitución de un orden público.
La noción de ''poderes constituidos'' surge en oposición a la de
''poder constituyente'', lo cual presupone la supremacía de la
Constitución; en tanto que el ''poder constituyente'' alude al
órgano creador de la Constitución de un orden jurídico, los
''poderes constituidos'' son aquellos órganos fundamentales del
Estado establecidos por esta ultima, la cual determina también
sus respectivas competencias y limitaciones. En este sentido, los
órganos constituidos derivan del órgano constituyente y,
mientras la función esencial de éste no es gobernar sino crear la
Constitución del Estado, corresponde a los órganos constituidos
gobernar en los términos y limites previstos por la Constitución.
Así pues, por motivos de seguridad y de claridad, se ha
considerado conveniente en la mayoría de los sistemas
constitucionales que la voluntad del constituyente se externe por
escrito en un documento único y solemne habitualmente
denominado ''Constitución'', donde se precisen los órganos
fundamentales del Estado su división, su integración, sus
funciones y limitaciones. Acorde con lo anterior, también se ha
estimado necesario en tales sistemas que los órganos
constituidos no puedan modificar o derogar la ''Constitución
escrita'' a su arbitrio o, por lo menos, con los mismos
procedimientos utilizados en el ejercicio ordinario de sus
funciones, razón por la cual se prevé generalmente en la propia
''Constitución escrita'' algún procedimiento especial y
dificultado para su reforma; es así como han proliferado las
llamadas constituciones escritas y rígidas en oposición a las no
escritas y flexibles.
De lo que antecede se desprende la idea de la supremacía de la
Constitución y el principio -formulado y desarrollado
primeramente en el sistema angloamericano por los autores de
El Federalista y por John Marshall, en el célebre caso de
Marbury vs. Madison- de que todo acto contrario a ella debe
nulificarse, en tanto que sólo puede ser válido el acto que se
ajuste a la Constitución, pues es ésta la que sirve de ultimo
fundamento positivo de validez de los demás actos y normas del
respectivo orden jurídico. Es así como los diversos sistemas
establecen por lo general las llamadas garantías
constitucionales, cuya función es controlar la constitucionalidad
o regularidad de los actos de los órganos constituidos y demás
órganos en quienes. Estos deleguen alguna función.
PODER PÚBLICO
I. La expresión 'poder público' en el discurso jurídico y en el
campo de la ciencia política ha dado origen a grandes
controversias. El significado de la expresión no es unívoco. Por
el contrario, con la expresión 'poder público' los autores se
refieren a diferentes objetos. Un uso muy extendido de 'poder
público: en la teoría del derecho público y en la teoría general
del Estado es el de 'poder político', de 'poder del Estado'. En
este sentido, con 'poder público' los autores entienden la
instancia social que conduce (que gobierna) a la comunidad
(estatal). Este poder se distingue de cualquier otro poder por
varias características las cuales, precisamente, permiten
denominarlo 'poder publico', 'poder político'.
Con el predicado 'público' o 'político', se alude a que dicho
poder afecta a todos los miembros de la comunidad. El poder
público es el superior común de cada uno de los miembros de la
comunidad (Austin), El poder publico es un poder que se
atribuye a la comunidad en su conjunto; es, consecuentemente,
considerado unitario. El poder público es, además exclusivo
(Kelsen). El marco geográfico del 'poder político' es una
comunidad política independiente (Austin). Ciertamente, el
poder político se manifiesta en comunidades políticas
dependientes (municipios, departamentos, condados, entidades
federativas); sin embargo, éste no es sino una instancia del
poder público que pertenece a la comunidad política
independiente en su conjunto, a la comunidad soberana.
PRECIO
I. (Del latín pretium, valor pecuniario en que se estima algo
cantidad que se pide por una cosa; prestación consistente en
numerario, valores o títulos que un contratante da o promete,
por conmutación de cosa, derecho o servicio; valor de cambio.).
En el pago de algunos servicios y en la compraventa de bienes,
la contraprestación se denomina precio por antonomasia; en el
préstamo de dinero, interés o rédito, y en el arrendamiento de
cosas, renta o alquiler.
PRELACIÓN
I. (Del latín praelatio-onis.) Según el Diccionario de la
Academia, es la ''antelación o preferencia con que una cosa
debe ser atendida respecto de otra con la cual se compara''. Que
una cosa deba ser atendida con antelación, significa que lo sea
con anticipación, en orden al tiempo, respecto a otra.
Preferencia, en este contexto, debe entenderse como primacía o
ventaja con que debe atenderse un derecho respecto a otro.
Es uso frecuente, emplear como sinónimos prelación y
preferencia. Así se dise que un crédito hipotecario tiene
prelación sobre el bien hipotecado. Igualmente, se habla de
prelación para referirse a la preferencia en el ejercicio o
adquisición de un derecho determinado; p.e., el arrendatario en
el nuevo arrendamiento o venta de la cosa arrendada (a 2447
«CC»).
Es difícil, pero no imposible, distinguir prelación de
preferencia. Preferencia tiene un significado más amplio y
absoluto: el de excluir cualquier otro derecho que se le oponga;
p.e., el aparcero que al terminar el contrato hubiere cumplido
fielmente sus compromisos, goza del derecho del tanto, si la
tierra que estuvo cultivando va a ser dada en nueva aparcería
(«a.» 2750 «CC»). La prelación, en cambio, implica la
existencia de un orden en el cual otros derechos pueden
adelantarse tener preferencia; p.e., en la quiebra, los acreedores
por gastos de enfermedad son singularmente privilegiados; pero
se encuentran en tercer lugar en el orden de prelación («aa.»
261 y 262 LQ; 113 y 114 LFT).
PREMEDITACIÓN
I. (Del latín praemeditatio-onis, una de las circunstancias que
agravan la responsabilidad criminal de los delincuentes.)
Circunstancia calificante del homicidio y las lesiones que el
«CP» hace consistir en perpetrarlos tras haber reflexionado
sobre el delito que se va a cometer («a.» 315).
PRENDA
I. (Del latín pignora plural de pignus-oris, en su sentido original
significa objeto que se da en garantía.) El «CC» la regula dentro
del libro cuarto ''de las obligaciones'', segunda parte ''de las
diversas especies de contratos''.
En sentido jurídico se puede distinguir entre derecho de prenda
y contrato de prenda, siendo aquél el derecho que el acreedor
obtiene como garantía sobre un determinado mueble ajeno y
éste la fuente o modo ordinario por el que se constituye aquel
derecho.
Se llamó prenda, nos dice el jurisconsulto Gayo en el libro 50
del Digesto, porque viene de puño, significando que las cosas
que se dan en prenda se entregan con la mano por lo que
también puede parecer que es verdad lo que algunos opinan,
que la prenda se constituye sobre cosa mueble.
Pues propiamente, dice Ulpiano, llamamos prenda lo que pasa
al acreedor; e hipoteca cuando no pasa ni aun la posesión, al
acreedor.
El derecho de prenda se constituye como una garantía al
acreedor, ya que si bien es cierto que a la luz del «a.» 2964
«CC» el deudor responde del cumplimiento de sus obligaciones
con todos sus bienes, puede suceder que suspenda el pago de
sus deudas civiles, liquidas y exigibles y que, en consecuencia,
entre en concurso: o bien que aun cuando tenga bienes
suficientes los oculte o enajeno simuladamente; en cobros caros
la garantía como derecho real concede preferencia en el pago y
persecución del objeto, de ahí que podamos concluir a la luz del
«a.» 2856 «CC» que ''la prenda es un derecho real constituido
sobre un bien mueble enajenable para garantizar el
cumplimiento de una obligación y su preferencia en el pago''.
II La prenda es un derecho real y por esa razón tiene los
caracteres de inmediatividad y absolutoriedad; es decir, la
relación entre el acreedor y la cosa dada en prenda es inmediata,
en el sentido de que no se requiere la intervención de otro sujeto
para destinar el bien dado en garantía a su función, y es
absoluto porque el acreedor tiene respecto del objeto una
preferencia y persecución del bien frente a todo el mundo.
Siendo la publicidad una característica de la constitución de
los derechos reales, la prenda, al igual que la hipoteca, exige
una publicidad que se cumple con la entrega material del objeto
al acreedor. La publicidad en la hipoteca consistirá en su
inscripción en el Registro Público de la Propiedad.
Dicha entrega puede ser real o jurídica, siendo la primera la
simple entrega material, en tanto que la jurídica la admite el
«CC» en el «a.» 2859 y consiste en el convenio que el acreedor
celebra de que la cosa quede en poder de un tercero o en el del
mismo deudor; pero es obvio que para que en este caso el
derecho real surta efectos en contra de terceros, la prenda debe
inscribirse en el Registro Público en la matricula relativa a
muebles.
Y aun cuando el objeto sea entregado al acreedor, esto no
significa que él pueda abusar de la cosa empeñada usándola,
pues si esto acaeciese, sin que existiera convenio que lo
facultase, se dise que el acreedor habrá abusado de la cosa
empeñada y en esta hipótesis el deudor puede exigir que la cosa
se deposite o que el acreedor dé fianza de restituirla en el estado
en que la recibió. Por esta razón cl «a.» 2876 «CC» impone
como obligaciones al acreedor la de conservar la cosa
empeñada como si fuera propia, respondiendo de los deterioros
y perjuicios que sufra por su culpa o negligencia, y la de
''restituir la prenda luego que estén pagados íntegramente la
deuda, sus intereses y los gastos de conservación de la cosa si se
han estipulado los primeros y hecho los segundos''.
De todo lo anterior se desprenden cuatro características del
contrato de prenda. Siendo la primera que es un contrato
accesorio, puesto que sirve de garantía a un adeudo principal
por lo que extinguida la obligación principal sea por pago, o por
cualquier otra causa legal, queda extinguido el. derecho de
prenda. La segunda es la especialidad, porque la prenda debe
recaer sobre bienes singulares si bien se extiende a todos los
derechos accesorios de la cosa y a todos los aumentos de ella y,
por esa razón, si se constituyese el derecho de prenda sobre
frutos pendiente de los bienes raíces, el que de esos frutos se
considerará como depositario de ellos, pues en principio los
frutos de la cosa empeñada pertenecen al deudor («aa.» 2857 y
2880 «CC»).
