Está en la página 1de 130

Luces del Duero

1900-1970

Luces del Duero 1900-1970

Luces del Duero 1900-1970


APROVECHAMIENTOS HIDROELÉCTRICOS
DE L A CUENCA HIDROGRÁFICA DEL RÍO DUERO
Supone para mí un motivo de gran satisfacción presentarles el
catálogo de la exposición «Luces del Duero 1900-1970», una inte­
resante y evocadora muestra que, organizada por la Fundación
Iberdrola, recorrerá diferentes ciudades de nuestro país.

Esta exposición, integrada por un centenar de fotografías, cons­


tituye un documento excepcional sobre la construcción de los sal­
tos hidroeléctricos de la cuenca del Duero, que fueron ideados,
diseñados y construidos por Iberdrola a lo largo del siglo pasado,
gracias al trabajo y la dedicación de tres generaciones de per­
sonas entregadas a un objetivo común: obtener del río Duero toda
la energía posible, respetando su entorno natural y favoreciendo
el desarrollo económico de la zona.

Como es bien sabido, la energía hidroeléctrica ha estado indiso­


lublemente unida a la historia de Iberdrola. Desde sus inicios, hace
más de cien años, nuestra Compañía ha sido la principal impulso­
ra del desarrollo hidráulico de la Península: en un primer momento,
con la construcción de pequeñas centrales y, posteriormente, con
el diseño y optimización de grandes aprovechamientos pioneros
en Europa.

Esta apuesta histórica de Iberdrola por la energía hidroeléctrica


nos ha llevado a desarrollar un papel decisivo en la industrializa­
ción de España, a través de importantes inversiones, creando
empleo, reteniendo un recurso tan escaso como es el agua y, con
ello, generando riqueza y bienestar.
La exposición «Luces del Duero 1900-1970» refleja, sin lugar a Desde estas páginas, me gustaría felicitar a todo el equipo que,
dudas, uno de los períodos más importantes de la historia de nues­ de una manera u otra, ha participado en esta exposición; en espe­
tra Compañía. A través de ella, podemos comprobar el arrojo y la cial, a Gerardo F. Kurtz, Comisario de la muestra, por su magnífi­
visión empresarial de hombres como José Orbegozo y de toda una ca labor en la selección de las imágenes; a Pablo Díaz Morlán, Pro­
escuela de ingenieros de nuestra Casa, entre los que cabría citar fesor de la Universidad de Alicante, por su espléndida aportación
a Ricardo Rubio. La experiencia de Iberdrola en el Duero, con pro­ a este libro, realizando un recorrido por la gesta que supuso el
yectos innovadores y de gran envergadura que, hoy en día, son desarrollo del Duero desde sus orígenes; y, finalmente, a Álvaro
una referencia obligada en lo que a infraestructuras hidráulicas Chapa, gran conocedor de la historia «eléctrica» del Duero, quien
se refiere, se completa con el desarrollo hidroeléctrico de otras nos describe de forma pormenorizada y certera los principales
cuencas de la península como las del Ebro y Júcar, llevadas a hitos en la construcción de los saltos.
cabo con el impulso y la determinación de Juan de Urrutia, o las
del Tajo y el Sil. Por último, quisiera destacar que, con esta exposición, Iberdrola
quiere poner a disposición del visitante y del lector un testimo­
Las imágenes que podemos contemplar en esta exposición nos nio gráfico, único y excepcional, de lo que constituyó en su día
llevan también a reconocer la encomiable labor de miles de tra­ una apuesta empresarial sin precedentes. Un gran proyecto impul­
bajadores que, en condiciones muchas veces precarias, consi­ sado por hombres emprendedores que supieron, a principios del
guieron —con enorme esfuerzo y valentía— ser los verdaderos siglo XX, aprovechar la inmensa generosidad que el caudal del río
artífices de estos grandes complejos hidráulicos admirados Duero y su orografía ofrece. Y lo hicieron explotando esta fuen­
por todos. te de energía limpia y renovable, mediante la construcción de gran­
des complejos hidroeléctricos, de los que nos beneficiamos hoy
Iberdrola se siente orgullosa de todas estas instalaciones y, espe­ y se beneficiarán próximas generaciones, en lo que constituye el
cialmente, de su aportación al desarrollo económico y social de mejor ejemplo de responsabilidad, sostenibilidad y apuesta por
las provincias de Salamanca y Zamora, apoyando su tejido indus­ el futuro.
trial, generando nuevas oportunidades de negocio y también cola­
borando en la tarea de fijar la población local al territorio; en defi­
nitiva, actuando como empresa responsable, motor de desarrollo Ignacio S. Galán
y comprometida con las regiones en las que desarrolla su actividad. PRESIDENTE DE IBERDROLA
Benavente
Mombuex
Santa Marta de Tera
Cernadilla RÍO TERA

Valparaiso

Agavanzal
Moreruela

A
RÍO ESL
Villalpando

Tábara

Alcañices

Bragança

San Pedro
de la Nave

Castro Ricobayo La Hiniesta

Miranda
de Douro

RÍO D Zamora
UER O Toro
O

Villalcampo
R
E
U
D

San Román
L
E
D
S
E

Fermoselle
IB
R
R
A

V. de Cañedo

RÍO
TO
RM
ES
Villarino

Salamanca
Aldeadávila
Ledesma
O
R

Villagonzalo
E
U
D
ÍO
R

Alba
de Tormes

Saucelle Santa Teresa


9 LA ESCUELA DEL DUERO
Pablo Díaz Morlán

19 UNA BREVE HISTORIA


Álvaro Chapa

25 APROVECHAMIENTOS HIDROELÉCTRICOS
DE LA CUENCA HIDROGRÁFICA DEL RÍO DUERO
26 San Román
30 Ricobayo
46 Villalcampo
62 Castro
80 Saucelle
92 Aldeadávila
108 Villarino-Almendra

122 Datos técnicos de las presas


LA ESCUELA DEL DUERO

Pablo Díaz Morlán


UNIVERSIDAD DE ALICANTE

EL POTENCIAL DEL RÍO DUERO Román, en los primeros años del siglo XX . Después de él, y en
buena medida siguiendo sus indicaciones, llegaron los ingenie­
La revolución eléctrica que tuvo lugar a partir del último cuarto ros que formaron la Sociedad General de Transportes Eléctricos:
del siglo XIX cambió para siempre la faz de los negocios y la for­ Eugenio Grasset, Pedro Icaza y José Orbegozo, que convencieron
ma de vida de las gentes en todas las partes del mundo, y Espa­ al capitalista Horacio Echevarrieta para que se interesara en
ña no constituyó una excepción a esta regla sino más bien lo las posibilidades del Duero. Ante las dimensiones del negocio, el
contrario. El problema de la energía como factor determinante de patricio vizcaíno decidió involucrar al Banco de Bilbao, que en 1918
la localización industrial quedó eliminado con el avance de esta aceptó la invitación a suscribir la mayoría de las acciones de la
innovación, y con ella se abrió la posibilidad del desarrollo econó­ nueva compañía, la cual tendría por nombre Sociedad Hispano-
mico a países y regiones que hasta entonces habían quedado al Portuguesa de Transportes Eléctricos, pero sería más conocida
margen. Al comenzar el siglo XX, eran ya una realidad en territo­ como Saltos del Duero.
rio español las empresas que se habían atrevido a introducirse en
el nuevo campo de la hidroelectricidad, buscando el aprovecha­ A partir de entonces, y por encima de financieros y empresarios,
miento eléctrico de la energía de los ríos mediante la construc­ fueron los ingenieros españoles quienes protagonizaron la con­
ción de saltos de agua que, según pasaban los años, aumenta­ quista hidroeléctrica del río Duero. La labor comenzada por Fede­
ban en altura y complejidad técnica. Hidroeléctrica Ibérica, fundada rico Cantero tuvo continuidad gracias a la energía y determina­
en 1901, fue una de las pioneras. Pocos años después, el trans­ ción de José Orbegozo, primer director general de la empresa, y
porte de la corriente a elevadas tensiones facilitó el envío de la de su sucesor desde 1935, Ricardo Rubio. Junto a ellos, bajo sus
energía a grandes distancias, y esto llevó a ingenieros y hom­ órdenes, y después de ellos, fueron llegando al Duero y sus afluen­
bres de negocios a buscar nuevos emplazamientos para saltos de tes sucesivas hornadas de ingenieros industriales y de caminos
agua en lugares que hasta entonces quedaban demasiado lejos (e incluso algún agrónomo) que se encargaron de calcular, ensa­
de los principales emplazamientos industriales y de consumo. El yar, planificar y dirigir la construcción de los saltos, en una tarea
río Duero asomó entonces como una atrayente posibilidad. conjunta que duró varias décadas y que atravesó innumerables
vicisitudes hasta su conclusión en 1970, cuando la central de
El descubridor del enorme potencial hidroeléctrico del Duero y Almendra-Villarino se convirtió en una magnífica realidad. En el río
sus afluentes fue, sin lugar a dudas, el ingeniero e inventor zamo­ castellano y sus afluentes se curtieron varias generaciones de
rano Federico Cantero Villamil, que fundó la sociedad El Porve­ técnicos españoles de primera línea cuyas realizaciones no des-
nir de Zamora y levantó el primer salto de la cuenca, el de San merecieron de las llevadas a cabo en otros países más avanzados

9
y supuestamente más instruidos en tales materias. Todos ellos Cantero, desanimado, colaboró más adelante con los empresarios
contribuyeron a crear una auténtica escuela de conocimientos e ingenieros que llegaron a la zona del Duero, procedentes de
hidroeléctricos y experiencia práctica: la escuela del Duero. Bilbao, buscando hacer realidad un plan magnífico de aprove­
chamiento de las posibilidades hidroeléctricas del río castellano
LAS OBRAS PRIMERIZAS: y sus afluentes. El Porvenir de Zamora resistió la llegada del nue­
S A N R O M Á N Y R I C O B AY O vo contendiente, mucho más grande que él, y mantuvo su exis­
tencia como sociedad independiente hasta 1951, cuatro años des­
Federico Cantero Villamil fue el número uno de la promoción de Inge­ pués de la muerte de su fundador y principal impulsor.
niería de Caminos de 1896, terminó su formación viajando por los
centros industriales europeos, y dio a conocer su proyecto hidroe­ Los Saltos del Duero se fundaron en 1918 con el Banco de Bilbao
léctrico en diciembre de 1897. La originalidad de dicho proyecto estri­ como socio mayoritario. Desde el primer momento, José Orbe-
baba en aprovechar la curva que el Duero describía ocho kilóme­ gozo, nombrado director general, tuvo que pelear de manera
tros aguas abajo de Zamora para construir una presa en un extremo incansable contra innumerables impedimentos, entre ellos las
de la curva y unirla mediante un túnel transversal a una central en reticencias de las autoridades portuguesas, las maniobras de la
el otro extremo, distante un kilómetro y medio. De esta forma se competencia, la inseguridad jurídica de los derechos adquiridos,
obtenía un salto de agua efectivo de catorce metros, suficiente para la oposición de sectores agrarios castellanos, la entrada de socios
producir la energía eléctrica que necesitaban Zamora y Salaman­ extranjeros y la búsqueda de la financiación adecuada. Durante
ca gracias a dos grupos de quinientos caballos, y después Vallado- más de un decenio la tarea de los ingenieros y directivos de la
lid mediante la incorporación de cinco grupos de mil cada uno. sociedad consistió más en vencer problemas humanos, políticos
En 1898 se fundó El Porvenir de Zamora con un capital de 1.400.000 y sociales que en resolver cuestiones técnicas, sin que pudiera
pesetas, que se convertirían en pocos años en 3.300.000 para lle­ avanzarse ni un paso en tareas de construcción. Federico Can­
var a cabo las obras de la presa, el túnel y la central. En enero tero había vendido a Horacio Echevarrieta sus derechos sobre el
de 1903 se inauguraron los dos primeros grupos, y los cinco siguien­ Duero y había facilitado a José Orbegozo los primeros estudios
tes lo fueron en 1907, haciendo realidad el salto de San Román. Zamo­ y proyectos de aprovechamiento, que serían una guía fundamen­
ra, Salamanca y Valladolid, así como los pueblos de sus comarcas tal para la andadura inicial de la nueva empresa.
—en total más de cien mil personas— quedaron abastecidos de
electricidad gracias a los capitales zamoranos y, sobre todo, a la Las obras del salto del Esla comenzaron en mayo de 1929 bajo el
iniciativa y el ingenio de uno de sus ciudadanos. signo de la urgencia. La empresa había necesitado once años para
establecer con suficientes garantías sus derechos y sus medios
Pero las empresas locales de tamaño medio estaban destina­ financieros y en los socios pesaba demasiado el tiempo transcu­
das, en España y en todas partes del mundo, a sufrir pronto el rrido. Casi 8.000 fincas urbanas y rústicas, que abarcaban cerca
embate de las grandes compañías hidroeléctricas. Cantero aler­ de 40 kilómetros cuadrados y varias aldeas completas, fueron expro­
tó tempranamente a sus socios de la necesidad de crecer en piadas, y hubo que construir vías de comunicación alternativas.
tamaño para evitar la ruina o la absorción, pero los orgullosos Orbegozo, presionado por un Consejo de Administración deseoso
propietarios de El Porvenir de Zamora desestimaron sus propues­ de ofrecer cuanto antes energía al mercado y ante la falta de una
tas de unirse a Electra Popular Vallisoletana y otras sociedades. organización interna suficiente, decidió recurrir al sistema de

