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Esta crisis emerge en pleno apogeo de lo que en estas últimas décadas se ha dado en
llamar las “economías emergentes” entre las que se encuentran las de China, Brasil o
India y que son las principales beneficiarias de este nuevo “capitalismo de
especialización flexible”1 por el que las corporaciones empresariales desplazan la
producción de bienes y servicios desde los epicentros urbanos clásicos donde se
concentra el capital hacia estos países. Por tanto, en este nuevo modelo de
acumulación del capital las grandes corporaciones tienden a dejar de producir en el
mismo lugar donde diseñan y formulan sus estrategias comerciales, desencadenando,
de esta forma, importantes transformaciones sociales y económicas pero también
urbanas. A casi nadie le sorprende que el modelo del diseñador español que acaba de
adquirir se haya fabricado en Vietnam o que un teleoperador hindú pueda dar atención
a los clientes de una empresa de telefonía inglesa. Comprobamos así que lo que se
piensa en una parte del planeta puede terminar produciéndose en otro extremo.
1
Joe Painter, “Regulation Theory, Post-Fordism and Urban Politics. En D. Judge, G. Stoker, H.
Wolman (editores), Theories of urban politics. pp. 276-95. Londres: Sage, 1995.
factores que influyen decisivamente en los niveles de cohesión social europea, es
decir en la integración económica, social y laboral de los europeos a su economía de
mercado.
Del contenido de la Estrategia 2020 parece deducirse que hay un consenso “europeo”
relativo a que la salida de la crisis económica necesita de nuevas ideas y que para ello
es necesaria la instalación definitiva en la sociedad europea de una cultura innovadora
que responda a un revolucionario “pensamiento innovador”.
2
El Consejo Europeo de Lisboa (marzo de 2000), los Jefes de Estado y de Gobierno pusieron en
marcha una estrategia denominada «de Lisboa» con el fin de hacer de la Unión Europea la economía
más competitiva del mundo y alcanzar el pleno empleo antes de 2010.
http://europa.eu/scadplus/glossary/lisbon_strategy_es.htm
Las industrias culturales y creativas (ICC) pueden contribuir significativamente a lo
que podría denominarse la industrialización a gran escala de la creatividad y la
innovación3, por estar “impulsadas por el conocimiento” y por su tendencia “a
orientarse hacia mercados especializados”.
Primero, creo que es necesario tener presente que las ICC producen dos tipos de
plusvalías. Unas son claramente económicas, como el aumento del valor de los
productos y servicios sobre los que la actividad gira directamente (obras de arte,
música, teatro, y demás productos y servicios culturales concomitantes) o de aquellos
que le afectan indirectamente (investigación, “city branding”, etc.), como reconoce la
Comisión Europea. Las otras son, más bien, de carácter “latente”, en tanto se
despliegan progresiva y paulatinamente, como son los cambios culturales, de estilos
de vida y de formas de ocio.
Para que todas estas plusvalías puedan incorporarse a la dinámica de los sectores
económicos sería necesario el desarrollo de una colaboración “creativa” entre las ICC
y el resto de sectores, en clave de cooperación económica. El Libro Verde sobre las
ICC recoge varios ejemplos de esta colaboración.
Para poner un ejemplo, está comprobado que artistas y creativos son usuarios
intensivos de tecnología. El incremento de la participación de sus negocios en el
3
LIBRO VERDE. Liberar el potencial de las industrias culturales y creativas. Bruselas, 27.4.2010
COM(2010)183 final (http://ec.europa.eu/culture/our-policy-
development/doc/GreenPaper_creative_industries_es.pdf).
4
http://ec.europa.eu/culture/news/news2606_en.htm
mercado permite a la vez el desarrollo de la banda ancha y el refuerzo del uso de los
sistemas de información por parte de la ciudadanía. Así, esta intersección de hábitos y
actividades económicas y políticas de infraestructuras y telecomunicaciones pueden
potenciarse mutuamente.
Pero quizá la oportunidad más interesante que presenta la idea de esta “colaboración
creativa” concierne al vínculo entre arte, cultura y educación, como pilares para la
mejora del capital humano y, por extensión, para la consolidación de un “Territorio
Creativo”, es decir, un entorno en el que la creatividad es accesible democrática y
compartidamente.
Un mayor desarrollo de las comunidades culturales, en un sentido amplio (no sólo las
comunidades profesionales de las ICC, sino en su engarce con la sociedad), genera
más posibilidades de establecer un territorio creativo y por tanto innovador. Tales
entornos sociales se constituyen en canteras de capital humano, que generan
importantes efectos de productividad.
Las colaboraciones entre las ICC y los demás sectores son fundamentales por el
carácter formativo que implícitamente revisten (la creatividad es una facultad
trasversal a todos los campos de actividad humana, que se retroalimenta de formas
cruzadas).
En tal medida, ciertas plusvalías requieren intervenciones para su viabilidad, como las
políticas de fomento en capacitación y formación, que multiplican las capacidades
colaborativas. Al elevar el nivel del capital humano, incrementando la habilidad o
conocimiento, se aumenta el nivel promedio en dicha economía. 5 Esta “externalidad
de Jane Jacobs”, concierne al desbordamiento de conocimiento entre personas y
grupos en las aglomeraciones de capital humano, que conllevan importantes efectos
de productividad.6
5
Robert Lucas, “On the Mechanics of Economic Development”, en Journal of Monetary Economics
22, Julio 1988, 3-42. Evidentemente el perfeccionamiento de capital humano, la renovación del stock
de talento, supone una inversión. Pero, de acuerdo al modelo de Robert Lucas, la inversión de esfuerzo
para adquirirlo sólo se requiere inicialmente, pues aumentar dicho capital humano no supone una
inversión de esfuerzo aún mayor (comparable al requerido para formarse en primer lugar).
6
La formación de “clusters” permite establecer redes de unidades de funcionamiento independiente
que optimizan la función y el potencial de la unidad individual en vez de explotarlas. Un “cluster”
reúne individuos y grupos que crean productos que entran en competencia pero también cooperan
dentro del contexto más amplio de las ICC. Ver United Nations Conference on Trade and Development
(UNCTAD). “Creative Economy Report 2008. The Challenge of Assessing the Creative Economy
La amplitud de los efectos de esta externalidad responde al tipo de entorno en virtud
del tipo de interacciones humanas que facilita y fomenta. De esa manera, la
Responsabilidad Social se revela como un factor primordial de competitividad. El
afloramiento de tal plusvalía latente estaría enlazada a los marcos políticos y las
actitudes sociales.