La tercera característica es la de determinabilidad, que
significa que la garantía se concede para determinados créditos,
pero se garantiza, además del crédito principal los intereses por
un tiempo determinado; por esa razón el Código exige que el
contrato de prenda deba constar por escrito y, en caso de que el
documento sea privado, se formen dos ejemplares, uno para
cada contratante, pues si no pudiese constar la certeza de la
fecha del contrato, el mismo no podría surtir efectos en contra
de terceros, pues el crédito sería indeterminado frente a los
terceros y es un principio de derecho que las obligaciones sean
determinadas o determinables.
Finalmente, la cuarta característica es la indivisibilidad, que
significa que el derecho se extiende sobre el bien en su totalidad
y cada una de sus partes para garantizar el completo crédito y
cada una de sus partes. Así lo dice el «a.» 2890 «CC» que
faculta alguna estipulación en contrario. Cuando el deudor esté
facultado para hacer pagos parciales y se hayan dado en prenda
varios objetos o uno que sea cómodamente divisible, ésta se irá
reduciendo parcialmente a los pagos hechos con tal de que los
derechos del acreedor estén bien garantizados.
PRESUNCIÓN
I. (Del latín praesumtio acción y efecto de presumir, sospechar,
conjeturar, juzgar por inducción.) El «a.» 379 «CPC» define
este concepto como ''la consecuencia que la ley o el juzgador
deducen de un hecho conocido para indagar la existencia o
necesidad de otro desconocido''. En el primer caso estamos
frente a la presunción legal que puede ser explícita cuando está
formulada expresamente por la ley, o implícita cuando se infiere
directa o indirectamente del propio texto normativo («a.» 380
«CPC»); en el segundo caso estamos frente a la presunción
humana.
Las presunciones legales se dividen en: presunciones absolutas
o juris et de jure y presunciones relativas o juris tantum, las
primeras no admiten prueba en contrario («a.» 382 «CPC»), y
las segundas si, al igual que las presunciones humanas («a.» 383
«CPC»).
PREVARICACIÓN
I. (Del latín praevaricatio-onis). El vocablo tiene una gran
amplitud y las subsiguientes vaguedad y ambigüedad
lingüística, lo que es tanto como decir que se presta a
considerable cantidad de errores y confusiones. Ello obliga al
jurista a un sobretrabajo, a la par sintético y analítico.
En una acepción amplia, prevaricar puede ser equiparado al
delinquir de los funcionarios, mejor, de los servidores públicos,
cuando dictan o proponen una sabiendas, o por inexcusable
ignorancia, una resolución de manifiesta injusticia
consecuentemente, el prevaricato sería la acción de cualquier
funcionario o servidor público que falte a los deberes
dimanantes de su cargo.
Llegando a la máxima extensibilidad posible del prevaricar,
mas allá de la cual nos encontramos fuera de toda proporción
nacional en el uso de la expresión, seria aplicable a cualquiera
(sea b no servidor público) que cometa alguna falta en el
desempeño de sus obligaciones.
Pero la acepción mas adecuada, más precisa, aludirá al
servidor público que realice determinadas conductas
atentatorias contra la administración de justicia.
II. En conexión con lo que se lleva expuesto, la determinación
del bien o de los bienes jurídicos protegidos resulta de
necesidad insoslayable para establecer -con nitidez- el perfil de
la algún en estudio. En sentido amplio este bien sería la
administración pública. Sin embargo, el análisis: requiere de
mayor concisión determinativa.
Tanto si reparamos en el contenido de los «aa.» 225, 226, 227,
231 232 y 233 del «CP» como si lo hacemos en relación; a la
actual relación del «a.» 225, publicada en el «DO» del 13 de
enero te 1984, se impone un criterio de análisis mas específico.
Si tomamos en cuenta, y así debe de hacerse, los distintos tipos
descritos en las normaciones citadas, aparece nítidamente que
dentro del concepto genérico de delitos contra la administración
pública, la prevaricación hace referencia los perpetrados contra
la administración de justicia: por tanto, si decantamos en
profundidad especificante la extensión de la tutela, estamos
obligados a una mayor concentración.
Entendemos que los bienes singularmente protegidos son la
rectitud, la legalidad y la honestidad en el cumplimiento de los
actos en que consiste la actividad de administrar justicia, ya
sean estos cumplidos por los órganos concretamente habilitados
para pronunciaría, ya sea por los auxiliares de ella, que
contribuyen a la formación de los actos procesales en que la
actividad decisoria se sustenta.
Puede decirse, sin incurrir en impropiedad, que el prevaricato
lleva ínsita la ofensa a los intereses públicos de la
administración, y que su esfera de perpetración posible no
queda reducida a los juzgadores resolutivos sino que se extiende
.prácticamente a ;a totalidad de los intervinientes en alguna
medida en las tareas de administración de justicia, y ello es así,
porque todos pueden contribuir, en mayor o menor grado, a
desviar y a entorpecer la labor jurisdiccional, auténtica razón de
ser de los diversos tipos agrupados en la prevaricación.
PRINCIPIO DE DEFINITIVIDAD
I. Este término se utiliza fundamentalmente en el juicio de
amparo y en derecho procesal administrativo.
En el juicio de amparo e habla de principio de definitividad
como un requisito de procedibilidad de la pretensión, según el
cual, para impugnar un acto de autoridad por vía de amparo
deben de agotarse previamente todos los recursos ordinarios que
la ley que regula el acto reclamado, prevé.
Este requisito; de procedibilidad de la pretensión de amparo
este contemplado por el «a.» 107 de la C, «frs.» III y IV, la
primera referente actos jurisdiccionales y la segunda a actos
administrativos.
II Téngase en cuenta que los recursos que hay que agotar
previamente deben ser ordinarios, en consecuencia no es
obligatorio intentar los extraordinarios Y mucho menos los
excepcionales.
Igualmente, cuando la ley del acto re clamado exige mayores
requisitos que la «LA» para concederse la suspensión, caso de
existir un recurso ordinario, no habrá necesidad de intentarse el
mismo antes de promover el amparo, sino que se podrá ir
directamente al juicio constitucional.
PRINCIPIO DE LA CAPACIDAD
CONTRIBUTIVA
I. El principio de la capacidad contributiva es el enfoque al
problema de la equidad en la estructura impositiva conforme al
cual la distribución de la carga fiscal debe hacerse de acuerdo
con la habilidad para pagar de cada contribuyente entendiendo
por ésta el bienestar económico o nivel de vida de cada
causante. Es la regla adoptada por la mayoría de las
legislaciones modernas.
PRINCIPIO DE LA PERSONALIDAD
I. Por el principio de la territorialidad, que es directa derivación
de la soberanía, el Estado mexicano castiga conforme a su
propio :derecho todos los delitos cometidos dentro de su
territorio. independientemente de quiénes sean sus autores y los
ofendidos por ellos («CP» «a.» 1º). Esto. por una parte, guarda
consonancia con el principio de determinación legal, y resuelve
anticipadamente, por otra, el eventual conflicto con otros
derechos nacionales.
PRINCIPIO DE LA PERSONALIDAD
I. Por el principio de la territorialidad, que es directa derivación
de la soberanía, el Estado mexicano castiga conforme a su
propio :derecho todos los delitos cometidos dentro de su
territorio. independientemente de quiénes sean sus autores y los
ofendidos por ellos («CP» «a.» 1º). Esto. por una parte, guarda
consonancia con el principio de determinación legal, y resuelve
anticipadamente, por otra, el eventual conflicto con otros
derechos nacionales.
PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD
I. En un aspecto general es la relación de conformidad que
existe entre el todo y cada una de sus partes o de cosas
relacionadas entre si. En el derecho tributario, este principio
exige que la carga impositiva derivada de los gastos públicos se
ajuste a la capacidad contributiva de los sujetos obligados.
Descansa en la noción de justicia impositiva, pues lo deseado
es que el aporte no resulte desmesurado en relación con la
riqueza del sujeto. Este principio coincide con el de capacidad
de pago, la que, generalmente, ha sido medida en base a las
rentas y a la riqueza. II. Este concepto de proporcionalidad se
encuentra contemplado en d «a.» 31 «fr.» IV de la C de 1917, al
expresar que: ''Son obligaciones de los mexicanos... IV.
Contribuir a los gastos públicos, así de la Federación como del
Estado y Municipio en que residan, de la manera proporcional y
equitativa que dispongan las leyes.
Su antecedente son las ideas de Adam Smith en el sentido de
que; los súbditos de cada Estado deben contribuir al
sostenimiento del gobierno en una proporción lo mas cercana
posible a sus respectivas capacidades; es decir, en proporción a
los ingresos de que gozan bajo la protección del Estado. De la
observancia o menosprecio''; de esta máxima, depende lo que se
llama la equidad o falta de equidad de los impuestos''. Este
principio fue recogido por la Declaración de los Derechos del
hombre y del Ciudadano de la Revolución Francesa de 1789
cuyo numeral 13 disponía que: ''para el mantenimiento de la
fuerza pública y para los gastos de la administración, es
indispensable una contribución común, que debe ser igualmente
repartida entre todos los ciudadanos en razón de sus facultades.
Esta idea fue acogida en los «aa.» 8º, 339 y 340 de la C de
Cádiz de 1812.
En el México independiente aparece por primera vez en el
Reglamento Provisional Político del Imperio Mexicano, suscrito
el 18 de diciembre de 1822, el cual en su «a.» 15 señalaba como
obligación de los habitantes del imperio, la de contribuir ''eh
razón de sus proporciones...''.
La redacción del «a.» 31 de la C de 1857 en su «fr.» III es
igual al texto de la «fr.» IV del vigente «a.» 31 de la C.
En la actualidad, este principio de la proporcionalidad ha dado
origen al de progresividad en los impuestos, en función del cual
se grava más a quien mas tiene percibe.