10
contrata con dos empresas constructoras que estaban relacio­ sensibles a cualquier tipo de sabotaje, la concesión de mejoras a
nadas con consejeros de Saltos del Duero, incluido él mismo: la sus trabajadores es norma común, pues nada pueden temer más
Empresa General de Construcción, luego llamada Puertos y Pan­ que una avería que paralice su actividad y obligue a la interrupción
tanos, y la Sociedad General de Obras y Construcciones (Obrascon). del suministro a sus clientes. Esto era así aún en mayor grado en
aquellos años y en Saltos del Duero, ya que el largo tiempo trans­
Una condición inexcusable de la concesión otorgada por el Esta­ currido desde la fundación de la empresa constituía un factor a
do fue la de trasladar a otro lugar la iglesia visigoda de San Pedro tener en cuenta a la hora de tomar cualquier decisión. Simplemente,
de la Nave, condenada de otra forma a ser cubierta bajo las aguas no podían permitirse un retraso en las construcciones.
del futuro embalse. Saltos del Duero puso desde el principio su
mayor empeño en que el traslado, piedra a piedra, al poblado cer­ El proyecto inicial del salto del Esla obligaba a construir un alivia­
cano de El Campillo, se llevara a cabo con todas las garantías posi­ dero más allá de la margen del río donde se asentaba el lado izquier­
bles de conservación y seguridad, hasta el punto de que invirtió do de la presa, para poder desviar por él los 5.000 m3 por segundo
en el mismo una suma considerable para la época, cien mil pese­ en que se calculaba el caudal que podía llevar una gran avenida,
tas, y el Consejo de Administración fue informado largamente de a la vista de la experiencia de años anteriores. Para efectuar los
la operación. Esta joya del arte español es probablemente el monu­ imprescindibles estudios geológicos se llamó a un ingeniero de
mento más representativo de la arquitectura hispanovisigoda tal minas de gran prestigio que pertenecía a la nómina de profesio­
y como la conocemos hoy en día y en torno a ella ha existido siem­ nales al servicio de Horacio Echevarrieta, todavía Presidente de
pre una gran controversia. Su programa iconográfico, la gran cali­ Saltos del Duero. El técnico determinó que el roquedo de la mar­
dad de sus relieves, la configuración arquitectónica del edificio, gen izquierda del río ofrecía las suficientes garantías de solidez
restaurado durante su traslado, y su encuadramiento cronológi­ como para que la presa se apoyara en él, y basándose en estos
co, son todavía hoy analizados y discutidos entre los especialistas. informes José Orbegozo procedió con rapidez a iniciar su cons­
trucción. Sin embargo, en la tercera campaña de las obras, en el
La construcción del salto del Esla coincidió a partir de 1931 con la verano de 1931, las condiciones geológicas del roquedo donde de­
llegada de la Segunda República, pero los años republicanos no fue­ bían asentarse tanto la presa como el aliviadero dieron mues­
ron especialmente tormentosos en las obras. Después de la huel­ tras imprevistas de debilidad. Fue para la empresa el primer avi­
ga del verano de 1931 hubo algún que otro conato en 1932 y 1936, so de que los informes geológicos no iban a resultar suficientes
pero los acontecimientos revolucionarios de octubre de 1934, ver­ ni adecuados para las obras proyectadas.
dadero test para apreciar el grado de conflictividad de la empre­
sa, no fueron seguidos por un solo trabajador. Ni siquiera los des­ Pero la verdadera sorpresa llegó durante los días 22 y 23 de mar­
pidos masivos, a los cuales hubo que proceder de forma inevitable zo de 1934, después de que se hubiese procedido el 10 de enero
según se acercaba la finalización de la presa y la central, provo­ a llenar por primera vez el embalse y cuando ya se sentía cerca­
caron protestas. La causa de esta aparente calma se debió, sin na la fecha en que se podría comenzar a suministrar energía.
duda, a que la empresa satisfizo las reivindicaciones sucesivas Una gran avenida, de un caudal superior a los 5.000 m3 por segun­
que se le fueron haciendo por los elementos adscritos a U.G.T., que do, fue evacuada por el canal-aliviadero y durante 48 horas éste
aumentó progresivamente su influencia entre los obreros. En toda soportó una prueba de resistencia para la que no estaba prepa­
empresa hidroeléctrica, con elevadas inversiones en capital fijo muy rado. Su base, de roca pura sin hormigonar, dejó filtrar el agua por

11
varias diaclasas verticales y se produjo un enorme efecto des­ El 18 de enero de 1939 la central volvió a inundarse como conse­
tructor que se tradujo en un retroceso del aliviadero hacia la pre­ cuencia de una gran avenida, que produjo tales arrastres de escom­
sa de setenta metros y en la excavación de un cráter de dimen­ bros que el embalsamiento del río aguas abajo desbordó la ataguía
siones aún mayores. Cuando pasó la avenida, sobre la presa se de 2,5 metros de altura que se había construido para defender la
cernía la amenaza de que se desplomara toda la margen izquier­ central. En uno de los túneles en construcción tuvo lugar el 10 de
da, lo que habría ocasionado una catástrofe definitiva. junio de 1942 el más grave accidente de los sucedidos en el salto
del Esla. Ocurrió de manera fortuita, cuando el personal de Agro­
Orbegozo, acompañado del consejero Eugenio Grasset, visitó la obra mán procedía a colocar las cargas de dinamita en ambas bocas del
una semana después y escuchó los informes del ingeniero respon­ túnel que pondrían punto final a la obra. Su explosión repentina
sable del informe geológico, de otros ingenieros de la sociedad y mató a 19 obreros y a los tres ingenieros que dirigían los traba­
de técnicos alemanes de las casas Rodio y Voith. Decidió a su vez jos, todos los que se hallaban en aquel momento en el interior.
pedir el asesoramiento del Dr. Rehbock y de su laboratorio hidráu­ Sin embargo, los daños materiales apenas fueron de considera­
lico de Karlsruhe para alcanzar una solución definitiva. Hubo que ción y la obra pudo acabarse. A finales de aquel mismo año podía
vaciar el embalse abriendo los desagües de fondo, que ya no pudie­ pensarse que se había hallado una solución definitiva ya que, como
ron ser cerrados, por lo que se debió trabajar en el estiaje. Y en aquel decía el nuevo Director General Ricardo Rubio, presentaba «un
verano de 1934 sobrevino un nuevo accidente en la central al rom­ aspecto de solidez que procura una impresión de seguridad que
perse la compuerta de la cuarta tubería de carga, ocasionando la hasta ahora nunca tuvimos». Hubo nuevas erosiones en poste­
muerte a nueve obreros. Este acontecimiento acabó con la salud riores avenidas que obligaron a nuevos reforzamientos, como ocu­
de Orbegozo, y determinaría su triste final en enero de 1939. rrió en marzo de 1943, pero parece que ya no se sufrieron conse­
cuencias trágicas como las de años anteriores.
Los accidentes siguieron produciéndose en los años siguientes
mientras se discutía la solución. En febrero de 1935 comenzó a En definitiva, resulta prácticamente imposible establecer el cos­
suministrarse energía a Hidroeléctrica Ibérica, pero hubo que inte­ te total que supuso para Saltos del Duero el problema del alivia­
rrumpir el suministro durante tres meses porque la central volvió dero. Los informes geológicos iniciales se demostraron erróne­
a inundarse como consecuencia del embalsamiento del río aguas os y es difícil entender el verdadero motivo de que así fuera. Tal
abajo, a causa de los acarreos de piedra ocasionados por el alivia­ vez la premura de tiempo que caracterizó siempre a las obras
dero. Para evitar que se volviera a producir un nuevo derrumbe se de Ricobayo impidieron que los geólogos inspeccionaran con el
prolongó la ladera que separaba ambos cauces, el de la presa y el suficiente detenimiento la base rocosa del aliviadero excavado, en
del aliviadero, de tal forma que se alejara la confluencia de las aguas donde se hallaban las diaclasas verticales que provocaron el hun­
de una y otra procedencia. En marzo de 1936 se produjo de nuevo dimiento —una gran falla central, al decir de uno de los ingenie­
un derrumbamiento de 20 metros en el frente del aliviadero, y ros de la empresa—. Al coste de las sucesivas soluciones tem­
poco después se decidió, de común acuerdo con el asesoramiento porales habría que añadir el de las averías de la central provocadas
de técnicos españoles, americanos y, sobre todo, del alemán Reh­ por el mismo motivo y el coste de oportunidad del retraso en la
bock y del suizo Kaech, la excavación de dos túneles que sirvieran finalización de la obra y de sus posteriores interrupciones, en con­
para ayudar en las avenidas y salvar el tapón ocasionado por los junto más de dos años. El coste humano, por su parte, puede cal­
acarreos de piedras aguas abajo de la central. cularse en varias decenas de pérdidas humanas y en el apartamiento

12
definitivo de los trabajos del Director General, José Orbegozo. Con poder de mercado y de negociación con otras empresas minoris­
razón se ha hablado de la epopeya del Duero, que tuvo en su afluen­ tas, la complementación de sus sistemas hidroeléctricos, el for­
te Esla un dramático comienzo. talecimiento de su posición frente al Estado, la disposición de mayo­
res recursos para nuevas construcciones y, en definitiva, lograr
L O S D I F Í C I L E S A Ñ O S C U A R E N TA : una posición hegemónica en el negocio eléctrico. Entonces, en 1944,
VILLALCAMPO Y CASTRO estalló en España con toda su fuerza el problema de las restric­
ciones eléctricas, que dificultó la recuperación postbélica, ya entor­
La Guerra Civil y la larga posguerra trajeron numerosas dificul­ pecida gravemente por la autarquía y el aislamiento internacional
tades al sector eléctrico pero también algunas oportunidades. del régimen de Franco.
El convenio firmado entre las principales empresas hidroeléctri­
cas antes de la contienda convirtió a Saltos del Duero en el pro­ Los estudios del nuevo salto se ultimaron en los meses finales
ductor dominante a cambio de que no compitiese en la distribu­ de 1942, una vez que Saltos del Duero se cercioró del avance
ción en las zonas centro y norte-noroeste de la península, que del consumo de electricidad. La dirección de la empresa plan­
incluían Madrid y País Vasco. Pero este pacto mostró pronto sus teó al Consejo de Administración dos alternativas. La primera se
limitaciones porque Saltos del Duero se negó a atender las soli­ basaba en aprovechar todo el tramo del Duero español con un
citudes de las demás compañías para que aumentase su pro­ solo salto de 80 metros de altura y una capacidad de produc­
ducción ante el notable incremento de la demanda que se produ­ ción de 700 millones de kWh. La segunda consistía en partir el
jo debido a la congelación de las tarifas y los problemas de tramo y aprovechar la parte superior del mismo con un desni­
abastecimiento de carbón. vel de unos 40 metros y la mitad de capacidad de producción,
dejando para más adelante el segundo tramo. La primera opción
Las empresas que habían mantenido la hegemonía en la distri­ tenía la ventaja evidente de que se conseguía mucha mayor pro­
bución, entre las que destacaban por su importancia Hidroeléc­ ducción con una sola instalación, pero consideraciones de orden
trica Ibérica, Electra del Viesgo, Hidroeléctrica Española y Unión técnico y económico llevaron a Iberduero a inclinarse por la
Eléctrica Madrileña, deseaban disponer de la mayor cantidad posi­ segunda solución. Así nacieron los saltos de Villalcampo y Cas­
ble de energía de cara al aumento futuro del consumo, pero, según tro, ambos comenzados en la década de los cuarenta y termi­
el pacto que habían firmado con Saltos del Duero, era a éste al nados en la siguiente.
que correspondía construir los nuevos saltos. Y a Saltos del Due­
ro no le convenía efectuar las cuantiosas inversiones necesarias Villalcampo se ubicó once kilómetros aguas abajo del salto del Esla,
sin estar antes segura de que iba a colocar toda la nueva pro­ tuvo 40 metros de altura y amplió la capacidad de producción de
ducción. Por ello, el convenio implicaba un conflicto de intereses la empresa en 350 millones de kwh. El Ministerio de Obras Públi­
irresoluble en aquel momento y estaba condenado al fracaso. cas lo aprobó el 13 de julio de 1943 y de inmediato se preparó su
construcción, para lo cual se decidió una ampliación del capital
Poco después de romperse los acuerdos, en el verano de 1944, social de 120 millones de pesetas, que fue absorbida en su tota­
Hidroeléctrica Ibérica y Saltos del Duero decidieron unirse, y así lidad por los antiguos accionistas a pesar de «las circunstancias
nació Unión Ibérica Duero, más conocida como Iberduero. La con­ del mercado financiero», como se dijo con satisfacción en el Con­
fluencia de muy diversos motivos aconsejó dicha fusión: un mayor sejo de la Sociedad. La construcción costó finalmente 150 millones,