PRINCIPIO DE UNIVERSALIDAD
I. Este principio tenido por regulador de la aplicación
extraterritorial de la ley penal junto al principio de la
personalidad y al principio real o de defensa, se conoce también
como principio - de la administración de la justicia mundial, Ea
su virtud, el Estado sujetó a su ley penal hechos que atentan
contra los intereses de todos los Estados, independientemente
de quienes los cometan, contra quienes lo cometen y donde sean
cometidos. Como ningún otro, el principio de la universalidad o
de la justicia mundial representa un sistema de
extraterritorialidad absoluta de las leyes penales. Puesto que
para el delito es ubicuo, también deben serlo la ley y la
represión. En todas partes, por lo tanto, debe enfrentarse el
delincuente al juez y a la pena, sin que quepa distinguir
nacionalidades ni territorios.
PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO
I. Es el medio o vía legal de realización de actos que en forma
directa o indirecta concurren en la producción definitiva de los
actos administrativos en la esfera de la administración. Como
explicamos en otra ocasión (Derecho procesal administrativo, p,
77) quedan incluidos en este concepto, los de producción,
ejecución, autocontrol e impugnación de los actos
administrativos y todos aquellos cuya intervención se traduce en
dar definitividad a la conducta administrativa.
Gabino Fraga en su clásico Derecho administrativo dise que el
procedimiento administrativo es el conjunto de formalidades y
actos que preceden y preparan cl acto administrativo'' (Andrés
Serra Rojas en su Derecho administrativo afirma: ''el
procedimiento administrativo esta constituido por un conjunto
de trámites y formalidades-ordenados y melodizados , en las
leyes administrativas- que determinan los requisitos previos que
preceden el acto administrativo, como su antecedente y
fundamento, los cuales son necesarios para su
perfeccionamiento y condicionan su validez, al mismo tiempo
que para la realización de un fin''.
Otros autores extranjeros, son coincidentes en el concepto de
procedimiento administrativo; p.e., López Nieto y Mallo,
Francisco le define como ''el cauce legal que los órganos de la
administración se ven obligados a seguir en' la realización de
sus funciones y dentro de su competencia respectiva, para
producir los actos administrativos''. Abrevia el concepto Jesús
González Pérez y dice: ''el procedimiento administrativo será,
por tanto, el procedimiento de la función administrativa''.
1I. Procedimiento administrativo y proceso administrativo.
Corresponde a toda actividad del Estado un procedimiento, que
es el cauce legal obligatorio a seguir. Cada una de las tres
actividades o funciones del Estado, la legislativa, la judicial y la
administrativa, siguen el procedimiento previsto en la ley para
su realización.
Es común llamar proceso legislativo al procedimiento que
deben seguir los órganos legislativos constitucionalmente
establecidos a fin de elaborar la ley y realizar su función propia
que es la legislativa. En la doctrina, en las leyes y en la práctica
judicial se habla e proceso, para significar el procedimiento que
se sigue ante los tribunales por quiénes desean obtener justicia
en un litigio o controversia, cumpliéndose la función
jurisdiccional. Finalmente, la función administrativa también se
realiza a través de un procedimiento que debe seguir la
administración como garantía de legalidad de sus acciones ante
sí y frente a los administrados.
Clara se ve la diferencia que existe entre el procedimiento
administrativo y el proceso administrativo. El primero es cl
cauce legal que sigue la administración para la realización de su
actividad o función administrativa, en cambio el segundo es la
vía legalmente prevista para canalizar las acciones de quienes
demandan justicia ante los tribunales a fin de resolver una
controversia administrativa es decir un conflicto originado por
un acto o una resolución administrativa que se reputa ilegal.
Por suerte que los «CFF» de 1967 y el vigente de 1983 separan
justamente el procedimiento administrativo tributario y el
procedimiento contencioso en materia tributaria, que el «CFF»
de 1938 confundía como fase oficiosa y fase contenciosa del
procedimiento tributario.
PROFESIONES
I. (Del latín professioonis, empleo, facultad u oficio que cada
uno tiene y ejerce públicamente.).
PROTOCOLO
I. (Del latín protocollum, que a su vez proviene del griego
primero y pegar; es decir, la primera hoja encolada o pegada).
Es la serie ordenada de escrituras matrices y otros documentos
que un notario autoriza y custodia con ciertas formalidades.
La palabra protocolo ha sido objeto de diversas definiciones e
incluso se ha discutido su etimología misma. Además de las
citadas líneas arriba, autores como Escriche, opinan que el
vocablo proviene del griego TQWZO = primero del latín
collium o collatio = comparación o cotejo.
Como quiera que sea, en su acepción actual -referida al
protocolo notarial- el protocolo es el libro o juego de libros
autorizados por el poder público, en los que el notario asienta y
autoriza las escrituras y actas notariales que se otorgan ante su
fe.
Se trata de libros -generalmente en número de diez-que los
notarios utilizan para asentar en ellos los originales de los
instrumentos públicos.
PUEBLO
I. (Del latín populus.) Término que tiene diversos sentidos, de
los cuales se desarrollarán los siguientes: el geográfico (pueblo
como ciudad o villa): el demográfico (pueblo como conjunto de
habitantes de un territorio); el sociológico (pueblo como
nación), y el jurídico-político (pueblo como unidad titular de la
soberanía y como elemento constitutivo del Estado).
QUEJA
I. (De quejar y éste, a su vez, del latín coaetiare.) En su
acepción más importante es el recurso que se interpone contra
determinadas resoluciones judiciales que por su importancia
secundaria no son objeto de la apelación, pero también puede
entenderse como una denuncia contra la conducta indebida o
negligente tanto del juzgador como de algunos funcionarios
judiciales.
QUERELLA
I. Del latín querella, acusación ante juez o tribunal competente,
con que se ejecutan en forma solemne y como parte en el
proceso la acción penal contra los responsables de un delito.
QUIEBRA
I. (De quebrar), según el diccionario de la lengua, es un juicio
universal para liquidar y calificar la situación del comerciante
quebrado. Quebrar, cesar en el comercio por sobreseer en el
pago corriente de las obligaciones contraídas y no alcanzar el
activo a cubrir el pasivo.
Desde un punto de vista procesal, la quiebra es un juicio
universal, que tiene por objeto la liquidación del patrimonio del
deudor común, para distribuirlo entre los acreedores legítimos
en la proporción que les corresponda y la rehabilitación del
quebrado, en el caso en que proceda (v. «aa.» 380 a 393 LQ).
VI. Masa activa: conjunto de bienes formado, tanto por los que
pertenezcan al quebrado en el momento de dictarse la sentencia
de quiebra, como por los que adquiera a partir de que se
encuentre en dicho estado, hasta finalizarse el mismo, y que
serán destinados a cubrir la parte que le corresponde a todos los
acreedores que, en el momento de la declaración de quiebra,
tuviesen en contra del deudor un derecho de crédito patrimonial.
Uno de los efectos de la sentencia que declara la quiebra, es el
privar al quebrado del derecho de administrar y disponer de sus
bienes presentes y futuros («a.» 83 LQ).
El a. 15, «fr.» III LQ, ordena privar al quebrado de su
patrimonio y dar posesión del mismo al síndico, con el objeto
de destinarlo a la liquidación concursal, «i.e.» , de integrar la
masa activa.
RAPTO
I. Delito contra la libertad sexual consistente en la sustracción o
retención de una persona mediante violencia o engaño, con
fines libidinosos o matrimoniales.
REBELIÓN
I. Etimologías y definición común, 1) Rebelión del latín
rebellionis, revolución, levantamiento acción y efecto de
rebelarse (de rebello, as, are: renovar la guerra); rebellionem
facere: sublevarse. 2) A) Es el levantamiento armado contra el
orden político constitucionalmente establecido, para derrocar al
gobierno, abolir las leyes y obtener el poder público con el
propósito de imponer un nuevo régimen B) Toda revolución es
en sí misma una rebelión proyectada a su máxima expresión y
generalmente triunfante como la francesa de 14 de julio de 1789
la mexicana de 20 de noviembre de 1910, y la rusa de octubre
de 1917.
II Definiciones técnico-legales y sanciones. 1) El «CP»
vigente en su libro segundo, tit, primero, ''Delitos contra la
seguridad de la nación'', c. quinto, ''Rebelión'', «a.» 132 dice:
''Se aplicará la pena de dos a veinte años de prisión y multa de
cinco mil a cincuenta mil pesos a los que, no siendo militares en
ejercicio, con violencia y uso de armas traten de: I. Abolir o
reformar la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, II. Reformar, destruir o impedir la integración de
las instituciones constitucionales de la Federación, o su libre
ejercicio; y III. Separar o impedir el desempeño de su cargo de
alguno de los altos funcionarios de la Federación mencionados
en el artículo 29 de la Ley de Responsabilidades de los
Funcionarios y Empleados de la Federación, del Distrito
Federal y de los Altos Funcionarios de los Estados''. Las otras
figuras delictivas y complementarias de este rubro se comentan
en el punto IV.
2. El «CJM» en su libro segundo, «tít.» séptimo, ''Delitos
contra la seguridad interior de la nación'', c. primero, ''Rebelión''
«a.» 218, dice: ''Se comete el delito de rebelión militar, cuando
se alzan en armas elementos del Ejercito contra el Gobierno de
la República para: I. Abolir o reformar la Constitución federal;
II. Impedir la elección de los Supremos Poderes de la
Federación, su integración o cl libre ejercicio de sus funciones,
o usurpar estas; III. Separar al Presidente de la República, los
Secretarios de Estado, Magistrados de la Suprema Corte de
Justicia o Procurador General de la República; y IV. Abolir o
reformar la Constitución Política de alguno de los Estados de la
Federación, las instituciones que de ella emanen,...''; y el a 219
señala como penas la de muerte en general y en caso de rendirse
los rebeldes con todos sus elementos antes de cualquier acción
de armas, la de seis años de prisión Las otras figuras delictivas
y complementarias de este rubro se comentarán en el punto IV.
RECOPILACIÓN
I. (De recopilar.) Acción y efecto de recopilar, que quiere a su
vez decir, juntar en compendio, recoger o unir diversas cosas.