13
duró siete años, tres más de los previstos debido a las dificulta­ D. Ricardo Rubio, encargó la formación de un equipo de medios auxi­
des de todo tipo provocadas por la autarquía, y finalmente entró liares de construcción, a la vista de las dificultades que encon­
en explotación en 1950, cuando Iberduero ya había comenzado el traban los contratistas de Villalcampo para cumplir con las exi­
salto de Castro. La concepción de la presa era distinta de la de su gencias de calidad y tiempo que se les pedía, y pensando también
antecesora de Ricobayo, pues se trataba de una presa-verte­ en un futuro a largo plazo, pues estaba claro que Iberduero iba a
dero a la que ayudaba un túnel aliviadero de 500 metros de lon­ tener constantemente en ejecución al menos una gran obra en las
gitud capaz de descargar hasta 1.000 metros cúbicos por segun­ próximas dos o tres décadas, como así ocurrió. En este momento
do. La privilegiada situación del salto hacía posible aprovechar se incorporó a la empresa un grupo de profesionales de primera
un meandro del río aguas abajo de la presa para que el túnel des­ línea entre los que destacaron Francisco González, José Elejaba­
cargara muy lejos de las construcciones, recordando la solución rrieta, los hermanos Luis y José María Olaguíbel, Pedro Guinea y
genial que Federico Cantero adoptó en su salto de San Román. Ángel Galíndez. Éstos y otros hombres protagonizaron la historia
constructora de Iberduero de años sucesivos, siguiendo los pasos
La personalidad de la empresa se fue forjando a medida que avan­ de quienes, en la década de 1930, habían levantado Ricobayo.
zaban las construcciones del sistema del Duero, escribiendo una
página singular de nuestra historia empresarial. Los problemas Así, el salto de Castro inauguró la historia de Iberduero como cons­
sufridos en el aliviadero del Esla se encuentran en el origen de la tructor. En el laboratorio hidráulico se estudió el problema del ver­
obsesión por la seguridad que caracterizó la actividad construc­ tedero de la presa y se ideó con éxito un novedoso sistema con­
tora de Iberduero a partir de los años cuarenta, superando en esto sistente en hacer chocar dos masas de agua laterales con una
a cualquiera de sus pares, hasta el punto de que desde 1958 exis­ principal vertida a través de los dos vanos centrales, logrando el
tió un departamento independiente dedicado a la prevención de objetivo de disipar la energía. La construcción de la presa de Cas­
accidentes. También la difícil historia del Esla se halla detrás de la tro sufrió similares contratiempos que la de Villalcampo, provo­
exigencia de precisión en las mediciones geológicas y de las fuer­ cados por las especiales circunstancias por las que atravesaba
tes inversiones en el estudio y la preparación de los lugares de aco­ España, si bien no hubo problema en comprar la maquinaria y el
gida de los embalses. Además, en 1943 se creó el laboratorio hidráu­ equipo eléctrico requeridos, principalmente en Estados Unidos,
lico de Ricobayo, una de cuyas funciones principales fue el ensayo gracias a la declaración de «obras de absoluta necesidad nacio­
de soluciones para la disipación de la energía de las tremendas ave­ nal» de 1945, por la cual el Instituto Nacional de Moneda Extran­
nidas que debían evacuar aliviaderos y desagües. Una función que jera facilitó las divisas necesarias. Gracias a ello, los dos grupos
cumplió con creces bajo la dirección, primero y de Pedro Lucas Pala­ de Castro se pusieron en funcionamiento en 1952.
zuelo y, desde 1974, de José Luis Blanco Seoane. En contacto direc­
to con la sección de Proyectos, en el laboratorio se estudiaron todas LA CONSOLIDACIÓN DE LA ESCUELA DEL DUERO:
las obras hidráulicas de Saltos del Duero, Iberduero, Saltos del Sil S A U C E L L E , A L D E A D ÁV I L A Y V I L L A R I N O
e Hidroeléctrica Española.
Para entonces, el agotamiento del modelo autárquico hacía inelu­
A su vez, en los difíciles y cruciales años de la posguerra, Iberdue­ dible cambiar la política económica del régimen de Franco. A partir
ro tomó una decisión que marcaría su devenir como empresa eléc­ de 1951 y hasta la drástica solución del Plan de Estabilización de
trica. Dos años después de la fusión, en 1946, su Director General, 1959, se introdujeron medidas liberalizadoras que coincidieron con

14
la salida del aislamiento internacional y la firma de los pactos de anual media en 1.000 GWh, casi el equivalente a la de Villalcam­
defensa y ayuda mutua con Estados Unidos en 1953, los cuales posi­ po y Castro juntos. La empresa experimentó así su definitiva con­
bilitaron decisivamente la llegada de divisas y la compra de las mate­ solidación como una de las más relevantes del sector en Espa­
rias primas y los bienes de equipo necesarios para la industrializa­ ña en cuanto a capital e inversiones, y como la mayor en potencia
ción del país. Coincidiendo con la expansión de los países occidentales, hidroeléctrica instalada. Y en cuanto al transporte de la energía
España vivió una década de crecimiento y de lenta pero progresi­ producida en la cuenca del Duero y en el resto de cuencas explo­
va transformación de su estructura productiva, cambiando defi­ tadas por la compañía, el trazado de líneas quedó a cargo de un
nitivamente su economía de agrícola a industrial y de servicios. En equipo técnico propio desde 1942, todavía en tiempos de Saltos
esta coyuntura, el proyecto hidroeléctrico de Iberduero experimentó del Duero, dirigido por José Carrasco y su lugarteniente, Fran­
un gran impulso gracias a las crecientes necesidades energéticas cisco González del Valle.
del país y a las mayores facilidades de todo tipo para llevar adelante
los planes de construcción de nuevas centrales. La década de 1960 estuvo marcada por el Plan de Estabilización
de 1959, que liberalizó la economía y la abrió al exterior, reducien­
En la decisiva década de los cuarenta se había decidido partir do significativamente las regulaciones y controles de la época ante­
el tramo internacional del Duero en dos saltos, los de Saucelle rior. España se sumó entonces de manera decidida a la expansión
y Aldeadávila. En 1948, los equipos de Proyectos y Construccio­ europea y llegó a tener el mayor crecimiento del P.I.B. per cápita
nes, dirigidos respectivamente por Pedro Martínez Artola y de todo el continente, experimentando entre 1961 y 1973 el mayor
Manuel Echanove, se pusieron a la tarea de preparar la desvia­ desarrollo de su historia. Como consecuencia, las necesidades ener­
ción del primero de ellos. La presa de Saucelle debía tener 82 géticas del país siguieron aumentando a gran ritmo y con ellas se
metros de alto y un salto útil de 62, y contar con crecidas de impulsaron los planes constructivos de Iberduero. Para terminar
hasta 12.500 metros cúbicos por segundo. Para su construcción de aprovechar el potencial hidroeléctrico del Duero internacional
se aprovechó la experiencia adquirida en la presa vertedero de quedaba por realizar un gran salto en la zona de los Arribes, cerca
Castro y se construyeron dos túneles de conducción a la cen­ del pueblo de Aldeadávila, mientras se seguía estudiando el apro­
tral y un túnel aliviadero. Los equipos humanos de Iberduero se vechamiento del Tormes para una construcción posterior.
trasladaron a Saucelle en 1952, una vez hubieron terminado la
de Castro. La escuela del Duero crecía en conocimientos y expe­ La salud financiera de la compañía era excelente gracias a los
riencia según se iban sucediendo las diversas etapas del plan buenos resultados cosechados por su política de construcciones
constructivo de la empresa. y distribución, y gracias también a los cambios introducidos por la
nueva legislación de las Tarifas Tope Unificadas, a partir de 1953.
De las dificultades que entrañaban las construcciones dan cuen­ Las cuantiosas necesidades de financiación de las inversiones fue­
ta las crecidas e inundaciones que sufrieron las obras de las ron cubiertas en su mayor parte con la reinversión parcial de bene­
sucesivas presas. Las de Saucelle tuvieron que ser suspendi­ ficios y con exitosas ampliaciones de capital. Así, los cerca de qui­
das por esos motivos hasta ocho veces entre 1953 y 1956. Por fin, nientos millones de fondos propios de 1944 se habían multiplicado
en agosto de este último año entraron en funcionamiento los por cien en términos nominales, hasta 45.000 millones, en 1970. Si
dos primeros grupos de la central. Con una potencia instalada en el momento de la creación de Iberduero, en 1944, las dos empre­
de 240.000 kW, para Iberduero supuso aumentar su producción sas fusionadas aportaban el 14% de la producción de energía

15
eléctrica del país, dos décadas después, en 1963, esa participa­ equipos humanos de Iberduero hubieron de vérselas con la cons­
ción llegaba al 29% y se quedaría en torno al 25% durante todo el trucción de una central subterránea que albergara grupos rever­
decenio posterior. Y Aldeadávila constituyó una pieza fundamen­ sibles y que dejaba pequeña la de Aldeadávila, y con una galería de
tal de este desarrollo. quince kilómetros de longitud y seis metros de diámetro. El salto
de Villarino se vio beneficiado también por una innovación de otro
El salto de Aldeadávila supuso la culminación de la escuela del Due­ tipo. En 1963, Iberduero adquirió el ordenador IBM 1401, de segun­
ro. Por sí solo dobló tanto las inversiones como la capacidad de pro­ da generación, dotado de memoria para programar operaciones.
ducción de la empresa. Obligó a su organización constructora a apli­ El cálculo de la presa, que en Aldeadávila había costado seis meses
car las últimas innovaciones en técnicas de excavación, explosivos de trabajo, costó en Villarino tan sólo tres horas.
y hormigonado. Su construcción no hubiera sido posible tan sólo
unos pocos años antes y, de hecho, fue en su momento la central Ante el reto que suponía el nuevo salto, ingenieros de Iberduero
hidroeléctrica de mayor potencia de Europa Occidental. Constitu­ visitaron presas bóveda en el extranjero y varias empresas hidro­
yó todo un reto para los ingenieros y técnicos de la empresa, que eléctricas crearon en 1962 la consultora Consulpresa, bajo la direc­
debieron levantar una presa-vertedero de 140 metros de altura con ción del reputado ingeniero portugués Joaquín Laghina Serafim,
capacidad para evacuar 10.000 metros cúbicos por segundo, en mientras se hacían los primeros cálculos y prospecciones de terre­
un angosto cañón de más de 500 metros de profundidad. De nue­ no. Finalmente, dadas las dimensiones de la obra, se decidió recu­
vo, el laboratorio hidráulico prestó su asistencia imprescindible para rrir de nuevo a contratistas, que ya no sufrían de las deficien­
hallar una solución novedosa a la disipación de la energía median­ cias y la falta de capacitación de los años cuarenta. De esta forma
te cuatro emisarios que lanzarían en trampolín, a distancia pru­ Iberduero evitó aumentar sus equipos constructores, cuyo per­
dencial, el agua que cayera por el paramento de la presa en caso sonal cualificado se mantuvo para supervisar la labor de la con­
de avenida. Los técnicos del laboratorio y los constructores de Iber­ trata. La presa, la central y la galería de conducción eran obras
duero pudieron comprobar con satisfacción y alivio que sus cál­ de enorme tamaño, a las que había que sumar la construcción de
culos eran correctos cuando tuvo lugar la mayor avenida del siglo, los diques que prolongaban la coronación de la presa. La dimen­
de 6.000 metros cúbicos por segundo, en los últimos días de 1961. sión del esfuerzo se aprecia si se tiene en cuenta el dato de que
Unos meses después, en el otoño de 1962, entró en funcionamien­ los metros cúbicos excavados, 2,8 millones, cuadruplicaron los
to el primer grupo de la central de Aldeadávila. de Aldeadávila. Los cuatro grupos reversibles, que girando en un
sentido o en otro podían funcionar como turbina o como bomba,
Pero la pieza maestra que cerró el sistema del Duero fue el salto eran capaces de elevar cada uno 28 metros cúbicos de agua por
de Villarino, en el Tormes. Se venía hablando del aprovechamiento segundo los 400 metros de desnivel del salto, y posibilitaban una
del río salmantino desde la década de 1940, pero el verdadero producción anual media de 1.200 GWh.
comienzo de las obras puede datarse en 1962, cuando se terminó
Aldeadávila. Las novedades técnicas disponibles en la década de «NOSOTROS NO CONSTRUIMOS UNA PRESA
los sesenta y el auge mantenido de la demanda hicieron viable y S I N O PA R A H A C E R L A S I G U I E N T E »
aconsejable la construcción de una única presa bóveda de dos­
cientos metros de altura, una obra extraordinaria que hoy sigue La conquista hidroeléctrica del río Duero y sus afluentes fue
causando admiración a quien la contempla. Además de ella, los una tarea conjunta que duró más de medio siglo y que estuvo

16
protagonizada por varias generaciones de ingenieros y técnicos González, José Elejabarrieta, los Echanove, padre e hijo, Ángel Galín­
españoles. Los gravísimos problemas que causó el aliviadero del dez, Pedro Guinea, los hermanos Olaguíbel, Juan José Aspuru, Pedro
salto del Esla en los años treinta marcaron para siempre la estra­ Lucas Palazuelo y José Luis Blanco Seoane en el laboratorio, y des­
tegia de la compañía con respecto a la prevención de accidentes pués Pedro Areitio, Manuel Gómez de Pablos... No es posible citar
y los estudios geológicos previos a la construcción de las presas a todos, pero sí conviene concluir con una observación: se trató
siguientes. Iberduero se convirtió en una empresa puntera en de una tarea conjunta en la que un importante grupo de técni­
seguridad dentro de su sector. Y una consecuencia feliz de esta cos españoles fue capaz de crear una escuela de conocimientos
obsesión fue el laboratorio hidráulico de Ricobayo, que desde los hidroeléctricos que estuvo a la altura de lo que se estaba hacien­
años cuarenta estudió todas y cada una de las nuevas construc­ do en los países más avanzados del mundo.
ciones, en contacto directo con el departamento de proyectos,
para hallar solución, sobre todo, a los problemas de disipación Hace casi un siglo, en 1911, cuando el proyecto del Duero era aún
de la energía de las avenidas. sólo una idea en las mentes de unos pocos visionarios, Joseph A.
Schumpeter publicó su Teoría del Desarrollo Económico. En ella,
Los hombres de Iberduero fueron aprendiendo por el camino. El el economista austro-americano basaba el crecimiento de la eco­
lema de la oficina de proyectos era: «Nosotros no construimos una nomía de un país en la capacidad emprendedora de sus hombres
presa sino para hacer la siguiente». Sobre los planes ideados por de empresa, y éstos sólo se comportaban como auténticos empre­
Federico Cantero para Saltos del Duero al comenzar la andadura sarios cuando innovaban. Para llevar a cabo dicha tarea se reque­
de la empresa en 1918 se fueron levantando los sucesivos pro­ rían unas cualidades nada corrientes, entre las que Schumpeter
yectos de aprovechamiento de las aguas del río castellano y sus destacaba una certera visión del futuro y una gran fuerza para
afluentes. El salto del Esla fue la primera realización efectiva, y hacer frente a la resistencia a la innovación, que sin duda se pre­
sus complicaciones y riesgos no fueron olvidados. La segunda obra, sentaría cuando el empresario tratara de alcanzar sus objeti­
Villalcampo, con sus problemas con las contratas empleadas en su vos. Esta figura casi heroica del emprendedor era responsable de
construcción, desembocó en la tercera, la de Castro, ya con equi­ que la economía diera pasos hacia adelante y saliera de su estan­
po propio de la empresa. Los años de la posguerra fueron difíci­ camiento creando un círculo virtuoso de innovación, y el caldo de
les pero decisivos, pues además de esos dos saltos se creó el labo­ cultivo idóneo para su desenvolvimiento era el sistema de libre
ratorio y tuvo lugar la fusión por la que se constituyó Iberduero. empresa capaz de premiar los comportamientos arriesgados e
Saucelle, Aldeadávila y Villarino comenzaron a fraguarse también innovadores. El éxito de un país, en buena medida, residía en dar
en los años cuarenta y se volvieron una realidad magnífica en las rienda suelta a la capacidad creativa de sus habitantes. Además,
dos décadas siguientes. las innovaciones podían ser de cinco tipos ofrecer un nuevo pro­
ducto o servicio, aplicar un nuevo método de producción, descu­
En 1970, el aprovechamiento hidroeléctrico de la cuenca del Due­ brir un nuevo mercado, explotar una nueva fuente de aprovisio­
ro había quedado completado. Los seis grandes saltos sumaban namiento o implantar una nueva organización de una industria.
una potencia instalada de 1.267.000 kW y producían una energía
anual media de 6.400 GWh. La lista de sus protagonistas había Saltos del Duero y después Iberduero reprodujeron los cinco tipos
crecido de manera considerable. A Cantero y Orbegozo siguie­ de innovación apuntados por Schumpeter, porque el ofrecimien­
ron Ricardo Rubio, Juan Ugalde, Pedro Martínez Artola, Francisco to de electricidad barata (nuevo producto o servicio) se hizo gracias

17
a las centrales que entraron en explotación (nuevo método de pro­ con un incremento de la cuota del mercado eléctrico y que fue segui­
ducción), aprovechando la energía hidráulica del Duero y sus afluen­ do de cerca por el ahorro nacional, encauzado a través de los ban­
tes (nueva fuente de aprovisionamiento) y llegando a nuevos mer­ cos o del mercado de valores. Schumpeter había predicho que las
cados. Además, la fusión que dio lugar a Iberduero en 1944 buenas ideas empresariales, las innovaciones destinadas al éxito,
contribuyó de manera decisiva a establecer una nueva organiza­ conseguirían la financiación adecuada para desarrollarse a pesar
ción de la industria eléctrica en España. Todo ello fue posible de su riesgo. Así ocurrió en el caso del aprovechamiento del río cas­
gracias a la iniciativa empresarial de un grupo de técnicos y direc­ tellano, porque Iberduero encontró en cada ocasión, desde el sal­
tivos que demostraron poseer las dos cualidades que Schumpe­ to de Castro hasta el de Villarino, la confianza de los inversores en
ter había reclamado de los hombres de empresa: visión de futu­ el éxito de su proyecto empresarial, que salió fortalecido de cada
ro y fuerza que oponer a la resistencia que encontrarían ante la iniciativa de construcción de un nuevo salto.
innovación. En la etapa anterior a la guerra civil, los impedimen­
tos que hallaron en su camino los directores e ingenieros de Sal­ Cada vez es mayor el consenso entre empresarios y académicos
tos del Duero para convertir en realidad su visión de la central en que el futuro de las empresas depende de su adaptación a los
de Ricobayo fueron abrumadores, no sólo por los problemas oca­ cambios, y ésta de su capacidad de innovación, esto es, de saber
sionados por el aliviadero, sino por la presión sufrida en los años adoptar la estrategia adecuada para que pueda aflorar la fuerza
treinta ante una demanda estancada, cuando recibían las opi­ creativa de las personas que las integran. En un mundo tan cam­
niones escépticas de quienes creían —la mayoría— que el incre­ biante como el actual, los responsables empresariales pueden vol­
mento de la oferta no encontraría salida en el mercado. ver su mirada hacia el pasado en busca de inspiración para sus deci­
siones. La solidez que acabó demostrando el proyecto del Duero
Pero la visión empresarial de Saltos del Duero se demostró acer­ una vez se hubo consolidado esconde en realidad una sucesión de
tada y sirvió de base, después de la contienda, para el desarrollo iniciativas arriesgadas y de envergadura. Quienes tomaron las deci­
de todo el proyecto hidroeléctrico del río castellano y, de sus afluen­ siones necesarias en relación a la construcción de cada nuevo sal­
tes. A partir de los años cuarenta la oferta corrió detrás de la to y las llevaron adelante vieron confirmadas sus previsiones y,
demanda dando saltos de gigante con la inauguración de cada nue­ con el tiempo, se resolvieron las dudas de los más cautelosos, siem­
vo aprovechamiento, de una envergadura tal que en ocasiones supu­ pre mayoría. En este sentido, la historia centenaria de Iberdrola, que
so para Iberduero, no se olvide, duplicar su producción de la noche nace en 1991 de la fusión de Iberduero con Hidroeléctrica Espa­
a la mañana. Se trató de un proceso auténticamente schumpete­ ñola, puede convertirse en fuente de inspiración para aquéllos que
riano en el que los técnicos y directivos de la empresa demostra­ buscan la manera de implantar comportamientos emprendedo­
ron una valiente capacidad de innovación, que premió a Iberduero res, arriesgados —schumpeterianos— en sus empresas.

18
UNA BREVE HISTORIA

Álvaro Chapa Imaz

Los prolegómenos de la historia de la construcción de los sal­ General, se hallaba una concesión más a favor del ingeniero Can­
tos de la Cuenca del Duero comenzaron en 1903, cuando los fun­ tero Villamil; Orbegozo integró en principio en su mente la unifi­
dadores de la Sociedad General de Transportes Eléctricos, pri­ cación de todos los saltos para hacer viable el proyecto.
mera que ostentaba dos de las tres concesiones del río en su
tramo internacional, iniciaron los primeros viajes a la comarca. El río Duero siempre ha presentado una aportación de agua extre­
Fueron unos años muy difíciles; en primer lugar hicieron lo impo­ madamente irregular. En los meses del estío se sabía que su redu­
sible para que su sueño pudiera ser administrativamente real, cido caudal era incapaz de justificar las costosas inversiones que
cuestión que tardó demasiados años en realizarse, como luego se exigían las obras. En cambio, regularizados los caudales mediante
verá. La nación vecina, Portugal, no quería otorgar el permiso para embalses que sólo podían establecerse en España y con sacrificio
que los estribos de las presas que tuvieran que engastarse en la exclusivo de terrenos, desniveles y saltos concebidos por espa­
margen lusitana se asentaran en su ribera. ñoles, el problema se entendía de otra manera. Era comprensi­
ble que quienes acometieran ingentes inversiones en las obras de
Desde 1906, año en el que nació la sociedad antes citada, y hasta los embalses reguladores se beneficiaran de los saltos que pudie­
que se articula en 1928 el tratado internacional que permitió la ran establecerse aguas abajo. Por este motivo, la historiografía
construcción de las presas del Duero, los primeros protagonis­ y la ingeniería española, así como la memoria de Iberdrola, con­
tas de esta epopeya destinaron su existencia a esta finalidad y a cede la paternidad del proyecto y su resolución al ingeniero Orbe-
unificar las diferentes concesiones en una sola razón que permi­ gozo. Pero a pesar del nuevo proyecto las autoridades portu­
tiera sacar el máximo provecho al desnivel del río. La reunión en guesas denegaban los permisos de obra. Para facilitar el concurso
un único proyecto de todas las concesiones solicitadas en el Due­ lusitano se constituyó el 3 de julio de 1918 una nueva sociedad
ro internacional se debió a la figura de José Orbegozo, alma de la denominada Sociedad Hispano Portuguesa de Transportes Eléc­
empresa desde entonces al integrarse en 1917 con Pedro Icaza tricos con objeto de desarrollar la totalidad de la idea en una
como accionista en la Sociedad General de Transportes Eléctri­ única concesión. Se pensaba que la inclusión del Banco de Bilbao
cos. Orbegozo comprendió desde el primer momento que la tota­ en la nueva sociedad, así como la entonces descollante figura
lidad del cañón del Duero, con un desnivel de ciento veinticinco del industrial bilbaíno Horacio Echevarrieta —comprador de la
metros en ciento cincuenta kilómetros de recorrido —uno de los concesión de Cantero—, más la integración de la Sociedad Gene­
más elevados de Europa—, exigía un tratamiento global que estu­ ral de Transportes Eléctricos, sería definitiva para hacer ver a
viera acorde con las magnitudes energéticas del desnivel del cauce. Portugal la viabilidad de la empresa. Es más, al Banco Nacional
Aguas arriba de las dos concesiones reservadas para la Sociedad Ultramarino de Portugal se le ofreció una opción sobre el capital,

19
pero declinaron la invitación y siguieron oponiéndose al inicio de española, tanto por su antigüedad, como por el volumen, la mate­
las obras. Junto a la negativa lusitana surgieron otras complica­ ria y la calidad de las fotografías. Desde luego, es el mejor archi­
ciones, animadas especialmente por otras compañías eléctricas vo de la industria eléctrica nacional y posiblemente europea.
que no deseaban que los saltos del Duero entraran en compe­
tencia en sus mercados. Estas rémoras y otras más dificultaron En el decreto de la concesión administrativa se estipuló que la
la concesión administrativa final. La solución última llegó el 23 de empresa Saltos del Duero debería trasladar, piedra a piedra y a
agosto de 1926 con la aprobación de la concesión definitiva para un lugar seguro de las aguas, la joya visigoda de San Pedro de la
todo el aprovechamiento global del Duero con sus ríos tributarios Nave, una pequeña y reducida iglesia del siglo VII que iba a ser ane­
Esla, Tormes y Huebra. Un año después, el 12 de agosto de 1927, gada por el nuevo embalse. Y así se hizo gracias al desvelo del en­
el gobierno portugués firmaba el tratado internacional respe­ tonces Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. Desde
tando las bases anteriores. Habían transcurrido más de veinte entonces podemos contemplar el edificio religioso más antiguo
largos años desde que se pensaron las primeras ideas operati­ del solar hispánico antes de la llegada de los musulmanes en su
vas sobre el río. Comenzaron las obras. actual ubicación de Campillo.

ESLA (1929-1933) Los trabajos en el cauce del río se iniciaron perforando dos túne­
les de desviación de las aguas de 300 metros de longitud cada
El lugar elegido para establecer la primera presa del sistema del uno. Junto a los túneles se levantó una ataguía de hormigón
Duero fue en una cerrada del río Esla, junto al pueblo de Ricoba­ de 17 metros de altura y 60 de longitud, una auténtica pared de
yo, a escasos kilómetros de Zamora. Los ingenieros proyectistas hormigón mayor que muchas de las presas existentes entonces
definieron una presa de noventa y nueve metros de altura, la en España. El volumen del salto era de tal categoría que tarda­
más alta entonces en Europa, capaz de formar un embalse dos ron más de un año en concluir la desviación del río y tener aca­
veces mayor que el de Reinosa, con una longitud de noventa kiló­ bados los accesos al emplazamiento.
metros, un poco más que la extensión del lago de Ginebra en Sui­
za. El proyecto era asombroso y la ilusión de sus creadores idén­ La construcción de los saltos del Duero, al igual que todas las gran­
tica a lo imaginado en sus tableros de proyectistas. des obras civiles de le época estuvieron llenas de accidentes y
de mucho dolor. El más grave de todos ellos, y el que estuvo a pun­
Hubo que crear un nuevo poblado de la nada capaz de alojar to de costar la supervivencia de la empresa, sucedió en 1934, cuan­
a 2.600 hombres, máxima punta de contratación laboral. La maqui­ do la presa estaba ya concluida. En el mes de marzo el embalse
naria adquirida fue pensada y dimensionada para que sirviera tam­ comenzó a recibir las aguas de los frentes del norte en forma
bién en las obras que se iban a acometer después de concluir la de una inmensa avenida de más de cinco mil metros cúbicos por
del Esla: las presas de Villalcampo y Castro. La presidencia y la alta segundo, de tal manera que las aguas sobrantes comenzaron a
dirección de la sociedad disponían de información precisa sobre evacuarse por el aliviadero situado en la margen izquierda. Este,
la evolución de las obras a través de los reportajes filmográfi­ al no estar cubierto por una capa de hormigón, permitió que las
cos y fotográficos enviados desde la cerrada. De esta manera y aguas se colaran por las diaclasas del terreno desmoronando el ali­
sin buscarlo nació el fondo fotográfico y filmográfico de Iberdrola, viadero hasta retroceder casi hasta el estribo izquierdo de la pre­
posiblemente uno de los mejores archivos de la historia industrial sa. De no haberse detenido esa erosión al cambiar la configuración