En sentido jurídico, recopilación es la yuxtaposición de las
disposiciones relativas refundidas y ordenadas
sistemáticamente.
REFERÉNDUM
I. (Del latín referendum, de referre: referir. Institución política
mediante la cual el pueblo o el cuerpo electoral opina sobre,
aprueba o rechaza una decisión de sus representantes elegidos
para asambleas constituyentes o legislativas.
Es una manifestación de la democracia constitucional, en la
cual mediante la ampliación del sufragio y el libre acceso a los
cargos públicos, la totalidad del pueblo organizado en cuerpo
electoral participa en el proceso del poder, lo que nace
indirectamente al elegir a sus representantes y directamente por
medio del referendum y el plebiscito.
Se discute la naturaleza jurídica de esta participación popular
en la formación de la ley y se considera como un acto de
ratificación, de aprobación o de decisión, inclinándose la
doctrina por considerarlo como un acto decisorio autónomo,
que al sumarse al de los representantes da origen a la
disposición legal, la cual sólo adquiere validez cuando ha sido
sometida a la votación popular y aprobada por ella. Los
representantes formulan la ley, pero ad referendam, es decir, a
reserva de lo que el cuerpo electoral resuelva, constituyéndose
el voto popular en condición suspensiva a que se somete la
validez y eficacia de la ley.
Tiene un parentesco histórico con el plebiscito, con el cual
muchas veces se confunde. La diferencia esencial consiste en
que éste no afecta a actos de naturaleza normativa, se refiere a
cuestiones de hecho, actos políticos y medidas de gobierno.
Especialmente afecta a cuestiones de carácter territorial y a
materias relativas a la forma de gobierno.
REGISTRO CIVIL
I. Es una institución de orden público encargada de hacer
constar, mediante la intervención de funcionarios debidamente
autorizados para ello e investidos de fe pública, los actos
relativos al estado civil de las personas físicas.
REGLAMENTO
I. (De reglar y éste, a su vez, del latín regulare.) Es una norma
de carácter general, abstracta e impersonal expedida por el
titular del Poder Ejecutivo, con la finalidad de lograr la
aplicación de una ley previa. El reglamento es producto de la
facultad reglamentaria contenida en el «a.» 89, «fr.» I, de la C,
que encomienda al presidente de la República la facultad para
proveer, en la esfera administrativa, a la exacta observancia de
la ley.
La facultad reglamentaria es, en consecuencia, una función
materialmente legislativa aunque formalmente sea
administrativa. No obstarte, se trata de una facultad propia del
Ejecutivo y no derivada del Legislativo (SJF, 5a época, t.
LXXXIV).
Todo reglamento es una norma que complementa y amplía el
contenido de una ley, por lo que jerárquicamente aquel está
subordinado a esta y corre la misma suerte; de tal manera que si
una ley es reformada, derogada o abrogada, el reglamento se
verá afectado con las mismas consecuencias, a pesar de que no
se hubiere reformado, derogado o abrogado expresamente por
otro reglamento, ya que este no goza de la autoridad formal de
una ley («a.» 172, inciso f, de la C), que si requiere que toda
modificación sea expresa, satisfaciendo el mismo
procedimiento que se haya observado para su creación.
En consecuencia, las diferencias existentes entre la ley y el
reglamento consisten en su procedimiento de creación y en su
jerarquía. Los reglamentos son exclusivamente promulgados
por los titulares del Poder Ejecutivo y son de menor jerarquía
que las leyes a las cuales no deben contravenir ni desbordar.
Los reglamentos son actos facultados al Poder Ejecutivo por
razones lógicas, ya que la atribución genérica de crear las leyes
conlleva el reconocimiento de permitirle cómo ejecutarlas. Las
leyes por su propia naturaleza no pueden prever todos los
supuestos posibles, por lo que su grado de generalidad y
abstracción debe ser amplio y omnicomprensivo; los
reglamentos, en contraste tienden a detallar los supuestos
previstos en la ley para que la individualización y aplicación del
orden jurídico sea clara y efectiva.
REINCIDENCIA
I. (De reincidir, volver a caer en una falta o delito.) El concepto
reincidencia es manejado en el ámbito jurídico-penal para
señalar un volver o repetición de un hecho ilícito que
generalmente tiene un significado considerable relacionado al
de peligrosidad: un reincidente es ''más peligroso que una
persona que por primera vez haya transgredido el ordenamiento
jurídico-penal''.
Sin embargo, para la criminología el concepto reincidencia,
aunque en la etapa gestante de dicha disciplina tuvo una
connotación muy similar a la que se da en el ámbito jurídico,
viene a significar una etapa más de un proceso individual y
estructural más complejo y que se denomina estereotipo y
estigma: conceptos que no por fuerza se vinculan al de
peligrosidad, término estrictamente positivista.
Para la criminología positivista el concepto de reincidencia
presenta las siguientes características:
a) Se circunscribe a los casos de delincuentes.
b) En términos de control social la reincidencia significa
mayor peligrosidad criminal.
c) El paradigma manejado para explicar ideológicamente la
reincidencia es de facto: es decir, aquel que acepta cadenas
causales en la conducta humana.
d) El discurso o discursos manejados son en su mayoría
patologístas provenientes de diferentes disciplinas científicas:
antropología medicina, sicología, pedagogía, sociología, etc.
e) El concepto reincidencia se aplica en dictámenes clínicos
como apoyo a la impartición de justicia penal y como
orientación a las políticas de ejecución penal. La ideología y los
discursos criminológicos-positivistas de la reincidencia se
plasman o institucionalizan en el aparato de control del Estado,
y, por lo mismo, se manifiestan en sus diferentes políticas que
al respecto se emprendan en materia de prevención y
tratamiento del delito. Para la criminología interaccionalista y
nueva criminología clínica, el concepto reincidencia viene a
significar:
a) Un síntoma individual y estructural.
b) El concepto se presenta desarticulado del de peligrosidad: al
menos no es manejado causalmente como en el caso del
positivismo criminológico.
c) El paradigma es el de la definición es decir, la reincidencia
entendida como un síntoma socio cultural y no causal.
d) Los discursos manejados para explicar la reincidencia son
clínicos interaccionalista; y los propios de las teorías del
estereotipo, del etiquetamiento y del control.
e) El concepto se maneja como apoyo en la individualización
penal, como también en el momento de la ejecución, pero
insistiendo en las circunstancias existenciales y culturales del
futuro sentenciado o delincuente, y menos en la supuesta mayor
peligrosidad.
En general, la política criminológica en relación al concepto
reincidencia va orientada más a la desestigmatización del
reincidente.
g) El concepto reincidencia se maneja no solo en delincuentes,
sino de igual forma en los llamados casos de desviación
antisocial no delincuencial, como son los de alcoholismo,
farmacodependencia, prostitución, vagancia y mal vivencia:
como también problemas graves en los cinco núcleos de la vida
sicosocial: familia, escuela, trabajo, sexualidad y relaciones
sociales en general.
De lo hasta aquí expuesto, podemos decir que para la
criminología de corte positivista, el concepto de reincidencia
tiene un sustento ideológico en el paradigma fáctico o causal, y
se apoya en discursos patologístas nacidos de diferentes
disciplinas; ideología y discursos que tienden a estigmatizar al
reincidente con la etiqueta de más peligroso, etiqueta que se
impone al reincidente en dos momentos: en la individualización
de la pena y en la ejecución penal.
Para la criminología interaccionalista y nueva criminología
clínica, aunque sin dejar del todo el supuesto de mayores
posibilidades de reincidencia, se inclina a la desestigmación de
la reincidencia al procurar no manejar enfoques causalistas, sino
más bien socioculturales vinculados a la biografía de cada
individuo en particular.
RENTA
I. (Del latín reddita, utilidad o beneficio que rinde anualmente
una cosa, o lo que de ella se cobra.) El concepto de renta en
materia fiscal es el mas importante para el impuesto que recae
sobre dicho ingreso global.
El impuesto sobre la renta se divide en dos grandes sectores, el
impuesto que grava la renta de las personas físicas y el que
recae sobre la renta de las empresas. El concepto de renta
personal se puede definir, siguiendo a Haig y Simmons, como la
suma algebraica del consumo de una persona, mas el
incremento de valor de su patrimonio durante un período
determinado de tiempo. De esta forma se comprende todo tipo
de ingreso de una persona, ya que necesariamente deberá
destinarse al consumo o a la acumulación en cualquiera de sus
formas durante un periodo específico.
RÉPLICA
I. (De replicar y éste, a su vez, del latín replicare.) Es el derecho
concedido al actor en una demanda civil o de trabajo, de aclarar
su contenido una vez conocida por él la contestación del
demandado, a efecto de precisar las cuestiones de hecho y de
derecho en que haya fundado su acción, antes de que sea fijada
por el juez o tribunal la litis consortio. El doctor Alcalá-Zamora
estima que la réplica es ''la facultad de la parte actora de
modificar o adicionar los puntos de hecho y de derecho de la
demanda, así como las pretensiones y excepciones que dicha
actora haya formulado''. Considera que el objeto de la
sustanciación judicial en la tramitación civil lo constituye el
litigio sobre un derecho civil subjetivo; sin embargo, el
demandante a veces modifica su demanda y tales
modificaciones tienen importancia esencial en el proceso y se
admiten bajo determinadas condiciones, establecidas por las
respectivas leyes procesales. El demandante tiene derecho a
modificar el fundamento u objeto de su reclamación, a
aumentarla o disminuirla e inclusive a renunciar a ella.
El objetivo de la replica es el ahorro procesal gracias al
sistema impuesto por la legislación en la materia, el demandante
conserva la posibilidad de cambiar el fundamento de su acción,
formular otras cuestiones que se le hayan olvidado o en las que
no había reparado y al aumento de la cuantía de la misma; de
esta manera se libra de la necesidad de interponer una nueva
demanda para la defensa del mismo interés. Cabe advertir, sin
embargo, que no todas las legislaciones la admiten y en otras,
como la nuestra, han existido sustanciales cambios al respecto.