20
de los estratos de un modo natural, el proyecto de Orbegozo se planteamiento empresarial permitió crear una escuela no regla­
hubiera ido al traste. Aquel accidente dejó como resultado una da de constructores de presas, facilitando además que los equi­
inmensa cazuela y, al mismo tiempo, la creación del mejor labo­ pos constructivos fueran a vivir con sus familias al cauce del Due­
ratorio de Europa para el estudio de la evacuación de las gran­ ro mientras levantaban en su seno presas cada vez más altivas
des avenidas de los ríos. y tecnológicamente más complicadas. Esta aglomeración de hom­
bres y familias alejadas de la sede social en Bilbao facilitó la cre­
VILLALCAMPO (1942-1949) ación de un algo intangible en el corazón de los hacedores de pre­
sas, pues sabían que, alejados del mundo, construían complicadas
Tras los desastres de la guerra civil las obras comenzaron en 1942, estructuras para el beneficio común.
en medio de una triste penuria económica y moral. El emplazamiento
de Villalcampo es el primero que levantó la Sociedad en el cauce El emplazamiento de Castro se sitúa en el inicio del sector inter­
del Duero y, por lo tanto, los aliviaderos tuvieron que engastarse nacional del río, en la entrada del cañón del Duero, de tal manera que
en el paramento de la propia presa. Su diseño estuvo condiciona­ el estribo derecho de la presa se asentó en la ribera portuguesa.
do por los brutales aportes hídricos del río, pues a escasos kiló­ Para este sitio los ingenieros tuvieron que diseñar un original pro­
metros del emplazamiento, el río Esla entregaba sus aguas en la ceso de disipación de energía consistente en hacer chocar dos masas
cola del nuevo embalse. Por este motivo, se vio necesario levantar de agua laterales sobre una central, vertida a través de los dos vanos
un auténtico vertedero con cuatro compuertas de veinticuatro principales de la presa. En Castro no es extraño contemplar con­
metros de luz y once de altura, las mayores entonces del mundo. centraciones de 8.000 metros cúbicos de agua por segundo que
El laboratorio hidráulico situado en un barracón de Ricobayo fue había que reducir como fuera. Al mismo tiempo, la propia estruc­
imprescindible para evitar el desastre de la experiencia anterior. tura de la presa tenía que soportar cargas y tensiones fortísimas
que había que apuntalar mediante un exquisito proyecto.
La construcción de Villalcampo se realizó con la participación de
una sociedad constructora para que entregara la instalación lla­ Este proyecto, al igual que el anterior, se hizo posible utilizando
ve en mano. Pero no fue posible; la inexperiencia de los cons­ una maquinaria paupérrima aprovechada de los restos que que­
tructores, así como la inexistencia de material y bienes de equi­ daron tras la ejecución de la presa de Villalcampo. La autarquía,
po hizo ver a Iberduero (sociedad resultante de la fusión en 1944 consecuencia del cerrojazo exterior al régimen político, impidió
de Hidroeléctrica Ibérica con Saltos del Duero) que no compen­ que se comprara maquinaria de obra y otras herramientas que
saba sufrir la falta de pericia de los demás, de tal forma que, casi hicieran menos pesado el trabajo. En este emplazamiento, las
al término de la conclusión de esta obra, se decidió que los siguien­ barrenas perforadoras del granito no tenían cabeza de widia, acha­
tes emplazamientos los construirían ellos directamente. tándose hasta su arreglo después de horadar únicamente cin­
cuenta centímetros de terreno. Y hasta que se instalaron las
CASTRO (1946-1952) machacadoras de áridos, bien avanzada la obra, se utilizaron gui­
jarros sacados del lecho del río, a mano.
La orden del director general de Iberduero dictada en 1946 para
crear dentro de la empresa equipos constructivos propios fue La entrada en carga de las turbinas de Castro el 3 de agosto de 1952
más trascendental de lo que se supuso en aquel momento. El nuevo permitió a sus realizadores asimilar que podrían enfrentarse al

21
Duero internacional, y construir, ellos solos, los tres aprovecha­ obligado uso en la siguiente que levantaran. Con la nueva insta­
mientos siguientes de la más limpia energía renovable. Su inicial lación la mezcla que de la masa para la presa se hizo de un modo
duda de verse capaces de semejante proeza se hacía compren­ técnico y fiable. De esta manera, experimentaban sin riesgo en
sible porque fue la única empresa europea que se construyó para la seguridad de sus instalaciones y se adelantaban a los proble­
sí misma sus aprovechamientos hidroeléctricos. mas que pudieran encontrarse en el futuro.

SAUCELLE (1950-1956) El Duero, como siempre, puso todo su empeño para retrasar las
obras y anegar el cuenco del río. En el periodo constructivo inun­
Terminado el salto de Castro, el grueso de los equipos se trasla­ dó el área de trabajo en seis ocasiones, siendo especialmente gra­
daron aguas abajo, ciento veinticinco kilómetros más allá, al encuen­ ve la inundación de 1955, entre los meses de enero y abril, que impi­
tro con Saucelle. El nuevo emplazamiento adquirió una significa­ dió realizar cualquier menester. La presa estaba proyectada para
ción especial en la historia de los constructores. Puede decirse que levantase 83 metros y poder evacuar por su paramento una pun­
la presa y su central no adquirieron una dificultad constructiva ta de 12.500 metros cúbicos por segundo, una auténtica marea
desmedida respecto a la anterior, pero sí supuso un cambio sus­ difícilmente ponderable. Para realizar semejante estructura, Iber­
tancial en los modos de vivir y pensar de los realizadores. En pri­ duero se aseguró el cemento comprando la fábrica de Cemen­
mer lugar se trasladó al emplazamiento Francisco González, un tos Hontoria; hubo años en el que el 90% de la producción se des­
ingeniero de caminos dotado de una autoridad natural, capaz de tinó a las obras del Duero.
gobernar grandes colectivos gracias al prestigio de su figura.
En el verano de 1956 el aprovechamiento de Saucelle entró en car­
Por otra parte, el asentamiento se situó en el cauce del río, a ga, aportando desde entonces una potencia de 240.000 kilovatios
125 metros sobre el nivel del mar, en una vega amena y abun­ y una producción media anual de 1.533 millones de kilovatios hora.
dante en vegetación mediterránea, abandonando de esta mane­
ra la adustez de la estepa castellana. Por primera vez también A L D E A D ÁV I L A ( 1 9 5 6 - 1 9 6 2 )
se fueron a vivir a las márgenes del salto varias familias de peri­
tos y titulados superiores, pues se sabía también que desde este La presa y central de Aldeadávila fue el reto más extraordinario
emplazamiento comenzarían en su momento las obras de Aldea­ con el que se enfrentaron los ingenieros de Iberduero y, proba­
dávila, la siguiente realización. blemente, la ingeniería europea presística de la época. El empla­
zamiento estaba definido en pleno corazón del cañón del Duero,
Las obras en Saucelle supusieron un cambio importante en el en un lugar cuyo cauce medía cincuenta estrechos metros. Más
empleo del material constructivo. Para entonces se pudo com­ arriba, a ciento cincuenta metros —altura estimada en la coro­
prar con créditos norteamericanos la maquinaria más moderna nación de la presa—, la anchura del cañón apenas llegaba a dos­
y se permitió, en un gesto de apertura política, que consultores cientos metros. Se hacía evidente que semejante angostura con­
lusitanos y suizos viajaran a asesorar a los hombres del Duero. vertiría el lugar en una tubería infernal al evacuar en ese punto
Con la compra de la instalación de áridos y la torre de hormigo­ los 15.000 metros cúbicos por segundo estimados para las cre­
nado, Iberduero fabricó una masa de extraordinaria calidad, no cidas máximas del río. Semejante limitación impedía situar la cen­
estrictamente necesaria para la presa de Saucelle, pero sí de tral a pie de presa, como sucedía en los grandes aprovechamientos

22
hidroeléctricos. Este fue el motivo por el que tuvieron que dise­ de las obras gran parte de las cavernas y galerías de la central.
ñar una central en las entrañas del cañón: fabricarían una inmen­ Todo este trabajo estuvo a punto de ser puesto en entredicho
sa caverna para albergar las turbinas. Era la primera vez que se como consecuencia de la inmensa avenida de agua cuya máxima
actuaba así en España y en Europa. punta fue de 9.500 metros cúbicos por segundo. Entre el 1 y el 6
de enero de 1962 pasaron por el cañón del Duero 2.400.000 metros
La presa diseñada albergaría 115 millones de metros cúbicos de cúbicos de agua, dos veces el contenido del embalse del Esla. En
agua y un largo remanso de 30 kilómetros de longitud. Las máqui­ otoño de 1962 comenzó a funcionar el primer grupo de la cen­
nas generadoras de electricidad previstas para el emplazamiento tral, culminando uno de los trabajos más comprometidos de la
totalizaban una potencia instalada de 718.200 kilowatios; en esta ingeniería internacional.
cuestión sería la central más importante de Europa occidental.
A L M E N D R A-V I L L A R I N O ( 1 9 6 3 - 1 9 7 0 )
El grueso de las obras comenzó en 1956 viajando desde Saucelle
al cauce del río. La dificultad y magnitud del empeño se resumen El proyecto de la presa de Almendra con su central, Villarino,
en que tardaron un año y medio en desviar el río mediante un túnel fue fruto de muchos años de estudio por parte de la sección
de 515 metros de longitud y once de diámetro servido por una de Estudios y Proyectos de la Sociedad. Su nacimiento se debió
ataguía de 30 metros de altura, una auténtica presa de hormigón. a la búsqueda de una solución que redujera la pérdida de agua
causada por no poder retener Ricobayo los excedentes del río
Mediado 1957 comenzaron los trabajos de laminado de las pare­ Esla. Todos los años tenían que abrir las compuertas de las pre­
des del cañón donde se engastaría la presa; fue un auténtico tra­ sas del sistema del Duero para dar salida a lo que no se podía
bajo de funámbulos que todavía produce pánico al recordarlo. Mien­ guardar por falta de espacio. Se pensó en recrecer la presa de
tras se realizaban estas tareas, la sección de maquinaria montaba Ricobayo, pero finalmente los proyectistas encontraron un enor­
la moderna torre de hormigonado y silos capaces de producir una me vaso en la cerrada de Almendra, siempre y cuando levanta­
masa de 230.000 metros cúbicos de hormigón. Aldeadávila fue la ran una presa bóveda de doscientos metros de altura y de doble
primera presa del Duero donde se refrigeró por vez primera el hor­ curvatura. Esta solución permitiría crear un embalse de tres
migón con agua a cuatro grados centígrados, instalando 200 kiló­ mil millones de metros cúbicos, tres veces más grande que el del
metros de tuberías para aminorar las reacciones exotérmicas de Esla. El proyecto convertiría a la presa bóveda de Almendra en
la masa. La preocupación venía de atrás. En Saucelle se inquieta­ la más alta de Europa.
ron por el calor producido en el fraguado y ahora sabían que encon­
trarían dificultades en el sellado de las juntas al ser una presa La presa estaba ideada para que diera servicio a la central rever­
con forma de arco. En esta presa comenzaron a utilizar técnicas sible de Villarino —distante a quince kilómetros de esta, aguas
constructivas que, sin ser de obligado uso, sí serían de obligada apli­ abajo—, es decir, una central capaz de convertir sus máquinas
cación en la siguiente, en la de Almendra, sobre el río Tormes. De en turbinas para generar luz durante el día, y en bombas duran­
esta manera se adelantaron a las dificultades y las aminoraron. te la noche, capaces de succionar los excedentes del río eleván­
dolos cuatrocientos metros y trasladándolos quince kilómetros
En diciembre de 1961 un cuarto de los bloques de la presa estaban aguas arriba, hacia el embalse, mediante un túnel subterráneo.
levantados sobre el cauce, y muy avanzadas según la planificación Toda una genialidad.

23
Los trabajos para construir los accesos y el desbroce del terre­ presa. La cuestión es que esa inmensa bóveda no pudo estribar-
no en el que se asentaría la presa ocuparon tres largos años. se en las márgenes del río Tormes porque esas márgenes que­
En 1963 comenzó el grueso de las obras. Para entonces, la evo­ daban veinticinco metros más abajo de la coronación de la empre­
lución de las empresas constructoras españolas había llegado a sa. Hubo que construir dos inmensas moles artificiales de hormigón
la calidad necesaria para poder acometer proyectos como el de que realizaran esa función.
Almendra. Este motivo y el enorme excedente de personal que iba
a tener Iberduero al término del proyecto de Almendra-Villarino Para los constructores, el control de las temperaturas del hor­
hicieron que otros se encargaran de la construcción, captando migón en el fraguado se convertía en una materia crítica. Era nece­
para sí a parte de los experimentados hombres del Duero. Se con­ sario rebajar la temperatura de la reacción química para evitar las
vocó un concurso internacional para este fin ganado por una agru­ figuraciones en el fraguado. En Almendra se utilizaron 600 kiló­
pación de dos empresas, una española y otra Suiza. Los hasta aho­ metros de serpentines para este menester, gracias a la experiencia
ra constructores del Duero fiscalizarían el trabajo de la empresa adquirida en Aldeadávila. De esta manera se consiguió que el cie­
ganadora. rre de las juntas se sellara con la temperatura requerida.

En octubre de 1966 habían terminado de montar las instalacio­ La caverna de la central de 108 metros de largo por 60 de ancho
nes auxiliares y comenzaba el hormigonado de la presa. La masa y 40 de altura, se terminó en 1969. En el conjunto del aprovecha­
de Almendra requirió unos especiales controles de calidad. En su miento de Almendra-Villarino se excavaron 2.836.300 metros cú­
momento fue la presa más complicada del mundo y un hito en la bicos de granito frente a los 674.450 de Aldeadávila. En el otoño
ingeniería internacional. La estructura es enormemente compro­ de 1970 concluyeron las obras y así un proyecto director sobre el
metida porque la cerrada del terreno no basta para contener la río que ocupó los primeros cuarenta años de la historia de Iberdrola.

24
LUCES DEL DUERO SELECCIÓN DE FOTOGRAFÍAS

G e r a r d o F. K u r t z

Iberdrola invita al espectador a visitar esta selección fotográfica que presenta un breve, pero apasionate, recorrido
por el periodo de casi un siglo de la historia de la Cuenca del Duero. Es la historia de una gran visión, una en que parti­
ciparon grandes emprendedores y en la que tuvieron lugar algunas de las más extraordinarias actuaciones de la inge­
niería civil del siglo XX en España. Fue aquella una realidad fruto de decisiones de grandes mentes, de magníficos visio­
narios técnicos y empresariales, personajes destacados como el interesantísimo genio e inventor D. Federico Cantero
Villamil (1874-1946), o el gran empresario y visionario D. José Orbegozo (1870-1939) cuyos esfuerzos empresariales
son, en buena medida, la base de la realidad actual de la Cuenca del Duero como productora de electricidad. Se pusie­
ron en marcha en aquel entonces operaciones técnicas y empresariales cargadas de ingenio y se asumieron grandes
riesgos de todo tipo, máxime si se tienen en cuenta los muchos vaivenes sociales, económicos y políticos de las distin­
tas épocas que atraviesa el país durante todo el complejo periodo al que nos referimos.