REPOSICIÓN
REPÚBLICA
I. (Res publica = cosa pública: a) lo relativo al populus romanus
o a los derechos e intereses del pueblo romano, b) lo relativo al
Estado o a la función pública.) Aunque la república se ha
definido en sentido negativo, como toda forma de gobierno que
no sea monarquía esta enunciación lejos de ilustrar los
elementos de una república la supedita a una clasificación de las
formas de gobierno ya superada, a saber: república y
monarquía, olvidando otras clasificaciones no tan simplistas.
Se podría establecer una conceptualización de la república a
partir de la determinación de sus elementos, y considerarla así
como una forma de gobierno cuyas características están
dominadas por los principios electivo de sus gobernantes y de
representación de la soberanía que reside en la nación.
El principio electivo de sus gobernantes, fundamentalmente
del jefe de Estado, implica sustanciales consecuencias:
1) El jefe de Estado se legitimará en el ejercicio del poder
político a través de un ius ad officium o del derecho personal,
otorgado por una divinidad, a ejercerlo, sino mediante una
elección.
2) La sucesión y sustitución del jefe de Estado se realiza
igualmente a través de elecciones y no por sucesiones
hereditarias que perpetúan a una dinastía en el poder político.
Este último tipo de sucesiones caracterizan a las monarquías,.
3) El sufragio exige que periódicamente se haga efectivo para
esta renovación de los titulares de los poderes, por lo que los
cargos electivos no son vitalicios sino que deben elegirse con
una periodicidad prestablecida a los nuevos titulares.
4) Las elecciones implican la libre opción de los votantes para
ejercer el sufragio y no la decisión de un cónclave cuya
pertenecía esté sujeta a requisitos de ingreso. En consecuencia,
las elecciones indirectas o de segundo grado, donde el sufragio
es ejercido por electores, éstos deben ser a su vez electos
popularmente para que el procedimiento sea compatible con la
forma republicana de gobierno.
5) La elección del jefe de Estado permite que éste sea
responsable políticamente ante sus electores y no solo el jefe de
gobierno. En los sistemas presidenciales donde ambos jefes
están integrados en el cargo del presidente, la responsabilidad es
exigible ante órganos políticos. Por otra parte, el principio de
representación se caracteriza:
1) Por la idea de la representación nacional, proveniente de la
Asamblea Constituyente de la Revolución Francesa, mediante la
cual el titular de la soberanía es la nación y no los ciudadanos
individualmente considerados (representación fraccionada).
2) Los representantes no ejercen un mandato de derecho
privado sino una función pública que implica la votación y
participación en los asuntos públicos de conformidad a sus
decisiones y no a la de los electores.
RESIDENCIA
I. Concepto utilizado en materia de conflictos de leyes como
punto de vinculación equivalente al de domicilio, el de
residencia no supone el animus o propósito de establecerse
definitivamente en un lugar.
REVOCACIÓN
I. (Del latín revocatio-onis acción y efecto de revocare dejar sin
efecto una concesión, un mandato o una resolución; acto
jurídico que deja sin efecto otro anterior por voluntad del
otorgante.) La revocación es una de las formas de terminación
de los contratos o de extinción de los actos jurídicos por
voluntad del autor o de las partes. Así, la adopción, p.e., puede
revocarse por convenio entre adoptante y adoptado o por
ingratitud del adoptado («a.» 405 «CC»), un testamento queda
revocado de pleno derecho por la elaboración de otro posterior
aunque este último caduque por incapacidad o renuncia del
heredero («aa.» 1493-1496 «CC»).
Es también un recurso que procede contra autos y decretos no
apelables, con el objeto de que sea rescindida la resolución
judicial contenida en el documento impugnado; es un recurso
que se hace valer ante el juez que dictó el proveído impugnado
o ante el juez que sustituye a este en el conocimiento del
negocio («a.» 684 «CPC»).
REVOLUCIÓN
(Del latí revolutio onis paso sucesivo de un cuerpo a otro.)
Entendemos por tal, todo movimiento violento llevado a cabo
con la participación del pueblo, con objeto de modificar las
estructuras fundamentales -jurídicas, políticas, sociales o
económicas- de un Estado.
Claro, ello siempre y cuando triunfe la causa, pues de lo
contrario se hablara de motín, asonada, subversión del orden;
así como sus promotores no pasaran de ser agitadores y
delincuentes del orden común.
En nuestro medio político el término revolución es palabra de
contenido multivoco y con ella se legitima todo el actuar de los
miembros de la ''gran familia revolucionaria'', con todos sus
errores y aciertos. A partir de 1910, los gobiernos, los
presidentes, los políticos, los funcionarios, los partidos y todo lo
que tenga algo que ver con la cosa pública'' es revolucionario,
aunque en el fondo sea profundamente conservador; de esta
suerte el vocablo revolución se ha desvirtuado en tal medida en
nuestro medio político, que ha perdido su significado y su
alcance.
II. a) Dice el «a.» precitado que son fines del delito trastornar la
vida económica del país o afectar su capacidad de defensa. Esos
,fines, y su enclave sistemático entre los delitos contra la
seguridad de la nación, marcan la diferencia entre esta
infracción y algunas de las figuras de delito contra la economía
pública, y, sobre todo, contra la riqueza nacional. Las acciones
de dañar, destruir y: entorpecer se proyectan en verdad sobre
toda la armazón en que reposa el funcionamiento del Estado.
Recaen, desde luego, sobre los elementos en que materialmente
se sustenta el normal desarrollo de la vida colectiva, como son,
verbigracia, las vías de comunicación, las plantas siderúrgicas,
las eléctricas y las de las industrias básicas. Se dirigen, también,
a los servidos públicos, a las funciones de las dependencias
estatales, de los organismos públicos descentralizados y de las
empresas de participación estatal y sus instalaciones. Se ejercen,
asimismo, sobre los centros de producción o distribución de
artículos de consumo necesario. Se dicha que hasta aquí el
trastorno causado por el delito lo será de la vida económica, si
no resultara obvia su repercusión en la capacidad nacional de
defensa, atentas las características totalizadoras de la guerra
moderna. La preocupación del «a.» 140 por esa capacidad
nacional de defensa termina de hacerse palmaria al incluirse en
el, como no podía ser de otro modo, el daño, destrucción o
entorpecimiento de centros de producción o distribución de
armas, municiones e implementos bélicos. No parece
sorprendente, tras todo esto, que la pena enlazada a esta figura
principal de sabotaje sea la de dos a veinte años de prisión,
acompañada de multa que fluctúa entre mil y cincuenta mil
pesos.
b) Los verbos rectores empleados son dañar, destruir y
entorpecer. Los dos primeros, en verdad, envuelven la idea de
deteriorar y tornar inservible, mas no la de obstruir. El verbo
entorpecer viene aquí a llenar el vado, y queda claramente
referido a las vías de comunicación, que a mas de dañarse y
destruirse pueden manifiestamente entorpecerse, y directamente
a las funciones de las dependencias del Estado organismos
públicos descentralizados y empresas de participación estatal,
que pueden entorpecerse, mas no dañarse o destruirse.
c) El delito se consuma en el tiempo y en el lugar en que se
verifican el daño, la destrucción o el entorpecimiento. La
tentativa es perfectamente concebible El uso de plurales
indeterminativos muestra que la multiplicidad de objetos
afectados en un único contexto no origina pluralidad de delitos.
La destrucción de un solo objeto singular haría subsumible el
hecho en la figura de daño en propiedad ajena.
III. Prevé el «CP» en el segundo pfo. del mismo «a.» 140 una
figura de omisión sancionada con seis meses a cinco años de
prisión y multa de hasta cinco mil pesos. Tal omisión punible es
la de quien, teniendo conocimiento de las actividades de un
saboteador y de su identidad, no las haga saber a las
autoridades. La situación típica en esta figura de omisión propia
es el estar en conocimiento el omitente de las actividades y la
identidad del saboteador. Con actividades se hace alusión a
acciones singulares y determinadas, que en manera alguna han
de haber sido ya varias para que recién nazca la obligación de
denunciar. Parece evidente que esta última debe cumplirse no
bien se sepa de una acción singular y determinada de sabotaje.
SANCIÓN
I. El derecho es un conjunto de normas que regulan de modo
específico la conducta humana. El problema de la definición del
derecho es el de establecer el carácter de esa especificidad.
Algunos autores consideran que lo característico del derecho es
el ser un conjunto de normas que se distinguen por su contenido
de otras normas que tienen otros contenidos, Este sería u n
criterio material sobre el concepto del derecho, e implicarla la
idea, que pocos estarían dispuestos a suscribir de que hay una
materia específica jurídica y que hay actos humanos que no
pueden estar sujetos a regulación jurídica alguna. Para otros
autores, la gran mayoría de ellos, el derecho puede'
caracterizarse por él modo o manera como regula la conducta
humana de modo bilateral o de modo coactivo. La primera tesis
no debemos discutirla en este lugar; la segunda es pertinente,
pues se encuentra relacionada con el concepto de la sanción, Se
basa en un antiguo concepto empírico sobre el ser humano y sus
motivaciones, Aunque nunca ha sido exacto el experimento, a
posible afirmar que la experiencia ha mostrado al hombre que
puede controlarse la conducta de un individuo por medio de la
amenaza de que se le infligirá un mal en caso de que realice una
conducta no deseada. En muchas ocasiones la simple
irritabilidad produce como reacción a una determinada
conducta, otra dañina para cl sujeto que realizo la primera. Es el
principio de retribución reaccionar con un mal contra aquel que
ha realizado un mal. Ojo por ojo y diente por diente, como se
expresa en la Biblia. La sanción se encuentra dentro de la
expresión que se refiere por segunda vez al ojo y al diente, es
decir, a la conducta que reacciona contra el mal infligido. Esta
experiencia antiquísima es, como ha demostrado Kelsen, el
fundamento explicativo mas originario de la humanidad, que se
encuentra en la base de la religión y de la filosofía natural de los
griegos y en general, en las conceptuaciones de todos los
pueblos primitivos.
SECRETO PROFESIONAL
I. Gramaticalmente hablando secreto es lo que cuidadosamente
se tiene reservado y oculto. El auténtico presupuesto ontológico
del delito de revelación de secretos («aa.» 210 y 211, tit IX c.