Las imágenes, en su gran mayoría, corresponden a fotografías que se encuentran en los fondos fotográficos de Iber­
drola (en la actualidad agrupados en los fondos históricos del Archivo Histórico de Ricobayo, en Zamora, y en los Archi­
vos Generales que tiene la empresa en Bilbao). Estos fondos atesoran los diversos archivos que en su día se fueron
conformando con el material fotográfico registrado en el entorno de cada una de las obras acometidas, fundamen­
talmente tomas que en origen se realizaron por encargo directo de los ingenieros para cumplir con la necesidad de
ilustrar sus memorias de obra y demás documentación empresarial. Fueron realizadas por muy variados fotógrafos
profesionales, entonces denominados «fotógrafos industriales», como el reputado Fernando López Heptener (1902­
1993), que estuvo muy especialmente vinculado a la empresa en sus años de mayor actividad constructiva; el cono­
cido Juan Pando (1915-1992), o los propios ingenieros que cámara en mano registraron algún evento o momento
memorable de su labor.

De tan monumental fondo gráfico se ha realizado la presente selección, intentando en cada caso presentar imáge­
nes que fueran relevantes para la historia de la empresa, a la vez que magníficas imágenes desde el punto de vista
fotográfico. Todas las fotografías que aquí se muestran transitan libremente entre estas dos facetas y, en cual­
quier caso, deberán introducir al espectador curioso y perspicaz en un apasionante paseo visual por un pasado
concreto, un paseo donde podrá atisbar algo de lo que supuso aquella magnífica y monumental transformación de
la Cuenca del Duero en un área geográfica productora de electricidad, transformación vital para que el propio país
pudiera —impulsado por el devenir de las sociedades avanzadas de su entorno— hacer el salto hacia una sociedad
moderna y desarrollada.

Sirva pues esta breve selección fotográfica como ilustración de la envergadura de lo que fue aquel arriesgado pro­
yecto, y desde luego, de la solidez del trabajo realizado y del inmenso ingenio invertido en el mismo. Riesgo, enverga­
dura y solidez que, en conjunción con una gran imaginación e ingenio, conformaron lo que es hoy la base histórica en
que se cimienta la realidad hidrográfica de la Cuenca del Duero.
SAN ROMÁN

SA N ROMÁN 1900-1905
SA N ROMÁN 1900-1905

Labores de acarreo y transporte de material menudo para el relleno del azud,


Ingeniero D. Federico Cantero Villamil (1874-1946). Al fondo, el azud del que fue entu­
tipo de presa baja —típica para molinos y batanes— que más que embalsar
siasta impulsor y que construyó por medio de la sociedad El Porvenir de Zamora.

gran cantidad de agua, encauza el flujo natural del río hasta el ingenio que
Cantero Villamil fue un personaje polifacético y gran emprendedor, destacando muy

aprovecha su fuerza.
especialmente entre sus tempranos inventos aeronáuticos el desarrollo, ya en 1924,

de uno de los primerísimos prototipos de helicóptero, conocido como la Libélula Viblandi.

26
SA N ROMÁN 1900-1905
Construcción del azud. Aportación de material rocoso para
su cierre definitivo.

SA N ROMÁN 1900-1905
Cerramiento final del azud. Algunas de las labores de ajus­
te y colocación de los bloques de piedra se realizan, como
se ve en la imagen, apalancando dichos bloques directa­
mente a mano.
SA N ROMÁN H. 1905
Vista de la central, desagües de las
turbinas y estructura de com­
puertas de cierre.

28
R I C O B AY O

RICOBAYO-ESL A ANTERIOR A 1924


Cañón del Esla en la zona de la cerrada, lugar de cons­
trucción de la presa. Esta es una rara pieza de fotografía
topográfica. Por medio del uso de complicadas cámaras
especiales, que asocian directamente la imagen con datos
y coordenadas geográficas, se reduce enormemente la difi­
cultad del levantamiento cartográfico de áreas especial­
mente escarpadas, como ésta de Ricobayo. Ilustración del
informe que D. José Orbegozo presenta en la World Power
Conference, celebrada en Londres en 1924.

30
RICOBAYO-ESL A ANTERIOR A 1924
Fase de investigaciones previas. Limnógrafo —aparato para la medida de cau­
dales del río— instalado «en la estación n.º 4». Con los datos que suminis­
tra, se efectúa el estudio de las aportaciones que permitirá dimensionar la
central y determinar su posible producción hidroeléctrica. Ilustración del infor­
me que D. José Orbegozo presenta en la World Power Conference, celebra­
da en Londres en 1924.

RICOBAYO-ESL A ANTERIOR A 1924


Fase de investigaciones previas a la construcción del sal­
to de Ricobayo. «Estación de medida de caudales n.º 1 sobre
el Duero a su paso por la zona de Toro (Zamora)». Ilustra­
ción del informe que D. José Orbegozo presenta en la World
Power Conference, celebrada en Londres en 1924.

32
RICOBAYO-ESL A H. 1931
D. José Orbegozo (1870-1939) durante una de sus muy frecuentes
visitas a la obra de la presa de Ricobayo. Orbegozo fue destacado
empresario y visionario, cuyos esfuerzos personales y profesionales
están, en buena medida, en la base de la realidad actual de la Cuen­
ca del Duero como gran productor de electricidad.

34
RICOBAYO-ESL A 3 DE ABRIL DE 1932
Colocación de las tuberías forzadas, o de presión, del circuito hidráulico
de la central.

35
RICOBAYO-ESL A 1932 «Plataforma de trabajo»: Bicicleta del blondín, de la que cuelgan los cazos para
el transporte y colocación del hormigón en la presa. El blondín es un equipo de
elevación y transporte formado por dos torres unidas por cables por los que
discurre un carro de poleas de traslación, al que se sujetan los materiales a ele­
var o transportar.
«Edificio de hormigoneras»: Donde se fabrica y carga el hormigón.
«Torre de máquinas»: Torre de blondines.

36
«Silos de cemento»: Construcciones donde se almacenan los productos pro­ «Pabellones de compresores»: Edificios donde se produce el aire comprimido

cedentes de los molinos de clinker (elemento base para la fabricación de


necesario para los diversos trabajos y movimientos de la maquinaria auxiliar

cemento) situados a la derecha.


de obra (martillos, sondas, etc.).

«Molinos de arena»: Edificios donde se tritura la piedra para la producción


«Cinta transportadora»: Lleva los áridos a los silos de alimentación de las hor­
de áridos que se utilizan en la fabricación del hormigón.
migoneras.

«Molinos Clinker»: Edificios en que se muele el clincker.


«Trituración secundaria»: Machaqueo de la piedra para la producción de áridos.

«Cocherón de locomotoras»: Lugar de descarga de la piedra procedente de

la cantera para la producción de los áridos.

«FC de cantera»: Tren que acarrea la piedra a las trituradoras.

37
E L A L I V I A D E R O D E R I C O B AY O

De los muchos episodios sobresalientes en la historia de la construcción de presas en la Cuenca del Duero, el pro­
blema del aliviadero de la de Ricobayo tal vez sea el más dramático y representativo. Este episodio estuvo a punto
de dar al traste con el proyecto de dicha presa, lo que habría arrastrado irremisiblemente a Saltos del Duero a una
situación más que crítica.

En marzo de 1934 la presa estaba acabada y a punto de ponerse en funcionamiento. Era una pequeña joya de la
técnica de la época. Se la tenía por un portento, una osadía, en cuanto a envergadura y solidez, nunca vista hasta
entonces en España. Su puesta en marcha habría de marcar el fin de un largo periplo en el que se asumieron gran­
des riesgos, físicos en la construcción y empresariales en su compleja financiación.

Fue a finales de 1933 y principios de 1934 cuando se esperaba culminar el empeño y sueño de D. José de Orbegozo
de poner en marcha este ambicioso proyecto, pero una serie de circunstancias habrían de truncarlos. Los días 22
y 23 de marzo del año de 1934 se concretaría lo que sin duda fue para tantos una verdadera pesadilla, muy espe­
cialmente para el empresario. Ya en 1933 se llenó por primera vez el embalse y comenzó a pasar agua por el alivia­
dero (fig. A), y aunque en principio todo parecía marchar bien, en enero de 1934 tuvo lugar una avenida de agua con
una punta de más de 1.200 metros cúbicos por segundo. Las consecuencias de la misma hicieron pensar ya que la
roca sobre la que vierte el aliviadero pudiera no ser tan sólida como se había estimado. Hubo desprendimientos en
la base rocosa. La idea inicial fue que cuando se llenara el embalse, el aliviadero evacuara el excedente de agua por
el margen izquierdo de la presa, donde al efecto habría una estructura de vertido, más o menos sencilla, de la que la
piedra desnuda formaba parte integral.

Este aliviadero es básicamente un ancho canal a cielo abierto por el que fluye el agua. Discurre con una ligera
pendiente hasta la propia ladera del promontorio rocoso, y desde allí, tras viajar una distancia cercana a los
doscientos metros, las aguas caen ladera abajo unos cuarenta metros de desnivel sobre la propia roca hasta
llegar al cauce natural del río, lógicamente aguas abajo de la presa y la central. La presa está construida en un
estrechamiento del río a su paso por impresionantes y bellísimas masas de sólido y duro granito. Se consideró
que esta masa de granito sería lo suficientemente sólida para servir de base del aliviadero y que soportaría,
sin desmoronarse, un gran volumen de agua. Sólida era, en efecto, pero los inmensos bloques que allí se encon­
traban no formaban una masa enteramente compacta al atravesarlos importantes diaclasas, grietas más o
menos aparentes que, en cualquier caso, debilitaban la estructura general y permitían el paso del agua a tra­
vés de las mismas.

38
A B C D

E F G

H I J

39
K, L Modelos de la presa de Rico-
bayo, en un laboratorio de hidráu­
lica. Atendiendo a la antigüedad de
los negativos originales de estas fo­
tografías, es posible que estas imá­
genes correspondan a los modelos
que se construyen en 1934 por
encargo de D. José Orbegozo en
K L el laboratorio hidráulico del famoso
Así, el paso continuado de agua por el aliviadero original podría debilitarlo inexorablemente, y una gran avenida de agua Dr. Theodor Rehbock (1984-1950)

sería capaz, incluso, de colapsar toda la estructura pétrea, pudiendo arrastrar con ella a la propia presa pues, no en en la Universidad Politécnica de
Karlsruhe (Alemania).
vano sobre esta estructura descansa su estribo izquierdo. El problema era muy serio. En ‘el mejor’ de los casos el
debilitamiento de esta masa pétrea haría que las sucesivas avenidas de agua la descompusieran casi enteramente,
y sería entonces arrastrada por el agua hasta el lecho natural del río, muy cerca, demasiado, del pie de la presa. Se
embalsarían entonces allí las aguas y anegarían la central.

Y en efecto, eso fue lo que ocurrió. Durante los días 22 y 23 de marzo de 1934 tuvo lugar una impresionante avenida
de agua con una punta superior a los 5.000 metros cúbicos de agua por segundo (fig. B), y la masa de piedra em­
pezó a ceder. La catástrofe total parecía prácticamente inevitable. Tras dos días de paso de tan impresionante cau­
dal miles de toneladas de granito quedaron desplazados (figs. C y D), labrándose entonces una enorme y profunda
garganta por la que discurría el agua aliviada.

Como es lógico, ante estos acontecimientos la empresa se movilizó. Ingenieros y empresarios al alimón intentaron en­
contrar una solución al desastre. Fueron momentos en que, visto lo visto, y considerando los sustantivos errores de
estimación cometidos, resultaba especialmente difícil decidir qué camino tomar para resolver la situación. No pare­
cía que pudiera hacerse mucho ante semejante panorama. No obstante, era imperativo encontrar una solución: la
propia realidad de la situación y las implicaciones financieras, que conducirían a un completo colapso de la presa,
resultarían una losa bien difícil de sobrellevar.

Se procedió así a hacer estudios técnicos profundos en diversas instituciones españolas y extranjeras; se ejecu­
taron obras de hormigonado del lecho del aliviadero (figs. E y F), pero las soluciones que se vislumbraban como
posibles y realmente eficaces no eran ni baratas ni fáciles de aplicar. Las sucesivas avenidas de agua siguieron
horadando la masa rocosa del aliviadero (figs. G a J). En 1936 otra importante avenida, también en el mes de marzo,

40
MARZO 1934

MARZO 1935 ENERO 1934

MARZO 1936

M N Ñ

acabó generando una impresionante cazuela en el lecho del aliviadero poniendo de manifiesto que el proceso de
desmoronamiento de la masa de granito, pese a ser lento, era inexorable. Ya en los años 40 otras avenidas más o
M Plano de la Presa de Ricobayo menos abundantes confirmaron que las soluciones que se iban implementando no acababan de resolver entera­
en su conformación actual donde
mente el problema de la inestabilidad del sistema. Además, en algunas de las obras de reparación se produjeron
se aprecia la disposición general
del aliviadero. Señalada la planta de muy trágicos accidentes, lo que vino a incrementar la dimensión y relevancia del reto que suponía resolver de ma­
lo que fue masa rocosa desplaza­ nera definitiva el problema del aliviadero. No será realmente hasta los años 60 cuando se cierre enteramente
da durante las sucesivas avenidas.
este capítulo, años en lo que se diseña una sencilla pero audaz —a la vez que barata— solución que logra domar

N Esquema (según Blanco, 1992)


definitivamente el violento poder del agua: la colocación al borde del aliviadero de unas rampas que cortan, elevan
donde se señalan las erosiones de y dispersan el flujo del agua, justo allí donde comienza a precipitarse al vacío (fig. Ñ). Estas rampas dispersan el
masa rocosa desplazada durante agua, incorporan aire al flujo y debilitan la fuerza con que se precipita sobre la roca, minimizando así su poder
las sucesivas avenidas de agua.
para hacerla pedazos.

Ñ Fotografía actual (año 2007) del


aliviadero donde se aprecia las pro­ Fue un largo episodio éste del aliviadero de Ricobayo, la clásica situación a la que se enfrentan atrevidos técnicos y
porciones de la masa rocosa des­
empresarios que se embarcan en proyectos novedosos y de envergadura. En tales proyectos es imposible predecir
plazada.
todas las variables y, además, las circunstancias a menudo parecen aliarse en lo que semeja un tozudo intento del
azar por hundir incluso la nave más sólida, el proyecto más firmemente armado y diseñado. El reto del aliviadero de
Ricobayo fue monumental, y al ver hoy la presa inserta en un paisaje tan bello y sobrecogedor, tan sólidamente an­
clada entre tan impresionantes masas de granito, cuesta apreciar la gran cantidad de esfuerzo y talento —¡para
qué hablar del coste económico!— que hubo que invertir para resolver tan problemática y larga contingencia. Sea
como fuere, venció el ingenio humano. El episodio se llevó mucho más que granito por delante, pero visto en pers­
pectiva, su importancia radica en que marcó un hito técnico del que se aprendieron muchísimas cosas relevantes, que
siguen siendo de vital importancia a la hora de proyectar una presa. Por ello merece esta apasionante historia re­
cordarse, si quiera por ser un perfecto ejemplo de las muchas dificultades y circunstancias adversas que se suce­
dieron a lo largo de toda la historia de la construcción de presas en la Cuenca del Duero.

41
S A N P E D R O D E L A N AV E

Desde las primeras fases de la elaboración del proyecto de construcción de la presa de Ricobayo en los tempranos
años veinte del siglo XX, se puso especial interés en dilucidar el futuro de la iglesia de San Pedro de la Nave, joya vi­
sigótica del siglo VI-VII —declarada Monumento Nacional el 22 de abril de 1912— que se encontraba dentro del mar­
gen izquierdo del río Esla, y que quedaría anegada bajo las aguas del futuro embalse.

Después de muchas consideraciones técnicas por parte de los ingenieros y de las autoridades de la época encar­
gadas de velar por el patrimonio artístico, se determinó que la sociedad que se hiciera cargo de la construcción de
la presa habría de trasladar la iglesia, piedra a piedra, a un nuevo emplazamiento en el que se salvaguardara su in­
tegridad y se asegurara su futura conservación. No en vano es ésta una pieza única del arte español, además de
una de las iglesias visigóticas más singulares de cuantas existen en España, si quiera sea por su complejidad arqui­
tectónica o por la riqueza y abundancia de los ornamentos originales que contiene.

En 1926 se aprobó el proyecto de la presa de Ricobayo, y en 1929 dieron comienzo las obras de construcción. En el
propio decreto de 1926 en que se aprobó el proyecto se estableció ya la obligación del traslado de la iglesia de San
Pedro de la Nave, pero no sería hasta el 30 de agosto de 1930 cuando el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas
Artes emitiera una Real Orden por la que se formalizaban las condiciones precisas del traslado a la localidad cer­
cana a El Campillo.

Tuvo lugar esta formalización cuando era Director General de Bellas Artes el que fuera eminente académico D. Ma­
nuel Gómez Moreno, quien se haría cargo de la dirección facultativa del traslado; mientras que la reconstrucción
iría de la mano del arquitecto Conservador de Monumentos, Alejandro Ferrant Vázquez. Las obras se llevaron a cabo
con inusitada eficacia y rapidez, dando comienzo en octubre de 1930 con el replante de la iglesia, y concluyendo
—al menos oficialmente— en febrero de 1932, cuando tuvo lugar en El Campillo el acta de la recepción definitiva del
traslado del monumento.

Fue el cambio de ubicación de la iglesia de San Pedro de la Nave algo más que el simple traslado de un monumento
histórico y artístico; fue, en sí mismo, un proyecto complejo, de gran dificultad técnica, en el que tanto la empresa,
como el estado, la iglesia y, desde luego, los habitantes de la zona invirtieron talento y esfuerzo, pues encontraron
una solución técnica —formal y legal— para acometer este tipo de traslados que se convertiría en ejemplo y mo­
delo para muchos de los que, desde entonces, se han planteado en España.

42
RICOBAYO-ESL A 9 DE SEP TIEMBRE DE 1930
Replanteamiento de la nueva posición de la iglesia de San Pedro de la Nave
en la localidad de El Campillo, donde sería trasladada desde su emplazamiento
original, evitando así que fuera anegada por las aguas de la presa.
43
A B C

D E F

G H I

44
A, B Iglesia de San Pedro de la Nave en su emplazamiento original, hacia 1930.
RICOBAYO-ESL A 27 DE FEBRERO DE 1931

C Piedras de la iglesia de San Pedro de la Nave, numeradas y dispuestas para su tras­ Iglesia de San Pedro de la Nave en plena fase de desmontaje.

lado al nuevo emplazamiento, hacia 1931.

D, E, F Bloques de piedra de la iglesia ya enteramente desmontada. Diversas estelas y

motivos decorativos visigóticos, hacia 1931. Estela e inscripción visigótica (F).

G Tabla horaria visigoda incompleta del siglo VII —que se encontraba en el interior de

la iglesia—, durante su traslado. Es esta pieza uno de los más tempranos «horarios»

litúrgicos que se conocen en España. Marcaba las partes en que se dividía el día, cada

una de ellas dividida a su vez en sus correspondientes horas y pies.

H, I Diversas fases de la reconstrucción de la iglesia en su nuevo emplazamiento, hacia

1931-32.

45
VILLALCAMPO

46

VILL ALCAMPO 30 DE SEP TIEMBRE DE 1945


Trabajos iniciales para la construcción del salto de Villalcampo. En primer tér­
mino se aprecia la ataguía, construcción cuyo objeto es desviar el río y dejar
en seco la zona de construcción de la presa. En la ataguía se aprecia el achi­
que definitivo que vacía el agua retenida. 47
VILL ALCAMPO 3 DE JUNIO DE 1946
«Cantera. Origen del teleférico». Instalaciones auxiliares para el transporte
de los áridos de la cantera a la zona de machaqueo mediante vagonetas
colgadas del teleférico.

48
VILL ALCAMPO 27 DE FEBRERO DE 1946
Instalaciones auxiliares de obra. Torre de fabricación de hormigón en la que
se sitúan las hormigoneras.

50
VILL ALCAMPO 31 DE JULIO DE 1946
«Instalaciones. Canaletas a los silos de áridos».
Torre de machaqueo en la que se sitúan los moli­
nos para la fabricación de los áridos que han de
servir como componentes del hormigón.

51
VILL ALCAMPO 30 DE SEP TIEMBRE DE 1946
Panorámica con la vista general de la obra desde aguas abajo, donde se apre­
cia la totalidad de la zona seca. A ambos lados de la imagen se ven las ata­
guías que desvían el río.

52
53

VILL ALCAMPO 1 DE FEBRERO DE 1947

Vista general de las obras. Presa y central en proceso de ejecución.

Como tantas veces ocurría durante la construcción de estas estructuras,

la presa se vería anegada por una gran avenida de agua unos días después

de la toma de esta fotografía.

54
VILL ALCAMPO RIADA, 9 DE FEBRERO DE 1947
Se aprecia a la derecha que la riada pasa ya sobre la ataguía, y a la izquierda
aparece el recinto ataguiado de la central.

56
VILL ALCAMPO RIADA, 17 DE FEBRERO DE 1947
Las obras de la central, ya enteramente inundadas.

57
VILL ALCAMPO 30 DE NOVIEMBRE DE 1948
Vista, aguas abajo, de la central, donde se aprecian las obras de construc­
ción de los desagües.

58
VILL ALCAMPO 29 DE MAYO DE 1948
Vista aguas arriba. A la izquierda se aprecia el agua pasando a través de los bloques
de la presa. A la derecha, la zona de tomas de la central en plena construcción.

59
VILL ALCAMPO 31 DE ENERO DE 1948

Paso de la riada sobre la presa en proceso de construcción.

60
CASTRO

CASTRO 5 DE OCTUBRE DE 1946


Vista general de la obra en su estado inicial. A la derecha los primeros
barracones del poblado.

62
63

CASTRO 17 DE ENERO DE 1950

Vista general de la obra. En el centro, las instalaciones auxiliares de la obra (silos,

instalaciones de machaqueo, transporte de hormigón, etc.). A la izquierda se apre­


cia el inicio de los trabajos de excavación de la cimentación de la presa.

64
PÁGINAS SIGUIENTES

CASTRO 17 DE JUNIO DE 1950


Colocación de las tuberías forzadas de la central y de la parte superior de los
tubos de aspiración.

65
CASTRO 15 DE JULIO DE 1950
Tuberías forzadas del circuito de la central. Entre las tuberías se aprecian
los trabajos de hormigonado y los obreros trabajando en la colocación del
hormigón que ha suministrado el blondín por medio del cazo.
68
CASTRO 3 DE OCTUBRE DE 1950
«Detalle del andamiaje en el paramento de aguas abajo de la central». Trabajos
de cerramiento de la central. Vista desde el exterior.

69
CASTRO 13 DE OCTUBRE DE 1950
«Armadura de la pantalla y encofrado del cono I». Trabajos de cerramiento
de la central. Vista desde el interior.

70
CASTRO 17 DE NOVIEMBRE DE 1950

Vista general de las obras en la zona seca entre las ataguías.

72

73

CASTRO 4 DE MARZO DE 1951


Tubo de aspiración de la central sobre el que se colocará la cámara espiral
que alimentará el rodete de la turbina.

74
CASTRO 12 DE ENERO DE 1952

Detalle del anclaje de una compuerta del aliviadero de la presa.

75
CASTRO 5 DE ABRIL DE 1952

Llegada del transporte con uno de los rodetes de la central.

76
CASTRO 12 DE ABRIL DE 1952
Rodete de la central colocado in situ.

77
LOS POBLADOS

Sirva esta brevísima selección de imágenes estrechamente ligadas a lo que sería la vida cotidiana en Ricobayo,
Villalcampo o Castro, para poner de manifiesto el interesantísimo fenómeno de los poblados en la historia de la
construcción de presas en España.

Durante la primera mitad del siglo XX, los proyectos de construcción de presas en España desbordaban los aspec­
tos estrictamente técnicos o empresariales. Su magnitud y complejidad requerían de una ingente cantidad de mano
de obra, lo que unido al hecho de que estas obras se llevaban a cabo a menudo lejos de los grandes núcleos de po­
blación, hacía necesario construir en el entorno directo de la obra lo que se conoció como los “poblados”, verdade­
ros pueblos donde se desplazaban los trabajadores de la presa con sus familiares y donde habitarían durante el
desarrollo de las obras. Eran verdaderas localidades levantadas de la nada, donde se necesitaba instalar todo cuanto
fuera imprescindible para el desarrollo de la vida cotidiana: además de la lógica infraestructura escuelas, enferme­
rías, hospitales, instalaciones deportivas —generalmente frontones o campos de fútbol—, iglesias, comedores, can­
tinas, viviendas y muchos barracones.

No estuvieron los poblados en aquellos tiempos exentos de convulsiones sociales y de dificultades que, en muchos
casos, transcendían los aspectos puramente laborales. Así, en su seno se establecieron relaciones que hoy podrían
verse con asombro, como las entabladas entre los trabajadores altamente cualificados y los puramente manuales.
No es aventurado decir, a grandes rasgos, que fueron aquellos poblados lugares de trabajo donde muchos españo­
les encontraron un buen medio de vida y donde hallarían algunas de las comodidades de la “vida moderna” —toda­
vía entonces ajenas al medio rural del que procedía buena parte de los trabajadores manuales—, tales como el agua
corriente, la luz eléctrica —cómo no—, la asistencia médica, la formación escolar de calidad para la chiquillería o la
instrucción profesional para jóvenes mujeres que entonces no se incorporaban todavía a las labores manuales de
las obras.

No cabe duda de que en la particular historia social de la España de aquella primera mitad del siglo XX —en la que
tuvieron lugar tantos acontecimientos históricos de relevancia—, jugó un papel importante la entonces estrecha
vinculación entre la empresa y la vida cotidiana del trabajador. Y, desde luego, los poblados donde vivieron quienes cons­
truyeron las muchas presas que se levantaron en aquella época forman parte de esta historia.

78
A B C

D E F

A Grupo femenino ensayando en el coro de la iglesia del

poblado de Ricobayo, años 40.

B Procesión de Semana Santa en el poblado de Ricobayo,

años 40.

C Desinfección de barracones en Ricobayo, años 40.

D Instalaciones clínicas, años 40.

E Instalaciones escolares, Villalcampo, finales años 40.

F Autocar haciendo parada cerca del poblado de Ricoba­


yo, hacia 1952.

G Grupo femenino en clase de «corte y confección», en Rico-

bayo, años 40.

H En el campo de fútbol de Ricobayo, años 40.

G H

79
SAUCELLE

SAUCELLE H. 1950-51

Vista general de la zona en la que se levantará la presa.

80

81

SAUCELLE H. 1950-51
Vista general del cañón en que se emplazará la presa e inicio de las obras
de construcción del poblado.

82
83

SAUCELLE H. 1951-52

Obras auxiliares, camino de acceso a la obra.