único del libro segundo del «CP») en cuya diversidad
tipificadora se ubica el secreto profesional reside en la
existencia de un secreto que por imperativos de la vida de
relación es conocido o comunicado al sujeto activo en razón de
su empleo cargo o puesto o en su vertiente profesional stricto
sensu a quie preste servicios profesionales o técnicos sin excluir
la ocasionalidad de su caracterización como industrial.
II En la vida de relación se entiende por secreto aquello que
debe permanecer ignorado desconocido u oculto por la persona
que a consecuencia de su revelación pueda sufrir una
contrariedad o un perjuicio.
Sin embargo circunscribiéndose al ámbito penal estricto , el
secreto comporta (como con toda finura expresiva señala
Jiménez Huerta el arcano o reserva en que socialmente se
encuentran determinados hechos o sucesos afectantes de la
intimidad privada, o negocial de los seres humanos o entes
colectivos en tanto el orden jurídico impone a aquellas personas
(que por razones especiales los han conocido) el deber de
respetar el citado estado de arcanidad o la mencionada situación
de reserva.
Etimológicamente, secemere hace alusión a una separación, es
decir, a una cosa aislada y rodeada por obstáculos para impedir
que sea conocida. Pero a pesar de que el secreto sea entendido
como algo no destinado a libre conocimiento de todos, o como
noticia restringida, cuando menos la sapiencia de unos cuantos,
y cuya difusión entre los demás es susceptible de originar un
perjuicio, tal noción puede resultar suficiente para el lenguaje
coloquial ordinario común aunque es insuficiente para el léxico
jurídico penal (vocablos con amplísimo contenido de signos
sociales) por que omite la relevancia de lo mas singularizante
del secreto: el constituir un típico concepto de relación.
Todas las distinciones individualizadoras del secreto en una
cosa o en un hecho, en realidad va mas allá de la autenticidad de
su naturaleza jurídico-penal típica.
El secreto no es una cosa concreta ni una noticia, los hechos
son el objeto del secreto.
Y en función de ellos cuando se nos aparece la posibilidad de
destacar alguna de sus connotaciones escenciales nos referimos
a la exclusión de notoriedad, sencillamente, por expresarlo con
mayor claridad posible el secreto no es un hecho sino una
situación de hecho, o aún más determinativamente un estado de
hecho que disfruta de la garantía del derecho, y que produce que
una noticia deba ser conocida solo por una persona o un grupo
estrictamente restringido de ellas.
Sin embargo, conviene puntualizar en relación al universo del
secreto que pueden existir, y de facto existen, actos, hechos,
sucesos .o noticias que, aun debiendo permanecer ignorados por
la voluntad de la persona posiblemente afectada por su
revelación, esta -caso de producirse- carece de relevancia en la
esfera penal, aunque su descubrimiento pueda ser sumamente
rechazable desde un punto de vista social, ético, religioso, etc.
Para que aparezca la significación jurídica de la revelación (en
relación al vocablo que se analiza), es necesario que la persona
(presunta perjudicada) haya confiado su secreto, su intimidad,
un profesionista, ya sea abogado, médico, notario, etc., y que
esa comunicación haya sido precisamente con ocasión del
desempeño de sus respectivas actividades profesionales: para
recibir consejo, ayuda o sencillamente la prestación de un
servicio. Más concisamente, la profesionalidad adviene en una
singular caracterización en el ámbito específico de la
responsabilidad dimanante de la develación Del parangón de los
dos supuestos fácticos anteriores, cabe sacar una consecuencia
diáfana: solo estarnos en presencia de un verdadero secreto a los
efectos jurídico-penales que nos interesan, cuando el mismo
está jurídicamente normado si falta el precepto jurídico
podremos hablar de confidencias, confesiones, desahogos
íntimos, etc., pero no de secreto, y mucho menos de secreto
profesional.
SECUESTRO
I. Desde el punto de vista jurídico penal, por secuestro se
entiende al apoderamiento y retención que se hace de una
persona con el fin de pedir rescate en dinero o en especie y se le
utiliza como sinónimo de plagio.
SEGURIDAD JURÍDICA
I. La palabra seguridad proviene de securitas, la cual deriva del
adjetivo securus (de secura) que, en su sentido más general,
significa estar libre de cuidados.
SEGURO
I. (Del latín securus, cierto, firme, verdadero.) En los términos
del «a.» 1o LCS: ''por el contrato de seguro, la empresa
aseguradora se obliga, mediante una prima, a resarcir un daño o
a pagar una suma de dinero al verificarse la eventualidad
prevista en el contrato''.
SERVICIOS PROFESIONALES
I. En la doctrina moderna en que se sustenta el derecho del
trabajo el servicio profesional es la actividad de la persona que,
ostentando un título académico o técnico que lo faculte para el
ejercicio de una ciencia o un arte en forma libre, la ejecuta en
beneficio de un patrono, bajo su dirección, subordinación y
dependencia económica, sujeto a un contrato individual de
trabajo. En función de estos elementos, el intelectual, el llamado
profesionista liberal, el técnico, el alto empleado, inclusive el
artista que por exigencias personales establezca una relación
jurídica cuya finalidad sea el desempeño de un servicio
subordinado al quedar sujeto a las instrucciones u órdenes de un
tercero y por tanto impedido del libre ejercicio de la profesión
que ostente, tal relación jurídica debe estimarse laboral y los
servicios profesionales que preste asimilados a los de cualquier
trabajador.
La legislación del trabajo ha otorgado esta característica a los
servicios profesionales cuando, como acontece en el medio
laboral mexicano, al trabajador se le define como toda persona
física que presta a otra (física o moral) un trabajo personal
subordinado, siempre que la actividad humana que desarrolle,
intelectual o material, sea en beneficio de aquélla, inde.
pendientemente del grado de preparación que posea: quien lo
ejecute («a.» 8o. LFT). Sin embargo, en la actualidad es tan
amplio el campo de las profesiones, que resulta necesario
establecer la frontera en que unas u otras se desenvuelven a
efecto de precisar las que .se encuentran reglamentadas en
ramas judiciales diferentes al derecho del trabajo. El objeto:
establecer respecto de los servicios profesionales cuándo se esta
frente a un mandato o ''locación de obra'' y cuando se les
encuentra en el ámbito de la relación laboral.
II El conocimiento popular ha considerado que la actividad
profesional de un abogado, de un médico, de un ingeniero, de
un arquitecto o de cualquier persona que pone su actividad
intelectual al servicio de otra, no es propiamente un trabajador
sino un mandatario que presta servicios a virtud de un acto
jurídico en el que existen derechos y obligaciones mutuos que
deben ser cumplidos por quien contrata el servicio y por quien
lo lleva a cabo.
Es indudable que el profesionista que ejerce con plena
autonomía; el que en un despacho, consultorio, laboratorio u
oficina particular ofrece al público sus servicios; el que realiza
contratos sujetos en sus caracteres jurídicos al ordenamiento
civil; el que no se encuentra sujeto a dirección o subordinación
porque ejecuta cualquier trabajo conforme a su criterio, bajo
propias normas de conducta y de acuerdo a planteamientos
propios; en fin, quien efectúa su labor como se ha expresado en
el lenguaje común de los peritos ''bajo su leal saber y entender''
no es sujeto del derecho del trabajo. Pero el profesionista cuya
actividad intelectual, literaria, científica o artística, sea
dependiente y no pueda por sí mismo desempeñar el servicio al
cual haya quedado obligado, aquel cuyo tiempo, esfuerzo,
dedicación o empeño, se pongan a disposición de otro, sea o no,
económico el interés que lo haya impulsado a ello; quien por el
atractivo de una remuneración se encuentra dispuesto al
abandono de la libertad que el ejercicio de la profesión
representa; será un trabajador y su actividad debe quedar
amparada por el derecho laboral.
Lo anterior puede o no quitarle a sus actos la calidad de un
mandato y puede ser su actuación comprendida ( n la de un
mandatario de hecho; solo que así como la ejecución de un acto
no otorga a éste en todas las situaciones la calidad de jurídico,
la función que se desempeñe' tampoco da los atributos del
mandato si no están integrados los requisitos del mismo.
El profesionista se comporta como mandatario en cuanto
estipula una transacción con el cliente, al que le señala un
precio por sus servicios, con el que se compromete a la
realización de determinados actos y al que únicamente le da a
conocer los resultados que obtiene. La actuación de un abogado,
p.e., queda circunscrita a un convenio especial, según las bases
que se establezcan, sea o no por escrito, pero sujeto en todo a la
libre acción. El médico que recibe a los enfermos que atiende,
un consultorio o a los que visita en su domicilio particular,
tampoco actúa bajo una dependencia directa o indirecta, sino
atenido al ejercicio propio de su grado y a la aplicación que
hace de sus conocimientos. El técnico a quien se encarga el
arreglo de una máquina o aparato por regla general, lleva a su
taller dicha máquina o aparato para dejarlo en condiciones de
funcionar; puede también llamársele por su calidad de
especialista para el arreglo de una pesada maquinaria, sujeto su
trabajo a la propia responsabilidad y no al precio del servicio o
al tiempo que utilice en su compostura. ''La prestación de
servicios profesionales-como lo ha indicado el doctor De la
Cueva- al igual que todas las instituciones jurídicas, sólo tiene
valor en cuanto se refiere a determinadas situaciones reales, por
tanto, querer aplicar sus características fuera de ellas, implica el
desconocimiento de su naturaleza''.
No cabe duda que las profesiones liberales presentan todas
ellas algunos caracteres comunes que admiten reglamentación
similar pero cuando sus elementos las distinguen y separan,
tiene que ser la disciplina adecuada la que las regule y oriente
conforme a su identidad jurídica.
SINDICALISMO
I. Es la teoría y práctica del movimiento obrero
profesionalmente organizado, destinado a procurar la
transformación de la vida social y del Estado.
II. Dentro de los sistemas de economía capitalista y según su
relación con el Estado el asociacionismo sindical obrero puede
presentarse en dos vertientes: como sindicalismo coadyuvante y
como sindicalismo revolucionario.