84
SAUCELLE H. 1954

Labores de colocación de un elemento auxiliar de construcción.

85
SAUCELLE H. 1954-55

Obras de ejecución de un túnel.

86
SAUCELLE 28 DE SEP TIEMBRE DE 1956
Rotor, elemento rotatorio del generador. Se aprecia el eje de
conexión con la turbina que, en su posición final, estará diri­
gido hacia abajo.

SAUCELLE 18 DE FEBRERO DE 1956


Presa en proceso avanzado de construcción.

88
SAUCELLE
27 DE SEP TIEMBRE DE 1956
Vista general del salto una vez
terminada la obra. A la derecha
se aprecia la estructura de la
central. Más a la derecha, apa­
rece el parque de distribución
al que llega la energía produ­
cida en la central y desde don­
de sale camino de su distribu­
ción final.

90
A L D E A D ÁV I L A

ALDEADÁVIL A JUNIO DE 1957

Realización de sondeos de investigación en el cauce del río.

92
ALDEADÁVIL A
18 DE JULIO DE 1956

Cerrada del cañón donde se cons­


truirá la presa.

ALDEADÁVIL A NOVIEMBRE DE 1957


Estructura de salida del túnel del aliviadero.

94
ALDEADÁVIL A AGOSTO DE 1958
Mogote de roca. Por su forma, en la obra era conocido como
«El Basto».

96
ALDEADÁVIL A
Escaleras auxiliares de la obra.

ALDEADÁVIL A AGOSTO DE 1958


Estribo izquierdo de la presa. Zona de apoyo de la presa. Se aprecian los andamiajes
instalados en la roca, donde se están llevando a cabo las labores de excavación. Ésta
se realiza por medio de martillos hidráulicos que son «alimentados» (y refrigerados
con agua) desde la parte superior por los largos tubos que se aprecian en la imagen.

97
ALDEADÁVIL A ABRIL DE 1959
Excavación de la caverna de la central subterránea. A la derecha se aprecian
las que serán las entradas de los conductos hidráulicos de la central.
ALDEADÁVIL A AGOSTO DE 1959
98 Túneles del circuito hidráulico de la central.
ALDEADÁVIL A FEBRERO DE 1960

Hormigonado de la central en la zona de entrada de los conductos hidráulicos.

100
ALDEADÁVIL A AGOSTO DE 1960

Zona de poblados y de acopio de material rocoso.

101
ALDEADÁVIL A SEP TIEMBRE DE 1960
Zona de la cámara espiral de la turbina, durante los trabajos de soldadura
de los distintos elementos metálicos de la misma.

102
ALDEADÁVIL A MAYO DE 1961

Ejes de acoplamiento entre turbina y alternador.

103
ALDEADÁVIL A OCTUBRE DE 1961

Estructura de desagüe de la central.

104

105

ALDEADÁVIL A ABRIL DE 1963

Presa vertiendo (fase de terminación de la obra).

106
VILLARINO

VILL ARINO 3 DE OCTUBRE DE 1964

Hormigonado inicial de bloques en la zona del río.

VILL ARINO 8 DE MAYO DE 1968

Excavación de un túnel.

108
VILL ARINO 3 DE MAYO DE 1965

Estructura auxiliar de obra en fase de montaje.

110
VILL ARINO 4 DE JULIO DE 1968

Ejecución de la pantalla asfáltica del dique lateral derecho.

111
VILL ARINO 4 DE JULIO DE 1968

Paramento de la pantalla asfáltica del dique lateral derecho.

112
VILL ARINO 4 DE JULIO DE 1968

Paramento de la pantalla asfáltica del dique lateral derecho.

113
VILL ARINO 4 DE JULIO DE 1968
Estructuras auxiliares de obra durante la fase de construcción.

VILL ARINO 4 DE JULIO DE 1968


114 Estribo izquierdo de la presa.
VILL ARINO H. 1969
Pieza de medida para el equipo de oscultación que realiza el control del
estado de la estructura de la presa.

VILL ARINO 28 DE MAYO DE 1969


Túnel del circuito hidráulico de la central. La presa de La Almendra está conec­
tada con la central por medio de este impresionante túnel que discurre a
unos ciento diez metros de profundidad y tiene siete metros de diámetro y
cerca de quince kilómetros de longitud.

116
VILL ARINO DICIEMBRE DE 1969
Presa de La Almendra en fase de ejecución. Esta monumental presa ha sido
—y en buena medida sigue siendo— un verdadero hito de la ingeniería inter­
nacional. Además de sus espectaculares dimensiones (casi cuatro kilómetros
de longitud, cerca de doscientos metros de altura, zonas del embalse de
casi diez kilómetros de ancho, etc.), el diseño general de la presa y de la cen­
tral fue fruto de soluciones especialmente originales que pusieron de mani­
fiesto una alta capacidad para la innovación y una verdadero atrevimiento a
la hora de concebir soluciones originales. En buena medida, la presa de La
Almendra marca el final de una época y el comienzo de otra y, en muchos sen­
tidos, es un monumento a la modernidad.

118
VILL ARINO 4 DE JULIO DE 1968
Estribo izquierdo de la presa. Esta imagen resulta espe­
cialmente enigmática. Nada sabemos de la intención ori­
ginal del fotógrafo (Juan Pando, 1915-1992) cuando la
tomó, pero el resultado de esta doble exposición acci­
dental, o sencilla composición, es una fotografía espe­
cialmente simbólica y reveladora. La presencia del ser
humano en estos ingenios queda aquí articulada en una
sencilla y poderosa imagen, que sirve como metáfora de
tantos como fueron los esfuerzos humanos que se invir­
tieron en la construcción de las presas.

120
121
D AT O S T É C N I C O S

Nombre San Román


Ubicación San Román de los Infantes (Zamora)
Río Duero
Aportación anual media 4.435,9 hm3
Año de terminación 1907
Embalse con capacidad total de 1,50 hm3
Presa - tipo Azud (tipo escollera)
Presa - altura máxima desde cimientos Entre 3, 5 y 6 m
Central I - tipo Fue exterior
Central I - número de grupos Fueron 7
Central I - potencia instalada Fue de 4.800 kW = 6.000 kVA
(en la actualidad, la Central I no existe)
Central II - tipo Exterior
Central II - número de grupos 1
Central II - potencia instalada 5.600 kW = 7.000 kVA
Central I y II - producción media anual 28 GWh

122
Nombre Ricobayo Nombre Villalcampo
Ubicación Muelas de Pan - Ricobayo de Alba (Zamora) Ubicación Villalcampo y Moral de Sayago (Zamora)
Río Esla Río Duero
Aportación anual media 4.639 hm3 Aportación anual media 9.492 hm3
Año de terminación 1933 Año de terminación 1949
Embalse con capacidad total de 1.145 hm3 Embalse con capacidad total de 65,5 hm3
Presa - tipo Gravedad Presa - tipo Gravedad
Presa - altura máxima desde los cimientos 99,57 m Presa - altura máxima desde los cimientos 50 m
Central I - tipo Exterior Central I - tipo Semiexterior
Central I - número de grupos 4 Central I - número de grupos 3
Central I - potencia instalada 150.000 kW y 33.300 kW = 150.000 kVA Central I - potencia instalada 96.000 kW = 96.000 kVA (cos þ =1)
(cos þ = 1) y 37.000 kVA (cos þ = 0,9) Central II - tipo Semiexterior, en pozo
Central II - tipo Subterránea Central II - número de grupos 1
Central II - número de grupos 1 Central II - potencia instalada 110.250 kW = 122.500 kVA (cos þ = 0,9)
Central II - potencia instalada 135.000 kW = 150.000 kVA Central I y II - producción media anual 564 GWh
(cos þ = 0,9)
Central I y II - producción media anual 670 GWh

123
Nombre Castro Nombre Saucelle
Ubicación Fonfría y Villardiegua (Zamora) Ubicación Saucelle (Salamanca)
Río Duero Río Duero
3
Aportación anual media 10.060 hm Aportación anual media 12.404 hm3
Año de terminación 1953 Año de terminación 1956
Embalse con capacidad total de 27,3 hm3 Embalse con capacidad total de 181,5 hm3
Presa - tipo Gravedad Presa - tipo Gravedad
Presa - de altura máxima desde los cimientos 55 m Presa - de altura máxima desde los cimientos 83 m
Central I - tipo Exterior Central I - tipo Semiexterior
Central I - número de grupos 2 Central I - número de grupos 4
Central I - potencia instalada 84.000 kW = 84.000 kVA (cos þ = 1) Central I - potencia instalada 285.000 kW = 300.000 kVA (cos þ = 0,95)
Central II - tipo Subterránea Central II - tipo Subterránea
Central II - número de grupos 1 Central II - número de grupos 2
Central II - potencia instalada 110.250 kW = 122.500 kVA (cos þ = 0,9) Central II - potencia instalada 252.000 kW = 280.000 kVA (cos þ = 0,9)
Central I y II - producción media anua 575 GWh Central I y II - producción media anual 1.085 GWh

124
Nombre Aldeadávila Nombre Villarino
Ubicación Aldeadávila de la Rivera (Salamanca) Ubicación Almendra (Salamanca) y Vilar del Buey (Zamora)
Río Duero Río Tormes
3
Aportación anual media 12.404 hm Aportación anual media 1.040 hm3
Año de terminación 1963 Año de terminación 1970
Embalse con capacidad total de 114,3 hm3 Embalse con capacidad total de 2.648,64 hm3
Presa - tipo Arco - gravedad Presa - tipo Bóveda
Presa - de altura máxima desde los cimientos 139,50 m Presa - de altura máxima desde cimientos 202 m
Central I - tipo Subterránea Central I - tipo Subterránea
Central I - número de grupos 6 Central I - número de grupos 4
Central I - potencia instalada 718.200 kW = 855.000 kVA (cos þ = 0,84) Central I - potencia instalada 540.000 kW = 675.000 kVA (cos þ = 0,8)
Central II - tipo Subterránea Central II - tipo Subterránea
Central II - número de grupos 2 Central II - número de grupos 2
Central II - potencia instalada 399.950 kW = 421.000 kVA (cos þ = 0,95) Central II - potencia instalada 289.750 kW = 305.000 kVA (cos þ = 0,95)
Central I y II - producción media anual 2.400 GWh Central I y II - producción media anual 1.200 GWh

125
A G R A D E C I M I E N T O S

Los responsables de esta exposición quieren agradecer a diversas personas su

inestimable ayuda y apoyo. A Nicolás Navalón García y a Baldomero Navalón Bur­

gos, que coordinan y revisan los datos técnicos generales de la exposición. A Isa­

bel Díaz de Aguilar Cantero, nieta de D. Federico Cantero Villamil, muy especial­

mente, por su inestimable ayuda y por facilitarnos de manera desinteresada las

fotografías de la presa de San Román que originalmente se custodian en las co­

lecciones de Dña. Concepción Cantero García Arenal y de Federico Cantero Núñez.

A Yolanda Diego Martín, directora del Archivo Histórico de Iberdrola en la presa

de Ricobayo (Muelas de Pan-Zamora), que nos facilitó la mayoría de las fotogra­

fías originales con que se confecciona esta exposición, así como a Pepi Benítez

Fernández y a Leire García Herrero por su inestimable ayuda en el archivo. A César

Pérez Díez, que coordinó los trabajos que para la exposición se realizaron en los

fondos y archivos de Iberdrola en Bilbao. También en relación con los trabajos en

Bilbao, a Iñaki Maruri Hernáez, de Gestión Documental, a Amaia Orueta Iturralde,

de Imagen y Diseño de Iberdrola, y a Leire Vicente, que facilitó las consultas en el

fondo fotográfico de Iberdrola.


E X P O S I C I Ó N C A T Á L O G O

COMISARIO EDICIÓN

Gerardo F. Kurtz Fundación Iberdrola

COORDINACIÓN PRODUCCIÓN

Gerardo F. Kurtz Ediciones El Viso


Santiago Saavedra
P R O D U CC I Ó N Y M O N TA J E
Mariola Gómez Laínez
Ypuntoending
DISEÑO
D I S E Ñ O , D I R E CC I Ó N Y M O N TA J E
Subiela
Jesús Moreno & Asociados
FOTOMECÁNICA
PRODUCCIÓN DE LAS COPIAS FOTOGRÁFICAS
Lucam
LUCAMprint
IMPRESIÓN

Brizzolis

ENCUADERNACIÓN

Ramos

Aldeadávila, junio de 1957.

C U B I E R TA
Realización de sondeos de investigación en el cauce del río.

© de la edición: Fundación Iberdrola

© del texto: sus autores

© de las fotografías: sus autores

D.L.: M-3748-2009

CRÉDITOS FOTOGRÁFICOS

Colección Concepción Cantero García Arenal - Federico Cantero Núñez (Foto­


grafías de la presa de San Román, originales por Federico Cantero Villamil): pp. 26,

27, 28-29 y 122.

Archivo Histórico de Ricobayo (Muelas de Pan, Zamora): pp. 46-47, 48-49, 50, 51, 52­
53, 54-55, 56, 57, 58, 59, 60-61, 62-63, 64-65, 66-67, 68, 69, 70-71, 72-73, 74, 75, 76,

77, 79A, 79B, 79C, 79E, 79F, 79G, 79H, 92, 93, 94-95, 96, 97, 98, 99, 100, 101, 102, 103,

104-105, 106-107, 108, 109, 110, 111, 112, 113, 114, 115, 116, 117, 118-119 y 121.

Fondo fotográfico Iberdrola – Archivo Iberdrola (Bilbao, Vizcaya): pp. 30-31, 32, 33,

34, 35, 36-37, 39A a 39J, 40, 41, 43, 44A a 44I, 45, 79D, 80-81, 82-83, 84, 85, 86-87,

88, 89, 90-91, 123, 124 y 125.

Mapa pág. 6: Miguel Sobrino

También podría gustarte