Dentro del sindicalismo coadyuvante pueden distinguirse, a su
vez tres corrientes el sindicalismo reformista; el sindicalismo
cristiano, y el sindicalismo de Estado.
Dentro del sindicalismo revolucionario: el anarcosindicalismo
y el sindicalismo comunista.
SINDICATO
I. ''Es la asociación de trabajadores o patrones, constituida para
el estudio mejoramiento y defensa de sus respectivos intereses''
(«a.» 356 LFT).
SOBRESEIMIENTO
I. (Del latín su persedere; cesar, desistir.) Es la resolución
judicial por la cual se declara que existe un obstáculo jurídico o
de hecho que impide la decisión sobre el fondo de la
controversia.
SOCIEDAD ANÓNIMA
I. ''Es, dice el «a.» 87 «LGSM», la que existe bajo una
denominación y se compone exclusivamente de socios cuya
obligación se limita al pago de sus acciones''.
De esta definición legal se desprenden las tres notas
características de este tipo social: 1) denominación: 2)
responsabilidad de los socios (acconistas) que se limita al pago
de sus acciones (de sus aportaciones) y 3) la presencia de
acciones en que se divide y que representan el capital social.
III. Requisitos. Los requisitos para constituir una «SA» los fija
el «a.» 89 LGSM: I) que haya cuando menos cinco socios y que
cada uno suscriba una acción cuando menos 2) que el capital
social no sea menor de veinticinco mil pesos y que esté
íntegramente suscrito; 3) que cuando las aportaciones sean
dinerarias, se exhiba cuando menos el veinte por ciento del
valor de cada acción, y 4) que si aquellas son en ''bienes
distintos de numerario'', se exhiba íntegramente su valor.
I) En cuanto al mínimo de socios, de las sociedades
reglamentadas en la «LGSM», la «SA» es el único tipo para el
que se establece (la LGSC también establece este requisito: diez
cuando menos, «a.» 1o, «fr.»
III) Indirectamente, para todas se re quiere la presencia de dos
socios cuando menos, ya que el a. 229, «fr.» IV in fine,
«LGSM» establece que es causa de disolución de las sociedades
que: ''las partes de interés se reúnan en una sola persona''. La
pluralidad de socios justifica que nuestra ley considere a las
sociedades como contratos, y que éstos sean plurilaterales, y no
sólo bilaterales. Por lo demás en nuestro sistema no puede
constituirse una «SA» con menos de cinco socios, ni tampoco
puede subsistir, porque es causa de disolución que ''el número
de accionistas llegue a ser inferior al número que esta ley
establece'' (a, 89, «fr.» IV LGSM).
2) El mínimo de capital que la «LGSM» conserva: veinticinco
mil pesos, obviamente es una cifra ridícula. El principio de
exigirse un capital mínimo, que la «LGSM» fija sólo para las
sociedades de capitales, «S de RL» (a. 62) y «SA» (a. 89, «fr.»
11), o sea que como dice Rodríguez v Rodríguez, sean
sociedades de capital fundacional, se explica en función de que
en ésas sociedades ningún socio responda con su patrimonio
personal de las obligaciones de la sociedad; y si, solamente, con
el monto de sus aportaciones. En las sociedades personales, el
patrimonio de los socios (de responsabilidad ilimitada)
constituye la garantía frente a terceros, en caso de insuficiencia
o inexistencia del capital social. Leyes especiales que regulan
ciertas clases de SA, fijan mínimos mucho mayores de su
capital social. En el último Proyecto de «CCo». -1982- el
mínimo del capital se fija en función de una dela: tantas veces el
salario mínimo vigente al constituirla (a. 57), a fin de que la
pérdida del valor adquisitivo de la moneda se compense con las
alzas sistemáticas de los salarios.
3) En las aportaciones en dinero se admite que el valor de las
acciones no se cubra íntegramente al suscribirlas y que, por
tanto, haya un saldo deudor del socio a favor de la sociedad
(dividendo pasivo) que esta puede exigirle aun judicialmente
(«aa.» 118-120 LGSM), mediante requerimiento que se
publique, salvo que en el texto de las acciones se fije el plazo
para cubrirlo (a. 119). En todo caso, los dividendos que
correspondan a esas acciones (pagadoras), así como la cuota de
liquidación de los socios deben ser ''en proporción al importe
exhibido de ellas'' («aa.» 117 y 242, «fr.» IV, LGSM); en
cambio, ninguna restricción cabe por lo que toca al derecho de
voto (a. 113 LGSM).
4) Que las aportaciones que no sean en dinero, sino en otros
bienes (aportaciones en especie) deban pagarse en su totalidad,
implica no que la sociedad reciba la totalidad del precio de las
acciones al ser éstas suscritas, sino que el accionista trasmita a
la sociedad en ese momento de la suscripción, un bien o un
derecho cuyo valor social sea, cuando menos, el del monto total
de la aportación, aunque su pago se difiera, ya sea porque el
derecho aún no venza, o porque conceda a su titular (la
sociedad) derecho a exigir del deudor el pago de prestaciones
periódicas sucesivas (rentas, intereses, regalías) y también
futuras. Así pues, la mención de la «fr.» IV del a. 89 LGSM:
''Que se exhiba íntegramente el valor de cada acción'', no
siempre implica que el valor del bien o del crédito que se aporta
sea el de la, o de las acciones (valor nominal), y que la sociedad
adquiera el derecho de reclamar su pago íntegro al accionista.
En el caso de estas aportaciones en especie, el a. 141 «LGSM»
impone que las acciones relativas (acciones liberadas) ''queden
depositadas en la sociedad durante dos años'', para garantizar
que el valor de los bienes o derechos no fue menor, al tiempo de
la constitución.
SOCIEDAD
I. de la palabra latina societas (de secius) que significa reunión,
comunidad, compañía.) La sociedad puede definirse
metafísicamente como ''la unión moral de seres inteligentes de
acuerdo estable y eficaz para conseguir un fin conocido y
querido por todos'' (Castelain, citado por Guzmán Valdivia);
SOCIEDADES CIVILES
I. La societas romana era un contrato de carácter consensual,
sinalagmático perfecto, que, como entre nosotros, poseía,
también un fin fundamentalmente económico. Lógicamente, el
contrato resultaba ser in tuitu personae, ya que la sociedad
presuponía ciertos rasgos de fraternidad entre los socios. El
pacto consistía en la aportación patrimonial de dos o más socios
para la realización de un fin común entre una amplia gama de
posibilidades. Estas sociedades podían ser de dos clases:
universales (cuya característica principal residía en comprender
la universalidad del patrimonio de los asociados) y particulares
(donde no se aportaban más que objetos determinados). Estas
últimas se distinguían también porque su objeto estaba
directamente encaminado a un fin especial Es ilustrativo el
ejemplo de la unión de animales precisamente para la formación
de una cuadrilla, que posibilitaba un negocio mucho mas
ventajoso.
Respecto a su regulación procesal, cabe decir aquí que los
participantes mantenían a su favor la acción pro socio que tenía
por objeto obligar a los asociados a realizar cuentas de su
gestión o, simplemente, obligarles al pago de la aportación
convenida. la excepción consistía en el beneficium
competentiae, en virtud del cual solo se respondía hasta el
límite de las facultades que se tuvieren.
Por otra parte, si es el caso de que los socios no logran ponerse
de acuerdo sobre los términos en que deberá efectuarse la
partición de los bienes producto de la sociedad, cada socio
puede ejercitar la acción communi dividundo.
El contrato de sociedad arribaba a su término por causas
diversas: la consecución del objeto, la llegada del término o de
la condición prevista, imposibilidad en el objeto, disentimiento
voluntario, etc. II. La doctrina nacional define el contrato de
sociedad como ''una corporación privada, dotada de
personalidad jurídica, que se constituye por contrato celebrado
entre dos o más personas para la realización de un fin común,
lícito, posible y preponderantemente económico, mediante la
aportación de bienes o industrias, o de ambos, siempre y cuando
no lleve a cabo una especulación comercial, ni adopte forma
mercantil''.
Nuestro «CC» lo caracteriza en su «a.» 2688 como un contrato
por el cual ''los socios se obligan mutuamente a combinar sus
recursos o sus esfuerzos para la realización de un fin común, de
carácter preponderantemente económico, pero que no
constituya una especulación comercial''. La naturaleza jurídica
de la sociedad civil ha sido duramente discutida en la doctrina
nacional y extranjera. Aunque desde el punto de vista del
derecho positivo, el «CC» la catalogue dogmáticamente como
un contrato, parecen existir fundadas razones para dudar de la
presencia de tal estructura en el caso de la sociedad. En efecto,
si hemos de atender al autorizado criterio de León Duguit, uno
de los más fuertes impugnadores de la noción contractual de la
figura, la sociedad es en realidad un acto colectivo, donde se
hace coincidir la voluntad de una pluralidad de socios con
relación a ciertos objetivos específicos Por su parte, Gierke
afirma la existencia en el caso de un simple acto unilateral,
partiendo del punto de vista de que las voluntades de todos los
socios resultan coincidentes -paralelas- y de ningún modo
contrarias y opuestas. Sea como fuere, la caracterización
principal de la sociedad reside precisamente en ese intento de
realización de un cierto fin común a todos los asociados, para el
cual destinan esfuerzos y recursos provenientes de todos y cada
uno de ellos. Como el objetivo reviste un ''carácter
preponderantemente económico'' -aunque de ninguna manera
debe constituir una especulación mercantil-, los socios esperan
pues la realización de ganancias que, por la participación inicial
de todos, se repartirán en forma equitativa. Esta participación
inicial pudo consistir en capital, en trabajo, o en ambos bienes,
pero -como haya sido- el reparto será siempre equitativo,
precisamente en la proporción en que los bienes individuales
fueron transmitidos al caudal social. Por tanto, la ley excluye en
forma radical los pactos que prescriban la participación
exclusiva en las ganancias, así como la estipulación de que uno
o más socios reporten las perdidas que eventualmente se
produzcan («aa.» 2696 y 2697 «CC»).
SOCIEDADES MERCANTILES
I. Dos son los criterios para calificar en el derecho mexicano a
una sociedad como mercantil, y diferenciarla, por tanto, de las
que no tengan este carácter, o sea, de las sociedades civiles (S
Civ.) y de las sociedades con una finalidad de derecho público,
como serían las de carácter agrario, laboral, administrativo; uno
de esos criterios se da en función del tipo de sociedad que se
adopte: son mercantiles cualquiera que sea su finalidad (de
derecho privado o de derecho público; lucrativas o no), las seis
clases que enumera el «a.» 1o «LGSM», a saber, «S en NC»;
«S en CS»; «S de RL»; SA, «S en C por A», y SC. Así lo
determinan, el «a.» 4o «LGSM», que establece una presunción
iuris et de iure, y que impropiamente habla de forma
(manifestación exterior de la voluntad y elemento del negocio
jurídico), en vez de tipos (esquemas adoptados y regulados en
esa misma ley); y el «a.» 2695 «CC», que también habla de
''forma'', en lugar de tipicidad y de fin o causa.
El otro criterio se predica en relación con la finalidad de la
sociedad: si ella es especulativa, se tratara de sociedad mercantil
(con independencia, por supuesto de que, se logren las
utilidades buscadas). Esta nota y este criterio de distinción con
las S Civ. se desprende claramente-como lo admite nuestra
doctrina-del «a.» 2688 «CC», que además de definir el ''contrato
de sociedad civil'' (por el, los socios se obligan mutuamente a
combinar sus recursos o sus esfuerzos para la realización de un
fin común de carácter preponderantemente económico''), señala
dos características que lo distinguen de la asociación y de la
sociedad mercantil: de aquella, la S. Civ. e diferencia en que su
finalidad debe ser ''preponderantemente económica'' lo que
excluye el «a.» 2670 «CC» al definir las asociaciones. De la
sociedad mercantil, en que dicha finalidad económica no debe
constituir una especulación comercial.
Del juego de uno o de ambos criterios de mercantilidad de las
sociedades, se desprende, primero, que son mercantiles las
sociedades que adopten uno de los seis tipos enumerados en el
«a.» 1o «LGSM», independientemente de que su finalidad sea
económica y especulativa; segundo, que también serán
mercantiles aquellas sociedades cuya finalidad constituya una
especulación comercial independientemente del tipo elegido,
«i.e.» , que sea uno de los comprendidos en el «a.» 1o citado, u
otro, p.e., una «SC», una sociedad nacional de crédito.
II. Sociedades civiles con fines comerciales. Quid juris, con las
sociedades civiles que persigan una finalidad económica, que
no constituya una especulación comercial, sino p.e., agrícola o
administrativa? En este caso, no se tratará de sociedad
mercantil, sino civil, agraria, etc., salvo que adopte uno de los
tipos de las mercantiles.
Por otra parte, que la realización del fin de la sociedad civil
tenga que ser ''de carácter preponderantemente económico''
(«a.» 2688 «CC»), se rechaza en la práctica que admite la
existencia de S Civ. sin fines económicos preponderantes, sino
de carácter científico, cultural, deportivo, religioso, Como
tampoco es cierto, respecto a asociaciones de toda índole
(civiles y mercantiles), que nunca puedan tener un ''carácter
preponderantemente económico'' (a, 2670 «CC»), como se
demuestra en el caso de las asociaciones en participación (A en
P), o de las asociaciones de productores. Lo que pasa, en este
caso, es que la definición del «a.» 2670 «CC» se estringe a la
asociación civil y no comprende a las comerciales o de carácter
administrativo, agrícola, etc.
SOCIOLOGÍA JURÍDICA
I. Puede afirmarse, si se revisa la historia del pensamiento
sociológico, que no existe una concepción única y generalmente
aceptada de lo que es y debe ser la sociología: como ciencia que
tiene un campo de objetos como materia de su estudio, con
métodos específicos. En la historia del pensamiento sociológico
encontramos más bien una serie de corrientes de pensamiento,
cada una de las cuales tiene algunos elementos que pueden ser
especificados y que comparten con algunas posiciones teorías
diferentes. Esto es lo que ha permitido a los expositores de la
historia de esta disciplina clasificar las teorías de los diversos
autores en cuatro grandes rubros o ramas; a)la teoría funcional;
b) la teoría del conflicto; c) la teoría del intercambio, y d) la
teoría de la interacción y de los roles. Cada una de estas ramas
tiene ciertos conceptos básicos, que son compartidos por
diversos autores y que, por ello, se les clasifica como miembro
o parte de la rama bajo cuyos conceptos caen sus doctrinas.
Dadas las condiciones anteriores la sociología jurídica es una
disciplina teórica con un desarrollo muy raquítico y dentro de la
cual podrían llegar a distinguirse las cuatro ramas a las que se
ha hecho mención. Aquí se presentará tan sólo el concepto más
general de esta disciplina teórica.
SUBSIDIO
I. (Del latín subsidium.) El subsidio es un apoyo de carácter
económico que el Estado concede a las actividades productivas
de los particulares con fines de fomento durante períodos
determinados y que se considera como la especie del género
denominado subvención.
SUPLENCIA DE LA QUEJA
I. Se puede caracterizar como el conjunto de atribuciones que se
confieren al juez del amparo para corregirlos errores o
deficiencias en que incurran los reclamantes que, por su
debilidad económica y cultural, carecen de un debido
asesoramiento, y que puede extenderse, como ocurre en el
proceso social agrario, a los diversos actos procesales de la
parte débil incluyendo el ofrecimiento y desahogo de los
medios de prueba.
TENTATIVA
I. En principio cuando concurren todos los elementos del tipo,
se dice que el delito está consumado, y corresponderá la
aplicación de la pena prevista en el «CP» para cada tipo de la
parte especial....
Castigar la tentativa supone una extensión de la punibilidad lo
que sólo será posible si concurren los requisitos que establece el
«a.» 12 del «CP». Por consiguiente, las prescripciones relativas
a la tentativa son dependientes de su relación con un tipo penal
concreto.
TERRORISMO
I. (Del latín terror, que deriva a su vez del verbo terreo, que
significa ''yo amedrento'', ''yo aterrorizo''.) La palabra
terrorismo, derivada de terror, comenzó a difundirse a
consecuencia de los métodos usados durante la llamada época
del ''terror'' en la Revolución francesa. Se define el terrorismo
como la ''dominación por el terror'', o la ''sucesión de actos de
violencia ejecutados para infundir terror''. El terrorismo es una
acción humana intencional, destinada a producir temor o terror
en una persona o grupo de ellas, usando medios ilegítimos, así
siempre violentos y con fines políticos.
TESTIMONIO
I. (Del latín testimonium atestación de una cosa, prueba o
justificación de una cosa.) Este concepto abarca el documento
notarial en el que consta una escritura y la declaración de un
testimonio o prueba testimonial.
TRABAJADOR
TRANSFERENCIA DE TECNOLOGÍA
I. La tecnología es definible en un sentido amplio como el
conjunto de conocimientos (saber que) y de prácticas (saber
como), de objetos, de instrumentos y de procedimientos,
elaborados o transformados por los hombres que se usan para
operar sobre la naturaleza, la sociedad y los otros seres
humanos, y para satisfacer necesidades humanas (primarias o
sofisticadas, sociales, grupales o individuales). Este conjunto de
conocimientos y prácticas constituyen bienes y servicios, objeto
de transacciones en mercados nacionales y, sobre todo,
internacionales. Tales transacciones y los consiguientes
mecanismos y procesos de transferencia se dan en sistemas y
mercados caracterizados por la primacía de formas
monopolistas u oligopólicas, y por la existencia de una creciente
brecha tecnológica entre países desarrollados y
subdesarrollados.
La transferencia de tecnología sufre limitaciones, y crea
problemas unas y otros susceptibles de regulación jurídica, en
las relaciones interindividuales, y en las interestatales.
TRATADOS INTERNACIONALES
I. La Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados de
1969 señala en d «a.» 2 que: ''se entiende por tratado un acuerdo
internacional celebrado por escrito entre Estados y regido por el
derecho internacional ya conste en un instrumento único o en
dos o más instrumentos conexos y cualquiera que sea su
denominación particular''.
UNILATERALIDAD
I. Se dice de lo que se refiere solamente a una parte o a m
aspecto de alguna cosa.
UNIÓN ADUANERA
I. El vocablo ''unión'' deriva de la expresión en latín unio que
alude a la acción y efecto de unir o unirse. A su vez, ''unir'' es el
verbo de origen latino unire que significa ''juntar dos o mas
cosas entre sí, haciendo de ellas un todo'', según la Real
Academia Española. Por tanto, en la unión aduanera se produce
una vinculación entre dos o más Estados soberanos para formar
un todo en el aspecto aduanal. El adjetivo ''aduanera'' se refiere
a lo '' perteneciente o relativo a la aduana'' y ''aduana'' es una
palabra de origen árabe de significado preciso: ''oficina pública,
establecida generalmente en las costas y fronteras, para
registrar, en el tráfico internacional, los géneros y mercaderías
que se importan o exportan, y cobrar los derechos que
adeudan'', conforme a la Real Academia Española.
USURA
I. El «CP» sitúa entre los fraudes el antiguo delito de usura, bajo
cuyo «tít.» castiga a quien, ''valiéndose de la ignorancia o las
malas condiciones de una persona, obtenga de ésta ventajas
usurarias por medio de contratos o convenios en los cuales se
estipulan réditos o lucros superiores a los usuales en el
mercado'' («a.» .387, «fr.» VIII).
VIDA PRIVADA
I. Esfera personal exclusiva, jurídicamente reconocida y
garantizada como derecho a todo ser humano a fin de permitirle
conducir una parte de su propia existencia de manera autónoma,
independiente y libre de injerencias externas indebidas, en
relación con algunas de sus convicciones, decisiones o
actividades íntimas, o con sus relaciones o comunicaciones
particulares, atributos personales, vida familiar, reserva
domiciliaria, etc, También suele designársele bajo la expresión
''derecho a la intimidad''.
VIVIENDA